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conflicto armado en torno a la Franja de Gaza que comenzó el 7 de octubre de 2023, parte del conflicto israelí-palestino De Wikipedia, la enciclopedia libre
La guerra Israel-Gaza, también llamada guerra de Gaza, o invasión israelí de Gaza, es un conflicto armado en curso que comenzó el 7 de octubre de 2023, mientras los israelíes festejaban la fiesta de Simjat Torá y los judíos que viven en el extranjero celebraban el último día de la fiesta de Sucot. Ese día, grupos armados de militantes palestinos, principalmente de Hamás y de la Yihad Islámica Palestina, lanzaron un ataque contra Israel desde la Franja de Gaza con una andanada de cohetes y un ataque de comandos en camiones, motocicletas y parapentes motorizados.[21] El ataque, denominado «Operación Inundación de Al-Aqsa», tomó a Israel por sorpresa pese a ocurrir al día siguiente al 50.º aniversario de la guerra de Yom Kipur.[22] Israel respondió poco después con una represalia denominada «Operación Espadas de Hierro», con bombardeos y una posterior invasión de la Franja de Gaza.[23]
Guerra Israel-Gaza | ||||
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Parte de conflicto israelí-palestino | ||||
Situación al 2 de noviembre de 2024 (UTC±0)
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Fecha | Desde el 7 de octubre de 2023 (1 año y 26 días) | |||
Lugar | Israel, Palestina, Siria, Irak, Yemen, Irán y Líbano | |||
Casus belli | Operación Inundación de Al-Aqsa | |||
Estado |
En curso
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Consecuencias |
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Beligerantes | ||||
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Figuras políticas | ||||
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Comandantes | ||||
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Los militantes armados de Hamás capturaron rehenes tras sucesivas razias en el sur de Israel,[24] lo que llevó al Gobierno de Israel a declarar el estado de guerra por primera vez desde 1973.[25] Los ataques con cohetes fueron acompañados de infiltraciones de militantes en varios de los kibutz que rodean Gaza y en la ciudad israelí de Sederot.[22] Como resultado del ataque de Hamás en comunidades cercanas a la Franja de Gaza y en las bases del ejército israelí murieron 695 civiles israelíes (incluidos 36 menores de edad), 71 civiles extranjeros y 373 soldados y policías.[26] Cerca del kibutz Reim, unos cincuenta milicianos mataron a 364 personas en el festival de música Supernova.[26] Human Rights Watch ha denunciado que el ataque deliberado contra civiles, los ataques indiscriminados y la toma de civiles como rehenes constituyen crímenes de guerra según el derecho internacional humanitario.[27]
Los bombardeos que Israel ha lanzado sobre la Franja de Gaza desde ese día han provocado la muerte de al menos 42 924 personas, en su gran mayoría civiles, entre ellos 16 765 niños (incluidos 169 bebés nacidos después del 7 de octubre de 2023), 2955 personas mayores de 60 años y más de 11 800 mujeres, lo que asciende al 72 % de los fallecidos, a los que se suman más de 100 833 heridos (incluidos 8663 niños y 19 000 mujeres) y más de 10 000 desaparecidos, lo que elevaría la cifra de fallecidos aún más;[28][12][13] más de la mitad de los desaparecidos son niños.[29] Se trata de la mayor pérdida de vidas humanas desde que se tiene registro de conflictos entre Gaza e Israel, siendo las mujeres y los niños las principales víctimas de los ataques israelíes.[30]Save the Children calculaba a mediados de abril que 26 000 niños gazatíes habían muerto o resultado heridos por los ataques israelíes.[31] Otros 21 000 niños están desaparecidos, bien porque estén enterrados bajo escombros o en fosas comunes, porque hayan sido detenidos por las tropas israelíes o porque simplemente se hayan perdido en el caos de las numerosas evacuaciones forzosas.[32] Con más de mil casos hacia marzo de 2024, este conflicto ha causado el mayor número de amputaciones pediátricas de la historia.[33] Los ataques y las órdenes de evacuación israelíes, que se han extendido hasta cubrir el 86% de la superficie de la Franja, han provocado el desplazamiento forzado de dos millones de gazatíes (incluidos 893 000 niños), obligados a permanecer en un campamento de desplazados, el de Mawasi, con una superficie equiparable a la del aeropuerto internacional de Shanghai.[34][35]
Algunas de las acciones militares de Israel en territorio palestino han sido blanco de críticas de parte de la comunidad internacional por constituir violaciones del derecho internacional humanitario[36][37] calificables como crímenes de guerra o crímenes de lesa humanidad,[38] entre las que se cuentan el empleo contra población civil de armamento prohibido por tratados internacionales (incluido el fósforo blanco),[39] el asesinato de trabajadores humanitarios,[40] personal sanitario y periodistas, el «cerco total» y corte de suministros a la población civil como «castigo colectivo»[41], la orden de evacuación de civiles bajo amenaza de un ataque inminente, sin que existan lugares seguros donde ir ni una forma segura de llegar,[42] el uso del hambre como arma de guerra, el recurso a los asesinatos deliberados, el crimen de exterminio y el de persecución,[38] la destrucción intencionada de mezquitas, iglesias y cementerios,[43] el asesinato de prisioneros de guerra, el robo de órganos, el pillaje, la violencia sexual como arma de guerra[44] y la destrucción deliberada de viviendas para crear una zona de amortiguamiento.[45]
El 28 de octubre, las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) comenzaron a enviar tanques e infantería a la Franja de Gaza respaldados por ataques masivos desde el aire y el mar. Desde entonces, las agencias de ayuda advierten sobre una catástrofe humanitaria en desarrollo.[46] Tras una pausa de siete días en la que se intercambiaron rehenes israelíes por presos palestinos y se permitió la entrada restringida de ayuda humanitaria a la Franja de Gaza, las hostilidades se reanudaron el 1 de diciembre.[47] A mediados de marzo, la Franja registraba ya la mayor proporción del mundo de personas viviendo en privación de alimentos, con uno de cada cinco niños en estado de malnutrición severa. Varios expertos en crisis humanitarias han catalogado la de guerra en Gaza como «la más mortal de la historia moderna para los niños, los periodistas, los trabajadores sanitarios y el personal de la ONU».[48]
Los combates se extendieron rápidamente a otros escenarios. En Cisjordania, aumentaron la violencia de los colonos israelíes contra la población civil palestina y los choques armados entre el ejército israelí y los milicianos palestinos. En la frontera israelí-libanesa, el ejército israelí se ha enfrentado con la milicia chií Hezbolá en una serie de combates que se extendieron desde los primeros días del conflicto. En Siria y en Irak los enfrentamientos han sido protagonizados por ataques de milicias árabes contra bases del ejército estadounidense y por bombardeos israelíes contra miembros de dichas milicias. En el mar Rojo, los hutíes comenzaron una campaña de ataques contra barcos con destino a Israel, y Estados Unidos y el Reino Unido respondieron bombardeando objetivos hutíes.[49]
A lo largo de la guerra, ha habido protestas globales generalizadas que piden principalmente un alto el fuego.[50] Estados Unidos vetó tres resoluciones del Consejo de Seguridad de la ONU en ese sentido,[51] pero permitió que el 15 de noviembre se aprobara una que pedía una pausa humanitaria[52] y otra el 25 de marzo que exigía un alto el fuego inmediato durante el mes de Ramadán, si bien Israel ignoró ambas.[53] El apoyo militar y diplomático de Estados Unidos a Israel durante la guerra ha sido condenado por varios grupos defensores de los derechos humanos, y algunos comentaristas han descrito a ambos países como internacionalmente aislados.[54]
El 29 de diciembre de 2023, Sudáfrica presentó un caso ante la Corte Internacional de Justicia, acusando a Israel de incumplir sus obligaciones bajo la Convención sobre el Genocidio de 1948 en sus ataques en la Franja de Gaza.[55] El 26 de enero de 2024, la Corte Internacional de Justicia dictaminó de manera provisional que había indicios de que se estuviese cometiendo un genocidio y ordenó una serie de medidas cautelares mientras se desarrollase la investigación oficial.[56] El viernes 5 de abril, el Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas adoptó una resolución en la que pedía que Israel rinda cuentas por posibles crímenes de guerra y contra la humanidad cometidos durante la invasión de Gaza.[57] El 20 de mayo, el fiscal jefe de la Corte Penal Internacional solicitó órdenes de detención contra el primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu, su ministro de Defensa, Yoav Galant y tres líderes de Hamás, entre ellos Yahya Sinwar, acusados de crímenes de guerra y crímenes contra la humanidad por los atentados del 7 de octubre y la posterior guerra en Gaza.[58]
Tras la operación Inundación de Al-Aqsa (en árabe: عملية طوفان الأقصى, romanizado: ʿamaliyyat ṭūfān al-ʾAqṣā) por parte de Hamás, Israel anunció el inicio de una contraofensiva denominada operación Espadas de Hierro (en hebreo: מבצע חרבות ברזל, romanizado: Mivtsa Charavot Barzel).[23]
El ataque se produjo tras tres semanas de violencia en la valla de separación entre Israel y Gaza. Hamás e Israel habían negociado recientemente una tregua, mediada por Catar, Egipto y las Naciones Unidas el 29 de septiembre.[59] Estados Unidos había liberado semanas antes seis mil millones de dólares que Irán indicó que usaría «según lo determinen las autoridades competentes».[60] Antes del ataque, al menos 247 palestinos habían muerto a manos de las fuerzas israelíes en 2023, mientras que 32 israelíes y dos extranjeros habían muerto en ataques palestinos.[61]
El ataque se produjo un día después del 50.º aniversario de la guerra de Yom Kipur. Como este, comenzó con un ataque sorpresa y coincidió con una festividad judía, en este caso la de Simjat Torá.[62]
El comandante de las Brigadas de Ezzeldin Al-Qassam, Mohamed Deif, afirmó que el ataque se llevó a cabo en respuesta a la «profanación de la mezquita de Al-Aqsa», y llamó a los palestinos y árabes israelíes a «expulsar a los ocupantes y demoler los muros».[63] El líder de alto rango de Hamás Saleh al-Arouri dijo que la operación era una respuesta «a los crímenes de la ocupación», y añadió que los combatientes estaban defendiendo la mezquita de Al-Aqsa y a miles de prisioneros palestinos detenidos por Israel.[64]
Los funcionarios de inteligencia israelíes afirmaron inicialmente que no tenían advertencias ni indicios del ataque de Hamás del 7 de octubre, a pesar de que Israel ejercía una amplia vigilancia sobre la Franja de Gaza.[65] Sin embargo, Estados Unidos había advertido al gobierno israelí sobre el ataque de Hamás pocos días antes de que este tuviera lugar.[66] Egipto también dijo que había advertido a Israel tres días antes del ataque.[66] Israel negó haber recibido tal advertencia,[67] pero la declaración egipcia fue corroborada por Michael McCaul, presidente del Comité de Asuntos Exteriores de la Cámara de Representantes de los Estados Unidos, quien dijo que las advertencias se hicieron tres días antes del ataque.[66]
Según The New York Times, los funcionarios israelíes habían obtenido planes de ataque detallados más de un año antes de que este tuviera lugar. El documento describía planes operativos y objetivos, incluido el tamaño y la ubicación de las fuerzas israelíes, y planteó dudas en Israel sobre cómo Hamás pudo conocer estos detalles. El documento proporcionaba un plan que incluía un ataque con cohetes a gran escala antes de una invasión terrestre, la utilización de drones para desactivar las cámaras de vigilancia y torretas que Israel había desplegado a lo largo de la frontera y hombres armados que invadirían Israel, incluso con parapentes. El periódico estadounidense informó de que «Hamás siguió el plan con sorprendente precisión». Según el artículo, el documento circulaba entre los líderes militares y de inteligencia israelíes, quienes en gran medida lo descartaron por considerarlo más allá de las capacidades reales de Hamás, aunque no está claro si los líderes políticos fueron informados. En julio de 2023, un miembro de una unidad de inteligencia de señales israelí alertó a sus superiores de que Hamás estaba realizando preparativos para el asalto, diciendo: «Rechazo rotundamente que el escenario sea imaginario». Un coronel israelí ignoró sus preocupaciones.[68] Alrededor de la medianoche del día 6, horas antes de que se iniciase el ataque, los servicios de inteligencia israelíes detectaron que docenas de milicianos de Hamás habían activado tarjetas SIM israelíes en sus teléfonos. Sin embargo, el hecho de que Hamás hubiese realizado en el pasado activaciones de tarjetas SIM en meros entrenamientos llevó a las autoridades israelíes a descartar la posibilidad de un ataque real.[69] Según el Financial Times, las alertas de la unidad de señales fueron ignoradas porque provenían de soldados de menor rango; porque contradecían la creencia de que Hamás estaba contenido por el bloqueo israelí de la Franja de Gaza, los bombardeos y el apaciguamiento a través de la ayuda; y por la suposición de que Hamás estaba buscando evitar una guerra total.[70] Para el momento en el que dio comienzo el ataque, Israel solo tenía apostados 600 soldados a lo largo de toda su frontera con la Franja de Gaza, dado que varias unidades se habían desplazado a Cisjordania para proteger a los colonos durante la festividad del Simjat Torá.[71]
El 17 de octubre de 2023, Aharon Haliva, jefe de Inteligencia de las Fuerzas de Defensa de Israel, admitió en una carta que envió a sus soldados el fracaso de la Dirección de Inteligencia, bajo su mando: «fracasamos en nuestra misión más importante, y como jefe de la Dirección de Inteligencia de las FDI asumo toda la responsabilidad por el fracaso»[72] Haliva se encontraba de vacaciones en Eilat la noche del 6 al 7 de octubre y, pese a que se pudo contactar con él a las 3 AM para informarle de ciertos movimientos preparatorios de Hamás, ya no fue posible volver a contactarle por teléfono.[69] El 22 de abril de 2024 anunció su dimisión y que se retiraría del ejército una vez que su sucesor fuera designado.[73]
En el momento del ataque, Israel y Arabia Saudita estaban llevando a cabo negociaciones para tratar de normalizar sus relaciones. El príncipe heredero saudí, Mohamed bin Salmán, dijo que la posibilidad de normalizar las relaciones bilaterales era «real por primera vez». El Ministerio de Asuntos Exteriores de Arabia Saudita dijo que había «advertido repetidamente que la actual ocupación de Gaza por parte de Israel impulsaría más violencia».[74]
El 14 de octubre, Arabia Saudita decidió suspender las negociaciones diplomáticas que mantenía con Israel, con la mediación de Estados Unidos, para una eventual normalización de las relaciones con dicho país.[75] A partir del 7 de febrero de 2024, Arabia Saudita confirmó que la normalización de las relaciones diplomáticas con Israel requieren un estado palestino independiente en las fronteras de 1967 con Jerusalén Este como su capital.[76]
Benjamin Netanyahu ha sido primer ministro de Israel durante la mayor parte de las dos décadas anteriores a la guerra y ha sido ampliamente criticado por defender una política de empoderamiento de Hamás en Gaza.[77] Específicamente, se le ha acusado de llevar a cabo esta política para sabotear una posible solución al conflicto palestino-israelí mediante la implementación de la conocida como «solución de dos Estados», manteniendo a Cisjordania gobernada por la Autoridad Nacional Palestina y a la Franja de Gaza por Hamás, para así demostrar a la opinión pública israelí y a los países occidentales que Israel no tiene un socio palestino capaz de negociar la paz.[78] Estas críticas han sido formuladas por varios funcionarios israelíes, entre ellos el ex primer ministro Ehud Barak y el exjefe del Servicio de Seguridad Interna, Yuval Diskin. Junto a la Autoridad Nacional Palestina, Arabia Saudí también criticó al Gobierno de Netanyahu por permitir a Catar entregar «maletas llenas de dinero a Hamás»,[78] a cambio de mantener el alto el fuego.[77] Además, en los últimos años, Israel permitió que hasta 18 000 trabajadores palestinos de Gaza trabajaran en Israel como incentivo para mantener una calma relativa.[79] Un artículo de opinión del The Times of Israel argumentó, después del ataque de Hamás, que la política de Netanyahu de tratar a la Autoridad Palestina como una carga y a Hamás como un activo «nos ha estallado en la cara».[77]
Alrededor de las 06:30 a. m. hora local del 7 de octubre de 2023,[61] Hamás anunció el inicio de lo que llamó «Operación Inundación de Al-Aqsa», afirmando que había disparado más de 5000 cohetes desde la Franja de Gaza hacia Israel en un lapso de 20 minutos. Los medios israelíes informaron que se habían lanzado al menos 2200 proyectiles desde Gaza. Al menos cinco personas murieron a causa de los ataques con cohetes.[22][80] Se informó de explosiones en zonas que rodean la Franja, así como en Tel Aviv y Ascalón.[80] También se activaron sirenas antiaéreas en Beerseba, Jerusalén, Rejovot, Rishon LeZion y la Base Aérea de Palmajim. Hombres armados abrieron fuego contra barcos israelíes frente a la Franja de Gaza, mientras estallaban enfrentamientos entre palestinos y el ejército israelí en la sección oriental de la valla perimetral de Gaza.[81] Hamás hizo un llamado a las armas y el alto comandante militar Mohamed Deif pidió a «los musulmanes de todas partes que lancen un ataque».[22]
Simultáneamente, alrededor de 1000[23] militantes palestinos se infiltraron en Israel desde Gaza utilizando camiones, camionetas, motocicletas, excavadoras, lanchas rápidas y parapentes.[82][83] El primer ataque fue la masacre del festival de música de Reim, un festival que había sido promocionado como un evento para celebrar la amistad, el amor y la libertad infinita[84] en el cual 364 jóvenes fueron asesinados.[85] Las imágenes y vídeos que se difundieron parecían mostrar a militantes fuertemente armados y enmascarados, vestidos con trajes de uniforme negro, conduciendo camionetas y abriendo fuego en Sederot, matando a varios civiles y soldados israelíes.[22] Algunos vídeos mostraban a israelíes hechos prisioneros y a un tanque israelí en llamas, así como a militantes conduciendo vehículos militares israelíes.[80] También infiltraron en Nir Oz, Beeri y Netiv HaAsara, en la primera de las cuales mataron a más de 130 personas.[86][87] Un video desde Gaza mostraba el cadáver de un soldado israelí siendo pisoteado por una multitud que gritaba «Alá es grande».[88] Se informó de combates en la base militar de Reim,[89] de la captura del paso fronterizo de Erez,[23] de la toma de rehenes en Ofakim, de incendios en casas de Sederot e incluso de un desembarco anfibio en Zikim.[90]
Un portavoz militar israelí afirmó que hombres gazatíes armados habían invadido cuatro pequeñas comunidades rurales israelíes, la ciudad fronteriza de Sederot y dos bases militares tanto por tierra como por mar.[91] Los medios israelíes informaron que siete comunidades habían quedado bajo el control de Hamás, incluidas Nahal Oz, Kfar Aza, Maguén, Sufa y Beeri, además de la comisaría de Sederot.[81]
Un portavoz militar israelí declaró que los militantes de Gaza habían entrado en Israel a través de al menos siete lugares[83] El comisionado de la policía israelí, Kobi Shabtai, dijo que había veintiún lugares activos de alta confrontación en el sur de Israel.[25]
El ataque, que coincidió con la festividad judía de Simjat Torá, pareció haber sorprendido a muchos israelíes.[62] Se activó el sistema de defensa aérea Cúpula de Hierro y el primer ministro Benjamín Netanyahu y el ministro de Defensa Yoav Galant realizaron evaluaciones de seguridad en el cuartel general de las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) en Tel Aviv.[92] Más tarde, Galant aprobó la movilización de decenas de miles de reservistas del ejército y declaró el estado de emergencia en un radio de 80 kilómetros de la frontera con Gaza.[93]
El ejército israelí declaró el estado de preparación para la guerra y Netanyahu convocó una reunión de emergencia de las autoridades de seguridad. Además, las FDI informaron de la iniciación de ataques a la Franja de Gaza en el marco de la denominada «Operación Espadas de Hierro».[23][94] El mismo 7 de octubre, los israelíes informaron haber bombardeado desde el aire 17 complejos militares de Hamás y cuatro centros de comando operativo en Gaza.[93] El comisionado de la policía israelí anunció el «estado de guerra» y la prohibición del «movimiento civil» en toda la región sur de Israel, así como el despliegue de la unidad antiterrorista Yamam en la zona.[25] El portavoz principal de las FDI, el contralmirante Daniel Hagari, dijo que se habían desplegado cuatro divisiones en la zona.[95]
Al kibutz Beeri, donde se habían atrincherado combatientes palestinos junto a rehenes, fueron llegando tropas israelíes a lo largo del día pero no recibieron órdenes de atacar hasta por la tarde. Cuando lo hicieron, utilizaron carros de combate que causaron la muerte de al menos 12 de los rehenes.[96]
Los aeropuertos del sur y el centro de Israel se cerraron al uso civil, mientras que el Aeropuerto Ben Gurion y el Aeropuerto de Eilat permanecieron operativos.[97] En la noche del 7 al 8 de octubre, el Gabinete de Seguridad de Israel aprobó emprender una serie de acciones para lograr la «destrucción de las capacidades militares y gubernamentales de Hamás y la Yihad Islámica Palestina».[98] La Corporación Eléctrica de Israel, que suministraba hasta el 80 % de la electricidad de la Franja de Gaza, cortó el suministro a la zona.[80]
Yoav Galant dijo ante un comité de la Knéset que la guerra tendría tres fases principales. Una primera fase que incluiría ataques aéreos y una maniobra terrestre para «destruir a los agentes y dañar la infraestructura para derrotar y destruir a Hamás», una segunda fase para eliminar los focos de resistencia y una tercera que consistiría en crear «un nuevo régimen de seguridad» en la Franja de Gaza y sus alrededores.[99] El Ministro de Asuntos Exteriores israelí, Eli Cohen, declaró que «el territorio de Gaza (...) disminuirá» después de la guerra, lo que implicaría que partes de Gaza serían anexionadas por Israel.[100]
Unos cincuenta habitantes de Beeri fueron tomados como rehenes y posteriormente liberados por el ejército israelí. También en Ofakim fueron rescatados dos rehenes.[101] En la Franja de Gaza, la fuerza aérea israelí atacó 21 objetivos, incluida la Torre Palestina, un edificio de viviendas de once pisos en el centro de la capital gazatí, y dos hospitales.[102] El 8 de octubre, los ataques se intensificaron. Israel atacó un total de 426 objetivos, incluidos bloques de viviendas, túneles y una mezquita.[103] Los combates continuaron durante todo el día en diversas localidades israelíes, como Sederot y Kfar Aza.[104]
Los bombardeos israelíes continuaron las siguientes semanas, sobre todo en los barrios gazatíes de Al-Karama y Rimal y en el paso de Rafah. Uno de ellos mató a más de cincuenta personas en el mercado del campo de refugiados de Jabalia,[105] mientras que otro mató a tres periodistas en la Torre Hajji.[106] Otro bombardeo en el campamento de Shati dejó al menos veinticinco palestinos muertos, mientras que 31 murieron en Jabalia (la mayoría mujeres y niños) y catorce en Deir al-Balah.[107] Diversas organizaciones denunciaron que había usado fósforo blanco en su bombardeo del puerto de Gaza.[108] Paralelamente, continuó el lanzamiento de cohetes desde la Franja hacia Israel, especialmente hacia localidades fronterizas como Sederot.[109] Israel decretó su bloqueo total, incluida la entrada de alimentos y combustible, y el 11 de octubre dejó de funcionar la única planta eléctrica de la región por falta de combustible.[110] El 13 de octubre, el ejército israelí ordenó a la población de la mitad norte de la Franja de Gaza, incluida la capital, que evacuase la zona hacia el sur.[111] Numerosas organizaciones denunciaron esta orden, que suponía el desplazamiento inmediato de cerca de 1.1 millones de personas.[112][113][114][115][116] Durante la evacuación, una explosión en la carretera de Saladino supuso la muerte de 70 personas; diversas fuentes atribuyeron el ataque a Israel, que rechazó las acusaciones.[117] El 15 de octubre, Israel decretó la evacuación de Sederot.[118]
El 16 de octubre, Israel ordenó la evacuación de sus civiles de las localidades cercanas a la frontera del Líbano.[119] Los bombardeos israelíes sobre Jan Yunis, Rafah y Deir al-Balah dejaron al menos setenta palestinos muertos.[120] Israel también bombardeó hasta en cuatro ocasiones el paso de Rafah, la única vía de entrada de ayuda humanitaria hacia la Franja.[121] Ese mismo día se produjo un ataque contra el hospital Al-Ahli, que dejó entre 50 y 500 muertos y cuya autoría aún es objeto de debate.[122] Un ataque israelí contra una escuela de UNRWA dejó al menos seis muertos.[123] El 18 y el 19 de octubre llegaron a Israel Joe Biden y Rishi Sunak para expresar su apoyo a este país.[124] El 20 de octubre, el ejército israelí bombardeó la iglesia de San Porfirio, la más antigua de la ciudad de Gaza, matando al menos a dieciséis civiles palestinos.[125] Ese mismo día, el ejército israelí ordenó la evacuación del hospital Al-Quds, donde se habían refugiado unos 12 000 civiles desplazados.[126] El primer convoy de ayuda humanitaria desde el inicio de la guerra entró en la Franja el 21 de octubre por el paso de Rafah, compuesto tan solo de veinte camiones.[127]
Los bombardeos israelíes durante la noche del 23 de octubre fueron especialmente intensos y causaron al menos 300 niños y 173 mujeres muertas.[128] Ese mismo 23 de octubre, tras la mediación de Egipto y Catar, Hamás liberó a dos ancianas de 79 y 85 años que mantenía retenidas.[129] El 27 de octubre, un lanzamiento de cohetes palestinos alcanzó Tel Aviv y Ascalón.[130] Ese día, los bombardeos israelíes causaron el corte de los sistemas de telefonía e internet en la Franja de Gaza, lo que dañó seriamente la eficacia de los servicios de emergencias sanitarias.[131] El ejército israelí realizó incursiones en Beit Hanun y Bureij en lo que parecía indicar el inicio de su ofensiva terrestre.[132] El 28 de octubre se hizo público un plan del ministerio de Inteligencia de Israel en el que proponía la expulsión de la población gazatí a la península del Sinaí.[133] Ese mismo día, Yahya Sinwar propuso la liberación de todos los rehenes israelíes a cambio de la de todos los presos palestinos; Israel rechazó la propuesta.[134] Al día siguiente, los ataques israelíes destruyeron las carreteras de acceso al hospital Al-Shifa y las inmediaciones del hospital al-Quds.[135]
Entre el 31 de octubre y el 1 de noviembre, el ejército israelí mató a 195 personas e hirió a casi 800 en sendos bombardeos contra el campo de refugiados de Jabalia.[136]
El 2 de noviembre, el ministro israelí de Patrimonio, el ultraderechista Amichai Eliyahu, opinó que habría que repartir el territorio gazatí entre los veteranos de guerra al final del conflicto.[137] Al día siguiente, Israel atacó un convoy de ambulancias frente al hospital Al-Shifa y mató al menos a quince personas.[138] También ese día, al menos diez trabajadores palestinos murieron por un ataque israelí en el cementerio de Beit Lahia.[139] El 4 de noviembre, Israel atacó una escuela de UNRWA en el campamento de refugiados de Jabalia y mató a al menos quince personas, la mayoría de ellos mujeres y niños.[140] En otro bombardeo contra el Hospital Nasser, Israel mató a dos mujeres palestinas.[141] El 5 de noviembre, otro ministro israelí desveló que se barajaba la posibilidad de atacar Gaza con armas atómicas.[142] La aviación israelí bombardeó el campo de refugiados de Maghazi y mató a 47 personas, la mayoría de las cuales eran, una vez más, mujeres y niños.[143]
Un nuevo ataque israelí contra el Hospital Nasser de Gaza causó al menos ocho muertos y decenas de heridos el 6 de noviembre.[144] Al día siguiente, el ministerio del Interior gazatí anunció que todas las panaderías del norte habían quedado fuera de servicio, aumentando el riesgo de hambruna entre la población.[145] El 11 de noviembre, el ejército israelí cerró el cerco sobre los cuatro grandes hospitales del norte de la Franja, lo que llevó a la condena de numerosas organizaciones, como el Consejo Noruego para los Refugiados o el Comité Internacional de la Cruz Roja.[146] El 12 de noviembre, Israel bombardeó la sede del Programa de la ONU para el Desarrollo y causó una cifra significativa de muertos y heridos.[147] Además, el asedio israelí y la falta de electricidad causaron la muerte de dos neonatos y un enfermo en la unidad de cuidados intensivos del hospital Al-Shifa.[147]
El 13 de noviembre, la aviación israelí bombardeó la sede gazatí de la Media Luna Roja de Catar y causó dos muertos y al menos diez heridos.[148] Un bombardeo israelí sobre el campo de refugiados de Jabalia destruyó docenas de viviendas y mató al menos a treinta personas.[149] El 14 de noviembre, todos los hospitales del norte de la Franja habían dejado de estar operativos, salvo por el hospital Al-Shifa, el más grande de la región. En este, el personal hospitalario tuvo que cavar una fosa común para enterrar más de 170 cadáveres ante la imposibilidad de evacuarlos del complejo.[150] Al día siguiente, más de cincuenta personas murieron en un bombardeo israelí contra una mezquita en el barrio capitalino de Sabra.[151] El día 16, Israel emitió órdenes de evacuación a los habitantes de algunas zonas del sur de la Franja mientras los sistemas de telecomunicaciones e internet volvieron a verse interrumpidos.[152] El 17 de noviembre, ante la presión estadounidense, Israel permitió la entrada de combustible en la Franja para mantener activos los sistemas de telecomunicaciones, las desaladoras de agua y los hospitales, entre otros.[153] El 18 de noviembre, Israel bombardeó las escuelas al-Fakhoura y Tel al-Zaatar, gestionadas por UNRWA en el campamento de Jabalia, y mató a unas 200 personas en ellas.[154] Otro bombardeo israelí sobre una vivienda del campamento mató a 32 personas de una misma familia, incluidos diecinueve niños. Los trabajadores sanitarios y los pacientes del hospital al-Shifa comenzaron su evacuación a pie hacia el sur de la Franja, y un convoy de Médicos Sin Fronteras fue atacado por el ejército israelí, que causó la muerte de dos de sus miembros.[155]
El 20 de noviembre, Israel bombardeó el Hospital Indonesio y mató a doce personas en el ataque.[156] Al día siguiente, un ataque israelí contra el hospital al-Awda causó la muerte a tres médicos.[157] El 22 de noviembre se anunció un acuerdo de alto el fuego e intercambio de rehenes por prisioneros, así como la entrada a mayor escala de ayuda humanitaria a la Franja de Gaza. Israel continuó con sus bombardeos hasta la entrada en vigor del alto el fuego.[158] Un ataque israelí contra una escuela de la ONU en Jabalia causó al menos 27 muertos y 93 heridos.[159] En Rafah, la aviación israelí dejó al menos 14 muertos y 35 heridos, la mayoría mujeres y niños.[160] El alto el fuego dio comienzo según lo establecido el 24 de noviembre a las 7:00h y, en total, hasta el 30 de noviembre se liberaron 105 rehenes de Hamás (81 israelíes, 23 tailandeses y un filipino)[161] a cambio de 240 presos palestinos (107 niños y 133 mujeres), de los que tres cuartas partes estaban en la cárcel sin condena.[47]
Tras la reanudación de las hostilidades, la aviación israelí destruyó Hamad City, un proyecto financiado por Catar para dar vivienda a quienes la perdieron en el conflicto de 2014.[162] Al menos 193 palestinos murieron y 650 resultaron heridos en los dos primeros días desde la ruptura del alto el fuego.[163]
El 4 de diciembre, la aviación israelí mató a al menos 50 civiles en una escuela del barrio gazatí de Daraj.[164] Docenas de personas murieron en un bombardeo israelí sobre Deir al-Balah el 5 de diciembre.[165] Al día siguiente, al menos veintidós personas de una misma familia murieron en otro bombardeo sobre el campamento de Jabalia.[166] Ese día, las hostilidades se expandieron a ciudades como Bani Suheila o el distrito capitalino de Shujaiya. Las tropas israelíes tomaron el control de la carretera de Saladino y ordenaron a los habitantes de Jan Yunis que abandonasen la ciudad.[167] El 6 de diciembre, un solo bombardeo israelí en un edificio residencial de cinco plantas del barrio gazatí de Al-Fayoumi mató a 117 personas, todas ellas miembros de la familia Juha; se recuperaron 57 cadáveres, pero otros 60 quedarían atrapados durante meses bajo los escombros.[29] El 7 de diciembre, al menos 350 palestinos murieron en ataques israelíes a lo largo y ancho de la Franja de Gaza.[168] La aviación israelí también destruyó dos de las mezquitas más antiguas de la franja: la mezquita Otman Bin Qashqar y la Gran Mezquita de Gaza.[169] Esos días empezaron a aparecer imágenes de numerosos presos palestinos semidesnudos, maniatados y con los ojos vendados.[170] Para el final de la semana, los combates seguían alrededor de Jan Yunis, el campamento de Jabalia y el barrio de Shujaiya.[171] El sistema sanitario de la Franja estaba, en palabras de la OMS, «de rodillas y derrumbándose».[172]
El 12 de diciembre, al menos veinte personas murieron en sus propios hogares por un bombardeo israelí sobre Rafah.[173] Al menos nueve soldados israelíes murieron ese mismo día en una emboscada de Hamás en el barrio de Shujaiya.[174] El 13 de diciembre, se descubrieron los cuerpos de quince civiles palestinos en la escuela Shadia Abu Ghazala, incluidos mujeres, niños y bebés, con impactos de disparos realizados a corta distancia. Según los testigos presenciales las víctimas habían sido asesinadas a quemarropa por soldados israelíes.[175]
El 14 de diciembre, los medios mostraron imágenes de palestinos asaltando los camiones de ayuda humanitaria para comerse lo que obtenían de ellos.[176] El 15 de diciembre, el ejército israelí mató por error a tres rehenes israelíes que habían logrado escapar e iban semidesnudos y con una bandera blanca.[177] Un dron israelí mató a un periodista de Al Jazeera que cubría la noticia de un bombardeo anterior. Ese día, se abrió el paso de Kerem Shalom a ayuda humanitaria.[178] La aviación israelí mató a al menos treinta y cinco personas en el campamento de Jabalia, a once en Rafah[179] y a doce más en el campamento de Deir al-Balah.[180] El ejército israelí destruyó ese domingo el hospital Kamal Adwan en el norte de la Franja.[179]
El 18 de diciembre, dos mujeres murieron asesinadas por un francotirador israelí en la parroquia de la Sagrada Familia de Gaza,[181] mientras que el ejército israelí obligó a evacuar del hospital al-Ahli a todos los civiles refugiados en él. El hospital Nasser fue bombardeado dos veces en dos días por tropas israelíes, mientras que al menos 41 palestinos murieron el 19 de diciembre en diversos bombardeos israelíes sobre el campamento de Jabalia y sobre el sur de la Franja.[182] Al día siguiente, ACNUDH denunciaba la ejecución sumaria de once prisioneros palestinos en el barrio gazatí de Rimal.[183]
Al menos 390 palestinos murieron en bombardeos israelíes entre el jueves 21 y el viernes 22.[184] Además, la Unión Europea alertó de una hambruna «sin precedentes» en la Franja de Gaza.[185] El 23 de diciembre, la aviación israelí mató a 76 personas de una misma familia en un bombardeo sobre la ciudad de Gaza.[186] Un bombardeo sobre una plaza de un barrio residencial del campo de refugiados de Maghazi causó 86 muertos.[187] Unicef denunció que más de 10 000 niños palestinos menores de cinco años estaban en riesgo de morir por malnutrición.[188]
El ejército israelí anunció el 27 de diciembre que ampliaría las operaciones terrestres a los campamentos de refugiados del centro de la Franja: Nuseirat, Maghazi y Bureij.[189] El jueves 28 de diciembre, el ejército israelí mató a al menos cincuenta palestinos en diversos bombardeos sobre Beit Lahia, Jan Yunis y el campamento de Maghazi, a veinticinco en Deir al-Balah (incluidos cinco niños y siete mujeres) y a veinte más en Rafah.[190]
El 29 de diciembre, Israel propuso una tregua que implicaría la retirada parcial de sus tropas y la entrada masiva de ayuda humanitaria a cambio de un intercambio de rehenes, pero Hamás y la Yihad Islámica afirmaron que esto último solo tendría lugar una vez que se anunciase el cese definitivo de las hostilidades.[191] Al día siguiente, OCHA afirmó que «bastante más de un millón» de palestinos se aglomeraban ya en la ciudad de Rafah.[192] La OMS informó de cerca de 180 000 casos de enfermedades infecciosas respiratorias, 136 400 casos de diarrea y 42 700 de dermatitis entre los desplazados palestinos.[193] El 31 de diciembre de 2023, la ONU denunció que el 90 % de los gazatíes (más de 1.8 millones de personas) pasaban frecuentemente más de un día sin comer absolutamente nada.[194] Israel anunció que retiraría cinco brigadas de la zona de combate y cambiaría el tipo de combates para adaptarlos a una guerra prolongada y de baja intensidad.[195]
El 1 de enero, las fuerzas israelíes se retiraron de algunos barrios del norte de Gaza, incluidos Sheikh Radwan, el distrito de al-Mina y partes de Tel al-Hawa.[196] Al día siguiente, quince personas murieron en un ataque israelí contra el campamento de Maghazi, y otras seis en el barrio Bir al-Naja de Jabaliya.[197]
El 3 de enero, un bombardeo israelí sobre a localidad de Deir al-Balah mató a varios miembros de la familia al-Durrah, incluidas mujeres y niños.[198] El 4 de enero, al menos catorce personas, la mayoría niños, murieron cuando la aviación israelí bombardeó una casa en la zona de al-Mawasi, el área de evacuación designada como «zona segura» por el ejército israelí.[199]
El 5 de enero, la OMS confirmó que, desde el inicio de los combates, se habían producido cerca de 600 ataques israelíes contra hospitales y otras infraestructuras médicas en los territorios palestinos.[200] El sábado 6 de enero, Médicos Sin Fronteras informó de que la media de niños muertos superaba ampliamente los cien diarios.[201] Por la tarde del día 7, un nuevo ataque israelí al norte de la Franja de Gaza destruyó la vivienda de la familia Abu Elba, matando a al menos setenta de sus miembros.[202] Entre los muertos de ese día también figuraban dos periodistas, Hamza al-Dahdouh, de Al Jazeera e hijo de Wael Al-Dahdouh, y Mustapha Thuria, de France Presse, que fueron atacados por la aviación israelí mientras viajaban en coche de Rafah a Jan Yunis.[203]
El 10 de enero, al menos quince civiles, la mayoría de ellos niños, murieron en un bombardeo israelí sobre un apartamento al oeste de Rafah.[204] Al día siguiente, la Media Luna Roja Palestina denunció que un misil lanzado por un dron israelí destruyó una de sus ambulancias y mató a cuatro médicos y dos pacientes que se encontraban en ella. Israel negó el ataque. Al menos veinte palestinos murieron en un ataque israelí contra un edificio de dos plantas en Deir al-Balah.[205] El 12 de enero, OCHA denunció que las autoridades israelíes seguían negando sistemáticamente la entrada de ayuda humanitaria al norte de la Franja.[206] El sábado 13 de enero, un ataque israelí en Daraj mató al menos a veinte personas, mientras que otro cerca de Rafah dejó al menos catorce muertos, incluida una niña de dos años.[207]
El 15 de enero, Hamás anunció que dos rehenes israelíes habían muerto y otra se encontraba herida debido a los ataques de la aviación israelí.[208] El 18 de enero, un bombardeo israelí en Rafah mató al menos a diecinueve palestinos, la mayoría de ellos mujeres y niños.[209] Ese mismo día, las tropas israelíes demolieron la Universidad Al Israa de la ciudad de Gaza.[210] El viernes 19 de enero, un total de diez personas murieron en la zona de Jan Yunis en dos bombardeos israelíes. Otro ataque israelí sobre un bloque de apartamentos cercano al Hospital Al-Shifa de Gaza mató a quince personas. Unicef describió la Franja de Gaza como «el lugar más peligroso del mundo para ser niño».[211]
El 22 de enero, los bombardeos israelíes causaron al menos cincuenta muertos en ataques contra cinco centros de acogida de desplazados en Gaza.[212] Veintiún soldados israelíes murieron en un incidente en el que militantes palestinos dispararon un RPG-7 contra un tanque y contra varios edificios adyacentes que cayeron sobre ellos. El portavoz del ejército israelí explicó que los soldados estaban creando una zona de exclusión a lo largo de la frontera de la Franja de Gaza.[213] El 24 de enero, UNRWA denunció que un ataque de un tanque contra un centro de refugiados de la ONU en Jan Yunis había causado 13 muertos y 56 heridos, 21 de ellos de gravedad.[214]
El 25 de enero, las autoridades gazatíes denunciaron que al menos veinte personas murieron y cerca de 150 resultaron heridas a causa de un ataque del ejército de Israel contra un grupo de personas que hacían cola para recibir ayuda humanitaria en la ciudad de Gaza.[215] En la ciudad de Jan Yunis, al menos cincuenta personas murieron por los bombardeos israelíes. La ONU aseguró que más de la mitad de la población gazatí, calculada al principio de la guerra en 2.2 millones de personas, se hacinaba en la ciudad fronteriza de Rafah.[216] El sábado 27 de enero, el hospital Nasser, el más grande de cuantos quedaban funcionando en la Franja de Gaza, dejó de estar en funcionamiento por las órdenes de evacuación impuestas por el ejército israelí.[217] El 28 de enero, la Media Luna Roja Palestina informó de la cancelación de las operaciones de cirugía en el hospital al-Amal de Jan Yunis, al habérseles terminado las reservas de oxígeno.[218]
El 28 de enero, un bombardeo israelí contra una vivienda del campamento de refugiados de Nuseirat dejó al menos veintitrés muertos, mientras que otro en el barrio de Zeitún de la capital gazatí supuso la muerte de docenas de civiles, la mayoría mujeres y niños.[219] El 30 de enero, un bombardeo de la aviación israelí sobre una vivienda en el barrio de Sabra de la capital gazatí mató al menos a veinte civiles y dejó múltiples heridos.[220] El miércoles 31 de enero, Hind Rajab, una niña de 6 años, habló por teléfono con la Media Luna Roja Palestina y les comentó que se encontraba atrapada en un coche donde el resto de su familia había muerto por disparos de soldados israelíes. La Media Luna Roja envió una ambulancia con dos miembros, pero poco después perdió el contacto tanto con la ambulancia como con la niña.[221]
El 1 de febrero, el foco de los enfrentamientos seguía en Jan Yunis, y en especial en los alrededores de los hospitales Nasser y al-Amal. El ministerio de Salud de la Franja de Gaza informó de que más de 30 000 desplazados en escuelas alrededor del hospital Nasser de Jan Yunis se habían quedado sin agua ni comida.[222]
El 2 de febrero, nuevas imágenes vía satélite mostraban que las tropas israelíes continuaban con la demolición de viviendas gazatíes para crear una zona de exclusión de cerca de un kilómetro a lo largo de la frontera, que supondría unos de 60 km² de la superficie total de la Franja, que es de 360 km².[223] Unicef calculó que unos 17 000 niños gazatíes estaban solos o separados de sus familias.[224] El sábado 3 de febrero, al menos doce personas murieron en un ataque sobre Rafah, mientras que en Deir al-Balah perecieron al menos cuatro personas y hubo de decenas de heridos. En Jan Yunis, testigos presenciales denunciaron que el ejército israelí había hecho estallar un distrito residencial completo.[225] El 4 de febrero, los ataques fueron especialmente intensos en Rafah, donde al menos 92 palestinos murieron por los bombardeos israelíes de la noche previa.[226] Otro ataque israelí en esta ciudad, en este caso contra una guardería, mató a al menos dos niños.[227] En Deir al-Balah, la mezquita al-Shuhada y una serie de viviendas anexas fueron destruidas por otro bombardeo israelí, que también mató a docenas de personas que se refugiaban en ellas.[226]
El 5 de febrero, los bombardeos israelíes mataron al menos a 128 personas en la atestada ciudad de Rafah.[228] Algunos trabajadores de la administración gazatí, como policías o funcionarios, volvieron a trabajar en los barrios de Gaza que habían sido previamente abandonadas por el grueso del ejército israelí.[229] El 6 de febrero, un bombardeo israelí mató a diez personas e hirió a otras diez en el campo de refugiados de Jabalia.[230] Ese mismo día, Hamás realizó una propuesta de alto el fuego que implicaría tres fases de 45 días cada una, en las que se intercambiarían a los rehenes israelíes por presos palestinos, se retiraría el ejército israelí de la Franja, se iniciaría el proceso de reconstrucción y se intercambiarían los restos mortales de los combatientes de cada bando.[231] El miércoles 7 de febrero, los camiones de ayuda humanitaria seguían sin poder entrar en la Franja de Gaza debido a las protestas de manifestantes israelíes.[232] Al día siguiente, el ejército israelí intensificó sus bombardeos contra la ciudad sureña de Rafah, donde mató al menos a once personas en dos edificios de viviendas y a catorce personas más de dos familias desplazadas, una de Jan Yunis y otra del norte de la Franja de Gaza. La Media Luna Roja palestina denunció que uno de sus enfermeros murió y otros dos resultaron heridos cuando soldados israelíes dispararon directamente contra ellos mientras trataban de evacuar heridos del hospital al-Ahli de Gaza.[233]
El 9 de febrero, al menos ocho personas, tres de ellas niños, murieron por el ataque de la aviación israelí contra una casa de Rafah, y cuatro más murieron en una guardería de az-Zawayda.[234] OCHA informó que cerca de un 10 % de los niños menores de cinco años sufrían ya malnutrición severa.[235] Al Jazeera informó de que los francotiradores israelíes habían matado a al menos veintiún civiles palestinos que trataban de llegar o salir del hospital Nasser de Jan Yunis.[236] El 10 de febrero, al menos 28 personas murieron por los bombardeos israelíes en Rafah, incluidos al menos diez niños. UNRWA denunció que un cargamento con más de mil contenedores de comida se encontraba retenido ya varias semanas en el puerto israelí de Asdod.[237] La Media Luna Roja palestina también confirmó la muerte de Hind Rajab, la niña de seis años que había llamado pidiendo ayuda el 31 de enero, así como de los dos enfermeros que fueron enviados a rescatarla con el visto bueno del ejército israelí, a quien acusó de haberlos matado deliberadamente.[238] El 11 de febrero, las Brigadas de Ezzeldin Al-Qassam informaron de que dos rehenes israelíes habían muerto y otros ocho habían resultado heridos de gravedad debido a los bombardeos israelíes contra Rafah.[239] La Media Luna Roja palestina denunció que Israel llevaba una semana impidiendo la llegada de bombonas de oxígeno al hospital al-Amal de Jan Yunis, lo que había resultado ya en la muerte de tres pacientes.[240]
El 12 de febrero, una operación especial israelí en Rafah se saldó con el rescate de dos rehenes y la muerte de 74 palestinos por los bombardeos usados como cobertura. Hamás anunció que tres de los ocho rehenes heridos el día anterior en un bombardeo israelí habían muerto.[241] El 14 de febrero, miles de palestinos desplazados que se habían refugiado en el hospital Nasser de Jan Yunis comenzaron a evacuar este centro médico después de la orden israelí del día anterior.[242] El ministro israelí de Finanzas, Bezalel Smotrich, ordenó paralizar los envíos de harina a la Franja de Gaza.[243]
El 15 de febrero, el ejército israelí asaltó el hospital Nasser de Jan Yunis, el más grande de cuantos quedaban operativos en la Franja de Gaza. Al menos un paciente murió y otros seis resultaron heridos por las tropas israelíes.[244] El 16 de febrero, cinco pacientes del hospital Nasser que estaban en cuidados intensivos murieron debido a que su suministro de oxígeno se había interrumpido con el asalto israelí.[245] El 17 de febrero, al menos 120 pacientes y cinco equipos médicos estaban atrapados en el interior del hospital Nasser sin electricidad, comida ni agua.[246] Al día siguiente, la Organización Mundial de la Salud declaró que el hospital Nasser de Jan Yunis, el más importante de cuantos continuaban funcionando al comienzo de la semana, ya no estaba en funcionamiento.[247]
El 20 de febrero, la OMS denunció que Israel estaba dificultando las misiones médicas de rescate dirigidas a dicho hospital, en el que el gran almacén de medicinas que había había sido quemado.[248] El 21 de febrero, Israel ordenó la evacuación de dos barrios enteros de Gaza, Zeitún y Turkoman, ante el resurgir de los combates en una zona que ya había declarado pacificada. El Programa Mundial de Alimentos suspendió el envío de convoyes al norte de la Franja de Gaza porque «multitudes de gente hambrienta» rodeaban los camiones y trataban de obtener algo de comida de ellos.[249]
El viernes 23 de febrero, al menos trece pacientes murieron por falta de oxígeno y de electricidad en el hospital Nasser, cuya planta baja estaba anegada con aguas residuales.[250] Expertos de la ONU declararon que habían visto «alegaciones creíbles» de que mujeres y niñas palestinas habían sufrido violaciones, humillación sexual y amenazas de violación cuando estuvieron presas por el ejército israelí.[251] El sábado 24 de febrero, un bombardeo israelí mató a al menos 24 desplazados palestinos en la localidad de Deir al-Balah.[252] Un bebé de dos meses murió de desnutrición severa en un hospital de Gaza. Un informe de Save the Children denunció que las familias gazatíes se estaban viendo obligadas a comerse el pienso de sus animales o incluso las hojas de los árboles.[253] El domingo, el ejército israelí anunció que había dado por concluidas sus operaciones en el interior del hospital Nasser de Jan Yunis, en el que detuvo a 200 personas, expulsó a miles de desplazados y causó graves daños que lo dejaron «no operativo», en palabras de la OMS.[254]
