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militar francés De Wikipedia, la enciclopedia libre
Emmanuel Roërgas de Serviez (Cutry (Meurthe y Mosela), 16 de mayo de 1785-Apure, 30 de noviembre de 1816), conocido con el nombre hispanizado de Manuel Roergas de Serviez, fue un soldado y aventurero francés que participó en las guerras de independencia de América del Sur.
Manuel Roergas de Serviez | ||
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Información personal | ||
Nombre nativo | Emmanuel Roërgas de Serviez | |
Nacimiento |
16 de mayo de 1785 Meurthe y Mosela (Francia) | |
Fallecimiento |
30 de noviembre de 1816 Apure (Venezuela) | (31 años)|
Causa de muerte | Asesinato | |
Nacionalidad | Francesa | |
Información profesional | ||
Ocupación | Militar | |
Lealtad |
Primer Imperio francés (hasta 1809) Nueva Granada (desde 1813) | |
Rama militar |
Grande Armée Ejército de la Unión | |
Rango militar |
Teniente (Francia) Brigadier General (Nueva Granada) | |
Conflictos |
Guerras revolucionarias francesas Guerras napoleónicas Independencia de Colombia | |
Firma | ||
Fue bautizado el 6 de junio de 1785 en Longwy,[1] proveniente de un linaje de nobleza militar menor, hijo de Emmanuel-Gervais Roergas de Serviez, entonces teniente del Regimiento Real-Rosellón. Su padre se casó con Marie-Henriette de Trelliard el 25 de diciembre de 1784 en Cutry (Meurthe y Mosela), cuya familia se dedicaba a la industria y los asuntos públicos. El suegro, François de Trelliard, le describe como «noble patricio de Parme, secretario del cabinete con el beneplácito de Su Alteza Real el Señor infante de Parme, y antiguo intendente de agricultura y comercio en los estados de Su Alteza Real». Entre los testigos de la ceremonia, se encuentra el futuro general Anne-François-Charles Trelliard, hermano de la novia.[2]
Emmanuel Roergas Serviez se alistó como voluntario en los ejércitos de la Revolución Francesa en la época del Directorio. Se desempeñó como teniente ayudante de campo de su tío materno, el general Anne-François-Charles Trelliard. En algún punto durante este tiempo se casó con Josefina Eugenia Teissier de Marguerittes, con quien tuvo dos hijos, Edmundo Manuel y Alfredo Manuel Roergas de Serviez. Combatió en Italia, Alemania y España, como miembro del ejército de ocupación.
En 1809 ingresa como subteniente en el 2.º regimiento de Cazadores a Caballo de la Guardia Imperial y pide ser enviado a América, petición que es rechazada.[3] En enero de ese mismo desertó para «escapar clandestinamente con la esposa de un general», y se embarcó hacia Inglaterra, y de allí a América.
En 1811, Manuel Roergas Serviez llegó a Venezuela donde se convirtió en coronel de caballería y ayudante de campo de Francisco de Miranda. En 1812, tras la caída de la Primera República de Venezuela, emigró a Nueva Granada y llegó a Cartagena de Indias en 1813. La Nueva Granada también había declarado su independencia de España y había enrolado a muchos de los oficiales venezolanos exiliados en su ejército para aumentar sus fuerzas contra los realistas españoles. El congreso federalista de las Provincias Unidas de la Nueva Granada enroló a Serviez en las filas del Ejército de la Unión con el grado de teniente coronel, y se le encomendó el entrenamiento y instrucción de las tropas en el sur del país.
