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obispo de Roma, líder de la Iglesia católica y jefe de Estado del Vaticano De Wikipedia, la enciclopedia libre
Se conoce como papa (del griego πάππας papas, «sacerdote», «obispo» o «papá»)[2] al romano pontífice (en latín: romanus pontifex), que es el obispo de la Iglesia de Roma, y es considerado por el cristianismo católico sucesor del apóstol Pedro, vicario de Cristo, cabeza del Colegio Episcopal y pastor de la «Iglesia universal en la tierra»;[3][nota 1] quien, además, es el soberano del Estado de la Ciudad del Vaticano.[6][7] El papa recibe también los títulos de santo padre, sumo pontífice (summus pontifex) o pontífice máximo (pontifex maximus), patriarca de Occidente (Patriarcha Occidentis) y siervo de los siervos de Dios (servus servorum Dei). A su vez, la Iglesia ortodoxa de Constantinopla reconoce al papa como «el primer patriarca» y a Roma como «la primera sede».[8]
Papa Obispo de Roma Romano pontífice | ||
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Soberano del Estado de la Ciudad del Vaticano | ||
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Francisco | ||
Desde el 13 de marzo de 2013 | ||
Ámbito | Ciudad del Vaticano | |
Titular de | Santa Sede y Diócesis de Roma | |
Sede | Archibasílica de San Juan de Letrán | |
Residencia |
Palacio Apostólico (residencia oficial) Domus Sanctae Marthae (residencia actual de Francisco) | |
Tratamiento |
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Duración | Vitalicio, salvo renuncia | |
Designado por | Colegio Cardenalicio | |
Creación | Siglo I | |
Primer titular | Pedro | |
Sitio web | El Santo Padre | |
En el ámbito internacional, el papa recibe el trato de jefe de Estado y el tratamiento honorífico y protocolario de su santidad. Igualmente, es el representante por excelencia de la Santa Sede, la cual tiene personalidad jurídica propia, canónica[9] e internacional. Asimismo, el pontífice posee inmunidad diplomática, es decir, no puede ser acusado en tribunales, ya que más de 170 países lo reconocen como soberano del Vaticano.[10]
Conforme a la tradición católica, el papado tiene su origen en Pedro, apóstol de Jesús, que fue constituido como primer papa y a quien se le otorgó la dirección de la Iglesia y el primado apostólico. Hasta el pontífice presente, la Iglesia católica enumera una lista de 266 papas en los dos milenios de historia de dicha institución. Cabe destacar que en otras confesiones cristianas, tanto la primacía de Pedro como la sucesión papal y hasta el papado mismo no son considerados como verdaderos o se interpretan bajo sentidos diferentes al sentir católico.
Como jefe supremo de la Iglesia tiene las facultades de cualquier obispo y, además, aquellas exclusivas e inherentes a la cátedra petrina, como la declaración universal de santidad (canonización), nombramiento de cardenales y la potestad de declarar dogmas. Esta última es una de la más controvertidas, ya que implica la llamada infalibilidad papal, por la cual, conforme al dogma católico, el pontífice está exento de cometer errores en materias de fe y moral, pero únicamente si habla ex cathedra.[11]
El romano pontífice es elegido por el Colegio Cardenalicio reunido en cónclave. El papa actual es Francisco, de nombre secular Jorge Mario Bergoglio, cardenal argentino elegido el 13 de marzo de 2013.