El 26 de febrero, Naciones Unidas explicó que más de medio millón de gazatíes se encontraban ya «en la más grave de las cinco fases en que se clasifican las crisis alimentarias, es decir, en riesgo alto de morir de inanición».[255] El ejército israelí bombardeó a un grupo de personas que se encontraban esperando a que llegasen camiones de comida a Gaza. Mató a diez personas e hirió a otras quince.[256]
El 27 de enero, Oxfam advirtió de que «el riesgo de genocidio está aumentando en el norte de la Franja de Gaza».[257] Un niño de dos años murió después de comer pan fabricado con comida para animales.[258] El miércoles 28 de enero, nueve niños palestinos murieron por inanición y otros siete se encontraban en estado crítico.[259] El 29 de febrero, tropas israelíes dispararon contra una multitud de personas que esperaban ayuda humanitaria en la Franja de Gaza. Los disparos de los soldados y la estampida consiguiente causaron al menos 117 muertos y más de 700 heridos.[260]
El viernes 1 de marzo, The New York Times informó de que la entrada de ayuda humanitaria a la Franja de Gaza se había reducido en más de un 30 % en febrero.[261] El 2 de marzo, la aviación israelí bombardeó las tiendas de campaña del campamento improvisado en Rafah, en un ataque que dejó once muertos.[262] Hamás anunció que siete rehenes habían muerto como consecuencia de los distintos bombardeos israelíes de los días previos.[263] Soldados israelíes volvieron a atacar a civiles palestinos que hacían cola para recibir ayuda humanitaria en el suroeste de la ciudad de Gaza, lo que habría causado al menos un muerto y veintiséis heridos.[260]
El 3 de marzo, un bombardeo israelí en Rafah mató a catorce miembros de la misma familia, incluidos cinco niños, dos de ellos gemelos de tres meses. La cifra de niños muertos de inanición ascendía ya a quince en el hospital Kamal Adwan de Gaza.[264] Al menos nueve personas murieron y muchas otras resultaron heridas en un ataque israelí contra un camión de ayuda humanitaria en Deir al-Balah. Ese mismo día, se informó de «decenas de víctimas» en otro ataque contra un convoy de ayuda alimentaria en la rotonda de Kuwait en el sur de la ciudad de Gaza.[265]
El lunes 4 de marzo, el número de niños muertos de inanición llegó a dieciséis con el fallecimiento de un niño de 10 años.[266] Al día siguiente, la aviación israelí mató a ocho personas e hirió a muchas más en un ataque contra una vivienda en Jan Yunis.[267] El 7 de marzo, el ejército israelí devolvió 47 cadáveres de palestinos a los que había matado previamente en la guerra, que fueron enterrados en una fosa común en la ciudad de Rafah.[268]
El 8 de marzo, cinco civiles murieron en el campamento de refugiados de Shati como resultado de un cargamento de ayuda humanitaria lanzado desde el aire cuyo paracaídas no llegó a abrirse. Algunos expertos en crisis humanitarias advirtieron de que el envío de ayuda por mar y aire nunca podrían compensar el que se realizaba por tierra antes del inicio de la guerra.[269][270] El diario israelí Haaretz publicó que veintisiete prisioneros de guerra palestinos habían muerto en cárceles israelíes desde el inicio de la guerra.[271] Al día siguiente, veintitrés personas murieron en Jan Yunis cuando Israel bombardeó el proyecto residencial de Ciudad Hamad. Tres niños más murieron de inanición y deshidratación en el hospital al-Shifa de Gaza, lo que llevó la cifra de niños muertos por la hambruna hasta los 23. Numerosas madres estaban dando a luz a niños muertos en el norte de la Franja, donde el ejército israelí también mató a un pescador junto a la playa.[272][273] El 10 de marzo, toda la población de la Franja de Gaza se encontraba en la fase 3 (crisis alimentaria o de subsistencia) de la Clasificación Integrada de las Fases de la Seguridad Alimentaria, lo que suponía «el porcentaje más alto de personas que sufren este tipo de inseguridad alimenticia aguda» de la historia. La mitad de la población se encontraba en la fase 4 (emergencia humanitaria), y al menos un 25 % de la población estaba ya en la fase más extrema, la de hambruna o catástrofe humanitaria.[274]
El 12 de marzo, en la plaza Kuwait de la capital gazatí, el ejército israelí mató a nueve personas e hirió a una veintena más mientras esperaban la llegada de un convoy de ayuda humanitaria. Se registraron dos muertes más de niños por inanición y deshidratación, lo que elevó la cifra hasta los 27, la mayoría de ellos bebés.[275] El 13 de marzo, un bombardeo israelí destruyó un almacén de alimentos de UNRWA en Rafah y mató a cuatro personas en su interior. Otro bombardeo israelí, en este caso en Deir al-Balah, mató a diez personas e hirió a otras muchas.[270][276] El 14 de marzo, al menos veinte personas murieron y 150 resultaron heridas después de que un helicóptero israelí disparara contra una multitud de civiles palestinos durante una entrega de ayuda en la rotonda de Kuwait en la ciudad de Gaza.[277]
El 15 de marzo, un bombardeo israelí sobre una vivienda que acogía desplazados de guerra en el campamento de Nuseirat dejó 36 muertos. La mayor parte de las víctimas de dicho ataque eran niños, aunque también se encontraron entre los escombros a mujeres embarazadas.[278] El sábado 16 de marzo, siete personas murieron en nuevos ataques israelíes contra el campamento de Nuseirat. UNRWA denunció que uno de cada tres niños menores de dos años se encontraba en situación de malnutrición severa en el norte de la Franja de Gaza.[278] El domingo 17 de marzo, la aviación israelí mató a doce personas que se refugiaban en una casa de Deir al-Balah. Por primera vez en cuatro meses, doce camiones de ayuda humanitaria llegaron a algunas zonas del norte de la Franja de Gaza: seis a Gaza y seis al campamento de Jabalia.[279]
El 18 de marzo, las fuerzas israelíes atacaron de nuevo el Hospital Al-Shifa de la capital gazatí. Varias agencias de noticias informaron que los soldados israelíes agredieron y detuvieron al corresponsal de Al Jazeera, Ismail al-Ghoul, y a más de ochenta personas, incluido personal médico y otros periodistas, y confiscaron y destruyeron equipos de prensa y médicos.[280] El 19 de marzo, al menos catorce civiles murieron en el bombardeo de una vivienda en Rafah y quince miembros de una misma familia fallecieron por un ataque israelí contra una serie de casas en Gaza. Al final del día, otro bombardeo de la aviación israelí mató a diecinueve personas, incluidas cinco mujeres y nueve niños, en el campamento de refugiados de Nuseirat.[281][282] El 20 de marzo, un ataque contra el campamento de refugiados de Bureij mató a ocho personas, tres de ellas mujeres. Otro ataque israelí durante la madrugada mató a veinticuatro personas que se habían congregado en la redonda Kuwait de la capital gazatí para facilitar una entrega de ayuda humanitaria; el ataque también destruyó varios camiones de ayuda presentes en el lugar.[282]
El 21 de marzo, el ministro de Asuntos Exteriores británico, David Cameron, denunció que «los principales obstructores [de ayuda humanitaria] siguen siendo las negativas arbitrarias del gobierno de Israel y los largos procedimientos de autorización, incluidas múltiples revisiones y estrechos márgenes de apertura durante las horas de luz».[283] Al día siguiente, al menos diez personas de la misma familia murieron cuando la aviación israelí bombardeó una casa al noroeste de Gaza, mientras que otras ocho murieron en Rafah, donde también se registraron numerosos heridos.[284] Al Jazeera publicó un vídeo recuperado de un dron israelí que mostraba a cuatro palestinos desarmados en Jan Yunis que murieron en un ataque aéreo israelí con drones.[285] El 70 % de la población del norte de la Franja de Gaza ya estaba experimentando una hambruna catastrófica.[286] El 23 de marzo, al menos diecinueve palestinos murieron y otros veintitrés resultaron heridos como resultado de un ataque israelí cuando esperaban para recoger ayuda humanitaria al sureste de la capital gazatí, cerca de la redonda Kuwait.[287] El 24 de marzo, la aviación israelí continuó bombardeando Jan Yunis, Rafah y Deir al-Balah, dejando en estas últimas dos ciudades un total de catorce muertos. Las fuerzas israelíes comenzaron a asediar dos hospitales gazatíes más, en este caso el Al Amal y el Nasser de la ciudad sureña de Jan Yunis. Israel informó a UNRWA de que ya no permitiría que sus camiones de ayuda humanitaria llegasen hasta el norte de la Franja de Gaza.[288][289]
El 25 de marzo, al menos veintiún civiles pertenecientes a dos familias murieron tras el ataque de la aviación israelí contra un bloque de viviendas en Deir al-Balah. Otros quince, incluidos varios niños, murieron en un ataque israelí en Rafah. Seis civiles murieron por un ataque aéreo contra ellos en la localidad de Al-Mughraqa, en el centro de la Franja. Ese mismo día, el ejército israelí obligó a los médicos y pacientes del hospital al-Amal de Jan Yunis a abandonar el recinto hospitalario y lo clausuraron.[53][290][291] El 26 de marzo murieron al menos dieciocho palestinos, incluidos nueve niños de entre dos y nueve años, en un bombardeo israelí contra un edificio residencial de la familia Abú Nuquira en la ciudad de Rafah. Otro ataque israelí, en este caso cerca del hospital Al-Shifa de Gaza, dejó otros treinta palestinos muertos. Al norte de la Franja de Gaza, doce personas se ahogaron mientras trataban de recoger ayuda humanitaria que había caído al mar por error.[292][293][294]
El 27 de marzo, al menos doce personas murieron en un ataque israelí contra un campamento de desplazados internos en la ciudad de Jan Yunis. Otras once personas de la familia Dhair murieron en un bombardeo de la aviación israelí contra su vivienda en Rafah.[295] El jueves 28 de marzo se produjeron intensos combates alrededor del hospital Al-Shifa de Gaza y de los hospitales Nasser y Al-Amal de Jan Yunis, uno de los cuales seguía bajo asedio israelí.[296]
El lunes 1 de abril, las fuerzas israelíes se retiraron del Hospital Al-Shifa por segunda vez desde el inicio de la guerra. La Media Luna Roja Palestina afirmó que los distintos departamentos del complejo hospitalario fueron incendiados y que cadáveres de civiles ejecutados yacían alrededor del hospital.[297] Ese mismo día al menos siete trabajadores de la organización humanitaria World Central Kitchen (WCK), del chef José Andrés, murieron en un ataque aéreo de las Fuerzas de Defensa de Israel. Según informó la ONG, «el equipo de WCK viajaba en una zona desescalada en dos vehículos blindados con el logo de la organización» cuando uno de ellos recibió el impacto de un misil lanzado por el ejército de Israel.[298]
El miércoles 3 de abril, el director general de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Tedros Adhanom Ghebreyesus, informó de que al menos 27 niños habían muerto por desnutrición en la Franja de Gaza desde el inicio de los ataques israelíes el 7 de octubre y que esta cifra aumentaría si no se producía un alto el fuego inmediato y no se garantizaba la seguridad para aumentar la ayuda.[299] Por su parte, Oxfam Intermón advirtió de que la población palestina del norte de la Franja de Gaza sobrevivía con solo 245 calorías al día, una cantidad equivalente a 100 gramos de pan, lo que suponía menos del 12 % de las 2100 kilocalorías diarias necesarias por persona. La ONG también indicó que el total de suministros que entraban desde octubre en la Franja suponía apenas una media del 41 % de las calorías diarias necesarias para una persona.[300] Según el Programa Mundial de Alimentos, 1,1 millones de personas se enfrentaban a la hambruna en Gaza.[301]
El sábado 6 de abril, la directora ejecutiva del Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF), Catherine Russell, denunció que desde su comienzo el 7 de octubre «la guerra en Gaza ha matado a más de 13 000 niños y ha herido a muchos más».[302] Ese mismo día, las autoridades gazatíes informaron que 46 palestinos habían muerto y 65 habían resultado heridos por diversos ataques israelíes. Tropas israelíes recuperaron los restos mortales de uno de los rehenes que había estado cautivo de la Yihad Islámica palestina. La Oficina de Naciones Unidas para la Coordinación de Asuntos Humanitarios denunció que el número de niños muertos por desnutrición en la Franja de Gaza ascendía ya a 28.[303] Al día siguiente, el ejército de Israel anunció la retirada de la 98.ª División del sur de Gaza para recuperarse y prepararse para futuras operaciones después de cuatro meses de intensos combates con las milicias palestinas en Jan Yunis, con lo que ya solo permanecería operativa en la Franja la brigada Nahal, encargada de asegurar el corredor de Netzarim, que cruzaba Gaza desde el kibutz Beeri hasta la costa gazatí.[304] El 8 de abril, los desplazados palestinos originarios de Jan Yunis comenzaron a volver a las ruinas de sus hogares tras la retirada del ejército israelí de la ciudad.[305]
El 9 de abril, catorce personas, incluidos al menos cuatro niños, murieron en un bombardeo israelí contra una vivienda en el campamento de refugiados de Nuseirat. Ese mismo día, tanto OCHA como UNRWA denunciaron que la mitad de los convoyes de ayuda humanitaria destinados al norte de la Franja de Gaza en marzo fueron bloqueados por el ejército israelí.[306] El 10 de abril de 2024, un bombardeo israelí mató a tres hijos y a tres nietos de Ismail Haniya cuando se dirigían a celebrar la fiesta de Eid al-Fitr con el resto de su familia en el campamento de refugiados de Shati.[307] Los bombardeos israelíes se centraron en el campamento de Nuseirat el 11 de abril, donde al menos cinco personas murieron y decenas de edificios —incluidas una escuela y dos mezquitas— fueron destruidos. Tras el ataque aéreo, las tropas israelíes realizaron una incursión en el campamento con tanques y helicópteros artillados. Otras seis personas murieron por el ataque de un dron en Rafah.[308]
El 14 de abril, un chico palestino de 13 años que había sido rescatado de los escombros tras un bombardeo israelí en noviembre (en el que murieron 17 miembros de su familia) murió por el impacto de un cargamento de ayuda humanitaria lanzado desde el aire. También ese día, un bombardeo israelí en Rafah mató a once personas, cinco de ellas niños.[309] El 15 de abril, Israel liberó a 150 detenidos palestinos de la Franja de Gaza, incluidos dos miembros de la Media Luna Roja Palestina que estuvieron presos durante 50 días. Los detenidos denunciaron torturas y muchos de ellos fueron ingresados en hospitales gazatíes. Uno de ellos llegó con una pierna amputada. Un informe de la ONU reveló que Israel había destruido más de 3000 edificios gazatíes que se encontraban a menos de un kilómetro de su frontera para crear una zona de exclusión, algo que diversos expertos han denunciado como un crimen de guerra.[310][45] El 16 de abril, al menos 46 palestinos murieron y otros 110 resultaron heridos por diferentes ataques israelíes. Un bombardeo israelí en Rafah mató a cuatro personas e hirió a varias más, mientras que otro destruyó la mezquita Al-Fakhoura, al oeste del campamento de Jabalia, causando numerosas víctimas. En el campamento de Nuseirat, la aviación israelí destruyó un edificio residencial de cuatro plantas y mató al menos a cinco personas. En Beit Hanun, donde las tropas israelíes volvieron a operar después de haberlo abandonado meses atrás, numerosas familias fueron obligadas a abandonar sus viviendas o las escuelas en las que se refugiaban y muchos hombres fueron detenidos. La aviación israelí también destruyó varias viviendas en Al-Mughraqa, Al-Zahra y Deir al-Balah.[311]
El 20 de abril, Israel intensificó sus ataques contra Rafah. Los ataques israelíes mataron a 22 palestinos en la localidad, de los que 18 eran niños. El primer ataque de la noche mató a un hombre, una mujer embarazada y su hija de cuatro años; los médicos lograron salvar al bebé de la mujer. El segundo ataque mató a 17 niños y dos mujeres, todos de la misma familia.[312] En el patio central del hospital Nasser, en Jan Yunis, se descubrieron tres fosas comunes cavadas por el ejército israelí que contenían al menos 283 cuerpos de palestinos muertos durante el asedio o durante el ataque israelí al hospital. El 22 de abril, las tropas israelíes volvieron a adentrarse en la parte oriental de Jan Yunis. Según la Organización Mundial de la Salud, un convoy destinado al hospital Kamal Adwan no pudo llegar a su destino por los graves retrasos en los puestos de control israelíes y por las hostilidades en curso.[313] El Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Volker Türk, explicó que un niño era asesinado o herido en la Franja de Gaza cada diez minutos.[314] Al día siguiente, en Beit Lahia, los bombardeos destruyeron una mezquita y causaron multitud de heridos entre un grupo de personas que se había reunido para recoger la ayuda humanitaria lanzada desde el aire.[315]
El 25 de abril, el número de cadáveres descubiertos en las fosas comunes del hospital Nasser de Jan Yunis ascendía ya a 392, de los que solo 65 habían podido identificarse. Un trabajador humanitario belga y su hijo de siete años murieron por un ataque israelí contra su casa en Rafah, en la que murieron más civiles. Hamás publicó un vídeo de un rehén israelí de 23 años.[316] Un niño de un año sufrió la amputación de una mano y de parte de su lengua, así como doscientos puntos de sutura en la cara, por un bombardeo israelí que mató a diez miembros de su familia en su propia casa.[317] Al día siguiente falleció una niña que había nacido prematura seis días antes del vientre de su madre, muerta por un ataque israelí junto con su padre y su hermana de cuatro años.[318] Ante las anormalmente altas temperaturas registradas en la Franja a finales de abril y la falta de agua potable, una bebé murió el 27 de abril de insolación en el campamento de tiendas improvisado de Rafah.[319] El 28 de abril, al menos veintisiete personas murieron en esa misma ciudad por bombardeos israelíes, incluidos cinco niños y seis mujeres.[320] El 30 de abril, el Servicio de Emergencias Civiles de la Franja de Gaza elevó a 10 000 el número de desaparecidos bajo los escombros.[321] Ese mismo día, nueve cadáveres fueron recuperados de los escombros en Jan Yunis. Otros tres palestinos (incluido un niño) murieron por un bombardeo israelí contra un apartamento residencial en el campamento de refugiados de Nuseirat. Dos hermanos, un niño y una niña, murieron en otro ataque israelí contra una vivienda del barrio de Shaboura, en Rafah.[322]
El 2 de mayo, OCHA denunció que un niño de 14 años había resultado gravemente herido y le habían tenido que amputar las extremidades tras tratar de abrir una lata de comida que en realidad contenía una bomba. El chico había encontrado la lata en su casa de Jan Yunis, a la que había vuelto después de haber huido ante la ofensiva israelí contra la ciudad meses atrás. OCHA añadió que muchas personas habían sufrido heridas parecidas por artefactos explosivos camuflados en latas de comida.[323]
El 3 de mayo, siete personas (incluidos cuatro niños) murieron en un bombardeo israelí contra una vivienda al norte de Rafah. Ese día se anunció la muerte en un centro de detención israelí del cirujano Adnan al-Bursh, jefe de ortopedia del Hospital Al-Shifa.[324] El 5 de mayo, el jefe del Programa Mundial de Alimentos advirtió de la existencia de una «hambruna en estado avanzado» en el norte de la Franja de Gaza.[325] A media mañana, las Brigadas de Ezzeldin Al-Qassam, brazo armado de Hamás, lanzaron un ataque con diez cohetes contra una zona de reunión del ejército israelí situada cerca de la localidad israelí de Kerem Shalom, en el sureste de la Franja de Gaza. En el ataque murieron cuatro militares israelíes y otros diez resultaron heridos. Israel respondió al ataque cerrando el paso fronterizo cercano y dejando abierto únicamente el paso de Rafah.[326]
Al día siguiente, el ejército israelí ordenó la evacuación de 100 000 palestinos de la ciudad de Rafah, al sur de la Franja, donde cerca de 1.5 millones de palestinos se refugiaban por entonces. Esa misma noche, poco después de que Hamás anunciase que aceptaba una oferta de alto el fuego, Israel dio comienzo a su anunciada ofensiva sobre Rafah.[327] Un día después, los tanques israelíes llegaron hasta el paso de Rafah y lo clausuraron. Unido al cierre del paso de Kerem Shalom dos días antes, este hecho llevó a la alarma de las organizaciones humanitarias. Ese mismo día, al menos veinte palestinos, incluidos mujeres y niños, murieron como consecuencia de un bombardeo israelí en Rafah.[327] El hospital al-Najjar, uno de los tres hospitales de Rafah, dejó de estar operativo el 8 de mayo debido a los intensos combates a su alrededor. Al menos 35 cadáveres y 125 heridos llegaron ese día al Hospital Kuwaití de Rafah.[328]
El 9 de mayo, el lanzamiento de ayuda humanitaria por aire volvió a matar a dos palestinos, en este caso en el norte de la Franja, cuando uno de los paracaídas no se abrió y cayó sobre un almacén.[329] El 10 de mayo, cinco soldados israelíes murieron en combates en el barrio gazatí de Zeitún, cuatro por un artefacto explosivo y uno durante un tiroteo. El ejército israelí ordenó a los habitantes de Jabaliya y Beit Lahia, al norte de la Franja, que abandonasen sus viviendas y se trasladasen a Gaza ante una inminente ofensiva.[330] El sábado 11 de mayo, Egipto se negó a colaborar con Israel en la reapertura del paso de Rafah, lo que provocó que permaneciese cerrado. Los bombardeos israelíes mataron a nueve palestinos e hirieron a otros diez tan solo en la ciudad de Rafah. Hamás anunció la muerte de un rehén israelí en un bombardeo de su aviación.[331]
Los tanques israelíes volvieron a adentrarse en la ciudad de Gaza el 12 de mayo, meses después de haber abandonado la zona. El Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Volker Türk, denunció que la supuesta zona humanitaria habilitada por Israel para el traslado de la población civil de Rafah estaba «reducida a escombros», mientras que las agencias humanitarias expusieron que había ya una terrible masificación, estaba muy limitado acceso al agua (que no era potable), los sistemas de saneamiento eran casi inexistentes y apenas contaba con sistemas de abastecimiento de alimentos.[332]
El 13 de mayo, el paso de Rafah seguía cerrado y el de Kerem Shalom presentaba serios problemas de abastecimiento. El ejército israelí volvió a avanzar sobre la ciudad norteña de Jabaliya, que había abandonado a principios de enero, y los bombardeos israelíes destruyeron multitud de viviendas y mataron al menos a veinte personas. Las tropas israelíes dispararon contra las ambulancias que se dirigían a atender a las docenas de heridos.[333] Al día siguiente, al menos diez palestinos murieron en un ataque israelí contra un hospital de la UNRWA en el barrio gazatí de Sabra.[334]
El 15 de mayo, los pocos hospitales funcionales que quedaban en la Franja sufrían una grave carencia de combustible para sus generadores. Ese día, solamente 54 camiones de ayuda humanitaria entraron en la Franja de Gaza (todos a través del norteño paso de Erez), mientras la ONU calculaba que hacían falta unos 500 camiones diarios para abastecer a la población. Más de 600 000 personas habían tenido que huir de Rafah ante la ofensiva israelí, mientras que otras 100 000 habían huido de varias localidades del norte sobre las que Israel también impuso una orden de evacuación.[335] Al día siguiente, cinco soldados israelíes murieron por fuego amigo cuando un tanque disparó dos obuses contra la vivienda que habían ocupado en el campamento de refugiados de Jabalia.[336]
El 17 de mayo, el ejército israelí recuperó los cadáveres de tres de las víctimas del ataque del 7 de octubre. Estados Unidos terminó la construcción e instalación del muelle flotante para facilitar la entrada de ayuda humanitaria por mar.[337] El 18 de mayo, al menos quince civiles murieron y otros treinta resultaron heridos por los ataques israelíes contra la población de Jabalia.[338]
El 19 de mayo, un ataque de la aviación israelí mató al menos a 31 personas e hirió a otras 20 en una vivienda del campo de refugiados de Nuseirat. Los combates siguieron centrándose en la sureña ciudad de Rafah, si bien las tropas israelíes también cercaron el hospital Kamal Adwan en Beit Lahia, impidiendo que nadie entrara o saliese de él, y atacaron los barrios del Jeque Zayed y Zeitún en la capital. Dos soldados israelíes murieron en combates al sur de la Franja. La ayuda humanitaria comenzó a entrar en la Franja a través del muelle construido por Estados Unidos, aunque aún se trataba de muy poca cantidad, mientras que el paso de Rafah seguía cerrado.[339] Dos días después, el 21 de mayo, al menos ocho palestinos (incluidos tres niños) murieron en un edificio residencial de Rafah destruido por los bombardeos israelíes, y otros tres niños murieron en su casa por un bombardeo israelí en Jan Yunis. La población de Khuza'a comenzó a huir de la ciudad por el avance terrestre de las fuerzas israelíes.[340]
El 22 de mayo, diez personas murieron en un ataque israelí en la localidad de Al-Zawaida y los cadáveres de seis más fueron recuperados de las ruinas de un edificio en Jabaliya. Los únicos dos hospitales funcionales del norte de la Franja de Gaza estaban bajo asedio israelí, con más de doscientos pacientes atrapados en su interior.[341] El 24 de mayo, el ejército israelí recuperó los cadáveres de tres rehenes más en el norte de la Franja. Los tanque israelíes siguieron avanzando por Rafah pese a que el Tribunal Internacional de Justicia ordenó ese día el cese inmediato de la ofensiva israelí en toda la gobernación homónima.[342]
El 26 de mayo por la noche, unas cincuenta personas murieron y más de doscientas resultaron heridas en un bombardeo israelí contra un campamento de refugiados en el noroeste de Rafah. Al menos veintitrés de las víctimas eran mujeres y niños. Según la agencia WAFA, Israel lanzó alrededor de ocho cohetes contra un gran número de tiendas de campaña de un campamento recién establecido en el noroeste de Rafah, cerca de los almacenes de la UNRWA. La mayoría de las víctimas murieron carbonizadas en el incendio provocado por el ataque israelí.[343]
El 28 de ese mismo mes, un nuevo ataque israelí contra un campamento de tiendas de refugiados, en este caso en la denominada zona segura de Al-Mawasi, mató a veintiuna personas, al menos trece de las cuales eran mujeres. Mientras, más de un millón de desplazados habían tenido que abandonar la ciudad de Rafah desde el inicio de la ofensiva israelí.[344] Al día siguiente, tres soldados israelíes murieron y otros tres resultaron gravemente heridos por la explosión de un artefacto explosivo improvisado en un edificio de Rafah.[345]
El 30 de mayo, el ejército israelí declaró tener control operativo sobre el corredor Filadelfia, una estrecha franja de terreno a lo largo de la frontera palestino-egipcia, y continuó con sus bombardeos sobre Rafah, donde los buldóceres israelíes demolieron numerosas viviendas.[346]
El 1 de junio, un total de 95 personas murieron como resultado de los ataques israelíes. Dos niños más (uno de trece años y otro de siete meses) murieron de inanición.[347] El 3 de junio, una serie de bombardeos israelíes mataron a más de veinte palestinos, incluidos al menos tres niños, en Jan Yunis y en los campamentos de refugiados de Nuseirat y Bureij. Las autoridades gazatíes recuperaron más de 120 cadáveres de entre los escombros del campamento de refugiados de Jabalia después de la marcha de las tropas israelíes.[348] El 4 de junio, la Organización Mundial de la Salud denunció que entre 7000 y 11 000 palestinos necesitaban la evacuación urgente a Egipto por motivos médicos, pero que dicho movimiento era imposible por el cierre del paso de Rafah. Ese mismo día, los bombardeos israelíes mataron al menos a ocho personas más en un ataque contra un vehículo que pasaba junto a un refugio para desplazados en Deir al-Balah. El ataque, entre cuyas víctimas mortales había niños, dejó también docenas de heridos, muchos de ellos en estado crítico.[349]
El 5 de junio, el ejército israelí anunció una nueva ofensiva contra la ciudad de Deir al-Balah y contra el campo de refugiados de Bureij. Ese día, el hospital de Al-Aqsa recibió al menos 70 muertos y más de 300 heridos de los distintos bombardeos israelíes en el centro de la Franja de Gaza.[350] El 6 de junio, las tropas israelíes atacaron una escuela de la UNRWA que albergaba a unas 6000 personas desplazadas en el campo de refugiados de Nuseirat, matando al menos a treinta y tres personas, incluidos nueve niños y tres mujeres, e hiriendo a otras 74 personas, entre las que había veintitrés niños.[351]
El 8 de junio, el ejército israelí mató a 274 personas e hirió a unas 700 en el campamento de refugiados de Nuseirat en una operación de rescate en la que liberó a cuatro rehenes. Un soldado israelí murió en los combates, que también causaron la muerte de otros tres rehenes, según declaró Abu Obaida, portavoz de Hamás.[352] El ataque también destruyó algunas de las instalaciones del Programa Mundial de Alimentos en el centro de la Franja.[353] El 9 de junio, Israel continuó sus ataques contra Deir al-Balah y contra los campamentos de Bureij, Nuseirat y Maghazi, en los que mató a al menos seis personas.[352] Un día después, continuaron los bombardeos israelíes, que mataron a cinco personas e hirieron a otras treinta en Rafah. La Media Luna Roja Palestina criticó el «castigo colectivo» que suponía que el paso de Rafah estuviese ya un mes cerrado frente a una población con «niveles graves de hambruna».[354] Cuatro soldados israelíes murieron y otros cuatro resultaron gravemente heridos al estallar una bomba cazabobos en el interior de una vivienda en Rafah.[355]
El 12 de junio, los bombardeos israelíes mataron a 24 personas en la capital gazatí y a un niño en Rafah.[44] Dos días después, el 14 de junio, el Programa Mundial de Alimentos alertó de que el sur de la Franja de Gaza podría sufrir «niveles catastróficos de hambruna» similares a los que ya se padecían en el norte de la Franja. El puerto flotante instalado por la marina estadounidense en el centro de la Franja volvió a quedar inoperativo debido al oleaje, por lo que tuvo que ser retirado.[353] El 15 de junio, un total de once soldados israelíes murieron en tres incidentes distintos, incluido uno en Rafah en el que los ocho soldados que viajaban en el interior de un vehículo de combate de infantería Namer por el campamento de Tel al-Sultán perecieron por el impacto de un misil antitanque o de un explosivo improvisado.[356][355] Al menos diecinueve palestinos murieron por bombardeos israelíes en la ciudad de Gaza.[357]
El 16 de junio, ocho comerciantes y guardias de seguridad palestinos murieron por fuego israelí mientras esperaban la llegada de camiones en la carretera oriental de la Franja de Gaza.[358] Dos días después, al menos diecisiete personas murieron en sendos bombardeos israelíes contra el campamento de refugiados de Nuseirat. Las víctimas, que incluían a ancianos, mujeres y niños, eran desplazados que acababan de llegar allí desde Rafah.[358] El 19 de junio, Israel envió una columna de tanques al barrio de Zeitún, en Gaza, donde tuvieron lugar intensos combates. En el campamento de Al-Mawasi, un ataque israelí impactó en varias de las tiendas de los desplazados instalados allí y mató a ocho personas, empujando a muchas otras a huir del campamento presas del pánico.[359]
El 22 de junio, el ministerio de Sanidad de la Franja de Gaza notificó más de cien muertos por diversos ataques israelíes. Al menos dieciocho de ellos murieron en un ataque contra el barrio residencial de Tuffah y otros veinticuatro en un bombardeo del campamento de Al-Shati, ambos en la ciudad de Gaza. Los tanques israelíes volvieron a atacar el campamento de al-Mawasi.[360] La Media Luna Roja Palestina denunció que un bombardeo israelí impactó a pocos metros de su sede principal y mató al menos a 25 personas. Al día siguiente, ocho palestinos murieron por un ataque israelí contra un centro de distribución de ayuda humanitaria gestionado por UNRWA en la capital del enclave. Varios de ellos habían acudido al centro a pedir cupones de comida.[361]
El 24 de junio, un bombardeo israelí contra una clínica en Gaza mató al coordinador del servicio de ambulancias de la Franja de Gaza. El 25 de junio, el ejército israelí mató al menos a veinticuatro personas en tres bombardeos distintos contra Gaza. Dos de ellos fueron dirigidos contra escuelas en las que se refugiaban desplazados de guerra y causaron un total de catorce muertes. El tercer bombardeo tuvo lugar en el campamento de Shati y destruyó la vivienda de la hermana de Ismail Haniya, el líder político de Hamás, matándola a ella, a su marido y a sus ocho hijos.[362] Mientras tanto, la hambruna seguía extendiéndose por la Franja y cuatro niños más murieron de inanición durante esta semana.[363]
El 27 de junio, el ejército israelí ordenó la evacuación de los civiles que vivían en una parte del barrio de Shujaiya, en la ciudad de Gaza.[364] El 28 de junio, los ataques de los tanques israelíes mataron al menos a once personas en Rafah, donde avanzaron más aún hacia el oeste, forzando a miles de desplazados internos que aún permanecían en la ciudad a abandonar sus tiendas de campaña y huir hacia Jan Yunis. Otro bombardeo israelí, en este caso en el campamento de Nuseirat, destruyó la sede del Servicio Palestino de Emergencias Civiles y mató a tres de sus miembros.[365] El 29 de junio, una niña de 9 años murió y otros tres niños resultaron heridos por la detonación de los restos sin explotar de una bomba israelí en Jan Yunis.[366] El 30 de junio, las tropas israelíes siguieron avanzando hacia el oeste de Rafah y por el barrio de Shujaiya, y al menos seis palestinos murieron como consecuencia de sus ataques. El hospital del campamento de Maghazi resultó seriamente dañado por un bombardeo israelí contra un edificio cercano. Según las autoridades palestinas, unos 115 000 gazatíes habían huido de la Franja desde el inicio del conflicto.[367]
El 1 de julio, Israel liberó al director del Hospital al-Shifa de Gaza, Mohammed Abu Salmiya, después de haberlo mantenido en un campo de detención durante siete meses sin cargos. Salmiya denunció «torturas casi a diario» tanto a sí mismo como a muchos de sus compañeros presos.[368] Al día siguiente, Israel volvió a expulsar a la población de Jan Yunis y reanudó los bombardeos sobre la ciudad, en la que mató al menos a ocho personas. Tres soldados israelíes más murieron a lo largo del día.[368][369]
El 3 de julio, decenas de miles de palestinos seguían huyendo tras la numerosas órdenes de evacuación forzosas del ejército israelí en la parte sur de la Franja, las más importantes desde octubre en términos de superficie evacuada, pues afectaban a más de un tercio de la superficie total del territorio e incluían a más de 90 edificios escolares convertidos ya en refugios para desplazados, así como cuatro centros médicos.[366] Un bombardeo israelí mató a nueve miembros de la familia Hamdan en una de las zonas declaradas seguras por el propio ejército israelí, a la que acababan de huir tras la orden de evacuación de Jan Yunis; cinco de los fallecidos eran niños y tres eran mujeres.[369] El obús de un tanque israelí mató a diecisiete personas que habían acudido a comprar comida a un mercado del barrio gazatí de Zeitún.[370] Ese mismo 3 de julio, en la ciudad de Gaza, soldados israelíes entraron en la vivienda familiar de un joven con síndrome de Down y autismo llamado Mohammed Bhar. Un perro de combate del ejército israelí atacó a Bhar y le produjo graves heridas mientras los soldados expulsaban al resto de su familia de su casa. Dos de sus hermanos protestaron y fueron arrestados por los soldados. El resto de la familia buscó refugio en un edificio en ruinas cercano y, cuando pudieron volver a su casa después del repliegue de las tropas israelíes, encontraron el cuerpo de Bhar en descomposición. Un portavoz del ejército israelí corroboró la historia poco después.[371]
El 6 de julio, el director de la Organización Mundial de la Salud anunció que había ya varios centros hospitalarios al borde del cese de operaciones por falta de combustible. La OMS explicó que la reducción radical del suministro de combustible se debía al cierre del paso de Rafah por las tropas israelíes y a los combates en torno a esa ciudad, donde se encontraban los principales depósitos de combustible de la Franja antes de la ofensiva israelí.[372] Ese mismo día, un ataque israelí contra una escuela gestionada por la UNRWA en el campamento de Nuseirat mató a dieciséis personas que se habían refugiado allí de los combates.[1] El 8 de julio, el ejército israelí amplió la zona de evacuación al suroeste de la capital gazatí, a cuyos residentes exigió que se desplazasen hacia Deir al-Balah. Los médicos del hospital Al-Ahli de Gaza tuvieron que evacuar a sus pacientes al ya abarrotado hospital Indonesio de Beit Lahia.[373]
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Vídeo del ataque aéreo del 9 de julio y sus consecuencias tomado por un espectador de fútbol que estaba filmando el partido. Contiene imágenes gráficas de lesiones graves. | ||
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El 9 de julio, al menos veintisiete personas murieron y otras cincuenta y tres resultaron heridas en un ataque israelí contra una escuela convertida en refugio en Jan Yunis.[374] Al día siguiente, el ejército israelí ordenó la evacuación completa de la ciudad de Gaza, la segunda más importante de toda Palestina. Además, la aviación israelí bombardeó la sede central de UNRWA en la Franja. Una niña de tres meses fue la única superviviente de un ataque israelí que mató a su madre, padre, hermanas, primos y tíos en el barrio gazatí de Sina'a, un barrio declarado «seguro» al que el ejército israelí amplió los combates a medianoche sin previo aviso.[374] Un vídeo publicado por Al Jazeera recogió el momento en el que un bombardeo israelí contra una escuela de la ONU en Gaza mató a docenas de refugiados que jugaban a fútbol en el patio; la mayoría de las víctimas eran mujeres y niños.[375]
El 11 de julio, los ataques israelíes contra los barrios capitalinos de Tel al-Hawa y Rimal mataron al menos a treinta personas.[376] El 12 de julio, tras la retirada israelí de la ciudad de Gaza, unos cuarenta cadáveres fueron encontrados en los barrios capitalinos de Tal al-Hawa y al-Sinaa y otros sesenta en Shujaiya, donde el 85 % de las viviendas habían sido destruidas. La Organización Mundial de la Salud denunció que Israel solo había permitido el acceso de cinco camiones de medicinas a la Franja de Gaza durante toda la semana anterior, mientras que otros treinta y cuatro camiones estaban parados en la ciudad egipcia de El Arish y cuarenta más en Ismailía esperando permiso para entrar.[377]
Una nueva masacre tuvo lugar el 13 de julio, cuando la aviación israelí mató al menos a noventa personas e hirió a otras 289 en el campamento de desplazados de Al-Mawasi, el área que el propio ejército israelí había declarado como «zona segura» para la población. Las autoridades militares israelíes afirmaron que el objetivo del ataque era el jefe de las Brigadas de Ezzeldin Al-Qassam, Mohamed Deif, mientras que fuentes de Hamás indicaron que todas las víctimas eran civiles. Según los servicios de emergencia gazatíes, el ejército israelí les atacó cuando se dirigían a atender a los heridos, mató a dos de sus miembros e hirió de gravedad a otros tres.[378] La relatora especial de la ONU Francesca Albanese denunció que «la guerra genocida de Israel en Gaza es tan intensa que otra masacre de veinte civiles hoy, en un campamento de refugiados (en la ciudad de Gaza) casi no ha recibido atención de los medios de comunicación por la mucho mayor y simultánea masacre de al-Mawasi (con una cifra a estas horas de 90 muertos)». Albanese se refería a otro ataque en el que la aviación israelí había matado a veinte personas en el campamento de Shati.[379] Otro ataque israelí, en este caso contra una casa de oración en un campamento de desplazados en la costa de la ciudad de Gaza, mató al menos a 17 personas.[377]
El 14 de julio, la aviación israelí bombardeó la escuela Abu Araban, gestionada por UNRWA en el centro de la Franja de Gaza, y mató a veintidós personas. Se trataba del quinto ataque israelí contra una escuela en apenas ocho días. El 15 de julio, el ayuntamiento de Deir al-Balah anunció que no podría seguir abasteciendo de agua potable a las 700 000 personas desplazadas que se encontraban en su término municipal debido a la escasez de combustible.[380] Al día siguiente, un nuevo ataque israelí volvió a golpear los campamentos de Al-Mawasi, calificados por el ejército israelí de «zona segura». El ataque más mortífero del día tuvo lugar cerca de una gasolinera de este campamento de desplazados, donde los bombardeos israelíes mataron a 17 personas.[381]
El 18 de julio, una familia completa con niños, padres y abuelos murió por un ataque israelí en el centro de la Franja. La Organización Mundial de la Salud explicó que había documentado más de mil ataques israelíes contra instalaciones sanitarias desde el inicio de la guerra, mientras que Oxfam denunció que Israel había reducido la cantidad de agua disponible en la Franja de Gaza un 94 %, «creando una catástrofe sanitaria letal».[382] El 19 de julio, la Organización Mundial de la Salud advirtió de que se habían encontrado en Jan Yunis y Deir al-Balah seis muestras de la variante tipo 2 del virus de la poliomielitis, una enfermedad infecciosa que puede causar parálisis permanente. Al día siguiente, 20 de julio, un bombardeo israelí mató a un periodista palestino, a su mujer y a sus dos hijos, elevando el número de periodistas palestinos muertos por ataques israelíes a 161.[383]
El 22 de julio, al menos setenta palestinos murieron y otros doscientos resultaron heridos en la nueva ofensiva israelí lanzada contra Jan Yunis y, en concreto, contra la localidad de Bani Suheila y en el campamento de al-Mawasi, la única zona decretada «segura» por el propio ejército israelí. Los bombardeos de su fuerza aérea y su artillería comenzaron apenas unos minutos después de que se publicase una nueva orden de expulsión para las más de 400 000 personas que allí se encontraban desplazadas.[384] El 24 de julio, el ejército israelí recuperó cinco cadáveres de rehenes (una civil y cuatro soldados) durante su incursión en Jan Yunis.[385]
El 27 de julio, Israel bombardeó con tres misiles la escuela Jadiya, en la localidad de Deir el Balah, en el centro de la Franja, donde operaba un hospital de campaña y se alojaban numerosas familias desplazadas. En el ataque israelí murieron al menos treinta personas, entre ellas mujeres y niños, y unas cien resultaron heridas, muchas de ellas en estado crítico. Los ataques israelíes mataron también veintitrés personas en Jan Yunis.[386] El 29 de julio, el Ministerio de Sanidad de la Franja de Gaza declaró una epidemia de polio, una enfermedad que llevaba muchos años erradicada en la región. Las fuerzas israelíes comenzaron a demoler el barrio de Tal al Hawa de la capital gazatí. En Sabra, otro barrio de la capital, el ejército israelí mató a tres personas (un padre, una madre y su hija de 5 meses) en su propia vivienda. Por otro lado, las tropas israelíes ordenaron la evacuación de los campamentos de refugiados de Bureij y Nuseirat.[387] El 31 de julio, dos periodistas de Al Jazeera que habían ido al campamento de Shati a cubrir las reacciones por el asesinato de Ismail Haniya fueron a su vez asesinados por un misil israelí. Viajaban en un coche claramente identificado como un vehículo de prensa.[388]
El 1 de agosto, tres misiles israelíes mataron al menos a quince personas, incluidas mujeres y niños, e hirieron a varias más en una escuela convertida en refugio para civiles desplazados en la ciudad de Gaza.[389] Al día siguiente, al menos diecisiete personas, incluidos niños, murieron y más de sesenta resultaron gravemente heridas en dos ataques aéreos israelíes en una escuela convertida en refugio en la ciudad de Gaza.[390] El 4 de agosto, al menos veinticinco civiles murieron y varios más resultaron heridos en sendos bombardeos israelíes contra dos escuelas situadas en el barrio de Al Nasr, en la ciudad de Gaza.[391] El 5 de agosto, el ejército israelí mató a cinco policías palestinos que trabajaban en la protección de convoyes de ayuda humanitaria. Ese día, Israel devolvió a la Franja de Gaza 84 cuerpos en descomposición de palestinos que habían estado detenidos en Israel durante meses[392]
Para el 6 de agosto, el ejército israelí había ordenado a la población palestina abandonar el 85,5 % del territorio de la Franja, con más de 200 000 personas desplazadas tan solo en la última de las expulsiones, la que afectó a Jan Yunis y Deir al-Balah a finales de julio.[393] El 8 de agosto, al menos quince palestinos murieron y al menos treinta resultaron heridos en un bombardeo israelí contra dos escuelas que albergaban a palestinos desplazados en la Franja de Gaza.[394]
El 10 de agosto, más de un centenar de palestinos murieron y decenas resultaron heridos en una masacre provocada por un ataque aéreo israelí contra una escuela utilizada como refugio por palestinos desplazados en la ciudad de Gaza, donde la gente se reunía para la oración matutina.[395]El 12 de agosto, un rehén israelí fue asesinado por su captor después de que este «recibiese noticias de la muerte de sus dos hijos en una de las masacres del enemigo». Otros dos rehenes resultaron heridos graves por sus captores en un incidente separado.[396] El 14 de agosto, un bombardeo israelí en Deir al-Balah mató a dos gemelos de cuatro días de vida mientras su padre había ido a registrarlos en la oficina municipal. El ataque también mató a la madre y la abuela de los niños. Todos ellos se encontraban en la zona a la que Israel les había ordenado dirigirse tras la evacuación forzosa de sus hogares. Otro bombardeo israelí, en este caso en Jan Yunis, mató a una familia completa de diez miembros, incluidos cinco hermanos de entre cinco y doce años, dejando viva tan solo a una bebé de tres meses.[397]
El 15 de agosto, la cifra de muertos por los distintos ataques israelíes a lo largo de la guerra superó la barrera de los 40.000. Al día siguiente, el ejército israelí ordenó la evacuación del resto de las autodenominadas «zonas seguras»: al-Mawasi, al-Qarara, al-Galaa, Ciudad Hamad y al-Nasr.[398] El 17 de agosto, un ataque israelí mató a dieciocho miembros de la misma familia en la capital gazatí. Además, se certificó el primer caso de polio en la Franja de Gaza tras 25 años erradicada.[399]
El 24 de agosto, el ejército israelí anunció la muerte de cinco soldados en diversos incidentes a lo largo de la Franja. Un bombardeo israelí mató a once personas en Jan Yunis, incluidos una mujer y cuatro niños. Una nueva orden de evacuación israelí volvió a reducir la zona a la que el ejército israelí había expulsado a la población gazatí, que ya era tan solo del 11% del territorio de la Franja; eso suponía que, según cálculos del ejército israelí, 1,9 millones de personas estaban viviendo en menos de 42 km².[400]
El 27 de agosto, al menos dieciocho palestinos (incluidos ocho niños) murieron en diversos ataques israelíes a lo largo de la Franja de Gaza. Tres niños murieron junto con su madre en un bombardeo israelí en Tuffah.[401] El 29 de agosto, el Programa Mundial de Alimentos anunció que suspendería temporalmente los desplazamientos de sus empleados por el ataque a uno de sus vehículos cuando se acercaba a un puesto de control israelí. En dicho ataque, las tropas israelíes mataron a cuatro palestinos que resultaron ser la escolta del convoy humanitario.[402] Al día siguiente, un bombardeo israelí mató en Deir al-Balah a nueve miembros de la misma familia, incluidos cinco bebés y una mujer embarazada.[403] El 31 de agosto, las tropas israelíes mataron a 48 palestinos en diversos ataques por la Franja de Gaza. Diecinueve de ellos (nueve de una misma familia) murieron en el campamento de Nuseirat. Tanto Israel como Hamás acordaron tres altos el fuego diarios durante los días siguientes para facilitar la vacunación contra la polio de la población infantil gazatí, estimada en unos 640 000 niños.[402]
El 1 de septiembre, el ejército israelí recuperó los cadáveres de seis rehenes en un túnel bajo la ciudad de Jan Yunis. Las primeras pruebas forenses indicaban que habían sido ejecutados ante la inminente llegada de las tropas israelíes. Israel mató a cuatro personas, incluida una niña pequeña, en sendos bombardeos en Gaza y el campamento de Bureij.[404]
El 7 de septiembre, un ataque israelí contra una escuela que servía de refugio en Jabalia mató a trece personas e hirió a otras quince. Ocho de los fallecidos dormían en tiendas de campaña dentro de la escuela. La ONU informó de que, durante el mes de agosto, más de un millón de personas no habían podido recoger comida de sus comedores comunitarios y se había registrado un 35% menos de personas que comían alimentos cocinados.[405] Al día siguiente, en el campamento de refugiados de Nuseirat, otro bombardeo israelí mató a nueve personas, y en el campamento vecino de Bureij, la aviación israelí mató a una mujer y sus dos niños en su propia casa.[406]
El 10 de septiembre, el ejército israelí llevó a cabo una serie de ataques aéreos en Al-Mawasi, una «zona segura» humanitaria designada por Israel, cerca de Jan Yunis. Al menos 40 palestinos murieron en el ataque, más de 60 resultaron heridos y varias personas quedaron atrapadas bajo los escombros.[407] El 11 de septiembre, un ataque israelí mató a dieciocho personas, incluidos seis trabajadores de UNRWA, en una escuela que servía de refugio para desplazados en el campamento de Nuseirat, lo que elevaba la cifra de trabajadores de la ONU asesinados por Israel hasta los 220. Al día siguiente, un bombardeo israelí contra una vivienda en Jan Yunis mató a once personas, incluidos seis hermanos de entre 21 meses y 21 años de edad.[408]
