Elecciones municipales de Perú de 1980
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Las elecciones municipales de Perú de 1980 se llevaron a cabo el 23 de noviembre de 1980 en todo el Perú, para elegir a los alcaldes provinciales y distritales para el período 1981-1983. Fueron convocadas por el presidente Fernando Belaúnde Terry a través del Decreto Supremo Nº 011-80-IN (15 de agosto de 1980).[1] Fueron las primeras elecciones subnacionales desde 1966, tras 12 años de gobierno militar.
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Elecciones municipales de Perú de 1980 Autoridades locales para el período 1981-1983 | |||||||||||
Fecha | 23 de noviembre de 1980 | ||||||||||
Cargos a elegir | 152 alcaldías provinciales 1509 alcaldes distritales 10726 concejales provinciales y distritales | ||||||||||
Demografía electoral | |||||||||||
Población | 17 324 179 | ||||||||||
Hab. registrados | 6 544 617 | ||||||||||
Votantes | 4 566 936 | ||||||||||
Participación | |||||||||||
69.78 % | |||||||||||
Votos válidos | 3 911 386 | ||||||||||
Votos en blanco | 442 845 | ||||||||||
Votos nulos | 212 705 | ||||||||||
Resultados | |||||||||||
Acción Popular | |||||||||||
Votos | 1 402 622 | ||||||||||
Alcaldías provinciales | 103 | ||||||||||
35.86 % | |||||||||||
Izquierda Unida | |||||||||||
Votos | 934 626 | ||||||||||
Alcaldías provinciales | 14 | ||||||||||
23.90 % | |||||||||||
Partido Aprista Peruano | |||||||||||
Votos | 887 686 | ||||||||||
Alcaldías provinciales | 22 | ||||||||||
22.69 % | |||||||||||
Partido Popular Cristiano | |||||||||||
Votos | 426 363 | ||||||||||
Alcaldías provinciales | 0 | ||||||||||
10.90 % | |||||||||||
Frente Nacional de Trabajadores y Campesinos | |||||||||||
Votos | 67 709 | ||||||||||
Alcaldías provinciales | 5 | ||||||||||
1.73 % | |||||||||||
Unión Nacional Odriísta | |||||||||||
Votos | 15 276 | ||||||||||
Alcaldías provinciales | 1 | ||||||||||
0.39 % | |||||||||||
Independientes | |||||||||||
Votos | 177 104 | ||||||||||
Alcaldías provinciales | 2 | ||||||||||
4.53 % |
A comparación de las elecciones constituyentes de 1978 y las elecciones generales de mayo, los comicios municipales se destacaron por un grado relativamente bajo de polarización y efervescencia política.[2] No obstante, el contexto electoral estuvo marcado por una intensa movilización popular, que incluso llegó a poner en riesgo el desarrollo de las elecciones,[2] y el inicio de las acciones terroristas de Sendero Luminoso, que llevó a cabo numerosos atentados en la víspera y el mismo día de la votación en varios locales de sufragio en Huamanga.[3]
Acción Popular llegó a las elecciones con la ventaja del abrumador respaldo electoral obtenido en mayo, pero también enfrentó el desgaste inicial de la crisis económica y el desarrollo de numerosas huelgas, marchas y paros.[4] El Partido Aprista Peruano sufría una crisis interna tras la derrota en las generales y el cisma de un sector que eventualmente formó el Movimiento de Bases Hayistas.[5] La izquierda, severamente golpeada por la gran pérdida de su caudal electoral, se presentó unida bajo la coalición Izquierda Unida.[6] El Partido Popular Cristiano, también afectado por el colapso electoral de mayo, trató de distanciarse del gobierno.[7]
A pesar de una disminución en su votación comparado con las elecciones generales, Acción Popular se consolidó nuevamente como el partido más votado a nivel nacional y consiguió el control de la inmensa mayoría de los concejos provinciales, incluyendo la capital peruana, Lima, que no volvería a ganar hasta casi cuarenta años después.[8] Izquierda Unida, a pesar de la campaña que intentó vincularla con la violencia política de Sendero Luminoso, se recuperó del desastre electoral en las generales y emergió como la segunda fuerza política del país, obteniendo la victoria en plazas electorales importantes como Arequipa y Puno; aunque no logró un número significativo de concejos provinciales, estuvo cerca de ganar en Lima.[9]
El Partido Aprista Peruano sufrió una notable pérdida de votantes: su histórico «tercio del electorado» disminuyó significativamente y cayó al tercer lugar en el recuento general, aunque obtuvo más concejos provinciales que Izquierda Unida. Incluso en su tradicional bastión del «sólido norte» cedió espacios a Acción Popular y a la izquierda.[10] Los resultados del Partido Popular Cristiano fueron más desalentadores: fueron aún más desalentadores: quedó en cuarto lugar y no consiguió el control de ningún concejo provincial, a pesar de haber aumentado su número de votantes en comparación con las elecciones de mayo.[11]
Estos cuatro partidos políticos dominaron prácticamente todos los concejos provinciales de la República. Los únicos otros partidos que lograron victorias fueron el Frente Nacional de Trabajadores y Campesinos (en Azángaro, Chucuito, Huancané, Lampa y San Román) y la Unión Nacional Odriísta (en Tarma). Las provincias de Celendín y Chanchamayo fueron ganadas por movimientos independientes.[12]