El término proviene de la voz griega πάππας (papas),[2] originalmente ‘padre’ o ‘papá’ (en latín clásico, 'tutor').[12] En el campo eclesiástico era usado antiguamente para referirse a los obispos en Asia Menor y fue tomado como título por el obispo de Alejandría desde mediados del siglo III. A partir del siglo XI en Occidente se usa de forma exclusiva para referirse al obispo de Roma.[12]
Popularmente se cree que PAPA (abreviado P. o PP.)[13][14] es un acrónimo del latín Petri Apostoli Potestatem Accipiens: «recibiendo la potestad del apóstol Pedro».[15]
Durante los primeros siglos de la historia del cristianismo, la expresión papa se usaba para dirigirse o referirse a los obispos, en especial a los metropolitas u obispos de diócesis mayores en extensión o importancia. Así, Cipriano de Cartago, por ejemplo, es llamado papa (cf. Epist. 8, 23, 30 etc.). La primera vez que se tiene constancia del empleo de esta expresión para el obispo de Roma es en una carta de Siricio (cf. Carta VI en PL 13, 1164), a fines del siglo IV. Sin embargo, seguía utilizándose indistintamente para otros obispos. Hay que esperar a Gregorio VII para un uso ya exclusivo del obispo de Roma. Así que el título de papa no es exclusivo de la Iglesia de Roma, pues era empleado antiguamente por los principales patriarcas, hasta que fue cayendo en desuso, conservándolo el patriarca de Occidente (obispo de Roma), el de la Iglesia copta y el de la Iglesia ortodoxa de Alejandría. También podemos ver el uso reverencial de la expresión latina papa para dirigirse a los popes de la Iglesia ortodoxa rusa.
La visión de la Iglesia católica de los relatos evangélicos en torno al apóstol Simón Pedro (conocido como san Pedro) resalta su preeminencia sobre los demás apóstoles: Jesús le da un nombre especial, Cefas (roca en arameo) traducido al griego como πέτρος (Pedro),[16] el cual señalaría la futura misión del apóstol. Además, en los listados de apóstoles los evangelistas siempre lo nombran en primer lugar (a pesar de no haber sido el primero en recibir la llamada de Jesús), incluso utilizando el título de «el primero».[17] Con todo, el pasaje evangélico clave es Mateo 16, 13-20, donde Jesús más adelante hace entrega a Pedro de las «llaves del Reino de los Cielos» y se refiere a él como la piedra sobre la cual fundaría su Iglesia. Luego de la resurrección, Jesús nuevamente le menciona su papel: «Apacienta mis corderos, apacienta mis ovejas».[18] «Apacentar» en términos bíblicos significa «gobernar».[19]
Por ello, según la Iglesia católica, el Evangelio reflejaría la voluntad de Jesucristo de que sus discípulos permanecieran unidos bajo la dirección de Pedro, tal y como sugiere el pasaje bíblico sucedido en Cesarea de Filipo, ciudad edificada sobre una terraza a los pies del monte Hermón:
Y yo te digo que tú eres Pedro, y sobre esta piedra, Yo edificaré mi Iglesia y el poder del infierno no prevalecerá contra ella. A ti te daré las llaves del Reino de los Cielos; y todo lo que atares sobre la tierra, será también atado en los Cielos; y todo lo que desatares sobre la tierra, será también desatado en los Cielos.Mateo, 16, 18-20
La interpretación de las llaves del Reino de los Cielos actual no se hizo hasta el papa Gregorio VII[cita requerida]. La interpretación más común de los Padres de esta metáfora[cita requerida] es la predicación de Pedro, el cual abrió el Reino de los Cielos a los judíos[20] y a los gentiles.[21]
En los Hechos de los Apóstoles se mostraría el papel de dirección que tiene Pedro: se encarga de iniciar la dirección del que tomaría el lugar de Judas,[22] el primero en salir a hablar después de la venida del Espíritu Santo,[23] el primero en hablar en el concilio de los apóstoles.[24] Todo ello es interpretado por la Iglesia católica como muestra del papel y misión que Jesús dio a Pedro en relación con la Iglesia que él fundaría.
Por tales motivos Pedro es considerado dentro de la Iglesia católica como el primer papa. Aunque en aquel tiempo no llevaba el título pero sí la misma función y autoridad.[cita requerida].