El 13 de septiembre, la OMS anunció que su campaña de vacunación contra la polio había logrado inmunizar a más de 560.000 niños palestinos en la Franja de Gaza, si bien quedaba pendiente de suministrar la segunda dosis de la vacuna.[409] Al día siguiente, un ataque israelí contra una escuela de la capital mató a cinco personas, incluida una mujer y dos niños. Ese día, las autoridades israelíes ordenaron la evacuación forzosa de la población de Beit Lahia.[410] El 15 de septiembre, los bombardeos israelíes en el centro y sur de la Franja de Gaza dejaron al menos catorce muertos. A estos se les sumaron once miembros de la familia Bustan, de la ciudad de Gaza, incluidos cuatro niños y tres mujeres. Ese mismo día, el ejército israelí confirmó que había matado a tres rehenes en un bombardeo realizado el 14 de diciembre de 2023, confirmando así la versión dada en su día por Hamás.[411]
El 16 de septiembre, los bombardeos israelíes siguieron matando civiles palestinos en la Franja de Gaza. Este día, el ataque más cruento se produjo en un edificio del campamento de Nuseirat, donde diez personas murieron como resultado del desplome del edificio. Entre las víctimas se contaba una madre, su hija y sus cinco hermanas. Un informe conjunto de quince organizaciones de ayuda humanitaria denunció que Israel seguía bloqueando el 83% de la comida enviada a la Franja de Gaza.[412][410]
El 20 de septiembre, los tanques y aviones israelíes mataron al menos a catorce personas en el centro y norte de la Franja. Las fuerzas israelíes siguieron demoliendo viviendas en la ciudad sureña de Rafah. Otro ataque israelí en esta última localidad mató al menos a trece personas. La marea y el fuerte oleaje inundaron parcialmente el campamento de tiendas de desplazados de Al-Mawasi.[413]
El 21 de septiembre, un bombardeo israelí contra una escuela convertida en refugio en el barrio capitalino de Zeitún volvió a causar una masacre entre la población civil gazatí. De los veintidós muertos ocasionados, trece eran niños y seis eran mujeres, una de las cuales estaba embarazada. De los treinta heridos, nueve eran niños que requirieron la amputación de uno de sus miembros. La escuela funcionaba como centro organizativo de una ONG que proporcionaba asistencia humanitaria a niños huérfanos.[414]
Durante los siguientes días, Israel concentró sus bombardeos en la zona norte de la Franja. Al menos diez personas murieron en sendos ataques israelíes el 23 de septiembre contra dos escuelas del campo de refugiados de Shati. Cinco de los muertos eran mujeres y niños. Desde el comienzo de la guerra, Israel había bombardeado ya 183 refugios para civiles, incluidos 163 escuelas convertidas en refugio.[415] El 25 de septiembre, el Ministerio de Salud de la Franja de Gaza se negó a aceptar la entrega de un contenedor enviado por Israel con 88 cadáveres en descomposición de palestinos hasta recibir información sobre quiénes eran o dónde y cuándo habían muerto.[416] Los bombardeos israelíes contra el campamento de refugiados de Nuseirat mataron a 29 personas, incluidos catorce niños y seis mujeres.[417]
El 26 de septiembre, un ataque israelí contra una escuela convertida en refugio en Jabalia, al norte de la Franja de Gaza, mató al menos a quince palestinos e hirió a decenas de personas.[418] El 30 de septiembre, las fuerzas israelíes bombardearon dos casas en el campamento de Nuseirat, matando al menos a trece personas —incluyendo mujeres y niños— e hiriendo a decenas más. Una de las víctimas mortales era el periodista Wafa al Udaini.[419]
El 1 de octubre, las FDI bombardearon la escuela Al Shujaiya, gestionada por UNRWA y situada en el barrio gazatí de Tuffah, matando al menos siete personas y varias más resultaron heridas.[420] En la noche del 1 al 2 de octubre, los diversos ataques israelíes mataron a setenta personas en una escuela y en un orfanato. Al menos 51 personas murieron y 82 resultaron heridas en un ataque en Jan Yunis el 2 de octubre, incluidas siete mujeres y doce niños, uno de ellos de tan solo 22 meses de edad. Otras 23 personas, incluidos dos niños, murieron ese mismo día en otros ataques israelíes. Al día siguiente escalaron los ataques israelíes, que mataron al menos a noventa personas e hirieron a otras 169 en las 24 horas previas.[421]
El 6 de octubre, el ejército israelí emitió una orden de expulsión para toda la población civil del norte de la Franja, que se calculaba en unas 400.000 personas.[422] El ejército israelí ordenó a la población dirigirse a la zona de al-Mawasi, donde ya se aglomeraban más de un millón de desplazados palestinos y donde las condiciones eran «horribles y deshumanizantes», con escasa comida y con limitada disponibilidad de agua sucia, un sistema sanitario sobrepasado y un sistema de saneamiento inexistente. Un ataque israelí contra una escuela y una mezquita que servían como refugio para los desplazados en Deir al-Balah mató a veintiséis personas e hirió a otras 93. Otro bombardeo israelí, en este caso en Jabaliya, mató al menos a diecisiete personas, incluidos nueve niños. Esa ciudad palestina del norte de la Franja fue rodeada por el ejército israelí, que envió una columna de tanques y se preparó para lanzar una nueva incursión contra ella.[423]
Al día siguiente, Israel intensificó sus bombardeos en el norte de la Franja. Un cámara de Al Jazeera fue herido por un ataque israelí a un hospital en el norte de la Franja y quedó en estado crítico.[424] El 8 de octubre por la noche, una serie de bombardeos de Israel contra numerosos puntos en el centro y el norte de la Franja de Gaza causó numerosas víctimas mortales. Un ataque contra dos viviendas en el campamento de Bureij mató al menos a veintiún palestinos, nueve de ellos miembros de una misma familia, además de cinco niños y dos mujeres, y dejó varias docenas de heridos. Las tropas israelíes siguieron con su cerco del campamento de refugiados de Jabalia y afirmaron haber matado a unos veinte militantes palestinos en ataques aéreos y batallas callejeras. Entre las víctimas también había al menos siete civiles palestinos, entre ellos mujeres y niños. En el campamento de Jabalia, al menos quince personas murieron por diversos ataques israelíes, incluidos dos mujeres y cuatro niños. Otro ataque israelí a la entrada del campamento de Nuseirat mató a numerosos civiles, mientras que un hombre fue asesinado cerca de Zawayda y otros tres resultaron heridos en un edificio del campamento de Jabalia.[425]
El 9 de octubre, los ataques israelíes mataron a un total de 45 palestinos e hirieron a 130 más. Un ataque israelí contra el hospital Al-Yemen Al-Saeed en el campo de refugiados de Jabalia mató al menos a quince personas. En el campo de refugiados de Jan Yunis, al menos seis personas murieron en un ataque israelí contra dos vehículos. Otros quince civiles murieron en un bombardeo de la aviación israelí contra tiendas de campaña de desplazados internos. El servicio de emergencias civiles palestino no pudo corroborar estas cifras, dado que las tropas israelíes les prohibieron el acceso a la ciudad cercada. También se ampliaron las órdenes de expulsión a localidades en el centro y sur de la Franja, como Deir al-Balah y Jan Yunis. Ese mismo día, el Comité de Rescate Internacional calculó que unos 51.000 niños gazatíes estaban solos porque sus padres habían muerto en ataques israelíes o porque se habían separado de ellos durante la ejecución de las continuas órdenes de expulsión. Ese día, el número de muertes directas en la Franja de Gaza superó las 42.000 personas.[422]Un periodista de Al Jazeera quedó en estado crítico tras ser abatido de un disparo en la cabeza por un francotirador israelí, pese a que llevaba un chaleco con la palabra «prensa» escrita en él. Otro fotoperiodista fue asesinado y uno más resultó herido mientras cubrían el asedio israelí de Jabalia.[424][426]
El 10 de octubre, el ejército israelí emitió órdenes de evacuación para tres hospitales en el norte de Gaza, Kamal Adwan, al-Awda y el Hospital Indonesio, amenazando con que «corrían la misma suerte que el hospital Al-Shifa, con destrucción, asesinatos y arrestos». Un ataque cerca del hospital Kamal Edwan y en un centro de evacuación en la parte occidental de Jabalia mató al menos a dieciséis personas.[427] Un ataque israelí contra la escuela Rufaida, que servía de refugio a desplazados en Deir al-Balah, mató al menos a veintiocho personas e hirió a otras 54. Además, las tropas israelíes expandieron el cerco de Jabalia a las cercanas localidades de Beit Hanun y Beit Lahia. El sitio obligó a cerrar los refugios de UNRWA por primera vez desde el inicio de la guerra y aceleró la expansión de la hambruna en el norte de la Franja. Un trabajador de Médicos Sin Fronteras murió por las heridas de metralla sufridas durante un bombardeo israelí en Jabalia, convirtiéndose en el séptimo médico de esta organización asesinado por ataques israelíes desde el inicio de la guerra.[424][428] El 11 de octubre, aviones de combate israelíes atacaron un bloque de apartamentos de varios pisos en Jabalia, matando a veintidós personas, incluidos niños, mujeres y ancianos palestinos, hiriendo a más de noventa y atrapando a catorce personas bajo los escombros.[429] También se informó de intensos bombardeos en el barrio de Zeitún de la capital.[426]
El 12 de octubre, las FDI afirmaron haber matado a veinte militantes de Hamás en el campo de refugiados de Jabalia en las últimas 24 horas, lo que llevaba hasta 150 el número de muertos en la ofensiva israelí en la ciudad en tan solo una semana. También dijeron que el número total de militantes muertos en la zona hasta ese momento era de aproximadamente 200, sin especificar el período de tiempo, y un número no especificado de militantes también fueron asesinados en Rafah. Al menos treinta personas murieron y 110 resultaron heridas en diversos ataques israelíes en Jabalia y en su campo de refugiados, incluidos ocho ataques contra escuelas convertidas en refugios. Un solo ataque israelí mató a doce personas, incluidos mujeres y niños, y dejó catorce desaparecidos bajo los escombros. Otro ataque en Jabalia mató a dos hermanos e hirió a una mujer y a su bebé recién nacido. La Media Luna Roja Palestina evacuó a dieciséis pacientes y catorce de sus médicos del hospital Kamal Adwan de Jabalia al hospital al-Shifa de la capital.[426]
Ese mismo día, el Programa Mundial de Alimentos (PMA) denunció que no había entrado nada de ayuda humanitaria en el norte de la Franja de Gaza desde el 1 de octubre. Debido al cierre de los pasos fronterizos por parte de las autoridades israelíes, el PMA explicó que todos sus centros de distribución de comida, cocinas y panaderías del norte de la Franja habían tenido que cerrar por falta de suministros. La última panadería abierta en la zona tuvo que cerrar después de ser alcanzada por un proyectil israelí. el Ministerio de Salud de Gaza confirmó que la segunda ronda de vacunación contra la polio en el centro de Gaza comenzará el 14 de octubre y continuará durante tres días, con la posibilidad de extenderse un día más. La vacunación contra la polio se hacía incierta en el norte de Gaza debido al asedio de las tropas israelíes. El ejército israelí ordenó la expulsión de los civiles del barrio del Jeque Radwan en la capital y de diversas zonas alrededor de Jabalia, con lo que Israel había decretado ya órdenes de expulsión en el 84% del territorio de la Franja.[426]
El 13 de octubre, un ataque de la artillería israelí contra la escuela Al-Mufti, que servía de refugio a desplazados en el campamento de Nuseirat, mató al menos a veintidós personas e hirió a otras ochenta. Quinte de los muertos fueron niños. Entre los muertos se encontraba también una familia entera de ocho miembros, seis de ellos niños. Un ataque distinto mató a otras veintidós personas en el campo de refugiados de Jabalia. La Media Luna Roja palestina tuvo que evacuar a dieciséis pacientes y catorce acompañantes del hospital Kamal Adwan de Beit Lahia, que fueron trasladados al hospital Al-Shifa de la ciudad de Gaza. Los tanques israelíes expandieron sus ataques y alcanzaron el barrio capitalino del Jeque Radwan, que golpearon con dureza. Ese día, el ejército israelí terminó de cercar las localidades norteñas de Beit Lahia, Beit Hanun y Jabalia, que quedaron completamente aisladas del exterior.[430][428] El 14 de octubre, médicos palestinos informaron que los ataques aéreos israelíes contra un centro de distribución de alimentos en el campo de refugiados de Jabalia mataron a diez personas e hirieron al menos a otras treinta. Otro ataque en el barrio capitalino del Jeque Radwan mató a ocho personas e hirió a muchas más. Un bombardeo israelí cerca del hospital al-Aqsa de Deir al-Balah desencadenó un incendio que hizo arder numerosas tiendas de desplazados y quemó vivos a cuatro de ellos, incluido el joven Shaban al-Dalou, cuya muerte fue grabada en vídeo y difundida por redes sociales. Varios pacientes del hospital también sufrieron graves quemaduras por el ataque. La Oficina de Derechos Humanos de la ONU acusó al ejército israelí de estar «aislando completamente el norte de Gaza del resto de la Franja y llevando a cabo operaciones con un absoluto desprecio por las vidas y la seguridad de los civiles palestinos».[428][35] La Organización Mundial de la Salud anunció que inició la segunda fase de la campaña de vacunación contra la polio en el centro de Gaza.[431] Ese mismo día la Fuerza Aérea Israelí (FAI) llevó a cabo un ataque contra un grupo de tiendas de campaña que se encontraban en el recinto del Hospital de los Mártires de Al-Aqsa en Deir al-Balah en el centro de la Franja de Gaza, matando al menos a cinco personas y otras sesenta y cinco resultaron heridas —la mayoría con graves quemaduras— después de que tras el ataque se desatara un gran incendio.[432]
El 15 de octubre, el Programa Mundial de Alimentos alertó de la catastrófica situación humanitaria existente en el norte de la Franja, donde Israel no había permitido la entrada de ayuda humanitaria en más de dos semanas. Para esa época, más de 1,7 millones de personas habían sido obligadas a vivir en el abarrotado campamento de Mawasi. El Secretario de Estado de los Estados Unidos, Antony Blinken, denunció que la entrada de ayuda humanitaria en el mes de septiembre había sido la más reducida desde el inicio de la guerra, y la de octubre se había reducido un 50% más con respecto al mes anterior.[433] Los ataques israelíes en las cercanías de Al-Faluja, en el campo de refugiados de Jabalia, mataron al menos a once personas de un total de cuarenta en toda la Franja. Algo más tarde, un médico palestino fue asesinado cuando acudía a socorrer a los heridos de ese ataque. Un misil israelí destruyó una vivienda en Bani Suheila y mató a diez personas más. Otro ataque israelí contra tres casas del barrio capitalino de Sabra mató al menos a dos personas y dejó doce desaparecidos bajo los escombros. En el campamento de Nuseirat, cinco personas más murieron en un nuevo bombardeo israelí.[434][435]
El 16 de octubre, las fuerzas terrestres de las FDI mataron a Yahya Sinwar, líder de Hamás, en un tiroteo en Tel al-Sultán. El más alto responsable de la ONU en asuntos humanitarios acusó a Israel de bloquear la entrada de ayuda humanitaria en el norte de la Franja de Gaza, advirtió de que se estaban agotando todos los suministros necesarios para la supervivencia de la población y explicó que todas las panaderías habían tenido que cerrar por falta de combustible. Ese mismo día, un comunicado conjunto de 38 organizaciones humanitarias de todo el mundo acusó al ejército israelí de haber «borrado el norte de Gaza de la faz de la tierra». Las cifras del COGAT, la administración israelí encargada de gestionar los territorios ocupados, mostraban que del 1 al 16 de octubre solo había entrado una media de 29 camiones diarios a la Franja de Gaza, una reducción radical con respecto a los 175 camiones diarios que entraron de media entre mayo y septiembre. A mediados de octubre, Israel detuvo por completo la importación de comida en la Franja.[435][436][437] El 17 de octubre, un ataque aéreo israelí contra una escuela administrada por la UNRWA que servía como refugio para numerosas personas desplazadas en Jabalia mató al menos a veintiochos personas, muchas de ellos niños, y otras 160 personas resultaron heridas.[438]
El 18 de octubre, un ataque aéreo israelí contra varias casas en las cercanías del cruce de Nassar, en el campo de refugiados de Jabalia, mató a 33 personas, hirió a otras 85 y atrapó a varias más bajo los escombros.[439]Al día siguiente, las FDI continuaron su cerco de Jabalia enviando tanques a Beit Lahia y Beit Hanun y emitiendo órdenes de evacuación a los residentes. En Jabalia, el ejército israelí siguió destruyendo docenas de viviendas diariamente, bien a través de ataques aéreos, bien mediante la colocación de explosivos. El asedio del hospital Indonesio de Beit Lahia, con el consiguiente bloqueo del acceso de suministros médicos y el corte de electricidad, provocó la muerte de dos pacientes que estaban en cuidados intensivos. Tanques israelíes dispararon contra la segunda y tercera plantas el hospital. También los hospitales Kamal Adwan de Beit Lahia y al-Awda de Jabalia siguieron bajo sitio; en el último de ellos, un bombardeo israelí en sus plantas superiores hirió a numerosos miembros del personal médico. Al menos 87 personas, incluidas mujeres y niños, murieron o desaparecieron y otras cuarenta resultaron heridas en un ataque aéreo israelí contra varias casas y un edificio residencial de varios pisos en Beit Lahia. Otras diez personas, incluidos dos niños, murieron en otro bombardeo israelí, en este caso en la localidad de Zawayda. Un ataque contra una escuela en el campamento de Shati mató siete personas y dejó muchos más heridos. Ese día, un miliciano palestino lanzó un misil antitanque contra un grupo de soldados israelíes en Jabalia y mató a dos de ellos al instante, mientras que otro moriría diez días después a causa de las heridas.[440][441]
El 20 de octubre, el ejército israelí bombardeó y disparó contra el Hospital Kamal Adwan de Beit Lahia y destruyó los tanques de agua potable y las redes eléctricas. Médicos Sin Fronteras denunció que el sitio israelí a los últimos hospitales operativos de Jabalia era «simple y llanamente un castigo colectivo impuesto a los palestinos de Gaza, que deben elegir entre ser desplazados a la fuerza del norte o ser asesinados. Nos tememos que esto no va a parar». Para esa fecha, unos 350 pacientes (incluidas mujeres embarazadas y pacientes de operaciones quirúrgicas) estaban sitiados en el interior del Hospital Indonesio, el Hospital Al-Awda y el Hospital Kamal Adwan, sin apenas combustible ni comida, agua ni suministros médicos. Los ataques israelíes también mataron a once personas de la misma familia en el campo de refugiados de Maghazi. Ese día, un coronel israelí murió y otro resultó herido al norte de la Franja por un artefacto explosivo que estalló cuando estos salieron del tanque en el que viajaban.[442]
El 21 de octubre, las tropas israelíes demolieron casas y cercaron las escuelas y refugios en el campamento de refugiados de Jabalia, donde arrestaron a los hombres y ordenaron a mujeres y niños abandonar el campamento. Soldados israelíes atacaron un refugio, detuvieron a los hombres, echaron a mujeres y niños y después le prendieron fuego. El fuego se extendió hasta los generadores del vecino Hospital Indonesio, que se quedó sin electricidad. Además, las tropas israelíes ordenaron la evacuación de los tres hospitales de la ciudad, a lo que los médicos se negaron. Las tropas bloquearon los accesos a los hospitales para que ningún enfermo o herido pudiese entrar ni salir. Por su parte, UNRWA denunció que las tropas israelíes estaban negando el acceso de las misiones humanitarias al norte de la Franja y que, los pocos refugios que todavía quedaban disponibles, las familias estaban tan abarrotadas que muchas tenían que dormir en los aseos. Aquellos que intentaban huir eran asesinados por las fuerzas israelíes, que también atacaban las misiones de rescate para extraer a heridos de los escombros. Un total de 18 personas murieron por diversos ataques ese día en Jabalia y su campamento: siete en una escuela convertida en refugio, seis (incluidos niños) en un bombardeo contra personas que trataban de llenar cubos de agua y cuatro más en el ataque de un dron israelí contra un grupo de personas cerca del hospital al-Yaman al-Saaed. Además, tres personas más fueron asesinadas en una escuela de Beit Hanun y nueve en los barrios del norte de Gaza.[443]
En la mañana del 22 de octubre, los diversos ataques israelíes mataron a un total de 45 palestinos, 37 de ellos en el norte de la Franja. Según la Media Luna Roja palestina, al menos quince personas, entre ellas mujeres y niños, murieron en un bombardeo israelí en Beit Lahia. Ese día, algunos miembros del gobierno israelí llamaron a construir asentamientos en la Franja de Gaza, ilegales según el derecho internacional.[444] Según fuentes tanto de la ONU como del propio ejército israelí, tan solo 410 camiones de ayuda humanitaria entraron en la Franja en las primeras tres semanas de octubre, un grave descenso en comparación con los cerca de 3000 que habían entrado en septiembre.[445] El 23 de octubre, el ejército israelí mató a un total de 74 personas e hirió a otras 130 en seis ataques distintos a lo largo de la Franja de Gaza. Al menos cuatro palestinos murieron en el bombardeo de su vivienda en el barrio de Tal al-Hawa, al suroeste de Gaza.[446]
El 25 de octubre al menos 28 personas, la mayoría mujeres y niños, murieron en un bombardeo israelí contra la ciudad de Jan Yunis, en el sur de la Franja de Gaza. Según fuentes locales, aviones israelíes atacaron un edificio residencial en la zona de Al Manara, al sur de la ciudad. Además de las víctimas mortales hay decenas de heridos.[447] Ese día murieron tres soldados israelíes durante los combates con milicianos palestinos en Jabalia, cuando una potente bomba destruyó el tanque en el que viajaban; un cuarto soldado sostuvo heridas de consideración moderada.[448] El 27 de octubre, al menos veinte personas murieron en varios ataques israelíes contra viviendas en Jabalia y otras nueve en un ataque contra una escuela convertida en refugio en el campamento de refugiados de Shati, donde también resultaron heridas más de veinte personas, varias de ellas en estado crítico. Entre los muertos de este último ataque se encontraban tres periodistas palestinos más, llevando la cifra total de periodistas asesinados hasta los 182; en este caso, los fallecidos fueron Saed Radwan, presidente del medio digital Al-Aqsa televisión, Hanin Baroud y Hamza Abu Selmeya; por otro lado, otros dos periodistas palestinos, Nadia Imad al-Sayed y Abdul Rahman Samir al-Tanani, murieron en un ataque israelí distinto. La ONU denunció que Israel seguía negado el acceso a la ayuda humanitaria dirigida al norte de la Franja de Gaza. El portavoz de la agencia de defensa civil gazatí recordó que las tropas israelíes mataban a todo aquel que trataba de proporcionar servicios humanitarios en las ciudades sitiadas de Beit Lahia, Beit Hanun y Jabalia.[20]
El 29 de octubre, un bombardeo israelí en una zona residencial de Beit Lahia causó una nueva masacre, con 93 muertos y decenas de heridos. Al menos veinte de los muertos eran niños. El ejército israelí impidió a los equipos de rescate acceder a los restos e los edificios derribados, donde todavía quedaban multitud de personas atrapadas. Más de 100.000 personas seguían atrapadas sin comida ni medicinas en el cerco establecido por el ejército israelí sobre las localidades de Jabalia, Beit Lahia y Beit Hanun. Ese día, el parlamento israelí votó prohibir las operaciones de UNRWA en Israel y limitarlas hasta lo mínimo en la Palestina ocupada, haciendo temer un empeoramiento de la ya terrible situación humanitaria en la Franja de Gaza. Cuatro soldados israelíes murieron y un oficial resultó herido grave en combates en Jabalia. Los soldados pertenecían a una unidad de élite conocida como la «unidad fantasma».[449]
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Vídeo donde se muestra la incursión de colonos en Cisjordania. | ||
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Los ataques provocaron enfrentamientos en Cisjordania de una manera casi inmediata. Siete palestinos murieron en enfrentamientos con las fuerzas israelíes ese mismo 7 de octubre, mientras que otros 126 resultaron heridos,[450] y el 8 de octubre las fuerzas israelíes mataron a seis palestinos.[451] El 10 de octubre, la policía israelí mató a dos palestinos acusados de arrojarles piedras en Jerusalén Este.[452] Al día siguiente, colonos israelíes atacaron la aldea de Qusra y mataron a cuatro palestinos, incluidos dos menores de edad.[453]
El 12 de octubre, dos palestinos (un padre y su hijo) fueron asesinados por colonos israelíes cuando estos irrumpieron en la procesión fúnebre de tres palestinos que anteriormente habían muerto por ataques de colonos. El ejército israelí mató a al menos doce palestinos ese día en la Cisjordania ocupada.[453] El 17 de octubre, el Ministerio de Sanidad palestino informó de la muerte de dos jóvenes palestinos (de 17 y 19 años) tras ser tiroteados por el Ejército de Israel en una serie de enfrentamientos registrados en el marco de sendas operaciones militares en Yenín y en los alrededores de Nablus.[454]
El 18 de octubre, colonos israelíes respaldados por el ejército atacaron Wadi al-Joz, un barrio palestino de Jerusalén Este, deteniendo a activistas de izquierda, agrediendo a los habitantes y obligándoles a abandonar la zona.[455] En Yenín, una niña de 12 años fue asesinada a tiros por fuego cruzado, mientras que otro joven resultó herido en Tubas. Un palestino murió en enfrentamientos con las fuerzas israelíes en Nabi Salih y otros treinta resultaron heridos en toda Cisjordania.[456] El 22 de octubre, Israel bombardeó la mezquita de Al-Ansar en Yenín, donde, según testigos presenciales, murieron dos personas y resultaron heridas otras tres.[457] Un palestino de 40 años fue asesinado por colonos mientras recogía oliva en una aldea cercana a Nablus; un soldado israelí de permiso estuvo implicado en el asesinato.[458]
El 1 de noviembre, la Oficina de Naciones Unidas para la Coordinación de Asuntos Humanitarios advirtió que la violencia de los colonos israelíes contra los palestinos estaba aumentando.[459] En la noche del 25 de noviembre, ocho palestinos murieron en diversos ataques del ejército israelí en localidades cisjordanas, incluidos cinco en Yenín y un adolescente en Al Bireh. A fecha del 26 de noviembre, unos 2000 palestinos habían sido detenidos en Cisjordania y más de 200 habían muerto a manos de soldados y colonos israelíes.[460]
El 29 de noviembre, el Ministerio de Salud de Palestina informó que el ejército israelí había atacado el campo de refugiados de Yenín, en el norte de Cisjordania, causando una destrucción generalizada y matando a cuatro palestinos, incluidos dos niños de 8 y 15 años. Según informó la agencia de noticias WAFA, el ejército israelí obligó a los residentes del barrio de Ad-Damj a abandonar sus hogares a punta de pistola y destruyó calles del barrio. Según el ejército israelí, en la incursión en Yenín habían matado a dos supuestos militantes.[461] Médicos Sin Fronteras denunció que el ejército israelí bloqueó el hospital principal de la ciudad de Yenín y no permitió el acceso de heridos durante toda la incursión.[462] En un informe de la BBC meses después, varios expertos en derecho internacional acusaron a Israel de haber cometido crímenes de guerra en esta incursión y, en concreto, en el asesinato de Adam al-Ghoul, de 8 años de edad, de un disparo en parte posterior de la cabeza, y en la vejación y mutilación del cadáver de uno de los supuestos militantes palestinos, que había sido atado a un cable y arrastrado por todo el campamento.[463]
El 3 de diciembre, un grupo de colonos israelíes atacaron dos localidades palestinas en Cisjordania en las que mataron a un hombre de 38 años de un disparo en el pecho y dañaron diversas propiedades. Cuando los soldados israelíes llegaron a la escena de los ataques, usaron fuego real para separar a colonos y palestinos, hiriendo a uno de los primeros y cuatro de los segundos.[464] Al día siguiente, una escuela y unas diez casas de la localidad palestina de Khirbet Zanuta, en las colinas del sur de Hebrón, fueron quemadas por colonos israelíes, que dibujaron estrellas de David en las paredes de las casas.[465]
El 8 de diciembre, el ejército israelí realizó una incursión en el campamento de refugiados palestinos de Far'a, cerca de Nablus, en la que mató a seis de los habitantes del campamento.[466] Al menos dos de esas muertes fueron grabadas por una cámara de seguridad y denunciadas por la ONG israelí B'Tselem como ejecuciones extrajudiciales; el ejército israelí afirmó que abriría una investigación al respecto.[467] El 9 de diciembre, un chico palestino de 17 años murió de un disparo en la espalda realizado por tropas israelíes durante una incursión en Azzun, en la gobernación de Kalkilia.[468] Por su parte, el ministerio de Asuntos Exteriores palestino denunció que más de 130 familias palestinas de origen beduino habían sido expulsadas a la fuerza de sus hogares por colonos extremistas judíos.[468]
Una incursión israelí en Yenín dio comienzo el martes 12 de diciembre y dejó un saldo de al menos once palestinos muertos.[469] Un joven refugiado de 16 años del campamento de Deir Ammar murió abatido por soldados israelíes el 16 de diciembre, en el curso de una incursión en la que dos palestinos más resultaron heridos de gravedad.[470] Al día siguiente, cinco palestinos más murieron por ataques israelíes en el campamento de Nur Shams, cerca de Tulkarem, mientras que otro más murió de un disparo en el estómago en las proximidades de Beit Ommar.[471][472]
El 18 de diciembre, las tropas israelíes mataron a cuatro palestinos más en una nueva incursión en el campamento de Far'a.[473] El 22 de diciembre, colonos israelíes protegidos por el ejército arrasaron más de tres hectáreas de olivos centenarios en la localidad de Qusra, cerca de Nablus.[474] Un informe interno del ejército israelí reflejó un auge del 54 % en los crímenes cometidos por colonos judíos en Cisjordania, incluidos 136 «enfrentamientos violentos o lanzamientos de piedras», 35 «crímenes agriculturales», 21 ataques directos contra palestinos o sus propiedades y nueve ataques contra las propias fuerzas de seguridad israelíes.[475]
El 26 de diciembre, el ejército israelí mató durante una incursión a dos palestinos (uno de ellos menor de edad) e hirió a otros dos en el campamento de refugiados de Fawwar.[476] Un día después, un dron israelí mató a seis jóvenes palestinos de entre 17 y 23 años que estaban jugando con sus móviles en un solar del campamento de refugiados de Nur Shams, cerca de Tulkarem, donde el ejército israelí también arrestó a tres personas.[477] Las incursiones israelíes en ciudades palestinas dejaron dos muertos en la noche del 28 de diciembre en Ramala y la zona de Belén.[478] Ese mismo día, un joven palestino de 24 años fue abatido después de apuñalar a un guardia de seguridad y a un policía de fronteras israelíes en el asentamiento de Har Homa, en Jerusalén Este.[479] Al día siguiente, un joven palestino de la localidad de Barta'a murió tiroteado por soldados israelíes cuando trataba de llegar a su fábrica de aluminio,[480] mientras que cinco soldados israelíes resultaron heridos tras ser atropellados al norte del asentamiento de Otniel; el conductor palestino fue abatido poco después.[481]
La noche del 1 de enero de 2024, cuatro palestinos murieron en un ataque israelí en la localidad de Azzun y otro más lo hizo en la cercana Kalkilia.[482] El 4 de enero, la ONG israelí Paz Ahora denunció que los colonos israelíes habían establecido nueve asentamientos ilegales más aprovechando que el foco de los medios de comunicación se encontraba en la Franja de Gaza, lo que consistía la cifra más alta de la historia en un periodo de tan solo tres meses.[483] El 5 de enero, tropas israelíes asesinaron a un joven palestino de 17 años e hirieron a otro en la localidad de Beit Rima. Pese a que las autoridades israelíes afirmaron que la víctima iba a arrojar un cóctel molotov, las imágenes de las cámaras de seguridad demostraron que el joven fue abatido por un francotirador israelí cuando conversaba con otros jóvenes en la calle, y que no portaba arma alguna en el momento de los disparos.[484]
El 7 de enero, en el curso de una incursión en Yenín, una policía de fronteras israelí murió y otros tres resultaron heridos por la explosión de un artefacto explosivo improvisado colocado en una de las calles de la ciudad. Poco después, un helicóptero israelí lanzó un misil contra un grupo de palestinos y mató a seis de ellos, cuatro de los cuales eran hermanos. El ejército israelí declaró que los palestinos asesinados eran milicianos que les atacaron con cócteles molotov, mientras que testigos presenciales denunciaron que el ataque israelí llegó cuando su ejército ya se retiraba de la ciudad y que los jóvenes simplemente se habían reunido para observar los acontecimientos.[203][485] En un incidente separado, un palestino del barrio jerosolimitano de Beit Hanina murió acribillado cuando su vehículo, con matrícula israelí, pasaba cerca del asentamiento israelí de Ateret, al norte de Ramala; la copiloto resultó gravemente herida y fue llevada al hospital más cercano por médicos palestinos.[485] En un cruce cerca del asentamiento de Guiv'at Ze'ev, la policía israelí mató a tiros a un hombre y una mujer en su vehículo, del que dijo que iba a embestir a los policías. En el mismo incidente, también mató a una niña palestina de cuatro años que no se encontraba en el vehículo.[486]
El 8 de enero, tres palestinos murieron por disparos de fuerzas israelíes en la ciudad de Tulkarem.[487] El 12 de ese mismo mes, el ejército israelí mató a otros tres adolescentes palestinos de entre 16 y 19 años cuando intentaban entrar en el asentamiento de Adora, a unos 20 kilómetros de Hebrón. Ese mismo día, en la localidad de Zeita, al norte de Tulkarem, soldados israelíes mataron de una paliza a un hombre palestino.[206][207] El 14 de enero, dos palestinos dispararon a tropas israelíes cerca del asentamiento de Metzad y fueron abatidos en el fuego cruzado.[488]
El 15 de enero, tropas israelíes asaltaron la universidad An-Najah de Nablus y detuvieron a un número indeterminado de alumnos.[489] Ese mismo día, dos palestinos de la ciudad cisjordana de Hebrón llevaron a cabo un ataque en la localidad israelí de Ra'anana en el que mataron a una anciana de 76 años e hirieron a otras diecisiete personas.[490] Otro palestino más fue abatido por tropas israelíes mientras trataba de levantar una barrera en la localidad de Beit Jala.[491] Un tendero palestino denunció que soldados israelíes lo habían usado como escudo humano para protegerse durante una incursión en la localidad de Dura, cerca de Hebrón, en el que murieron dos palestinos.[492]
El 17 de enero, tres palestinos murieron en el campamento de Balata, en la ciudad de Nablus, y cinco más en el campamento de Tulkarem, dos de ellos menores de edad, como resultado de sendos ataques de drones israelíes. El primero de estos ataques sucedió mientras las víctimas viajaban en su coche, y testigos presenciales denunciaron que las tropas israelíes impidieron el acceso de médicos palestinos al lugar de los hechos.[493][494]
El 19 de enero, un adolescente de 17 años con nacionalidad estadounidense murió por disparos del ejército israelí en la localidad de Al Mazraa al Sharqiya, al este de Ramala. El menor fue alcanzado en la cabeza y poco después falleció.[495] El 27 de enero, un palestino murió en un intercambio de disparos con fuerzas israelíes en la ciudad de Yenín.[217] El 29 de enero, el ejército israelí mató a cinco palestinos en diversos incidentes en Cisjordania, incluidos un joven de 18 años en Silwad, al este de Ramala, otro de la misma edad en Dura, al sur de Hebrón, y un adolescente de 16 años en Tuqu, al sureste de Belén.[219]
El 30 de enero, unos diez miembros del ejército israelí disfrazados de médicos y enfermeras mataron a tres palestinos dentro del hospital Ibn Sina de Yenín. El ejército israelí informó de que eran miembros de Hamás, la Yihad Islámica Palestina y las Brigadas de Yenín. El director del hospital explicó que «ejecutaron a los tres hombres mientras dormían en su habitación. Los ejecutaron a sangre fría disparándoles balas directamente a la cabeza dentro de la habitación en la que estaban siendo tratados». Uno de los tres palestinos asesinados iba en silla de ruedas al haber quedado paralizado por heridas de metralla en un enfrentamiento previo con fuerzas israelíes.[496] Ese mismo día, durante el transcurso de incursiones en los campamentos de Nur Shams y Tulkarem, las fuerzas israelíes arrasaron carreteras y líneas de agua corriente, electricidad y telecomunicaciones.[220]
El 5 de febrero, un adolescente de 14 años murió por disparos de las tropas israelíes en la localidad palestina de al Azariyeh, en Jerusalén Este; los soldados alegaron que el chico, originario del barrio jerosolimitano de Jabel Mukaber, había intentado apuñalarles.[228] El 8 de febrero, un palestino disparó contra un puesto de control israelí cerca de la localidad cisjordana de Dayr Sharaf y fue abatido por los soldados.[497] El 12 de febrero, otro palestino fue abatido por tropas israelíes en Husan; los soldados dijeron que había intentado apuñalarlos.[498] El 13 de febrero, un grupo de colonos provenientes del asentamiento de Yitzhar descendieron sobre la localidad cisjordana de Asira al-Qibliya y dispararon contra dos palestinos, a un hombre de 20 años en el estómago y un adolescente de 16 años en la mano. También quemaron vehículos y una casa.[499]
El 19 de febrero, durante una incursión en el campamento de refugiados de Tulkarem, el ejército israelí mató a dos palestinos; un policía de fronteras israelí resultó herido grave.[500] Tan solo durante ese día, las fuerzas israelíes emitieron una orden de demolición contra un club deportivo y una escuela infantil en el barrio jerosolimitano de Isawiya y arrasaron 500 metros de terrenos privados palestinos para construir una carretera cerca de Belén, mientras que colonos israelíes cercaron terrenos privados palestinos para su propio uso en Silwan y vandalizaron diez coches en un ataque nocturno contra Huwara.[501] El 21 de febrero, un ataque aéreo israelí mató a tres palestinos en Yenín en el transcurso de una incursión nocturna en la que fueron detenidos catorce palestinos más.[502] Al día siguiente, tres palestinos llevaron a cabo un ataque contra colonos israelíes en una carretera a las afueras del asentamiento de Ma'ale Adumim, que resultó en un colono y dos atacantes muertos, así como once colonos heridos y un atacante detenido.[503]
El 23 de febrero, dos palestinos murieron y otros dos resultaron heridos por el ataque de un dron israelí en la ciudad de Yenín.[251] Cuatro días después, las fuerzas israelíes mataron a tres palestinos más, dos en Tubas y uno cerca del campamento de Far'a.[504] Otro palestino más murió al día siguiente abatido por soldados israelíes cuando, según estos, trataba de cruzar el muro de Cisjordania.[505] Dos colonos israelíes del asentamiento de Eli, en Cisjordania, murieron en un ataque perpetrado en una gasolinera cercana en el que también fue abatido el atacante.[506]
El 1 de marzo, el ejército israelí mató a un chico de 16 años en la localidad cisjordana de Kafr Ni'ma, cerca de Ramala, y a otro de la misma edad en el campamento de Amari al día siguiente.[507] El 2 de marzo se publicó un vídeo en el que jeep israelí embestía a dos adolescentes palestinos y. una vez en el suelo, un soldado israelí disparaba a quemarropa en la nuca a uno de ellos.[508] El 5 de marzo, un niño de 10 años murió asesinado por soldados israelíes que realizaban una incursión en la localidad de Burin, cerca de Nablus.[509] Ese mismo día, un adolescente palestino apuñaló e hirió de gravedad a un soldado cerca del asentamiento de Yitzhar, tras lo que fue abatido por otros soldados.[510] El 7 de marzo, un joven de 19 años de la localidad de Burin murió como consecuencia de los disparos de soldados israelíes.[268] El 9 de marzo, la Yihad Islámica Palestina publicó un vídeo de un ataque con una bomba improvisada que dejó siete soldados israelíes heridos en la ciudad palestina de Yenín.[511]
El 13 de marzo, el ejército israelí mató a cinco palestinos en Cisjordania, dos de ellos en la entrada del hospital de Yenín. En un puesto de control entre Belén y Jerusalén, soldados israelíes dispararon a un chico de 15 años «sospechoso» de llevar a cabo un ataque. En el campamento de refugiados de Shuafat, en la propia Jerusalén, policías israelíes mataron a otro chico palestino de 12 o 13 años, en este caso por lanzar fuegos artificiales contra ellos.[270] La Media Luna Roja Palestina denunció que Israel había denegado el paso de ambulancias que iban a atender a heridos en 95 ocasiones desde el inicio del conflicto, «poniendo en riesgo vidas en una violación del derecho internacional humanitario».[512] El 16 de marzo, un hombre abrió fuego contra un asentamiento israelí cercano a la ciudad palestina de Hebrón y fue abatido por soldados israelíes.[278]
El 19 de marzo, un colono israelí mató de un disparo a un palestino cerca de Nablus.[282] Ese mismo día, un joven palestino originario de Yenín hirió de gravedad a un miembro del servicio secreto israelí y moderadamente a otro en un ataque cerca de los asentamientos de Gush Etzion.[513] Un ataque aéreo israelí mató a tres miembros de la Yihad Islámica e hirió de gravedad a otro más en la ciudad palestina de Yenín al día siguiente.[514] El 21 de marzo fue un día especialmente sangriento en Cisjordania. El ejército israelí mató a cuatro palestinos en el campamento de refugiados de Nur Shams, dos mediante un ataque aéreo y otros dos por disparos; mató a otros cuatro mediante el ataque de un dron en Yenín; mató a un hombre de 63 años con las manos levantadas cerca del asentamiento de Elazar; e hirió en la pierna a un hombre en Hebrón al que acusó de «tratar de llevar a cabo un ataque con un cuchillo».[283]
El 24 de marzo, un soldado israelí murió por el disparo de un francotirador palestino el día anterior. El ataque tuvo lugar cerca del asentamiento de Dolev, donde el francotirador disparó contra un minibús y se fue entonces moviendo por escondites que había preparado en una zona boscosa de los alrededores. Tras el ataque inicial se dio inicio a una búsqueda en la que, además de matar a un soldado, hirió a otros seis más, uno de ellos de gravedad. Tras cinco horas de tiroteos, el atacante palestino fue abatido por un helicóptero de combate israelí.[515] Tres palestinos murieron en la ciudad de Yenín el 27 de marzo, dos por el ataque de un dron y una por disparos de soldados israelíes.[295] Al día siguiente, un atacante con uniforme militar disparó contra vehículos en una carretera cisjordana e hirió a tres personas, una de ellas un chico de trece años.[296]
Como consecuencia de la creciente violencia en Cisjordania por parte de colonos israelíes, Estados Unidos anunció sanciones contra siete colonos israelíes violentos y dos puestos de avanzada,[516][512] Reino Unido contra otros cuatro colonos y Francia contra 28 más.[517]
El viernes 12 de abril de madrugada, el ejército de Israel mató a dos palestinos en una redada en la localidad cisjordana de Tubas y en el cercano campamento de refugiados de Fará.[518] El 13 de abril, un colono israelí de 14 años apareció muerto en Cisjordania después de haber estado desaparecido dos días. Tanto antes como después de su desaparición, colonos israelíes asolaron varias localidades palestinas con el apoyo del ejército, quemaron coches, viviendas y un camión de bomberos, y mataron a dos palestinos (uno de ellos menor de edad) además de herir a decenas de palestinos (uno de ellos en estado crítico) y a un periodista israelí.[519][310] El 15 de abril, soldados israelíes mataron a un adolescente palestino e hirieron a otras tres personas durante un asalto a una localidad cisjordana, lo que elevó hasta seis la cifra de palestinos muertos por soldados y colonos israelíes desde el viernes anterior.[310]
El 20 de abril, la agencia oficial de noticias palestina WAFA informó que habían muerto catorce civiles palestinos en una incursión del ejército israelí contra el campamento de refugiados de Nur Shams, situado en los alrededores de Tulkarem. Además, doce palestinos heridos por arma de fuego y palizas fueron ingresados en varios hospitales de la región. La Media Luna Roja Palestina denunció que las tropas israelíes impidieron a sus trabajadores acceder al campo para evacuar a las víctimas y que abrieron fuego contra una de sus ambulancias.[520] Ese mismo día, un conductor de ambulancias palestino fue asesinado cuando se dirigía a atender a heridos por un ataque de colonos israelíes en la localidad de As-Sawiya, cerca de Nablus.[521] El domingo 21 de abril, en Hebrón, el ejército israelí mató a dos hombres a los que acusó de haber intentado atacar a los soldados e impidió el acceso de las ambulancias para atenderlos cuando aún estaban vivos.[312]
La Unión Europea y los Estados Unidos continuaron imponiendo sanciones a colonos y grupos extremistas israelíes. El 19 de abril, la Unión Europea sancionó a cuatro colonos: Neria Ben Pazi, Yinon Levy, Elisha Yered y Meir Ettinger (este último, nieto del fallecido diputado de ultraderecha israelí Meir Kahane e implicado en el crimen de Duma), así como a dos organizaciones, Lehava y la Juventud de las Colinas. Ese mismo día, Estados Unidos sancionó al propio líder de Lehava, Ben-Zion Gopstein, mano derecha del ministro Itamar Ben-Gvir, así como a dos organizaciones israelíes que habían ayudado económicamente a los colonos sancionados en marzo.[522] El 23 de abril, durante una incursión en la ciudad de Jericó, soldados israelíes mataron de un disparo en el pecho a un hombre de 44 años en la puerta de su casa y dispararon a un niño en el estómago, dejándolo en estado crítico.[315] Un día después, soldados israelíes mataron a una mujer palestina de veinte años cerca del asentamiento de Kiryat Arba, en Hebrón, tras acusarla de intentar apuñalarles.[523] El 25 de abril, un chico palestino de 16 años murió durante una incursión israelí en la ciudad de Ramala, después de que un soldado israelí le disparase por la espalda.[316] El 27 de abril, soldados israelíes mataron a dos palestinos que habían disparado contra ellos desde un vehículo cerca de Yenín.[319] El 30 de abril, un turista turco intentó apuñalar a un policía israelí en la ciudad vieja de Jerusalén y le causó heridas moderadas; el turista fue abatido por otros policías cercanos.[321]
Entre el inicio de la guerra y el 2 de mayo, el ejército y los colonos israelíes habían matado a 121 niños de entre 2 y 17 años en Cisjordania. Un análisis de la BBC descubrió que el 98 % de ellos había sufrido heridas de bala en la parte superior de su cuerpo.[463] Nuevas sanciones contra colonos llegaron el 3 de mayo, en este caso contra dos grupos radicales (Lehava y la Juventud de las Colinas) y cuatro extremistas por parte del Reino Unido.[324] Un policía de fronteras murió como consecuencia de las heridas recibidas en los combates en una incursión en la localidad palestina de Dayr a-Ghusun, cerca de Tulkarem, en la que también murieron cinco palestinos miembros de Hamás el 4 de mayo.[524] Entre abril y mayo, colonos israelíes de ultraderecha atacaron diversos convoyes de ayuda humanitaria que atravesaban Cisjordania en su camino desde Jordania hasta la Franja de Gaza. Cerca de Nablus, un grupo de colonos lanzó piedras contra los vehículos palestinos que transitaban por la carretera.[340][525] Un misil israelí destruyó una vivienda y mató al líder de las Brigadas Al-Quds en Yenín el 18 de mayo.[526]
Siete palestinos murieron en un asalto israelí a la ciudad de Yenín el 21 de mayo. Entre las víctimas mortales había un médico de 50 años y un maestro de escuela, mientras que entre los heridos, un total de nueve, se contaban periodistas. Además, demolieron una vivienda en la localidad sobre la que no pesaba orden de desalojo.[340] Una nueva incursión israelí en Yenín mató a otros doce palestinos en dos días, entre el 22 y el 23 de mayo.[527] El 30 de mayo, un conductor palestino atropelló y mató a dos soldados israelíes cerca de Nablus.[346]
El 2 de junio, dos adolescentes palestinos murieron por disparos de soldados israelíes, quienes los acusaron de arrojar artefactos explosivos contra una comunidad local.[528] Casi una semana más tarde, el 10 de junio, el ejército israelí mató a un chico de 15 años en la localidad de Tubas y a otro de 21 cerca de Tulkarem. En Masafer Yatta, al sur de Hebrón, un grupo de colonos atacó a los habitantes palestinos de las aldeas de la zona y arrancó sus olivos y almendros.[354] El 14 de junio, el Departamento de Estado de los Estados Unidos anunció sanciones contra Tzav 9, «un grupo extremista y violento israelí que a estado bloqueando, acosando y dañando a los convoyes que llevan ayuda humanitaria vital a los civiles palestinos de Gaza».[353] Al día siguiente, soldados israelíes mataron a un chico palestino de 16 años durante una incursión en la localidad de Beit Furik, cerca de Nablus.[357]