En 1813, Serviez fue desplegado al sur del país con una columna de tropas para ayudar a las fuerzas asediadas del ejército del sur que habían sido obligados a retroceder al Valle de Cauca tras la pérdida de la capital provincial de Popayán como resultado de una ofensiva lanzada por el ejército realista bajo el mando del brigadier español Juan de Sámano. En junio de 1813, Serviez llegó a la ciudad de Cartago en el norte del Valle del Cauca, donde los remanentes del ejército del sur, unos 150 soldados, se habían retirado.[4]José Hilario López, quien hasta ese entonces fue un cadete que figuraba dentro de las tropas del ejército del sur y más tarde futuro presidente de Nueva Granada, narró su primer encuentro con el oficial francés quien intentó reunir a las tropas desmoralizadas con su limitado español a defender la ciudad del avance realista. Allí Serviez entrenó a las tropas en el manual de armas francés, sin embargo, su estricta disciplina llevó a que muchos de ellos desertaran, dejándolo con solo alrededor de 400 hombres, Serviez y sus tropas esperaron en Cartago por los refuerzos prometidos de Santefé que nunca llegaron, mientras que esto sucedía, las tropas de Sámano marchaban lentamente hacia el norte desde Cali.[5] El 5 de agosto se llevó a cabo La acción de “Las Cañas” cuando llegaron las tropas de Sámano a Cartago y atacaron la posición que ocupaban las tropas patriotas en el Cerro Gordo. Aunque los patriotas resistieron fueron desalojados de sus posiciones y derrotados totalmente por los realistas. La derrota obligó a Serviez y a su columna replegarse hacia la cordillera en dirección a Ibagué tomando el camino de Quindío.[6]
Tras una penosa marcha finalmente arribaron a Ibagué, el 11 de agosto de 1813, al llegar a la ciudad el cuerpo había sido reducido a 20 oficiales y solo un puñado de soldados.[7] Al llegar a Ibague, fueron atendidos por el Coronel José María Cabal que estaba a cargo de auxiliarlos, Cabal quien había vivido en París durante un tiempo en su juventud se comunicó en francés con Serviez, quien le dio un informe de sus acciones y también había elogiado la conducta del joven cadete José Hilario López durante el combate.
Mientras se encontraba en Ibagué, Cabal encargó a Serviez con el reclutamiento y el entrenamiento de nuevas tropas que estarían destinadas a la próxima campaña para liberar Popayán y el sur del país dirigida por el Teniente General Antonio Nariño. Serviez, junto con el capitán inglés Guillermo Enrique Virgo, crearon un escuadrón de caballería de lanceros que formaría parte de la campaña. Después de unos meses, Serviez y sus lanceros se dirigieron a la ciudad de Purificación en septiembre de 1813, donde el general Nariño había establecido que fuera el punto de encuentro para que los diversos batallones y tropas de las otras provincias se reunieran para formar el ejército. Tras 15 días de espera y ya reunida la mayor parte del ejército, marcharon hacia el sur hasta la población de La Plata llegando allí el 25 de octubre.[8] La Plata fue elegida por Nariño por lo que todavía estaba esperando a las tropas que venían de la provincia de Antioquia, mientras tanto las tropas que ya estaban allí se sometieron a jornadas de instrucción y entrenamiento. Sérvez continuaba como comandante del 3.er batallón de lanceros, pero también fue colocado como instructor de caballería para todo el ejército. Como instructor, su entrenamiento fue duro con las tropas, ya que esperaba nada menos que una disciplina feroz, lo que le ganó notoriedad y mucha apentía entre las tropas y los oficiales. Serviez junto al coronel español Manuel Cortés Campomanes propusieron a Nariño que el ejército dejara de usar la doctrina militar española que habían estado siguiendo y adoptara la francesa en su lugar, lo que requeriría el reentrar las tropas para que aprenderían las nuevas formaciones y tácticas, así como la adopción de toques de corneta en vez de los toques de tambor que era usado por el reglamento español.[9][10] Nariño dio su aprobación de esta iniciativa y los dos oficiales se dedicaron a trabajar en la implementación de la nueva doctrina y reglamento.
A pesar de la asistencia y el conocimiento que fueron proporcionados al ejército por Sérvez y los otros oficiales extranjeros como él, hubo un aire de desconfianza hacia ellos por parte de las tropas y algunos oficiales neograndinas. El duro entrenamiento y la actitud arrogante de Serviez cuando se trató de sus duras críticas a la calidad de los oficiales neogranadinos, no le ganaron ningún favor.[11] Esto culminaría con el arresto tanto de Serviez como de Campomanes después de que Nariño y su estado mayor los acusaran de tratar de causar una insubordinación entre las tropas e intentar destituirlo como comandante del ejército para tomar el control ellos mismos.[12] La supuesta evidencia detrás de esta acusación era dudosa en el mejor de los casos,[13] y muchos historiadores han criticado el manejo que se le dio a la situación por parte de Nariño citando que una de las posibles razones porque los arrestaron fue para deshacerse de los dos ya que habían cuestionado su liderazgo, así como el hecho de que estos dos oficiales hacían parte del Ejército de la Unión del congreso federalista que, a pesar de haberse aliado con Nariño para sacar adelantar esta campaña, los veía con mucha sospecha.[14] En diciembre, mientras Nariño y el ejército patriota comenzaron su marcha hacia Popayán comenzando de forma oficial su campaña, Serviez y Campomanes fueron transportados como prisioneros a Santafé donde serían juzgados por un tribunal militar por las acusaciones en su contra. La campaña de Nariño, aunque tuvo éxito al comienzo, terminaría en desastre. Muchos historiadores han argumentando que al no tener presentes a dos oficiales de tanto conocimiento y siendo tan experimentados como Serviez y Campomanes en sus filas contribuyó a la derrota.
