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presidente de la República Federal de Centroamérica De Wikipedia, la enciclopedia libre
Manuel José de Arce y Fagoaga (San Salvador, 1 de enero de 1787-14 de diciembre de 1847)[1] fue un general y político salvadoreño, primer Presidente de la República Federal de Centroamérica y prócer de la Independencia de El Salvador.
Fue hijo de Bernardo José de Arce y Antonia Fagoaga de Aguilar; era descendiente del conquistador Sancho de Barahona. Fue enviado en 1801 para que se educara en Guatemala, donde obtuvo el título de bachiller en Filosofía del Colegio de San Francisco Borja; posteriormente, inició sus estudios de medicina en la Real y Pontificia Universidad de San Carlos de Borromeo, pero los tuvo que interrumpir por 1807, debido a que la salud de su padre le demandó hacerse cargo de la administración de las haciendas familiares “San Diego” y “San Lucas” (ubicadas en las cercanías de Suchitoto).[1]
En San Salvador, en diciembre de 1808, contrajo matrimonio con María Felipa de Aranzamendi y Palomo, con quien engendró 11 hijos, llamados: José Bernardo, Salvador, Jacinta, Juana, Isabel, Clara, José María, Bernardo, Teresa, Delfina, y Ana.[1]
Arce se desempeñó como regidor del cabildo de San Salvador en los años 1808, 1809, y 1810 (en ese entonces las entidades municipales duraban un año), por lo que fue partícipe de las pugnas entre los capitulares (miembros del cabildo) criollos y peninsulares, así como de las decisiones del cabildo en los momentos vitales de cuando ocurrió la invasión de Napoleón en la península ibérica, la destitución y aprisionamiento del rey Carlos IV y su hijo Fernando VII, y su sustitución por José I (hermano de Napoleón), y la conformación de la Junta Suprema Central (todo ello en 1808), que envió instrucciones a los cabildos españoles para que eligiesien un representante que participaría en un sorteo en la capital de la audiencia (en este caso Guatemala) donde el ganador pasaría a ser miembro de la junta. Dicha elección se realizó en el año 1809, y en ella, Arce junto con los otros dos capitulares criollos (Domingo Durán, cuyo hermano Juan Francisco fue esposo de una hermana de los presbíteros y hermanos Aguilar; y Manuel Delgado, hermano del presbítero José Matías Delgado) dieron sus votos por José Matías Delgado, el presbítero Bernardo Pavón (rector de la Universidad San Carlos en 1808 y 1816) y Vicente de Aycinena (marqués de Aycinena), siendo este último el que fue elegido. Al final, en enero de 1810, la Junta Suprema se terminó disolviendo y fue sustituida por el Consejo de Regencia, que convocó a elecciones de diputados; dándose por enterrado el cabildo de San Salvador entre los meses de junio a octubre.[2][3]
Además de las pugnas en el cabildo, una variedad de consideraciones hicieron que los plantadores de índigo criollos asumieran un papel de liderazgo en la agitación por la independencia centroamericana. Estos incluyeron la riqueza moderada de los criollos a comparación de los peninsulares avecindados en San Salvador (como el rico prestamista Gregorio Castriciones; a quién Bernardo José Arce, padre de Manuel José, le había alquilado una casa, luego que la suya sufriera daños por terremotos, y con quien había contraído una deuda de 1500 pesos), los tiempos difíciles causados por una fuerte disminución en la producción de índigo durante la primera década del siglo XIX, una larga hostilidad hacia los comerciantes guatemaltecos que controlaban gran parte de la economía de San Salvador, y la convicción de que la provincia debería organizarse como un obispado para que ya no tenga que depender del arzobispo de Guatemala para los servicios pastorales.[2][4]
Participó desde fecha temprana en las actividades independentistas, entre ellas el primer Grito de Independencia dado en su ciudad natal el 5 de noviembre de 1811, que fue motivado por el apresamiento del presbítero Manuel Aguilar y los rumores de un intento de asesinato del presbítero José Matías Delgado. Mientras acontecía dicho movimiento independentista, se menciona que Arce dijo a las afueras del cabildo de la ciudad la frase:[5]
No hay Rey, ni Intendente, ni Capitán General, sólo debemos obedecer a nuestros alcaldes.
