El Mercurio
diario chileno De Wikipedia, la enciclopedia libre
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El Mercurio es un periódico tradicional chileno, con varias ediciones de circulación diaria y una versión en línea llamada EMOL. Forma parte del Grupo de Diarios de América.
El Mercurio | ||
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Diariamente necesario | ||
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Portada de la primera edición de El Mercurio de Santiago, 1 de junio de 1900 | ||
Tipo | Generalista | |
Formato | Broadsheet | |
País | Chile | |
Sede | Avenida Santa María #5542, Santiago | |
Fundación |
12 de septiembre de 1827 (Valparaíso, 197 años) 1 de junio de 1900 (Santiago, 124 años) | |
Fundador(a) | Agustín Edwards Mac-Clure | |
Género | Generalista | |
Ideología política |
Derecha Conservadurismo Conservadurismo liberal Liberalismo económico | |
Idioma | Español | |
Precio |
$ 1000 (de lunes a viernes) $ 2000 (sábados y domingos) | |
Difusión | Nacional | |
Propietario(a) | Cristián Edwards del Río | |
Director(a) | Carlos Schaerer | |
Editor(a) | El Mercurio S.A.P. | |
Sitio web | elmercurio.com | |
La edición de El Mercurio de Valparaíso, publicada a partir del 12 de septiembre de 1827, es el periódico en circulación más antiguo de Chile y del mundo en lengua castellana.[1][nota 1] Su edición más importante es la de Santiago, fundada por Agustín Edwards Mac-Clure y publicada desde el 1 de junio de 1900.
Debe su nombre y logo al dios romano Mercurio, mensajero de los dioses.[2]
El Mercurio de Valparaíso aparece por primera vez el 12 de septiembre de 1827, fundado por Pedro Félix Vicuña. En algún momento estuvo en duda si él fue el fundador, ya que se señalaba a un estadounidense de apellido Wells e Ignacio Silva. En realidad el primero fue su socio y el segundo su subalterno, produciéndose la confusión por el hecho de no participar Pedro Félix Vicuña en el nombre oficial de la sociedad original. Al respecto, en una carta enviada al periódico en 1870 este señala: “... Yo fui el fundador de este diario y di la mitad de los fondos sin interés alguno para establecerlo. En mi juventud yo redacté los primeros números y lo bauticé con el nombre que lleva”.[3]
Agustín Edwards Ossandón adquiere en 1875 el edificio donde funcionaba el diario El Mercurio de Valparaíso para saldar las deudas que los hermanos Tornero tenían con él. Así su hijo Agustín Edwards Ross comienza a hacerse cargo de la edición de este periódico, dada su experiencia previa en el periódico La Época, el cual adquirió en 1882 (un año antes había sido fundado por Guillermo Puelma) y en el cual participaron autores como José Martí, Rubén Darío y Anatole France.[4] Posteriormente, Agustín Edwards McClure, decidió fundar el 1 de junio de 1900 El Mercurio de Santiago de carácter vespertino, y matutino desde 1902, adquiriendo para sí el Palacio Larraín Zañartu (Marquesado de Montepío) de la sucesión de doña Carolina Zañartu de Larraín. Si bien inicialmente se presentaba como la edición de Santiago del diario de Valparaíso, incluso con el logo y fecha de fundación de dicho diario, ya indicaba en su portada que era el Número 1 y el Año 1. Posteriormente sería conocido como El Mercurio y transformado en el principal diario del grupo.
En su primera editorial señalaba: Conocida es ya, hasta ser tradicional, la respetuosa y tranquila actitud de El Mercurio para discutir con tranquilidad inalterable las más graves materias del orden político, económico, administrativo o internacional. Con ello se determinó continuar la tradicional línea editorial de la compañía: apartarse de las luchas partidistas; entregarse por completo a las grandes causas del país; y moderar las pasiones extremas que en el futuro pudiesen dividir a los chilenos. Con ello buscaba competir también con los dos grandes diarios de la época en Santiago: El Ferrocarril (1855) y El Diario Ilustrado (1902).