Los oficiales arrestados llegaron a Santafe el 8 de enero de 1814, y el 18 de enero, su proceso acusatorio terminó con un tribunal militar fallando a su favor y permitiéndoles volver a unirse al ejército.
A finales de ese mes, ambos oficiales dejaron la ciudad, con Campomanes viajando a Cartagena, mientras que Sérvíez fue transferido a Medellín en la provincia de Antioquia, donde las autoridades provinciales lo habían contratado para prestar sus servicios como instructor militar en la academia militar que se estaba estableciendo allí. En esta academia de corta duración, Serviez trabajó junto al científico Francsico José de Caldas a quien se le había encomendado la tarea de enseñar y crear un cuerpo de ingenieros militares.
Siendo instructor de dicha institución, uno de los nuevos cadetes le llamó la atención, siendo este el cadete José María Córdova, quien en ese momento solo contaba con 15 años de edad. Rápidamente Serviez se convirtió en su mentor, y luego lo nombró a Córdova como su ayudante de campamento.[15] Serviez permaneció en Antioquia como instructor por nueve meses.
En Octubre Serviez fue llamado por el gobierno a trasladarse a Tunja donde se encontraba el congreso con el fin de unirse al ejército de la unión bajo el mando del general Simón Bolívar que tenía la tarea de subyugar a los centralistas del Estado de Cundinamarca y anexarlos a las Provincias Unidas de Nueva Granada, ya que el gobierno de la unión quería que esta provincia entrase en la confederación para formar un frente común ante las grandes amenazas que se veían por todos los puntos del horizonte de una reconquista española poderosa, y en el momento por todas partes triunfante. [16]
Serviez llegó a Tunja en Noviembre y fue ascendido a coronel efectivo. Bolívar lo designó como comandante general de la caballería, tenía a su órdenes las siguientes unidades: Dragones de Caracas, Caballería de Lanceros, y los Cazadores. El 10 de diciembre de 1814, comenzó el Asedio de Santafé de Bogotá, con un combate intenso que se alargó hasta la noche. El día siguiente 11 de diciembre Serviez y la caballería tomaron la batería de San Victorino, mientras otras unidades federalistas avanzaban por las calles paralelas bajo el fuego de fusileros que les disparaban desde tejados, ventanas y balcones, dándose un combate casa por casa en algunos sectores.[17] El oficial francés continuó su ataque por la calle Real hacia la plaza mayor.[18] La batalla terminó el 12 de diciembre con la rendición del Presidente cundinamarqués Manuel de Bernardo Álvarez y el jefe militar de la ciudad el brigadier José Ramón de Leyva. La actuación de Serviez en la batalla fue considerada brillante, el historiador José Manuel Groot también menciona que Serviez arrancó en San Victorino la placa que Nariño había hecho colocar como recuerdo de la victoria de la Batalla de San Victorino del 9 de enero de 1813. [19]
Con la victoria federalista Cundinamarca entró a las Provincias Unidas y el congreso federal se trasladó a Santafé convirtiéndolo una vez más en la capital del país.
Serviez fue enviado a unirse al ejército del sur bajo el mando del General de Brigada José María Cabal para asistirlo con sus planes para la defensa del Valle del Cauca de una ofensiva realista.[20] En la Batalla del Río Palo, Sérvez jugó un papel importante lideró el centro patriota con la artillería durante la batalla y luego lideró personalmente la carga combinada de bayoneta a pie ya que su caballo fue disparado desde debajo de él.[21][22] La victoria detuvo la ofensiva española en el sur y, con 300 hombres, Sérviez persiguió a los españoles en retirada dejando que los patriotas finalmente retomaron la ciudad de Popayán.
