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se caracteriza por ser bastante elevado De Wikipedia, la enciclopedia libre
El relieve de España se caracteriza por ser bastante elevado, con una altitud media de 660 metros sobre el nivel del mar, bastante montañoso si lo comparamos con el resto de países de Europa y solo superado por Suiza, Austria y los microestados de Andorra y Liechtenstein. En la España peninsular, el relieve se articula en torno a una gran Meseta Central que ocupa la mayor parte del centro de la península ibérica. Fuera de la meseta, está la depresión del río Guadalquivir, situada en el sudoeste de la península, y la del río Ebro, en el nordeste de la misma.
Los sistemas montañosos de España son muy numerosos y ocupan casi la mitad del territorio nacional. Los Pirineos (en el límite nordeste) y el sistema Bético (en el sudeste) son las cordilleras más elevadas y se sitúan fuera de la Meseta Central. Rodeando esta, está la cordillera Cantábrica en el norte, el sistema Ibérico en el este, y Sierra Morena en el sur. Dentro de la Meseta Central está el sistema Central y los montes de Toledo.
A España pertenecen dos archipiélagos de interés geográfico: las islas Baleares, situadas en el mar Mediterráneo, con una latitud similar a la de Castilla-La Mancha; y las islas Canarias, siete islas de origen volcánico ubicadas en el océano Atlántico, próximas a la costa del Sahara Occidental; y con menos importancia: la isla de Alborán entre España y Marruecos y las islas Columbretes en Castellón. De España también son algunos pequeños enclaves costeros del norte de África: las ciudades de Ceuta y Melilla, las islas Chafarinas, y los peñones de Alhucemas y de Vélez de la Gomera.
La costa española, bañada por el océano Atlántico, y los mares Cantábrico y Mediterráneo, presenta una gran diversidad de playas, acantilados y rías. La costa alta (presencia de acantilados y rasas) y articulada (presencia de rías y cabos) es la más predominante en el norte y en las islas Canarias, mientras que la costa baja (presencia de playas y calas) es propia del sur, del Mediterráneo y Baleares.
España tiene gran variedad paisajística, con la existencia de grandes montañas y depresiones, las montañas pueden ser abruptas o suaves. En el relieve también influye la forma maciza y poco articulada de la península, las costas carecen de salientes, tienen elevada altitud media. Hay un cinturón montañoso que rodea la península y dificulta el acceso al interior.
Desde principios de la Era Primaria existía el continente que los geólogos han denominado Gondwana, de contornos distintos al del continente africano actual, pero del que en realidad deriva este continente. Por el norte se extendía al mismo tiempo el continente que podemos llamar Paleoeuropa del que después derivaría la actual Europa. Y entre ambos continentes un mar mucho más ancho y profundo que el actual Mediterráneo, el antiguo Tetis de los geólogos.
A finales de la Era Primaria se produjeron movimientos tectónicos y orogénicos llamados en conjunto orogenia hercínica (o plegamiento herciniano), de gran intensidad. Tras ellos, los territorios occidentales de la Península adquirieron una fisonomía semejante a la actual. Por el norte, este y sur se extendía el mar de Tetis. El relieve así formado tomó la dirección armoricana (nombre de la antigua Bretaña francesa) de NO-SE.
El plegamiento herciniano afectó a grandes masas de sedimentos que se transformaron en pizarras, cuarcitas y formaciones graníticas. Toda esta actividad magmática dio lugar también a filones de minerales como plomo, mercurio, pirita, etc., que son la base principal de la riqueza minera de la península. Este movimiento afectó a toda Europa y dio lugar, entre otros, al Macizo Central y la Selva Negra.
En esta superficie (territorios occidentales de la Península), conocida como zócalo paleozoico, predomina actualmente la sílice, cuya expresión más común es el cuarzo. El conjunto forma la llamada España silícea.
El periodo Secundario fue de calma orogénica, caracterizado por la erosión de lo ya existente, y sedimentación de materiales en las diferentes fosas marinas.
La etapa del plegamiento alpino se da en el Terciario, con fuertes presiones que pliegan los materiales; las barreras que se habían creado en la orogenia herciniana van a tener un efecto de tope sobre estas fuerzas. Estos empujes van a plegar los materiales más modernos que son de naturaleza blanda y los materiales más antiguos van a romperse. Con estas fuertes presiones se formaron los Pirineos, se fracturó la Meseta y dio lugar a Sierra Morena, la cordillera Cantábrica y la Ibérica, transcurridos varios millones de años se formaron los Sistemas Béticos y surgieron las islas Baleares. También se formaron las prefosas alpinas que son depresiones que anteceden a las cordilleras y se van a ir rellenando de materiales.