Antes del Concilio de Nicea I, varios Padres de la Iglesia afirman la autoridad del obispo de Roma sobre la Iglesia universal, entre ellos está la demostración de Clemente de Roma del siglo I, como obispo de la Iglesia de Roma, envió a los corintios una carta llamándolos al orden y a la obediencia. Esta obediencia es causa de la autoridad dada a Pedro por Jesús en el Evangelio de Mateo 16,15-19.
¿Se le ocultó algo a Pedro, que fue llamado piedra de la Iglesia que iba a ser edificada, que obtuvo las llaves del reino de los cielos y la potestad de desatar y atar en los cielos y en la tierra?, Pero si te encuentras cerca de Italia, tienes Roma, de donde también para nosotros está pronta la autoridad. Qué feliz es esta Iglesia a la que los Apóstoles dieron, con su sangre, toda la doctrina, donde Pedro es Igualado a la pasión del Señor.Tertuliano, De praescriptione haereticorum, XXII.2-4
Y Pedro, sobre la cual la Iglesia es construida, contra la cual las puertas del infierno no prevalecerán, para manifestar la unidad estableció una cátedra, y con su autoridad dispuso que el origen de esta unidad empezase por uno. Cierto que lo mismo eran los demás Apóstoles que Pedro, adornados con la misma participación de honor y potestad, pero el principio dimana de la unidad. A Pedro se le da el primado, para que se manifieste que es una la Iglesia de Cristo.Cipriano de Cartago, De la Unidad de la Iglesia. 4.5.
Y el Señor también en el Evangelio, cuando los discípulos lo abandonaron mientras él hablaba, tornándose hacia los doce, dijo «¿también vosotros os iréis?»; entonces Pedro le respondió: «Señor, ¿a quién iremos? Tú tienes la palabra de vida eterna; y creemos, y estamos seguros, de que eres el Hijo del Dios viviente». Aquí habla Pedro, sobre quien la Iglesia había de ser edificada.Cipriano de Cartago, Epístolas 68:8.
Y Pedro, sobre la cual la Iglesia es construida, contra la cual las puertas del infierno no prevaleceránOrígenes, Comentario sobre Juan . 5:3.
Éstas son las principales citas bíblicas sobre las que se apoya el catolicismo para determinar el papel de Pedro y el papado:
—Él les dijo: Y vosotros, ¿quién decís que soy?
Respondiendo Simón Pedro, dijo:
—Bienaventurado eres, Simón hijo de Jonás, porque no te lo reveló carne ni sangre, sino mi Padre que está en los cielos. Y yo te digo: «Tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi iglesia, y el poder de la Muerte no prevalecerá contra ella. Yo te daré las llaves del Reino de los Cielos. Todo lo que ates en la tierra, quedará atado en el cielo, y todo lo que desates en la tierra, quedará desatado en el cielo».
—Tú eres el Cristo, el Hijo de Dios viviente.
Entonces le respondió Jesús:
Y pondré la llave de la casa de David sobre su hombro; y abrirá, y nadie cerrará; cerrará, y nadie abrirá
Y subió a una de las barcas, que era de Simón, y le rogó que se alejara un poco de la tierra; y, sentándose, enseñaba desde la barca a las multitudes
Dijo también el Señor:
Simón, Simón, he aquí que Satanás ha solicitado poder para zarandearlos como a trigo; pero yo he rogado por ti, para que tu fe no falle; y tú, cuando te hayas vuelto, fortalece a tus hermanos
Después de haber comido, Jesús dijo a Simón Pedro: Simón, hijo de Jonás, ¿me amas más que éstos?
Le respondió: Sí, Señor; tú sabes que te amo.
Jesús le dijo: Apacienta mis ovejas
Él le dijo: Apacienta mis corderos.
Volvió a decirle la segunda vez: Simón, hijo de Jonás, ¿me amas ?
Pedro le respondió: Sí Señor, tú sabes que te amo.
Le dijo: Pastorea mis ovejas.
Le dijo la tercera vez: Simón, hijo de Jonás. ¿Me amas?