Aunque el general Cabal planeaba una nueva ofensiva para tomar a Pasto, la situación militar de la república cambiaria rápidamente con la llegada del 10.000 soldados españoles del Ejército Expedicionario de Costa Firme al mando del teniente general Pablo Morillo quien llegó a Santa Marta en agosto de ese mismo año, y a finales del mes comenzó su asedio a Cartagena de Indias. El poderoso ejército del sur fue desmantelado poco por poco debido a las necesidades en el norte. En octubre otra fuerza española al mando del Coronel Sebastián de la Calzada invadió al país desde Venezuela. Debido la experiencia que tenía Serviez fue llamado por el gobierno a trasladarse a Santafé en octubre, llegó a la capital el 17 del mismo mes. El Gobierno lo destacó inmediatamente a Tunja para tomar el mando de las tropas de la ciudad, aunque tuvo lidiar con el gobernador de esa provincia quien no quería entregar el mando de las tropas en esa provincia argumentado que a Serviez solo se le dio el mando de las tropas regladas y no las voluntarias. Con el apoya del Presidente de la Unión Camilo Torres pudo arreglar la situación.
Al llegar el año de 1816, la situación militar república empeoraba drásticamente. El 22 de febrero el ejército del norte al mando del General Custodio García Rovira fue derrotado totalmente por el coronel Calzada en la Batalla de Cachirí, el norte del país quedada prácticamente en manos de los invasores.
A raíz de este desastre, el presidente Torres antes de dimitir el cargo le confió el mando absoluto del Ejército de la Unión el 7 de marzo de 1816 al coronel Serviez. Serviez aceptó su nombramiento pero puso condiciones como su ascenso a General de Brigada y la remoción del entonces secretario de guerra Andrés Rodríguez a quien creía incompetente para su cargo.[23] Estas condiciones fueron aceptadas por el gobierno, y Serviez se trasladó al Puente Real de Vélez donde el general García Rovira le entregó el mando de lo que quedaba de las tropas del ejército del norte el 22 de marzo. Cuando tomó el mando de este ejército fue su segundo el Coronel Francisco de Paula Santander.
Aunque el gobierno de la unión quería que Serviez presentara una batalla campal para contener al enemigo, esto fue imposible debido a la poca tropa siendo estos solo unos 1.200 tropas mal armados y mal vestidos, además se había perdido muchas armas y municiones en Cachirí que quedó evidente en la carta que escribió Serviez el 1 de abril al secretario de guerra.
“La desnudez y miseria en que he encontrado reducido este ejército, es inexplicable. U.S. puede suponérsela después de una derrota como la de Cachirí, antes de la cual hacía por lo menos seis meses que no recibían vestuario. Hay soldados que sin chaqueta ni camisa se cubren sólo con la frazada, espectáculo que no puede mirar con indiferencia un jefe sensible, amante de la disciplina, casi incapaz de establecerse entre soldados desnudos y a quienes se les falte con lo más preciso para la subsistencia. U.S. debe persuadirse de que nuestros soldados son los más virtuosos que jamás ha tenido nación alguna; ellos en medio de la desnudez y continuados padecimientos, han sido incitados por los enemigos a abandonar nuestras filas; por unos enemigos a quienes están viendo perfectamente vestidos y exactamente pagados. Pero sus virtudes son superiores a estos alicientes, que a otros que no fueran ellos ya los habrían seducido y deslumbrado”[24]
Poco después de mandar esa carta Serviez concibió la idea de retirarse a la provincia de Casanare en los llanos orientales con las tropas de la unión. Buscaba salvar el menguado ejército, aprovechando las condiciones del inmenso territorio de la llanura donde desgastaría al enemigo aplicándole el sistema de guerra de guerrillas.[25] El día 2 de abril, Serviez inició la ejecución de su retirada, protegiendo la operación con un escuadrón de Dragones desmontados. Ordenó cortar los puentes del río Suárez desde Moniquirá hasta el camino del Monte de la Paja e inutilizar en cuanto se pudiera los caminos, todo esto ejecutado con gran disciplina. La retirada continuó por la vía Chiquinquirá, Ubaté, Lenguazaque y Chocontá.