Al final del Terciario se acabará casi de configurar la actual península. En el periodo post-alpino se darán deformaciones que darán lugar a agrupamientos, consecuencia de la orogenia alpina. Las masas continentales intentan llegar a un equilibrio y liberar las tensiones acumuladas. Estos procesos posteriores y los asociados reciben el nombre de tectónica morfológica y son movimientos de tipo vertical.
A partir del Neógeno ha habido tres movimientos póstumos: el primero es el abombamiento de la meseta que se bascula hacia occidente, derivados de este basculamiento se producen una serie de empujes desde oriente y provocan que el zócalo también se bascule hacia el Atlántico, y la tercera fase es una serie de movimientos de origen vertical que elevan las cordilleras alpinas (sistema Central y Montes de Toledo).
En el Cuaternario se dan cambios en el paisaje, son movimientos eustáticos que afectan al nivel del mar. Se producen tanto subidas como bajadas, con origen en el glaciarismo. También aparecen fenómenos volcánicos en áreas fragmentadas o fallas como Olot y La Mancha. Además los ríos toman la configuración actual y comienza su erosión.
Por último están los sistemas morfogenéticos que dan lugar al relieve actual, hacen referencia a los aspectos climáticos, erosivos, químicos y mecánicos que afectan al relieve y están ligados a la tectónica. También tuvieron influencia las glaciaciones (en las partes más elevadas), junto al agua y al viento.
Una forma es el circo glaciar, una especie de depresión circular por influencia de los hielos que se da en las mayores altitudes y da lugar a una serie de lenguas de hielo llamadas morrenas que surgen de la parte más elevada de la montaña y discurren por todo el valle hasta la base; si se encaja entre montañas y labra un valle en forma de "U" se le llama artesa. Esto es muy común en los Pirineos y las zonas más elevadas.
En las zonas menos elevadas se da otro tipo de modelado, el dominio periglaciar, muy común en los periodos interglaciares. Las formas de modelado más importantes son la gelifracción y la solifluxión, que a su vez alteran los procesos de erosión fluvial: en las fases más frías los ríos tendrán menos caudal que en el deshielo cuando aumentan su fuerza erosiva y configuran los acantilados.[1]
Principales picos y montañas de España | |||
Nombre | Cordillera | Altitud (m s.n.m.) | |
01 | Pico Teide | Isla de Tenerife | 3715 |
02 | Pico Mulhacén | Sierra Nevada | 3478 |
03 | Pico Aneto | Pirineos | 3404 |
04 | Pico del Veleta | Sierra Nevada | 3392 |
05 | Posets | Pirineos | 3375 |
06 | Pico Alcazaba | Sierra Nevada | 3366 |
07 | Monte Perdido | Pirineos | 3355 |
08 | Pico Maldito | Pirineos | 3350 |
09 | Pico Marboré | Pirineos | 3328 |
10 | Pico de la Maladeta | Pirineos | 3309 |
Fuente: Dirección General del Instituto Geográfico Nacional (España) | |||
La España peninsular tiene una superficie de 493 458 km² (el 97,53 % del territorio nacional) y sus costas miden un total de 4600 km aproximadamente. La altitud media es de 660 metros sobre el nivel del mar , y la anchura máxima de la península es de 1094 km. En el relieve destaca la abundancia de sistemas montañosos, puesto que casi la mitad de la superficie es accidentada. La Meseta Central es el elemento principal del relieve porque está situada en el centro del país, ocupa una gran extensión y en torno a ella se articulan las cordilleras y depresiones.
Las cordilleras más elevadas son el sistema Bético, los Pirineos, la cordillera Cantábrica y el sistema Central. El sistema Ibérico, las cordilleras Costeras Catalanas, los montes de Toledo y Sierra Morena conforman zonas de media montaña, las más abundantes en las zonas accidentadas. Las áreas llanas las componen la Meseta Central, las depresiones del Ebro y del Guadalquivir, y las llanuras litorales de la costa mediterránea. Los mares que bañan el litoral español son el mar Mediterráneo por el nordeste, este, sudeste y sur, el mar Cantábrico por el norte, y el océano Atlántico por el noroeste y sudoeste.