Pedro se entristeció de que le dijese por tercera vez: ¿Me amas? y le respondió: Señor, Tú lo sabes todo; Tú sabes que te amo.
A partir del siglo XI[cita requerida] la Iglesia católica ha hecho énfasis en el origen de la sucesión apostólica a partir de Roma. Debe tenerse en cuenta que en los inicios de esta tradición, el peso del Imperio romano se había trasladado a Bizancio. Sin embargo, Roma era el Patriarcado que tenía la primacía sobre los demás patriarcas,[cita requerida] pues Constantinopla no fue elevada a Patriarcado hasta el siglo V[cita requerida], y aun así no gozó de la autoridad espiritual que tenía Roma, principalmente con papas como san León Magno. Luego de la caída del Imperio romano de Occidente, la figura del obispo de Roma se volvió relevante también en lo político, siendo la única institución que sobrevivió a la Caída de Roma.
Entre los argumentos de esta sucesión apostólica, están las excavaciones arqueológicas realizadas en la segunda mitad del siglo XX bajo el altar mayor de la basílica de San Pedro. Estas probaron que la tumba sobre la que se edificó el templo, que presenta una inscripción que dice: «Petrus» (Pedro en latín), contiene restos del siglo I[cita requerida].
También pueden mencionarse otros testimonios escritos. La epístola de Clemente de Roma (tercer sucesor de Pedro), dirigida hacia el año 98[cita requerida] a los fieles de Corinto, menciona el martirio de Pedro en Roma así como el de Pablo.[25] El hecho de que se dirija con autoridad a una Iglesia lejana, como lo era una griega, sugiere que los cristianos reconocían la autoridad del sucesor de Pedro.
Veinte años más tarde (hacia 117), el obispo Ignacio de Antioquía (Iglesia que también había sido presidida por Pedro)[cita requerida] escribió siete cartas a sus fieles mientras viajaba como condenado a muerte hacia Roma. En una de ellas pide a los cristianos romanos que no intercedan por su liberación, pero aclaró: «Yo no os mando como Pedro y Pablo»[26] Ello que hace suponer la estancia de dichos apóstoles en la capital imperial y, a la vez, la sumisión de las demás iglesias a la de Roma.
El Evangelio de Juan, redactado a fines del siglo I, cuando Pedro ya había muerto. No señala el lugar de su martirio, pero alude claramente a la muerte de Pedro por el martirio, y sabe evidentemente que fue ejecutado en la cruz.[27] Que el lugar es Roma puede deducirse por los versículos finales de la primera carta de Pedro, que dice estar escrita en "Babilonia".[28] La identificación entre Babilonia y Roma aparece en el Apocalipsis de Juan (14, 8; 16) y en la literatura judía apocalíptica y rabínica.
Otro documento cristiano, la Ascensión de Isaías, redactado hacia el año 100[cita requerida], habla en estilo profético (documentando en realidad algo ocurrido en el pasado) asegurando que uno de los doce apóstoles será entregado en manos de «Beliar, el asesino de su madre» (Nerón). El Apocalipsis de Pedro, datable asimismo a principios del siglo II,[cita requerida] también habla del martirio de Pedro en Roma, al dirigirle esta frase: «Mira, Pedro, a ti te lo he revelado y expuesto todo. Marcha, pues, a la ciudad de la prostitución, y bebe el cáliz que yo te he anunciado».
Los testimonios sobre la muerte de Pedro en Roma continúan en Oriente, con el obispo Dionisio de Corinto (180); en Occidente, con Ireneo de Lyon (muerto en 208, discípulo de Policarpo de Esmirna, que a su vez había sido discípulo del apóstol Juan), y en África, por Tertuliano (muerto en 220). Aún es más importante el hecho de que no haya iglesia cristiana que pretenda para sí esta tradición ni se levante una voz contemporánea que la combata o ponga en duda.[29]
El gobierno jerárquico de la Iglesia católica se basa en la autoridad de los sucesores de los apóstoles, llamados obispos, reunidos en concilio bajo la autoridad del primero de los obispos. Para los católicos, este es el obispo de Roma (comúnmente conocido como papa), dado que Pedro fue simultáneamente obispo de Roma y líder de los apóstoles.
