Barrow se convirtió en líder del DLP tras la muerte de Charlie Broome en 1959 y condujo al partido a una victoria estrecha en las siguientes elecciones generales, convirtiéndose en el tercer premier de Barbados, cargo para el que fue juramentado el 4 de diciembre de 1961. El gobierno del DLP logró acordar una independencia negociada con el Reino Unido y Barbados se convirtió en un estado completamente independiente el 30 de noviembre de 1966, cambiando Barrow su cargo de premier por el de primer ministro. Ese mismo año el partido gobernante obtuvo una amplia victoria electoral, accediendo a un segundo mandato. El gobierno de Barrow aceleró el desarrollo industrial, expandió la industria turística para reducir la dependencia económica de la isla del cultivo de azúcar, introdujo el Seguro Nacional de Salud y el Seguro Social e implementó la educación secundaria gratuita. En el plano exterior, fomentó la integración regional, cofundó la CARICOM y adhirió a Barbados a la OEA. Sus opositores criticaron un alto nivel de desempleo, una fuerte inflación y un elevado nivel de corrupción gubernamental hacia el final de su administración.[9][13] Barrow condujo al DLP a una tercera victoria en 1971 antes de finalmente ser derrotado por el BLP en 1976, con Tom Adams como líder.[10]
Luego de un breve período de liderazgo de Frederick G. Smith, Barrow retornó a la presidencia del DLP en julio de 1978, asumiendo como líder de la Oposición oficial en el Parlamento, cargo en el que se mantuvo a pesar de sufrir el partido una contundente derrota en 1981. Barrow se perfiló como un enfático opositor a la invasión de Granada por parte de los Estados Unidos en 1983, durante la cual el ejército estadounidense había disfrutado del apoyo territorial del gobierno de Adams.[14] Con la muerte de este en 1985 y su reemplazo por Bernard St. John, Barrow encabezó una campaña ruidosa y lideró al DLP en lo que fue la victoria más aplastante de su historia en 1986, retornando al cargo de primer ministro y convirtiéndose, hasta la fecha, en la única persona que a ocupado la posición en dos ocasiones no consecutivas. Su último mandato se caracterizó por un enfriamiento en las relaciones con los Estados Unidos y un acercamiento al Reino Unido y Canadá. Sometido a un intenso estrés que debilitó su salud, Barrow falleció tan solo un año y cuatro días después de su regreso al poder, el 1 de junio de 1987. Fue sucedido por Lloyd Erskine Sandiford.[12]
Considerado el «Padre de la Independencia de Barbados», Barrow es elogiado en el Caribe anglófono como un referente histórico en la defensa de la democracia parlamentaria, la emancipación negra y la integración caribeña. En su país ostenta la distinción póstuma de héroe nacional y el consecuente título de «El Justo Excelente» (The Right Excellent) otorgado por una ley del Parlamento el 28 de abril de 1998,[15] el día de su cumpleaños se considera festivo y su rostro está impreso en el billete de 50 dólares barbadenses. Al cumplirse cinco décadas de la independencia de Barbados en 2016 se publicó un libro sobre su trayectoria, cuya introducción destacó que Barrow «encontró Barbados como una colección de aldeas y la transformó en una nación orgullosa».[16]
Primeros años
Barrow nació el 21 de enero de 1920, en la parroquia de Saint Lucy, hijo del reverendo Reginald Grant Barrow (1889-1980) y su esposa Ruth Alberta O'Neal (1884-1939) y segundo de cuatro hermanos. Su abuelo materno era un próspero herrero, cuyo éxito económico le permitió comprar la plantación azucarera de la parroquia.[1] Su padre, un sacerdote anglicano, fue nombrado director de la escuela Alleyne después de que sus sermones en la parroquia de Saint Lucy lo hicieran entrar en conflicto con la clase dominante y la jerarquía eclesiástica. Exponente de lo que más tarde se conocería como «Teología de la Liberación»,[1] Reginald Grant Barrow continuó presionando a favor de los trabajadores pobres de la isla. En 1919, después de que desafió las malversaciones financieras de los plantadores blancos que supervisaban las donaciones a la escuela, la iglesia lo transfirió sumariamente a la isla de St. Croix en las Islas Vírgenes de los Estados Unidos, por lo que no se encontraba en Barbados al momento del nacimiento de su segundo hijo.[2]
Al poco tiempo de nacer, Barrow y su familia se trasladaron a St. Croix, donde pasaría los primeros seis años de su vida. Cada vez más enfrentado con las autoridades por sus posturas sociales y políticas, su padre (fundador de la Iglesia Episcopal Metodista Africana en las Islas Vírgenes) fue finalmente deportado a Nueva York como «indeseable», y no volvería a reunirse con su familia. Barrow, que inició su educación en St. Croix, no vio a su padre de nuevo sino hasta mucho más tarde.[2] Ruth Barrow regresó a Barbados para criar a sus cinco hijos con la ayuda de su familia extendida, que vivía con su abuela Catherine O'Neal en Bridgetown. Su hermano mayor, el Dr. Charles Duncan O'Neal, fue un destacado médico y activista (luego Héroe Nacional de Barbados) que fundó la Liga Democrática y la Asociación de Trabajadores, la primera organización socialista en Barbados.[17] O'Neal se convirtió en una figura paterna y un mentor para Barrow, que adquirió de su tío la mayor parte de sus filosofías políticas posteriores.[17]
