Justo Rufino Barrios Auyón (Ciudad de San Marcos, San Marcos, Guatemala, 19 de julio de 1835-Chalchuapa, El Salvador, 2 de abril de 1885) fue un militar y político guatemalteco, presidente de la República entre 1873 y 1885.
Justo Rufino Barrios | ||
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9.º Presidente de Guatemala | ||
4 de diciembre de 1873-28 de febrero de 1885 | ||
Vicejefe de gobierno |
José María Orantes (1882-1884)[lower-alpha 1] Alejandro M. Sinibaldi (1884-1885) | |
Predecesor | Miguel García Granados | |
Sucesor | Alejandro M. Sinibaldi | |
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1.º. Presidente de la República de Centroamérica Provisional | ||
28 de febrero de 1885-2 de abril de 1885 | ||
Predecesor | Cargo creado | |
Sucesor | Cargo suprimido | |
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1.º. Encargado de la Presidencia del Gobierno Provisorio de la República Teniente general del Ejército | ||
1 de julio de 1871-4 de diciembre de 1873 | ||
Presidente | Miguel García Granados | |
Predecesor | Cargo creado | |
Sucesor |
Cargo suprimido Julián Salguero (como Primer designado) | |
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Información personal | ||
Nombre en español | Justo Rufino Barrios Auyón | |
Apodo |
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Nacimiento |
19 de julio de 1835 San Marcos (Estado de Guatemala, República Federal de Centroamérica) | |
Fallecimiento |
2 de abril de 1885 Chalchuapa (El Salvador) | (49 años)|
Causa de muerte | Muerto en combate | |
Sepultura | Cementerio General de la Ciudad de Guatemala | |
Nacionalidad | Guatemalteca | |
Religión | Católica | |
Familia | ||
Padres | José Ignacio Barrios y María Josefa Auyón | |
Cónyuge | Francisca Aparicio de Barrios | |
Hijos |
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Educación | ||
Educado en | Universidad de San Carlos de Guatemala | |
Información profesional | ||
Ocupación | Notario | |
Lealtad | Ejército de Guatemala, 1871 - 1885 | |
Unidad militar | Infantería y caballería | |
Rango militar | General | |
Conflictos |
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Título | General | |
Partido político | Liberal | |
Firma | ||
Durante su mandato, fundó el banco hipotecario, el Hospital de Oriente en Chiquimula, desarrolló el mercado de La Reforma, firmó el contrato para la construcción del Ferrocarril Sur, promulgó el código penal, militar y fiscal, y mandó a construir el cementerio general de Guatemala.
Biografía
Barrios era hijo de José Ignacio de Barrios y María Josefa Auyón. En 1853 tuvo a su primer hijo, Venancio, y luego estudió la carrera de leyes por dos años en la Pontificia Universidad de San Carlos Borromeo en la Ciudad de Guatemala de donde en 1862 recibió el título de escribano público o notario. Ese mismo año regresó a San Marcos y dividió su tiempo entre el ejercicio de su profesión y el cultivo de su finca, «El Malacate». Durante ese tiempo tuvo varios hijos, entre ellos Antonio (1866) y José Barrios Estrada (1872).
En 1867, Barrios abandonó Guatemala para residir en México; en ese país se unió a varios revolucionarios guatemaltecos e ingresó junto a ellos a Guatemala para organizar constantes guerrillas contra las autoridades conservadoras guatemaltecas del gobierno del mariscal Vicente Cerna y Cerna, de las cuales logra huir al ser derrotado.[4]
Más tarde, cuando ya era presidente de la República, Barrios contrajo matrimonio con Francisca Aparicio Mérida -quien pertenecía a una de las familias más distinguidas de Quetzaltenango- el 5 de agosto de 1874; para entonces, Barrios tenía treinta y nueve años y ella menos de quince.[5] Con Francisca Aparicio, Barrios tuvo siete hijos entre los que estaba Elena Barrios Aparicio, quien llegó a ser la tercera Marquesa de Vistabella y en honor a quien se bautizó a la avenida del hospital San Juan de Dios como «Avenida Elena» en el Centro Histórico de la Ciudad de Guatemala.
Su sobrino, José María Reina Barrios, hijo de Celia Barrios Auyón de Reina, hermana de este, fue un destacado militar que finalmente llegó a ser Presidente de Guatemala en 1892.
Inexactitud histórica sobre su lugar de nacimiento
- Transcripción del Periódico "La Gaceta" del Acta de Bautismo del General Justo Rufino Barrios y el error del lugar de nacimiento.
- Detalle del Margen Acta Original de Bautismo del General Justo Rufino Barrios donde se desmiente la transcripción hecha en el periódico "La Gaceta".
En la revista «La Gaceta» de inicios del siglo XX se apuntan datos falsos sobre el bautismo y nacimiento del general Justo Rufino Barrios, pues dice que al margen se hace constar que este personaje nació en San Lorenzo, cosa que no es así. Es posible que Barrios naciera en la casa de su padre y abuelos en el actual cantón Santa Rosalía de San Marcos y que de allí se trasladara a pasar su primera y tierna infancia al solar familiar en San Lorenzo, pues la partida de bautismo está extendida en San Marcos y a 22 de julio de 1835, con sólo dos días de nacido.