En este alzamiento, los rebeldes lograron destituir al intendente de San Salvador Antonio Gutiérrez y Ulloa, sustituirlo por José Mariano Batres y Asturias y conformar una junta de gobierno, que mantendría el gobierno durante casi un mes y en la que Arce se dedicaría a dedicar las proclamas, mientras su padre ejerció en principio como alcalde segundo y después como regidor. Sin embargo, no lograron convencer a las autoridades edilicias españolas de Santa Ana, San Vicente y San Miguel. Finalmente, en diciembre de ese año, desde Guatemala llegaron José Alejandro de Aycinena y José María Peinado para restablecer la autoridad de España con medidas que parecían más conciliadoras que represivas.[5][4]
Un segundo levantamiento más corto en 1814, motivado por el apresamiento de algunos alcaldes de barrios por el entonces intendente José María Peinado, tuvo un apoyo popular más amplio, y provocó una respuesta más severa del capitán general José de Bustamante, que le costó a Arce más de cuatro años de prisión hasta ser indultado con el resto de prisioneros en 1818.[5][4]
En noviembre de 1821 fue nombrado vocal de la diputación provincial de San Salvador; y el 11 de enero de 1822 suscribió el acta por el cual la provincia de San Salvador se separó del antiguo Reino de Guatemala (por tratar de liberar al país del Imperio Mexicano) y la diputación se erigió en junta gubernativa.[5][6]
Sería nombrado comandante de las tropas de la provincia, con lo cual se enfrentaría a las tropas enviadas de Guatemala que buscaban anexara el territorio al Primer Imperio Mexicano establecido por Agustín de Iturbide. Entre marzo y junio de 1822 las tropas de José Nicolás de Abós y Manuel Arzú y Delgado y Nájera partidarias de la anexión, buscarían tomar Santa Ana, Sonsonate y San Salvador en batallas como las del llano El Espino. Pero la resistencia expulsaría a esas tropas, por lo que el gobierno de México a finales de ese año envió al general Vicente Filísola, para conseguir el sometimiento de la provincia; el cual dirigió a las fuerzas salvadoreñas que se opusieron a la anexión centroamericana al Imperio Mexicano de Agustín de Iturbide hasta su derrota en San Salvador por el general Vicente Filísola el 7 de febrero de 1823, cuando se exilió en los Estados Unidos. Cuando las provincias de Centroamérica declararon su unión al Imperio, la Provincia de San Salvador denunció la anexión como ilegítima, se declaraba en rebeldía y bajo la dirección de José Matías Delgado y Manuel José Arce y Fagoaga se preparó para la lucha armada. Las tropas mexicanas y salvadoreñas trabaron combate en la zona de El Guayabal y Guazapa el 14 de enero de 1823. El mismo Filísola mandó una nota al comandante Arce para reconsiderar la anexión al Imperio, pero Arce rechazó la propuesta.[7][6]
El 7 de febrero, las tropas mexicanas tomaron la población de Mejicanos. Tras las batallas los salvadoreños acabaron debilitados. El remanente de esta milicia abandonó San Salvador con Arce gravemente enfermo.[8] Filísola entró a la ciudad el día nueve y declaró anexada a la provincia la siguiente jornada. Sin embargo, ésta anexión no duraría mucho.
En el 25 de febrero, se le comunicó a Filísola de la Revolución del Plan de Casa Mata en México, donde se habían rebelado en contra de Iturbide generales como Antonio López de Santa Anna.[9] Abandonó el territorio el 6 de marzo, dejando a Felipe Codallos como intendente y gobernador.[8] Considerando la situación de México decidió que la única alternativa para proteger a Guatemala fue convocar a la Diputación Provincial de Guatemala para comunicarles de lo sucedido en México; a la vez, manifestó su resolución para que se convoque un congreso en Guatemala. El 19 de marzo de 1823 abdicó el emperador Iturbide, separándose las provincias centroamericanas de México. El 29 de marzo Filísola expidió el decreto de convocatoria para la reunión de un Congreso de las provincias centroamericanas de la manera originalmente acordada en la Acta de Independencia del 15 de septiembre de 1821; dicho congreso declaró la independencia absoluta de tanto España y México de las Provincias Unidas del Centro de América el 1 de julio de 1823, a partir de los cuál pasó a ser Asamblea Nacional Constituyente de Centro América.[6][5]
Arce participó en la misión enviada a los Estados Unidos de América para tratar de lograr que la provincia de San Salvador pasara a formar parte de ese país, lo cual no prosperó debido a la caída del Imperio mexicano. Luego de su regreso a Centroamérica, formó parte de los gobiernos provisionales centroamericanos que rigieron de 1823 a 1825.[6]
Entre el 9 de enero y el 22 de enero de 1825 actuó con mucha decisión como Comisionado del gobierno centroamericano en la pacificación del Estado de Nicaragua, había salido de El Salvador al mando de 500 hombres bien entrenados. Una vez consolidada la autoridad del Coronel Arzú, envió al exilio al obispo Nicolás García Jerez, monarquista opuesto a la independencia, y al presbítero Policarpo Irigoyen, ambos en rebeldía contra el gobierno federalista de León. Además, ofreció el puesto de inspector general de Armas de Centroamérica al Coronel Cleto Ordóñez, caudillo liberal federalista que era comandante de Armas en Granada.