En Barbados, Barrow asistió por primera vez a la Wesley Hall Boys School antes de ganar una beca para la Combermere School, a la que asistió durante un año antes de ser admitido en Harrison College, entonces la escuela para niños más prestigiosa de la isla.[18] Después de graduarse de Harrison, Barrow pasó un año trabajando como asistente legal mientras estudiaba para obtener una beca para Codrington College, la escuela de la que su padre había emergido como su graduado más joven en 1919.[2] Su madre murió en 1939 y él ganó la Beca Island en 1940. Ese mismo año, sin embargo, ante la escalada de la Segunda Guerra Mundial, Barrow interrumpió sus estudios para alistarse en la Royal Air Force.[19][20]
Segunda Guerra Mundial y secuelas
Después de unirse a la Reserva de Voluntarios de la RAF en Londres como Aircraftmen 2 (AC2), Barrow se sometió a un entrenamiento inicial para tripulaciones de bombarderos ligeros en RAF Benson. Luego fue destinado a RAF Marham y capacitado como operador inalámbrico. En enero de 1942 había sido ascendido a AC1 y posteriormente realizó un curso de formación de navegantes de dieciocho meses en Canadá. Barrow recibió sus alas de Air Navigator y fue ascendido a Sargento el 25 de noviembre de 1943.[3]
Durante los siguientes seis meses, Barrow voló en cincuenta y tres misiones operativas de bombardeo sobre el territorio europeo, incluido el apoyo a las fuerzas terrestres durante la batalla de las Ardenas. Al final de la guerra, fue nombrado navegante personal del Comandante en Jefe de la Zona Británica de la Alemania ocupada, el Jefe Aéreo Marshall Sir William Sholto Douglas.[3] Durante ese período, Barrow ascendió al rango de oficial de vuelo . Douglas, quien más tarde se convirtió en presidente de British European Airways, permaneció cercano a Barrow y lo nombró padrino de su único hijo. Su último puesto en la RAF lo vio adscrito a la Oficina Colonial, donde supervisó las iniciativas de educación y formación profesional para exmilitares de todos los territorios coloniales.[17] En particular, de los doce hombres que abandonaron Barbados como parte del Segundo Contingente, seis murieron durante la guerra.[19]
Después de finalizar sus estudios, Barrow retornó a Barbados en 1950. La colonia se encontraba un proceso de democratización con la concesión del sufragio universal para adultos el año anterior, en medio de un movimiento político y sindical más amplio. En este marco, Barrow se afilió al Partido Laborista de Barbados o BLP, que lideraba Grantley Herbert Adams, y se presentó como candidato a miembro del Parlamento por la circunscripción de Saint George en las elecciones generales de 1951, los primeros comicios celebrados en la isla en los que todos los ciudadanos mayores de edad pudieron votar. Bajo el sistema electoral entonces vigente, cada parroquia y la ciudad de Bridgetown estaban representadas por dos parlamentarios, un Miembro Senior (que sería el candidato más votado en el distrito) y un Miembro Junior (el que le siguiera en votos).[4] Frederick Edward Miller también concurrió como candidato del laborismo, mientras que solo Herbert A. Dowding se postuló por la Asociación de Electores de Barbados (BEA). El laborismo concurrió fortalecido a los comicios con una campaña centrada en la ampliación de los derechos laborales y numerosas reformas que sentarían las bases del futuro estado barbadense. Barrow lideró una campaña sencilla y resultó electo Miembro Senior del Parlamento con 3.616 votos de primera preferencia (38,37%) contra 3.476 de Miller (36,88%) y 2.333 de Dowding (24,75%).[4] Al finalizar el escrutinio, el vehículo que transportó a Barrow desde el centro de cómputos hasta su hogar no pudo moverse debido a una avalancha de partidarios celebrando su victoria.[21] Barrow fue uno de los tres únicos dirigentes políticos en dicha elección (junto a A. E. S. Lewis en Bridgetown y Edna Ermyntrude Bourne, la única mujer, en St. Andrew) que resultaba electo parlamentario por primera vez.[21]
Labour Wins 16 Seats, The Barbados Advocate, 15 de diciembre de 1951 (en inglés)
Referéndum Nacional de 1993 ¿Desea que Malaui permanezca bajo el sistema de gobierno de partido único con el Partido del Congreso de Malaui (MCP) como único partido político o desea que Malaui cambie al sistema de gobierno multipartidista?
