Nódulo radicular
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Los nódulos radiculares o radicales son estructuras vegetales presentes en las raíces de plantas, principalmente leguminosas, que forman simbiosis con bacterias fijadoras de nitrógeno.[1] Bajo condiciones limitantes de nitrógeno, las plantas capaces forman una relación simbiótica con un tipo específico de bacterias conocidas como rizobios.[2] Este proceso ha evolucionado dentro de las leguminosas, así como en otras especies de rósidas.[3] Algunos ejemplares que poseen nódulos radiculares incluyen alubias, guisantes y sojas.
Dentro de los nódulos radiculares de las leguminosas, el gas nitrógeno (N2) de la atmósfera se convierte en amoníaco (NH3), que luego se asimila en aminoácidos (los componentes básicos de las proteínas), nucleótidos (los componentes básicos del ADN y ARN, así como la importante molécula de energía ATP) y otros constituyentes celulares como vitaminas, flavonas y hormonas. Su capacidad para fijar nitrógeno gaseoso convierte a las leguminosas en un producto agrícola ideal, ya que se reduce su necesidad de fertilizantes nitrogenados. De hecho, el alto contenido de nitrógeno bloquea el desarrollo de nódulos ya que no hay ningún beneficio para la planta de formar la simbiosis. La energía para dividir el gas nitrógeno en el nódulo proviene del azúcar que se transloca de la hoja (producto de la fotosíntesis). El malato como producto de la descomposición de la sacarosa es la fuente directa de carbono del bacterioide. La fijación de nitrógeno en el nódulo es muy sensible al oxígeno. Los nódulos de leguminosas albergan una proteína que contiene hierro llamada leghemoglobina, estrechamente relacionada con la mioglobina animal, para facilitar la difusión del gas oxígeno utilizado en la respiración.