Cabe mencionar que otras tradiciones cristianas difieren enormemente con respecto a la figura de Pedro. Si bien la mayoría de ellas se limitan a cuestionar el papel de Pedro como supuesta cabeza de la Iglesia, otras cuestionan que recibiese el título de obispo de Roma o incluso que muriese en dicha ciudad.[cita requerida]
Tal como lo asevera el catolicismo, la legitimidad de los obispos se fundamenta en la transmisión de la autoridad espiritual de los apóstoles a sus sucesores. En el caso del primado apostólico de Roma, al igual que el resto de las sedes episcopales, su origen y antigüedad parece confirmada por las fuentes más antiguas, como Ireneo de Lyon (Adversus Haereses) y Eusebio de Cesarea (Historia Eclesiástica), quienes parecen coincidir en que tras el martirio y muerte del apóstol Pedro, el siguiente en ser elegido como obispo de Roma fue Lino,[30][31] de quien no se tienen mayores informaciones sobre su vida, y que sin embargo ambos autores identifican con aquel mencionado por San Pablo en sus cartas a Timoteo[32] Tal sucesión, como se ha dicho, se daría tras la muerte de Pedro, esto es, hacia los años 64-67 d. C.
Cabe destacar que dichos padres de la Iglesia parecen aseverar además la primacía de la Iglesia de Roma,[33][34] entre las demás existentes, por lo que Ireneo se limita a enumerar el listado de los obispos de dicha iglesia. Dichos catálogos son considerados dentro de la Iglesia católica como los listados más exactos de los primeros papas:
Luego de haber fundado y edificado la Iglesia los beatos Apóstoles, entregaron el servicio del episcopado a Lino: a este Lino lo recuerda Pablo en sus cartas a Timoteo. Anacleto lo sucedió. Después de él, en tercer lugar desde los Apóstoles, Clemente heredó el episcopado, el cual vio a los beatos Apóstoles y con ellos confirió, y tuvo ante los ojos la predicación y Tradición de los Apóstoles que todavía resonaba […]. A Clemente sucedió Evaristo, a Evaristo Alejandro, y luego, sexto a partir de los Apóstoles, fue constituido Sixto. En seguida Telésforo, el cual también sufrió gloriosamente el martirio; siguió Higinio, después Pío, después Aniceto. Habiendo Sotero sucedido a Aniceto, en este momento Eleuterio tiene el duodécimo lugar desde los Apóstoles.Ireneo de Lyon.Adversus Haereses (Contra los herejes) III, 3.3
Así, se ha establecido que posteriormente a Lino, se sucedió Anacleto siguiendo la línea hasta Eleuterio quien era el obispo de Roma en tiempos en que San Ireneo escribió el "Adversus Haereses" (hacia 180 d. C.), de estos nombres cabe destacar el de Clemente, cuya existencia parece comprobada por la epístola atribuida a él, tanto por Eusebio[35] como por Ireneo,[31] y dirigida a una de las iglesias establecidas en Grecia llamada “Carta a los Corintios”, en la que el autor saluda en nombre de «la Iglesia de Dios que reside en Roma»,[36] y en cuyo texto se reafirma la sucesión apostólica de todas las Iglesias, incluyendo la romana:
”Y nuestros apóstoles sabían por nuestro Señor Jesucristo que habría contiendas sobre el nombramiento del cargo de obispo. Por cuya causa, habiendo recibido conocimiento completo de antemano, designaron a las personas mencionadas, y después proveyeron a continuación que si éstas durmieran, otros hombres aprobados les sucedieran en su servicio.”San Clemente de Roma. Epístola a los Corintios. XLIV.
