Catalán medieval
catalán usado desde el siglo VIII hasta el siglo XV / De Wikipedia, la enciclopedia encyclopedia
Estimado Wikiwand AI, Seamos breves simplemente respondiendo estas preguntas clave:
¿Puede enumerar los principales datos y estadísticas sobre Catalán medieval?
Resumir este artículo para un niño de 10 años
El catalán antiguo o catalán medieval (autónimo: catalanesc, romanz, catalán moderno: català antic) fue la lengua romance hablada durante la Edad Media precursora de las variedades lingüísticas autóctonas modernas conocidas como catalán central, catalán noroccidental, valenciano, balear, rosellonés y alguerés. Forma parte de la lingua franca hablada desde el golfo de Génova hasta el de Valencia. Este arco se cortó cuando el rey de Francia impuso la lengua de oïl sobre la lengua de oc en toda la Provenza.
Catalán medieval | ||
---|---|---|
Catalanesc, romanz | ||
Hablado en | Corona de Aragón | |
Hablantes | lengua muerta | |
Familia |
Indoeuropeo | |
Estatus oficial | ||
Oficial en | Corona de Aragón | |
Extensión del catalán moderno (gris oscuro).
| ||
Su extensión medieval alcanzó el Principado de Cataluña, la mayor parte del Reino de Valencia, el Reino de Mallorca, algunos territorios orientales del Reino de Aragón y la isla de Cerdeña, territorios todos ellos integrados en la Corona de Aragón, así como Andorra y buena parte del Reino de Murcia, donde acabó por desaparecer en el siglo XV.[1][2]
Aunque ya se encuentran a lo largo del siglo XI algunos documentos de carácter feudal en los que se utiliza la lengua romance catalana, en su totalidad o mezclada con un latín deficiente, como los Greuges de Guitard Isarn, senyor de Caboet,[3] el primer testigo de uso literario de la lengua son las Homilías de Organyà de finales del siglo XI o principios del XII, que consisten en fragmentos de un sermonario destinado a la predicación del Evangelio.
La literatura en catalán vio sus primeras grandes obras antes en prosa que en verso.[4] Esto se debió a que los poetas cultos, hasta el siglo XV, preferían utilizar el provenzal literario en vez de la variedad autóctona, como en el caso de Alfonso II, llamado "el Trovador", Cerverí de Girona o Guillem de Berguedan y otros de obra menos conocida, como Guillem de Cabestany, Guerau de Cabrera, Thomás Périz de Fozes, Ponç de la Guàrdia, Gilabert de Próixita, Guillem de Masdovelles o Raimon Vidal de Bezaudun. Todos estos, y muchos más, aparecen cuidadosamente compilados, traducidos, estudiados y anotados en los tres volúmenes antológicos que les dedicó el gran erudito y medievalista Martín de Riquer (Los trovadores, Barcelona: Planeta, 1975; reimpresos posteriormente varias veces en Barcelona: Editorial Ariel).
Cabe destacar, sin embargo, que existían pocas diferencias entre la lengua catalana y las diversas variedades occitanas (provenzal, lenguadociano, lemosín, gascón...), muchas menos en la Edad Media, ya que durante esa época y en siglos posteriores se consideraban la misma lengua. Sin embargo, en el caso de los poetas catalanes, la variedad de provenzal o occitano utilizado era una koiné literaria, o lengua común procedente de la unificación o mezcla de diversas variedades dialectales, de tipo áulico, cultivada también en las antiguas cortes y feudos-estado de Occitania y parte del norte de Italia.
Las primeras manifestaciones en poesía culta en Europa en una lengua moderna fueron escritas por los trovadores, quienes seguían unas normas estrictas y codificadas para elaborar su poesía, utilizando los códigos de la literatura trovadoresca como el amor cortés. Los trovadores y poetas catalanes participaron de esta cultura trovadoresca. La gran proximidad política, lingüística y cultural entre los condados catalanes y los antiguos feudos de Occitania (Aquitania, Tolosa, Provenza...) hizo posible compartir una variedad literaria común trovadoresca, de tipo cortesano, que se mantuvo en la Corona de Aragón hasta el siglo XV para escribir poesía hasta la aparición del valenciano Ausiàs March, el primer poeta que abandona la influencia de la koiné literaria occitana y los principales elementos de este tipo de poesía. Por este motivo, en la historia de la literatura catalana medieval se incluye toda la nómina de trovadores conocidos, ya sean propiamente catalanes u occitanos. La poesía en la variedad catalana estrictamente territorial era utilizada por los juglares en sus espectáculos ante públicos populares, sin que se conserve, a la actualidad, ningún ejemplo.[4] En el siglo XII aparecen también las primeras traducciones de textos jurídicos, como la de Liber iudiciorum (Llibre dels Judicis o Llibre Jutge).