También se tiene la falsa leyenda que su nombre fue José Rufino, cosa no cierta también ya que su nombre de pila fue Justo Rufino, como consta también en su bautismo original.[6]
Revolución Liberal de 1871
A mediados de 1871, Justo Rufino Barrios, junto a Miguel García Granados y otros generales y disidentes, organizó una revolución para derrocar al gobierno conservador del Mariscal Vicente Cerna. El 30 de junio de 1871, las fuerzas liberales entraron en la Ciudad de Guatemala y Miguel García Granados fue nombrado presidente provisional, gobernando hasta el 4 de junio de 1873. Su gobierno puso en marcha la llamada Reforma Liberal de 1871, decretando entre otras cosas la libertad de prensa y la libertad de cultos, la supresión de los diezmos y de las órdenes religiosas y expulsando a los jesuitas en 1871, además de impulsar la educación laica.[lower-alpha 3]
Los jesuitas fueron expulsados el 3 de septiembre de 1871 después de que les dieron veinticuatro horas para salir del país; setenta y dos de ellos se embarcaron en Puerto San José para Corinto, en Nicaragua. Luego, expulsaron al arzobispo José Bernardo Piñol y Aycinena —miembro prominente no sólo de la jerarquía católica sino que también del Clan Aycinena— y al resto de obispos del país, acusados de promover revueltas en el oriente de Guatemala; finalmente, para debilitar completamente al clero secular, se prohibió el diezmo obligatorio el 22 de diciembre de 1871.[7]
Siendo teniente general del ejército y encargado de la presidencia del gobierno provisorio de la República por ausencia de García Granados, el 24 de mayo de 1872 confiscó algunas propiedades de los religiosos y suprimió a los jesuitas y a otras órdenes regulares.[7] Barrios estaba convencido de que la Iglesia Católica había sido responsable por la caída del gobierno liberal de Francisco Morazán y que había dado su apoyo total al gobierno de Rafael Carrera; por esta razón, decidió que esto no podría ocurrir nuevamente en Guatemala nunca más y se empeñó en minar el poderío económico de la iglesia.[7]
Congregación | Escudo | Clero | Propiedades expropiadas |
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Orden de Predicadores | Regular |
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Mercedarios | Regular |
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Compañía de Jesús | Regular | Los jesuitas habían sido expulsados de Guatemala por el rey de España Carlos III en 1765, pero regresaron durante el gobierno de Rafael Carrera para encargarse de la educación. Cuando fueron expulsados en septiembre de 1871 no tenían mayores posesiones en Guatemala. | |
Recoletos | Regular |
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Concepcionistas | Regular |
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Arquidiócesis de Guatemala | Secular | Colegio y Seminario Tridentino de Nuestra Señora de la Asunción | |
Congregación de San Felipe Neri | Secular |
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Cuando el pueblo católico se alzó en protesta de estas disposiciones, Barrios promulgó el siguiente decreto:
Teniente general del ejército y Encargado de la Presidencia del Gobierno Provisorio de la República A sus conciudadanos: Resuelto firmemente a llevar a cabo los saludables fines que envuelve la revolución democrática que [...] de tantos sacrificios ha [...] en nuestra patria, no esquiva, ni esquivaré medio alguno para [...] y [...] en resultados prácticos. Obro así, porque las [...] y en las instituciones, no pasan de ser vanos [...] que hoy o mañana caen en vergonzoso descrédito al empuje de funestas reacciones. Una prueba de estas ideas: un testimonio claro de mis propósitos es el decreto que con fecha de hoy he emitido, declarando la [...] de las comunidades de religiosos y la nacionalización de sus bienes cuyo producto [...] el gobierno a la enseñanza gratuita, único medio de operar con eficacia el progreso y la libertad de los pueblos.7 [...] La disposición que he tomado es propia y digna de los pueblos cultos; aun las monarquías bien inspiradas han decretado la [...] de los religiosos y la nacionalización de sus temporalidades. ¿Por qué, compatriotas, nosotros no hemos de dar ese gran paso, nosotros que somos republicanos y que no podemos consentir en la muerte civil del individuo, nosotros que aspiramos con la [...] las instituciones para labrar así la felicidad de nuestra patria? [...] Que la venda del fanatismo y de añejas preocupaciones [...] vuestros ojos: que los descontentos del gobierno [...] el decreto de enclaustración como rama de partido para crear [...] y perturbar el orden público, que el clero nacional y los [...] religiosos, tratados con benevolencia y con respeto, no se empeñen en desviar la opinión de los incautos para promover disturbios; porque si tal cosa sucede, para los religiosos que se muestren instigadores, habrá extrañamiento en vez de enclaustración, y para todos los que causan escándalos y opongan resistencia a la ley, tened entendido compatriotas, que tengo la suficiente fuerza y energía para reprenderles y aplicarles severas penas como cumple al mandatario que sabe temer y respetar las leyes y los principios que determinan los fines de su administración. Guatemala, 7 de junio de 1872 Justo Rufino Barrios[9] |
En virtud de este decreto, el ejército ocupó los edificios de las órdenes, y le dio el ultimátum a los religiosos que si querían permanecer en el país, que fueran secularizados —es decir, que se convirtieran en sacerdotes y abandonaran la orden regular a la que pertenecían—.[7]
Finalmente, en marzo de 1873, se decretó que el clero secular estaría sujeto a las cortes civiles, se decretaba la libertad de culto y las órdenes religiosas fueron puestas bajo el control del gobierno.[7]
Gobierno
«Soy joven, fuerte soy, soy inocente Y ni el suplicio ni la lucha esquivo; Me ha dado Dios un alma independiente, Pecho viril y pensamiento altivo. Que tiemblen ante ti los que han nacido Para vivir de infamia y servidumbre, Los que nunca en su espíritu han sentido Ningún rayo de luz que los alumbre: Los que al infame yugo acostumbrados Cobardemente tu piedad imploran; los que no temen verse deshonrados porque hasta el nombre del honor ignoran. Yo llevo entre mi espíritu encendida La hermosa luz del entusiasmo ardiente; Amo la libertad más que la vida Y no nací para doblar la frente. Por eso estoy aquí do altivo y fuerte Tu fallo espero con serena calma; Porque si puedes decretar mi muerte, jamás podrás envilecerme el alma. ¡Hiere! Yo tengo en la prisión impía La honradez de mi nombre por consuelo; ¿qué me importa no ver la luz del día Si tengo en mi conciencia la del cielo? Nada me importas tú, furia impotente, Víctima del placer, señor de un día; Si todos ante ti doblan la frente Yo siento orgullo en levantar la mía. Quiero que veas que tu furia arrostro Y sin temblar que agonizar me veas, Para lanzarte una escupida al rostro Y decirte al morir: ¡maldito seas!» |
Durante su gestión continuó la política iniciada en la anterior presidencia, emprendiendo un vasto programa de reformas que abarcaron, entre otros aspectos, a la Iglesia, la economía y la educación. Los siguientes fueron los postulados liberales del gobierno de Barrios:[10]
- Separación definitiva de la Iglesia y del Estado: procedió a expropiar a las órdenes regulares sus vastas propiedades, siguiendo el ejemplo de las expropiaciones hechas por el general hondureño Francisco Morazán en 1829.[11]
- Supresión de diezmos y primicias obligatorios.[lower-alpha 5]
- Extinción de las cofradías.
