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Carmen Aristegui (Ciudad de México, 18 de enero de 1964), es una periodista mexicana. [1]
«La izquierda "a la mexicana" esta por ver todavía. Tiene la experiencia de su Gobierno en DF y, según los votos cosechados allí, no podrá ser tan mala... No es una izquierda como la de González o Bachelet, sino más nacionalista: un híbrido entre el priismo nacionalista y la vieja izquierda comunista. Tiene algo de esa izquierda moderna, que pudiera enfrentarse a la globalización, la apertura de las fronteras, etc. Hoy América Latina tiene diversas izquierdas: la de Chávez (si lo queremos llamar así), Lula, Bachelet... No sabemos si llegará Obrador al poder, pero será otra izquierda más, no veo un modelo uniforme, sino otro tipo».[2]
«El caso Marcial Maciel ha vivido en los últimos meses de 2010 un giro que pudo y debió ser copernicano, pero no alcanzó a serlo. Cierto es que este año se ha desmoronado, y para siempre, el último asidero que quedaba para sostener que las acusaciones en contra del fundador de los Legionarios eran falsas o producto de la persecución. Pero también es cierto que no le alcanzó la fuerza a Benedicto XVI para llamar a cuentas a la estructura de poder y encubrimiento - que ya había reconocido de forma genérica -, creada dentro y fuera de la Legión».[3] «Marcial Maciel contó con la ayuda, la complacencia y la complicidad de muchos, lo que le permitió vivir a plenitud una existencia de lujos, riqueza, mentira, simulación y crimen, protegido por un enorme manto de impunidad del cual ahora nadie se hace cargo ni se responsabiliza». [...] «Los pormenores [del informe vaticano] -seguramente recibidos con alegría por la cúpula legionaria- son un mensaje tranquilizador para el statu quo creado por el fundador. Con esta misiva se disipó la idea de que el Vaticano intervendría para provocar cambios importantes en los ejes de la existencia o funcionamiento de la organización, o incluso dar pasos para su desaparición. [...]De Paolis [...] ratifica en sus puestos a los actuales superiores. Invita a quien tenga algún problema con los Legionarios a que acuda como primera instancia, precisamente, ante esa cúpula que acompañó, solapó e hizo posible a Marcial Maciel». [...] * «[El informe vaticano] calificó a Maciel como un hombre sin escrúpulos, autor de conductas delictivas y carente de un auténtico sentimiento religioso. Se antojaba, entonces, una intervención para desmontar ese sistema opresivo y de control, ideado por Maciel, desde el cual se abusó y victimizó a un número indeterminado de niños, jóvenes y personas a lo largo de varias décadas. Ahora se sabe: el Vaticano ha preferido sostener la maquinaria y declara a Maciel como un criminal solitario». [3]