El territorio español además presenta una gran diversidad natural y humana, que viene dada por la variedad del relieve y por los contrastes climáticos propiciados por el mismo, que determinan diferentes tipos de vegetación, de aguas y de suelos. Esta variedad del medio físico supone un reparto desigual de los recursos naturales en el espacio y, por consiguiente, de las actividades económicas humanas, dando lugar a una gran pluralidad de paisajes humanos.
El relieve de la península ibérica se articula alrededor de una gran unidad central, la Meseta Central, de una altitud media de 650 metros sobre el nivel del mar. Esta se ubica en el centro de la península ibérica, en las comunidades autónomas de Castilla y León, Comunidad de Madrid, Castilla-La Mancha, la mitad este de Extremadura y el suroeste de Aragón, y está ligeramente inclinada al océano Atlántico. Los principales ríos que discurren por la meseta son el río Duero, el Tajo y el Guadiana, todos ellos dirigidos al oeste. El sistema Central divide la Meseta Central en dos submesetas: la Submeseta Norte y la Submeseta Sur.
La Submeseta Norte se ubica exclusivamente en Castilla y León y tiene una altitud media de 700 metros sobre el nivel del mar. Limita en el sur con las sierras de Gata y Gredos, y en el sureste con las sierras de Guadarrama y Ayllón, todas ellas pertenecientes al sistema Central. En su límite estenoreste está el sistema Ibérico, y en el norte limita con la cordillera Cantábrica. Toda la submeseta pertenece a la cuenca del río Duero, el cual transcurre de este a oeste.
La Submeseta Sur se ubica en las comunidades autónomas de Madrid, Castilla-La Mancha, en la mitad este de Extremadura y en la provincia aragonesa de Teruel. Tiene una altitud media de 670 metros sobre el nivel del mar y está limitada por sucesivas cadenas montañosas. En el límite noroeste están las sierras de Gredos y Guadarrama, y en el norte la de Ayllón, todas ellas pertenecientes al sistema Central. En el límite noreste y este está el sistema Ibérico, y en el sur se extiende Sierra Morena. La Submeseta Sur se encuentra dividida en dos mitades, norte y sur, por los montes de Toledo, una pequeña cordillera que se orienta de oeste a este y que se ubica en el norte de La Mancha. El río Tajo transcurre de este a oeste en la mitad norte de la submeseta, y el río Guadiana transcurre con la misma orientación en la mitad sur. Ambas cuencas están separadas por los Montes de Toledo.
Las principales cordilleras de la península pueden considerarse, en relación con la Meseta Central, organizadas en tres grupos:
Dentro de la Meseta Central hay dos sistemas montañosos: el sistema Central y los montes de Toledo. El sistema Central, ubicado en el centro de la meseta, la divide en dos submesetas (norte y sur) y es la frontera natural entre las comunidades autónomas de Castilla y León por un lado, y de la Comunidad de Madrid y Castilla-La Mancha por otro. La cordillera se extiende de oeste a este a lo largo de 700 km, y su pico más alto es el Almanzor, con 2592 m s. n. m. Algunas de sus sierras son la de Gata y de Gredos en su mitad oeste, y las de Guadarrama y de Ayllón en su mitad este.
El otro sistema montañoso es el de los montes de Toledo, una pequeña cordillera de 350 km de longitud y 100 km de anchura que se extiende de oeste a este en las provincias de Toledo y Cáceres. Estas montañas no son especialmente elevadas puesto que el pico más alto, el de la Villuerca Alta, mide 1603 m s. n. m. A esta cordillera pertenece la sierra de Guadalupe, ubicada en el centro de Extremadura.
Las cordilleras interiores a la Meseta Central son:
Rodeando la Meseta Central está la cordillera Cantábrica, el sistema Ibérico y Sierra Morena. La cordillera Cantábrica se extiende de oeste a este a lo largo de 480 km por todo el límite norte de la meseta, haciendo de límite natural entre Castilla y León y las comunidades autónomas cantábricas (Galicia, Asturias, Cantabria y País Vasco). La máxima altitud de la cordillera es el pico Torre Cerredo con sus 2648 m s. n. m. Así, la cordillera Cantábrica separa la meseta de la costa del mar Cantábrico.