- Instauración del matrimonio civil.
- Secularización de cementerios.
- Creación del registro civil.
- Instauración de la enseñanza laica en todos los colegios de la república.
- Instauración de la escuela primaria gratuita y obligatoria.
- Reorganización de la universidad, para eliminar los cursos de teología.[10]
Sobre la base de sus postulados, fundó el Banco Hipotecario, el llamado hospital de Oriente, la Escuela Politécnica y mandó construir el Cementerio General de Guatemala. Además, durante su presidencia, en Guatemala se tendieron las primeras líneas telegráficas y ferroviarias, firmándose el contrato para la construcción del ferrocarril del Sur.
En el orden administrativo y legal, se promulgaron el Código Penal, el Militar y el Código Fiscal. Algunas de estas leyes aún siguen vigentes. Asimismo fueron creados los departamentos de Retalhuleu y Baja Verapaz. Se estableció la educación pública gratuita, a través de escuelas en todo el país, suprimiéndose paralelamente las hermandades y órdenes religiosas, que habían sido pilar fundamental del gobierno conservador de Rafael Carrera.[lower-alpha 6][12]
Barrios, con la ayuda de una Asamblea Constituyente plegada a sus designios, promulgó la Constitución de Guatemala de 1879 y, al año siguiente, fue reelegido Presidente para un mandato de seis años.[13]
Asimismo, persiguió enconadamente a la oposición, obligando a huir a muchos guatemaltecos al exilio y construyendo la célebre Penitenciaría Central de Guatemala en la que hizo recluir a muchos presos políticos.[13]
Matrimonio con Francisca Aparicio y terremoto de 1874
Se casó con Francisca Aparicio —entonces una joven adolescente— el 24 de julio de 1874. En agosto se iniciaron movimientos sísmicos en el área de Chimaltenango, pero nadie les puso atención pues la población estaba acostumbrada a que temblara con cierta frecuencia; es más, no impidieron que se celebrara una gran gala en honor al enlace matrimonial del presidente Barrios con su joven esposa.[14] Pero el 3 de septiembre de 1874 hubo un devastador terremoto[14] que no solamente destruyó completamente el pueblo de Parramos,[15] [16] sino que bandas de forajidos armados con cuchillos y otras armas punzocortantes intentaron asaltar a los damnificados y robarles lo poco que les quedaba; afortunadamente, las bandas fueron capturadas por la policía del gobierno del general Barrios y ejecutadas sumariamente.[14]
Concordato de 1884
Para 1881, las relaciones entre el presidente Barrios y los representantes de la Iglesia Católica habían mejorado considerablemente, y el presidente Barrios envió a su amigo personal -y antiguo sacerdote- Ángel María Arroyo como ministro plenipotenciario ante la Santa Sede para trabajar en un nuevo concordato, que sustituyera al Concordato de 1852.[17] El documento estuvo listo el 2 de julio de 1884, pero no fue discutido en la Asamblea de 1885 porque no alcanzó a ser incluido en la agenda legislativa;[18] sin embargo, el presidente Barrios murió en Chalchuapa ese año y su sucesor, el general Manuel Lisandro Barillas Bercián ya no ratificó el tratado.[17].
División política de Guatemala durante su gobierno
En la siguiente tabla, tomada de la guía Appleton para México y Guatemala de 1884,[19] se muestran los veinte departamentos en que estaba dividida Guatemala durante el gobierno de Barrios, sus áreas, cabeceras y la población estimada de los departamentos:[20]
Departamento | Área en millas cuadradas | Población | Cabecera | Población |
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Guatemala | 700 | 100 000 | Guatemala | 50 000 |
Sacatepéquez | 250 | 48 000 | Antigua | 15 000 |
Amatitlán | 200 | 38 000 | Amatitlán | 14 000 |
Escuintla | 1950 | 30 000 | Escuintla | 10 000 |
Chimaltenango | 800 | 60 000 | Chimaltenango | 6300 |
Sololá | 700 | 80 000 | Sololá | 15 000 |
Totonicapán | 700 | 114 000 | Totonicapan | 25 000 |
Quiché | 1300 | 75 000 | Santa Cruz del Quiché | 6300 |
Quezaltenango | 450 | 94 000 | Quezaltenango | 22 000 |
Suchitepéquez | 2500 | 69 000 | Suchitepéquez | 11 500 |
Huehuetenango | 4550 | 90 000 | Huehuetenango | 16 000 |
San Márcos | 750 | 100 000 | San Marcos | 12 600 |
Petén | 13 200 | 14 000 | Flores | 2200 |
Verapaz | 11 200 | 100 000 | Salamá | 8000 |
Izabal | 1500 | 3400 | Izabal | 750 |
Chiquimula | 2200 | 70 000 | Chiquimula | 12 000 |
Zacapa | 4400 | 28 000 | Zacapa | 4000 |
Jalapa | 450 | 8600 | Jalapa | 4000 |
Jutiapa | 1700 | 38 000 | Jutiapa | 7000 |
Santa Rosa | 1100 | 38 500 | Cuajiniquilapa | 5000 |
Total | 50 600 | 1 198 500 |
Ciudad de Guatemala
La guía Appleton para México y Guatemala proporciona la siguiente descripción de cómo se encontraba la ciudad de Guatemala en 1884, basada en información que les fuera proporcionada por el entonces embajador de Guatemala en los Estados Unidos, el licenciado Antonio Batres Jáuregui:[21] «Ciudad de Guatemala: El más importante de los edificios públicos es la catedral, construida en 1780, de diseño elegante y simple, y que ocupa un espacio de 450 pies cuadrados. En las decoraciones del interior, se observa una sobria variedad. Hay esculturas en madera, y algunas finas pinturas de artistas nacionales. Hay otras veinticuatro iglesias, un hospital, una universidad, una escuela de medicina, y una prisión. Guatemala tiene el mayor número de instituciones educativas de cualquier ciudad en Centroamérica. Muchas de las personas de altos recursos de otros países centroamericanos envían a sus hijos aquí para que se instruyan. La capital puede vanagloriarse de tener una excelente fuerza policial, cuyo jefe es un antiguo miembro de la policía municipal de la ciudad de Nueva York; los uniformes en ambos lugares son iguales. Hay veinticinco tanques públicos y muchas fuentes. El agua es traída a la ciudad por medio de dos acueductos que costaron dos millones de pesos.»[22]
Educación
Los gobiernos liberales, especialmente el de Justo Rufino Barrios, emprendieron un vasto programa de reformas que abarcaron, entre otros aspectos, a la Iglesia, la economía y la educación. Los siguientes fueron los postulados liberales del gobierno de Barrios:[10][23]
- Separación definitiva de la Iglesia y del Estado
- Supresión de diezmos y primicias obligatorios, a fin de restarle poder económico al clero secular, el cual dependía de los diezmos y no había sido expulsado del país.