El 25 de febrero de 1970 se inició un gran incendio en las bodegas que El Mercurio poseía en la intersección de las avenidas Santa María y Américo Vespucio. El siniestro duró 8 días hasta la total extinción del fuego.[5]
El Mercurio sufrió constantes ataques por parte del gobierno de Salvador Allende, debido a que se trató de expropiar el medio, influir en su manejo administrativo, del personal, y vetar los contenidos informativos y editoriales. Todo ello generó un clima de tensión persistente por ambas partes. En 1971 diez inspectores y dos abogados se apersonaron en las oficinas del medio y de Editorial Lord Cochrane con objeto de buscar delitos contables. Para justificarla, René González, jefe del Departamento de Investigación de Delitos Tributarios argumentó que era parte de las atribuciones de su repartición fiscalizar las empresas, para lo cual confiscaron los libros de cuentas.[6]
En 1972 el ministro de Economía, Orlando Millas, declaró la necesidad de traspasar al "área social" la Compañía Manufacturera de Papeles y Cartones, ya que si esto se producía era evidente que El Mercurio no podría imprimirse. Se realizó una campaña pública para impedir el traspaso de propiedad al Estado, que tuvo como lema «La papelera, No». Asociado a ello, se produjo la fijación del precio del papel, que sumió en una crisis a la CMPC y al grupo Matte, su controlador, tuvo su primera satisfacción cuando en octubre de 1973, apenas un mes después del 11 de septiembre, se liberalizó el precio del papel.[7]
Paralelamente, en el Congreso Nacional y en la prensa adherente al gobierno se difundió una denuncia sobre la participación de integrantes con armamentos en este medio de comunicación, lo que llevó a una investigación minuciosa sobre lo dicho. Por petición del Ministro del Interior, José Tohá, se designó un Ministro en visita, pero luego de efectuarse el trámite correspondiente se comprobó la falsedad de la denuncia.[8]
Durante el tiempo del gobierno de Allende el diario sobrellevó varios atentados contra la infraestructura y personal lo que aumentó la oposición de la empresa periodística hacia las autoridades por las violentas acusaciones emitidas.[9]
A raíz de haber producido una declaración del Presidente del Partido Nacional, Senador Sergio Onofre Jarpa, en que la colectividad denunciaba los atropellos del Gobierno a la Constitución y a la Ley, insistiendo en declaraciones ya hechas por los tribunales y respaldadas por el Congreso, en orden a la quiebra del estado de derecho, el Gobierno demandó ante los tribunales a las autoridades de esa colectividad política y pidió sancionar a El Mercurio con la suspensión de sus ediciones. El Ministro de la Corte de Apelaciones designado para sustanciar la causa, Señor Raúl Moroni, acogió la petición y ordenó suspender por seis días a nuestro diario
Mónica Rojas, periodista de El Mercurio, señala que el periódico "estaba siendo presionado en forma reiterada por la Unidad Popular, a través de censuras, denuncias y querellas por infracción a la Ley de Seguridad Interior del Estado. Incluso, el 22 de junio de 1973 el diario no salió a circulación por orden judicial (fue la primera vez en toda su existencia que ello sucedía)".[11]
Hermógenes Pérez de Arce, columnista y abogado, relata que "Hubo un conflicto interno entre el personal" en El Mercurio de Santiago, porque se estaban formando grupos para adquirir el mando y dirección de este medio de comunicación. Por consiguiente "Se querían tomar el diario, todos esperábamos el golpe por parte de los marxistas". A pesar de ello, prosigue, "La mayoría del personal era de derecha por eso que fue muy fuerte el apoyo hacia la empresa", a raíz de los constantes ataques contra la infraestructura del medio de comunicación en que "tiraron piedras, estallaron bombas, a veces encontramos todo desbaratado".[12]
Según archivos desclasificados en 2017 por la CIA, dos directivos de El Mercurio eran funcionarios de la agencia.[13]
"...Además de financiar a los partidos políticos (opositores a Allende n.del a.)-dicen los informes- el Comité 40 (organismo de los servicios secretos estadounidenses) aprobó grandes sumas para sostener a los medios de oposición y para mantener así una campaña oposicionista implacable. La CIA gastó un millón y medio de dólares para apoyar a "El Mercurio", el principal periódico del país y el canal más importante de propaganda contra Allende. Según documentos de la CIA, estas gestiones significaron un papel significativo en la preparación del escenario para el golpe del 11 de septiembre de 1973..."Comité Church y Pike[14] del Senado de Estados Unidos
"...Tanto el gobierno de Estados Unidos, como la ITT chorrearon dinero (were funneling money) en manos de individuos asociados al diario ("El Mercurio")"Comité Church y Pike[14] del Senado de Estados Unidos
Más detalles fueron revelados por las investigaciones del senador Frank Church (Select Committee to Study Governmental Operations with Respect to Intelligence Activities) en 1975.
"La CIA mantiene una red de centenares de individuos a lo largo y ancho del globo que entregan inteligencia para la CIA además de tratar de influenciar la opinión en sus países por medio de propaganda encubierta. Estos individuos proveen a la CIA acceso directo a un sinnúmero de periódicos y tabloides , servicios periodísticos y agencias noticiosas, estaciones de radio y televisión, editores de libros comerciales y medios extranjeros."Reporte del Congreso de los Estados Unidos publicado en 1976
Church arguyó que desinformar al mundo le costaba a los contribuyentes de Estados Unidos US$ 265 millones al año.[18]
En febrero de 1976, George H. W. Bush, recientemente nombrado director de la CIA, anunció una nueva política:
Efectivo inmediatamente, la CIA no volverá a pagar o contratará a ningún periodista o dueño de periódicos, a tiempo completo o parcial acreditado en algún servicio de noticias, periódico, radio o televisión estadounidenses (No dice nada de los del resto de mundo). "Sin embargo, la CIA continúa "bienviniendo" la cooperación voluntaria no paga de periodistas de este país.[19]
De acuerdo al reporte "Joyas de la Familia", entregado por el National Security Archive el 26 de junio de 2007, durante el período comprendido entre el 13 de marzo de 1963 y el 15 de junio de 1963, la CIA grabó y espió a los reporteros basados en Washington.