El 21 de junio, un hombre israelí de 78 años murió cuando unos ladrones lo arrojaron de su coche para robarlo. Las tropas israelíes se adentraron en Kalkilia en busca de los ladrones y mataron a un chico palestino de 15 años que les estaba lanzando piedras.[529] El 22 de junio de 2024, la Media Luna Roja Palestina informó que durante una incursión del ejército israelí contra la ciudad cisjordana de Yenín, las tropas israelíes impidieron a los trabajadores humanitarios el acceso a un civil palestino que había resultado herido y luego «colocaron al herido en la parte delantera de un jeep militar» y allí lo dejaron «antes de permitir que nuestros equipos lo trasladaran al hospital».[530] Ese mismo día, un civil israelí murió tiroteado en su coche en la localidad de Kalkilia.[360] El 27 de junio, un soldado israelí murió y otros 16 resultaron heridos por la detonación de un explosivo enterrado bajo una calle del campamento de refugiados de Yenín.[364] El 28 de junio, soldados israelíes acompañados de buldóceres destruyeron 11 viviendas y otras estructuras de la comunidad rural cisjordana de Umm al-Kheir, dejando a más de cincuenta personas sin hogar.[365] El 30 de junio, un dron israelí mató a una persona e hirió a cinco en el campamento de Nur Shams, cerca de Tulkarem.[367]
El 1 de julio, los soldados israelíes mataron a una mujer de 47 años y a su hijo de 15 durante una incursión en Tulkarem.[531] Dos días después, cinco palestinos murieron en dos operaciones militares israelíes en el campamento de Tulkarem y en Yenín.[369] El 5 de julio, siete palestinos murieron en una incursión contra el campamento de refugiados de Yenín.[372] El 9 de julio, soldados israelíes mataron a un chico de 13 años de la localidad de Deir Abu Mash'al, al que calificaron de "terrorista" por lanzar piedras contra vehículos militares.[532] Al día siguiente, tanques y buldóceres israelíes destruyeron numerosas carreteras, tiendas y viviendas del campamento de Nur Shams.[374] El 16 de julio, un palestino murió abatido por policías israelíes después de haber apuñalado a uno de ellos en Cisjordania; el atacante era originario de la Franja de Gaza.[381]
El 19 de julio, el ministro de Seguridad Nacional de Israel, el ultranacionalista Itamar Ben-Gvir, visitó la Explanada de las Mezquitas en Jerusalén Este en un movimiento considerado provocador por diversas fuentes. Además, las tropas israelíes mataron a un joven de 20 años en la localidad de Beit Ommar al que acusaron de lanzarles piedras.[383] El 22 de julio, Unicef publicó un informe denunciando que, desde el inicio de la guerra, las tropas israelíes habían matado a un niño palestino cada dos días en Cisjordania. En total, se había contabilizado la muerte de 143 niños (un 250 % más que en los nueve meses anteriores), y otros 440 niños palestinos habían sufrido heridas de bala por ataques del ejército israelí o de colonos. Por su parte, dos niños israelíes habían muerto en Cisjordania en el mismo periodo de tiempo. Además, una ONG estadounidense denunció que la demolición de viviendas palestinas en Cisjordania se ha acelerado en 2024 y ha dejado 638 estructuras destruidas y 783 personas sin hogar.[384] El 24 de julio, el ejército israelí ocupó unos 1300 metros cuadrados del yacimiento arqueológico de Sebastia, un lugar protegido por la UNESCO en la ciudad homónima cerca de Nablus, y comenzó a construir barracones militares en él. Por su parte, el jefe del comité del campamento de refugiados de Tulkarem denunció que el ejército israelí había destruido por completo la infraestructura del campamento, «incluyendo la infraestructura para el tratamiento de aguas, las tuberías de agua, los tendidos eléctricos y de telecomunicaciones, así como las carreteras», además de viviendas particulares, vehículos y negocios.[533] El 26 de julio, uno de los líderes de Hamás en Cisjordania, Mustafa Mohamed Abu Ara, murió en una prisión israelí.[534]
El 3 de agosto, nueve palestinos murieron en sendos ataques de drones israelíes contra la ciudad de Tulkarem. En el primero de los ataques murieron cinco miembros de las Brigadas de Tulkarem, una milicia local afiliada a las Brigadas de Ezzeldin Al-Qassam y a la Yihad Islámica palestina. En el segundo de los ataques, horas después, otro dron israelí mató a cuatro palestinos de la localidad a los que las autoridades israelíes calificaron de «terroristas».[535] El 6 de agosto, al menos cinco palestinos murieron en bombardeo israelí en la localidad de Yenín y otros cuatro (incluidos tres adolescentes) en una incursión israelí en Aqqaba, donde además dejaron siete heridos graves por disparos. Horas antes, los buldóceres israelíes destruyeron varias carreteras y calles de la propia Yenín.[393]
La noche de 15 de agosto, un grupo de más de cien colonos israelíes enmascarados atacaron la localidad de Jin, cerca de Nablus, donde mataron a un palestino, hirieron de gravedad a otro, quemaron multitud de vehículos y viviendas y destruyeron los depósitos de agua. El ejército israelí tardó dos horas en llegar y tan solo detuvo a un sospechoso.[398] Tres palestinos más murieron en un ataque israelí en el campamento de refugiados de Tulkarem el 22 de agosto.[536] El 26 de agosto, dos palestinos intentaron atropellar a un soldado cerca del asentamiento de Ariel y fueron abatidos. Un día después, el ataque de un dron del ejército israelí en el campamento de refugiados de Nur Shams dejó un saldo de cinco palestinos muertos, entre ellos uno de los presos liberados a cambio de rehenes tras el intercambio de noviembre de 2023.[537] El 28 de agosto, el ejército israelí declaró su intención de lanzar una operación a gran escala en el norte de Cisjordania y mató al menos a diez palestinos en una serie de ataques con dron sobre Yenín, Tubas y el campamento de Nur Shams, donde los buldóceres israelíes siguieron destruyendo las infraestructuras locales, incluidas las redes de abastecimiento de agua.[401] Al día siguiente, tropas israelíes mataron a cinco palestinos en el interior de una mezquita en Tulkarem.[538] El 31 de agosto, la policía de fronteras israelí mató a un hombre a quien identificó como miembro de Hamás, un dron israelí mató a otros dos hombres mientras viajaban en su vehículo, y tropas israelíes mataron a otras dos personas más.[402]
El 1 de septiembre, tres policías israelíes murieron acribillados en un control en la localidad palestina de Tarqumiya, cerca de Hebrón. Las tropas israelíes continuaron por quinto día consecutivo con su asalto a la ciudad de Yenín y a su campo de refugiados, donde destruyeron calles y tiendas en el distrito comercial de la ciudad y las redes de abastecimiento de agua y electricidad. Nadie podía salir ni entrar a la ciudad.[404] El 3 de septiembre, un francotirador israelí mató a una chica de 16 años en Yenín cuando se asomó a la ventana de su casa.[539]
El 5 de septiembre, el ejército israelí mató a cinco adultos y un chico de 16 años en la localidad de Tubas.[540] Al día siguiente, tropas israelíes mataron de un disparo en la cabeza a Aysenur Eygi una manifestante estadounidense en la localidad de Beita, cerca de Nablus. Ese mismo día, las tropas israelíes se retiraron de Yenín después de diez días de asalto y 21 palestinos muertos.[405] También ese día, n francotirador israelí mató de un solo disparo en la cabeza a Bana Laboum, una niña de 13 años que miraba desde la ventana de su habitación en Qaryut, cerca de Nablus.[541]
La mañana del 8 de septiembre de 2024, un camionero jordano llevó a cabo un tiroteo masivo en el puente Allenby, matando a tres guardias de seguridad israelíes. El atacante fue posteriormente abatido por los disparos de un guardia de seguridad.[406] El 11 de septiembre, un bombardeo israelí mató a otros cinco palestinos en la localidad de Tubas y dos más en Tulkarem.[409] Ese mismo día, un soldado israelí murió cuando un conductor palestino le atropelló cerca del asentamiento de Givat Assaf, a las afueras de Ramala. El conductor fue abatido por otros soldados israelíes.[542] El 15 de septiembre, un francotirador israelí mató a un trabajador de UNRWA de un disparo en la cabeza cuando este se encontraba en el tejado de su propia vivienda, en el campamento de Far'a.[411]
El 19 de septiembre, siete palestinos murieron y otros dieciocho resultaron heridos en la localidad de Qabatiya. Las tropas israelíes fueron filmadas lanzando los cuerpos aparentemente inanimados de tres palestinos desde los tejados de los edificios de la ciudad. El derecho internacional humanitario prohíbe el tratamiento degradante y vejatorio de los cuerpos de los combatientes fallecidos.[413]
El ataque iraní contra diversas bases aéreas israelíes del 1 de octubre dejó un muerto en la localidad palestina de Jericó; al parecer, falleció por el impacto de la metralla generada por el choque entre un misil balístico iraní y un misil interceptor israelí.[543] El jueves 3 de octubre, las FDI bombardearon una cafetería en la ciudad cisjordana de Tulkarem, matando al menos a dieciocho personas dejando a otras veinte heridas. Entre los muertos se encontraba una madre con sus dos hijos pequeños. Fue el ataque más sangriento de Israel en Cisjordania en los últimos 24 años.[544] El 7 de octubre, soldados israelíes mataron a un niño de doce años en el campamento de refugiados de Kalandia e hirieron a siete personas más, incluidos tres niños. En un incidente distinto, tropas israelíes mataron a un hombre palestino de 66 años en la localidad de Dura, al sur de Hebrón.[545] El 9 de octubre, entre cuatro y cinco palestinos murieron en una incursión israelí en Nablus.[422] Las fuerzas israelíes mataron a dos palestinos en Yenín el 14 de octubre e hirieron a otros cuatro. Uno de los muertos tenía 17 años.[428]
El 18 de octube, el ejército de Israel asesinó a tiros a una mujer de 59 años mientras recogía aceitunas junto a su familia, en la localidad de Faqoa, al noreste de Yenín. Además, colonos israelíes atacaron a palestinos mientras recogían aceitunas en varias localidades al sur de Nablús.[546]
En la mañana del 8 de octubre, Hezbolá disparó varios cohetes y proyectiles contra la región de las granjas de Shebaa, ocupada por Israel. En respuesta, el ejército israelí disparó proyectiles de artillería y un avión no tripulado hacia el sur del Líbano.[547]
El 9 de octubre, el ejército israelí afirmó haber matado a varios infiltrados del Líbano y haber disparado artillería a través de la frontera. Hezbolá negó su participación en el incidente. Más tarde, las Brigadas Al-Quds se atribuyeron la responsabilidad de la infiltración armada.[548] Tres soldados israelíes, incluido un oficial de alto rango, murieron en un ataque de la Yihad Islámica Palestina, mientras que el Comando del Frente Interno del ejército israelí ordenó a los residentes de veintiocho localidades del norte de Israel que buscaran cobijo en refugios antiaéreos.[549]
El 13 de octubre, un soldado israelí murió y otro resultó herido en un ataque con misiles antitanque de Hezbolá.[550] Un corresponsal libanés de Reuters murió y al menos otros cuatro periodistas resultaron heridos por un ataque israelí.[551]
El 16 de octubre, las fuerzas israelíes lanzaron un misil contra el cuartel general de las Fuerzas de Paz de la ONU en el Líbano comandado por el ejército español sin causar ninguna baja.[552] El 17 de octubre, el ejército israelí afirmó haber matado a cuatro posibles infiltrados a lo largo de la frontera libanesa. Los medios estatales libaneses informaron de que la aldea de Dhayra y otras áreas a lo largo de la frontera fueron objeto de bombardeos «continuos» durante la noche.[553]
El 31 de octubre, Amnistía Internacional confirmó el uso de fósforo blanco por parte de Israel contra civiles en el sur del Líbano. Según el comunicado de la organización, «el Ejército israelí lanzó proyectiles de artillería que contenían fósforo blanco —un arma incendiaria— en operaciones militares a lo largo de la frontera sur de Líbano entre el 10 y el 16 de octubre de 2023», lo supone una violación del derecho internacional humanitario.[554]
El 2 de noviembre, Hezbolá afirmó que había atacado simultáneamente diecinueve «posiciones militares sionistas» a lo largo de la frontera. Otro bombardeo de cohetes hirió a dos personas en la ciudad israelí de Kiryat Shemona, cerca de la frontera libanesa. La sección libanesa de Hamás dijo que disparó una docena de cohetes contra la ciudad «en respuesta a las masacres de la ocupación (israelí) contra nuestro pueblo en Gaza». Según el ejército israelí habían atacado objetivos de Hezbolá con un «amplio asalto», en el que habían participado «aviones de combate y helicópteros» en represalia por el ataque.[555]
El 5 de noviembre, una bomba israelí impactó en un coche que viajaba entre dos localidades del sur del Líbano, matando a tres niñas de entre 10 y 14 años y a su abuela. En represalia, Hezbolá lanzó un ataque con cohetes que mató a un israelí.[556]
El 12 de noviembre, Hezbolá lanzó una serie de ataques contra varios objetivos israelíes en el norte de Haifa y las ciudades fronterizas israelíes de Na'ura y Shlomi en los que resultaron heridas al menos diecisiete personas (siete soldados y diez civiles). El incidente más grave tuvo lugar en la comunidad rural de Dovev, donde Hezbolá disparó misiles antitanques hiriendo gravemente a trabajadores que estaban reparando unas líneas eléctricas dañadas en un ataque anterior.[557]
El 6 de diciembre, un bombardeo israelí mató a un soldado del ejército del Líbano e hirió a otros tres en la localidad libanesa de Adaysseh, tras lo que el propio ejército israelí hizo pública una nota de prensa en la que «lamentaba el incidente» y aclaraba que el ejército libanés no era el blanco de ese ataque.[558] Al día siguiente, el 7 de diciembre, un hombre israelí de 60 años murió como consecuencia del impacto de un misil antitanque de Hezbolá en el vehículo en el que viajaba.[559]
El 10 de diciembre, seis soldados israelíes resultaron heridos de diversa consideración tras un ataque con un dron de Hezbolá.[560] En los ataques de represalia del día siguiente, un obús israelí mató al alcalde de la localidad libanesa de Taybeh y a uno de sus familiares.[561]
Un dron con carga explosiva lanzado por Hezbolá mató a un soldado israelí e hirió a dos más el 16 de diciembre. Israel respondió bombardeando con artillería diversas posiciones de Hezbolá en el Líbano.[562] El 21 de diciembre, dos personas resultaron heridas en la localidad israelí de Dovev tras un ataque de Hezbolá con misiles antitanque. Al día siguiente, un soldado israelí murió y otro resultó herido de gravedad como resultado de una andanada de unos veinte misiles lanzada por Hezbolá.[563]
El 26 de diciembre, otros nueve soldados y un civil resultaron heridos en otro ataque con misiles de Hezbolá, en este caso contra una iglesia de la localidad israelí de Iqrit.[564] El 27 de diciembre, un bombardeo israelí en la aldea libanesa de Bint Jbeil mató a tres personas: un combatiente de Hezbolá, su hermano y su cuñada.[565]
Un ataque israelí contra la localidad libanesa de Kfar Kila mató a cuatro milicianos de Hezbolá el 1 de enero de 2024.[566] Al día siguiente, Israel asesinó al número dos de Hamás en el extranjero, Saleh al-Arouri, en un ataque aéreo contra una oficina del movimiento islamista palestino en una zona residencial en el sur de Beirut, donde también fallecieron otras cinco personas. Tanto Hamás como Hezbolá condenaron el ataque y prometieron represalias.[567] Al día siguiente, Hezbolá lanzó un ataque con más de 60 cohetes contra la base militar israelí de Merón, situada en la Alta Galilea, «como parte de la respuesta inicial al asesinato del dirigente de Hamás, Saleh Al Arouri, y sus camaradas». Según Hamás, en el ataque se habrían producido «impactos directos en la base y heridos confirmados».[568]
El lunes 8 de enero, un ataque aéreo israelí en el sur de Líbano mató a Wissam Hassan al-Tawil, comandante de la fuerza de élite Redwan, del grupo Hezbolá. La organización libanesa respondió con un ataque con drones contra una base militar israelí en la ciudad de Safed.[569] El 11 de enero, un bombardeo israelí mató a dos médicos y destruyó una ambulancia en la ciudad libanesa de Hanin.[205]
El domingo 14 de enero, el ejército israelí anunció que había matado a tres miembros de Hezbolá que se habían infiltrado en las granjas de Shebaa; cinco soldados israelíes resultaron heridos leves y moderados.[570] Poco después, dos civiles murieron en el norte de Israel después de que un misil antitanque disparado desde el Líbano alcanzara su casa en una ciudad cerca de la frontera con el Líbano.[571] El 20 de enero, dos miembros de Hezbolá murieron por el ataque de un dron israelí al día siguiente.[572] El 27 de enero, Hezbolá informó de la muerte de cuatro de sus milicianos como resultado de dos ataques distintos por parte de Israel.[573]
El 7 de febrero, un nuevo ataque israelí mató a un civil e hirió a otros dos en la localidad libanesa de Khiam.[232] En respuesta a este ataque, el lanzamiento de un misil antitanque hirió de gravedad a un oficial del ejército israelí y de carácter leve a dos soldados en la zona de Kiryat Shemona.[574] Por su parte, Israel respondió con un ataque contra un coche en Nabatieh en el que viajaba un alto cargo de Hezbolá, matando a tres milicianos e hiriendo al dirigente.[575] La cadena de ataques y represalias continuó con un nuevo ataque de Hezbolá, en este caso contra una base militar cerca de Safed, que mató a un soldado israelí e hirió a otros ocho el 14 de febrero.[576] Israel respondió con una cadena de ataques en el sur del Líbano que dejó cuatro muertos, incluidos dos niños y su madre.[577] Los ataques siguieron durante los días siguientes; el 15 de febrero, un comandante de Hezbolá y su segundo al mando murieron como consecuencia del ataque contra una vivienda en Nabatieh, y al día siguiente los ataques israelíes mataron a otro cinco miembros de Hezbolá y de Amal.[245] Los bombardeos israelíes también mataron a al menos diez civiles, incluidos cuatro niños, según las autoridades sanitarias libanesas.[578]
El 21 de febrero, un nuevo bombardeo israelí en el sur del Líbano mató a una mujer y a un niño en la localidad de Majdal Zoun.[579] Dos días después, Hezbolá confirmó la muerte de cuatro de sus miembros.[580]
Un ataque de Hezbolá mató a una persona e hirió de gravedad a otras dos en el norte de Israel. Todos ellos eran trabajadores agrícolas de nacionalidad india.[507] El 10 de marzo, Hezbolá lanzó más de cien cohetes Katiusha contra el norte de Israel como respuesta a un bombardeo israelí del día previo que había matado a cinco miembros de una misma familia, tres de ellos milicianos de la propia milicia chiita.[581] Un nuevo ataque de un dron israelí, en este caso en Tiro, mató a un miembro de Hamás originario del campamento de refugiados de Rashidieh.[270] En un nuevo intercambio de ataques, el 27 de marzo, siete voluntarios libaneses de una ONG murieron como consecuencia de un ataque israelí. Poco después, Hezbolá respondió con un ataque con misiles contra la ciudad de Kiryat Shemona en el que murió un israelí.[295]
El 29 de marzo, un ataque aéreo en Bazouriyeh (Líbano) mató a Ali Abed Akhsan Naim, el subcomandante de la unidad de cohetes y misiles de Hezbolá que, según las FDI, era responsable de planificar ataques contra civiles israelíes.[582]
Un bombardeo israelí mató el 8 de abril a un comandante de la fuerza Redwan de Hezbolá y a dos personas más en la aldea de Al Sultanya, en el sur del Líbano.[305] El 15 de abril cuatro soldados israelíes resultaron heridos, uno de ellos de gravedad, por la detonación de un explosivo colocado por Hezbolá que fua activado al paso de los soldados. La explosión se produjo al sur del Líbano a varios cientos de metros de la frontera.[583] Al día siguiente, un ataque israelí mató a tres miembros de Hezbolá (dos de ellos altos rangos) en la localidad libanesa de Ain Baal, a lo que Hezbolá respondió el 17 de abril con otro ataque, en este caso contra la localidad israelí de Arab al-Aramshe, que dejó un saldo de cuatro civiles y catorce soldados heridos, uno de ellos en estado crítico y cuatro gravemente heridos.[584] El 23 de abril, un dron israelí mató a un miliciano de Hezbolá cerca de Tiro mientras conducía su coche.[315] Un ataque de Hezbolá el 26 de abril mató a un civil israelí en los Altos del Golán ocupados.[318] El 27 de abril, dos miembros de Hezbolá y un civil murieron por un bombardeo israelí en las localidades libanesas de Kafr Kila y Khiam.[319]
El 5 de mayo, un ataque israelí mató a tres civiles (un matrimonio y su hijo) en una localidad del sur del Líbano.[585] Un ataque de un dron suicida de Hezbolá contra una posición del ejército israelí cerca de Metula mató a dos soldados reservistas el 6 de mayo,[586] mientras que otro más murió el 9 de mayo en ataque contra un puesto del ejército israelí en la localidad de Malkia.[587] Otro ataque de Hezbolá mató a un civil e hirió a cinco soldados en la localidad israelí de Adamit,[588] mientras que un ataque israelí mató a un adulto y dos niños en Najariya, en el interior del Líbano.[526]
El 2 de junio, la aviación israelí mató a dos pastores libaneses en su casa de la localidad de Houla, cerca de la frontera israelí-libanesa. Según los medios locales, ambos eran civiles que vivían de vender sus ovejas en las localidades cercanas.[528] Un ataque de Hezbolá mató a un soldado israelí e hirió a otros nueve en la localidad drusa de Hurfeish, cerca de la frontera con el Líbano.[589] Un nuevo ataque israelí sucedido el 11 de junio mató a cuatro miembros de Hezbolá, incluido Taleb Abdallah, el oficial de más alto rango de esta organización muerto hasta la fecha. Hezbolá respondió con el mayor lanzamiento de cohetes contra Israel en todo el conflicto, que incluyó unos cincuenta cohetes contra los Altos del Golán ocupados y unos noventa contra regiones del norte de Israel; aunque no dejaron heridos, sí provocaron algunos incendios forestales.[44]
El sábado 22 de junio, un ataque israelí mató a un comandante de la milicia libanesa Jamaa Islamiya. Al día siguiente, Hezbolá atacó dos bases militares israelíes en el norte del país.[361] El 27 de junio, un bombardeo israelí mató a una persona que se desplazaba en motocicleta en el sur del Líbano. Ese mismo día, Hezbolá atacó la base naval israelí de Rosh Hanikra con drones suicidas.[364]
El 3 de julio, un dron israelí mató en la localidad libanesa de Tiro a Abu Ali Nasser, un comandante de Hezbolá.[590] Al día siguiente, Hezbolá respondió con el lanzamiento de más de 200 cohetes y con una oleada de drones suicidas contra diez bases militares israelíes. Los ataques llegaron incluso a la ciudad de Acre y provocaron numerosos incendios, mientras que un soldado reservista israelí murió en los Altos del Golán ocupados.[591] El 8 de julio, el ejército israelí asumió el asesinato de un miembro de Hezbolá al que mató con un misil mientras viajaba en su vehículo. En represalia, Hezbolá lanzó una oleada de veinte cohetes Katiusha contra una base israelí cercana a Tiberíades e hirió a una persona.[373] Al día siguiente, un misil de Hezbolá mató a dos civiles israelíes en los Altos del Golán ocupados.[532] Varios drones provenientes del Líbano cayeron en Israel el 11 de julio e hirieron de gravedad a una persona.[376] Un soldado reservista israelí murió el 12 de julio por el ataque de un dron de Hezbolá.[377] Otros cuatro soldados israelíes resultaron heridos de gravedad el 13 de julio por una serie de cohetes de Hezbolá.[379] El 18 de julio, el ataque de un dron israelí mató a un miliciano de Hezbolá y a un comandante de al-Jamaa al-Islamiya, un grupo paramilitar aliado de Hamás y de Hezbolá. Por su parte, Israel confirmó la muerte de un soldado que había resultado herido por un ataque de Hezbolá el 30 de junio.[382]
El 27 de julio, Israel bombardeó la localidad libanesa de Kafr Kila, al sur del Líbano, y mató al menos a cuatro personas, algunas de ellas miembros de Hezbolá.[386] Ese mismo día, al menos doce niños y adolescentes murieron y decenas más resultaron heridos en un ataque en un campo de fútbol en la localidad drusa de Majdal Shams, en los Altos del Golán ocupados por Israel.[592] Al día siguiente, por la noche, Israel lanzó una serie de ataques de represalia contra siete regiones del interior y el sur del Líbano, en las zonas de Sabrinha, Borj El Chmali, Beka’a, Kfar Kila, Rab a-Taltin, al Khyam y Tir Hafa.[593] Dos personas murieron el 29 de julio en un ataque de un dron israelí contra una motocicleta entre las localidades libanesas de Mays al Jabal y Chaqra, en el sur del país.[387]
El 30 de julio, Israel lanzó un ataque con vehículos aéreos no tripulados contra Beirut, cuyo objetivo era asesinar a Fuad Shukr, un asesor de alto rango y mano derecha del líder de Hezbolá, Hasan Nasrallah. Según las Fuerzas de Defensa de Israel, Shukr era comandante del proyecto de misiles de precisión del grupo y de ser responsable «del asesinato de los niños en Majdal Shams y la muerte de numerosos civiles israelíes». En el ataque murieron, además de Shukr, un niño de diez años y una niña de seis cuyo hermano sufrió quemaduras en gran parte del cuerpo y cuyo padre se rompió numerosos huesos tratando de protegerlos de la caída de escombros. Otras dos personas murieron y otras ochenta resultaron heridas.[388][594]
Cuatro miembros de Hezbolá murieron el 6 de agosto en un ataque israelí en la localidad libanesa de Mayfadoun.[393] El 17 de agosto, un bombardeo israelí en la ciudad libanesa de Nabatieh mató a diez civiles sirios, entre ellos una mujer y sus dos niños, y otras cinco personas resultaron heridas. Tres heridos también eran sirios, el cuarto era sudanés y el quinto era una mujer libanesa en uno de los peores ataques israelíes desde el inicio del conflicto.[399] Un soldado israelí murió en el norte del país el 19 de agosto como resultado de un ataque de Hezbolá.[595]
Un nuevo intercambio de ataques tuvo lugar en la madrugada del 25 de agosto, cuando más de cien aviones israelíes atacaron simultáneamente lanzaderas de cohetes de Hezbolá, quien a su vez lanzó 210 cohetes y unos veinte drones contra Israel, que hirieron a una persona y causaron diversos daños materiales. Un marino israelí murió y otros dos resultaron gravemente heridos cuando un misil de la Cúpula de Hierro, el sistema antimisiles israelí, aparentemente se estrelló contra su lancha al confundirla con un dron de Hezbolá.[596] El 28 de agosto, un ataque israelí mató a un miembro de Hezbolá y a tres de la Yihad Islámica palestina en la frontera sirio-libanesa.[401]
El 8 de septiembre, un dron israelí destruyó un camión de bomberos que volvía de apagar un incendio en la localidad de Froun, mató a tres miembros del servicio e hirió a otros dos, uno de ellos en estado crítico.[406] El 17 de septiembre, un ataque atribuido a Israel hizo explotar numerosos buscas pertenecientes a miembros de Hezbolá y causó un total de doce muertos y unos 2800 heridos. Cuatro de los muertos por este ataque eran niños, incluida una niña de nueve años.[597] Al día siguiente, un nuevo ataque hizo explotar los walkie-talkies del grupo, causando al menos veinticinco muertos y seiscientos heridos. Ese mismo día, el ejército israelí desplazó a la frontera con el Líbano a su 98.ª División, compuesta por entre 10.000 y 20.000 soldados.[598][599] Tanto Human Rights Watch como el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Volker Türk, advirtieron de que el uso de bombas trampa constituye un crimen de guerra.[413][600]
El 19 de septiembre, dos militares israelíes murieron y otros nueve resultaron heridos en una serie de ataques con drones y proyectiles lanzados por Hezbolá.[599] El 20 de septiembre, al menos catorce personas murieron y otras 66 resultaron heridas en lo que Israel describió como un «bombardeo selectivo» en un barrio del sur de Beirut. Entre las víctimas mortales se encontraban Ibrahim Akil, el líder de la Fuerza Redwan, el grupo de comandos de élite de Hezbolá y diez miembros más de este grupo paramilitar libanés. En respuesta, Hezbolá lanzó entre 140 y 150 cohetes contra el norte de Israel.[413]
El 21 de septiembre, la cifra de muertos por el ataque israelí del día anterior en el barrio de Dahiya alcanzó la cifra de 37, incluidos tres niños y siete mujeres, con 68 heridos y 23 desaparecidos.[413] El domingo 22 de septiembre, por la mañana, Hezbolá lanzó un ataque masivo contra Haifa y sus alrededores, la base aérea Ramat David, Nazaret, Afula, la Baja Galilea y el valle de Jezreel. Seis personas resultaron heridas de diversa consideración.[601]
El 23 de septiembre, Israel desencadenó uno de los bombardeos más devastadores de la historia del Líbano y causó el mayor número de muertos en el país desde su sangrienta guerra civil, que duró de 1975 a 1990. La aviación israelí mató a 558 personas por todo el país, incluidos al menos cincuenta niños y 94 mujeres, y dejó un saldo de 1835 heridos. Los bombardeos y el envío masivo de mensajes de texto y llamadas de teléfono exigiendo a la población que abandonase sus hogares ocasionaron un éxodo masivo hacia el norte del país.[415] El 24 de septiembre, los bombardeos israelíes en el Líbano mataron a unas 25 personas. El 25 de septiembre, al menos 22 libaneses murieron por diversos ataques israelíes, incluidos dos miembros de la Agencia de las Naciones Unidas para los Refugiados (UNHCR).[417]
El 27 de septiembre, Hezbolá lanzó decenas de proyectiles contra el norte de Israel. Un ataque contra la localidad de Tiberias dejó al menos una persona herida. Ese mismo día las autoridades sanitarias libanesas aseguraron que al menos 25 personas habían muerto a lo largo del día a causa de los últimos bombardeos de Israel contra varias zonas del sur de Líbano y el valle de la Becá.[452] Ese mismo día, Israel continuó con los ataques contra los suburbios del sur de Beirut. El Ministerio de Salud libanés adelantó un primer balance provisional de víctimas con dos muertos y 76 heridos, aunque aseguró que las tareas de salvamento aún no habían acabado. Según medios israelíes, el principal objetivo del ataque fue el líder de la milicia, Hasán Nasralá.[602] En represalia por el ataque, Hezbolá atacó Safad, Carmiel y el kibutz Sa’ar.[603]
El 28 de septiembre, los ataques israelíes alcanzaron centros de defensa civil y una clínica médica en Taybeh y Deir Siriane, matando a once miembros del personal médico e hiriendo a otros diez.[604] El 29 de septiembre, al menos diecisiete miembros de una familia murieron y varios más quedaron atrapados bajo los escombros en un ataque aéreo israelí en Zboud. Otro ataque israelí, esta vez en Ain El Delb, mató a 45 personas e hirió al menos a otras 75, mientras que un tercer ataque israelí, en este caso contra la localidad de Bekaa, mató a doce personas e hirió a otras veinte.[605] Por su parte, Hezbolá lanzó cohetes contra la base militar de Ofek y contra el asentamiento de Sa'ar, en el norte de Israel. Ese mismo día, el Ministerio de Sanidad del Líbano anunció que los ataques israelíes habían matado a catorce paramédicos en las 48 horas previas.[606] El 30 de septiembre, las tropas libanesas se retiraron a cinco kilómetros de distancia de la frontera con Israel, pese a lo cual un ataque de un dron israelí mató a un soldado del ejército libanés. Para finales de septiembre, los ataques israelíes habían desplazado a más de un millón de civiles libaneses.[419]
El 1 de octubre, las FDI lanzaron una ofensiva militar terrestre «selectiva y delimitada» en el sur del Líbano después de una intensa campaña de bombardeos contra Hezbolá. El grupo chiita, por su parte, aseguró haber causado bajas a las fuerzas israelíes en los pueblos vecinos de Adaisse y de Kfarkela, fronterizos con Israel. También informaron que habían lanzado un ataque de artillería contra una agrupación de soldados en el asentamiento israelí de Shtula.[607] Ese día, el ejército israelí ordenó a los habitantes de más de treinta localidades del sur del Líbano que abandonasen sus hogares y huyesen hacia el norte. También advirtió de que cualquier civil que cruzase con su vehículo el río Litani hacia el sur «estaría poniendo su vida en peligro».[608]
El 2 de octubre, Israel informó de ocho soldados muertos en enfrentamientos en el sur del Líbano, incluidos cuatro miembros de una unidad de comandos de élite; otros cinco soldados resultaron heridos graves.[543] Al día siguiente, el ejército libanés comenzó a devolver el fuego del ejército israelí después de que uno de sus soldados resultase muerto por un ataque israelí a un convoy de la Cruz Roja libanesa que evacuaba heridos de la localidad fronteriza de Taybeh. Entre los muertos libaneses del día se encontraban también nueve trabajadores médicos que fueron asesinados en un ataque israelí contra un centro médico en Beirut. El ejército israelí ordenó el abandono de sus hogares a los habitantes de veinte localidades libanesas del sur del país, incluida Nabatieh, a quienes impuso como destino el norte del río Litani.[421]
El 4 de octubre, los ataques israelíes mataron a 25 personas e hirieron a 127 más a lo largo del Líbano. Ese mismo día, la ONU rechazó la exigencia de Israel de evacuar a los cascos azules de UNIFIL que se encontraban en tareas de mantenimiento de la paz al sur del Líbano.[544] Al día siguiente, un bombardeo israelí mató en el campamento de refugiados de Beddawi a un miembro de las Brigadas de Ezzeldin al-Qassam y a tres de sus familiares. El 6 de octubre, UNRWA recordó que entre el más de un millón de desplazados por los ataques israelíes se encontraban también unos 20.000 refugiados palestinos. Ese mismo día, el ejército israelí emitió nuevas órdenes de expulsión a los habitantes de unas 25 zonas del sur del Líbano, a quienes exigió que se desplazaran al norte del río Awali. Las localidades israelíes de Manara, Yiftach y Malchia fueron declaradas «zona militar cerrada». Tres hospitales libaneses anunciaron que tendrían que cesar su actividad, dos por el impacto directo de ataques israelíes y uno por haberse quedado sin suministros. En uno de esos ataques, Israel había matado a siete trabajadores sanitarios y herido a otros catorce cuando un grupo de paramédicos iba a dejar varios heridos en el hospital.[423]
El 7 de octubre, Israel amplió la zona militar cerrada dentro de su propio territorio a las localidades de Shlomi, Rosh Hanikra, Hanita, Arab al-Aramshe y Adamit. Ese día, Israel lanzó una fuerte oleada de bombardeos en el sur del Líbano después de advertir a la población civil que no accediese a las playas ni a barcas en la costa al sur del río Awali. En el sur de Beirut, un bombardeo israelí mató al menos a diez bomberos. Por su parte, un total de 130 proyectiles cruzaron hacia Israel desde el Líbano. Hezbolá ordenó a sus milicianos que no atacaran a las tropas israelíes desde las cercanías de las posiciones de la UNIFIL.[545]
El 8 de octubre, el ejército israelí anunció el despliegue de una cuarta división al sur del Líbano, donde ya tenía aproximadamente 15.000 soldados. Hezbolá lanzó más de 80 proyectiles contra la ciudad de Haifa, situada en el norte de Israel. El ejército israelí reconoció el ataque y aseguró que «la mayoría de los lanzamientos han sido interceptados por el sistema de defensa aérea». Una mujer «de unos 70 años» resultó herida a causa del impacto de un proyectil en Haifa. Con 36 muertos y 150 heridos en las últimas veinticuatro horas, al menos 1400 libaneses habían muerto ya a estas alturas por los diversos ataques israelíes y 1,2 millones de personas se habían convertido en desplazados internos o refugiados.[425]
Al día siguiente, dos civiles que estaban paseando a sus perros murieron en Kiryat Shemona por el impacto de un misil de Hezbolá. OCHA denunció que más de un cuarto del territorio libanés estaba ya sujeto a órdenes de expulsión del ejército israelí.[422]El 10 de octubre, un tanque israelí disparó contra una torre de observación de las fuerzas de paz de la ONU en el Líbano, UNIFIL, e hirió a dos soldados indonesios que cayeron al suelo desde ella. Un ataque de la aviación israelí derribó un edificio de ocho plantas en el centro de Beirut y mató a veintidós personas, hiriendo además a otras 117.[424]
El 12 de octubre, el ejército israelí ordenó a los civiles veintidós localidades más del sur del Líbano que abandonasen sus hogares, se marchasen al norte del río Awali y no volviesen hasta nueva orden. También exigió al personal médico que no usase ambulancias, avisando que estas podrían ser consideradas objetivo militar. Una serie de ataques israelíes en la localidad de Al Maaysara mató a nueve personas e hirió a otras quince. A estas alturas, el 60% de las escuelas libanesas servían de refugio para personas desplazadas y el 40% de los alumnos estaban desplazados.[426] Al día siguiente, un bombardeo israelí mató a nueve personas e hirió a otras quince en la localidad de al-Maaysra, mientras que otro ataque en Deir Bella mató a dos personas más. Además, el ejército israelí notificó a los habitantes de otras veintiuna localidades libanesas que debían marcharse más allá del río Awali.[430] Un día después, Unifil denunció «una nueva violación flagrante del derecho internacional» ocurrida cuando un grupo de tanques israelíes entraron por la fuerza en una de sus bases y destruyeron la puerta principal, tras lo que lanzaron granadas de humo contra las fuerzas de paz. Ese día, un ataque israelí contra un bloque de apartamentos en la localidad norteña de Aitou, de población mayoritariamente cristiana, mató al menos a 23 personas desplazadas, entre ellas doce mujeres y dos niños. La ONU pidió una investigación oficial de este ataque. Algo después, un dron de Hezbolá logró evadir las defensas aéreas israelíes e impactó contra la cantina de la base principal de la Brigada Golani en Binyamina, matando a cuatro soldados e hiriendo a 58 más, siete de ellos de gravedad.[428][435]
El 16 de octubre, un ataque contra un edificio del ayuntamiento de Nabatiye mató a dieciséis personas e hirió a 52 más la aviación israelí atacó un edificio de dos plantas en Yammouneh y mató a dos personas, una mujer de la localidad y una desplazada interna. Otro ataque israelí mató a dos personas más en la carretera entre Rayak y Baalbek, mientras que numerosos soldados libaneses resultaron heridos en un bombardeo cerca de una de sus bases. Un ataque israelí en la zona de Qana mató a quince civiles y al que Israel calificó como comandante de Hezbolá en la zona.[435] El 18 de octubre, cinco soldados israelíes de la brigada Golani murieron en combates al sur del Líbano, mientras que un oficial, dos ingenieros de combate y un soldado resultaron heridos graves por un misil antitanque. Dos soldados más fueron heridos graves en otros combates.[609]
El 19 de octubre, un ataque israelí contra un vehículo en la localidad de Jounieh mató a dos personas. Otro ataque israelí, en este caso en Baaloul, mató a cuatro personas, incluido el alcalde de la vecina localidad de Sohmor. Hezbolá respondió con una andanada de cohetes que mataron a un hombre israelí en Acre e hirieron a otras nueve personas en la zona de Haifa y la Galilea occidental. Un dron lanzado por Hezbolá impactó contra la ventana de la casa del primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, en la localidad de Cesarea.[441] Al día siguiente, las tropas israelíes dinamitaron un barrio entero de Mais al-Jabal, una localidad libanesa cercana a la frontera, y llenaron las ruinas de trampas bomba para evitar que su población volviese a él. Buldóceres israelíes arrasaron el cementerio de la cercana localidad de Blida. Ese mismo día, Unifil volvió a denunciar un ataque israelí, en este caso la destrucción deliberada de una torre de observación en Marwahin. Un bombardeo israelí mató a tres soldados del ejército libanés mientras viajaban en un vehículo militar entre las localidades sureñas de Ain Ebel y Hanin.[442] El 21 de octubre, la aviación israelí atacó numerosos edificios de un banco asociado a Hezbolá en los barrios meridionales de Beirut, del sur del Líbano y del valle de la Becá el ejército israelí pidió perdón por haber matado a tres soldados libaneses el día anterior. Ese mismo día, Israel acusó sin pruebas al hospital Sahel de la capital libanesa de estar sobre un búnker de Hezbolá, lo que obligó a las autoridades libanesas a evacuar el hospital ante el temor de un bombardeo. Poco después, la aviación israelí bombardeó la entrada del hospital Rafiq Hariri de Beirut, el hospital público más grande del país, y mató a dieciocho personas, incluidos cuatro niños, además de herir a más de sesenta. El propio hospital sufrió «graves daños». Al día siguiente, Israel continuó con los ataques contra el sur y el nordeste del Líbano: dejando cinco muertos y diez heridos en Hermel y cinco muertos y veintiún heridos en Nabatiya.[443] El 22 de octubre, dos reservistas israelíes murieron, uno en combates al sur del Líbano y otro por un misil lanzado contra el norte de Israel. Otros tres soldados resultaron heridos graves.[610]
El 23 de octubre, los equipos de rescate consiguieron localizar los cuerpos de una madre y de su hijo de siete años entre los escombros dejados por el ataque israelí contra el hospital Rafiq Hariri de Beirut. Pertenecían a la familia Mokdad, de la que ya se habían encontrado siete cadáveres hasta entonces. Para entonces seguían desaparecidos cuatro o cinco ciudadanos sirios y un sudanés. Tan solo durante este día, los diversos bombardeos israelíes causaron ocho muertos y 42 heridos al sur del Líbano, doce muertos y 68 heridos en Nabatiya, tres muertos y once heridos en el valle de la Becá, cinco muertos y diecisiete heridos en la región de Baalbek-Hermel y un herido en el Monte Líbano. La aviación israelí comenzó a bombardear duramente la ciudad de Tiro, patrimonio de la Humanidad, apenas tres horas después de un aviso de evacuación online. Por su parte, Hezbolá lanzó una oleada de 85 proyectiles contra Israel, hiriendo a una mujer al norte de Tel Aviv. Hezbolá confirmó la muerte tres semanas antes de Hashim Safi Al Din, un alto oficial del grupo postulado para suceder al asesinado Hasan Nasralá. Un cálculo de Naciones Unidas valoraba en un 9% la disminución del PIB libanés como consecuencia de la guerra.[611] El 25 de octubre, cinco soldados israelíes murieron en combates al sur del Líbano, cuatro de ellos reservistas y uno miembro de la unidad canina. Otros tres soldados fueron heridos graves en este incidente, cuando miembros de Hezbolá salieron de un túnel por sorpresa y lanzaron granadas a las tropas israelíes.[612] Otros cinco reservistas murieron cuando milicianos de Hezbolá dispararon varios misiles contra el punto en el que estaban esperando la llegada de suministros, hiriendo además a otros diecinueve soldados, cuatro de ellos graves.[613]
El 26 de octubre, tres periodistas libaneses de las televisiones Al-Mayadeen y Al-Manar murieron cuando aviones israelíes bombardearon su estación de prensa en la localidad de Hasbaya. Al día siguiente, al menos ocho personas murieron y otras 25 resultaron heridas en un ataque israelí en Sidón. Otras catorce localidades libanesas recibieron órdenes de desalojo por parte del ejército israelí, que exigió a sus habitantes que se marchasen al norte del río Awali.[20] Al día siguiente, otros cinco soldados israelíes murieron en un tiroteo que también mató a tres milicianos de Hezbolá. El incidente dejó también catorce soldados heridos, cinco de ellos de gravedad. Por otro lado, tres personas resultaron heridas en la localidad israelí de Tamra por el lanzamiento de cohetes desde el Líbano.[614]
El 22 de octubre, Israel bombardeó los aeropuertos internacionales de Damasco y Alepo, dejando a ambos fuera de servicio y matando al menos a un civil.[615] El portavoz del Pentágono, el general Patrick Ryder, informó de que al menos veinticuatro militares estadounidenses habían resultado heridos de diversa consideración (la mayoría leves) durante una serie de ataque aéreos contra bases estadounidense en Irak y Siria el 18 de octubre. Además, Ryder confirmó que las tropas estadounidenses habían sido atacadas diez veces en Irak y tres en Siria entre el 17 y el 24 de octubre.[616] El 27 de octubre, las Fuerzas Aéreas de Estados Unidos lanzaron dos ataques cerca de Abu Kamal, una ciudad siria en la frontera con Irak. Según altos funcionarios estadounidenses, los ataques alcanzaron una instalación de almacenamiento de armas y otra de municiones.[617]
El 3 de noviembre, el Frente Islámico de la Resistencia Iraquí reivindicó un ataque con misiles contra la ciudad israelí de Eilat. Según dijo el grupo armado, el ataque fue «en respuesta a las masacres israelíes contra nuestro pueblo en Gaza».[618]
El miércoles, 8 de noviembre, dos aviones de combate F-15 estadounidenses llevaron a cabo un ataque contra un almacén de armas vinculado a Irán en el este de Siria. Según el secretario de Defensa, Lloyd Austin, este ataque era una respuesta a los ataques previos contra bases estadounidenses en Siria e Irak. Según el Observatorio Sirio para los Derechos Humanos, en el ataque murieron nueve personas.[619]
El viernes 8 de diciembre, un ataque israelí mató a cuatro personas que viajaban en un vehículo en la localidad siria de Madinat al-Baath, en la provincia fronteriza de Quneitra.[620] El domingo 10 de diciembre, el ejército israelí bombardeó algunos lugares de los alrededores de Damasco, hiriendo a al menos ocho personas.[621] El 24 de diciembre, un general de alto rango de la Guardia Revolucionaria Islámica, Sayyed Reza Mousavi, murió en un ataque aéreo israelí en Damasco.[622] El 25 de diciembre, un ataque con dron hirió a tres soldados estadounidenses en Irak, dejando a uno de ellos en estado crítico. Estados Unidos respondió bombardeando tres ubicaciones de Kataeb Hezbolá en la zona, matando a un miliciano e hiriendo a 24 personas más.[623] El 28 de diciembre, Israel atacó la zona alrededor de la capital siria, Damasco, y dos días después, las autoridades sirias denunciaron un ataque israelí contra el aeropuerto de la ciudad de Alepo. Israel justificó los ataques por dos misiles caídos en los Altos del Golán días antes.[624] El 31 de diciembre, el Observatorio Sirio para los Derechos Humanos informó de que los bombardeos israelíes habían matado hasta entonces a veintitrés milicianos sirios.[625]
El 4 de enero, un avión no tripulado estadounidense disparó al menos dos cohetes en el este de Bagdad contra un vehículo que se encontraba en una instalación utilizada por el grupo miliciano iraquí al-Nujaba'a. En el ataque murieron cuatro personas, incluido un comandante de la milicia y uno de sus asistentes.[626] Al día siguiente, el primer ministro iraquí anunció su intención de poner fin a la misión de la coalición internacional «una vez que cesen las justificaciones de su existencia».[627]
El 8 de enero, un bombardeo israelí mató a un miembro de Hamás en la localidad siria de Beit Jinn.[487] El 16 de enero, Irán bombardeó una supuesta base del Mosad en la ciudad iraquí de Erbil. Según las autoridades kurdas en el ataque habrían muerto cuatro civiles y otros seis habrían resultado heridos.[628] La Guardia Revolucionaria de Irán también afirmó haber lanzado un ataque contra objetivos del Estado Islámico en Siria, en la provincia noroccidental de Idlib, último bastión opositor en el país fuera de control del gobierno sirio.[492]
El 20 de enero, un ataque israelí en Damasco mató doce personas, incluidos cinco miembros de la Guardia Revolucionaria iraní.[572] Ese mismo día, un ataque con múltiples misiles balísticos y cohetes contra la base estadounidense de Ain al-Asad, en Irak, dejó varios heridos leves entre el personal estadounidense y un miembro de las fuerzas de seguridad iraquíes herido de gravedad.[629] Estados Unidos respondió el 24 de enero con múltiples ataques contra milicias proiraníes en Irak.[630]
El 28 de enero de 2024, un ataque aéreo realizado con varios drones contra la base estadounidense Torre 22, situada en la frontera entre Jordania y Siria, provocó la muerte de tres soldados estadounidenses y heridas de diversa consideración a otros 34.[631] Al día siguiente, los medios sirios informaban de un ataque israelí en la periferia de Damasco que había dejado dos ciudadanos sirios muertos.[219] El martes 30 de enero, una de las milicias más poderosas de Irak, Kataeb Hezbolá, anunció que suspendería sus ataques contra «las fuerzas de ocupación» estadounidenses en la región, después de reivindicar el ataque con drones del 28 de enero contra la base estadounidense de Torre 22, «para evitar avergonzar al Gobierno iraquí».[632]
Alrededor de la medianoche del 2 al 3 de febrero, la Fuerza Aérea de los Estados Unidos llevó a cabo una serie de ataques aéreos contra supuestos miembros de la Fuerza Quds del Cuerpo de la Guardia Revolucionaria Islámica (CGRI) y grupos de milicias afiliados en Irak y Siria.[633] El 4 de febrero, siete combatientes de las Fuerzas Democráticas Sirias murieron y otros dieciocho resultaron heridos en «un ataque con drones después de medianoche» en el yacimiento petrolífero de Al-Omar, la mayor base de la coalición liderada por Estados Unidos, situada en la provincia oriental siria de Deir ez Zor.[634]
El 6 de febrero, un ataque israelí en la provincia siria de Homs dejó al menos nueve muertos y trece heridos.[231] El 8 de febrero, el ataque de un dron estadounidense mató a tres miembros de la milicia Kataeb Hezbolá, incluido un alto cargo de la misma, mientras se trasladaban en coche por Bagdad.[233] El 11 de febrero, tres personas murieron cerca de Damasco por un bombardeo israelí.[240] Un ataque israelí contra un bloque de apartamentos en Damasco mató a dos personas el 21 de febrero.[635]
El 19 de marzo, el ministerio de defensa sirio confirmó varios ataques israelíes con misiles contra objetivos de Hezbolá a las afueras de Damasco.[281] Más de quince personas murieron el 26 de marzo en el este de Siria como consecuencia de una serie de ataques israelíes que tenían como objetivo a miembros de la Guardia Revolucionaria iraní.[636]