Si bien, la citada carta no hace declaración sobre el primado de la sede romana, no obstante, no puede suponerse que la misma se dirigiera a una comunidad tan lejana, si la misma no fuera a ser recibida como proveniente de una autoridad, cuanto más cuando la citada carta fue enviada en virtud de los conflictos y divisiones en que se encontraban los corintios.[37]
Actualmente, el papa ostenta también oficialmente los siguientes títulos:
A lo largo de la historia la lista del Anuario Pontificio contiene 264 papas y 266 papados. Esto se debe a que Benedicto IX accedió en tres ocasiones al papado. De entre todos los papas, 42 han ejercido el pontificado durante menos de un año y 10 lo han ejercido durante más de 20 años. El papa con el pontificado más largo del que se tienen datos fidedignos fue Pío IX, que fue papa durante 31 años, 7 meses y 22 días (se cree que el pontificado de san Pedro fue más largo, pero su duración exacta es difícil de determinar, ya que hay dudas sobre cuándo situar el comienzo: si en el momento de la muerte de Cristo, hacia el 30, o en el de su llegada a Roma, hacia el 42). El papa de pontificado más corto fue Urbano VII, que lo ejerció durante 13 días.
Un número significativo de papas han sido reconocidos como santos, incluyendo a 52 de los primeros 54 papas, y otros están en proceso de canonización. Los primeros 31 papas (excepto Ceferino) murieron martirizados (véase lista de papas asesinados).
Los retratos incluidos en los cuadros están ubicados en la Basílica de San Pablo Extramuros. Corresponden a enormes medallones que contienen retratos de los sumos pontífices de la Iglesia católica y que se hacen en mosaico sobre piedra, están ubicados en las naves y el crucero de la basílica.[53] Existen muchísimos medallones más vacíos, para eventuales futuros papas.[54]Pontificado | Fotografía | Pontífice | Origen | Escudo papal | Comentarios |
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11 de febrero de 1929 - 10 de febrero de 1939 | Pius PP. XI (Pío XI) Achille Damiano Ratti | Italia | Firmó el 11 de febrero de 1929 los Pactos de Letrán con el reino de Italia y fundó así el actual Estado pontificio, la Ciudad del Vaticano | ||
2 de marzo de 1939 - 9 de octubre de 1958 | Pius PP. XII (Pío XII) Eugenio Maria Pacelli | Italia | El papa de la Segunda Guerra Mundial, mandó excavar las grutas vaticanas para aclarar si la tumba de san Pedro se encontraba bajo el altar de la basílica vaticana como decía la tradición; el resultado fue positivo | ||
28 de octubre de 1958 - 3 de junio de 1963 | Ioannes PP. XXIII (Juan XXIII) Angelo Giuseppe Roncalli | Italia | Convocó el Concilio Vaticano II; es venerado como santo | ||
30 de junio de 1963 - 6 de agosto de 1978 | Paulus PP. VI (Pablo VI) Giovanni Battista Montini | Italia | Concluyó el Concilio Vaticano II; es venerado como santo | ||
26 de agosto de 1978 - 28 de septiembre de 1978 | Ioannes Paulus PP. I (Juan Pablo I) Albino Luciani | Italia | Gobernó solamente durante 33 días, y antes de ser elegido fue patriarca de Venecia; es venerado como beato | ||
16 de octubre de 1978 - 2 de abril de 2005 | Ioannes Paulus PP. II (Juan Pablo II) Karol Józef Wojtyła | Polonia | Gobernó la Iglesia durante casi 27 años, lo que supone el tercer pontificado más largo de la historia; es venerado como santo. | ||
19 de abril de 2005 - 28 de febrero de 2013 | Benedictus PP. XVI (Benedicto XVI) Joseph Aloisius Ratzinger | Alemania | Su pontificado duró casi ocho años; renunció a su cargo y usó el título de papa emérito hasta su fallecimiento, el 31 de diciembre de 2022 | ||
13 de marzo de 2013 - actualidad | Franciscus PP. (Francisco) Jorge Mario Bergoglio | Argentina | Primer papa nativo del continente americano, además de ser el primero de la Compañía de Jesús y en llamarse Francisco; es el actual soberano de la Ciudad del Vaticano |
A partir del siglo XII, la elección de pontífice romano se realiza mediante cónclaves, esto es la reunión del Colegio cardenalicio en los que los purpurados eligen mediante escrutinio secreto al nuevo papa. Conforme a la normatividad eclesiástica actual el cargo de Obispo de Roma queda libre solamente al morir o renunciar válidamente[55] el pontífice en turno, a este periodo donde la Sede Apostólica queda sin titular se le conoce como “Sede Vacante”, por lo que al acontecer esto, se convoca a Cónclave para elegir nuevamente a la cabeza de la Iglesia católica.