- Extinción de las cofradías
- Instauración del matrimonio civil
- Secularización de cementerios
- Creación del registro civil
- Instauración de la enseñanza laica en todos los colegios de la república
- Instauración de la escuela primaria gratuita y obligatoria
- Reorganización de la universidad, para eliminar los cursos de teología.[10]
Sobre la base de estos preceptos, se expropiaron numerosos bienes a las órdenes del clero regular de la Iglesia católica, ya que era uno de los principales terratenientes y encomenderos conservadores; de esta forma, se eliminaba el poder del clero regular con la expulsión de las órdenes monásticas, se restringía el poder del clero secular y los arzobispos con la eliminación del diezmo obligatorio y los bienes se traspasaban a los líderes liberales.[24] Los gobiernos liberales expropiaron los siguientes monasterios a las órdenes del clero regular, luego de derogar el Concordato de 1854 en el que el Estado guatemalteco se había comprometido a resguardar la propiedad privada de la Iglesia Católica:[25][26]
- Colegio y Seminario Tridentino de Nuestra Señora de la Asunción: convertido en el Instituto Nacional Central para Varones
- Colegio Mayor de los Paulinos: convertido en la Escuela Normal Central para Varones y posteriormente en la Escuela Facultativa de Medicina del Centro
- Convento de Belén: convertido en el Sección Normal del Colegio de Niñas
- Convento de la Recolección: convertido en la Escuela Politécnica
- Convento de Santa Teresa: convertido en cárcel de mujeres[27]
- Convento de San Francisco: convertido en cárcel para hombres y cuartel de policía[27]
- Convento de Santo Domingo: convertido en el Conservatorio Nacional de Música[28] y luego en la Dirección General de Rentas Internas[29]
- Escuela eclesiástica de primeras letras «San José de Calazans»: Colegio «El Progreso» y luego la Escuela Nacional de Música y Declamación.[30]
En enero de 1875 se fundó el Instituto Nacional Central para Varones[lower-alpha 7] con las mmg asignaturas de gramática y literatura, aritmética, trigonometría y topografía, dibujo lineal, teneduría de libros, física, mecánica, agricultura, historia natural, anatomía, fisiología e higiene, anatomía y fisiología comparadas, filosofía y pedagogía, latín, francés e inglés, derechos y deberes del ciudadano y calistenia; un programa positivista completo.[31][32] El movimiento del positivismo afectó a toda la población culta porque estaba dirigido tanto a la escuela primaria como a la secundaria, y la ley disponía que la primera fuese obligatoria, laica y gratuita. En la Escuela Politécnica se establecieron carreras de topógrafo, ingeniero de minas, ingeniero de montes, agrimensor, arquitecto, telegrafista y tenedor de libros.[33] El movimiento educativo positivista se completó con la publicación y traducción de importantes obras de texto y con la publicación de periódicos como La educación del pueblo y El Instituto Nacional.[33]
El despacho de Educación estuvo en manos de los intelectuales hondureños Marco Aurelio Soto y Ramón Rosa, quienes alternaban sus funciones entre el y su despacho de Relaciones Exteriores.[34] El pensamiento de ambos intelectuales liberales, fuertemente anticlerical, quedó reflejado en las reformas liberales en educación y religión en Guatemala, y se resume en estas líneas escritas por Rosa en 1882:
En 1876, ambos serían instalados por Barrios en Honduras como Presidente y secretario General de Gobierno, respectivamente, y gobernaron hasta 1883 cuando el mismo Barrios atacó a Honduras.[10] En julio de 1875 Barrios extinguió la Pontificia Universidad de San Carlos Borromeo y en su lugar creó la Universidad Nacional de Guatemala, con las Facultades de Jurisprudencia y Ciencias Políticas y Sociales, y Medicina y Farmacia; la ley orgánica y reglamentaria de instrucción pública decretaba que, en esta última, el estudio de la fisiología debía efectuarse de una manera filosófica, con todas las teorías modernas sobre la ciencia y, en cuanto fuese posible, de modo experimental.[33] En 1877 el gobierno fundó la Universidad de Occidente, la cual contaba con la Escuela Facultativa de Derecho y Notario de Occidente.[37][38] En 1879 fundó la Biblioteca Nacional de Guatemala[39][40] y las facultades de Ingeniería, Filosofía y Literatura. El plan de estudios de la facultad de Literatura incluía: psicología y lógica, ética e historia de la filosofía, lengua y literatura latina, gramática castellana, literatura española y americana y literatura inglesa y alemana.[33] |
Notas
- Justo Rufino Barrios tuvo que salir para Nueva York con el fin de firmar el tratado de límites con México, el 12 de agosto de 1882, la Asamblea nombró a José María Orantes, presidente interino de Guatemala, el 23 de junio de 1882. Orantes devolvió el poder al General Justo Rufino Barrios a su regreso el 6 de enero de 1883.
- Martínez Peláez, Severo (1990). La patria del criollo; ensayo de interpretación de la realidad colonial guatemalteca. «No debe caerse en el error de pensar que Barrios atacó a la Iglesia Católica por sus creencias religiosas; Barrios atacó sus rivales políticos del Partido Conservador: el Clero mayor, que estaba conformado por los obispos, arzobispos y órdenes religiosas, y que había sido pilar del gobierno de Rafael Carrera.»
- La Iglesia en Antigua Guatemala ya había sido convertida en parroquia secular de esa ciudad desde 1806.