El referéndum nacional de Malaui de 1993 fue un proceso electoral realizado en la República de Malaui el 14 de junio de 1993 para dirimir si el país se mantenía como un estado de partido único o accedía a la democracia multipartidista. El Partido del Congreso de Malaui (MCP), encabezado por Hastings Kamuzu Banda, había gobernado el país desde su independencia en 1964 como única formación legal en el marco de un régimen totalitario.[1] Banda, que ostentaba el cargo de presidente vitalicio desde 1971, accedió a realizar el referéndum en medio de una creciente presión internacional contra su gobierno y sorpresivos disturbios sociales y manifestaciones en su contra en las principales ciudades. Luego de una serie de dudas sobre su participación en un proceso que en principio se esperaba viciado, los grupos opositores aceptaron concurrir al referéndum y se les permitió acceder a un registro legal como «grupos de interés especial»,[2] siendo sus principales referentes la Iglesia Católica y la Presbisteriana, el Frente Democrático Unido (que representaba a opositores internos y funcionarios disidentes del gobierno) y la Alianza por la Democracia (ligada a sectores sindicales y opositores en el exilio).
La campaña del referéndum fue sumamente controvertida, con denuncias de abuso de los recursos del Estado por parte del régimen de Banda.[3] A la oposición no se le permitió acceder a medios de difusión claves (como la radio, en un país donde más de dos quintos de la población no estaba analfabetizada) y tuvo que recurrir a la realización de mitines y una campaña clandestina debido a las presiones gubernamentales, por lo cual se vieron muy limitados a las áreas urbanas (donde se concentraba el rechazo al gobierno). Luego de la mediación de las Naciones Unidas, que asesoró al régimen en los recursos a utilizar para garantizar la confiabilidad del referéndum, se llegó a algunos acuerdos entre el gobierno, la AFORD y el UDF para que estos accedieran a participar. El proceso de campaña mostró una progresiva erosión del apoyo al MCP en la mayoría de las ciudades, y una caída de su respaldo incluso en sus bastiones rurales. Aunque ya se evidenciaban las divisiones que conducirían a una participación separada en las primeras elecciones generales del año siguiente, la AFORD y el UDF se comprometieron a impedir que sus diferencias debilitaran su causa e hicieron campaña juntos.
Finalmente, la opción del multipartidismo obtuvo un aplastante triunfo con el 64,69% de los votos sobre el 35,31% del mantenimiento del unipartidismo. La participación fue del 67,1% del electorado registrado, con una concurrencia mucho más alta en el centro y el norte del país y menor en el sur. Los observadores internacionales determinaron la victoria del multipartidismo como verídica, pero constataron la intimidación y la presión contra disidentes del gobierno en varias áreas, y remarcaron que el referéndum no podía ser calificado como «libre y justo» por completo. El voto fue muy divisivo en términos regionales y el MCP retuvo el control de sus bastiones en el centro del país con relativa facilidad, pese a que no pudo contrarrestar el abrumador apoyo recabado por la oposición en los extremos norte y sur, en ambos casos superior al 80%.
Banda reconoció el resultado, si bien rechazó las demandas de la oposición para renunciar y dar paso a un gobierno de transición. No obstante, se conformó un Consejo Consultivo Nacional que despojó a Banda de la mayoría de sus prerrogativas y de su cargo de presidente vitalicio (sin destituirlo de la jefatura de estado), mientras que el ejército se ocupó de desarticular a la policía secreta del régimen en diciembre, allanando el camino para elecciones generales libres al año siguiente.