El 29 de marzo, un ataque aéreo israelí contra el Aeropuerto Internacional de Alepo mató a treinta y ocho soldados sirios, siete combatientes de Hezbollah y siete milicianos, en lo que se convirtió en el ataque israelí más mortífero contra Siria en los últimos tres años.[637]
El 1 de abril un misil israelí destruyó el edificio anexo del consulado iraní en Damasco, matando a dieciséis personas, incluido un alto comandante de la Fuerza Quds de los Cuerpos de la Guardia Revolucionaria Islámica, el general de brigada Mohammad Reza Zahedi, y otros siete oficiales. Ante dicho ataque Irán amenazó con «una dura respuesta».[303] El 16 de abril, un informe de un grupo de expertos de la ONU señaló que Israel había violado el derecho internacional en su ataque contra la embajada iraní en Damasco.[311]
El viernes 19 de abril, aviones «desconocidos» atacaron la base de Kalsu, situada a las afueras de la ciudad de Babel, a unos 80 kilómetros al sur de la capital iraquí. Se trata de una instalación que alberga tanto cuarteles del ejército y de la policía iraquíes como de las Fuerzas de Movilización Popular. En el ataque murieron al menos dos personas y otras tres resultaron heridas.[638]
Un oficial del ejército sirio murió el 19 de junio en un ataque israelí con drones contra dos posiciones militares sirias en las provincias de Quneitra y Daraa.[359] El 27 de junio, dos personas murieron por un ataque israelí en el interior de Siria.[364]
El 30 de julio, cuatro miembros del grupo Kataeb Hezbolá murieron en un ataque contra una de sus bases en Bagdad atribuido a Estados Unidos.[388]
El 6 de agosto un ataque con cohetes contra la base aérea estadounidense de Ain al Assad en Irak hirió al menos a cinco militares estadounidenses y a otros dos contratistas. Tres de los militares estadounidense fueron trasladados a Alemania para recibir tratamiento. El 10 de agosto, ocho militares estadounidenses resultaron heridos en un ataque con drones contra contra una base de la coalición internacional en Rumalyn, en Siria.[639]
En septiembre de 2024, Estados Unidos e Irak llegaron a un acuerdo para la retirada de Irak de las fuerzas de la coalición liderada por Estados Unidos. Dicho plan, supondría la salida de cientos de tropas «a más tardar a finales de septiembre de 2025», y la del resto hasta finales de 2026. Ambos países podrían establecer un nuevo «mecanismo de asociación de seguridad bilateral» que supondría la permanencia de algunas tropas estadounidenses en Irak tras la retirada.[640]
El 9 de septiembre, una serie de bombardeos israelíes mataron a docenas de personas e hirieron a unas 37 más en varios edificios militares de Masyaf, en la gobernación de Hama. Fuentes oficiales sirias informaron de la muerte de 18 personas, mientras que el Observatorio Sirio para los Derechos Humanos elevó la cifra hasta los 26, incluidos cinco civiles.[641] El 12 de septiembre, el ataque de un dron israelí mató a dos personas en un vehículo en el interior de Siria, y las fuerzas aéreas israelíes bombardearon la localidad de Al-Rafid, cerca de los Altos del Golán sirios ocupados por Israel.[408] El 17 de septiembre, un ataque atribuido a Israel hizo detonar numerosos buscas pertenecientes a miembros de Hezbolá, causando al menos catorce heridos en Damasco y sus alrededores.[598] El 19 de septiembre, aviones israelíes violaron el espacio aéreo sirio y sobrevolaron el sudoeste del país.[599] Al día siguiente, un ataque israelí mató a un miliciano de las Brigadas Hezbolá iraquíes a diez kilómetros del aeropuerto de Damasco.[413]
El 25 de septiembre, la Resistencia Islámica en Irak lanzó dos drones contra la ciudad de Eilat, al sur de Israel. Uno de ellos fue interceptado por una corveta israelí, pero el otro llegó a su objetivo y causó importantes daños, así como dos heridos leves.[642] Ese mismo día, las defensa antiaéreas sirias interceptaron varios misiles dirigidos contra el puerto de Tartús.[417] El 27 de septiembre el Ministerio de Defensa sirio anunció que cinco soldados sirios habían muerto y otro resultado herido en un bombardeo del Ejército de Israel. El ataque ha sido perpetrado en torno a las 1:35 horas desde los Altos del Golán ocupados por Israel, contra «una instalación militar en la frontera con Líbano».[643]
El 1 de octubre de madrugada, las autoridades sirias denunciaron que al menos tres personas murieron, incluida la «gran locutora» Safa Ahmed, y otras nueve resultaron heridas, en un ataque aéreo del «enemigo israelí» desde la dirección de los Altos del Golán ocupados por Israel, contra varios puntos de la ciudad de Damasco.[644] Ese mismo día la base militar estadounidense, situada en el perímetro del Aeropuerto Internacional de Bagdad, en la capital de Irak, fue atacada con tres proyectiles. Los proyectiles cayeron entre el muro que separa la base militar y no hubo víctimas solo se incendiaron cuatro vehículos civiles.[645]
La madrugada del jueves 3 de octubre, dos soldados israelíes pertenecientes a la Brigada Golani murieron y veinticuatro resultaron heridos de diversa consideración, en un ataque con drones. En el ataque se lanzaron desde Irak dos drones, uno fue derribado por las defensas antiaéreas y el segundo impactó en una base militar en el norte de los Altos del Golán ocupados por Israel. La Resistencia Islámica iraquí reclamó la autoría del ataque.[423]
El 8 de octubre al menos siete civiles murieron, incluidos mujeres y niños, y otros once resultaron heridas en un ataque israelí contra un edificio residencial de Damasco que también causó daños materiales «graves» en propiedades privadas de las zonas aledañas. Por su parte, el Observatorio Sirio para los Derechos Humanos, afirmó que eran nueve los muertos —incluidos cinco civiles, entre ellos un niño, y dos extranjeros cuya nacionalidad no ha sido confirmada— y diez heridos.[425] Al día siguiente, un bombardeo israelí mató a un miembro de las fuerzas de seguridad sirias en Quneitra.[422]
El 17 de octubre, un ataque aéreo israelí contra varios objetivos situados en las proximidades de la ciudad siria de Latakia, al oeste del país, hirió a dos civiles y causó daños materiales en una propiedad privada.[646] Ese mismo día la Resistencia Islámica en Irak lanzó un ataque con drones contra un objetivo «de vital importancia» en la ciudad israelí de Eilat, junto al mar Rojo. Aparentemente no se registraron víctimas ni heridos.[647]Cuatro días después, un misil teledirigido mató a dos personas e hirió a otras tres en uno de los barrios más ricos de Damasco. Un portavoz israelí acusó a uno de los muertos de ser responsable del lavado de dinero de Hezbolá.[443]
El 31 de octubre, Israel lanzó un ataque contra la ciudad de Qusair, situada en la provincia de Homs y cerca de la frontera con Líbano. Según la agencia estatal siria de noticias, SANA, la «agresión israelí» alcanzó «edificios residenciales» y el bombardeo dejó al menos tres muertos y cinco heridos. Según las FDI el objetivo del ataque eran «almacenes de munición» y «sedes» usadas por la Fuerza Raduán, la unidad de élite de Hezbolá.[648]
El 19 de octubre, el Departamento de Defensa de Estados Unidos anunció que el destructor USS Carney había derribado tres misiles de crucero y ocho drones que se dirigían hacia el norte sobre el Mar Rojo. Según su análisis, los misiles habían sido lanzados por los hutíes en Yemen y especuló que su objetivo podría ser Israel.[649] Ese mismo día, los rebeldes hutíes afirmaron que habían lanzado una «gran cantidad» de misiles balísticos y drones hacia Israel y advirtieron que los ataques continuarían en el futuro. Anteriormente, Israel había informado de la destrucción de un «objetivo aéreo» no identificado sobre el mar Rojo y de que «no hubo ninguna amenaza o riesgo para los civiles».[650]
El miércoles, 8 de noviembre, los rebeldes hutíes afirmaron en un comunicado que habían derribado un dron estadounidense: «nuestras defensas aéreas pudieron derribar un MQ-9 estadounidense mientras llevaba a cabo actividades hostiles de vigilancia y espionaje en aguas territoriales yemeníes como parte del apoyo militar estadounidense» a Israel.[619]
Video externo | ||
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Vídeo donde se muestra la captura del carguero Galaxy Leader por los Hutíes | ||
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El 19 de noviembre, los hutíes asaltaron el buque Galaxy Leader en aguas del mar Rojo. Posteriormente, la empresa japonesa Nippon Yusen, con sede en Tokio, informó que el buque era un portavehículos fletado por ella, propiedad de una unidad de Ray Shipping Group, del empresario israelí Rami Ungar, y que contaba con una tripulación de 25 personas. Un portavoz de los hutíes declaró el 20 de noviembre que seguirían atacando barcos israelíes hasta que finalizase el conflicto en Gaza.[651]
El 26 de noviembre, un petrolero gestionado por la empresa Zodiac Maritime, que es parte del grupo Zodiac del multimillonario israelí Eyal Ofer, fue asaltado en el golfo de Adén, frente a las costas de Yemen. El buque, que contaba con una tripulación de veintidós personas, llevaba un cargamento completo de ácido fosfórico. Ningún grupo se atribuyó la responsabilidad del ataque. Al día siguiente, el ejército de Estados Unidos aseguró que había capturado a los atacantes del petrolero y liberado el buque, tras lo que afirmó que sus embarcaciones habían sido objetivo de dos misiles disparados desde zonas controladas por los hutíes.[652]
El 3 de diciembre, un barco propiedad del empresario israelí Danny Unger fue atacado con misiles en el Mar Rojo. Los misiles provenían de una zona de Yemen controlada por los hutíes, y el ataque fue reivindicado por un portavoz de estos poco después. Un segundo barco fue atacado con un dron, mientras que un barco de guerra estadounidense, el USS Carney, también fue blanco de los ataques hutíes, aunque no sufrió daños después de haber abatido tres drones.[653]
El 9 de diciembre, los hutíes advirtieron que atacarían cualquier buque que se dirija a Israel, independientemente de la bandera que llevase, y avisaron a todas las compañías navieras internacionales que no tratasen con empresas israelíes. El portavoz del grupo yemení dijo en un comunicado: «si Gaza no recibe los alimentos y medicinas que necesita, todos los barcos en el mar Rojo con destino a puertos israelíes, independientemente de su nacionalidad, se convertirán en un objetivo para nuestras fuerzas armadas».[654]
El 12 de diciembre, un misil lanzado por los hutíes impactó en un petrolero comercial noruego que se dirigía a Israel. Al día siguiente, los hutíes lanzaron otros dos misiles contra un petrolero con bandera de las Islas Marshall y un ataque con drones contra un barco de guerra estadounidense. Un nuevo ataque hutí tuvo lugar el 15 de diciembre, en este caso contra dos barcos cerca del estrecho de Bab el-Mandeb. Uno de los barcos ardió, mientras que el otro, de bandera liberiana, no reportó heridos.[655] Como consecuencia de los ataques hutíes, varias de las navieras más importantes del mundo, como la danesa Maersk y la alemana Hapag-Lloyd, anunciaron el 15 de diciembre que suspendían todas sus rutas por el mar Rojo. Al día siguiente, la lista de empresas que desviaron sus rutas del mar Rojo creció con la petrolera británica BP, las navieras chinas COSCO y OOCL y la taiwanesa Evergreen Marine, así como las europeas MSC y CMA CGM.[178]
El 18 de diciembre, los hutíes lanzaron un nuevo ataque hacia un carguero con destino a Israel. La presión ejercida por los hutíes en el estrecho de Bab el-Mandeb hizo que un numeroso grupo de empresas navieras que controlaban cerca de la mitad del tráfico marítimo internacional decidieran redirigir sus rutas a través del Cabo de Buena Esperanza, en Sudáfrica, encareciendo el precio de los productos.[473] El director del puerto de Eilat, el único puerto israelí de mercancías en el mar Rojo, declaró que el tráfico marítimo se había visto reducido en un 85 % desde el inicio de los ataques hutíes.[656]
El 23 de diciembre, un nuevo ataque tuvo lugar contra un barco con lazos con Israel en la costa de India. El ataque, realizado con un dron, causó daños en la embarcación, aunque no hubo víctimas. Al día siguiente, un barco de guerra estadounidense, el USS Laboon, fue atacado por cuatro UAV lanzados desde Yemen.[657]
El 31 de diciembre, la marina estadounidense hundió tres embarcaciones rápidas hutíes que iban a abordar el buque portacontenedores Maersk Hangzhou y mató a diez de sus milicianos. El ataque llevó a la naviera Maersk a anunciar que detendría toda la actividad de sus buques en el Mar Rojo durante 48 horas.[658]
El 1 de enero de 2024, el destructor iraní Alborz entró en el mar Rojo a través del estrecho de Bab el-Mandeb en lo que el Ejército de la República Islámica denominó una maniobra rutinaria de protección. El despliegue del destructor tuvo lugar tras un encuentro entre el presidente del Consejo de Seguridad de Irán, el vicealmirante Alí Ajbar Ahmadian, con el portavoz hutí Mohamed Abdel Salam para «estudiar temas de interés común y de seguridad».[659]
El 5 de enero, la crisis del comercio ocasionada por los ataques hutíes en el mar Rojo había provocado que dieciocho navieras redirigiesen sus rutas por Sudáfrica, lo que a su vez supuso que casi se triplicase el precio de los fletes y que el tráfico marítimo por el Canal de Suez se redujese en un 25 %.[660] Ese mismo día, la marina india rescató a la tripulación del MV Lila Norfolk después de que un grupo de hombres armados lo abordaran en el Mar arábigo.[661]
La madrugada del viernes 12 de enero, Estados Unidos y el Reino Unido, con el apoyo «no operativo» de Australia, Baréin, Canadá y Países Bajos, lanzaron una serie de ataques aéreos y navales contra varios objetivos vinculados a los rebeldes hutíes en seis provincias de Yemen. Entre los objetivos bombardeados se encontraban emplazamientos de drones, misiles balísticos y de crucero y radares costeros y de vigilancia aérea en las provincias de Al Hudeidah, Saada, Dhamar, Taiz y Hajjah, todas ellas en el oeste del país. Según declararon los hutíes, fueron 73 ataques que causaron al menos cinco muertos y seis heridos. En respuesta, los rebeldes hutíes lanzaron una serie de misiles de crucero y balísticos contra buques de guerra de Estados Unidos y del Reino Unido situados en el mar Rojo.[662] Al día siguiente, el destructor estadounidense USS Carney lanzó un nuevo ataque contra un radar hutí utilizando misiles Tomahawk. Según Nasreddin Amer, subsecretario de información de los hutíes, este nuevo ataque nocturno no causó daños ni víctimas.[663]
El 16 de enero de 2024, Estados Unidos anunció que había capturado un buque con armas convencionales iraníes destinadas a los hutíes.[492] Ese mismo día, el gobierno griego confirmó que un misil lanzado por los hutíes había impactado en el carguero MT Zografia, con destino a Israel.[664] Al día siguiente, un buque con bandera de las Islas Marshall fue alcanzado por un dron cuando navegaba por el golfo de Adén a 66 millas al sureste de Adén. Según informó el portavoz de los hutíes, Yahya Sari, sus fuerzas habían llevado a cabo un ataque «preciso y directo» con varios misiles contra el granelero Genco Picardy.[665]
El jueves 18 de enero, Estados Unidos llevó a cabo un nuevo ataque (el cuarto desde el inicio de la crisis) contra catorce instalaciones de lanzamiento de misiles en territorio yemení que estaban listos para ser disparados.[666] El 22 de enero, Estados Unidos informó de sus primeras dos bajas en la operación; en concreto, se trató de dos Navy Seals que murieron durante la captura de un barco que transportaba armas destinadas a los hutíes.[667]
El 24 de enero, los huties lanzaron tres misiles antibuque contra dos barcos de bandera estadounidense, el Maersk Detroit y el Maersk Chesapeake, que estaban siendo escoltados por la Marina de Estados Unidos mientras navegaban en dirección norte en la zona de Bab el-Mandeb. Uno de los misiles explotó a unos cien metros del lado de estribor del Maersk Detroit y los otros dos fueron derribados por el USS Gravely. Los dos barcos se vieron obligados a retirarse y regresar al Golfo de Adén.[668]
El 26 de enero, la Agencia de Operaciones de Comercio Marítimo del Reino Unido informó de que el petrolero británico Marlin Luanda se encontraba en llamas al sudeste de Adén como resultado del impacto de un misil lanzado por los hutíes. Los insurgentes yemeníes aseguraron que el barco viajaba a Israel con combustible para aviones de combate.[669] En un segundo incidente, un buque mercante fue también atacado por un misil y se declaró un incendio a bordo.[216]
El 4 de febrero, Estados Unidos y Reino Unido lanzaron una nueva oleada de ataques contra treinta y seis posiciones de los hutíes en Yemen.[226]
El 19 de febrero, el portavoz militar hutí, Yahya Sarea, informó de que el carguero británico Rubymar había sufrido «daños catastróficos y se detuvo por completo» después de ser objetivo de un ataque de los hutíes. «Como resultado de los grandes daños que sufrió el barco, ahora corre el riesgo de hundirse en el Golfo de Adén. Durante la operación, nos aseguramos de que la tripulación del barco saliera sana y salva». El United Kingdom Maritime Trade Operations (UKMTO) confirmó el ataque y explicó que tuvo lugar a unas 35 millas náuticas (65 kilómetros) al sur de al-Makha en Yemen. El gobierno británico dijo que el Rubymar estaba haciendo agua, que había sido abandonado y que la tripulación había sido llevada a un lugar seguro.[670]
El 22 de febrero, un ataque hutí con dos misiles contra un barco al sureste de Adén provocó un incendio a bordo. Ese mismo día, los hutíes también lanzaron un cohete contra la ciudad israelí de Eilat que fue interceptado en el camino.[580] Por su parte, el Rubymar, que había sido alcanzado a comienzos de la semana, se encontraba semihundido y había comenzado a verter gran cantidad de petróleo al mar.[671]
El sábado 2 de marzo, el buque británico Rubymar se hundió después de días de hacer agua. Se trataba del primer barco completamente destruido por los rebeldes hutíes desde que comenzaron su campaña de ataques contra la navegación en el mar Rojo.[671] El 7 de marzo, un ataque hutí contra el granelero MV True Confindence mató a tres miembros de su tripulación e hirió de gravedad a otros dos, convirtiéndose en el primer ataque mortal de los hutíes desde el inicio del conflicto.[268]
El 24 de abril, los rebeldes hutíes reclamaron una serie de ataques contra varios objetivos: contra el barco estadounidense Maersk Yorktown, que según afirmaron resultó alcanzado, contra un destructor de la Armada de Estados Unidos y contra el buque israelí MSC Veracruz que navegaba por el océano Índico.[672] El 27 de abril, un nuevo ataque de los hutíes impactó en el Andromeda Star, con bandera panameña y registrado en las Seychelles.[319]
La madrugada del 30 de mayo, las Fuerzas Armadas de Estados Unidos y del Reino Unido llevaron a cabo una serie de ataques aéreos contra trece objetivos situados en la capital yemení, Saná, y las provincias de Hodeida y Taiz, incluidos objetivos civiles como un edificio de una emisora de radio y un edificio de la guardia costera. En los ataques murieron dieciséis personas (incluidos civiles) y otras treinta y cinco resultaron heridas.[673]
Un ataque hutí con lanchas explosivas teledirigidas contra el Tutor, un barco de propiedad griega que llevaba un cargamento de carbón provocó un grave incendio a bordo y la evacuación de toda su tripulación, por lo que el carguero quedó abandonado y a la deriva en el mar Rojo, a unas 76 millas al suroeste del puerto yemení de al Hudayda.[353] El Tutor se hundió el 19 de junio, convirtiéndose en el segundo barco hundido por los ataques hutíes después del MV Rubymar. Uno de sus tripulantes, de origen filipino, fue dado por desaparecido.[359] Un nuevo ataque, en este caso el 23 de junio, produjo serias averías en un barco al sudeste de Nishtun, en Yemen, y le causó una vía de agua que no pudo ser contenida. La tripulación se vio obligada a abandonar el barco.[361] Los ataques de la coalición internacional contra los hutíes aumentaron notablemente en junio con respecto al mes anterior, pasando de 15 ataques registrados en mayo a 26 en junio, mes en el que causaron dos muertos y nueve heridos. Por su parte, los hutíes lanzaron 37 ataques en junio, de los que seis impactaron con éxito en sus objetivos.[373]
El 11 de julio, los hutíes lanzaron un misil antibuque de fabricación iraní contra un petrolero de bandera noruega llamado Strinda, que inmediatamente comenzó a arder.[376] El 19 de julio el ataque de un dron lanzado por los rebeldes hutíes de Yemen contra la ciudad israelí de Tel Aviv causó la muerte de una persona y heridas a otras siete. El dron no llegó a activar ninguna alerta aérea. El portavoz de los hutíes, Yahya Sarea, afirmó en su canal de Telegram que habían ejecutado una «operación de calidad» contra Tel Aviv.[383] Un día después aviones israelíes bombardearon el puerto yemení de Hodeida. Un portavoz de los hutíes informó que aviones israelíes habían bombardeado depósitos de petróleo, el puerto, así como la central eléctrica, y que al menos tres personas habían muerto y otras 87 resultado heridas —la mayoría con quemaduras graves—. El portavoz de los hutíes definió el ataque como «Una brutal agresión israelí contra Yemen que tuvo como blanco instalaciones civiles, depósitos de petróleo y la central eléctrica en Hodeida».[674]
El 22 de agosto, la tripulación del petrolero de bandera griega Sounion tuvo que ser rescatada después de que fuese atacado por los hutíes. El ataque provocó que el barco comenzase a arder, perdiese toda maniobrabilidad y quedase a la deriva en el Mar Rojo.[536] Una semana después, los hutíes permitieron la entrada de barcos de rescate para evitar un inminente vertido de petróleo que podría convertirse en uno de los peores de la historia.[538]
Video externo | ||
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Vídeo publicado por los hutíes que muestra el lanzamiento del misil hipersónico que alcanzó el centro de Israel (vía Twitter). | ||
Atención: este archivo está alojado en un sitio externo, fuera del control de la Fundación Wikimedia. |
El 15 de septiembre, al menos nueve personas resultaron heridas mientras trataban de acceder a los refugios después de que fragmentos de un misil lanzado por los hutíes alcanzara el centro de Israel. El sistema de defensa antiaérea Arrow derribó el misil, si bien restos de metralla cayeron en varias zonas, incluyendo una estación de tren en la ciudad de Modiin, cerca de Tel Aviv. El aeropuerto internacional Ben Gurion tuvo que ser cerrado por unas horas. Por su parte el portavoz de los hutíes, Yahya Sari, reivindicó el ataque y aseguró que los sistemas antiaéreos israelíes «han fallado» en derribar el «nuevo misil hipersónico» lanzado desde Yemen contra «la ocupada región de Jaffa». Se trataba de la primera vez que los hutíes atacaban con un misil el centro de Israel.[675]
El 27 de septiembre, dieciocho personas resultaron heridas en un ataque con misil atribuido a los rebeldes hutíes. El misil, según anunció el Ejército de Israel, fue interceptado «con éxito» por el sistema de defensa aérea 'Arrow' en el centro del país. Según las autoridades israelíes «Las alarmas y explosiones que se han escuchado han sido resultado del proceso de interceptación y de los fragmentos caídos».[676]
El 28 de septiembre, el sistema de defensa antiaérea Arrow derribó un misil balístico lanzado desde Yemen, cuyos restos se estrellaron cerca de Tzur Hadassah, a 12 kilómetros al suroeste de Jerusalén, causando daños menores. Los hutíes afirmaron que su objetivo había sido el aeropuerto Ben Gurion «durante la llegada del criminal Benjamín Netanyahu», después de dar un discurso en la sede de las Naciones Unidas en Nueva York. Se trata del tercer ataque con misiles de los hutíes contra el centro de Israel en apenas un mes.[677]
El 29 de septiembre, decenas de aviones de guerra israelíes lanzaron «una operación aérea a gran escala» contra diversos objetivos civiles en las ciudades yemeníes de Al Hudayda y Ras Issa, incluidas centrales eléctricas, depósitos de combustible e instalaciones portuarias, matando al menos a cuatro personas e hiriendo a otras 29.[419] Medios de comunicación yemeníes afines a los hutíes confirmaron los ataques israelíes y en particular el bombardeo de los depósitos de combustible del puerto Ras Issa. Además informaron que habían bombardeado las centrales eléctricas de Al Hali, de Ras Kazib y de Mina, también en Hodeida. Sin embargo, fuentes hutíes aseguraron que habían tomado «precauciones» y habían vaciado los depósitos de combustible de Ras Issa y de Hodeida.[678]
El 1 de octubre, los hutíes atacaron al petrolero británico «Cordelia Moon», de bandera panameña, al noroeste de Al Hudayda. El buque «fue alcanzado con ocho misiles balísticos y de crucero, un avión no tripulado, y un buque no tripulado, lo que resultó en graves daños a la nave». El otro buque atacado fue el portacontenedores «Marathopolis», con bandera de Malta, el buque fue atacado en el océano Índico con un misil de crucero, y luego, fue atacado de nuevo en el mar Arábigo, al noreste del archipiélago yemení de Socotra, «con un avión no tripulado que lo alcanzó directamente». Ambos buques resultaron dañados.[679]
El 29 de octubre un dron lanzado por los rebeldes hutíes contra una «zona industrial del enemigo israelí» impactó en la ciudad israelí de Ascalón, situada al sur del país, aunque las autoridades locales recalcaron que el aparato había caído en un «espacio abierto», sin causar víctimas.[680]
El 8 de octubre, un policía egipcio atacó a turistas israelíes y a sus guías egipcios en Alejandría (Egipto), matando a dos israelíes y a un egipcio, e hiriendo a un tercer israelí. El atacante fue detenido por la policía egipcia.[681] El 13 de octubre, un diplomático israelí en Pekín (China) fue apuñalado por un atacante desconocido. El diplomático fue trasladado a un hospital para recibir tratamiento y se encontraba en condición estable.[682] Al día siguiente, un profesor murió, y otro profesor y un guardia de seguridad resultaron gravemente heridos en un ataque con un cuchillo en una escuela secundaria de Arrás (Francia). El atacante, un antiguo estudiante de origen checheno al que se escuchó gritar «Al·lahu-àkbar» durante el ataque, fue arrestado por la policía. El ministro del Interior, Gérald Darmanin, confirmó que el ataque estaba relacionado con la ofensiva militar israelí.[683]
En una entrevista con el Canal 12, el ministro israelí sin cartera Gideon Sa'ar dijo que Gaza «debe ser más pequeña al final de la guerra» y que «debe haber un área clasificada como zona de seguridad donde quien entre sea interceptado», tras lo que añadió: «Debemos dejar claro el final de nuestra campaña a todos los que nos rodean. Quien inicie una guerra contra Israel debe perder territorio».[684] También el 14 de octubre, Egipto rechazó permitir la entrada a su país de los extranjeros residentes en la Franja de Gaza por el paso fronterizo de Rafah si no se permitía el ingreso de ayuda humanitaria a territorio gazatí, que estaba al borde de una catástrofe humanitaria.[685]
El secretario de Defensa de Estados Unidos, Lloyd Austin, anunció el despliegue de un segundo grupo de ataque, encabezado por el portaaviones USS Dwight D. Eisenhower, el crucero lanzamisiles USS Philippine Sea y los destructores USS Laboon, USS Mason y USS Gravely en el Mediterráneo oriental.[686]
El 16 de octubre, a las afueras de Chicago (Estados Unidos), un hombre asesinó de 26 puñaladas a un niño estadounidense de seis años de ascendencia palestina e hirió de gravedad a su madre al grito de «¡vosotros, los musulmanes, tenéis que morir!». La policía confirmó que el ataque estaba relacionado con la ofensiva militar israelí[687] El 22 de octubre, Israel atacó «por error» un puesto militar egipcio en la frontera con Gaza hiriendo a nueve soldados egipcios.[688]
El 30 de noviembre, un ataque de Hamás contra civiles que se encontraban en una parada de autobús en Jerusalén Oeste dejó un saldo de cuatro israelíes muertos y seis heridos, además de los dos atacantes, abatidos por dos soldados fuera de servicio y un civil armado. Uno de los israelíes fallecidos fue el propio civil armado, que fue abatido por los soldados recién llegados a la escena del tiroteo. Su familia denunció que los soldados lo habían «ejecutado» después de que se hubiese arrodillado, arrojado su arma a un lado, alzado las manos e implorado que no le disparasen.[689]
A principios de diciembre de 2023, un informe del The Wall Street Journal afirmó que desde el inicio de la guerra, Estados Unidos había proporcionado a Israel 15 000 bombas y 57 000 proyectiles de artillería de 155 mm, en su mayoría transportados en aviones de carga militares C-17. Estados Unidos también ha enviado más de 5000 bombas aéreas no guiadas Mk82, más de 5400 bombas aéreas Mk84, alrededor de 1000 bombas de pequeño diámetro GBU-39 y casi 3000 Munición de Ataque Directo Conjunto (DAM). El periódico estadounidense también dijo que algunos de los ataques israelíes más sangrientos en la Franja de Gaza implicaron el uso de grandes bombas de fabricación estadounidense, como la que destruyó un complejo de apartamentos en el campo de refugiados de Jabalia y mató a más de cien personas.[690]
El 20 de diciembre, el primer ministro de Malasia, Anwar Ibrahim, anunció que su gobierno prohibiría la entrada de cualquier carguero con bandera de Israel en sus aguas territoriales o puertos. También retiró la autorización para atracar en cualquiera de sus puertos a la naviera israelí Zim, la décima más grande del mundo. Asimismo, los barcos con destino a Israel tendrían prohibido cargar mercancía en los puertos del país.[691]
El 23 de diciembre, un misil o dron alcanzó el petrolero MV Chem Pluto, afiliado a Israel, en el Océano Índico, frente a la costa de Guyarat. El ataque no hirió a ninguno de sus veinte tripulantes pero provocó un incendio que fue sofocado. El barco transportaba petróleo de Arabía Saudí a Mangalore (India).[692] El 26 de diciembre, una bomba explotó cerca de la embajada israelí en Nueva Delhi sin causar víctimas.[693]
El 2 de enero, Turquía detuvo a treinta y tres personas sospechosas de espiar para Israel.[694]
El 1 de febrero, un hombre armado secuestró a siete personas en Gebze (Turquía), afirmando «actuar por Gaza». Nueve horas después, los rehenes fueron liberados por la policía.[695] Al día siguiente, siete turcos fueron detenidos por vender información al Mosad. Con estas detenciones, la cifra ascendía a 109 desde diciembre de 2022.[696] El 16 de febrero, Israel saboteó dos gaseoductos en Irán, lo que causó el cese del suministro de gas para millones de personas.[697] Ese mismo día, un ataque en la ciudad israelí de Kiryat Malachi dejó un saldo de tres muertos (incluidos un civil, un soldado reservista y el atacante) y cuatro heridos, dos de ellos de gravedad.[698]
El 14 de marzo, un exsoldado israelí murió apuñalado en la localidad de Beit Kama, al norte de Beerseba (Israel); el atacante, de origen gazatí, fue abatido por el propio exsoldado.[512]
El 13 de abril, la agencia de noticias iraní Tasnim, informó que las fuerzas armadas iraníes se apoderaron de un buque portacontenedores cerca del Estrecho de Ormuz. El buque pertenecía al Grupo Zodiac del multimillonario israelí Eyal Ofer.[699]
Durante la noche del 13 de abril, Irán lanzó cientos de vehículos aéreos no tripulados y misiles balísticos desde su territorio hacia Israel. El ataque hizo sonar las sirenas de ataque aéreo en ciudades de todo el país, incluidas Tel Aviv y Jerusalén, y se escucharon explosiones cuando las defensas aéreas interceptaron los proyectiles con ayuda de fuerzas de Francia, el Reino Unido, Estados Unidos y Jordania. Según las autoridades israelíes, el ataque provocó heridas a una niña y daños materiales a algunas instalaciones militares.[700]
El 19 de abril de 2024, a las 5:23 horas, Israel lanzó un ataque limitado con vehículos aéreos no tripulados contra Irán. Los ataques se dirigieron principalmente contra los alrededores de la ciudad de Isfahán, en el centro del país, donde hay una importante base militar y una instalación nuclear. Según las autoridades iraníes todos los «objetos sospechosos» fueron derribados y no causaron víctimas ni daños.[701]
El 27 de mayo, un soldado egipcio murió en un tiroteo con soldados israelíes cerca del paso de Rafah, que conecta Egipto con la Franja de Gaza.[702]
El 3 de julio, un hombre resultó muerto y otro herido grave en un ataque en un centro comercial de la ciudad israelí de Carmiel, en el que el atacante fue también abatido. La policía israelí arrestó inmediatamente a la madre, la hermana y el hermano del agresor, que se habían acercado a la zona después de reconocer su foto en la televisión.[369] El 15 de julio, un palestino de Jerusalén Este atropelló a cuatro soldados en una parada de autobús cerca de una base militar en el interior de Israel, y fue poco después abatido.[380] El 18 de agosto, el jefe de la autoridad portuaria egipcia explicó que los ataques hutíes a barcos en el Mar Rojo habían causado una caída de los ingresos del Canal de Suez de casi un 25 % con respecto a los del año anterior.[382] El 31 de julio, el líder político de Hamás, Ismail Haniya, fue asesinado junto con su guardaespaldas en la residencia en la que se alojaba al norte de Teherán.[388]
El 1 de octubre, Irán atacó una serie de bases aéreas israelíes con cerca de 180 misiles balísticos, causando importantes daños en los edificios de oficinas y de mantenimiento de las bases de Nevatim y Tel Nof, pero no así en los aviones. Dos personas resultaron heridas leves por la metralla.[543] Un video verificado por The New York Times mostraba al menos nueve explosiones de misiles en la base de Nevatim.[703] La prensa israelí llegó a identificar 32 impactos de misiles en la base, desde terrenos abiertos a estructuras pertenecientes a la misma. En la base de Tel Nof, cerca de Rehovot, tres misiles impactaron en sus instalaciones.[704] Dos misiles iraníes también impactaron en las cercanías de la sede principal del Mosad, en Tel Aviv, y en un restaurante de la ciudad. Otro misil cayó en el patio de una escuela en Gedera, mientras que dos más impactaron en un solar de Ramat Gan.[703] La ratio de intercepción de los sistemas antimisiles israelíes, de un 80 %, fue notablemente inferior a la del ataque iraní de abril, del 99 %.[704] Ese mismo día, dos palestinos oriundos de Hebrón mataron a seis personas e hirieron a otras diez, seis de ellas graves, en la ciudad costera israelí de Jaffa.[543]
El 6 de octubre, tuvo lugar un ataque con arma blanca en un McDonald's de la estación de autobuses de la ciudad israelí de Beerseba en el que dos personas murieron (una policía de fronteras israelí y el presunto autor, también de esta nacionalidad) y otras diez resultaron heridas.[423] Tres días después, una mujer israelí murió y seis más resultaron heridas en un apuñalamiento cerca de la localidad de Hadera.[422]
El 13 de octubre, Estados Unidos anunció el envió a Israel de un sistema de Defensa Terminal de Área a Gran Altitud (THAAD, por sus siglas en inglés) —una de las únicas siete baterías con las que cuenta Estados Unidos— así como 100 soldados estadounidenses para operar la batería. El despliegue del sistema antiaéreo tiene el objetivo de hacer frente a un posible nuevo ataque con misiles. Por su parte Irán informó a Estados Unidos de que tomará represalias ante cualquier nuevo ataque de Israel.[2] El 16 de octubre, un policía israelí murió y cinco personas más resultaron heridas en un ataque en la ciudad de Asdod; el atacante también fue abatido.[435]
El 18 de octubre las FDI identificaron a «varios sospechosos» que intentaban cruzar la frontera entre Israel y Jordania al sur de la región del Mar Muerto. En el intercambio de fuego que siguió murieron dos «sospechosos» y un soldado y un reservista israelí resultaron heridos leves y moderadamente y fueron evacuados a un hospital. Las Fuerzas Armadas de Jordania negaron los informes de que soldados jordanos habían cruzado la frontera occidental de Jordania hacia Israel.[705]
El 27 de octubre una persona murió y unas cuarenta resultaron heridas, al menos cinco de ellas de gravedad, tras ser arrolladas por un camión en Ramat HaSharon al norte de la ciudad de Tel Aviv. Según la policía el conductor del camión fue «neutralizado» por un civil presente en la escena del ataque.[20]
A fecha del 10 de noviembre el gobierno israelí comunicó que en los ataques llevados a cabo por Hamás el 7 de octubre habían muerto un total de 1200 israelíes y no los 1400 que inicialmente habían comunicado. Según el portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores, la diferencia en las cifras se debe «al hecho de que había muchos cadáveres que no fueron identificados y ahora creemos que pertenecen a terroristas... no a víctimas israelíes».[706] En diciembre de 2023, utilizando datos de la seguridad social, esta cifra se revisó nuevamente a la baja a 1139 víctimas mortales, incluidos: 695 civiles israelíes, 71 ciudadanos extranjeros y 373 miembros de las fuerzas de seguridad. Además, hay cinco personas clasificadas como desaparecidas, entre ellas cuatro israelíes. La cifra de muertos incluyen a 36 niños, de los cuales veinte tenían menos de 15 años y el más joven era un bebé de 10 meses.[6]
Según el Ejército israelí desde el inicio de la invasión de la Franja de Gaza habrían muerto al menos 359 militares israelíes (765 desde el 7 de octubre de 2023)[7] y 7209 habrían resultado heridos, de ellos, 2111 desarrollaron problemas de salud mental de diversos tipos.[707] Sin embargo, facciones de la resistencia palestina afirman que el número de soldados israelíes muertos durante este período supera esa cifra.[708] Según el portavoz de las Brigadas Al-Qassam, Abu Ubaida, desde que comenzó la invasión de Israel en Gaza, han documentado la destrucción total o parcial de 410 unidades de equipo militar «sionista» y que «decenas de soldados y oficiales del ejército de ocupación y comandantes de brigada han sido abatidos».[709]
A lo largo de la invasión las Fuerzas de Defensa de Israel liberaron a tres de los rehenes capturados el 7 de octubre y mataron a entre treinta (según fuentes israelíes) y cincuenta (según fuentes palestinas) con sus disparos y bombardeos. En paralelo, mediante acuerdos diplomáticos, Hamás accedió a liberar a otros 111 rehenes.[710]
Según las autoridades gazatíes, para el 27 de octubre de 2024, el número de muertos verificados, sólo en la Franja de Gaza, había aumentado a más de 42 924 personas, la gran mayoría civiles, entre ellos 16 765 niños y 10 000 mujeres, además de un total de 100 833 heridos (incluidos al menos 8663 niños y 19 000 mujeres). Se estima que hay más de 10 000 cuerpos que aún se encuentran entre los escombros.[12] Entre los muertos hay 493 sanitarios, según Naciones Unidas.[711] También la Organización Mundial de la Salud ha estimado que las cifras de fallecidos podrían ser muy superiores, puesto que unos mil cuerpos no identificados todavía que no están incluidos en el recuento oficial de muertos.[712][13] Sin embargo, además de las cifras oficiales, un estudio publicado en la revista médica británica The Lancet calculaba a mediados de julio que la cifra real de muertes en la Franja de Gaza podría ser mucho mayor, pues a las muertes directas causadas por los combates y los bombardeos israelíes habría que añadir las relacionadas con la destrucción del sistema sanitario, la concentración de población civil en zonas sin las más mínimas condiciones de higiene y la falta de agua potable y de alimentos, que ha ocasionado una hambruna en toda la región. Este estudio calcula que la cifra real de muertes causadas por la guerra estaría en torno a las 186 000 personas, o un 8 % de la población total de la Franja.[713]
Aunque el Ministerio de Salud de Gaza no distingue entre combatientes y civiles, fuentes externas han estimado las tasas de mortalidad de civiles. El Euro-Mediterranean Human Rights Monitor, cuyas estimaciones superan las del Ministerio de Sanidad de Gaza debido a que incluyen a personas desaparecidas tras ser arrestadas y desaparecidas forzosamente por el ejército israelí, así como aquellos que han quedado atrapados bajo los escombros y que presumen que están muertos, estimó que al menos 38 621 civiles han muerto desde el 7 de octubre, incluidos 15 780 niños, 10 091 mujeres, 356 personal sanitario, 42 personal de defensa civil y 137 periodistas, y que 79 240 personas han resultado heridas, miles de ellos de gravedad. Los cuerpos de varios miles de personas siguen atrapados bajo los escombros, mientras que miles siguen desaparecidos y se dan por muertos.[714] mientras que la Universidad Abierta de Israel había afirmado que al menos el 61 % de los palestinos fallecidos eran civiles, y señaló que la proporción de muertos entre civiles y combatientes en esta guerra es mayor que en todas las demás guerras del siglo XX.[715]
El 6 de noviembre, el secretario general de la ONU, António Guterres, durante un discurso en la ONU dijo que Gaza se está convirtiendo en un «cementerio de niños», añadió que «las operaciones terrestres de las Fuerzas de Defensa de Israel y los continuos bombardeos están afectando a civiles, hospitales, campos de refugiados, mezquitas, iglesias e instalaciones de la ONU, incluidos refugios. Nadie está a salvo».[716] En esa misma línea, el 6 de abril de 2024 Unicef denunció que en los primeros seis meses de la guerra habían muerto al menos 13 000 niños y muchos más han resultado heridos.[302]
La tasa de muertes supera la de los ataques liderados por Estados Unidos en Irak, Siria y Afganistán, que fueron ampliamente criticados por grupos de derechos humanos, mientras que, según la profesora Neta C. Crawford, el número de mujeres y niños muertas en los ataques israelíes es comparable al número de civiles muertos en Afganistán durante más de 20 años.[717] La guerra de Israel contra Gaza ha sido el conflicto más mortífero para los niños de este siglo.[718]
En septiembre de 2024, el Ministerio de Salud de Gaza publicó un documento de 649 páginas sobre el número de víctimas mortales desde el inicio de la guerra. En el documento el Ministerio identificó a 34 344 palestinos muertos por los ataques israelíes, publicando una lista con los nombres, edades, género y números de identificación de las víctimas que representan más del 80% de los fallecidos en la guerra hasta ese momento. Las 7613 personas restantes incluidas en el balance oficial de muertos —que en ese momento superaban los 41 000—, son palestinos cuyos cuerpos llegaron a hospitales y morgues, pero cuyas identidades no se han podido confirmar. Entre los muertos hay 169 bebés nacidos después del 7 de octubre de 2023. Más de 100 páginas están llenas de nombres de niños menores de 10 años. En el documento no se distingue entre civiles y combatientes, pero la mayoría de los fallecidos documentados pueden identificarse como civiles basándose únicamente en la edad y el género. Entre ellos hay 11 355 niños, 2955 personas de 60 años o más y 6297 mujeres.[719]
En Cisjordania, para el 27 de octubre de 2024, las redadas y ataques realizados por el ejército israelí y los colonos judíos extremistas desde el inicio del conflicto han provocado la muerte de al menos 760 palestinos (incluidos 165 niños) y heridas a más de 6250.[12] Varios miles de trabajadores gazatíes se encontraban en Israel cuando comenzó el conflicto. A partir del 16 de octubre, la mayoría han sido detenidos y algunos de ellos han sido trasladados a un «centro de detención» en Cisjordania, mientras que otros buscaron refugio en las comunidades palestinas de Cisjordania.[720]
El Ministro de Trabajo de la Autoridad Palestina estimó que 4500 trabajadores están desaparecidos, mientras que el medio de comunicación israelí N12 informó que 4000 habitantes de Gaza se encontraban en centros de detención israelíes.[721] El 29 de octubre, treinta organizaciones israelíes de derechos humanos abordaron la violencia de los colonos en Cisjordania y pidieron a la comunidad internacional que «actúe urgentemente» para ponerle fin.[722] El 30 de octubre, el gobierno alemán pidió a Israel que protegiera a los palestinos de Cisjordania.[723] El 14 de marzo la Sociedad de Prisioneros Palestinos dijo que las fuerzas israelíes habían arrestado a más de 7585 palestinos de Cisjordania desde el 7 de octubre, este balance incluye a los que fueron detenidos en sus casas, a través de controles militares, a los que fueron obligados a entregarse bajo presión y a los que fueron mantenidos como rehenes.[724]
Según cifras del Ministerio de Salud del Líbano, a fecha de 27 de octubre de 2024 los ataques israelíes contra Líbano han matado a 2634 personas desde el 8 de octubre de 2023, incluyendo 127 niños y 264 mujeres y 12 252 heridos. Más de 97 miembros del personal médico y de emergencias también murieron y decenas de centros médicos resultaron dañados. Las cifras proporcionadas por el ministro no distinguen entre civiles y militantes.[15]
La CBS informó el 14 de diciembre de 2023 que según una declaración de la Federación Internacional de Periodistas «el número de periodistas asesinados en los últimos dos meses en la guerra de Gaza ha superado la cantidad de muertos en la guerra de Vietnam, que duró dos décadas». Más de 50 periodistas palestinos habían perdido la vida hasta ese momento. Diversos hechos peligrosos, como los ataques aéreos, pero también el hambre por falta de alimentos, y los riesgos vinculados a la falta de agua potable y refugio han hecho que «Palestina sea uno de los lugares más peligrosos para que un periodista haga su trabajo».[725]
El 15 de octubre de 2024, Al Jazeera situó la cifra de periodistas muertos en 125, incluidos 120 palestinos, tres libaneses y dos israelíes.[12] Reporteros Sin Fronteras corroboró esta cifra el 3 de mayo, cuando declaró que más de cien reporteros palestinos habían sido asesinados en la guerra, incluidos veintidós que murieron mientras estaban cubriendo alguna noticia.[324] Según informó el Comité para la Protección de los Periodistas (CPJ), para el 15 de octubre de 2024, al menos 128 periodistas y otros trabajadores de medios de comunicación habían muerto desde que comenzó la guerra el 7 de octubre. Entre los muertos se encuentran 123 periodistas palestinos, dos israelíes y tres libaneses. A estas cifras hay que añadir treinta y cinco periodistas heridos, dos desaparecidos y sesenta y nueve detenidos por el ejército israelí. Además se han detectado múltiples casos de agresiones, amenazas, ciberataques, censura y asesinatos de familiares. Según esta organización, los periodistas en Gaza se enfrentan a riesgos especialmente altos ya que tienen que cubrir el conflicto ante un ataque terrestre israelí a la ciudad de Gaza, devastadores ataques aéreos, comunicaciones interrumpidas y cortes de energía generalizados.[726] El 12 de agosto de 2024, la Oficina de Medios de la Franja de Gaza fijaba la cifra en 168 periodistas palestinos muertos por ataques israelíes.[13]
Una investigación del diario británico The Guardian descubrió que el ejército israelí había considerado en ocasiones a los periodistas que trabajaban para medios de comunicación relacionados con Hamás como objetivos legítimos en su campaña de bombardeos sobre la Franja de Gaza.[362]
El 8 de enero de 2024, el Ministerio de Salud de Gaza declaró que al menos 326 miembros del personal médico y 45 miembros de la defensa civil habían muerto y que 30 hospitales, 53 centros de salud y 150 instituciones sanitarias habían cesado sus actividades debido a los ataques israelíes y a la escasez de combustible necesario para operar los generadores de energía. Además 122 ambulancias habían resultado destruidas debido a los ataques israelíes.[727] El 22 de enero, Tlaleng Mofokeng, la relatora especial de las Naciones Unidas para el derecho a la salud, explicó que 350 profesionales de la sanidad gazatíes habían muerto en los bombardeos israelíes, que también habían dejado 520 heridos, aunque aclaró que estas cifras estaban «bastante por debajo de las reales».[324] La Oficina de Medios de Gaza hablaba el 23 de abril de 485 trabajadores sanitarios muertos desde el inicio de la guerra,[314] que ascendieron a 496 el 3 de mayo, a los que habría que añadir 1500 heridos y 309 detenidos.[324] El jueves 2 de mayo, el Ministerio de Salud de Gaza anunció la muerte del médico palestino Adnan al-Bursh en la prisión israelí de Ofer. El ministerio calificó de «asesinato» la muerte de Bursh y que su cuerpo aún permanecía bajo custodia israelí.[324] Según la Organización Mundial de la Salud, a comienzos de julio de 2024 se habían confirmado 475 ataques confirmados contra instalaciones médicas y contra ambulancias, personal médico y transportistas de equipamiento médico. Estos ataques habían matado a 746 personas y habían herido a otras 967.[728]
El 22 de enero de 2024, la UNRWA declaró que 152 miembros de su personal habían muerto en los bombardeos sobre Gaza.[40] Se trata del mayor número de víctimas mortales de trabajadores de las Naciones Unidas jamás registrado en un solo conflicto en los 78 años de historia de la organización.[729] Algunos de los miembros de su personal fueron asesinados mientras hacían cola para comprar pan, mientras que otros murieron junto con sus familias en sus hogares debido a los bombardeos israelíes. Además denunció que cuarenta y siete de su instalaciones habían sufrido diversos daños, lo que incluía también escuelas que, durante el conflicto, no funcionaban como tal, sino como refugios improvisados de los miles de gazatíes que se han visto obligados a abandonar sus hogares por los bombardeos israelíes.[730] El 25 de marzo de 2024, la cifra de trabajadores de la ONU muertos por los ataques israelíes ascendía ya a un total de 171.[731]