Conforme al Código de Derecho Canónico, solamente el Colegio Cardenalicio tiene competencia para elegir al sumo pontífice,[56] sin embargo deberán apegarse a la normatividad específica.[57] Dicha normatividad es expedida por el sumo pontífice. La que rige actualmente se encuentra contenida en la Constitución Apostólica Universi Dominici Gregis, expedida por el papa Juan Pablo II, el 22 de febrero de 1996.
Según la dicha Constitución Apostólica, y la normatividad general de la Iglesia, las peculiaridades de la elección pontificia son las siguientes:
Annuntio vobis gaudium magnum;
Habemus Papam:
Eminentissimum ac reverendissimum Dominum,
Dominum (nombre),
Sanctæ Romanæ Ecclesiæ Cardinalem (apellido),
Qui sibi nomen imposuit (nombre papal).Os anuncio un gran gozo:
Tenemos Papa:
El eminentísimo y reverendísimo señor,
señor (nombre),
cardenal de la Santa Iglesia Romana (apellido),
que ha adoptado como nombre (nombre papal).
Cabe destacar que partir de la citada Constitución Apostólica de Juan Pablo II, la elección del nuevo obispo de Roma se realiza mediante escrutinio o voto secreto, realizado mediante papeletas donde se escribe el nombre del candidato, y realizándose conteo hasta obtener la votación requerida de dos tercios de los votos de la totalidad de los electores.[66] Por lo que han quedado abolidas las elecciones conocidas como "per aclamationem seu inspiratione" y "per compromissum", que todavía preveía la normatividad de Pablo VI, la Constitución Apostólica Romano Pontifici Eligendo.[67]
A lo largo de los seis últimos siglos, casi todos los papas han permanecido en su cargo hasta la muerte. En 2013, Benedicto XVI anunció su renuncia al cargo,[68] que se hizo efectiva el 28 de febrero del mismo año.[69]
La infalibilidad no es un privilegio personal: es un atributo que corresponde a la dignidad del papa como resultado de la asistencia del Espíritu Santo prometido por Jesucristo. El papa es infalible, o sea, el papa está exento de error, cuando habla ex cathedra en materia de fe o de moral.
Desde la antigüedad, el obispo de Roma tuvo cierta preeminencia al momento de establecer prácticas litúrgicas y dirimir controversias respecto a puntos discutidos de doctrina señalando las directrices a seguir (ortodoxia). Sin embargo, se dieron casos en los que las opiniones del obispo romano eran ignoradas y hasta rechazadas, como aconteció respecto a la disputa acerca de la celebración de la Pascua conforme a la práctica conocida como cuartodecimal en tiempos del papa Víctor I.
