Anexo:Monarcas actuales de estados soberanos
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Un monarca es el jefe de una monarquía, una forma de gobierno en la cual un estado es gobernado por un individuo que normalmente gobierna de por vida o hasta la abdicación, y típicamente hereda el trono por nacimiento.[1] Los monarcas pueden ser autócratas (como en todas las monarquías absolutas)[2] o pueden ser figuras decorativas ceremoniales, que ejercen solo poderes de reserva limitados o nulos, con autoridad real conferida a una legislatura y/o gabinete ejecutivo (como en muchas monarquías constitucionales).[3] En muchos casos, un monarca también estará vinculado con una religión estatal.[4] La mayoría de los estados solo tienen un monarca en un momento dado, aunque un regente puede gobernar cuando el monarca es menor, no está presente o es incapaz de gobernar.[5] Los casos en los que dos monarcas gobiernan simultáneamente sobre un solo estado, como es la situación actual en Andorra, se conocen como corregencias.[6]
Los monarcas se distinguen por sus títulos y estilos, que en la mayoría de los casos están definidos por la tradición y garantizados por la constitución del estado. Se aplica una variedad de títulos en español; por ejemplo, «rey» y «reina», «príncipe» y «princesa», «emperador» y «emperatriz». Aunque se abordarán de manera diferente en sus idiomas locales, los nombres y títulos de la lista a continuación se han diseñado utilizando el equivalente en español común. Los números romanos, utilizados para distinguir reglas relacionadas con el mismo nombre,[7] se han aplicado donde es típico.
En los estudios políticos y socioculturales, las monarquías se asocian normalmente con el gobierno hereditario; la mayoría de los monarcas, tanto en contextos históricos como contemporáneos, han nacido y crecido dentro de una familia real.[6][8] La sucesión se ha definido utilizando una variedad de fórmulas distintas, como la proximidad de la sangre, la primogenitura y la antigüedad agnática. Sin embargo, algunas monarquías no son hereditarias, y el gobernante se determina a través de un proceso electivo; un ejemplo moderno es el trono de Malasia.[9] Estos sistemas desafían el concepto modelo de una monarquía, pero comúnmente se consideran como tales porque conservan ciertas características asociativas.[10] Muchos sistemas usan una combinación de elementos hereditarios y electivos, donde la elección o nominación de un sucesor está restringida a los miembros de un linaje real.[11][12]
Las entradas a continuación se enumeran al lado de sus respectivos dominios, que están organizados alfabéticamente. Estos monarcas reinan como jefes de Estado en sus respectivos estados soberanos. Los monarcas que reinan sobre una división constituyente, política cultural o tradicional se denominan monarcas constituyentes. Para los reclamantes actuales a los tronos abolidos, ver pretendientes.