En cuanto a los trabajadores humanitarios, hacia el 25 de abril, más de doscientos de ellos habían muerto como consecuencia de los ataques israelíes. Un análisis de The New York Times encontró que, hasta en seis ocasiones, el ejército israelí había atacado a trabajadores humanitarios después de que estos hubiesen notificado su ubicación y de que el propio ejército les hubiese confirmado que estaban en zona segura. El 8 de enero, un tanque israelí atacó un centro de Médicos sin Fronteras y mató a una niña de 5 años. En febrero, un segundo centro de esta organización francesa fue atacado por un tanque israelí, dejando en este caso dos civiles muertos y siete heridos, la mayoría de ellos mujeres y niños. El 18 de enero, la aviación israelí atacó la sede de la ONG británica Medical Aid for Palestinians (MAP) y causó numerosos heridos en ella. Una investigación del parlamento británico recibió hasta seis versiones distintas del ejército israelí. El 8 de mazo, la aviación israelí lanzó un ataque de precisión contra la vivienda del coordinador logístico de la ONG estadounidense Anera y mató a este, a su hijo de seis años y a varios vecinos. El 1 de abril, varios ataques consecutivos de drones israelíes mataron a siete trabajadores de la ONG estadounidense World Central Kitchen. The New York Times también registró sendos ataques contra la ONG belga Enabel y contra la estadounidense Comité Internacional de Rescate.[732]
En cuanto al Líbano, desde el 7 de octubre hasta el 7 de mayo, los bombardeos israelíes han matado a dieciséis trabajadores sanitarios, de los que diez murieron en un solo día a finales de marzo.[733]
Se calcula que Hamás y el resto de grupos armados palestinos que llevaron a cabo el ataque del 7 de octubre de 2023 capturaron un total de 251 rehenes que fueron llevados a la Franja de Gaza, donde han sido retenidos en viviendas de partidarios de Hamás o en los túneles subterráneos que recorren este territorio.[24]El líder de Hamás en la Franja de Gaza, Yahya Sinwar, propuso al inicio de la guerra la liberación de todos los rehenes israelíes a cambio de la puesta en libertad de todos los presos palestinos en cárceles israelíes, pero Israel rechazó categóricamente la propuesta.[134] A fecha de 3 de septiembre de 2024, de los 251 rehenes secuestrados por las milicias palestinas el 7 de octubre de 2023, cuatro fueron liberados unilateralmente por Hamás al principio de la guerra; 105 fueron liberados mediante negociaciones en un intercambio por presos palestinos a finales de noviembre; ocho rehenes han sido rescatados con vida en operaciones especiales del ejército israelí; 34 rehenes han sido recuperados muertos en diversas operaciones, tres rehenes murieron por disparos del ejército israelí después de haber escapado de sus captores y otros tres en un bombardeo israelí que trataba de asesinar a un líder de Hamás. Por lo tanto, 97 rehenes seguían aún en la Franja de Gaza, de los que 33 habían sido dados por muertos por las autoridades israelíes. Además, Hamás también mantiene cautivos a dos israelíes que entraron por su propio pie en la Franja de Gaza en 2014 y 2015, así como los cuerpos de dos soldados abatidos durante la guerra de 2014. En Israel han tenido lugar numerosas manifestaciones multitudinarias que reclaman al gobierno una nueva negociación que libere a los rehenes.[411][734]
Según la ONU, al menos sesenta palestinos han muerto mientras se encontraban detenidos por el ejército israelí o bajo custodia del sistema de prisiones israelí.[735] Dos de ellos reflejaron en las autopsias realizadas por médicos israelíes severas palizas y costillas rotas. El número de palestinos encarcelados en Israel ha aumentado significativamente desde que comenzó la guerra. A comienzos de agosto, unos 9623 palestinos se encontraban presos en cárceles israelíes, de los que una importante proporción estaban sujetos a una detención administrativa, según la cual pueden permanecer presos por tiempo indefinido sin que se presenten cargos contra ellos. Esta cifra es casi el triple de la existente antes de la guerra e incluye a unos doscientos menores de edad.[735][736] Hasta el 4 de abril, un total de 1506 palestinos habían sido detenidos en la Franja de Gaza, incluidas 84 mujeres y 43 menores de edad, así como personas mayores de setenta años, personas con discapacidad motora, ciegos, enfermos de alzheimer y heridos de metralla, todos los cuales denunciaron malos tratos por parte del ejército israelí, mientras que otros han sido liberados después de haberles amputado una pierna.[310][737] La principal abogada del ejército israelí, Yifat Tomer-Yerushalmi, envió un comunicado a los comandantes en la zona advirtiendo de «un uso injustificado de la fuerza, incluido contra los presos».[738]
Miles de palestinos que trabajaban en Israel en vísperas de la guerra desaparecieron. Los grupos de derechos humanos creían que habían sido objeto de arrestos masivos por parte de Israel, pero Israel se negó a revelar los nombres de aquellos a quienes mantiene detenidos. Según testimonios obtenidos por HaMoked y Al Jazeera, algunos de estos prisioneros han sido golpeados por soldados israelíes y se les ha negado el acceso para contactar con la Media Luna Roja.[739]
Ocho de estos trabajadores entrevistados por CNN denunciaron haber sido torturados, incluido haber sido desnudados y golpeados «brutalmente», incluido un relato de electrocución. Un prisionero informó que; «Nos quebraron y nos golpearon con porras y palos de metal... nos humillaron... nos hicieron morir de hambre, sin comida ni agua», mientras que otro afirmó que «algunas personas murieron en el camino hacia aquí porque fueron golpeadas y sometidas a descargas eléctricas». Los trabajadores entrevistados finalmente fueron devueltos a Gaza el 4 de noviembre. Al menos seis organizaciones de derechos humanos en Israel han presentado una petición ante el Tribunal Superior de Israel argumentando que estas detenciones carecían de autoridad legal y fundamento legal. Amani Sarahneh, de la Sociedad de Prisioneros Palestinos, y Dror Sadot, de B'Tselem, describieron el problema como sistémico, y Sadot respondió: «Hemos estado investigando esto durante muchos años: el sistema militar de aplicación de la ley funciona como un mecanismo de encubrimiento sin casi ninguna acusación», dijo. «Entonces dirán 'esas son la excepción, no la regla', pero si continúa la impunidad de los soldados –y no sólo de los soldados sino también de la política misma– cuando nadie rinde cuentas, por supuesto, las cosas simplemente continuarán»[740] Con motivo de la muerte en una cárcel israelí de otro preso palestino, Mustafa Mohamed Abu Ara, la ONG israelí Physicians for Human Rights declaró que sus miembros habían sido testigos de numerosas torturas en los centros de detención israelíes: «Estar atado a una cama, incapaz de moverte, incapaz de ver, incapaz de hablar, incapaz de entender lo que está pasando y con un pañal… Con mucho frío. Y esto se prolonga durante días y días, durante semanas. Creo que eso ya es una forma de tortura», además de una violencia que «tiene lugar en áreas no cubiertas por cámaras de seguridad e incluye patadas y golpes a prisioneros inmovilizados, negación de acceso a baños y degradación sexual».[534] Las imágenes de numerosos detenidos siendo trasladados desnudos, maniatados y con los ojos vendados crearon un escándalo internacional a comienzos de diciembre de 2023, tras lo que el ejército israelí decretó un control más estricto de las imágenes que salían de la Franja de Gaza.[170][736]
El 16 de junio de 2024, la Asociación de Apoyo a Prisioneros y de Derechos Humanos (Addameer) informó que en ese momento había unos 9300 presos palestinos detenidos por las autoridades israelíes, incluidos 250 menores de edad y 75 mujeres. Entre los detenidos hay al menos 3400 personas que se encuentran en detención administrativa, lo que permite el confinamiento indefinido y sin juicio de sospechosos de delitos de terrorismo. Estas cifras no incluyen a los prisioneros procedentes de la Franja de Gaza, que se estiman en «miles». Las autoridades israelíes han reconocido el fallecimiento de treinta y seis presos que se encontraban bajo su custodia, pero la Sociedad de Presos Palestinos denuncia que las autoridades israelíes «se niega a revelar sus identidades ni las circunstancias de su fallecimiento».[741]
En diciembre de 2023, las Fuerzas de Defensa de IsraeI convirtieron una base militar en Sde Teiman, en el desierto de Négev, en un campo de detención. Numerosos empleados israelíes y detenidos palestinos liberados han denunciado abusos sistémicos y violaciones de los derechos humanos, incluidas torturas físicas y psicológicas a los detenidos palestinos en el campo, así como de amputaciones de miembros debido a las heridas sufridas al estar esposados durante todo el día, así como que se utilizaba un palo de metal para infligir heridas penetrando en el ano de los detenidos durante los interrogatorios y varios prisioneros informaron del uso de descargas eléctricas, a veces eran obligados a «sentarse en una silla cableada con electricidad».[742][743] El 29 de julio, la policía militar israelí detuvo a nueve soldados del campo de detención de Sde Teiman por «serios abusos a un detenido» de la fuerza Nukhba, que tuvo que ser llevado a un hospital con graves signos de abusos sexuales. Un grupo de manifestantes de extrema derecha, incluidos dos diputados, irrumpieron a la fuerza en la base militar para protestar contra el arresto.[744]Las autoridades israelíes han impedido el acceso a los centros de detención y prisiones de los inspectores internacionales de la Cruz Roja, lo que supone una violación del derecho internacional.[594]
El 31 de julio, la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos publicó un informe en el que denunciaba numerosas torturas a los presos palestinos en los centros de detención israelíes. El informe hablaba de confinamiento solitario por tiempo indefinido y de torturas como ahogamientos simulados, ataques de perros de presa, encierros en jaulas, desnudos forzosos, vendaje de los ojos durante un tiempo prolongado, denegación de comida, bebida y sueño, electrocuciones, suspensión cabeza abajo, quemaduras con cigarrillos y violaciones.[745] A comienzos de agosto, la ONG israelí B'Tselem informó de que cerca de la mitad de los presos palestinos en cárceles israelíes habían sido encarcelados bajo detención administrativa, es decir, un arresto por tiempo indefinido sin que se presentasen cargos contra ellos.[392] Poco después, un reportaje de The Guardian desveló que los presos palestinos sufrían en todo el sistema penitenciario israelí «severas palizas, violencia sexual, raciones que llevaban a la hambruna, denegación de asistencia médica y privación de bienes básicos como agua, electricidad, aseos o exposición a la luz del día», así como violencia arbitraria, sobrepoblación, denegación del derecho a la oración y denegación de asistencia legal y contacto con las familias, mientras que B'Tselem afirmaba que el maltrato era tan sistemático que las cárceles israelíes deberían llamarse «campos de tortura». Israel niega el acceso a sus cárceles a los abogados de los presos, a sus familiares e incluso a los inspectores de la Cruz Roja.[735]
La destrucción del patrimonio cultural palestino en la Franja de Gaza ha sido sistemática durante todo el conflicto. La doctora Georgia Andreou, del Instituto Arqueológico de la University College de Londres, declaró que la destrucción del patrimonio cultural gazatí era la peor que había visto en su vida.[746] La ONG Euro-Mediterranean Human Rights Monitor acusó a Israel de una «selección clara y deliberada de todas las estructuras históricas de la Franja de Gaza como objetivos».[747] La Unesco emitió un comunicado en el que se decía «profundamente preocupada por el impacto adverso de los actuales combates en el patrimonio cultural de Palestina e Israel». La Convención de La Haya, de la que tanto israelíes como palestinos son firmantes, prohíbe la destrucción del patrimonio cultural en zonas de conflicto.[748] Según el derecho internacional, atacar deliberadamente un edificio religioso durante un conflicto es un crimen de guerra.[746] Algunos expertos han comentado que podría tratarse de un genocidio cultural.[747]
A comienzos de diciembre, más de 100 monumentos palestinos han sido destruidos o dañados por los ataques israelíes en la Franja de Gaza.[748] Hacia el 8 de enero, más de 380 mezquitas habían sido total o parcialmente destruidas, así como tres iglesias.[727]Un informe de la BBC a finales de enero aludía a 117 casos de lugares sagrados destruidos tan solo durante 2023, de los que 74 habían sido verificados por la propia cadena. Se trataba de 72 mezquitas y dos iglesias cristianas. Por su parte, el ministerio de cultura gazatí hablaba a comienzos de enero de 378 mezquitas y tres iglesias atacadas. En algunos casos, las mezquitas han sido vandalizadas incluso después de haber sido demolidas.[746] A mediados de abril, los ataques israelíes habían destruido ya unas 600 mezquitas a lo largo de toda la Franja.[311] Más de diez expertos en antigüedades, incluidos arqueólogos, murieron por los ataques israelíes.[747]
Entre los monumentos destruidos por los israelíes se incluyen la Gran Mezquita de Gaza, con una historia que algunos cifran en más de 2500 años, de la que sólo quedó en pie el minarete; la Iglesia de San Porfirio, una de las iglesias más antiguas del mundo, que data del año 425 d. C.; el santuario de Al-Khader, en Deir el-Balah, el más antiguo monasterio cristiano en Palestina; el monasterio de San Hilarión, cerca de la misma ciudad, con más de 1600 años de antigüedad; el puerto de Gaza, que databa del siglo VIII a. C.; el Museo de Rafah; el palacio Qasr al-Basha, del siglo XIII, que fue bombardeado primero y arrasado después con buldócers; la iglesia bizantina de Jabalia, con más de 1600 años de antigüedad y que había sido restaurada en 2022; el khan de Amir Younis al-Nawruzi, una fortaleza construida en 1387 en el centro de Jan Yunis; el hamán Al-Sammara, unos baños árabes milenarios; la Casa de Ghussein, representativa del estilo otomano tardío; la mezquita Sayyed Hashim, en la que la tradición ubica la tumba del abuelo de Mahoma; el Museo Cultural Al Qarara, cerca de Jan Yunis, que tenía una colección de objetos de tiempos cananeos; Dar al-Saqqa, construida en 1661 y considerada el primer edificio para una institución económica en Palestina; el museo Khoudary, al norte de la Franja, que albergaba numerosos vestigios arqueológicos de tiempos cananeos y griegos, y la adyacente mezquita Khalid ibn al-Walid; y el Centro Cultural Rashad Shawa.[747][748] El museo de la Universidad Israa, que contenía más de 3000 objetos relacionados con la historia de Palestina, fue saqueado por las tropas israelíes antes de ser completamente demolido.[749]
Otros importantes lugares destruidos fueron el yacimiento helenístico de Anthedon; el Palacio Al-Basha o Palacio de Napoleón, del siglo XIII, que contenía cientos de artefactos bizantinos y sarcófagos, y que fue primero bombardeado y después demolido con buldóceres; y el único museo privado de la Franja, Al-Mathaf, que fue saqueado y quemado, y cuyo patio, con docenas de piezas valiosas y antiguas columnas de mármol, fue arrasado por buldóceres. Todos los yacimientos arqueológicos del norte de la Franja fueron bombardeados por Israel.[750] La destrucción de la biblioteca pública y los archivos centrales de la ciudad de Gaza se comparó con los ataques de 1992 a la Biblioteca Nacional y Universitaria de Bosnia y Herzegovina.[751] Todas las universidades de la Franja de Gaza han sido bombardeadas por las fuerzas israelíes, incluidos la Universidad Al-Israa y su museo, que contenía varios miles de artefactos históricos y que fue demolida por las tropas israelíes.[210] La organización Forensic Architecture informó el 19 de diciembre que Israel había destruido uno de los sitios arqueológicos más importantes de Gaza, ubicado cerca del campo de refugiados de al-Shati.[752] El 27 de julio de 2024, Unesco incluyó al Monasterio de San Hilarión, uno de los más antiguos del mundo, en su lista de patrimonio cultural en riesgo.[386]
El 20 de marzo, la Organización Mundial de la Salud informó de que había podido constatar 410 ataques israelíes contra infraestructura sanitaria en la Franja de Gaza, que resultaron en 685 personas muertas y 902 heridas, 99 instalaciones destruidas y 104 ambulancias inutilizadas. Por gobernaciones, en la gobernación de Gaza del Norte, los cinco hospitales existentes habían sido dañados y tres de ellos habían quedado fuera de servicio, y de los doce centros de atención primaria solamente funcionaba uno. En la gobernación de Gaza, de los diecinueve hospitales existentes antes de la guerra, dieciséis habían sido atacados y quince de ellos ya no estaban operativos, además de otros dieciocho centros de atención primaria inutilizados. En la gobernación de Deir al-Balah, el ejército israelí había atacado dos de los tres hospitales existentes y había inutilizado uno de ellos, mientras que tan solo dos de los dieciocho centros de atención primaria seguían en funcionamiento. En la gobernación de Jan Yunis, los ataques israelíes habían dañado cinco de los seis hospitales, y tan solo dos de ellos seguían parcialmente operativos, mientras que doce de las catorce clínicas de atención primaria habían dejado de funcionar. Por último, en la gobernación de Rafah, los bombardeos israelíes habían dañado a dos de los tres hospitales existentes, y tres de los diez centros de atención primaria habían quedado fuera de servicio.[282] A mediados de julio, la OMS actualizó los datos de marzo y denunció que un total de 26 de los 36 hospitales de la Franja habían dejado de estar operativos por falta de combustible, daños en sus infraestructuras como consecuencia de los bombardeos o por miedo de sus empleados a acudir al centro sanitario. Se habían contabilizado 475 ataques confirmados contra instalaciones médicas y contra ambulancias, personal médico y transportistas de equipamiento médico. Estos ataques mataron a 746 personas e hirieron a otras 967.[753]
El 10 de octubre de 2024, una investigación de la ONU acusó oficialmente a Israel del crimen de exterminio en la Franja de Gaza, en especial por la destrucción sistemática de su sistema sanitario. En palabras de la exAlta Comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Navi Pillay, estos actos suponen tanto un crimen de guerra como un crimen contra la humanidad. Además, acusó al ejército israelí de asesinar y torturar a miembros del personal médico palestino, citando como ejemplo el asesinato de Hind Rajab, en el que dos enfermeros enviados a rescatar a la niña fueron asesinados junto con esta. cerca de mil médicos y enfermeros gazatíes habían muerto a estas alturas de la guerra.[424]
A comienzos de enero, habían sido destruidas 134 sedes gubernamentales, mientras que 95 escuelas y universidades habían quedado completamente fuera de servicio y 295 centros de enseñanza parcial o totalmente destruidos.[727] En un comunicado de abril de 2024, más de una veintena de relatores especiales de la ONU acusaron a Israel de llevar a cabo una campaña deliberada de destrucción del sistema educativo gazatí: «los ataques continuos y despiadados contra la infraestructura educativa de la Franja de Gaza tienen un devastador impacto a largo plazo en los derechos fundamentales de las personas a aprender y a expresarse libremente, privando a una generación más de palestinos de su futuro». En el comunicado denunciaron que «estos actos no son incidentes aislados. Presentan un patrón sistemático de violencia dirigida a destruir los mismos cimientos de la sociedad palestina».[754][755]
Los numerosos ataques israelíes han devastado todos los niveles educativos de la Franja de Gaza. Hacia el 18 de abril, más del 80 % de las escuelas han sido destruidas o seriamente dañadas. Las tropas israelíes demolieron deliberadamente la Universidad Al Israa de la ciudad de Gaza en enero de 2024 después de haberla usado durante varias semanas como base militar. A mediados de abril, el ejército israelí había matado a 5479 alumnos y 261 maestros, mientras que otros 7819 alumnos y 756 profesores habían resultado heridos. Esta cifra había crecido el 17 de septiembre hasta los 11.001 alumnos muertos y 17.772 heridos. Hacia el 6 de mayo, la cifra de escuelas destruidas o dañadas ascendía ya al 85 %, según datos obtenidos por The New York Times. Más de dos tercios de las escuelas tendrían que ser reconstruidas antes de que volvieran a ser funcionales. Otro estudio citado por este periódico descubrió que más de un tercio de las escuelas gazatíes habían recibido un impacto directo, que 53 habían resultado «completamente destruidas» y que otras 38 habían perdido más de la mitad de su estructura. Más de la mitad de las 320 escuelas que la ONU ha usado como refugios durante la guerra han sido un objetivo directo de los bombardeos israelíes o han resultado gravemente dañadas por estos. Los ataques israelíes también han destruido o dañado gravemente trece bibliotecas públicas.[210][598][754][755] El 22 de octubre de 2024, la cifra de escuelas destruidas por ataques israelíes alcanzaba ya el 93%.[444]
En cuanto al educación universitaria, el ejército israelí ha destruido todas y cada una de las diecinueve universidades existentes en la Franja antes de la guerra y ha matado al menos a 105 profesores universitarios, incluidos tres rectores. Las tropas israelíes demolieron deliberadamente la Universidad Al Israa de la ciudad de Gaza en enero de 2024 después de haberla usado durante varias semanas como base militar. La Universidad Islámica de Gaza fue completamente destruida por un bombardeo israelí el 11 de octubre de 2023, en la primera semana de guerra. Otra universidad destruida por los bombardeos fue la Universidad Al-Azhar, cuya destrucción fue tan severa que fue uno de los ejemplos que Sudáfrica llevó al caso del Tribunal Internacional de Justicia en el que se juzga a Israel por genocidio. Bombardeos similares destruyeron la Universidad de Palestina, la Universidad de Gaza, la Universidad Abierta Al-Quds y la Universidad Al Aqsa. El 2 de diciembre de 2023, la aviación israelí mató a Sofyan Abdel Rahman Taya, rector de la Universidad Islámica de Gaza, junto con su mujer, sus padres y sus cinco hijos. Antes de él ya había matado a su decano de la facultad de Medicina, Omar Farwana, y al exrector de esta universidad, Muhammad Shabir. El 1 de diciembre, los bombardeos israelíes mataron a Khitam Al-Wasifi, vicedecana de la Facultad de Ciencias de la Universidad Islámica de Gaza, a su marido y a sus hijos, y el 31 de diciembre al rector de la Universidad de Ciencias Aplicadas de Gaza, Said Anwar Alzebda, junto con varios de sus familiares. La gran mayoría de los cerca de 90 000 estudiantes universitarios gazatíes han tenido que abandonar sus estudios.[755][749]
A comienzos de mayo, la BBC informaba de que más de la mitad de las plantas de suministro de agua habían sido destruidas o dañadas por los bombardeos israelíes. Además, los ataques contra los almacenes de repuestos habían hecho imposible la reparación de estas instalaciones. En concreto, de las 603 instalaciones de suministro de agua analizadas, un 53 % habían sido dañadas o destruidas, y otras 43 de ellas habían perdido los paneles solares que las alimentaban. Los ataques israelíes habían dañado o destruido también cuatro de las seis plantas de tratamiento de aguas residuales de la Franja, mientras que las otras dos habían tenido que cerrar por la falta de suministro eléctrico. Geográficamente hablando, la mayor destrucción se había registrado en el norte de la Franja y en Jan Yunis. Por ejemplo, en esta localidad destruyeron dos grandes tanques de almacenamiento de agua potable. La planta desalinizadora de Deir al-Balah solo podía operar al 30 % debido a la falta de combustible. Un bombardeo israelí destruyó el principal almacén de repuestos para el mantenimiento de estas instalaciones, ubicado en al-Mawasi, y mató a cuatro personas en su interior. En una planta de tratamiento de aguas residuales, el ejército israelí había bombardeado los paneles solares que la abastecían de electricidad. Según Natalie Roberts, directora ejecutiva de Médicos Sin Fronteras, la destrucción de la red de agua potable gazatí había llevado a «desastrosas consecuencias sanitarias para la población». Sara Elizabeth Dill, abogada especialista en derechos humanos y derecho internacional, declaró: «lo que estamos viendo es, esencialmente, un estilo de guerra típico de un asedio y la total destrucción de Gaza, sin ningún respeto por la vida o por la decencia humana, y sin ningún intento de regirse por el derecho internacional».[756] Tras la segunda incursión israelí en la ciudad de Jabalia, y en vísperas de la llegada del verano, todos los pozos de agua fueron demolidos por buldóceres israelíes.[44]
A mediados de julio, un informe de Oxfam denunció que Israel había reducido en un 94 % la cantidad de agua potable disponible en la Franja de Gaza, y criticó que «los cortes israelíes del suministro externo de agua, la sistemática destrucción de las instalaciones de tratamiento de aguas y la deliberada obstrucción de la ayuda humanitaria han reducido la cantidad de agua disponible en Gaza en un 94 %, a tan solo 4.74 litros por persona, menos de un tercio del mínimo recomendado en emergencias sanitarias y menos de lo que se usa para la descarga de una cisterna de váter». Además, el informe de Oxfam reveló que, desde el 7 de octubre, Israel ha destruido o dañado cinco instalaciones relacionadas con el saneamiento y tratamiento de aguas por cada tres días de conflicto; que la destrucción del sistema de abastecimiento de agua y de la red eléctrica, así como la restricción de entrada de repuestos y de combustible, han supuesto una caída del 84 % en la producción de agua de la Franja; que el suministro externo de agua que provenía de la compañía nacional de aguas de Israel se ha reducido un 78 %; que Israel ha destruido un 70 % de las bombas de agua para el mantenimiento del alcantarillado y el 100 % de las plantas de tratamiento de aguas residuales; y que también ha destruido o dañado el 88 % de los pozos de agua y el 100 % de las plantas de desalinización de agua.[382]
Un estudio realizado por el servicio de imágenes por satélite de la ONU calculó el 14 de junio que en torno a dos tercios de las carreteras de la Franja de Gaza habían resultado dañadas por los bombardeos y ataques israelíes. En concreto, UNOSAT se basó en imágenes vía satélite obtenidas el 29 de mayo para determinar que unos 1100 kilómetros de carreteras habían sido destruidos por los ataques, otros 350 kilómetros estaban gravemente afectados y unos 1470 kilómetros tenían daños de carácter medio. En términos geográficos, la mayor parte de la devastación se encontraba en la gobernaciones de Gaza, Gaza del Norte y Jan Yunis, con más de doscientos o incluso trescientos kilómetros de carreteras destruidos en cada una de ellas, mientras que las menos afectadas fueron las gobernaciones de Rafah y Deir al-Balah. En algunas zonas, la carretera de Saladino, la principal arteria de la Franja de Gaza, había sido reducida a un camino de tierra.[757]
Un informe de la ONU a mediados de junio desveló que más de la mitad de los terrenos agrícolas de la Franja de Gaza habían sido destruidos o dañados por acciones relacionadas con la guerra, como «la destrucción de los cultivos, el movimiento de vehículos pesados, los bombardeos y el fuego de artillería». El informe, que se basaba en imágenes vía satélite, reveló la destrucción de huertos frutales, cultivos de secano y plantaciones de verduras. En concreto, el 57 % de las tierras cultivables y de los cultivos de la Franja de Gaza mostraban un serio declive tanto en su tamaño como en su calidad. Además, el informe había detectado una aceleración en la destrucción de los terrenos agrícolas gazatíes, pues el estudio de junio detectó un 30 % más de tierras dañadas que el anterior, realizado en abril. Además, los invernaderos de la Franja también habían sufrido un daño significativo.[758]
La situación humanitaria en Gaza ha sido calificada de «catástrofe».[46] Tras diez meses de guerra, los bombardeos israelíes han destruido el 70% de los edificios gazatíes y han desplazado al 90% de la población del enclave, cifrada en unos 2,4 millones al principio de la guerra. Los ataques israelíes han matado a más de trescientos trabajadores sanitarios y han destruido o deshabilitado 27 de sus 36 hospitales, imposibilitando el tratamiento de los más de 90 000 heridos y de los pacientes con enfermedades crónicas. Han crecido los casos de hepatitis A, enfermedades respiratorias y gastrointestinales, y se ha declarado una epidemia de poliomielitis. El 94% de la población gazatí sufre inseguridad alimenticia y la hambruna afecta ya a una de cada cinco personas. Los bombardeos israelíes han destruido más de 350 escuelas y doce universidades en la Franja, donde unos 625 000 niños han perdido un curso escolar completo.[759]
En palabras de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura, «los niveles catastróficos de hambre en Gaza son los más altos jamás registrados en la escala IPC, tanto en términos de número de personas como de porcentaje de la población. Nunca antes habíamos visto un deterioro tan rápido hasta llegar a una hambruna generalizada».[760]
El 21 de octubre, la ONU emitió una declaración en la que afirmaba que las reservas de alimentos estaban «casi agotadas».[761] Cindy McCain, directora ejecutiva del Programa Mundial de Alimentos de la ONU, declaró que la gente estaba «literalmente muriendo de hambre mientras hablamos».[762] Para el 24 de octubre, se informó que muchas panaderías habían cerrado, mientras que las que seguían abiertas tenían filas de horas.[763] El 27 de octubre, un portavoz del Programa Mundial de Alimentos declaró que los alimentos y otros suministros básicos se estaban «agotando».[764] Para el 28 de octubre, los ataques aéreos israelíes habían destruido una quinta parte de las panaderías que operaban en la Franja.[765] El 7 de noviembre, el ministerio del Interior gazatí anunció que todas las panaderías del norte habían quedado fuera de servicio, aumentando el riesgo de hambruna entre la población.[145] El 21 de diciembre, la Unión Europea alertó de una hambruna «sin precedentes» en la Franja de Gaza.[185] El 16 de enero, el Programa Mundial de Alimentos, Unicef y la OMS anunciaron su creencia de que ya existían episodios de hambruna en la Franja de Gaza.[766] El 9 de febrero, OCHA informó que cerca de un 10 % de los niños menores de cinco años sufrían ya malnutrición severa.[235] Para mediados de abril, 1.1 millones de habitantes de la Franja de Gaza se encontraban en la fase más extrema de inseguridad alimentaria, denominada por la FAO como fase de hambruna o catástrofe humanitaria, y al menos treinta niños habían muerto de inanición.[767]
EuroMed Monitor describió la situación como una guerra de hambre contra los civiles de la Franja de Gaza. También señaló que las condiciones de vida habían alcanzado niveles catastróficos cuando Israel cortó todos los suministros de alimentos a la mitad norte y bombardeó y destruyó fábricas, panaderías, tiendas de alimentos, estaciones de agua y tanques de almacenamiento de agua en todo el enclave. Así mismo señaló que Israel centró deliberadamente sus ataques en generadores eléctricos y unidades de energía solar, de los que dependen instalaciones comerciales y restaurantes, para mantener el nivel mínimo posible de su actividad. Israel también atacó las zonas agrícolas al este de Gaza, los almacenes de harina y los barcos de pescadores, así como los centros de organizaciones de ayuda, incluidos los pertenecientes a la UNRWA. Como resultado, más del 90 % de los niños de Gaza sufrieron diversos problemas de salud, como desnutrición, anemia e inmunidad debilitada.[768] Las numerosas órdenes de evacuación de los meses de julio y agosto en el centro y sur de la Franja de Gaza supusieron el desmantelamiento de la mayoría de las cocinas comunitarias establecidas para alimentar a los habitantes de la Franja. En concreto, más de doce tuvieron que ser evacuadas en el mes de agosto, lo que afectó a unos 250.000 personas, o la décima parte de la población gazatí.[769]
Los expertos en salud pública advirtieron sobre el brote y la propagación de la enfermedad en Gaza. Según Oxfam y las Naciones Unidas, la falta de agua potable y saneamiento en Gaza provocaría un aumento del cólera y otras enfermedades infecciosas mortales.[770] Oxfam señaló que las estaciones de bombeo de aguas residuales y las instalaciones de tratamiento de aguas residuales de Gaza habían dejado de funcionar, por lo que la acumulación de residuos sólidos y cuerpos sin enterrar eran probablemente vectores de enfermedades.[770] Debido a la falta de agua potable, los residentes de Gaza bebían agua contaminada con aguas residuales, agua de mar y agua agrícola, otra fuente importante de enfermedades.[770] Richard Brennan, director regional de emergencias de la Organización Mundial de la Salud, señaló: «Las condiciones son propicias para la propagación de una serie de enfermedades diarreicas y de la piel».[770] El 16 de octubre, los médicos advirtieron de brotes de enfermedades debido al hacinamiento en los hospitales y a los cadáveres sin enterrar.[46]
Los médicos también advirtieron sobre las condiciones de hacinamiento en escuelas y hospitales. El Dr. Nahed Abu Taaema declaró que los refugios superpoblados eran «un caldo de cultivo principal para la propagación de enfermedades».[763] Abu Taaema informó de un aumento de erupciones cutáneas, infecciones pulmonares y problemas estomacales.[763] En enero, la Organización Mundial de la Salud contabilizó veinticuatro casos de hepatitis A y miles de casos de ictericia que podrían estar vinculados con esta infección viral hepática en la Franja de Gaza.[211] El 24 de octubre, el Ministerio de Salud de Gaza registró 3150 casos de enfermedad por beber agua contaminada, en su mayoría entre niños.[771] La falta de suministros médicos fue otro problema reportado, ya que la Organización Mundial de la Salud informó de una crisis de saneamiento en los hospitales, y algunos tuvieron dificultades para desinfectar el equipo quirúrgico.[772] A mediados de julio, el Ministerio de Sanidad de la Franja de Gaza declaró una epidemia de polio, que se concretó en el primer caso de esta enfermedad en la Franja tras más de 25 años erradicada: una niña de diez meses que nació ya con la guerra en marcha y que no había podido ser vacunada, y que presentaba parálisis en todo el cuerpo. Durante la guerra han nacido unos 50.000 bebés que no han podido ser vacunados de ninguna enfermedad. La OMS y Unicef afirmaron que tenían preparadas 1,6 millones de dosis de la vacuna contra la polio, pero que su suministro resultaba imposible sin una pausa humanitaria.[769]
Según la Organización Mundial de la Salud, a comienzos de julio de 2024, un total de 26 de los 36 hospitales de la Franja han dejado de estar operativos tras 475 ataques confirmados contra instalaciones médicas y contra ambulancias, personal médico y transportistas de equipamiento médico. Estos ataques han matado a 746 personas y han herido a otras 967.[753] A mediados de julio, según datos de la Organización Mundial de la Salud, la hambruna suponía que el 76% de las mujeres embarazadas padecieran anemia, el 55% de las mujeres que daban a luz sufrían de problemas médicos que les imposibilitaban dar pecho a sus hijos, y el 99% de las nuevas madres producían una cantidad insuficiente de leche materna. Unas 50 000 mujeres embarazadas no pudieron contar con un seguimiento médico de su embarazo.[753] Los pacientes con enfermedades crónicas quedaron también sin sus tratamientos y sin control médico: se calcula que había unos 2000 pacientes de cáncer, 1500 de enfermedades renales que requerían diálisis, 45 000 con cardiopatías, 60 000 con diabetes y unas 650 000 con hipertensión arterial, además de otras 10 000 personas con distintas afecciones que requieren un tratamiento imposible de proporcionar en la Franja de Gaza. Otros de los problemas relacionados con la destrucción del sistema sanitario gazatí son la imposibilidad de tratar las heridas de los casi 100 000 palestinos que han resultado heridos por los numerosos ataques israelíes, la desaparición de entornos estériles en los hospitales en los que tratar a los pacientes y la enorme escasez de medicinas (incluso las más básicas, como paracetamol e ibuprofeno) y material médico (desde guantes de látex a vendas, pasando por muletas). En palabras de Médicos Sin Fronteras, «se podría decir que falta absolutamente de todo».[753]
Otro de los grandes problemas sanitarios está relacionado con la destrucción del sistema de saneamiento y de abastecimiento de aguas de la Franja de Gaza. La OMS calculó en julio de 2024 que un 67% de las instalaciones dedicadas a proveer de agua a la población y un 100% de las que se usaban para el tratamiento de las aguas residuales habían sido dañado o destruido por Israel. Por lo tanto, la población gazatí dejó de tener acceso al agua potable, lo que se sumó a la carestía de productos de higiene, jabón, detergentes, papel higiénico y productos de higiene femenina ocasionada por el bloqueo de la ayuda humanitaria. Esto ha generado un aumento de las enfermedades respiratorias graves, problemas intestinales y diarreas, infecciones cutáneas y hepatitis.[753] En los primeros siete meses de la guerra se registraron 415.766 casos de diarreas agudas, más de un cuarto de las cuales se dieron en menores de cinco años. Los casos de sarna, piojos, erupciones cutáneas, varicela e ictericia se cuentan por decenas de miles. A mediados de agosto, según datos de Naciones Unidas, se contabilizaban más de 100.000 casos de hepatitis A.[769]
Las altas temperaturas que se alcanzan en el Levante mediterráneo en los meses de verano exacerbaron los problemas sanitarios, dado que aumentan la posibilidad de que el agua deje de ser potable, estropean más rápidamente la escasa comida disponible en la Franja (lo que a su vez incrementa los casos de diarrea y de intoxicación alimenticia), ayuda a la proliferación de mosquitos y pulgas que transmiten enfermedades, causa muertes por deshidratación y golpes de calor y genera la descomposición de la basura que ha dejado de ser recogida por el colapso de los servicios sociales gazatíes, atrayendo a ratas que también portan enfermedades.[753]
El 10 de octubre, las Naciones Unidas dijeron que los combates habían desplazado a más de 423 000 palestinos,[773] mientras que los ataques aéreos israelíes habían destruido 1000 viviendas y dejado inhabitables 560 unidades de vivienda.[774] Para el 15 de octubre, se estimaba que más un millón de personas en Gaza habían sido desplazadas, muchas de ellas huyeron del norte de Gaza tras la evacuación ordenada por Israel.[775][776] El 20 de octubre las Naciones Unidas anunciaron que más de 1.4 millones de gazatíes se habían visto obligados a abandonar sus hogares, de los cuales más de 544 000 se refugian en 147 refugios de emergencia designados por la UNRWA en unas condiciones cada vez más espantosas.[777]
Según la UNRWA, el 18 de octubre, Israel continuaba bombardeando áreas en el sur de Gaza a pesar de la directiva para que los gazatíes se desplazaran hacia el sur.[778] El 19 de octubre, la Oficina de Naciones Unidas para la Coordinación de Asuntos Humanitarios observó que 98 000 casas, o 1 de cada 4 casas en Gaza, habían sido destruidas por los bombardeos israelíes.[779] El 21 de octubre, la UNRWA declaró que 500 000 personas estaban refugiadas en instalaciones gestionadas por la ONU y que las condiciones se habían vuelto «insostenibles».[780] A finales de octubre, esta cifra había aumentado a más de 670 000 personas. Muchos otros se refugiaron en hospitales.[781]
El 22 de octubre, la Oficina de Asuntos Humanitarios de la ONU declaró que el 42 % de las viviendas en Gaza habían sido destruidas.[782] Al 23 de octubre, se estimaba que 1.4 millones de personas en Gaza habían quedado sin hogar.[783] El 30 de octubre, la Cruz Roja afirmó que llevaría años reconstruir las viviendas y las infraestructuras destruidas.[784] El 2 de noviembre, la UNRWA declaró que cincuenta de sus edificios y activos habían sido afectados por los ataques israelíes, incluidos cuatro refugios.[785] El 6 de noviembre, el periodista de Al Jazeera, Hani Mahmoud, describió el sur de Gaza como un gran campo de concentración.[786] A medida que se intensificaron los combates en la ciudad de Gaza, las FDI anunciaron un período diario de cuatro horas para que los residentes se trasladaran al sur, lo que provocó que miles de personas huyeran de la ciudad.[787]
Según la ONU, más de dos tercios de los 2.4 millones de habitantes de la Franja de Gaza se han tenido que desplazar por la guerra. La mayoría han huido al sur con lo mínimo y sobrevive al frío que se avecina. «Con el invierno acercándose rápidamente, refugios inseguros y superpoblados y la falta de agua potable, los civiles [de Gaza] se enfrentan a la posibilidad inmediata de morir de hambre».[788]
El 4 de diciembre, la ONG Save the Children denunció de que las órdenes de desplazamiento y reubicación israelíes dirigidas a la población de la Franja de Gaza son una «cortina de humo», ya que no hay ningún lugar seguro en el enclave. «Con hogares, escuelas, hospitales y refugios del norte al sur atacados repetidamente y todos los puntos de entrada y salida de Gaza cerrados, las órdenes de reubicación no pueden ofrecer seguridad, sólo una cortina de humo». En especial se han referido a las órdenes de evacuación de Israel a los habitantes de Jan Yunis, la segunda ciudad de la Franja de Gaza, «No hay ningún lugar seguro a donde ir. Verse obligados a desplazarse entre zonas que siguen recibiendo bombardeos es tener que elegir entre una pena de muerte u otra».[789] Para esta misma fecha, Israel había destruido o dañado entre el 8 % y el 12 % de las viviendas en la gobernación de Rafah, entre el 11 % y el 17 % de las de la gobernación de Jan Yunis, entre el 14 % y el 19 % de las de Deir al Balah, entre el 52 % y el 63 % de las de la gobernación de Gaza y entre el 53 % y el 65 % de las viviendas de la gobernación de Gaza del Norte, creando más de 1.8 millones de desplazados, en torno a tres cuartas partes de la población total de la Franja.[790]
Para el 12 de diciembre ya se calculaba en 1.8 millones de personas los desplazados por la guerra, equivalente al 85 % de la población gazatí.[791] Esta cifra ascendía ya hasta el 90 % de la población el 10 de enero, la gran mayoría de los cuales se hacinaban en la parte sur de la Franja.[792] Hacia octubre de 2024, el 86% de la superficie de la Franja de Gaza estaba sujeta a órdenes de evacuación del ejército israelí, que había empujado a cerca de dos millones de personas a un campamento de desplazados del tamaño del aeropuerto internacional de Shanghai.[35]
Según Israel, militantes palestinos llevaron a Gaza una ambulancia Magen David Adom durante su ataque del 7 de octubre.[793] El Centro Médico Barzilai en Ascalón fue alcanzado por cohetes desde Gaza el 8 de octubre y el 11 de octubre.[794]
El 17 de octubre, unos 120 000 civiles israelíes del sur y el norte de Israel estaban desplazados internamente,[795] incluidos casi todos los 30 000 residentes de Sederot y residentes de comunidades dentro de los cuatro kilómetros de la frontera con Gaza. Las evacuaciones de residentes en comunidades de cuatro a siete kilómetros de la frontera estaban en curso. Un número desconocido de residentes del norte de Israel se había desplazado hacia el centro del país, temiendo que se abriera un segundo frente con el Líbano.[796][797] A partir del 22 de octubre, esta cifra se elevó a 200 000.[798]
La guerra Israel-Gaza de 2023-24 es la guerra más costosa de la historia de Israel desde el punto de vista económico.[799] La guerra ha ido aumentando paulatinamente su coste para Israel, que a comienzos de noviembre pagaba 600 millones de dólares por semana,[800] mientras que en febrero de 2024, eran ya unos 270 millones de dólares diarios.[801] El consumo de servicios cayó en picado, el gasto en ocio y entretenimiento se desplomó un 70 %, el turismo se detuvo con la cancelación de vuelos, y la construcción se paralizó por la falta de mano de obra de origen palestino. La paralización de la extracción del gas natural le costó a Israel 200 millones de dólares mensuales.[802]
En los mercados bursátiles el índice TA-35 de acciones israelíes de primera línea se vendió y el séquel cayó al nivel más bajo desde 2015. El banco central intervino vendiendo 30 000 millones de dólares de reservas de divisas para frenar la caída. El costo de asegurar la deuda israelí contra el incumplimiento con Credit Default Swaps también aumentó.[803] En febrero de 2024, Moody's disminuyó la calificación crediticia de Israel por primera vez en su historia, pasándola de A1 a A2, así como la de sus cinco principales bancos.[804] Además, asignó a la economía del país una «perspectiva negativa»,[805] como ya habían hecho Standard & Poor's y Fitch poco después del inicio de la guerra.[801]El 27 de septiembre de 2024, Moody's volvió a rebajar la calificación de Israel, esta vez en dos niveles hasta Baa1.[806]
Por su parte, la economía de la Franja de Gaza se hundió un 80 % en el cuarto trimestre de 2023, pasando de 670 millones de dólares en el tercer trimestre a solo 90 millones en el último trimestre.[580] Un informe de la ONU calculó a comienzos de julio que la Franja de Gaza no estará completamente reconstruida hasta 2040, aunque es bastante probable que este plazo se alargue varias décadas. El 70 % de las escuelas necesitan una reconstrucción importante o completa, mientras que la gran mayoría de los 36 hospitales de la Franja han quedado seriamente dañados o destruidos. Abdallah al-Dardari, director de la oficina regional para los países árabes del Programa de Desarrollo de las Naciones Unidas, calculó que la reconstrucción de la Franja de Gaza costará unos 50 000 millones de dólares. Factores como el sistema educativo, los niveles de pobreza, la esperanza de vida y la salud han sufrido un enorme retroceso a causa del conflicto.[531] Al cumplirse un año del inicio del conflicto, el producto interior bruto de la Franja de Gaza se había reducido un 90%.[421]
A mediados de octubre, un informe de Unctad, el departamento de comercio y desarrollo de la ONU, calculó que, con los actuales flujos de ayuda humanitaria, harían falta 350 años para que la Franja volviese a alcanzar los niveles de vida previos a la guerra. Incluso en condiciones óptimas, con un flujo ininterrumpido de ayuda internacional entrando en Palestina sin obstáculos, haría falta más de una década para recuperar los niveles preguerra. El coste total de la reconstrucción de la Franja de Gaza ascendía a 18.500 millones de dólares, prácticamente el producto interior bruto de Palestina en 2022. La destrucción de la economía gazatí ha sido tan grande que el sector de la construcción ha descendido un 96%, el agrícola un 93%, el industrial un 92% y el servicios un 76%. La tasa de desempleo alcanzó el 81,7% y la tasa de pobreza se situó casi en el 100% en el primer trimestre de 2024, un porcentaje que Unctad calculaba que habría empeorado en los siguientes. Unos 3,3 millones de palestinos (2,3 de ellos en la Franja de Gaza), de los que 1,5 millones son niños, necesitaban ayuda humanitaria urgente. Unctad explicó que los indicadores de calidad de vida de los gazatíes, como los servicios sanitarios y educativos, habían retrocedido unos setenta años. Unos 625.000 alumnos gazatíes habían perdido un curso entero y el 93% de las escuelas estaban total o gravemente destruidas. En términos generales, incluyendo también a Cisjordania, la economía palestina se había reducido en un 35% en comparación con un año atrás.[444]
En cuanto al Líbano, un informe de Naciones Unidas a finales de octubre de 2024 calculaba que este país perdería un 9,2% de Producto Interior Bruto por los combates entre el ejército israelí y las diversas milicias lideradas por Hezbolá, lo que se traduciría en unos dos mil millones de dólares. Según el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), estimando que la guerra durase hasta finales de año, las necesidades financieras libanesas se incrementarían un 30% y el PIB seguiría contrayéndose en 2025 (un 2,28%) y en 2026 (un 2,43%). Según el PNUD, el coste en reparación de infraestructuras, viviendas y capacidades productivas sería similar al de la guerra de 2006, de entre 2.500 y 3.600 millones de dólares. Sin embargo, la crisis económica sería muchísimo mayor que la de 2006. Una de las claves del declive económico era el cierre de los pasos fronterizos con Siria, que había supuesto una caída del 21% de la actividad comercial. La guerra también afectaba gravemente al sector del turismo, a la agricultura y a la construcción. Se calculaba que os ingresos del país caerían un 9% y las inversiones totales un 6% durante 2025 y 2026. El país estaba gastando unos 250 millones de dólares al mes en ayuda a los desplazados internos. Además, según la UNPD, el uso por parte de Israel de fósforo blanco en el sur del país y la acumulación de proyectiles sin explotar habían causado «daños medioambientales masivos».[611]