En 1980 se inició la construcción del nuevo edificio del periódico en la avenida Santa María, a cargo de los arquitectos Christian de Groote, Hugo Molina, Gloria Barrios y Jacqueline Pertuiset.[20] El 31 de agosto de 1983 (dos años después de la creación de la sección de Diseño Periodístico), el periódico publicó su primera infografía: un croquis explicativo del atentado a Carol Urzúa.[21] En diciembre de 1984 concluyó el traslado de sus dependencias desde la esquina de las calles Morandé y Compañía a un nuevo edificio en la avenida Santa María,[22] y en 1986 creó el Club de Lectores, destinado a los suscriptores del periódico.[23]
En la actualidad, además de las ediciones impresas, existe una versión del periódico en línea y un portal de noticias basado en la publicación periódica, El Mercurio Online o EMOL. También ha cambiado el formato en el cual se entregan las noticias. Mientras que ha mantenido su formato broadsheet (con una reducción del ancho de sus páginas a partir del 12 de septiembre de 2001), desde fines de los años 1980 se publica regularmente a color (anteriormente limitado a ediciones especiales y suplementos), además de adaptarse a un modelo semi-europeo, muestra de aquello fueron las páginas de opinión y editoriales, ubicadas en la segunda y tercera páginas respectivamente, así como el retiro de la sección de tiras cómicas hacia 1989 (aunque a finales de 2011 se empezaron a publicar Flips & Flops, historieta relativa a la contingencia financiera nacional) y Gaturro (historieta de humor argentina, creada por Nik) desde el 24 y 31 de diciembre respectivamente en la edición sabatina del periódico. Sin embargo el diario ha revertido esta tendencia, debido a que en 2008 su clásica estructura ha sido transformada en una sucesión de titulares y fotografías, principalmente para atraer a los sectores más populares, pese a que su precio es aún relativamente elevado, lo que ha provocado gran cantidad de comentarios.[24]
Es conocido como el «decano de la prensa chilena», recibiendo en 2004 el premio Marketing Hall of Fame, otorgado a las marcas clásicas de Chile.
El diario ha sido pionero en introducir en el país innovaciones técnicas relacionadas con la creación, la composición y la impresión de periódicos. Actualmente, posee una de las plantas más modernas de Sudamérica, inaugurada a mediados de los años 1980.[cita requerida]
El Mercurio forma parte de la empresa periodística El Mercurio S.A.P. que es, junto con su rival COPESA, uno los principales propietarios de medios escritos chilenos.
La línea editorial de El Mercurio, desde sus orígenes, se ha caracterizado por ser de una tendencia política editorial conservadora, situación que ha quedado de manifiesto en diversas ocasiones, tales como su rechazo a la Huelga General de 1907 que acabó con la Matanza de la Escuela Santa María de Iquique,[25] o su férrea oposición a la candidatura de Salvador Allende en 1970 y a su posterior gobierno. Son célebres las fotografías que muestran diversas pancartas con la frase «Chileno: El Mercurio miente», primero en el marco de la reforma universitaria de los sesenta y setenta, y luego como protesta ante los rectores designados por la dictadura militar en los años ochenta.[26]
A fines de los años 1990, archivos desclasificados de la CIA revelaron que El Mercurio, junto con otros medios de comunicación chilenos, recibió financiamiento (más de un millón y medio de dólares estadounidenses)[27] y lineamiento editorial del gobierno de Richard Nixon con el objeto de desestabilizar al gobierno de Allende.
Un memorándum del renovado proyecto de la CIA concluyó que El Mercurio y otros medios de comunicación apoyadas por la Agencia habían jugado un papel importante en la puesta en marcha del golpe militar del 11 de septiembre de 1973 que derrocó a Allende.[28]
Consecuentemente, el periódico mostró un sostenido apoyo al subsecuente golpe militar encabezado por Augusto Pinochet. No fue hasta mucho después de la publicación del Informe Rettig en 1991, cuando el periódico abandonó la utilización del calificativo de «presuntos detenidos desaparecidos» para referirse a víctimas de violaciones a los derechos humanos.[29][30]
Durante la presidencia de Gabriel Boric, El Mercurio apoyó la opción "Rechazo" en el plebiscito constitucional de Chile de 2022.[31]
Los suplementos especiales son cuerpos que no tienen un día de publicación. Tienen la característica de contar cada uno de ellos con un tema o enfoque principal.
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