Los partidos entraron en una verdadera campaña electoral. Los liberales trabajaron por la candidatura de Arce, un hombre muy respetado entre los liberales por haber contribuido enormemente a la causa independentista. Los Conservadores al no encontrar un candidato prestigioso para hacerle frente a Arce recurrieron a Valle. "Uno y otro partido, contrariando sus deberes" dice Ramón Rosa, empezaron por" sembrar "el virus de corrupción electoral; trataron de dividir los sufragios de los pueblos para que no resultase elección popular, y correspondiese al congreso el nombramiento de las supremas autoridades." No obstante...tan viciados" manejos "triunfo para honra de Centro América...el buen sentido de los pueblos."[10]
Valle obtuvo cuarenta y un voto, contra treinta cuatro de Arce, y fue elegido Presidente de Centroamérica. El resultado de las elecciones desconcertó a los liberales quienes aspiraban a dominar en el animo del gobernante, y Valle no era para ser dominado"[10] ya que era un hombre de vasta instrucción.[11] Entonces apelaron a expediente de falsear el computo de la elección. Para esto contaron con la ayuda de los conservadores que no eran leales a Valle. " Ambos entraron en arreglos, formaron una coalición que dio en tierra con la votación popular, y eligieron en el congreso...al General Arce, Presidente de Centro-América."[10]
"Valle fue nombrado vice-presidente de la República. Renunció este cargo, y no le fue aceptada su renuncia: volvió a renunciar, y conocida por el Congreso su absoluta negación, tuvo que admitirle la renuncia, sustituyéndolo, primero, Don José Francisco Barrundia, y después por dimisión de este celebre centroamericano, con Don Mariano Beltranena. Es indudable que Valle quedó profundamente resentido por habérsele arrebatado la Presidencia que tenía derecho a ejercer en virtud de la elección de los pueblos." "Si Valle hubiera aceptado la Vice-Presidencia, habría reconocido implícitamente, como válidos, procedimientos que juzgaba nulos".[10]
El 29 de abril de 1825, Arce tomó posesión de la Presidencia de Centro-América. Valle, aunque resentido por el triunfo de su rival, y aunque poseedor de grandes medios de acción, no quiso convertirse en opositor sistemático y negativo, y mucho menos, en opositor faccioso. Optó por una política de retraimiento, y se entregó a sus acciones domésticas y a sus estudios.[10]
Para las elecciones presidenciales centroamericanas de 1825 contó con el voto de todos los electores de Nicaragua, aunque la mayoría numérica correspondió al conservador hondureño José Cecilio del Valle, la fracción liberal del Congreso federal decidió que no había habido mayoría absoluta y le escogió como Presidente para el período 1825-1829. Esto hizo que su administración fuese polémica desde el principio. El mismo José Cecilio del Valle, no aceptó la Vicepresidencia que le correspondía y en su defecto fue elegido el ciudadano José Francisco Barrundia quien tampoco la aceptó.[5]
A pesar de ser liberal y haber sido apoyado por los liberales, pronto se distanciaron de él y desde 1826 ni el Congreso ni el Senado federal volvieron a sesionar. Arce obtuvo entonces apoyo en el clero y en el partido conservador, pero también tuvo dificultades con el gobierno del Estado de Guatemala, y para 1827 gran parte de Centro América estaba en guerra civil.
Fue un conflicto civil, político y militar dentro de la República Federal de Centroamérica que duró desde 1826 hasta 1829. La guerra civil se libró entre líneas liberales y conservadoras, con Francisco Morazán a la cabeza de los liberales y Manuel José Arce, un antiguo liberal, a la cabeza de los conservadores. En 1827, envió al Coronel José Justo Milla ex vicejefe de Estado de Honduras bajo la comandancia del Segundo Batallón Federal a Santa Rosa de “Los llanos” hoy Santa Rosa de Copán, con la misión de custodiar la Factoría de Tabacos; pero en realidad, el propósito era el de colocar un ejército fiable para derrocar el Gobierno de Dionisio de Herrera. El pueblo de “Los Llanos”, leales a Honduras, no brindó la cooperación al Coronel Milla y se incorporaron al ejército del General Francisco Morazán.