No obstante, no fue sino hasta la Reforma Protestante, cuando resultó necesario establecer teológicamente la capacidad del sumo pontífice para definir la doctrina a seguir dentro de la Iglesia católica, ante la constante crítica de los reformados. Dicha definición no llegaría sino hasta el año 1870, con la Constitución dogmática Pastor Aeternus, redactada dentro del Concilio Vaticano I, la que estableció la infalibilidad papal de la siguiente manera:
El Romano Pontífice, cuando habla ex cathedra, esto es, cuando en el ejercicio de su oficio de pastor y maestro de todos los cristianos, en virtud de su suprema autoridad apostólica, define una doctrina de fe o costumbres como que debe ser sostenida por toda la Iglesia, posee, por la asistencia divina que le fue prometida en el bienaventurado Pedro, aquella infalibilidad de la que el divino Redentor quiso que gozara su Iglesia en la definición de la doctrina de fe y costumbres. Por esto, dichas definiciones del Romano Pontífice son en sí mismas, y no por el consentimiento de la Iglesia, irreformables.Constitución Dogmática Pastor Aeternus.[11]
Posteriormente, dicha facultad sería ratificada dentro del Concilio Vaticano II, en la Constitución Dogmática Lumen Gentium.
Tras la definición teológica, esta facultad solamente ha sido usada una vez por el papa Pío XII para la definición del dogma de la Asunción de la Virgen María en 1950.
No obstante que en siglos pasados el nombramiento de cardenales fue sumamente disputado entre las jerarquías eclesiásticas y hasta civiles, en la actualidad la elección y promoción al grado cardenalicio compete, de manera exclusiva al sumo pontífice,[70] quien les elige de entre aquellos varones que hayan recibido cuando menos el presbiterado, no obstante, en caso de no ser obispos deben ser consagrados como tales.[71] Su nombramiento se hace público mediante su anuncio en Consistorio, esto es, ante el Colegio cardenalicio.
En este sentido, el Obispo de Roma tiene la facultad de designar a un cardenal, anunciando su creación pero reservándose el nombre del mismo, a este tipo de elección se le conoce con el nombre latino de “in pectore”. En este caso las facultades del cardenal comienzan hasta el día en que el Pontífice haga público su nombre.[72] Una vez publicado en consistorio, los cardenales pasan a formar parte del Colegio cardenalicio, por el cual (a través de Consistorios) y de manera personal asisten al romano pontífice en el gobierno de la Iglesia, y se vuelven posibles electores de la próxima elección pontificia.[73]
Es un pequeño gorro de tela en forma de casquillo que cubre la coronilla. Usado por obispos, cardenales y el papa. Su significado proviene del hecho de que quién lo lleva sólo se lo quita ante Dios, por lo que según las creencias católicas, sólo se quita ante el Santísimo Sacramento, en Misa desde el prefacio hasta después de la comunión, o en la lectura del Evangelio. Igualmente los obispos y cardenales se lo quitan ante el romano pontífice en reconocimiento de que es vicario de Cristo. El solideo del papa es blanco, exclusivo de su investidura.[83]
Los ayudantes que la llevaban eran llamados Sediarios Pontificios. Actualmente se dedican a preparar las audiencias y celebraciones pontificias. La última vez que actuaron como “sediarios” fue el 8 de abril de 2005, cuando 12 de ellos llevaron a hombros el féretro de Juan Pablo II, ya que la silla gestatoria ha sido reemplazada por el papamóvil, más propio de estos tiempos modernos. Los "Sediarios Pontificios" son actualmente 24. El Decano de los mismos es el italiano Adalberto Maria Leschiutta. La más antigua representación conocida de un dignatario transportado en una silla gestatoria se data durante las primeras dinastías egipcias, en la celebración del Heb Sed, arcaica fiesta ritual conmemorando el 30.º año de reinado del faraón.[cita requerida]
También se llaman papas a quienes hacen cabeza en otras Iglesias cristianas distintas a la católica:
Al general de la Orden de los Jesuitas siempre se le ha llamado el papa negro debido a que en dicha orden lucen una sotana negra, incluyendo al general (desde Inocencio V, que fue el primer papa dominico, y que quiso seguir vistiendo el hábito blanco de la Orden de predicadores, de la que procedía, el papa siempre lleva sotana blanca).
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