- Martínez Peláez, Severo (1990). La patria del criollo; ensayo de interpretación de la realidad colonial guatemalteca. «Los diezmos y primicias obligatorios se suprimieron para restarle poder económico al clero secular, el cual dependía de los diezmos y no fue expulsado del país.»
- González Davison (2008). La montaña infinita. «Las órdenes religiosas pertenecían al denominado clero regular, que junto a los aristócratas criollos del Clan Aycinena de Guatemala, pertenecían al Partido Conservador, y habían sido principales actores durante el gobierno conserador de los 30 años con Rafael Carrera y Vicente Cerna.»
- Existe mucha confusión en la literatura consultada entre la Escuela Normal para Varones y el Instituto Nacional Central para Varones en lo que a su fundación se refiere. En este artículo se ha seleccionado referir al Instituto Central, ya que en el artículo del mismo se hace referencia a la Escuela Normal.
Referencias
- Campollo Mejicanos, José (18 de octubre de 2017). «Inexactitud histórica, en la revista «La Gaceta» de inicios del siglo XX». San Marcos, San Marcos, Guatemala.
- Lavarreda, s.f., p. 47
- Barrientos, 1948, p. 108.
- González-Davison, 2008, p. 4-15.
- Martínez Peláez, 1990, p. 854.
- De los Ríos, 1948, p. 34.
- The New York Times (20 de diciembre de 1874). «Earthquakes. A record of the shocks in 1874-the thirty days of terror in Guatemala». The New York Times (en inglés) (Nueva York, Estados Unidos). Archivado desde el original el 7 de diciembre de 2015. Consultado el 7 de diciembre de 2015.
- Leyes emitidas por el gobierno democrático de la República de Guatemala y por la Asamblea Nacional Legislativa de 1881 a 1883 3. Guatemala: Tipografía El Progreso. 1883. p. 243.
- Montessus de Ballore, F. de (1884). Temblores y erupciones volcánicas en Centro-América. San Salvador: Impr. del doctor Francisco Sagrini.
- Alejos-Grau, 2008, p. 174.
- Guerra, 1886, p. 828.
- Conkling, 1884, p. 334.
- Conkling, 1884, p. 335.
- Conkling, 1884, p. 340.
- Conkling, 1884, p. 341.
- Barrientos, Alfonso Enrique (1948). «Ramón Rosa y Guatemala». Revista del archivo y biblioteca nacionales 27 (3-4) (Honduras).
- Martínez Peláez, 1990, p. 842.
- Aycinena, 1854, p. 3-6.
- Aycinena, Pedro de (1854). Concordato entre la Santa Sede y el presidente de la República de Guatemala (en latín y Español). Guatemala: Imprenta La Paz.
- «El origen de las 22 cárceles del Sistema Penitenciario». Dirección General del Sistema Penitenciario. Guatemala. 17 de julio de 2013. Consultado el 23 de enero de 2015.
- «Conservatorio Nacional de Música en su centenario de fundación». Guatemala. 1975. Consultado el 16 de febrero de 2016.
- Hemetoreca PL (5 de agosto de 2016). «Iglesia y convento de Santo domingo». Prensa Libre (Guatemala). Consultado el 19 de febrero de 2016.
- «Reseña histórica del Conservatorio Nacional». Ministerio de Cultura y Deportes. Guatemala. 2015. Consultado el 19 de febrero de 2016.
- Chapa Bezanilla, 2004, p. 57-58.
- Chapa Bezanilla, María de los Ángeles (2004). Rafael Heliodoro Valle, humanista de América. México, D.F.: Universidad Nacional Autónoma de México, Instituto de Investigaciones Bibliográficas. ISBN 970-32-1915-2.
- Chapa Bezanilla, 2004, p. 58.
- Barrientos, 1948, p. 107.
- Rosa, 1882, p. xxviii.
- Rosa, Ramón (1882). José Joaquín Palma, ed. Prólogo del libro "Poesías". Tegucigalpa, Honduras: Tipografía Nacional.
- Arévalo Martínez, 1945, p. 12.
- Arévalo Martínez, Rafael (1945). ¡Ecce Pericles!. Guatemala: Tipografía Nacional.
- Ministerio de Cultura y Deportes. «Biblioteca Nacional». Guatemala. Consultado el 26 de julio de 2014.
- — (2009). «Biblioteca Nacional de Guatemala "Luis Cardoza y Aragón"». Guatemala. Archivado desde el original el 30 de junio de 2012. Consultado el 27 de julio de 2014.
Economía
Decreto Número 177 Reglamento de Jornaleros
—Tomado de: Decreto N.° 177: Reglamento de Jornaleros[1] |
Durante el gobierno de Barrios se despojó a los indígenas de las «tierras de indios», las cuales se repartió entre los oficiales que lo ayudaron durante la Reforma Liberal.[2] El Decreto 170 (o Decreto de Redención de Censos) facilitó la expropiación de las tierras a los indígenas en favor de los oficiales, y de personas alemanas en las Verapaces, al propiciar la venta en pública subasta de las tierras comunales.[3] La propiedad comunal, dedicada a cultivos de subsistencia, se convirtió en propiedad privada dirigida al cultivo y comercialización a gran escala de productos agrarios. Por tanto, las características fundamentales del sistema productivo, fueron desde la época de Barrios la acumulación de la propiedad en pocas manos[4] y una especie de «servidumbre de finca», basada en la explotación de los «mozos colonos».[3]
Para garantizar el suministro de «mozos colonos» para las fincas cafetaleras, las que a diferencia de las fincas de grana necesitaban una cantidad considerable de mano de obra, se decreta el «Reglamento de Jornaleros», legislación laboral que colocó a la población indígena prácticamente a la disposición de los intereses de los nuevos latifundistas cafetaleros, y los tradicionales conservadores, exceptuando entre estos últimos a la Iglesia Católica. El decreto establecía lo siguiente para los indígenas:
- Quedaron obligados a trabajar en las fincas cuando los dueños de estas los necesitaran y sin importar en donde se encontraran.
- Quedaron bajo la tutela de las autoridades locales, quienes se encargaban de velar porque los contingentes de indígenas fueran enviados a las fincas.