Algunas de las acciones militares de Israel en territorio palestino han sido blanco de críticas por parte de la comunidad internacional porque constituyen violaciones al derecho internacional humanitario[36][37] calificables como crímenes de guerra.[41] Las principales acusaciones formuladas en contra de Israel, como a Hamás, se refieren al ataque intencional e injustificado a civiles u objetivos civiles.[41][42] En dicho sentido, como resultado de la ofensiva israelí, la mayoría de las víctimas fatales han sido mujeres y niños,[30] y han quedado destruidas o parcialmente dañadas en torno al 70 % de las viviendas de la Franja de Gaza.[807] Además, el ejército israelí ha atacado 216 escuelas, de las que 165 se encontraban en las zonas de evacuación designadas por el ejército israelí,[808] y han aparecido también como objetivos de los ataques aéreos israelíes otros elementos civiles como mezquitas, hospitales y ambulancias, resultando en su destrucción y en la muerte de funcionarios en ellos.[282][311] Expertos independientes de la Organización de las Naciones Unidas han condenado igualmente el modo de actuar israelí. Médicos Sin Fronteras ha denunciado que los ataques indiscriminados de Israel, de los que la mayoría de las víctimas son civiles, han afectado a hospitales y ambulancias.[809] Del mismo modo, se ha imputado a Israel el asesinato de 196 miembros del personal civil de organismos internacionales que se encontraban en territorio palestino ejerciendo funciones humanitarias.[810] También se ha denunciado el empleo por parte de Israel de fósforo blanco en ataques sobre áreas civiles concurridas, sustancia que supone un alto riesgo de quemaduras insoportables y sufrimiento de por vida a quienes se vean afectados por ella, siendo un armamento que se encuentra prohibido por la Convención sobre Armas Convencionales (1980) y la Convención sobre Armas Químicas (1997) en zonas densamente pobladas.[39] Según The New York Times, el bombardeo de Gaza había matado a más civiles en los dos primeros meses que los bombardeos rusos en Ucrania en los dos primeros años de conflicto, y la velocidad a la que ha generado víctimas civiles ha sido mucho mayor que las de la guerra de Irak, la guerra de Afganistán o las campañas estadounidenses en la guerra civil siria.[811] Israel también empleo mayores bombas y con una cuádruple fuerza de destrucción que los EE UU utilizó en su bombardeo de Mosul. Estas municiones pesadas pueden causar un gran número de víctimas y pueden tener un radio de fragmentación letal de hasta 365 metros, o el equivalente a 58 canchas de fútbol en área.[812] De hecho, el 19 de junio, el Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas declaró que el uso israelí de bombas de gran tonelaje constituía un patrón de actuación que «violó repetidamente los principios fundamentales de las leyes de la guerra». Este informe se basaba en seis ataques llevados a cabo por la aviación israelí entre el 9 de octubre y el 2 de diciembre que causaron un mínimo de 218 víctimas mortales.[359]
Israel impuso en el marco de su ofensiva un «cerco completo» a Gaza, consistente en el bloqueo de cualquier ingreso de suministros esenciales y en el impedimento de evacuación de heridos,[36] además de cortes eléctricos que afectan a la conservación de alimentos y hacen imposible el acceso al agua en algunas zonas, pues se requiere de electricidad para que la misma sea bombeada.[813] La Organización de las Naciones Unidas no tardó en recordarle a Israel que el cerco impuesto se encuentra prohibido por el derecho internacional, a la par de denunciar en dicho respecto que: «El derecho internacional humanitario y las normas internacionales de derechos humanos deben respetarse».[36] En el mismo sentido, Human Rights Watch ha señalado que «El corte de electricidad en Gaza por parte de las autoridades israelíes y otras medidas punitivas contra la población civil de Gaza equivaldrían a un castigo colectivo ilegal, que es un crimen de guerra».[27] En abril de 2024, el Consejo de Derechos Humanos de la ONU adoptó una resolución que exigía que Israel fuese llevado ante los tribunales por los posibles crímenes de guerra y crímenes contra la humanidad cometidos en la Franja de Gaza. Esta resolución fue aprobada con el voto positivo de 28 países, el negativo de 6 y la abstención de otros 13.[57]
El mantenimiento de presos menores de edad en cárceles de adultos –sin jucio alguno, muchas veces sin formular cargos, sin derecho a defensa y, en varios casos documentados, sometidos a maltrato y vejámenes– ha sido también una práctica habitual. Desde el año 2000, suman 13 000 los menores palestinos que han sido detenidos, interrogados y encarcelados en Israel. Aunque la mayor parte de estas detenciones fueron por períodos breves, antes del 7 de octubre se encontraban encarcelados 250 menores de edad. La mayoría de los menores están presos sin juicio y cuando se les somete a procesamiento, se les juzga bajo jurisdicción militar, la que tiene una tasa de 99 % de condenas. Tras el intercambio de prisioneros que se llevó a efecto durante la tregua, del grupo de 250 se mantendrían en Israel 80 menores en esta condición. Sin embargo, según informan fuentes de la Unicef y de organizaciones de ayuda humanitaria como Save the Children y Defence for Children International, las detenciones ilegales se han duplicado en Gaza desde el 7 de octubre, por lo que la cifra correspondiente a menores de edad podría ser también mucho mayor. Israel subscribió en 1991 al Convenión Internacional sobre Derechos del Niño, la que entre otras obligaciones impone el principio básico de que los niños solo pueden ser privados de libertad de manera excepcional.[814]
El Euro-Mediterranean Human Rights Monitor ha acusado a Israel de matar deliberadamente a 38 621 civiles, alegando una tasa de mortalidad civil de más del 90 %. Esta organización ha documentado y denunciado presuntas violaciones del derecho internacional humanitario por parte de las fuerzas israelíes durante el conflicto israelí-palestino. Según el Euro-Med Monitor, estas muertes se produjeron como resultado de ataques indiscriminados y acciones militares que no distinguieron entre objetivos civiles y militares. Israel ha rechazado estas acusaciones, argumentando que sus operaciones militares están dirigidas contra grupos armados y que hacen todo lo posible para evitar víctimas civiles.[714]
Las acusaciones relativas a la comisión de crímenes de guerra y de lesa humanidad formuladas contra Israel no son nuevas. Desde 2021, la Corte Penal Internacional mantiene una investigación activa sobre las acusaciones de crímenes de guerra cometidos durante la ocupación israelí de Palestina.[815] El 16 de abril de 2024, la comisión encargada de esta investigación denunció que Israel estaba obstruyendo de manera activa su labor, prohibiéndoles entrevistarse con testigos y víctimas israelíes del ataque de Hamás y negándoles el acceso tanto a Israel como a Palestina.[816]
El 29 de diciembre, Sudáfrica presentó un caso ante la Corte Internacional de Justicia (CIJ), acusando a Israel de incumplir sus obligaciones bajo la Convención sobre el Genocidio de 1948 en su ataque contra Gaza. Sudáfrica alegó que Israel estaba violando sus obligaciones bajo el tratado, redactado a raíz del Holocausto, que tipifica como delito intentar destruir a un pueblo en su totalidad o en parte. Además, Sudáfrica pidió a la CIJ que tomara medidas provisionales ordenando a Israel que detuviera su campaña militar en Gaza, pues eran «necesarias en este caso para proteger contra daños mayores, graves e irreparables a los derechos del pueblo palestino».[55] Posteriormente, esta denuncia fue apoyada por la Organización para la Cooperación Islámica (OCI), que incluye a países como Arabia Saudita, Irán, Pakistán, Marruecos, Malasia, Turquía y Jordania.[817]
El 26 de enero de 2024, la Corte Internacional de Justicia dictaminó de manera provisional que había plausibilidad de que se estuviese cometiendo un genocidio y ordenó una serie de medidas cautelares mientras se produjese la investigación oficial, entre las que se encontraban la exigencia a Israel de que se asegurase de que sus tropas no cometiesen actos de carácter genocida, que se previniese y castigase la incitación al genocidio, que se evitase la destrucción de las posibles pruebas de genocidio, y que se permitiese «la entrega de la ayuda humanitaria esencial precisada con urgencia por los palestinos». Sin embargo, la Corte no impuso como exigencia la solicitud de Sudáfrica de imponer un alto el fuego inmediato. Todas las medidas fueron adoptadas por una mayoría de quince jueces a favor y dos en contra, salvo por las referentes a la mayor entrada de ayuda humanitaria y a la persecución y el castigo de la incitación al genocidio, que fueron aprobadas por 16 votos a favor (incluido el del juez israelí) y uno en contra.[56]
El 13 de febrero, Sudáfrica presentó una solicitud urgente a la Corte Internacional de Justicia para que considerase la decisión de Israel de extender sus operaciones militares en dirección al sur de la Franja de Gaza y, en concreto, a Rafah, que era el último refugio para los palestinos supervivientes, instando a considerar si era necesario que la corte usase su poder para evitar mayores violaciones de los derechos humanos de los palestinos.[818]
En marzo de 2024, Sudáfrica presentó un nuevo escrito ante la Corte Internacional de Justicia (CIJ) para que ampliase las medidas cautelares que había dictado contra Israel en enero de 2024, debido a la alarmante hambruna entre la población civil, así como a las «flagrantes violaciones» de la Convención para el Genocidio por parte de Israel y sus «continuas violaciones» de las medidas cautelares dictadas previamente por la corte. Por todo ello solicita a la CIJ que ordene nuevas medidas cautelares, o modifique las ya anunciadas, para así «garantizar la seguridad de 2.3 millones de palestinos en Gaza, incluidos más de un millón de niños».[819] El 28 de marzo, la CIJ exigió a Israel «tomar todas las medidas necesarias y efectivas», para asegurar la provisión «sin impedimentos y a gran escala» por parte de todos los implicados de servicios básicos y asistencia humanitaria, incluidos alimentos, agua, electricidad, combustible, refugio, ropa, requisitos de higiene y saneamiento, suministros y atención médica, lo que supone aumentar «la capacidad y el número de puntos de cruce terrestres y mantenerlos abiertos el tiempo que sea necesario» para aliviar la situación de la población civil.[820]
Video externo | ||
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Vídeo utilizado por el abogado sudafricano Tembeka Ngcukaitobi durante una audiencia pública en la Corte Internacional de Justicia, en el caso de Sudáfrica contra Israel. El vídeo muestra a los soldados israelíes reunidos antes de un ataque a Rafah, con su comandante instándolos a "destruir Rafah". (vía Middle East Eye). | ||
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El 16 de mayo, Sudáfrica pidió a la Corte Internacional de Justicia que ordenase la detención inmediata de la ofensiva israelí sobre Rafah y, en general, de todos los combates en la Franja, y citó unas recientes declaraciones del ministro de Finanzas israelí, Bezalel Smotrich, en las que defendía que «no caben medias tintas. Rafah, Deir al-Balah, Nuseirat. Aniquilación total», así como un vídeo de soldados israelíes rezando y cantando «vamos a desmantelar Rafah» poco antes de atacar la ciudad, como pruebas de la «intención genocida» de Israel.[821]
El 24 de mayo de 2024, la Corte Internacional de Justicia exigió a Israel que detenga inmediatamente su ofensiva militar en la ciudad de Rafah, en la Franja de Gaza. Así mismo, le ordenó que tome «medidas efectivas» para garantizar «el acceso sin obstáculos a la Franja de Gaza a cualquier comisión de investigación, misión u organismo de investigación encargado por los órganos competentes de la ONU para investigar acusaciones de genocidio». También ordenó «mantener abierto el cruce de Rafah para el acceso de la ayuda humanitaria a la Franja».[822]
El 1 de marzo de 2024, Nicaragua inició un procedimiento contra Alemania ante la Corte Internacional de Justicia (CIJ) en virtud, entre otras cosas, de la Convención sobre Genocidio, en relación con el apoyo de Alemania a Israel en la guerra entre Israel y Gaza. Además solicitó la aplicación de medidas provisionales de protección, incluida la reanudación de la financiación alemana suspendida de la UNRWA y el cese de los suministros militares a Israel.[823]
El 16 de noviembre, el presidente de Sudáfrica, Cyril Ramaphosa, anunció que había presentado ante el Tribunal Penal Internacional (TPI) una petición para iniciar una investigación contra Israel por crímenes de guerra supuestamente cometidos en la Franja de Gaza.[824] Al día siguiente, el TPI informó que cinco países: Sudáfrica, Bangladés, Bolivia, Comoras y Yibuti habían presentado una solicitud ante el organismo para pedir una investigación sobre los bombardeos llevados a cabo por Israel en la Franja de Gaza. El fiscal jefe del tribunal, Karim Khan, señaló que, según el Estatuto de Roma, cualquier Estado miembro puede solicitar al organismo una investigación para determinar si una o más personas han cometido delitos.[825]
En abril de 2024, el gobierno de Israel expresó su preocupación de que la CPI pronto emitiera órdenes de arresto contra Netanyahu y otros altos funcionarios israelíes por presuntas violaciones del derecho internacional humanitario cometidas en el marco de la guerra en la Franja de Gaza.[826] A finales de ese mismo mes aparecieron en Gaza fosas comunes con cientos de cadáveres de ancianos, mujeres y niños desnudos y con las manos atadas suscitando de nuevo la preocupación de la comisión de Naciones Unidas.[827]
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vídeo que muestra la rueda de prensa del fiscal jefe de la Corte Penal Internacional donde anuncia que ha solicitado órdenes de arresto contra el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, el ministro de Defensa, Yoav Gallant, y tres líderes de Hamás. (vía Al Jazeera). | ||
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El 3 de noviembre la Fiscalía del Tribunal Penal Internacional (TPI) condenó los intentos de «interferir, bloquear, intimidar o influir de forma inapropiada» en las labores de sus trabajadores y pidió frenar todas las amenazas que puedan socavar la «imparcialidad e independencia» de la corte.[828]
El 20 de mayo de 2024 el fiscal jefe del Tribunal Penal Internacional comunicó que había solicitado órdenes de detención contra el primer ministro de Israel Benjamín Netanyahu y contra su ministro de Defensa, Yoav Galant, acusados de crímenes de guerra y crímenes contra la humanidad. Los jueces de la corte deben aprobar la solicitud para que entre en vigor.[58] En concreto, Karim Khan solicitó una orden de detención contra Netanyahu y Galant por los siguientes crímenes:
El 27 de mayo, Amnistía Internacional pidió al fiscal del Tribunal Penal Internacional que incluyese en su acusación por crímenes de guerra tres ataques israelíes que mataron a un total de 44 civiles, incluidos 32 niños. En concreto, Amnistía Internacional señaló como crímenes de guerra el ataque del 16 de abril contra el campamento de refugiados de Maghazi, que mató a cinco hombres y quince niños de entre 4 y 15 años, y en el que «el proyectil cayó en mitad de un mercado callejero donde los niños estaban jugando con un futbolín»; el ataque del 19 de abril contra la casa de la familia Abu Radwan de Rafah, que mató a nueve miembros de la misma familia, incluidos seis niños; y el bombardeo del 20 de octubre contra la vivienda de la familia Abdelal, también en Rafah, que mató mientras dormían a veinte de sus miembros, 16 de los cuales eran niños.[829]
El 12 de junio, una investigación llevada a cabo por una comisión del Consejo de Derechos Humanos de la ONU concluyó que Israel era «responsable de los crímenes de guerra de usar el hambre como método de guerra, realizar asesinatos u homicidios voluntarios, llevar a cabo ataques intencionados contra civiles o contra objetivos civiles, ejecutar transferencias forzosas de población, violencia sexual, tortura y tratamientos crueles o inhumanos, detención arbitraria y atrocidades contra la dignidad personal».[44]
También en junio de 2024, una comisión de la ONU que investiga los crímenes que se están produciendo en Gaza, concluyó que las autoridades de Israel son responsables de crímenes de guerra y de lesa humanidad al implicar «ataques sistemáticos contra la población civil», según un informe publicado por dicha comisión que analizó seis ataques israelíes contra edificios residenciales, campos de refugiados, una escuela y un mercado. Los ataque causaron un elevado número de víctimas civiles y una enorme destrucción de objetos no militares, «planteando serias dudas sobre la aplicación de las leyes de la guerra en cuanto a respeto de los principios de distinción, proporcionalidad y precaución». El reputado jurista Chris Sidoti, que integra dicha comisión, dijo que «No tengo la autoridad para hacer juicios sobre moralidad, pero tengo autoridad para hacer valoraciones sobre conductas criminales (…) y la única conclusión a la que se puede llegar es que el Ejército de Israel es uno de los más criminales en el mundo». En el informe también se subraya que oficiales israelíes calificaron como «bestias humanas» a todos los residentes de Gaza y que numerosas declaraciones de responsables de las fuerzas israelíes reconocieron que su principal objetivo era causar el máximo daño. [830]
A finales de enero de 2024, BBC informó de que, basándose en un informe reciente del Euro-Mediterranean Human Rights Monitor, más de 24 000 niños han perdido a uno o ambos padres debido a la guerra. La agencia de las Naciones Unidas para la Infancia, Unicef, calculó a finales de enero que había alrededor de 19 000 niños huérfanos o no acompañados en Gaza, algunos de los cuales habían sido rescatados de entre los escombros o encontrados por toda la Franja.[831] Save the Children denunció a mediados de abril que unos 26000 niños gazatíes habían muerto o resultado heridos por los ataques israelíes,[31] mientras que un estudio de The New York Times demostró que, con más de mil casos, el ejército israelí había causado el mayor número de amputaciones pediátricas de la historia.[33] A mediados de agosto de 2024, el Ministerio de Salud de la Franja de Gaza informó de que un total de 115 niños recién nacidos habían muerto en los múltiples ataques israelíes desde el inicio de la guerra.[397]
En febrero de 2024, Euro-Mediterranean Human Rights Monitor acusó a las Fuerzas de Defensa de Israel de asesinar premeditadamente a Hind Rajab, una niña de 6 años, a sus familiares (incluidos su prima de 15 años) y a dos paramédicos, a plena luz del día. Según los testimonios recogidos por el equipo de Euro-Med Monitor el coche en el que viajaban fue atacado tras encontrarse con tanques y vehículos militares israelíes. Después de que el ejército israelí se retirara de la zona, se encontró el coche con abundantes pruebas que demostraban que numerosas balas habían sido disparadas directamente contra él. Al examinar los cuerpos de las víctimas, se descubrió que habían sido sometidos a un intenso fuego de armas automáticas y disparos de artillería. Además, se encontró en su interior restos de munición de tanque fabricada por Estados Unidos.[832]
El 12 de marzo de 2024, el comisionado general de la Agencia de la ONU para los Refugiados Palestinos en Oriente Próximo (UNRWA), Philippe Lazzarini, aseguró que la cifra de niños muertos en la Franja de Gaza como consecuencia de los ataques israelíes es superior al número de menores fallecidos en todas las guerras de los últimos cuatro años. Además, afirmó que la ofensiva israelí es una guerra «contra los niños», «contra su infancia» y «contra su futuro» y pedía un alto el fuego inmediato.[833]
El 5 de junio, la ONU notificó a Israel su inclusión en la lista negra de países que violan los derechos de los niños en conflictos armados. En concreto, Israel fue incluido en la lista por los ataques que realizó contra escuelas y hospitales y que ocasionaron la muerte de niños. Esta lista, en la que se enumeran las partes en conflictos armados que han cometido violaciones graves contra los niños, se adjunta al informe anual que elabora el representante especial del secretario general, António Guterres, sobre Niños y Conflicto Armado, que versa sobre la situación de los niños en contextos bélicos y debe presentarse al Consejo de Seguridad el próximo 14 de junio. Hamás y la Yihad Islámica palestina también fueron incluidos en esta lista por matar, herir y secuestrar niños. En total, la ONU verificó más de 8000 violaciones graves de los derechos de los niños contra 4360 de ellos, incluidos más de 4000 palestinos y más de 100 israelíes.[356][834]
El 24 de junio la ONG Save the Children afirmó que al menos 21 000 niños estarían desaparecidos en la Franja de Gaza, incluidos menores perdidos o separados de sus familias, detenidos, atrapados entre los escombros de los edificios bombardeados por Israel o enterrados en fosas comunes no identificadas. Además la organización recalcó que es «casi imposible recopilar y verificar la información» debido a la situación bélica en la que se encuentra Gaza. El director de Save the Children para Oriente Próximo, Jeremy Stoner, manifestó que «debe haber una investigación independiente y los responsables deben rendir cuentas. Necesitamos desesperadamente un alto el fuego para encontrar y apoyar a los niños desaparecidos que han sobrevivido, y para evitar que más familias sean destruidas».[32]
El 7 de noviembre, Human Rights Watch determinó que el ataque contra un convoy de ambulancias en Al-Shifa el 3 de noviembre fue «aparentemente ilegal y debería ser investigado como un posible crimen de guerra», señalando que se debe permitir que las ambulancias y otros medios de transporte sanitario funcionen y estén protegidas en todas las circunstancias. Añadió que el uso de ambulancias con fines militares también iría en contra de las reglas de la guerra, pero no encontró pruebas de ello. Al comentar sobre lo que un portavoz del ejército israelí había dicho a un medio israelí ese día: «nuestras fuerzas vieron a terroristas usando ambulancias como vehículo para moverse. Percibieron una amenaza y, en consecuencia, atacamos esa ambulancia». Human Rights Watch dijo que las ambulancias solo perderían sus protecciones bajo el derecho internacional si estuvieran cometiendo «actos perjudiciales» para Israel, y su director para Medio Oriente y África del Norte declaró: «para que las autoridades israelíes afirmen que su mortal ataque del 3 de noviembre contra una ambulancia en una zona muy concurrida fue legal, necesitan hacer más que simplemente Insistir en que los combatientes palestinos estaban utilizando una ambulancia como transporte».[835]
El 5 de diciembre, la Organización Mundial de la Salud (OMS) confirmó que desde el inicio de los combates, el 7 de octubre, se han producido cerca de 600 ataques israelíes contra hospitales y otras infraestructuras médicas en los territorios palestinos. En concreto se han producido en la Franja de Gaza 304 ataques, que han afectado a 94 centros de atención sanitaria --incluidos 26 de 36 hospitales dañados-- y 79 ambulancias y en Cisjordania, se han notificado 286 ataques, que han afectado unos 24 centros de salud y 212 ambulancias. Como consecuencia de estos ataques, 613 personas --606 en Gaza y siete en Cisjordania-- han muerto en instalaciones sanitarias y más de 770 han resultado heridas.[200] A mediados de octubre de 2024, los ataques israelíes habían matado a 986 trabajadores sanitarios palestinos y menos de la mitad de los centros de atención primaria seguían operativos.[444]
Según el Consejo de Europa, atacar intencionalmente a periodistas constituye un crimen de guerra. El 7 de diciembre, Amnistía Internacional, presentó las conclusiones de un estudio en el que afirmaba que los ataques israelíes contra un grupo de siete periodistas en el sur del Líbano el 13 de octubre, en los que murió el periodista de Reuters Issam Abdallah y resultaron heridas otras seis personas, fueron probablemente un ataque directo contra civiles que debe ser investigado como un crimen de guerra. Según Aya Majzoub, directora regional adjunta de Amnistía Internacional para Oriente Medio y el Norte de África, «Nuestra investigación del incidente descubre pruebas escalofriantes que apuntan a un ataque a un grupo de periodistas internacionales que realizaban su trabajo informando sobre las hostilidades. Los ataques directos contra civiles y los ataques indiscriminados están absolutamente prohibidos por el derecho internacional humanitario y pueden constituir crímenes de guerra».[836]
Una investigación de Reporteros Sin Fronteras (RSF) dijo que Israel había atacado a periodistas con misiles el 13 de octubre que mataron al periodista de Reuters Issam Abdallah e hirieron a otras cuatro personas. Estos dos ataques con misiles israelíes, con 30 segundos de diferencia, alcanzaron a un grupo de siete periodistas en el sur del Líbano que informaban sobre los combates entre Israel y Hezbolá. En un video se ve a los periodistas con chalecos y cascos que los identifican claramente como «PRENSA». La palabra también estaba presente en el techo de su coche, que explotó tras ser alcanzado por el segundo misil.[837] La Organización Holandesa para la Investigación Científica Aplicada, que prueba y analiza municiones y armas, examinó el material recogido en el lugar de la explosión y descubrió que la pieza de metal era la aleta de un proyectil de tanque de 120 mm disparado a 1.34 km de distancia desde la frontera israelí con un cañón de tanque de ánima lisa.[838]
Reporteros Sin Fronteras presentó también una solicitud a la Corte Penal Internacional (CPI) para que investigue la muerte de un periodista israelí a manos de Hamás y el de ocho periodistas palestinos a manos de Israel como crímenes de guerra.[839]
A principios de abril RSF denunciaba la muerte de al menos 105 periodistas de los cuales 22 se encontraban ejerciendo su labor e hizo un nuevo llamamiento a la comunidad internacional en la que instaba a que se tomasen medidas para proteger al periodismo y a detener la escalada de violencia y finalizar la masacre.[840]
La destrucción intencionada de lugares religiosos sin necesidad militar puede ser considerada un crimen de guerra.[43] La destrucción de cementerios palestinos por parte del ejército israelí ha sido una forma de necroviolencia (profanación o uso indebido de cadáveres) utilizada por las Fuerzas de Defensa de Israel durante la guerra Israel-Gaza. Entre el inicio de la invasión israelí de la Franja de Gaza y el 20 de enero, al menos dieciséis cementerios palestinos resultaron gravemente dañados o destruidos, entre otros motivos por bombardeos, por la construcción de carreteras a través de ellos o debido a que el ejército israelí estableció allí sus posiciones.[841]
En cuanto a la destrucción de mezquitas e iglesias, la BBC describió a finales de enero 117 casos de lugares sagrados destruidos tan solo durante 2023 (72 mezquitas y dos iglesias cristianas).[746] Según fuentes oficiales palestinas, más de 380 mezquitas y tres iglesias habían sido total o parcialmente destruidas por el ejército israelí hacia el 8 de enero.[727] Esa cifra había llegado ya a las 600 mezquitas a mediados de abril,[311] incluidas algunas de gran valor histórico como la Gran Mezquita de Gaza, de la que sólo quedó en pie el minarete, la Iglesia de San Porfirio, una de las iglesias más antiguas del mundo, que data del año 425 d. C., y el santuario de Al-Khader, en Deir el-Balah, el más antiguo monasterio cristiano en Palestina.[747][748] El 20 de octubre, la televisión nacional libanesa informaba de que buldóceres israelíes habían arrasado el cementerio de la localidad fronteriza de Blida.[442]
El portal israelí Mekomit publicó el día 28 de octubre un documento del Ministerio de Inteligencia de Israel, fechado el 13 de octubre, en el que se establecía un plan en cuatro fases como la opción preferida entre tres alternativas con respecto al futuro de los palestinos que en aquel momento habitaban en Gaza una vez terminado el conflicto: en la primera fase, la población palestina debía ser «desalojada hacia el sur» mediante una serie de ataques aéreos que se centrarían en la parte norte de la Franja. En la segunda fase se iniciaría la entrada terrestre a Gaza, lo que conduciría a la ocupación secuencial de toda la Franja, de norte a sur. La tercera planteaba dejar abiertas las rutas a través de Rafah, el único paso fronterizo existente entre Egipto y Palestina, para que la población pudiese huir a Egipto, y la cuarta fase proponía el establecimiento de «ciudades de tiendas de campaña al norte de Sinaí», para dar cabida a la población deportada y luego crear una zona cerrada de seguridad que se extendería varios kilómetros dentro de Egipto. A los palestinos deportados no se les permitiría regresar a ninguna zona cercana a la frontera israelí. Posteriormente, el Gobierno de Israel debía liderar una iniciativa internacional para que distintos países de Europa, en particular Grecia, España y Canadá, se ocupasen de absorber y asentar a los refugiados que hubiesen sido expulsados de Gaza.[842][133]
El ministro israelí de Seguridad Nacional, Itamar Ben Gvir, apostó por expulsar a la población palestina de Gaza a fin de que los colonos judíos que dejaron la Franja en 2005 pudieran retornar.[843] En esa misma línea también se expresó el ministro de Finanzas, Bezalel Smotrich, quien dijo que se debía alentar a la población palestina a emigrar: «Para tener seguridad debemos controlar el territorio. Para controlar militarmente el territorio durante mucho tiempo, necesitamos una presencia civil (...). Si actuamos de manera estratégicamente correcta y fomentamos la emigración, si hay 100 000 o 200 000 árabes en Gaza y no dos millones, todo el discurso del día después [de la guerra] será completamente diferente».[844] El 3 de enero de 2024, se supo que Israel estaba negociando con varios países, entre ellos la República del Congo, para el reasentamiento de palestinos de Gaza cuando acabase la guerra, una medida que el gobierno de Netanyahu denominó «migración voluntaria». Este tipo de medidas han sido frecuentemente caracterizadas como limpieza étnica y genocidio.[845]
La Oficina de Derechos Humanos de Naciones Unidas afirmó que el asedio de Israel a Gaza y su orden de evacuación del norte del enclave podrían equivaler a un traslado forzoso de civiles e infringir el derecho internacional. Ravina Shamdasani, portavoz de la oficina de derechos humanos de la ONU, declaró: «Nos preocupa que esta orden, combinada con la imposición de un asedio total a Gaza, no pueda considerarse una evacuación temporal legal y, por tanto, equivalga a un traslado forzoso de civiles en contravención del derecho internacional». Según la ONU, el «traslado forzoso» consiste en la reubicación forzosa de poblaciones civiles y, por lo tanto, se considera un crimen contra la humanidad punible por la Corte Penal Internacional.[846] A lo anterior se suma que muchos palestinos que efectivamente cumplieron las órdenes de evacuación emanadas desde Israel murieron como consecuencia de ataques aéreos israelíes hacia objetivos civiles fuera de la zona evacuada.[809]
Del mismo modo, la orden israelí de evacuación de civiles gazatíes bajo amenaza de un ataque inminente, sin que existan lugares seguros donde ir ni una forma segura de llegar, ha sido denunciada por la Organización de las Naciones Unidas y el Comité Internacional de la Cruz Roja como una violación en sí misma al derecho internacional humanitario.[42] Aunque el derecho internacional requiere que un ejército dé un amplio plazo para el desalojo de los civiles de una zona antes de atacarla, las tropas israelíes han llegado a atacar zonas que habían ordenado evacuar apenas dos horas después del aviso, y en muchas otras ocasiones sin aviso alguno. Además, el derecho internacional también exige que exista un lugar al que la población civil pueda ser evacuada de manera segura pero, en el caso de la Franja de Gaza, se ha empujado a 1,7 millones de personas a la denominada «zona humanitaria» de al-Mawasi, sin ningún tipo de infraestructura sanitaria, agua potable ni electricidad y, en el caso de Líbano, a 250.000 personas a la vecina Siria, donde todavía persiste una guerra civil iniciada en 2011.[847] Israel ha llevado a la práctica totalidad de la población de la Franja de Gaza al mayor desplazamiento forzado de su historia reciente, en lo que ha sido catalogado como crimen contra la humanidad por la propia ONU. El 14 de octubre, Francesca Albanese, Relatora Especial de las Naciones Unidas sobre los territorios palestinos ocupados, lo caracterizó como una «repetición de la Nakba de 1948», destacando la abierta defensa de los funcionarios públicos israelíes de otra expulsión masiva de la población palestina.[848]
El 28 de enero de 2024, varios ministros israelíes de extrema derecha y del partido Likud de Netanyahu asistieron a una conferencia titulada «Conferencia para la Victoria de Israel – El acuerdo trae seguridad: el regreso a la Franja de Gaza y al norte de Samaria», que trataba sobre un futuro reasentamiento de la Franja de Gaza y el traslado de la población palestina que vive allí, y en la que el ministro de seguridad nacional israelí, Itamar Ben-Gvir, declaró: «Si no queremos otro 7 de octubre, tenemos que volver a casa y controlar [Gaza]. Necesitamos encontrar una manera legal de hacer emigrar voluntariamente [a los palestinos] e imponer sentencias de muerte a terroristas». Por su parte, el ministro de Comunicaciones, el ultraderechista Shlomo Karhi, dijo en la conferencia que «en la guerra, "voluntario" es a veces un estado que se impone [a alguien] hasta que dé su consentimiento». Por su parte la líder colona Daniella Weiss argumentó: «Gaza, la puerta sur de Israel, se abrirá, la gente de Gaza se trasladará al resto del mundo». A la conferencia asistieron miles de participantes e incluyó discursos de muchas figuras públicas, incluidos miembros de la Knéset y ministros del actual gobierno de coalición, así como rabinos, activistas de los asentamientos, familias de soldados que luchaban en Gaza y jefes de los consejos locales del sur.[849][850]
Un informe del Consejo de Derechos Humanos de la ONU concluyó el 12 de junio que Israel era culpable del crimen de guerra de traslado forzoso de la población.[44]
El miércoles 20 de diciembre, la Oficina del Alto Comisionado para los Derechos Humanos de la ONU (ACNUDH) acusó a Israel de cometer crímenes de guerra en Gaza. La denuncia se refería específicamente a un caso en que los soldados israelíes ejecutaron de forma sumaria, el 19 de diciembre, a once palestinos delante de sus familias en el barrio Al Remal, en la ciudad de Gaza. En una nota de prensa, la Oficina de Derechos Humanos de la ONU señaló que había podido confirmar el asesinato de estos palestinos gracias a los testimonios de testigos directos recopilados por la organización defensora de los derechos humanos Euro-Mediterranean Human Rights Monitor.[851]
Amnistía Internacional pidió una investigación urgente sobre las detenciones masivas por parte de Israel y la desaparición forzada de palestinos en Gaza, señalando que las desapariciones y el trato a los cautivos podrían constituir crímenes de guerra o crímenes contra la humanidad.[852]
El derecho internacional humanitario prohíbe la sustracción de órganos durante los conflictos armados. El 27 de noviembre, el Euro-Med Monitor afirmó que había recibido informes de profesionales médicos en Gaza que encontraron evidencia de robo de órganos, incluida la falta de cócleas y córneas y órganos como hígados, riñones y corazones.[853]
El 26 de diciembre, la Oficina de Medios del Gobierno en Gaza afirmó que Israel había «robado órganos vitales» de palestinos muertos tras la devolución de los cadáveres de ochenta palestinos fallecidos que habían sido llevados a Israel y luego devueltos.[854] El Euro-Mediterranean Human Rights Monitor y el Middle East Monitor, dirigido por Catar, también denunciaron que el robo de órganos era una continuación de los métodos israelíes, citando el libro The Chosen Body: The Politics of the Body in Israel Society, de la doctora Meira Weiss, así como el caso del doctor Yehuda Hiss, acusado de robar y vender órganos a finales de los años noventa.[855]
El 13 de agosto de 2024 el diario israelí Haaretz publicó una investigación basada en el testimonio de numerosos soldados israelíes, en el que afirmaba que los adolescentes y adultos palestinos son utilizados sistemáticamente como escudos humanos en la exploración de la red de túneles o edificios durante las operaciones militares israelíes en la Franja de Gaza. Estos palestinos están vestidos, a excepción de las zapatillas de deporte, para parecerse a soldados israelíes, esposados, con los ojos vendados y, con una cámara de vídeo pegada al cuerpo, son enviados a casas donde se sospecha que se esconden combatientes de Hamás, o a túneles que podrían contener trampas explosivas. En ocasiones, incluso hombres palestinos de edad avanzada han sido obligados a realizar este trabajo. Según el informe, esta práctica se lleva a cabo con el conocimiento de altos funcionarios militares, incluido el jefe del Estado Mayor del Ejército, Herzi Halevi. Según la investigación, a los soldados implicados se les dice que «nuestras vidas son más importantes que las suyas». Esta práctica viola el derecho internacional humanitario y las Convenciones de Ginebra, que prohíben el uso de civiles como escudos humanos.[856]
En un artículo de octubre de 2024, The New York Times expuso cómo el ejército israelí ha estado utilizando a civiles como escudos humanos de manera rutinaria. De hecho, Michael N. Schmitt, profesor de West Point experto en el uso de escudos humanos en conflictos armados, explicó que el ejército israelí es el único que usa actualmente a civiles como escudos humanos, si bien recordó que el ejército estadounidense hizo lo propio en la guerra de Vietnam. En la mayoría de los casos, según el profesor Schmitt, esto constituye un crimen de guerra. La investigación de The New York Times confirmó el uso de escudos humanos por al menos once escuadrones distintos del ejército israelí en cinco ciudades gazatíes distintas. Siete soldados israelíes entrevistados por el Times confirmaron que se trata de una práctica rutinaria y organizada desde niveles altos del escalafón militar. En uno de los numerosos casos recopilados por este diario, un adolescente de 17 años fue maniatado y obligado a caminar por las ruinas de Jan Yunis para detectar posibles artefactos explosivos. En otros casos, se ha obligado a civiles a entrar en túneles con cámaras de vídeo en la cabeza para descubrir si había milicianos palestinos ocultos en ellos, se les ha forzado a caminar por edificios sospechosos de contener minas antipersona, se les a dicho que recojan del suelo objetos sospechosos y a mover generadores o tanques de agua que los soldados temían que estuviesen conectados a una bomba trampa.[857]
El 14 de diciembre de 2023, un grupo de expertos de las Naciones Unidas declaró que las mujeres y niñas en Cisjordania y la Jerusalén Este ocupada están en «riesgo constante de sufrir violencia por parte de los colonos». Los expertos señalaron que las mujeres palestinas en la Cisjordania ocupada «han enfrentado una mayor discriminación, acoso, agresión sexual y ataques por parte de las autoridades y los colonos israelíes» desde el 7 de octubre.[858]
El 19 de febrero de 2024, expertos de la ONU expresaron su alarma por las «acusaciones creíbles» de atroces violaciones de derechos humanos que las mujeres y niñas palestinas siguen sufriendo en la Franja de Gaza y Cisjordania. Los expertos se mostraron especialmente preocupados por informes creíbles y por fotografías supuestamente tomadas por tropas israelíes, por las que denunciaron que «mujeres y niñas palestinas detenidas también han sido sometidas a múltiples formas de agresión sexual, como ser desnudadas y registradas por oficiales masculinos del ejército israelí». Los expertos también dijeron que al menos dos detenidas palestinas fueron presuntamente violadas, mientras que otras fueron amenazadas con violación y otras formas de violencia sexual.[859]
El 12 de junio, un informe del Consejo de Derechos Humanos de la ONU concluyó que Israel era culpable del crimen de guerra de violencia sexual.[44]
Israel busca crear una zona de amortiguamiento ampliada en Gaza. En enero de 2024, Israel había destruido más de 3000 edificios de la zona planificada a mediados de abril.[310] Shaul Arieli, un ex coronel del ejército israelí y experto en las fronteras de su país, afirmó que la creación de una zona de amortiguación permanente era ilegal, ya que Israel tiene prohibido alterar las fronteras de Gaza como potencia ocupante.[860] Geoffrey Nice, un fiscal de crímenes de guerra afirmó: «es injustificado, desde cualquier punto de vista, según el derecho internacional».[861] El Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Volker Türk, denunció como un crimen de guerra la creación de esta zona de amortiguamiento.[45]
El pillaje o saqueo está prohibido bajo cualquier circunstancia por la Convención de La Haya, y fue reconocido como un crimen de guerra tanto al final de la Primera Guerra Mundial como en los juicios de Núremberg, al final de la Segunda Guerra Mundial. Varios medios de comunicación israelíes han documentado el extensivo uso del pillaje por parte del ejército israelí en su campaña en la Franja de Gaza. De hecho, numerosos soldados se han grabado o fotografiado a sí mismos robando gran número de objetos de las viviendas demolidas por el ejército o desalojadas por los desplazados palestinos, desde joyas y dinero hasta motocicletas, aspiradoras o teléfonos móviles. En un comunicado emitido a mediados de febrero, el propio jefe del Estado mayor de Israel, Herzi Halevi, pidió a los soldados que «no cojan nada que no sea nuestro». Sin embargo, el saqueo se ha convertido en una costumbre muy extendida y tolerada e incluso practicada por los oficiales del ejército. Hay incluso una unidad del ejército israelí dedicada específicamente a incautar tanto dinero como otros bienes que dictamina que son de Hamás. La principal abogada del ejército israelí advirtió que diversos actos llevados a cabo por sus soldados, entre los que citó «el pillaje, que incluye el uso o el robo de propiedad privada para propósitos no operativos», van «más allá del aspecto disciplinario y cruzan la barrera de lo criminal».[862][863][738]
El pillaje de los soldados israelíes ha continuado a lo largo de toda la guerra. En mayo de 2024, el fiscal militar del ejército israelí anunció que había abierto investigaciones sobre setenta posibles crímenes de guerra llevados a cabo por soldados israelíes, en los cuales se incluía el pillaje. The Times of Israel informaba ya en julio de que los soldados que encontraban objetos propios del judaísmo en la Franja de Gaza los confiscaban y los llevaban a Israel consigo.[864]
Provocar de manera intencionada una hambruna entre los civiles de un conflicto es un crimen de guerra según el Estatuto de Roma de la Corte Penal Internacional y según los Convenios de Ginebra; también fue reconocido como crimen de guerra y como violación del derecho internacional por el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas en 2018. El 27 de febrero de 2024, Michael Fakhri, relator especial de las Naciones Unidas para el derecho a la comida, denunció que Israel estaba deliberadamente «bloqueando el paso de ayuda humanitaria y destruyendo pequeñas embarcaciones de pesca, invernaderos y huertos» en la Franja, algo que calificó como «claramente un crimen de guerra. (...) Desde mi punto de vista como experto en derechos humanos de la ONU, esta es ahora una situación de genocidio». Fakhri, que es profesor de derecho en la Universidad de Oregón, explicó que «la velocidad a la que se extiende la malnutrición de los niños es también sorprendente. Los bombardeos que matan a la gente directamente son brutales, pero esta hambruna —y la emaciación y el retraso del crecimiento de los niños— es una tortura vil. Tendrá un impacto físico, cognitivo y moral en la población a largo plazo (...) y todo indica que es un acto intencionado». Según Fakhri, hay un consenso entre los expertos mundiales en hambrunas sobre el hecho de que nunca antes se había visto a una población civil tan hambrienta en tan poco tiempo. En Rafah, donde aún llegaba algo de ayuda humanitaria, el 5 % de los niños menores de dos años padecían malnutrición severa, cifra que antes de la guerra estaba en un 0.8 % de los menores de cinco años. En el norte de la Franja, esta cifra ascendía al 16 % de los menores de dos años a comienzos de 2024, pero Unicef denunciaba que el ejército israelí le había negado todas las peticiones de acceso a la zona desde el 1 de enero, por lo que la situación debía ser claramente peor. Las familias gazatíes tenían menos de un litro de agua potable por persona y día, lo que generó que más del 90 % de los menores de cinco años padeciesen una o más enfermedades infecciosas a finales de febrero.[865]
El 3 de marzo, el director del Programa Mundial de Alimentos en Gaza declaró que «tener una situación hoy con medio millón de persona afrontando una hambruna en solo cinco meses es extraordinario a estos niveles. En ninguna parte del mundo hoy hay tanta gente en riesgo de hambruna. En ninguna parte. Y todo ha sido generado por el hombre.»[507]
El 18 de marzo, el Alto representante de la Unión Europea para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad, Josep Borrell, acusó a Israel de estar usando el hambre como un arma de guerra: «En Gaza ya no estamos al borde de la hambruna, estamos en una hambruna que afecta a miles de personas. (...) Esto es inaceptable. El hambre se está usando como arma de guerra. Israel está provocando la hambruna». Ese mismo día, Oxfam criticó a Israel por estar «dirigiendo un sistema de inspecciones disfuncional y exiguo que mantiene la ayuda humanitaria atascada, sujeta a procedimientos burocráticos onerosos, repetitivos e impredecibles que están contribuyendo a que los camiones se queden varados en colas enormes de unos 20 días de media». Según Oxfam, en febrero hubo una reducción del 44 % en el número de camiones de ayuda humanitaria a los que Israel permitió acceder a la Franja de Gaza. También denunció que las autoridades israelíes «rechazan ayuda humanitaria de manera rutinaria y arbitraria por tener un "doble uso"», entre los que citó filtros para el agua o paneles solares.[866]
El 12 de junio, un informe del Consejo de Derechos Humanos de la ONU concluyó que Israel era culpable del crimen de guerra de usar el hambre como arma de guerra.[44]
La magnitud y el impacto duradero de la destrucción ambiental han llevado a llamados para que el gobierno israelí sea investigado por el crimen de guerra de ecocidio bajo el Estatuto de Roma por «daños generalizados, severos y a largo plazo al medio ambiente natural».[867]
El uso de bombas trampa está prohibido en el derecho internacional. En concreto, la Convención sobre Ciertas Armas Convencionales, en su Protocolo II: sobre la Prohibición o Restricción de uso de Minas, Bombas Trampa y Otros Artilugios, establece claramente que «está prohibido el uso de bombas trampa u otros artilugios con forma de objetos portátiles aparentemente inofensivos que se hayan diseñado y construido específicamente para contener material explosivo». Aunque la Convención no es de cumplimiento obligatorio en general, sí lo es para los Estados signatarios, entre los que se encuentra Israel. Pocas horas después del ataque a los buscas y los walkie-talkies de Hezbolá, tanto Human Rights Watch como el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Volker Türk, recordaron que el uso de bombas trampa constituye un crimen de guerra. En un artículo de The New York Times, tres expertos en derecho internacional calificaron el ataque de Israel de una violación del derecho internacional.[413][600][597]
Al igual que en el caso de Israel, las acusaciones contra Hamás no son nuevas. Hamás ha sido también acusado por medios y expertos de cometer crímenes de guerra y crímenes contra la humanidad hacia las poblaciones tanto israelíes como palestinas.[868] En varios países y organismos Hamás está declarada como una organización terrorista, tal y como ocurre en Israel, Japón, Estados Unidos, Canadá, Australia, Reino Unido, la Unión Europea, y la secretaría general de la Organización de Estados Americanos (OEA). En el actual conflicto, diversos expertos han afirmado que Hamás podría ser responsable de crímenes de guerra por su lanzamiento de cohetes hacia Israel.[869] La ONU también recordó tras el ataque del 7 de octubre que «tomar rehenes civiles y usar a civiles como escudos humanos son crímenes de guerra».[869]
Tanto Israel como Estados Unidos, su firme aliado, han acusado a Hamás de usar los hospitales para operaciones militares, ocultar rehenes israelíes y crear túneles debajo de los hospitales de la Franja de Gaza para almacenar armamento y usar el lugar como escudo; Hamás ha rechazado tales afirmaciones.[870] Estas acusaciones han sido «negadas» por el personal médico y por organismos internacionales.[871] El 13 de noviembre, el académico israelí Neve Gordon afirmó que Israel estaba «abusando de las leyes de la guerra» para justificar sus ataques a hospitales.[872] En un video difundido por Israel el 19 de diciembre, Ahmad Kahalot, el director del hospital Kamal Adwan en Beit Lahia, al norte de la Franja de Gaza, que había sido detenido por Israel el 12 de diciembre, aseguraba ser miembro de Hamás y que este grupo había convertido los hospitales en «instalaciones militares bajo su control».[873] El Ministerio de Salud de Gaza dijo que «las confesiones de Kahalot fueron obtenidas mediante el uso de la fuerza, coerción, tortura e intimidación». El Ministerio también dijo que Kahalot trabajaba para los Servicios Médicos Militares, una rama del Ministerio del Interior y que el rango de general de brigada formaba parte del sistema de clasificación utilizado por el Ministerio del Interior.[874] Para algunas fuentes, el historial de casos documentados de torturas y confesiones obtenidas a la fuerza en los centros de detención israelíes restaba credibilidad a esas confesiones y testimonios que resultarían legalmente inadmisibles según las normas de un juicio justo.[875]
