Referéndum sobre la Ley de la Jefatura del Estado Alemán
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Un referéndum sobre la fusión de los cargos de Canciller Imperial (Reichskanzler) y Presidente (Reichpräsident) se llevó a cabo en Alemania el 19 de agosto de 1934, tras la muerte del Presidente en ejercicio Paul von Hindenburg. El objetivo del referéndum, la aprobación de la llamada "Ley de la Jefatura del Estado Alemán", era crear el cargo de Führer (Líder), y consolidar definitivamente todos los poderes del estado en Adolf Hitler y el Partido Nacionalsocialista Obrero Alemán (Partido Nazi). Este evento, precedido por la aprobación de la Ley habilitante de 1933 fue el último golpe a las instituciones de la República de Weimar que estableció la dictadura totalitaria de Hitler, que duraría hasta 1945.
Referéndum sobre la Ley de la Jefatura del Estado Alemán El cargo de Presidente del Reich está unificado con el cargo de Canciller. En consecuencia, todos los antiguos poderes del Presidente del Reich se transmiten al Führer y Canciller del Reich, Adolf Hitler. Él mismo nombra a su sustituto. ¿Ustedes, alemanes y alemanas, aprueban el reglamento previsto por esta ley? | |||||||||||
Fecha | 19 de agosto de 1934 | ||||||||||
Tipo | Consulta popular | ||||||||||
Demografía electoral | |||||||||||
Población | 65,336,000 | ||||||||||
Hab. registrados | 45,552,059 | ||||||||||
Votantes | 43,568,886 | ||||||||||
Participación | |||||||||||
95.7 % 0.4 % | |||||||||||
Votos válidos | 42,695,218 | ||||||||||
Votos nulos | 873,668 | ||||||||||
Porcentajes | |||||||||||
Sí | 88.1 % | ||||||||||
No | 9.9 % | ||||||||||
Nulo | 2.0 % | ||||||||||
Mensaje de campaña apoyando la aprobación de la Ley: "¡Sí al Führer!" |
El referéndum se realizó en el marco de la intimidación generalizada de los votantes, y Hitler utilizaría el amplio resultado como una demostración del apoyo popular con el que contaba. Con un 88,1% de los votos fue aprobada la Ley, siendo el resultado más bajo obtenido por el "Sí" en un referéndum durante el régimen Nazi.[1] Esto se debió en gran medida a que se permitió, por última vez, que votaran los ciudadanos judíos, polacos, o de otros grupos étnicos, puesto que al año siguiente, con la aprobación de las Leyes de Núremberg, se verían despojados de estos derechos.
Desde un punto de vista teórico, el referéndum violó la Ley Habilitante que confería a Hitler poderes absolutos, ya que la misma especificaba claramente que los poderes presidenciales no debían ser tocados. Sin embargo, para entonces el Estado alemán se regía por el Führerprinzip y sus decisiones ya no fueron cuestionadas.