«La llama consume el aire y es alimentada por la leña. El aire es la única condición para el crecimiento de los árboles. La leña, cooperando a consumir el aire, mediante el fuego, lucha contra sí misma y contra su propia fuente; y, sin embargo, el oxígeno del aire subsiste y los árboles no cesan de reverdecer».[3]
«Tenga paciencia quien se crea infelice; Que, aun en la situación más lamentable, Es la vida del hombre siempre amable. El viejo de la leña nos lo dice».[5]
↑ Correas (1906), p. 273. Y en Refranes alusivos al tiempo. Revista de Folklore, n.º 151-Tomo 13b, Panizo, Juliana (1993). pp. 29-36. Fundación Joaquín Díaz
Correas, Gonzalo (1906). Vocabulario de refranes y frases proverbiales y otras formulas comunes de la lengua castellana en que van todos los impresos antes y otra gran copia. Ratés.En Internet Archive.