«El que pierde la serenidad en su atolondramiento es como el moscardón que teniendo libre salida por el vano de la ventana se debate contra el cristal cuya diafanidad toma por aire claro».[3]
«Las moscas no son molestas por su violencia, sino por el número. De igual modo, las grandes ocupaciones no nos turban tanto como las pequeñas, si éstas son numerosas».[7]
«A la sombra del árbol estaba, como se ha dicho, y allí, como moscas a la miel, le acudían y picaban pensamientos: unos iban al desencanto de Dulcinea y otros a la vida que había de hacer en su forzosa retirada».[11]
↑ En Aforismos, 1976. Albaigès Olivart, José María y M. Dolors Hipólito (1997). Un siglo de citas. Planeta. p.318.ISBN 8423992543.
↑ Machado, Antonio (1995). Soledades. Galerías. Otros poemas. Cátedra. p.158.ISBN 8437604117.
↑ Capítulo LXVII. "De la resolución que tomó don Quijote de hacerse pastor y seguir la vida del campo, en tanto que se pasaba el año de su promesa, con otros sucesos en verdad gustosos y buenos".Buscar por «mosca».
Acerete, Julio C. (Existe edición en tapa dura de Ed. Optima, Barcelona, 1999; ISBN 9788489693883). Proverbios, adagios y refranes del mundo entero. Bruguera 1ª ed. 1967.
Albaigès (1997). Un siglo de citas. Planeta.ISBN 8423992543.
Correas, Gonzalo (1906). Vocabulario de refranes y frases proverbiales y otras formulas comunes de la lengua castellana en que van todos los impresos antes y otra gran copia. Facsimil en línea.
Etxabe, Regino (2012). Diccionario de refranes comentado. Ed. de la Torre.
Kleiser, Luis Martínez (1953). Refranero general ideológico español. Real Academia Española.
Ortega, Arturo. El gran libro de las frases célebres. Penguin Random House Grupo Editorial. México, 2013. ISBN 6073116314, 9786073116312. (En Google Books.)