En el límite noreste y este de la Meseta Central está el sistema Ibérico, un sistema montañoso con orientación sureste-noroeste y una longitud cercana a los 600 km que hace de límite natural entre las dos Castillas y Aragón. Comienza en La Rioja y acaba en la provincia de Albacete. A la cordillera pertenecen sierras como los Picos de Urbión en La Rioja y la provincia de Soria, la sierra de Albarracín en la provincia de Guadalajara, la serranía de Cuenca (en la provincia de Cuenca), y la del Rayo en la provincia aragonesa de Teruel. El pico más alto es el Moncayo con sus 2313 m s. n. m. Por tanto, el sistema Ibérico separa la meseta de la depresión del Ebro y de la costa levantina del mar Mediterráneo.
En el límite sur de la meseta está Sierra Morena, un sistema montañoso que se extiende de oeste a este con una longitud de 400 km, haciendo de límite natural de Castilla-La Mancha y Extremadura con Andalucía. Su máxima elevación excede levemente los 1000 metros sobre el nivel del mar, por lo que no es una cordillera especialmente elevada. Sierra Morena incluye sierras como Sierra Madrona, la sierra de Aracena y la sierra de Hornachuelos. Así, Sierra Morena separa la meseta de la depresión del Guadalquivir.
En el noroeste, junto a Galicia, están los montes de León
Las cordilleras que rodean la Meseta Central son:
Existen cordilleras que no limitan con la Meseta Central. Una de ellas es los Pirineos, una de las cordilleras más elevadas de España y una de las más extensas con sus 415 km de longitud y sus 150 km de anchura media. La cordillera está ubicada en la frontera con Francia, en el extremo noreste del país, en el istmo de la península ibérica. Pertenecen a las comunidades autónomas del País Vasco, Navarra, Aragón y Cataluña. Por su adscripción política, se pueden diferenciar los Pirineos españoles, los franceses y los andorranos. Los Pirineos españoles albergan los Prepirineos, una cordillera con picos más bajos que los de los Pirineos, ubicada en el sur de ésta; los Pirineos Navarros, con picos que no exceden de los 3000 metros; los Pirineos Aragoneses, que tienen los picos más altos (muchos de ellos superan los 3000 m); y los Pirineos Catalanes, que también tienen picos superiores a los 3000 metros. La mayor elevación de la cordillera es el pico del Aneto con sus 3404 m, siendo el segundo pico más alto de la península ibérica. Al sur de los Pirineos se extiende la depresión del Ebro.
En el extremo noreste de la península ibérica están las Cordilleras Costero Catalanas, un conjunto de sierras ubicadas en la comunidad autónoma de Cataluña. Tienen una orientación suroeste-noreste y se extienden a lo largo de 250 km paralelos a la costa mediterránea, y van desde la provincia de Tarragona hasta el golfo de Rosas. El sistema lo forman dos cordilleras: la Cordillera Litoral, situada junto a la costa, y la cordillera Prelitoral, ubicada más al noroeste.
En el sureste de la península ibérica están las cordilleras Béticas, un grupo de cordilleras y sierras que conforman una unidad geográfica. Los sistemas montañosos béticos se dividen en dos grandes conjuntos: cordillera Penibética, ubicada en la zona sur, junto a la costa con el mar Mediterráneo; la cordillera Subbética, situada más al norte y limitando con el este de Sierra Morena y el sur del sistema Ibérico; y los sistemas Prebéticos, situados al este de la cordillera Penibética. Algunas sierras béticas son Sierra Nevada, la Sierra de Cazorla y la Sierra de Grazalema. El pico más elevado de la cordillera y de la península ibérica es el Mulhacén (3478 m).
En el noroeste de la Península, detrás de los Montes de León, dentro de Galicia, está el Macizo Galaico.
Las cordilleras exteriores a la Meseta Central son:
Las dos principales depresiones de la España peninsular son la del río Ebro y la del Guadalquivir. Estas son exteriores de la Meseta y fueron cuencas o fosas prealpinas que, tras la orogénesis terciaria, quedaron entre las cordilleras alpinas y los macizos antiguos. Tienen forma triangular y fueron rellenadas por grandes espesores de sedimentos terciarios y cuaternarios.
Las costas de la Península son poco recortadas, curvas y con un contorno rectilíneo. Abundan las costas altas y rocosas en el norte, y las costas bajas y arenosas en el sureste. Las costas de las islas Baleares presentan tramos rocosos, y las costas de las islas Canarias presentan acantilados.
Los casi 4600 km de costas de la España peninsular pertenecen al mar Mediterráneo en el noreste, este, sureste y sur, al Cantábrico en el norte, y al océano Atlántico en el noroeste y suroeste.
