arquidiócesis Católica Romana en Italia De Wikipedia, la enciclopedia libre
La arquidiócesis de Fermo (en latín: Archidioecesis Firmana y en italiano: Arcidiocesi di Fermo) es una circunscripción eclesiástica de la Iglesia católica en Italia. Se trata de una arquidiócesis latina, sede metropolitana de la provincia eclesiástica de Fermo. Desde el 14 de septiembre de 2017 su arzobispo es Rocco Pennacchio.[2]
Arquidiócesis de Fermo | ||
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Archidioecesis Firmana (en latín) | ||
Catedral de Santa María Asunta | ||
Información general | ||
Iglesia | católica | |
Iglesia sui iuris | latina | |
Rito | romano | |
Sufragánea(s) |
| |
Fecha de erección | siglo IV (como diócesis) | |
Elevación a arquidiócesis | 24 de mayo de 1589 | |
Sede | ||
Catedral | de Santa María Asunta | |
Ciudad | Fermo | |
Región | Marcas | |
País | Italia | |
Curia arzobispal | Arcivescovado, Via Sisto V 11, 63900 Fermo | |
Jerarquía | ||
Arzobispo | Rocco Pennacchio | |
Vicario general | P. Giordano Trapasso | |
Estadísticas | ||
Población — Total — Fieles |
(2023) 282 049 257 734 (91.4%) | |
Sacerdotes | 174 | |
Parroquias | 123 | |
Superficie | 1319 km² | |
Localización y extensión de la arquidiócesis | ||
Sitio web | ||
www.fermodiocesi.it | ||
La arquidiócesis tiene 1319 km² y extiende su jurisdicción sobre los fieles católicos de rito latino residentes en parte de la región de Marcas, comprendiendo:
La sede de la arquidiócesis se encuentra en la ciudad de Fermo, en donde se halla la Catedral de Santa María Asunta. En Montecosaro se encuentra la basílica de la Santísima Anunciada.
La arquidiócesis tiene como sufragáneas a la arquidiócesis de Camerino-San Severino Marche y a las diócesis de Ascoli Piceno, Macerata y San Benedetto del Tronto-Ripatransone-Montalto.
En 2023 en la arquidiócesis existían 123 parroquias agrupadas en 20 unidades pastorales y estas en 9 vicarías:[6]
Según la tradición, la diócesis de Fermo fue erigida en el siglo III y la fundación de la Iglesia está ligada a la memoria de dos santos mártires de mediados de siglo, Alessandro y Filippo, cuya existencia histórica, sin embargo, según algunos autores, desprovisto de cualquier base histórica.[7] Algunas pistas monumentales atestiguarían su existencia en el siglo IV: la cripta de la catedral conserva un sarcófago paleocristiano que data de este siglo. Además, las excavaciones arqueológicas realizadas bajo el suelo de la catedral han sacado a la luz los restos de una iglesia de principios del siglo V, que se supone que fue la catedral de la diócesis de Fermo.[7]
Los primeros obispos de Fermo históricamente documentados se remontan a las últimas décadas del siglo VI. El primero es Fabio, que vivió en 580, mencionado en una carta del papa Gregorio Magno escrita a su sucesor Passivo en 598, que fue destinatario de otras cartas del mismo pontífice en 601 y 602.[8] Entre los obispos posteriores de Fermo se pueden recordar: Gioviano, que estuvo entre los padres que participaron en el Concilio de Letrán convocado por el papa Martín I en 649 para condenar la herejía monotelita; Lupo y Giso, que estuvieron presentes en los concilios convocados en Roma por los pontífices en 826 y 844 respectivamente; Eodicius, destinatario en 879 de una carta del papa Juan VIII, que le encargó investigar un caso de monaquismo forzado ocurrido en la diócesis de Teramo.
Desde finales del siglo X la cronología episcopal de Fermo se volvió más continua y regular. Cabe mencionar a los obispos Udalrico (1057-1074), en relación con san Pedro Damián para la implementación de la reforma gregoriana en la diócesis; Balignano (1145-1167), que se sumó al cisma del antipapa Víctor IV; Presbitero (1184-1202), «personaje de gran importancia religiosa y cultural, compañero de estudios y amigo de Tomás Becket».[7] En 1176 las tropas comandadas por el arzobispo Cristiano de Maguncia, que apoyaba al emperador contra el papa, quemaron la catedral. Ya al año siguiente el papa Alejandro III promovió la reconstrucción de la catedral con el breve Cum iam pridem.[9]
Según las Rationes decimarum Marchiae, en la segunda mitad del siglo XIII la diócesis de Fermo incluía 167 iglesias y 15 parroquias, hecho que «pone de relieve la labor de penetración cristiana y de evangelización de las poblaciones».[7] En el mismo siglo llegaron a la diócesis los franciscanos, dominicos y agustinos.