- Quedaron sujetos a la habilitación: paga forzada anticipada, endeudadora del trabajador y justificadora de su envío a las fincas y de su retención en ellas.
- Creación del libreto de jornaleros: documento probatorio de la solvencia del trabajador frente a su patrono, y sin la cual el trabajador estaba sujeto al rigos de las autoridades y de los dueños de fincas.[1]
Como resultado de este reglamento, hubo un notable aumento de las exportaciones, y se activó el intercambio con los países capitalistas; tanto los antiguos conservadores aristócratas como los nuevos terratenientes cafetaleros se vieron beneficiados con estas medidas. Ahora bien, sí hubo un terrateniente conservador que fue atacado y despojado de los privilegios que había gozado durante el gobierno de los 30 años: la Iglesia católica. Los liberales cafetaleros se vieron obligados a atacar a la Iglesia por el poder que esta tenía y por la fuerte oposición que hacía a compartir el poder con los liberales.[5]
En resumen, lo que logró la política económica impulsada por Barrios fue la creación del capitalismo en la agricultura del país; muchos de los nuevos terratenientes alemanes eran capitalistas o gozaban de créditos en poderosos bancos o casas comerciales de Hamburgo. Se calcula que para 1898 -año en que se inició el gobierno del licenciado Manuel Estrada Cabrera-, los alemanes habían invertido en Guatemala más de ciento veinte millones de dólares norteamericanos.[6] Por otra lado, debido al alto nivel de corrupción existente en el gobierno liberal, de entre sus filas surgieron muchos nuevos ricos, incluyendo a Justo Rufino Barrios, quien como principal promotor de la reforma agraria liberal muy pronto se convirtió en el principal exportador de café del país.[6]
Gobernación
La Penitenciaría Central fue construida durante el gobierno del general Barrios, e inaugurada el 27 de febrero de 1877. Numerosas historias se cuentan sobre el destino de los presos que fueron encarcelados en sus celdas durante su gobierno.[7]
Relaciones exteriores
El 9 de diciembre de 1868, el presidente de la República de Cuba en Armas, Carlos Manuel de Céspedes, apeló a la solidaridad hemisférica desde su Cuartel General de Guáimaro. El gobierno de Perú reconoció la independencia cubana, el 13 de agosto de 1869, mientras que el régimen de Barrios decretó, el 6 de abril de 1875, su reconocimiento de la República cubana como «libre, soberana e independiente».
El texto del instrumento que estableció relaciones oficiales con Cuba es el siguiente:
DECRETO NÚMERO 138
DECRETA Art. 1.º. La República de Guatemala, reconoce á la República Cubana, como nación libre,soberana e independiente. Dado en el Palacio Nacional de Guatemala, á seis de abril de mil ochocientos setenta y cinco. J. Rufino Barrios Y por disposición del Jeneral Presidente, se imprime y publica. Tomado de: El Guatemalteco, Periódico Oficial de la República de Guatemala Serie V, número 48. Guatemala, 9 de abril de 1875.[8] |
Esta declaración permitió la llegada de cubanos eminentes a Guatemala, como José María Izaguirre, Juan García Purón, Hildebrando Martí, José Joaquín Palma y José Martí.[9]
José Martí y la Niña de Guatemala
Durante su estadía en Guatemala, José Martí cortejó a la dama María García Granados y Saborío, hija del general Miguel García Granados, y quien fue la inspiración del famoso poema IX (también conocido como La Niña de Guatemala); Martí tenía 24 años y venía de México decepcionado del régimen del general Porfirio Díaz y con la esperanza de encontrar uno mejor en el de Barrios. Estando ya comprometido con otra dama, Martí se casó en 1878 y a los pocos meses murió María de una enfermedad pulmonar agravada por haber nadado con unas amigas. Martí le dedicó en 1891 el Poema IX que es conocido como el famoso poema La Niña de Guatemala. Devastado por la muerte de María, y decepcionado del gobierno de Barrios, Martí se fue de Guatemala.
Conflicto con El Salvador y Honduras
En 1876 el gobierno conservador de José María Medina en Honduras se estaba desmoronando, principalmente con el escándalo de los empréstitos para la construcción del Ferrocarril Nacional de Honduras y el desaparecimiento de la política y representantes de Honduras en el extranjero. Los liberales hondureños solicitaban cambios en la administración pública del Estado. El presidente guatemalteco, viendo aquí la oportunidad de establecer un régimen liberal y afín a sus intereses de Unión Centroamericana en Honduras, propició la llegada de Marco Aurelio Soto como presidente, junto con su primo, el licenciado Ramón Rosa.
