Vejez y sabiduría forman un binomio conceptual ampliamente glosado a lo largo de la historia del hombre.
«Cuanto más viejo me hago, más desconfío de la creencia general de que la vejez trae sabiduría».[1]
«La juventud es el momento de estudiar la sabiduría; la vejez, el de practicarla».[2] [3]
«La sabiduría de los ancianos es un gran error. No se hacen más sabios sino más prudentes».[4]
«La vejez no roba al hombre dotado de talento sino aquellas cualidades inútiles a la sabiduría».[5]
«Los años no hacen sabios; sino viejos».[6]
«Saber envejecer es una obra maestra de la sabiduría, y una de las partes más difíciles del gran arte de vivir ».[7]
«Si el precio de la sabiduría es la vejez, prefiero ser imbécil».[8]
↑ Señor (1997), p. 176.
↑ Señor (1997), p. 180.
↑ Palomo (1997), p. 176.
↑ Adios a las armas Señor (1997), p. 174.
↑ Señor (1997), p. 175.
↑ Señor (1997), p. 181.
↑ Señor (1997), p. 168.
↑ Señor (1997), p. 176.
Ortega , Arturo. El gran libro de las frases célebres . Penguin Random House Grupo Editorial. México, 2013. ISBN 6073116314 , 9786073116312. (En Google Books. )