En el primer cuarto del siglo XIV, enconados desacuerdos entre los canónigos de Fermo, que tenían derecho a elegir al obispo, provocaron problemas en la sucesión episcopal. Tras la muerte de Alberico Visconti, el papa Juan XXII tuvo que intervenir, nombrando en 1317 un administrador apostólico, que falleció al año siguiente. Luego, el capítulo dividido eligió a tres contendientes diferentes: Francesco, oficial de la curia romana, Rinaldo y Giacomo, dos canónigos de Fermo. La polémica se resolvió con la dimisión de Giacomo y la muerte de Rinaldo.
El 18 de noviembre de 1320 la diócesis de Fermo cedió una parte de su territorio para la erección de la diócesis de Macerata mediante la bula Sicut ex debito del papa Juan XXII.[10] [11]
En 1327 estalló una sedición en Fermo, en la que partidarios del antipapa Nicolás V prendieron fuego a la cancillería del obispo. El papa Juan XXII reaccionó con firmeza, imponiendo un entredicho a la ciudad y despojándola de su honor episcopal. Posteriormente se reservó el derecho de elegir a todos los obispos de la Marca Fermana y Anconitana, poniendo fin a los privilegios centenarios del capítulo. En 1332, después de que los rebeldes juraron obediencia al papa, se levantó el interdicto y se restableció la diócesis.
El obispo Antonio de Vetulis se unió al partido del antipapa Clemente VII y en 1385 fue depuesto por el papa legítimo Urbano VI, pero en 1390 se convirtió en obispo por segunda vez.
La cronología de los obispos de Fermo se complica debido al Cisma de Occidente y la división del cristianismo occidental en tres obediencias distintas. Los autores, entre ellos Gams, Cappelletti y Eubel, tienen cada uno su propia cronología episcopal y la sucesión de los obispos no siempre está clara, debido también a la homonimia de muchos de ellos.
Entre los principales reformadores y ejecutores de las decisiones del Concilio de Trento hay que recordar a Lorenzo Lenzi (1544-1571) y al cardenal Felice Peretti Montalto (1571-1577), futuro papa Sixto V, que actuó sobre todo mediante cuidadosas visitas pastorales y numerosos sínodos diocesanos; en el sínodo de 1564 se sentaron las bases para el establecimiento del seminario episcopal. La obra de reforma de la diócesis continuó con más determinación en el siglo siguiente, durante el cual los obispos «trabajaron por la formación cultural y espiritual del clero, la promoción de la vida religiosa y la educación catequética del pueblo, la creación de numerosas y amplias instituciones de bienestar y caridad».[7]
El 1 de agosto de 1571 la diócesis de Fermo cedió una parte de su territorio para la erección de la diócesis de Ripatransone mediante la bula Illius fulciti del papa Pío V.[12] El 24 de noviembre de 1586 se cedieron otras porciones de territorio para erigir la nueva diócesis de Montalto mediante la bula Super universas del papa Sixto V.[13] Estas pérdidas territoriales fueron compensadas el 24 de mayo de 1589 con la elevación de Fermo a arquidiócesis metropolitana mediante la bula Universis orbis ecclesiis del papa Sixto V.[14] La nueva provincia eclesiástica incluía las diócesis de Macerata y Tolentino (unida aeque principaliter), Ripatransone, Montalto y San Severino.[15]
Durante el siglo XVIII, la sede de Fermo fue ocupada por sólo cinco arzobispos. Entre ellos cabe mencionar a Alessandro Borgia (1724-1764), erudito y literato, que fue el primero en ordenar el archivo histórico diocesano y restaurar el palacio arzobispal; Urbano Paracciani Rutili (1764-1777), quien emprendió la muy controvertida reconstrucción de la catedral gótica en formas neoclásicas, obra completada por su sucesor Andrea Minucci en 1789. Cesare Brancadoro (1803-1837), por su oposición al régimen napoleónico, fue exiliado y permaneció alejado de la diócesis durante nueve años, de 1808 a 1817; además, en 1825 sufrió una ceguera total que le impidió ejercer sus deberes pastorales.