Contexto
Agotamiento del régimen de Banda
Malaui accedió a la independencia en 1964 bajo el gobierno de Hastings Kamuzu Banda y el Partido del Congreso de Malaui (MCP). En 1966, el MCP fue declarado como único partido legal, marcando el comienzo de un largo régimen autocrático en torno a la figura de Banda. Más que un estado de partido único, el régimen de Banda fue descrito como «un estado de un solo hombre», dominado por una «autocracia altamente represiva» que impuso rígidos estándares de comportamiento social, político y moral a la población.[1] Todos los malauíes debían ser miembros del partido desde la mayoría de edad y llevar consigo la identificación partidaria en todo momento, con severas sanciones a la disidencia.[1] La autocracia de Banda se apoyó a nivel exterior en la Sudáfrica del apartheid (siendo el único país africano que mantuvo relaciones plenas con Sudáfrica) y en los Estados Unidos, que veían en el Malaui de Banda una salvaguarda anticomunista en medio de varios regímenes antioccidentales. El país disfrutó de estándares económicos relativamente favorables respecto al resto del continente, pero la ubicuidad del régimen de Banda condujo a que se generara un clima de miedo permanente, incluso superior al de países africanos azotados por guerras civiles.[1] Los Jóvenes Pioneros de Malaui, policía secreta del régimen, tenían un poder superior al del ejército y se ocupaban de mantener aterrorizada a la población. Banda no permitió que se conformara ningún liderazgo político dentro del partido fuera del suyo y marginó o directamente eliminó a cualquier funcionario que pudiera debilitar su posición.[1] Del mismo modo, a pesar de la estabilidad económica, el carácter «depredador» del estado malauí condujo a que la élite política se enriqueciera y beneficiara a costa del bienestar general, y el país se mantuvo en gran medida subdesarrollado y empobrecido.[1]
Hacia el final de la década de 1980, con el término de la Guerra Fría y el anuncio del fin del apartheid, el bloque occidental dejó de considerar necesario al régimen malauí y comenzó a presionar al gobierno por una mayor democratización. La situación económica se deterioró y el régimen se quedó sin apoyos internacionales. Al mismo tiempo, la salud de Banda (que por entonces ya tenía casi noventa años), comenzó a flaquear y el liderazgo del gobierno recayó más que nada en los principales confidentes del dictador: John Tembo y Cecilia Kadzamira. Tembo y Kadzamira bloquearon efectivamente el acceso a Banda, distanciándolo cada vez más de los asuntos cotidianos, por lo que es probable que el presidente no fuera consciente de la magnitud de la presión ejercida sobre el régimen para forzar un cambio. A medida que Banda perdía su control personal sobre el estado, comenzó a gestarse lentamente una disidencia interna por fuera de los grupos opositores en el exilio. El régimen ya no era capaz de suprimir completamente las críticas como en el pasado, y su aparato de seguridad represivo se volvía cada vez más ineficiente para contrarrestar el creciente sentimiento antigubernamental. Para fines de 1991, el Malaui de Banda era el único país del sur de África que mantenía el sistema de partido único, con todos los países vecinos (Zambia, Tanzania y Mozambique) accediendo a instaurar el multipartidismo. El rápido ritmo de cambios en el continente motivaron un mayor envalentonamiento en sectores de la población malauí. El 8 de marzo de 1992, el régimen se vio expuesto a críticas sin precedentes cuando los obispos locales de la influyente Iglesia Católica publicaron una carta pastoral en la que criticaban las violaciones a los derechos humanos. Ese mismo mes, más de ochenta opositores malauíes en el exilio se reunieron en Lusaka, en la vecina Zambia, para discutir una estrategia que precipitara reformas en Malaui.