A principios de 1876, tras las elecciones en El Salvador en que resultó elegido Andrés del Valle, Barrios se reunió con este en El Chingo, donde acordaron apoyar la invasión de Honduras para instalar al licenciado Marco Aurelio Soto, quien hasta entonces había fungido como Ministro de Relaciones Exteriores y de Educación en Guatemala. Barrios y del Valle se comprometieron a poner mil hombres para dicha causa, pero los hechos políticos se precipitaron en contra de Valle, debido a la desconfianza de Barrios por la permanencia en el Gobierno del mariscal González, que fungía como vicepresidente luego de haber sido presidente antes que Valle.[10]
Alegando que El Salvador había invadido Guatemala, se rompieron las relaciones diplomáticas;[10] las acciones dieron inicio el 1.º. de abril de 1876, por medio de un bloqueo naval por parte del vapor «El General Barrios». Posteriormente, la invasión terrestre ingresó por el oriente donde el general guatemalteco Gregorio Solares derrotó en Pasaquina al ejército salvadoreño, tomando control de San Miguel y La Unión;[10] en el frente occidental, tras varios enfrentamientos durante la Semana Santa, el Ejército guatemalteco debilitó a las fuerzas salvadoreñas al mando del mariscal González. Al verse en esta la situación el mariscal Santiago González envió al presidente Valle, a Jacinto Castellanos y a E. Mejía para negociar con Barrios, con quien llegaron a un Acuerdo de Paz en Chalchuapa el 25 de abril, bajo condición de que Valle dejara la presidencia y el mariscal González la dirección del ejército, dejando las plazas de Santa Ana y San Salvador a las fuerzas guatemaltecas.[11]
Como uno de los compromisos adquiridos en Chalchuapa, Valle, antes de abandonar la presidencia, convocó a una Junta de Notables en Santa Ana para que ratificaran el acuerdo del 25 de abril y eligieran, de acuerdo con Barrios, quién asumiría la presidencia, debiendo el nuevo gobierno convocar a elecciones;[11] en dicha Junta de Santa Ana se reunieron alrededor de doscientos salvadoreños incipientes cafetaleros, terratenientes, comerciantes, políticos, militares y juristas, quienes de acuerdo con Barrios eligieron como presidente al doctor Rafael Zaldívar.[11]
Soto ingresó a Honduras con la ayuda de Barrios y se proclamó como el Vigésimo Presidente de Honduras para el periodo de 1876 a 1880. Su ideólogo y Ministro General fue Ramón Rosa, con quien emprenderían una ardua labor de transformar a la nación hondureña siguiendo los preceptos liberales que ya habían utilizado en Guatemala.[12][13] La transformación se basó en los mismos principios que utilizó Barrios en Guatemala; la reorganización administrativa y jurídica de Honduras estuvo de la mano de una creciente apertura al capital extranjero, especialmente el de los Estados Unidos; el presidente Soto -dueño ya de una considerable fortuna- fundó junto con el empresario neoyorquino S. Valentine, la «Rosario Mining Company» en diciembre de 1879.[13]
Barrios envió entonces una escueta nota al gobernante hondureño Soto, con el fin de que se anulase a José María Medina de una vez por todas y solicitaba que fuera fusilado.[14] Soto averiguó que Medina había viajado al occidente de Honduras para refugiarse en territorio gobernado por conservadores bajo la protección del general Ezequiel Marín; ya conociendo el paradero de Medina, envió emisarios a prenderlo. Mariano Pineda -vecino de Gracias- envió a un jornalero suyo con una nota para Medina, que decía: «Dentro de pocas horas salen a prender a Ud. y a Ezequiel, huya»,[15] pero este no huyó. Medina y Marín fueron arrestados junto a otros seguidores, y luego acusados de conspiración; fueron procesados por los delitos de traición y ocultamiento de armas para una rebelión contra la administración «Soto-Rosa» (como se conocía al gobierno de Marco Aurelio Soto y Ramón Rosa). El gobierno hondureño nombró un tribunal ''ad hoc'' para que conociera la causa y este encontró a los procesados culpables y los sentenció a muerte -como Barrios, había recomendado-. El General José María Medina fue fusilado el 23 de enero de 1878 en la ciudad de Santa Rosa de Copán; con él terminaron las aspiraciones conservadoras y llegó el ocaso del Clan Aycinena ya que se instaló denitivamente en Guatemala y Honduras la ideología liberal.[16]
La cuestión de Chiapas y el interinato de José María Orantes
«Este convenio de límites, con el que se culminó un largo período de negociaciones y el ulterior trazado de la frontera, que fue su consecuencia, constituyeron para Guatemala hechos fundamentales en su historia de finales del Siglo XIX. Por este tratado, Guatemala renunció no solamente a discutir sus derechos sobre Chiapas y Soconusco, sino a los derechos mismos. Se cerró definitivamente la oportunidad para posteriores reclamos, sin siquiera pedir absolutamente nada a cambio; este convenio cerró herméticamente la puerta a toda posterior reclamación, en virtud de que, al Guatemala ceder Chiapas y Soconusco, renunció expresa y categóricamente a toda compensación o indemnización. Este es un ejemplo singular, en los anales del Derecho Internacional, de un arreglo entre dos países en el que uno de ellos llegó a hacer generosa entrega de sus posiciones y clausuró definitivamente la puerta de posteriores reclamos, sin pedir a cambio absolutamente nada». —Solís Castañeda, 2013[19] |
Tras la guerra entre México y Estados Unidos en la década de 1840, la potencia latinoamericana terminó perdiendo dos millones y medio de kilómetros por el Tratado de Guadalupe Hidalgo de su frontera norte; consecuentemente, amplió sus fronteras sobre un área que era de Guatemala: México zanjó la cuestión del Soconusco mediante una invasión militar, a la que Guatemala protestó el 12 de septiembre de 1842 cuando el Ministro de Relaciones Exteriores guatemalteco envió una carta extensa a su homólogo mexicano, pero no se declaró la guerra y tampoco se rompieron las relaciones diplomáticas pues Guatemala era muy débil para presentar dicha batalla. Guatemala se limitó a enviar esa misiva y una protesta a todos los países con los que se tenían establecidas relaciones diplomáticas el 17 de noviembre de 1842 en la que se denunciaba la ocupación militar del presidente mexicano Antonio López de Santa Anna en Chiapas y Soconusco.[19]
A pesar de la disparidad de fuerzas con México, Guatemala mantuvo su argumento sobre los territorios de Chiapas y Sononusco por cuarenta años más, pero la participación y presión del general Justo Rufino Barrios en el arreglo de límites entre Guatemala y México en 1882 precipitó la solución de un diferendo en que Guatemala acabó cediendo todas sus posiciones en beneficio de la política particular del general Barrios de eliminar los obstáculos que se opusieran en su proyecto de unión centroamericana. Barrios debió creer que el término de la cuestión de límites con México mediante la firma de un tratado definitivo cubrían su retaguardia, pues dejaba a México satisfecho con la cesión de Chiapas y Soconusco; además, contaba con El Salvador -cuyo presidente había colocado él mismo-, con Honduras -en donde había colocado a Marco Aurelio Soto en 1876 aunque luego lo sustituyó cuando ya no le convenía- y, supuestamente, con el apoyo de Estados Unidos, al que había ofrecido el control de un futuro canal interoceánico.[19]
El ingeniero Claudio Urrutia, Jefe de la Comisión de Límites de Guatemala entre 1896 y 1900 manifestó en su informe al Gobierno de la República de Guatemala en 1900 que: «[...] el tratado fue fatal para Guatemala. En todo con lo que la cuestión de límites se relacionó durante aquella época, existe algo oculto que nadie ha podido descubrir, y que obligó a las personas que tomaron parte en ello por Guatemala a proceder festinadamente o como si obligados por una presión poderosa, trataron los asuntos con ideas ajenas o de una manera inconsciente».[20] Y luego continúa: «Guatemala perdió por una parte cerca de 15 000 km y ganó por otra, cosa de 5 140 km. Resultado: Una pérdida de 10 300 km. Guatemala perdió catorce pueblos, diecinueve aldeas y cincuenta y cuatro rancherías, con más de 15 000 guatemaltecos, mientras que México perdió un pueblo y veintiocho rancherías con 2500 habitantes: júzguese la equidad en las compensaciones».[21][lower-alpha 2]
José María Orantes fue nombrado Presidente Interino el 23 de junio de 1882, a causa del viaje de Justo Rufino Barrios y de su amigo y consejero Ángel María Arroyo[lower-alpha 3] a Nueva York para firmar el tratado de límites con México el 12 de agosto de ese año.