Durante más de cincuenta años, en la segunda mitad del siglo XIX, la arquidiócesis de Fermo fue gobernada por dos cardenales, Filippo de Angelis (1842-1877) y Amilcare Malagola (1877-1895). El primero participó activamente en el colegio cardenalicio durante el pontificado de Pío IX, fue arrestado dos veces, en 1849, por orden de la República Romana, y en 1860 por orden de Cavour. Dedicó particular atención al seminario arzobispal, que reformó con la introducción de un nuevo programa de estudios.
El comienzo del siglo XX estuvo marcado por el caso de Romolo Murri, sacerdote de Fermo, partidario del modernismo teológico, que contaba con numerosos seguidores en la arquidiócesis y al que se opuso enérgicamente el arzobispo Carlo Castelli (1906-1933): «En este asunto Castelli fue el fiel ejecutor Pío X. El "caso Murri" representó un terremoto para el joven clero de Fermo y para el seminario; el arzobispo fue drástico al tomar medidas contra los simpatizantes de Murri. Una vez pasada la tormenta, Castelli se dedicó a la reorganización de la Acción Católica y estimuló importantes iniciativas para la educación religiosa de la juventud».[7]
Según el Anuario Pontificio 2024 la arquidiócesis tenía a fines de 2023 un total de 257 734 fieles bautizados.
Año | Población | Sacerdotes | Bautizados por sacerdote |
Diáconos permanentes |
Religiosos | Parroquias | |||||
---|---|---|---|---|---|---|---|---|---|---|---|
Bautizados católicos |
Total | % de católicos |
Total | Clero secular |
Clero regular |
Varones | Mujeres | ||||
1950 | 225 250 | 225 500 | 99.9 | 377 | 304 | 73 | 597 | 90 | 920 | 152 | |
1969 | ? | 250 360 | ? | 202 | 85 | 117 | ? | 147 | 809 | 178 | |
1980 | 260 000 | 270 000 | 96.3 | 363 | 261 | 102 | 716 | 121 | 401 | 217 | |
1990 | 255 715 | 272 500 | 93.8 | 328 | 238 | 90 | 779 | 111 | 237 | 123 | |
1999 | 261 284 | 264 710 | 98.7 | 277 | 202 | 75 | 943 | 10 | 90 | 412 | 123 |
2000 | 267 918 | 273 016 | 98.1 | 274 | 194 | 80 | 977 | 10 | 99 | 385 | 123 |
2001 | 269 227 | 274 397 | 98.1 | 265 | 192 | 73 | 1015 | 12 | 91 | 391 | 123 |
2002 | 268 302 | 273 963 | 97.9 | 274 | 194 | 80 | 979 | 13 | 107 | 365 | 123 |
2003 | 268 500 | 276 373 | 97.2 | 268 | 191 | 77 | 1001 | 14 | 96 | 366 | 123 |
2004 | 269 953 | 275 589 | 98.0 | 263 | 179 | 84 | 1026 | 15 | 97 | 366 | 123 |
2006 | 278 086 | 283 423 | 98.1 | 247 | 175 | 72 | 1125 | 17 | 98 | 302 | 123 |
2013 | 283 002 | 294 002 | 96.3 | 233 | 168 | 65 | 1214 | 39 | 103 | 286 | 123 |
2016 | 273 924 | 287 049 | 95.4 | 228 | 166 | 62 | 1201 | 40 | 74 | 199 | 123 |
2019 | 271 943 | 294 807 | 92.2 | 210 | 151 | 59 | 1294 | 37 | 67 | 189 | 123 |
2021 | 264 354 | 286 337 | 92.3 | 189 | 138 | 51 | 1398 | 37 | 62 | 157 | 123 |
2023 | 257 734 | 282 049 | 91.4 | 174 | 131 | 43 | 1481 | 36 | 56 | 139 | 123 |
Fuente: Catholic-Hierarchy, que a su vez toma los datos del Anuario Pontificio.[16] |
La sede de Fermo se caracteriza por episcopados excepcionalmente largos. El arzobispo de Fermo con más años de servicio fue Alessandro Borgia (casi 40 años de episcopado), seguido de Filippo De Angelis (poco más de 35 años), luego Norberto Perini (poco más de 34 años), Cesare Brancadoro (34 años) y Giovan Battista Rinuccini. con 28 años de episcopado. Seguidos por Carlo Castelli y Lorenzo Lenzi con 27 años, Andrea Minucci y Domenico Capranica con 24 años, Nicolò Gaddi con 23 y finalmente Cleto Bellucci (21 años).
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