En abril, el líder sindical exiliado Chakufwa Chihana regresó a Malaui y pronunció un discurso en el Aeropuerto Internacional de Lilongüe, describiendo al MCP como «un partido de muerte y oscuridad» y exigiendo al régimen de Banda la convocatoria a un referéndum nacional para definir el futuro político del país. Chihana fue arrestado en el mismo lugar y condenado a dos años de prisión con trabajos forzados por el delito de sedición. La detención de Chihana provocó una encendida condena a nivel internacional, y precipitó que una serie de protestas en Lilongüe y Blantire (ya iniciadas en marzo en apoyo a la carta de los obispos) escalaran hasta convertirse en severos disturbios antigubernamentales. Banda ordenó a la policía y al ejército dispersar a los manifestantes con fuego letal, teniendo como saldo 38 muertos. Si bien la revuelta fue suprimida con éxito, la misma constituyó la mayor demostración de descontento social contra el régimen del MCP en sus treinta años de existencia. Asimismo, la represión llevó a que los donantes internacionales cancelaran toda ayuda económica no humanitaria a la espera de que la situación de las libertades civiles mejorara, aumentando considerablemente el aislamiento de Malaui.[3]
La única respuesta del régimen al descontento creciente fue disolver la Asamblea Nacional y convocar a elecciones unipartidistas para junio, cubriendo 91 de los 141 escaños del legislativo. Las fuerzas opositoras, agrupadas provisoriamente en un «Comité para una Alianza Democrática» llamaron al boicot.[4] Cuarenta y cinco candidatos fueron devueltos sin oposición, cinco puestos quedaron vacantes debido a la descalificación de algunos candidatos y, donde la votación llegó a realizarse, 62 diputados en ejercicio perdieron su escaño. Oficialmente, el régimen declaró que la participación rondó el 80%, pero estimaciones independientes determinaron un éxito considerable del llamado opositor a la abstención, reportando que la concurrencia fue de hecho inferior al 40%. En el distrito de Blantire solo votó un 20%, y se reportaron áreas en las cuales solo votó un 10% del electorado registrado.[3]
Proposición del referéndum
A pesar de la respuesta contundente del régimen de rechazar el aperturismo político, la situación escaló rápidamente a mediados de año después del fracaso electoral. En agosto, el Sínodo de Livingstonia de la Iglesia Presbiteriana de África Central (CCAP) votó para formar un comité que presionara al gobierno para que se realizara el referéndum exigido por Chihana, siendo replicado por el Consejo Cristiano de Malawi (CCM), que agrupaba a diecisiete iglesias protestantes. Se fundaron comités pro-democracia en las tres regiones del país, iniciativas que buscaban dar impulso a la oposición a Banda y quitar validez a las afirmaciones del régimen de que no existía oposición organizada. En septiembre, el sector opositor ligado a Chihana anunció la configuración de la Alianza por la Democracia (AFORD), la primera organización de oposición seria establecida en Malaui desde su independencia. Cada vez más presionado por las circunstancias adversas y temiendo que los disturbios de mayo se repitieran, el gobierno a regañadientes accedió a crear un «Comité Presidencial de Diálogo», el cual tendría el mandato de discutir «temas de interés nacional» con el grupo opositor y los líderes religiosos. En un giro sorpresivo de los acontecimientos, Banda anunció públicamente en octubre la convocatoria a un referéndum para definir si Malaui conservaba el sistema de partido único o convocaba a elecciones multipartidistas, tomando por sorpresa a gran parte de la población y a los grupos de presión externos.
Después de la convocatoria, un grupo de funcionarios disidentes y expolíticos destituidos o marginados durante el régimen establecieron un segundo grupo de presión opositor, el Frente Democrático Unido (UDF), bajo el liderazgo de Bakili Muluzi, antiguo Secretario General del MCP. El UDF comenzó a movilizarse dentro de Malaui a favor de un sistema multipartidista. Aunque el UDF y la AFORD mantenían agendas similares, el UDF dejó en claro que no quería tener relación con los dirigentes exiliados y políticamente diversos, mientras que la AFORD sostenía que a los opositores en el exilio se les debería permitir radicarse nuevamente en Malaui y tomar parte en los desarrollos políticos. Sin embargo, ante la oportunidad que ofrecía el referéndum, era poco probable que se desataran conflictos entre estos grupos. Las diversas organizaciones opositoras, que incluían tanto a los grupos de presión (más tarde partidos), las comunidades religiosas y representantes de la sociedad civil, convergieron en el Comité de Asuntos Públicos (PAC). El PAC sostuvo reuniones con el Comité Presidencial de Diálogo para discutir la nivelación del campo de juego en el período previo al referéndum. Estas reuniones fueron sumamente significativas, pues se trató de la primera vez desde la independencia en que representantes del gobierno malauí se reunían con representantes de la oposición para discutir cualquier tema de interés nacional.