El mar Cantábrico baña la costa norte de la península, orientada de oeste a este y con una longitud aproximada de 550 km. Va desde la Estaca de Bares en Galicia, y la frontera entre el País Vasco y Francia. En términos generales es rectilínea y se caracteriza por la abundancia de acantilados, rasas y cortas rías, la más larga es la de Bilbao, así como por la escasez de playas y llanuras. El punto más septentrional de la península ibérica está en la Estaca de Bares (43°47′ 36'' N), situado en esta costa. Además de este cabo, hay otros importantes como el Peñas en Asturias, y el de Ajo en Cantabria. Los principales elementos de la costa cantábrica, ordenados de este a oeste, son:
El océano Atlántico baña las costas de Galicia que miran al oeste, orientadas de norte a sur. Va desde la punta de Punta de Estaca de Bares hasta la desembocadura del río Miño, frontera entre Galicia y Portugal. Es la costa más articulada de España con abundantes y extensas rías que penetran entre 25 y 35 km en el interior. El relieve montañoso de Galicia hace que abunden los acantilados y que escaseen las playas. Las rías se diferencian entre rías altas y rías bajas. Algunas de las rías altas más importantes son la de Foz, la de Ortigueira y la de Viveiro; y algunas de las rías bajas más importantes son la de Vigo, la de Pontevedra y la de Arosa. El punto más occidental de la España peninsular está en el Cabo Touriñan (9°18′ 19''), ubicado en la provincia de La Coruña.
Los principales elementos de la costa atlántica gallega, ordenados de norte a sur, son:
El océano Atlántico baña las costas de la comunidad autónoma de Andalucía comprendidas entre la frontera con Portugal y la punta de Tarifa, siendo este cabo el más meridional de la península (36°0′ 00'' N). La punta de Tarifa forma parte del estrecho de Gibraltar y separa el océano Atlántico y el mar Mediterráneo. La costa atlántica andaluza tiene una orientación noroeste-sureste, y está caracterizada por ser muy rectilínea y por tener casi exclusivamente playas. Más en el interior abundan las marismas y los campos de dunas puesto que el terreno es muy bajo (raramente excede los 50 metros) y llano (la desembocadura del río Guadalquivir ocupa casi todo el territorio). Este tramo de costa conforma el golfo de Cádiz. Los principales elementos de la costa atlántica andaluza, ordenados de oeste a este, son:
La costa del mar Mediterráneo es la más extensa de España. Va desde el estrecho de Gibraltar, situado en el extremo sur de Andalucía, hasta la frontera entre Cataluña y Francia. La costa de Andalucía está orientada de oeste a este y está ligeramente articulada. Por lo general abundan las playas aunque también se pueden encontrar bastantes rasas en zonas en las que la cordillera Penibética llega a la costa. El golfo y cabo de Gata, ubicado en el extremo sureste de Andalucía, hace de límite entre la costa andaluza y la costa levantina, que alberga a la Región de Murcia y la Comunidad Valenciana. Este tramo de costa mediterránea tiene una orientación de suroeste-noreste, y es menos articulada que la andaluza, con una predominio notable de playas. Hay que destacar los cabos de Palos en Murcia y la Nao en Alicante. Junto al cabo de Palos está el mar Menor, un gran lago de agua salada separado del mar Mediterráneo por una fina franja de tierra. Entre el cabo de la Nao y el delta del río Ebro está el golfo de Valencia, caracterizado por tener exclusivamente playas en su costa puesto que el terreno es muy llano. Desde el delta del Ebro hasta la frontera con Francia se extiende la costa catalana, orientada del suroeste al noreste. Esta costa es más articulada que la del golfo de Valencia y tiene más rasas, debido a la cercanía de las cordilleras Costero Catalanas a la costa. El punto más oriental de la península ibérica es el Cabo de Creus (3°19′ 19'' E), situado en el noreste de esta costa. Los principales elementos de la costa mediterránea, ordenados de suroeste a noreste, son:
La costa se extiende desde Gibraltar hasta el cabo de la Nao, en Alicante. Debido a los relieves de las Cordilleras Béticas presenta una costa abrupta, pero al igual que hay costas rocosas también hay costas bajas. Tales son el caso del golfo de Alicante y la cuenca del Segura. Las albuferas y las lagunas litorales son comunes en esta zona, como la de Alicante, el Mar Menor y la de Torrevieja. Los principales elementos de la costa mediterránea, ordenados de suroeste a sureste, son:
Presenta un arco que abarca en el cabo de la Nao y termina en el saliente de la delta del Ebro. Son comunes las albuferas y las marismas hasta Peñíscola. Entre las albuferas más importante se encuentra la de Valencia. Los principales elementos de la costa mediterránea, ordenados de sur a norte, son:
Abarca desde el saliente de la delta del Ebro hasta el cabo de Creus. Presenta relieves muy contrastados, desde deltas y llanuras hasta costas acantiladas. El delta más importante es el de Ebro, y también destacan el de Llobregat y el de la Tordera. El principal accidente es el golfo de Rosas
A España pertenecen dos archipiélagos de islas. Uno de ellos es el de las islas Baleares, ubicado en el mar Mediterráneo y a 90 km al este del cabo de la Nao (Alicante). El otro es el de las Islas Canarias, situado en el océano Atlántico, a 1050 km al suroeste de Cádiz y a 100 km al oeste de la costa africana.
