«El amor es la poesía de los sentidos. Pero hay poesías malísimas».[2]
«El amor es una amistad con momentos eróticos».[3][4]
«El arte es lo que distingue una capea de una carnicería». [5]
«El dolor es más fuerte entre los fuertes. Como el cáncer».[6]
El escritor, muchas veces, es como un caballo de carreras que ha perdido su jinete y ya no sabe por qué está corriendo ni dónde está la meta y, sin embargo, se le exige seguir corriendo aunque no sepa ni hacia dónde ni por qué razón
«El poder distancia, y el distante no quiere que le molesten». [7]
«Esta sociedad nos da facilidades para hacer el amor, pero no para enamorarnos». [8]
«La dictadura se presenta acorazada porque ha de vencer. La democracia se presenta desnuda porque ha de convencer».[9]
«Los españoles somos así, mucho más tántricos que eróticos». [10]
«Los privilegiados arriesgarán siempre su completa destrucción antes que ceder una mínima parte de sus privilegios».[11]
«Llamar fiesta a un rito tan sangriento como una corrida de toros es lo contrario de llamar sacrificio al rito incruento de la misa».[12]
«Nuestra sociedad ha llegado a un momento en que ya no adora al becerro de oro, sino al oro del becerro».[13]
«Todo lo que una mujer quiere de verdad –un perro, un hombre, Dios, cualquier cosa– lo quiere como a un hijo».[14]