Al llegar a Chiquinquirá, el Ejército de la Unión había crecido para un total de 2000 tropas (1000 infantes 1000 jinetes) y 4 piezas de artillería.[26] Pero el rápido advance de las tropas españolas los obligó a acelerar la retirada y en buen orden marcharon en dirección a Chocontá. Pero antes de abandonar de Chiquinquira Serviez ordenó que las tropas llevasen el cuadro de Nuestra Señora Virgen de Chiquinquira. Este fue un intento por parte de Serviez de usar la imagen de Nuestra Señora de Chiquinquirá para comprometer el espíritu religioso los pueblos en favor de la causa de la República y también para poder elevar la moral de su tropa tan sufrida.[27]
Pero hubo una discrepancia en cuanto a la maniobra militar a seguir fue total entre el nuevo presidente de la Nueva Granada, José Fernández Madrid, y el jefe del ejército, general Manuel de Serviez. Madrid quería irse al sur con la totalidad de las tropas Mientras que Serviez pretendía marcharse a los Llanos de Casanare buscando salvar al presidente de la Unión y al cuerpo armado Guardia de honor de la autoridad nacional, integrado por oficiales y tropas de procedencia de todas las provincias soberanas de la Unión, el cual obedecía órdenes directamente del poder ejecutivo. Serviez, quien era un militar ducho sin duda alguna, tuvo en ese momento una visión estratégica mucho más apropiada que la tesis del presidente Fernández Madrid.
El gobierno a través de una carta escrito por el secretario de guerra José María del Castillo Rada fechada el 23 de abril trató de qué el segundo al mando el Coronel Santander depusiera a Servíez de su cargo si este no se prestaba a march al sur, y asumiera el mando y marchar el ejército al sur. Santander se negó hacerlo aún cuando el gobierno le ofreció su acenso a general.[28]
El presidente Madrid al no poder obligar a Serviez retirarse al Sur abandonó la capital en la noche del 2 de mayo. Serviez quien había acantonado sus tropas en Usaquén se supo de la llegada de las fuerzas españolas del Brigadier Miguel de la Torre y el Coronel Sebastián de la Calzada con 3000 tropas a Zipaquira el 4 de mayo a las 4:30 de la tarde. De inmediato aceleró la retirada de los patriotas, su vanguardia pasó por Santafé esa misma noche y el día siguiente paso el resto del ejército para tomar el camino a Cáqueza. Llevaban una gran cantidad de equipaje y más de doscientas reses, transportaban también en un cajón el cuadro de la Virgen de Chiquinquira. El día siguiente 6 de mayo, llegó el ejército republicano a la pequeña población de Chipaque cerca de las 4:30pm. Pero la noche anterior se evaporó gran parte del ejército, De los 2.000 hombres de infantería y caballería que contaba en sus filas no quedaron en aquella noche más que 600 infantes y 30 jinetes. El resto se desertó con sus oficiales, viéndose obligados los que permanecieron unidos a tirar el parque en los fosos y cañadas porque era numeroso y no tenían bagajes en qué conducirlos.[29] El mismo día entraron las tropas españolas del brigadier Miguel de la Torre a Santafé, de inmediato ordenó al capitán Antonio Gómez, comandante de los carabineros leales de Fernando VII, con su escuadrón y la compañía de Cazadores del regimiento de Numancia para que persiguieran a las tropas de Serviez.[30]
Durante los siguientes días Serviez y su ejército marcharon por el camino real en dirección a Cáqueza. El capitán Gómez y su columna dio alcance a la retaguardia republicana el 9 de mayo, en el Alto de Ubatoque. Allí se libró una leve escaramuza, pero los patriotas continuaron su retirada a través del bosque de Quebradahonda. Procedieron a abandonar el cajón que contenía la Virgen de Chiquinquirá en una choza situada en la altura de Sáname. Unos días después el 11 de mayo, en el paso de la Cabuya de Río Negro, fueron alcanzados otra vez por las tropas españolas y se dio combate entre las dos fuerzas. El combate fue un desastre completo para los patriotas, fueron dispersados y hechos prisioneros muchos soldados, y se perdieron equipajes, armas, municiones y hasta el archivo.[31] Como se había cortado la tarabita de Río Negro, los que pudieron pasar, para librarse de la inmediata persecución, alcanzaron apenas a doscientos, entre oficiales y soldados, los cuales, en pésimas condiciones, pudieron encaminarse a San Martín.[32]