Las islas Baleares es un archipiélago situado en el mar Mediterráneo, a 80 km al este de la península ibérica. Tiene una latitud media de 39°30′ N. 270 km separan los límites occidental y oriental del archipiélago, y 160 km de los extremos norte y sur. Las tres islas más grandes e importantes que componen Baleares son Ibiza, Mallorca y Menorca. Las tres islas principales están alineadas en ese orden orientadas de suroeste a noreste. Aparte de estas tres, hay otras islas de menor tamaño como son Formentera y la Cabrera. En el relieve de las islas Baleares predominan las zonas llanas y de escasa altitud, exceptuando la sierra de la Tramontana, situada en Mallorca.
El relieve del archipiélago balear tiene relación con las Cordilleras Béticas y las Cordilleras Costeras Catalanas,[2] ya que Mallorca e Ibiza están unidas bajo el agua a través de un estrecho; y Menorca está unida con las Cordilleras Costeras Catalanas.
Las costas de las islas Baleares son altas, ya que en muchos lugares las montañas llegan hasta el mar. Si el mar baña una llanura, la costa es baja y arenosa.
El archipiélago de las islas Canarias está situado en el océano Atlántico norte, a 1050 km al suroeste de la costa de Cádiz y a 100 km al oeste de la costa africana. 460 km separan los extremos occidental y oriental del archipiélago y 190 km los límites norte y sur del mismo. Canarias se compone de siete islas principales dispuestas de oeste a este y de dos islotes, Alegranza y Graciosa.[2] Es de origen volcánico debido a su formación mediante la acumulación de sedimentos procedentes de las erupciones, que a su vez procedían del fondo atlántico.[2] El relieve de las islas es montañoso, con una importante presencia de volcanes y con costas altas. El más alto de ellos es el Teide (3715 m), situado en la isla de Tenerife, siendo también el más alto del territorio español y el tercer volcán más grande del mundo desde su base.
Las costas de las islas Canarias son algunas costas altas, con acantilados; y otras de costas bajas con playas de arena o de piedra, donde se forman las dunas. Si es de origen volcánico, la playa tiene arena de color negro.
Las plazas de soberanía es el conjunto de posesiones españolas en la costa norte de África.
El accidentado y complejo relieve que tiene España ha influido directamente en la historia de este país, y en las batallas y guerras que en él se han librado. Hay que tener en cuenta que, hasta hace poco más de doscientos años, el acceso a muchos puntos de la península ibérica era complicado porque había que superar cordilleras montañosas. Por ejemplo, para acceder a la Meseta Central (donde están Madrid y Toledo) saliendo de Europa, hay que atravesar los Pirineos y el sistema Ibérico. Los antiguos romanos, los visigodos, los árabes y posteriormente los cristianos tuvieron dificultades en la conquista de territorios debido a que los pobladores de zonas montañosas conocían bien la orografía de su tierra, mientras que los invasores no. También por ese motivo se retrasó la conquista de las Canarias. En las zonas llanas, especialmente en la Meseta Central, los castillos se construían en lo alto de los cerros para poder avistar al enemigo a tiempo. Historiadores y escritores han comparado a la Meseta Central con un castillo, siendo las cordilleras que la rodean sus murallas. Por tanto, España nunca ha sido un país fácil de conquistar debido, en parte, a su relieve. Por otro lado, esta geografía fue una de las causas por las que España no tuvo una red de ferrocarril suficientemente extensa hasta que las tecnologías permitieron la construcción de rutas montañosas. Esta falta de medios de transporte modernos supuso para el país un retraso en el desarrollo de la Revolución industrial.
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