En 1828 llamó temporalmente a ejercer la presidencia al Vicepresidente Mariano Beltranena y Llano, y cuando quiso reasumirla, Beltranena se negó a entregársela. En 1831 conspiro junto al coronel Vicente Domínguez y el coronel Ramón Guzmán para restablecer la monarquía conservadora en Centroamérica, para ello reunieron un ejército que invadió la costa norte de Honduras y se apoderaron de la Fortaleza de San Fernando de Omoa y de la Fortaleza de Santa Bárbara en Trujillo. Dicha invasión, desencadeno una guerra civil en Honduras y en la que intervinieron, tanto guatemaltecos, salvadoreños, garífunas, beliceños, mejicanos, etc. A pesar de ello, cuando en abril de 1829 Francisco Morazán Quesada tomó el poder por la fuerza de las armas y se designó a José Francisco Barrundia y Cepeda como Presidente provisional, Frustrado y desilusionado, entregó el poder a su vicepresidente conservador, Mariano Beltranena, el 14 de febrero de 1828. Cuando Francisco Morazán triunfó en la guerra, El 12 de abril, el jefe de Estado de Guatemala, Mariano de Aycinena y Piñol, capituló y al día siguiente a la Plaza Central fue ocupada por las tropas de Morazán. Inmediatamente después el presidente Arce, Mariano Aycinena, Mariano Beltranena, y todos los funcionarios que habían tenido algún papel en la guerra, fueron enviados a prisión. Después de estos acontecimientos, el general Morazán dirigió Centro América por tres meses hasta el 26 de junio de 1829 hasta que el congreso designó al senador Juan Barrundia como presidente de Centro América desde el 25 de junio de 1829.[14] Morazán expulsó a Aycinena y Piñol, aristócrata conservador guatemalteco, y a la mayoría de los miembros del Clan Aycinena que este dirigía, junto con sus aliados, los miembros de las principales órdenes regulares y clero mayor de la Iglesia Católica.[15] No contento con la expulsión, les confiscó todos sus bienes los que utilizó en los siguientes años para financiar sus costosas campañas militares.[15] Arce se exilió en México, donde escribió sus memorias, una valiosa fuente histórica para la década de 1820. Arce fue perseguido y exiliado; residió primero en los Estados Unidos y después se estableció en México. Regresó a El Salvador en 1842. Este conflicto, que causó el colapso de la presidencia de Arce, terminó en 1829 con la toma del gobierno federal por Francisco Morazán, comandante del ejército liberal. Las jefaturas del estado salvadoreño mantendrían pugnas con el gobierno federal en vista a buscar más autonomía, lo que llevaría a la invasión del territorio estatal y la caída de los mandatos de José María Cornejo en 1832 y Joaquín de San Martín en 1832 y 1834 respectivamente; por lo que en 1834 sería transferida la capital federal a la ciudad de San Salvador, por lo que sería el único estado que no asumió poderes soberanos hasta 1841, un año después de que los otros cuatro Estados miembros ya hubieran dejado la federación.[5][16]
En 1832 estuvo en Soconusco, México, donde organizó una expedición militar contra el gobierno federal de Francisco Morazán. Arce fue derrotado el 24 de febrero de 1832.
Finalmente regresó a El Salvador en 1842, pero pronto huyó a Honduras y Guatemala. En abril y mayo de 1844 dirigió algunos intentos armados para derrocar a Francisco Malespín en El Salvador. Regresó de nuevo al país a mediados de 1845. Dejó la política por una vida más privada en 1846, trabajando en su libro "Breves indicaciones para la reorganización de Centroamérica".
Murió en el 14 de diciembre de 1847 a las tres de la tarde en la casa de la familia del general Fermín Paredes, situada sobre la actual 1.ª calle Oriente en la esquina opuesta a la plaza San José en San Salvador.[17][18]
Se le dedicó una sección de Necrología en la Gaceta del Gobierno Supremo del Estado del Salvador del 17 de diciembre de 1847, donde se describió su vida y su funeral. El funeral se conmemoró en la iglesia de San Francisco y fue sepultado en la iglesia de La Merced, una numerosa concurrencia asistió incluyendo al presidente Eugenio Aguilar, sus ministros y demás empleados públicos y se le hicieron los honores militares que correspondían a su grado.[18]
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