Desde allí siguieron su retirada por Apiay con las fuerzas de la Torre todavía en persecución de ellos. Para complicar a su enemigo, Serviez usó la táctica de tierra arrasada para impedir que su los españoles pudieran aprovechar de los recursos naturales de los lugares que atravesaba. Esta táctica afectó mucho a las operaciones de la Torre quien manifestó este problema en una carta al general Morillo donde dijo "por donde yo voy todo lo arruinó Serviez con el efecto de que no nos quedasen auxilios."[33]
4 semanas después las fuerzas deshechas del general Serviez junto con los civiles que los acompañaban llegaron a Pore el 23 de junio. Hasta Pore apenas habían alcanzado a llegar algo menos de 300 personas, entre civiles, oficiales, caballería e infantería, 56 no más de estos últimos. Aunque Serviez quiso permanecer a lo menos un mes para reponerse de tantas fatigas sufridas del penosa marcha que habían emprendido, no fue posible debido a que se dieron cuenta de cómo venía tras ellos una fuerza de consideración al mando de nadie menos que del general La Torre. Morillo, como militar de carrera sabía que el mayor peligro para el poder español sería una insurgencia rebeldes con base en los Llanos Orientales, por eso regañó y ordenó a La Torre hacer todo lo posible por aniquilarlos. Los tropas de la Torre ocuparon a Pore el 10 de julio, pero Serviez ya había salido a tiempo para evitarlos. Continuaron su marcha en dirección del río Arauca cuando fueron hostigados por el coronel Manuel Villavicencio quien había sido mandado personalmente por Morillo desde San Gil con los Húsares de Fernando VII, en el sitio denominado Guachiría. La escaramuza fue larga y solo vino a terminar gracias a la oscuridad de la noche cuando los peninsulares abandonaron el campo y se dirigieron hacia la cordillera. Por tal motivo continuó la retirada hacia los confines de la Nueva Granada a reunirse con otras fuerzas patriotas diseminadas por el inmenso Llano.
Serviez por fin pudo encontrar su refugio en Chire donde fue auxiliado por el general Rafael Urdanaeta y sus 400 jinetes cerca a Chire el 1 de julio de 1816. Al final de esta épica retirada solo quedaban 56 infantes y 150 jinetes. A pesar de las inmensas dificultades que se vieron gracias a esta estratégica retirada, el general Manuel de Serviez había logrado salvar las figuras más valiosas, en términos militares, para la revolución de Independencia como Francisco de Paula Santander, Antonio Morales, Tomás Montilla, José María Vergara y otros.[34]
Ya en los llanos fue puesto al mando de la tercera brigada de caballería, en Apure, cuando fue asesinado a machetazos por soldados de José Antonio Páez, con quien al parecer tenía una gran enemistad.[35]
Emmanuel Roërgas de Serviez se había casado con Joséphine-Eugénie Teissier de Marguerittes el 28 de noviembre de 1805 en París. Su divorcio se declaró el 17 de agosto de 1810. La pareja tuvo dos hijos.
El más joven, Alfred Emmanuel Roërgas de Serviez (nacido en París el 10 de marzo de 1807 y muerto en la capital el 13 de agosto de 1849), hizo carrera como secretario en el Ministerio de Marina. Dedicado a la literatura en su tiempo libre, publicó cinco novelas históricas bajo el seudónimo de Maurice de Viarz:
El 24 de mayo de 1963 el Ejército Nacional de Colombia activó el Batallón de Infantería No. 20 Aerotransportado "General Roergas Serviez" en honor a este oficial, esta unidad hace parte de la Cuarta División del Ejército en la ciudad Villavicencio en el Departamento de Meta.
En el año de 1964, por iniciativa de la Academia Colombiana de Historia surgió la idea de rendir un homenaje al general Serviez y a los otros oficiales franceses que habían participado en la guerra de independencia. En la mañana del 11 de mayo de 1966 en conmemoración del sesquicentenario de la acción de la Cabuya de Cáqueza, fue inaugurado un busto de bronce del general Manuel Roergas de Serviez en Bogotá. El monumento se inauguró con una ceremonia, donde se destacaron los discursos de Julio Londoño, miembro de la Academia de Historia y de Robert Valeur, el entonces embajador de Francia en Colombia. Este busto fue obra del escultor peruano Gerardo Benítez y se encuentra en la Calle 61, entre carreras Cuarta y Quinta en el sector de Chapinero ( 4A-21).
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