«La vanidad dominante de cada individuo será fácilmente descubierta observando el asunto favorito de su conversación, porque cada uno habla con más preferencia de aquello en que desea se le tenga por aventajado».[9]
«Lo que merece ser hecho, es mejor que se haga bien».[11]
«Lleva tu cultura discretamente, como llevas tu reloj en el bolsillo, sin sacarlo a cada rato simplemente para demostrar que lo tienes. Si te preguntan qué hora es, dilo; pero no lo proclames continuamente y sin que te lo pregunten, como hace el sereno».[12]
«Los placeres vergonzosos cuestan siempre más que las diversiones honestas».[13]
«Nunca detengas con la mano para hacerte oír; si no quieren escucharte, es mejor quedarse callado».[14]
«Observa que los más tontos son los que más mienten».[15]
↑ Carta CCVIII (Londres, 21 de enero de 1751). Lord Chesterfield: Cartas a su hijo; trad. de José Ramón Monreal. Ed. Acantilado, (2012); ISBN 9788415277422 2012.