A causa de la firma de este tratado, Barrios y Arroyo se enemistaron con el doctor Lorenzo Montúfar y Rivera, quien había sido uno de sus principales colaboradores desde la Reforma Liberal y quien se opuso enérgicamente a la entrega de los territorios de Soconusco a México.[22]
Guerra para la Reunificación Centroamericana
A principios de la década de 1880, el presidente guatemalteco intentó restablecer las Provincias Unidas de Centroamérica y, en principio, contó con el apoyo de El Salvador y Honduras, pero el presidente salvadoreño Rafael Zaldívar decidió luego abandonar la unión, con el respaldo de México. El presidente mexicano, Porfirio Díaz, temía las reformas liberales de Barrios y la competencia de un Estado fuerte en América Central, donde el plan de Barrios había dado sus frutos. También los Estados Unidos se opusieron a la unión.
Barrios emprendió entonces una campaña militar para restablecer por la fuerza la unidad centroamericana. Primero, obligó a renunciar como presidente de la República de Honduras a su antigua aliado y ministro de relaciones exteriores Marco Aurelio Soto, en mayo de 1883; luego, obtuvo el respaldo del nuevo Presidente de Honduras, Luis Bográn. Pero Costa Rica, El Salvador y Nicaragua se aliaron para oponerse a las pretensiones de Barrios.
Para poner en práctica sus planes, Barrios invadió El Salvador en marzo de 1885, mientras tropas de Costa Rica y Nicaragua se aprestaban a enfrentarse con las de Honduras. Sin embargo, la Intentona de Barrios terminó súbitamente, ya que el presidente guatemalteco murió en la Batalla de Chalchuapa, poco después de que sus tropas invadieran territorio salvadoreño.
Muerte
Referencias
- Barrios, Justo Rufino (1877). «Decreto número 177: Reglamentos de jornaleros». El Guatemalteco (Guatemala). Archivado desde el original el 8 de mayo de 2015. Consultado el 8 de mayo de 2015.
- Martínez Peláez, 1990, p. 842.
- Castellanos Cambranes, 1992, pp. 327-333.
- Mendizábal, A.B. Estado y políticas de desarrollo agrario: la masacre campesina de Panzós. Guatemala.
- Martínez Peláez, 1990, pp. 327-333.
- Castellanos Cambranes, 1992, p. 329.
- «Guatemala en José Martí». Academia. Consultado el 1 de agosto de 2014.
- Cardenal, 1980, p. 137.
- Cardenal, 1980, p. 138.
- Barrientos, 1948, p. 107-108.
- Molina Jiménez, 2001, p. 156.
- Pérez Estrada, 1958, p. 60.
- Pérez Estrada, 1958, p. 46.
- Pérez Estrada, 1958, p. 62.
- Conkling, 1884, p. 339.
- Solís Castañeda, Sara (2013). «La cuestión limítrofe territorial guatemalteca en el siglo XIX: casos de Chiapas, Soconusco y Belice». Instituto de Relaciones Internacionales e Investigaciones para la Paz. Archivado desde el original el 23 de noviembre de 2014. Consultado el 28 de julio de 2015.
- Hernández De León, F. (1959). «El Capítulo de las Efemérides». Diario La Hora (Guatemala).
- Hernández de León, 1929, p. 9.
- Hernández de León, 1929, p. 10.
- Hernández de León, 1929, p. 11.
- Hernández de León, 1929, p. 12.
- Coronado Aguilar, 1968, p. 15.
- García Aguilar, 2 de abril de 1899, pp. 139-141.
- Barrientos, 1948, p. 108.
- Cerna Sandoval, Ismael (julio de 2012). «Ante la tumba de Barrios». Un poema para cada ocasión. Archivado desde el original el 14 de octubre de 2013. Consultado el 9 de septiembre de 2014.
- Hernández de León, 1929, p. 13.
- Fernández Ordóñez, Rodrigo (2007). «Revoluciones para la Exportación: Plutarco Bowen y su final en Guatemala». Facultad de Educación, Universidad Francisco Marroquín. Guatemala. Archivado desde el original el 26 de agosto de 2014. Consultado el 24 de agosto de 2014.
- Castellanos, Lorena (2014). «Vida y obra de José María Reina Barrios». Universidad Francisco Marroquín (Guatemala). Consultado el 3 de noviembre de 2014.
- Fernández Ordóñez, Rodrigo (2008). «Disparos en la Obscuridad. El Asesinato del General José María Reina Barrios». Universidad Francisco Marroquín, Departamento de Educación (Guatemala).
- Fernández Ordóñez, Rodrigo (2009). «La suerte de los que se quedan... los hechos que siguieron al asesinato de Reina Barrios». Universidad Francisco Marroquín, Departamento de Educación (Guatemala). Consultado el 22 de septiembre de 2014.
- Móbil, J. (2011). Personajes Históricos de Guatemala. Guatemala: Serviprensa, S. A.
- Palma, Claudia (16 de julio de 2015). «La Marquesa de la Ensenada». Prensa Libre (Guatemala). Consultado el 16 de julio de 2015.
- Palma, Claudia (26 de abril de 2015). «Elena III, la marquesa triste». Prensa Libre (Guatemala). Consultado el 26 de abril de 2015.
- Téllez, Andrés (2 de abril de 1899). «Venancio Barrios». Revista Militar (Guatemala) I (9).
Idealización de su memoria
Véase también
Notas
Referencias
Enlaces externos
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