El gobierno israelí ha denunciado casos de violencia sexual contra mujeres israelíes durante el ataque del 7 de octubre. La violencia sexual podría ser considerada un crimen de guerra si se comete en el curso de la guerra.[876] Un funcionario israelí dijo que las autoridades tenían pruebas de violación.[877] En diciembre de 2023, el New York Times publicó un artículo en el que afirmaba que Hamás había convertido la violencia sexual en un arma de guerra el 7 de octubre.[878] Sin embargo, el propio New York Times posteriormente retractó parte de sus afirmaciones.[879] Hamás siempre ha negado haber cometido agresión sexual alguna y ha pedido una investigación internacional imparcial sobre las acusaciones.[880]
El 20 de mayo, la fiscalía del Tribunal Penal Internacional pidió una orden de arresto contra Yahya Sinwar, líder de Hamás en la Franja de Gaza; Ismail Haniya, líder político de Hamás, y Mohammed Deif, jefe de las Brigadas de Ezzeldin Al-Qassam, el brazo armado de Hamás.[38] Los crímenes que se les imputaban eran:
El 12 de junio, una comisión del Consejo de Derechos Humanos de la ONU publicó un informe según el cual, tras una investigación, había concluido que Hamás era responsable de los siguientes crímenes de guerra: dirigir ataques contra civiles de una manera intencionada, cometer asesinatos u homicidios voluntarios, llevar a cabo tortura y tratamientos crueles o inhumanos, lanzar proyectiles contra zonas pobladas de Israel de una manera indiscriminada, así como atrocidades contra la dignidad personal, entre las que se incluyeron la quema, mutilación o decapitación, la profanación sexual de cadáveres tanto masculinos como femeninos y la violencia sexual.[44]
El genocidio es una forma especial de crimen de lesa humanidad que cataloga a la destrucción total o parcial de un grupo particular de personas. Israel ha sido acusado previamente de genocidio contra del pueblo palestino,[881] acusaciones que también se han presentado con ocasión del conflicto en curso en Gaza tanto por los propios líderes palestinos como por trece países más: Sudáfrica, Nicaragua, Bélgica, Colombia, Turquía, Libia, Egipto, Maldivas, Méjico, Irlanda, Chile, España y Cuba.[882]
Un informe de realizado por expertos en derechos humanos de las universidades de Yale, Cornell, Boston y Pretoria concluyó en junio de 2024 que «Israel ha cometido actos genocidas, en concreto asesinar, herir gravemente e infligir deliberadamente condiciones de vida calculadas para provocar la destrucción física de los palestinos de Gaza». Según una de las redactoras del informe, la profesora Susan Akram de la Universidad de Boston:
«Entre el 7 de octubre de 2023 y el 1 de mayo de 2024 -el periodo que abarca nuestro informe- Israel ha matado al menos a 34.000 palestinos y herido a más de 78 000 en la Franja de Gaza, lo que supone más de un 5% de la población gazatí. De entre los muertos, cerca de 14.000 son niños -más niños han sido asesinados en los primeros cuatro meses del ataque israelí que en todos los conflictos del mundo en los últimos cuatro años-. Más del 75% de la población de la Franja de Gaza ha sido desplazada a la fuerza en violación de las normas de la Convención de Ginebra. La mayoría de ellos se enfrentan a una grave hambruna y muchos está muriendo de inanición. Estos son los resultados del completo asedio al que Israel ha sometido a la Franja de Gaza, privando deliberadamente a toda su población de comida, agua, combustible y otros bienes necesarios para la supervivencia. Además, Israel ha destruido más del 70 % de las viviendas de la Franja de Gaza, todas y cada una de sus universidades, ha destruido completa o parcialmente sus hospitales, centros de salud, instalaciones de la ONU y la mayoría de las instituciones religiosas y culturales. Todas estas evidencias fácticas apoyan la acusación de genocidio.»[883]
Por un lado, autoridades del Estado de Palestina han denunciado que las acciones de Israel contra la población palestina durante el conflicto implican la comisión de genocidio. Así, el Ministerio de Asuntos Exteriores y Expatriados de Palestina denunció mediante un comunicado que los «crímenes de asesinato, destrucción y desplazamiento significan que el Estado ocupante está cometiendo el crimen de genocidio contra ciudadanos palestinos en la Franja de Gaza».[884] Por otra parte, jefes de Gobierno, autoridades y personalidades han hecho eco de las acusaciones contra Israel. Así, Luis Moreno Ocampo, exfiscal jefe de la Corte Penal Internacional, sostuvo en una entrevista que «Israel no puede bombardear civiles. Israel no puede bloquear el acceso de bienes a Gaza. Eso es un genocidio».[885] El 6 de noviembre, Sudáfrica retiró a su embajador y a toda su misión diplomática de Israel como protesta contra el bombardeo de la Franja de Gaza, al que calificó de «genocidio».[886] El 9 de noviembre tres organizaciones de derechos humanos palestinas al-Haq, Al Mezan, y PCHR se presentaron delante de la Corte Penal International y pidieron que emitiese órdenes de arresto contra varios líderes israelíes como el primer ministro Benjamín Netanyahu o el ministro de defensa Yoav Galant por genocidio e incitación al genocidio.[887]
La relatora de la ONU para los Territorios Palestinos, Francesca Albanese, presentó en la 55.ª sesión del Consejo de Derechos Humanos de la ONU el informe Anatomía de un Genocidio de veinticinco páginas, donde expone que «hay motivos razonables para creer que se ha alcanzado el umbral que indica la comisión del crimen de genocidio contra los palestinos como grupo en Gaza. En concreto, Israel ha cometido tres actos de genocidio con la intención requerida: causar graves daños físicos o mentales a miembros del grupo; infligir deliberadamente al grupo condiciones de vida calculadas para provocar su destrucción física total o parcial; imponer medidas destinadas a impedir los nacimientos dentro del grupo».[888] El 5 de abril, la Comisión de Derechos Humanos de las Naciones Unidas pidió un embargo de armas para Israel para disminuir el riesgo de genocidio en la Franja de Gaza.[889] El 9 de abril, la senadora estadounidense Elizabeth Warren declaró que había «numerosas pruebas» para condenar a Israel por el cargo de genocidio.[890] El 6 de mayo, ante lo que parecía el comienzo de la ofensiva israelí en Rafah, Arabia Saudí llamó a la comunidad internacional a «intervenir inmediatamente para detener el genocidio llevado a cabo por las fuerzas de ocupación».[327] La ganadora del Premio Nobel de la Paz en 2011, Tawakkul Karman, denunció en un discurso el 13 de mayo que «el mundo calla ante el genocidio y la limpieza étnica del pueblo palestino en Gaza».[333]
El académico israelí Omer Bartov, experto en genocidios, defendió el 10 de noviembre en The New York Times: «como historiador del genocidio, creo que no hay pruebas de que un genocidio se esté desarrollando ahora en Gaza, aunque es muy probable que estén sucediendo crímenes de guerra e incluso crímenes contra la humanidad». Sin embargo, en agosto de 2024 escribió un nuevo artículo en The Guardian en el que explicaba:
Ya no lo creo. Cuando viajé a Israel, ya estaba convencido de que, al menos desde el ataque de las FDI a Rafah el 6 de mayo de 2024, ya no era posible negar que Israel estaba cometiendo crímenes de guerra sistemáticos, crímenes contra la humanidad y acciones genocidas. No sólo era que este ataque contra la última concentración de habitantes de Gaza –la mayoría de ellos desplazados ya varias veces por las FDI, que ahora los habían vuelto a empujar a una denominada zona segura– demostraba un total desprecio por cualquier estándar humanitario, sino que también indicaba claramente que el objetivo final de toda esta operación desde el principio había sido hacer inhabitable toda la Franja de Gaza y debilitar a su población hasta tal punto que se extinguiese o buscase todas las opciones posibles para huir del territorio. En otras palabras, la retórica repetida por los dirigentes israelíes desde el 7 de octubre ahora se estaba traduciendo en realidad: es decir, como lo expresa la Convención de las Naciones Unidas sobre el Genocidio de 1948, Israel estaba actuando “con la intención de destruir, total o parcialmente”, a la población palestina en Gaza, “como tal, matando, causando daños graves o infligiendo condiciones de vida destinadas a provocar la destrucción del grupo”».[891]
El 18 de octubre, Estados Unidos utilizó su poder de veto para bloquear una propuesta de resolución del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas presentada por Brasil y apoyada por doce de los quince miembros del Consejo, que pedía «pausas humanitarias» para la entrega de ayuda humanitaria para los civiles sitiados en Gaza. El Reino Unido y Rusia se abstuvieron.[892] La embajadora de Estados Unidos ante la ONU, Linda Thomas- Greenfield explicó que Estados Unidos quería más tiempo para dejar que la diplomacia estadounidense sobre el terreno «se desarrollara», también criticó el texto por no mencionar el derecho de Israel a defenderse, un punto del que se hizo eco la embajadora del Reino Unido en la ONU Barbara Woodward. Rusia se abstuvo diciendo que el proyecto «no tenía un llamamiento claro al alto el fuego» y «no ayudaría a detener el derramamiento de sangre».[892]
El 25 de octubre, Estados Unidos, principal aliado de Israel, presentó una proposición de resolución ante el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas en la que reafirmaba el derecho de Israel a defenderse, instándole a respetar las leyes internacionales —especialmente la protección de los civiles— y pidiendo «pausas humanitarias» para hacer llegar a Gaza la ayuda humanitaria. La resolución fue rechazada con el voto en contra de Rusia, China (ambos miembros permanentes del Consejo y, por lo tanto con poder de veto) y Emiratos Árabes Unidos, mientras que Brasil y Mozambique se abstuvieron. Después se votó una nueva resolución presentada por Rusia que solicitaba un «alto el fuego humanitario» inmediato y condenaba los ataques de Hamás del 7 de octubre en Israel y los «ataques indiscriminados» contra civiles y otros objetivos no militares en Gaza. En este caso, cuatro países votaron a favor: Rusia, China, Emiratos Árabes Unidos y Gabón, mientras que Estados Unidos y Reino Unido votaron en contra, y nueve países se abstuvieron. La resolución no se adoptó porque no consiguió el mínimo de nueve votos afirmativos.[893]
El 27 de octubre, la Asamblea General de las Naciones Unidas adoptó una resolución no vinculante presentada por los países árabes para pedir una «tregua humanitaria inmediata, sostenible y duradera que lleve a una cese de hostilidades» en la Franja de Gaza. La resolución fue aprobada después de obtener una amplia mayoría (121 votos a favor, 44 abstenciones y 14 votos en contra). Previamente, una enmienda presentada por Canadá que solicitaba una condena explícita de los ataques de Hamás no había alcanzado la mayoría requerida.[894]
El 15 de noviembre, el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas aprobó una resolución propuesta por Malta con doce votos a favor, ninguno en contra y tres abstenciones: las de Estados Unidos, Reino Unido y Rusia, para establecer pausas humanitarias «urgentes y amplias» en los combates durante «un número suficiente de días» que permitiesen la entrada de ayuda en la Franja de Gaza por el bien de los civiles «y especialmente los niños», y que se pudiese evacuar a los menores heridos y sus cuidadores. La representante de Malta, Vanessa Frazier, denunció que Gaza «se está convirtiendo en un cementerio de niños» e instó a los otros miembros a «no cerrar los ojos ante su sufrimiento».[52]
El 7 de diciembre, los Emiratos Árabes Unidos llevaron a voto para el día siguiente una resolución del Consejo de Seguridad que exigía un «alto el fuego humanitario inmediato». Este movimiento tuvo lugar poco después de que el secretario general de la ONU, António Guterres, adoptase la poco frecuente medida de invocar el artículo 99 de la Carta de las Naciones Unidas, por el que pedía al Consejo de Seguridad que actuase por existir un «riesgo global» de guerra. El texto propuesto por los Emiratos Árabes Unidos también demandaba la protección de todos los civiles, ya fuesen palestinos o israelíes, y la liberación de todos los rehenes.[895] En la votación del 8 de diciembre, trece de los países del Consejo de Seguridad votaron a favor y uno (Reino Unido) se abstuvo. Estados Unidos fue el único que voto en contra. La resolución fue finalmente rechazada porque Estados Unidos hizo uso de su derecho a veto.[896]
La postura de Estados Unidos al rechazar la resolución del Consejo de Seguridad fue ampliamente criticada por numerosos países y grupos de derechos humanos que condenaron la doble moral de Estados Unidos, de la que dijeron que «corre el riesgo de ser cómplice de crímenes de guerra» y que tenía «un cruel desprecio por el sufrimiento de los civiles».[897] Human Rights Watch ha declarado a través de su director ante la ONU, Louis Charbonneau, que con su postura Estados Unidos está arriesgando hacerse cómplice de los crímenes de guerra perpetrados por Israel. Avril Benoit, directora ejecutiva de Médicos Sin Fronteras, dijo que: «Al vetar esta resolución, Estados Unidos es el único que emite su voto contra la humanidad. El veto estadounidense contrasta marcadamente con los valores que profesa defender. Al seguir brindando cobertura diplomática a las atrocidades que se cometen en Gaza, Estados Unidos está indicando que el derecho internacional humanitario puede aplicarse selectivamente y que las vidas de algunas personas importan menos que las de otras. (...) El veto de Estados Unidos lo convierte en cómplice de la carnicería en Gaza». Agnes Callamard, secretaria general de Amnistía Internacional, dijo en X que el veto «muestra un cruel desprecio por el sufrimiento de los civiles ante un asombroso número de muertos» y que Washington «ha ejercido descaradamente y ha utilizado su veto como arma para forzar al Consejo de Seguridad de la ONU, socavando aún más su credibilidad y capacidad para cumplir su mandato de mantener la paz y la seguridad internacionales». El representante permanente de China ante la ONU, Zhang Jun, dijo al consejo: «Tolerar la continuación de los combates mientras se afirma que nos preocupamos por la vida y la seguridad de la gente en Gaza es contradictorio en sí mismo. Condonar la continuación de los combates y al mismo tiempo abogar por la prevención de los efectos colaterales del conflicto es autoengañarse. Condonar la continuación de los combates y al mismo tiempo hacer referencias a la protección de las mujeres y los niños y a los derechos humanos es hipócrita. Todo esto nos muestra una vez más lo que es el doble rasero».[897]
En respuesta al veto de Estados Unidos, Egipto y Mauritania invocaron la Resolución 377A, que permitía a la Asamblea General de la ONU abordar una cuestión que amenaza la seguridad global descuidada por el Consejo de Seguridad de la ONU. La votación, celebrada el martes 12 de diciembre, obtuvo 153 votos a favor, 23 abstenciones y diez votos en contra (Israel, Guatemala, República Checa, Austria, Liberia, Micronesia, Nauru, Papúa Nueva Guinea, Paraguay y Estados Unidos). Aunque esta resolución no era vinculante, indicó el nivel de apoyo internacional para una tregua en los combates. El texto aprobado «reitera su exigencia de que todas las partes cumplan sus obligaciones en virtud del Derecho Internacional» y exigía la «liberación inmediata e incondicional de todos los rehenes».[898] El respaldo a esta resolución, que pedía un cese de hostilidades, fue mayor que el obtenido el 27 de octubre, en la que se pedía una «tregua humanitaria». El resultado de la votación reflejaba el creciente aislamiento de Estados Unidos, el aliado más cercano de Israel, su principal proveedor de armas y munición y el único que podía obligar a Israel a que aceptase un cese del fuego.[54]
El lunes 18 de diciembre, el Consejo de Seguridad volvió a considerar una nueva propuesta de resolución centrada en aumentar la entrada de ayuda humanitaria en la Franja. Durante cuatro días consecutivos, el voto final de la resolución se vio retrasado por las objeciones de Estados Unidos, que el 22 de diciembre se mostró a favor de aceptarla después de que se retirarse una cláusula que exigía «el aplazamiento urgente de las hostilidades».[899]
El 20 de febrero, Argelia presentó una nueva propuesta de resolución que demandaba un alto el fuego inmediato y la implementación de las medidas ordenadas en enero por la Corte Internacional de Justicia, que ordenaba a Israel rebajar su ofensiva para proteger a los civiles, eliminar los impedimentos a la entrada de ayuda humanitaria en la Franja y adoptar medidas contra los políticos que usaban lenguaje genocida. La propuesta de resolución recabó trece votos a favor, pero no salió adelante porque Estados Unidos ejerció su derecho de veto. El representante argelino declaró que «un voto a favor de esta propuesta de resolución es un apoyo por el derecho del pueblo palestino a la vida. (...) Votar en contra implica un apoyo a la violencia brutal y al castigo colectivo infligido sobre ellos». El representante chino denunció que «la continua y pasiva denegación de un alto el fuego inmediato no es distinta a dar luz verde a las masacres continuas». Por su parte, la representante estadounidense explicó que su país ejercía el veto para no perjudicar las negociaciones para la liberación de los rehenes.[51]
El 1 de marzo, Argelia presentó un comunicado de condena debido a la muerte de más de cien palestinos en un ataque israelí mientras esperaban para conseguir ayuda humanitaria en la ciudad de Gaza. El representante permanente palestino ante la ONU, Riad Mansur, denunció que catorce de los quince miembros del Consejo de Seguridad habían respaldado el comunicado, con la única excepción de Estados Unidos, que utilizó su derecho de veto. El representante adjunto estadounidense, Robert A. Wood, justificó su rechazo a la condena en que Washington «no cuenta con todos los hechos sobre el terreno».[900]
El 22 de marzo, Rusia y China vetaron la propuesta de resolución presentada por Estados Unidos ante el Consejo de Seguridad de la Naciones Unidas en la que pedían un «alto el fuego sostenido, imperativo e inmediato» dada la «urgente necesidad de expandir el flujo de la ayuda humanitaria a Gaza», aunque vinculaba el cese de las hostilidades a la liberación de los rehenes israelíes en manos de Hamás. Además de los votos en contra de Rusia y China como miembros permanentes, Argelia también se opuso a la medida mientras que Guyana se abstuvo, los otros once miembros del Consejo votaron a favor. El representante ruso ante el Consejo, Vasili Nebenzia, justificó su voto en contra, ya que «Estados Unidos ha intentado vendernos un producto empleando la palabra 'imperativo' en su resolución. No nos parece suficiente. Hay que exigir un alto el fuego». El embajador argelino justificó su voto en la falta de contundencia en el lenguaje de la propuesta final y en la ausencia de mención alguna sobre la responsabilidad de Israel en la muerte de civiles palestinos. Se trató de la cuarta propuesta de resolución presentada al Consejo de Seguridad desde que empezó la guerra el 7 de octubre, siendo las tres primeras vetadas por Estados Unidos.[901] El 25 de marzo, el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas aprobó la resolución 2728, que exigía un alto el fuego en la Franja de Gaza. La resolución, que había sido redactada por los diez miembros no permanentes del Consejo, salió adelante con el voto a favor de catorce países y la abstención de los Estados Unidos, que no hizo uso de su poder de veto. Entre otras cosas, el texto de la resolución incluía las siguientes líneas: «Reiterando su exigencia de que todas las partes cumplan con sus obligaciones bajo el derecho internacional, incluido el derecho internacional humanitario y las leyes internacionales de derechos humanos, y a este respecto deplorando todos los ataques contra civiles y contra objetivos civiles, así como toda violencia y hostilidad contra civiles, y todos los actos de terrorismo, y recordando que la toma de rehenes está prohibida por el derecho internacional, expresando una gran preocupación por la catastrófica situación humanitaria de la Franja de Gaza (...) Exige un inmediato alto el fuego para el mes de Ramadán respetado por todas las partes y que lleve a un alto el fuego duradero y sostenible, y también exige la inmediata e incondicional liberación de todos los rehenes, así como la garantía del acceso de ayuda humanitaria para cubrir las necesidades médicas y de cualquier otro tipo». También «enfatiza la necesidad urgente de expandir el flujo de ayuda humanitaria y de reforzar la protección de los civiles en toda la Franja de Gaza y reitera su exigencia de que se eliminen todas las barreras para la provisión de ayuda humanitaria a gran escala, en línea con el derecho internacional y con las resoluciones 2712 y 2720».[53]
El Consejo de Seguridad adoptó el 10 de junio la resolución 2735 (2024) con 14 votos a favor y la abstención de la Federación de Rusia. Se trataba de una nueva propuesta para poner fin a la guerra en Gaza, consistente en un acuerdo global de alto el fuego en tres fases. La primera fase incluía un alto el fuego inmediato, total y completo con la liberación de los rehenes, la devolución de los restos de algunos rehenes que habían muerto, el intercambio de estos por prisioneros palestinos, la retirada de las fuerzas israelíes de las zonas pobladas de Gaza, el regreso de los civiles palestinos a sus hogares, y la distribución eficaz de ayuda humanitaria a gran escala en toda la Franja de Gaza. La segunda fase contemplaba el fin definitivo de las hostilidades a cambio de la liberación de todos los demás rehenes que aún permaneciesen en Gaza y la retirada total de las fuerzas israelíes de la región. La tercera fase consistía en la puesta en marcha de la reconstrucción de Gaza. En esta fase, deberían devolverse a sus familias los restos mortales de los rehenes que aún permaneciesen en la Franja. Si las negociaciones de la primera fase duraran más de seis semanas, el alto el fuego debería continuar mientras estas prosiguiesen. La resolución del Consejo rechazaba además «cualquier intento de cambio demográfico o territorial en la Franja de Gaza, incluida cualquier acción que reduzca el territorio de la Franja». El Consejo instó tanto a Israel como a Hamás a aplicar la propuesta de esta resolución plenamente, de inmediato y sin condiciones.[902]
Tras los ataques del 7 de octubre, los líderes de los partidos de la oposición de Israel emitieron una declaración conjunta expresando pleno respaldo al ejército israelí y unidad con el gobierno.[903]
El presidente palestino Mahmud Abás dijo que los palestinos tenían derecho a defenderse contra el «terror de los colonos y las tropas de ocupación».[904] En Cisjordania, tuvieron lugar celebraciones en Ramala. Se establecieron guardias vecinales en 50 localidades ante el temor a represalias por parte de los colonos israelíes, mientras que se convocó una huelga general para el 8 de octubre. Siete palestinos murieron en enfrentamientos con las fuerzas israelíes ese mismo 7 de octubre, mientras que otros 126 resultaron heridos.[450]
Las respuestas de los gobiernos, organizaciones internacionales, empresas y otras personalidades internacionales a los eventos de la guerra Israel-Gaza de 2023, han consistido en su gran mayoría en condenar cualquier forma de violencia, ya sea por parte de uno de los contendientes o del otro.
Los diversos ataques llevados a cabo por Israel contra objetivos civiles le han causado un creciente aislamiento internacional. Bolivia rompió todos los lazos diplomáticos con Israel el 31 de octubre y, horas más tarde, Chile y Colombia llamaron a consultas a sus embajadores. Jordania hizo lo propio el 1 de noviembre, Baréin el 2 de noviembre, Honduras el 3 de noviembre, Turquía el 4 de noviembre, Chad el 5 de noviembre, Sudáfrica el 6 de noviembre y Belice el 14 de noviembre.[905] El 6 de febrero de 2024, la Unión Africana (UA) decidió suspender la decisión de conceder a Israel el estatus de observador.[906] El 1 de mayo el presidente de Colombia, Gustavo Petro, anunció que su país rompería relaciones diplomáticas con Israel «por tener un Gobierno, por tener un presidente genocida».[907]
La guerra también causó una tensión en aumento con el gobierno estadounidense, principal aliado estratégico de Israel, y con numerosas figuras influyentes del Partido Demócrata. Aunque al principio de la guerra las críticas provinieron principalmente de su ala progresista, con congresistas como Rashida Tlaib o Alexandria Ocasio-Cortez criticando duramente la actuación israelí, según iba creciendo la devastación por los bombardeos y la hambruna por el bloqueo de ayuda humanitaria se fueron haciendo más generalizadas en amplios sectores del partido. Entre otros, Nancy Pelosi lideró a un grupo de cuarenta congresistas demócratas que urgieron a Joe Biden a suspender el envío de armas a Israel,[908] mientras que Elizabeth Warren declaró que había «amplias evidencias» de que Israel estaba cometiendo un genocidio en la Franja de Gaza.[890] A comienzos de mayo, Estados Unidos decidió pausar el envío de bombas de 900 y 225 kilos a Israel ante la posibilidad de que este las usase en su ofensiva contra Rafah, y anunció que detendría el envío de armas en general si dicha ofensiva continuaba. Sin embargo, otros envíos de armas por valor de miles de millones de dólares siguieron adelante según lo previsto.[909]
El 10 de mayo, la Asamblea General de las Naciones Unidas respaldó el intento de Palestina de llegar a ser Estado miembro de pleno derecho de las Naciones Unidas al recordar que tiene derecho a la autodeterminación, decidir que cumple los requisitos para su admisión y solicitar que el Consejo de Seguridad «reconsidere el asunto favorablemente». La votación salió adelante con 143 votos a favor, 25 abstenciones y sólo 9 votos en contra, entre los que se encontraban los de Israel y Estados Unidos.[910]
Desde el comienzo de la guerra, en octubre de 2023, se han sucedido multitud de manifestaciones en varios países del mundo. Estos eventos se centraron en una variedad de temas relacionados con la actual guerra entre Israel y la Franja de Gaza, incluidas las demandas de un alto el fuego, el fin del bloqueo, la liberación de rehenes israelíes, la protesta por crímenes de guerra y la prestación de ayuda humanitaria a Gaza. Las protestas contra la acción israelí en Gaza fueron notablemente numerosas en todo Oriente Medio y el norte de África, especialmente tras la masacre del Hospital Bautista Al-Ahli.[50]
El ataque del 7 de octubre significó una escalada notable en el conflicto en curso entre Israel y Hamás. Se destacó por su escala y alcance sustanciales, ya que abarcó tanto el lanzamiento de cohetes como los ataques fronterizos en Gaza. Este acontecimiento marcó un cambio significativo con respecto a conflictos anteriores, que normalmente seguían una progresión gradual con una escalada creciente de las tensiones.[911]
Durante el conflicto se ha llegado a publicar y difundir información no verificada a través de las redes sociales, los políticos y los principales medios de comunicación. Si bien en algunos casos se ha aclarado o agregado contexto a la historia original publicada, las características del conflicto, en el que la audiencia no siempre regresa para leer o escuchar la información adicional, han llevado a que se tarde en corregir el problema.[912]
Varias organizaciones de noticias informaron sobre la decapitación de bebés por parte de Hamás el 10 de octubre, después de que una reportera del canal de televisión israelí i24 News entrevistara a miembros de las Fuerzas de Defensa de Israel en el lugar de la masacre de Kfar Aza, quienes informaron haber visto bebés a quienes les habían cortado la cabeza.[913] CBS News entrevistó más tarde a Yossi Landau, jefe regional de la organización judía de primeros auxilios ZAKA, quien dijo que tanto bebés como niños habían sido decapitados, y que se habían encontrado cadáveres de adultos desmembrados.[914] Posteriormente, el gobierno de Israel publicó fotografías de bebés muertos que, según dijo, murieron en el ataque al kibutz, pero NBC News afirmó que no se había proporcionado evidencia fotográfica alguna de que se hubieran decapitado bebés.[915]
El presidente estadounidense, Joe Biden, dijo que había visto pruebas fotográficas de terroristas decapitando a niños, aunque posteriormente un funcionario de la administración estadounidense aclaró que ni Biden ni sus asistentes habían visto fotografías ni habían recibido informes confirmados de niños o bebés que hubieran sido decapitados por Hamás.[915] Según un comunicado de la administración demócrata, el presidente hizo esas afirmaciones basándose en informaciones que el Gobierno israelí había dado «públicamente».[916] A partir de ese momento, los posteriores comentarios de funcionarios y medios israelíes sobre las supuestas decapitaciones han corregido o suavizado sus afirmaciones.[915] Posteriormente, el periódico israelí Haaretz confirmó que la historia era falsa. Sólo dos menores, Yiftach Kutz, de 14 años, y su hermano, Yonatan, de 16, fueron identificados como asesinados en Kfar Azza, y ninguno de ellos fue decapitado. Ishay Coen, periodista del sitio web ultraortodoxo Kikar Hashabbat, admitió que cometió un error al aceptar sin cuestionar las afirmaciones de las FDI. «¿Por qué un oficial del ejército inventaría una historia tan horrible?», se preguntó y añadió: «Me equivoqué».[917]
En cualquier caso, el ministro de Asuntos Exteriores, Yisrael Katz, continuó difundiendo el bulo de los bebés decapitados mucho después de que se demostrase falso. El 3 de junio, cuando el gobierno de Eslovenia decidió reconocer al Estado de Palestina, declaró: «La decisión del gobierno esloveno de recomendar que el Parlamento esloveno reconozca un Estado Palestino recompensa a Hamás por asesinatos, violaciones, mutilaciones de cuerpos y decapitaciones de bebés».[348]
Otra noticia falsa que se difundió fue la de un bebé quemado en un horno, que el diario británico Daily Mail transformó en varios bebés.[913] El primer ministro israelí Benjamín Netanyahu le contó al presidente estadounidense Joe Biden en una de sus entrevistas que milicianos de Hamás «tomaron a docenas de niños, los ataron, los quemaron y los ejecutaron». Israel nunca aportó una sola prueba a este respecto.[913] Igualmente, un miembro de ZAKA, la ONG israelí encargada de recuperar los cadáveres de las víctimas del ataque, habló de veinte cuerpos de niños atados y quemados en el kibutz Be'eri y de otros tantos en Kfar Aza. Sin embargo, la lista oficial de víctimas solo incluye a dos adolescentes en Kfar Azza. En el kibutz Beeri murieron nueve menores, la mayoría fallecidos en sus casas junto a sus familias. De hecho, entre las más de 1200 víctimas del ataque de Hamás se contaron solamente dos bebés: Mila Cohen, de 10 meses, que fue asesinada junto a su padre en el kibutz Beeri, y la hija de apenas unas horas de edad de una embarazada de nueve meses que se dirigía al hospital para dar a luz cuando le dispararon en el estómago. Otros cinco niños de entre dos y seis años fueron asesinados en el ataque.[913] Ese mismo miembro de Zaka también habló del cuerpo de una mujer embarazada cuyo abdomen habría sido abierto en canal, pero los habitantes de la casa del kibutz Be'eri donde dice que encontró su cadáver y las propias autoridades del kibutz afirmaron desconocer dicha mujer, y tanto la policía como los expertos forenses no han identificado ningún caso que concuerde con la descripción.[913]
Una serie de funcionarios israelíes entre los que destaca el ministro de Asuntos Exteriores, Yisrael Katz, siguieron difundiendo el bulo de los bebés quemados muchos meses después de que se demostrase falso, como en sus respuestas al presidente turco Recep Tayyip Erdoğan el 22 de marzo de 2024: «Vosotros, que apoyáis a los que queman bebés, a los asesinos, violadores y mutiladores criminales de Hamás, sois los menos indicados para hablar sobre Dios»,[918] a Gustavo Petro cuando Colombia rompió lazos diplomáticos con Israel el 1 de mayo: «La historia recordará que Gustavo Petro decidió ponerse del lado de los monstruos más viles que la historia ha tenido nunca, que quemaron bebés, mataron a niños, violaron a mujeres y secuestraron a civiles inocentes»,[919] o a tres países europeos que anunciaron el reconocimiento de Palestina a finales de mayo de 2024: «la historia recordará que España, Noruega e Irlanda decidieron conceder una medalla de oro a los asesinos de Hamás que violaron a mujeres y quemaron a bebés».[920]
El 7 de diciembre, el ejército israelí anunció a través de un vídeo que Israel había detenido a 150 hombres en la Franja de Gaza, y que el 10 de diciembre detuvo a decenas más. Según Israel, las detenciones se produjeron tras una rendición masiva de militantes de Hamás. El The New York Times informó que la afirmación de que los combatientes de Hamás se habían rendido se hizo después de que se vieran en las redes sociales vídeos y fotografías de «hombres desnudos hasta quedar en ropa interior, sentados o arrodillados en el suelo, algunos de ellos atados y con los ojos vendados».[921] Las personas que se ven en las imágenes fueron identificados como civiles, entre ellos un periodista. El CICR se mostró preocupado por las imágenes y subrayó fuertemente «la importancia de tratar a todos los detenidos con humanidad y dignidad, de conformidad con el derecho internacional humanitario».[922]
La BBC informó que en un vídeo de la aparente entrega de armas no está claro si un hombre está «entregando» las armas o simplemente moviéndolas según las instrucciones que recibe de sus guardianes israelíes. Además, el periódico británico sugirió que el evento se realizó frente a la cámara, en lugar de como un acto de rendición auténtica, y que no se sabe si las personas mostradas tenían alguna relación con Hamás o con el ataque del 7 de octubre.[923]Haaretz informó que los funcionarios de seguridad israelíes creían que solamente entre el 10 % y el 15 % de las personas que aparecían en el vídeo estaban en realidad relacionadas con Hamás, y que a pesar de las afirmaciones públicas de Israel, no se trataba de una «rendición masiva» de miembros de Hamás.[924] Amnistía Internacional calificó el trato dado a los detenidos el 7 de diciembre como una violación del derecho internacional y añadió que «Todos los detenidos deben recibir un trato humano y se les debe garantizar el derecho a un juicio justo y al debido proceso. Todos los detenidos arbitrariamente deben ser puestos en libertad. Israel tiene un terrible historial de impunidad por violaciones cometidas por sus fuerzas, lo que subraya la urgente necesidad de una investigación independiente y efectiva de todas las muertes bajo custodia, informes de desapariciones forzadas, torturas y otros malos tratos a palestinos de Gaza».[925]
Si bien una misión de investigación de la ONU encontró una «base razonable» para creer que se cometieron actos de violencia sexual durante el ataque del 7 de octubre y el fiscal del Tribunal Penal Internacional solicitó órdenes de arresto contra tres líderes de Hamás por, entre otras acusaciones, «violaciones y otros actos de violencia sexual considerados crímenes contra la humanidad», dos de las noticias que más recorrido tuvieron en los medios internacionales han resultado ser falsas.[926]
Por un lado, un voluntario de ZAKA, el servicio voluntario de recogida de cadáveres que actuó tras los ataques, declaró que había visto el cadáver de una chica adolescente separada de dos de sus familiares y con los pantalones bajados. Numerosos medios de comunicación se hicieron eco de la noticia y la citaron como uno de los ejemplos de las violaciones de Hamás. Sin embargo, una investigación posterior demostró que la chica había sido arrastrada de un lado a otro de la casa por los propios zapadores israelíes, que temían que tuviese adosada una bomba trampa, y que los pantalones se le habían bajado accidentalmente durante esta maniobra.[926]
Otro de los voluntarios de ZAKA, Yossi Landau, declaró a los medios que había visto los restos calcinados de una mujer embarazada con el vientre abierto y el feto arrancado de su interior, pero con el cordón umbilical todavía uniéndolos. Sin embargo, cuando llamó a otros voluntarios, estos mismos le advirtieron de que no era así, pues se trataba de una mujer obesa con un cable eléctrico rodeándole la cintura y un aparato indefinido colgando del cable. Pese a que sus propios compañeros le avisaron de su error, Landau siguió contando su versión de los hechos a los medios de comunicación, que difundieron la noticia sin comprobar su veracidad. La propia ZAKA ha pedido en vano a Landau que deje de contar su historia, y la ONU ha declarado que se trata de un bulo sin fundamento alguno.[926]
En el caos consiguiente al ataque de Hamás del 7 de octubre, numerosas historias falsas circularon por las redes sociales e incluso se hicieron virales, hasta el punto de ser repetidas por funcionarios o personalidades israelíes y extranjeras. Por ejemplo, el teniente coronel Yaron Buskila difundió la historia de que se habían encontrado bebés colgando de cuerdas de la ropa, y estos comentarios fueron repetidos en Twitter por personalidades de todo el mundo. Sin embargo, poco después se demostró que la historia era falsa.[913]
La primera dama de Israel, Sara Netanyahu, también contribuyó a la difusión de bulos en su entrevista con su homónima estadounidense, Jill Biden, en la que afirmó que una mujer embarazada de nueve meses había sido secuestrada y llevada a la Franja de Gaza, donde había dado a luz. Las redes sociales identificaron a esta supuesta mujer con una trabajadora tailandesa, pero su familia y amigos desmintieron que estuviera embarazada y, cuando fue liberada en el intercambio de rehenes, ella misma afirmó que ni estaba embarazada ni había dado a luz. El ejército israelí ha declarado que no tiene noticias de que existan rehenes embarazadas.[913]
El ministro de Defensa israelí Yoav Gallant publicó imágenes el 16 de febrero de 2024 en las que decía que se veía a ambulancias de la Media Luna Roja Palestina asistiendo a milicianos heridos durante el ataque del 7 de octubre. Sin embargo, poco después se desveló que las ambulancias no eran de la Media Luna Roja sino del propio servicio médico militar de Hamás.[927] A principios de diciembre, el periódico israelí The Jerusalem Post publicó un artículo en el que afirmaban falsamente que un bebé palestino de cinco meses muerto en Gaza era en realidad «una muñeca». Posteriormente, el periódico eliminó el artículo y cualquier mención del mismo en sus redes sociales. Aunque no mencionaron el artículo directamente, publicaron una declaración que decía: «El artículo en cuestión no cumplía con nuestros estándares editoriales y, por lo tanto, fue eliminado».[928]
Más de 750 periodistas estadounidenses firmaron una carta abierta condenando «el asesinato de periodistas en Gaza por parte de Israel y criticando la cobertura de la guerra por parte de los medios occidentales». La carta decía que las redacciones de los medios de comunicación son «responsables de la retórica deshumanizante que ha servido para justificar la limpieza étnica de los palestinos», además de argumentar que, aunque no en su propia voz, «los periodistas deberían usar palabras como "apartheid", "limpieza étnica" y "genocidio" para describir el trato que Israel da a los palestinos».[929]
El 23 de noviembre de 2023, ocho periodistas residentes en el Reino Unido empleados por la BBC remitieron una carta a Al Jazeera donde expresaban su preocupación por el doble rasero de la cobertura de la BBC en la guerra entre Israel y Gaza de 2023, contrastándola con los informes «inquebrantables» sobre los crímenes de guerra cometidos por los rusos en Ucrania. Los periodistas acusaron a la corporación de omitir el contexto histórico y tratar por todos los medios de humanizar a las víctimas israelíes sin hacer lo mismo con las víctimas palestinas.[930]
En una carta abierta dirigida a los medios de comunicación australianos, los periodistas de ese país criticaron un doble rasero en la confianza otorgada a las declaraciones realizadas por las FDI, afirmando: «El gobierno israelí también es un actor en este conflicto, con pruebas cada vez mayores de que está cometiendo crímenes de guerra y una historia documentada de compartir información errónea. La versión de los acontecimientos del gobierno israelí nunca debe informarse palabra por palabra sin contexto o verificación de hechos».[931]
A comienzos de enero de 2024, The Intercept reveló que todas las noticias sobre la Franja de Gaza de la cadena estadounidense CNN, independientemente de si son escritas en Oriente Medio, en Estados Unidos o en cualquier otra parte del mundo, son enviadas al censor militar israelí antes de su publicación. Esto supone, en palabras de un periodista de la propia CNN, que «cada una de las líneas de los reportajes relacionados con Israel-Palestina deben obtener la aprobación de la oficina de Jerusalén (...), de la cual salen líneas que, en la mayoría de los casos, son editadas con un matiz muy específico» que favorece la narrativa israelí. Según este periodista, la palabras «crimen de guerra» o «genocidio» son tabú en la cadena, y los bombardeos israelíes son simplemente «explosiones» de las que no se responsabiliza a nadie, salvo que el propio ejército israelí asuma explícitamente la responsabilidad. Otros medios de comunicación como Associated Press también han remitido en el pasado sus informaciones al censor israelí previa publicación, mientras que The New York Times aclaró al respecto que «no enviamos nuestra cobertura al censor militar israelí».[932]
El 5 de abril, Israel anunció el cierre de las operaciones de la cadena Al Jazeera en todo el país «para detener finalmente la bien aceitada máquina de incitación de Al Jazeera, que perjudica la seguridad del Estado». Netanyahu afirmó que la decisión fue adoptada de manera unánime por el gabinete de guerra israelí.[933] Está orden de suspensión ha sido criticada por Naciones Unidas, que solicitó a las autoridades israelíes que revocasen su decisión, y por Reporteros Sin Fronteras, que la describió como un «intento para silenciar la realidad» de la guerra de Gaza.[934] El 22 de septiembre, soldados israelíes fuertemente armados irrumpieron en la oficina de Al Jazeera en Ramala, en la Cisjordania ocupada, ordenaron su cierre inmediato y procedieron a confiscar el equipo de grabación. La cadena catarí condenó el ataque que calificó como «una afrenta a la libertad de prensa y a los principios mismos del periodismo».[935]
Las autoridades israelíes practicaron detenciones de palestinos de Israel por «comportamiento perturbador» debido a diversas publicaciones en las redes sociales según Adalah, asociación que defiende a los árabe-israelíes de violaciones de los derechos humanos.[936] En el periodo transcurrido entre el 1 de diciembre y el 18 de enero, Israel fue el sexto país que más periodistas encarceló en el mundo, empatado con Irán y solo precedido por China, Myanmar, Bielorrusia, Rusia y Vietnam.[937]
El 20 de diciembre, Human Rights Watch publicó un informe de 51 páginas donde acusa a la compañía estadounidense Meta Platforms, dueña de Facebook e Instagram, de «censura sistémica del contenido palestino». En el citado documento la organización humanitaria documenta el patrón de la compañía Meta de eliminar todo discurso a favor del pueblo palestino en Facebook e Instagram, incluida la expresión pacífica de apoyo a Palestina y el debate público sobre los derechos humanos palestinos. Según dijo Deborah Brown, directora adjunta interina de tecnología y derechos humanos de Human Rights Watch. «La censura de Meta del contenido en apoyo a Palestina añade insulto a la herida en un momento de atrocidades y represión indescriptibles que ya sofocan la expresión de los palestinos».[938]
La campaña de bombardeos llevada a cabo por el ejército israelí ha sido definida por el historiador bélico estadounidense Robert Pape como «una de las campañas de castigo civil más intensas de la historia». De hecho, supera incluso a la campaña de bombardeos aliada contra Alemania en la Segunda Guerra Mundial, que destruyó en torno al 40 % o 50 % de la superficie urbana de las 51 ciudades alemanas bombardeadas. Esto supuso la destrucción de un 10 % de los edificios de Alemania, en comparación con más del 33 % de los edificios gazatíes tan solo hasta enero.[939]
Un estudio para el diario Haaretz llevado a cabo por Yagil Levy, profesor de sociología de la Universidad Abierta de Israel, destacó que la campaña de bombardeos israelíes sobre la Franja de Gaza era la más indiscriminada en términos de víctimas civiles en tiempos modernos. En este estudio, Levy señala que en los tres conflictos previos, la ratio de civiles muertos se encontraba en torno al 40 %. Esta ratio se redujo en el conflicto de mayo de 2023 al 33 %, pero durante las primeras semanas del actual conflicto las víctimas civiles ascendieron al 61 % en lo que Levy describió como una «matanza sin precedentes» por parte de las fuerzas israelíes en Gaza, señalando que la media de víctimas civiles en los conflictos de todo el siglo XX se encuentra en torno al 50 %. En su opinión, «la conclusión es que la enorme matanza de civiles no solo no contribuye en nada a la seguridad de Israel, sino que asienta las bases para un futuro declive de esta. (...) Los gazatíes que surjan de las ruinas de sus hogares y de la pérdida de vidas de sus familiares buscarán una venganza que ningún dispositivo de seguridad podrá detener».[940]
De una manera análoga, un estudio de The New York Times del 25 de noviembre demostraba que, incluso tomando las cifras de víctimas más conservadoras, el número de muertes civiles en el actual conflicto entre Israel y la Franja de Gaza tiene pocos o ningún precedente en este siglo. Este estudio, que colocaba la cifra de muertes civiles en torno al 70 % del total de víctimas, afirmaba que el ejército israelí está matando civiles a una velocidad mayor de la que Estados Unidos empleó en los momentos más sangrientos de la guerra de Irak de 2003, la guerra de Afganistán de 2001 a 2021 y de las campañas estadounidenses en la guerra civil de Siria, que ya de por sí fueron ampliamente criticadas por los grupos en defensa de los derechos humanos. De hecho, en los dos primeros meses del actual conflicto murieron más mujeres y niños a manos del ejército israelí que en todo el primer año de la guerra de Irak de 2003 y aproximadamente las mismas que en los veinte años de la guerra de Afganistán a manos de las tropas aliadas. En comparación con la invasión rusa de Ucrania, en tan solo dos meses han muerto más del doble de mujeres y niños en la Franja de Gaza que en dos años de guerra en Ucrania. Estas cifras se entienden al comprobar el uso despreocupado que Israel hace de bombas de 900 kilos en zonas densamente pobladas, cuando las bombas más frecuentemente usadas por los estadounidenses en los citados conflictos eran de apenas 230 kilos, y ya eran consideradas excesivas. Para encontrar una situación análoga, según un experto holandés consultado por este diario, habría que retrotraerse a la guerra de Vietnam o incluso a la Segunda Guerra Mundial, cuando todavía no existían los Convenios de Ginebra.[811]
Muertos palestinos en los últimos conflictos[811] | ||
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Hombres | Mujeres y niños | |
Guerra de 2023 | 31 % | 69 % |
Guerra de 2021 | 59 % | 41 % |
Guerra de 2014 | 62 % | 38 % |
Guerra de 2008-2009 | 61 % | 39 % |
Un tercer artículo, en este caso de la revista israelí +972 en colaboración con la también israelí Local Call, titulado «Una fábrica de asesinatos masivos», explicaba que el abultado número de víctimas civiles palestinas se debía a una combinación de tres factores: un mayor permiso al ejército israelí para bombardear objetivos no militares, una mayor ligereza en cuanto al número de víctimas civiles consideradas tolerables y el uso de inteligencia artificial para la selección de objetivos potenciales de los bombardeos. Basada en conversaciones con siete miembros y exmiembros del servicio de inteligencia israelí, así como en documentación y datos sobre el terreno, la investigación explicaba que el aumento en el número de objetivos no militares bombardeados (residencias privadas, edificios públicos, torres de viviendas e infraestructura, denominados «objetivos de poder») iba encaminada a dañar a la población civil gazatí para que esta, a su vez, ejerciese cierta presión sobre Hamás. Según esta investigación, el ejército israelí sabe antes de cada bombardeo el número aproximado de víctimas mortales que va a causar. Según las fuentes consultadas por la revista, los objetivos de los bombardeos pueden clasificarse en cuatro categorías: «objetivos tácticos», los de cierto valor militar; «objetivos subterráneos», los túneles o búnkeres usados por Hamás; «objetivos de poder» (matarot otzem), como universidades, edificios públicos o bancos; y «hogares familiares», las viviendas de los distintos operativos de Hamás. Más de la mitad de los objetivos bombardeados en los cinco primeros días de combates fueron del tercer y cuarto grupo. Como resultado, más de 300 familias gazatíes han perdido a diez o más miembros en los bombardeos israelíes.[941]
Un análisis de las 25 000 primeras víctimas mortales de los bombardeos israelíes llevado a cabo por el diario El País reveló que el 80 % de los fallecidos eran mujeres o niños. En concreto, el recuento de víctimas sumó 12 345 niños (un 50 %), 7100 mujeres (un 29 %) y 5217 hombres (un 21 %). Más de un 1 % de la población gazatí había muerto por los ataques israelíes.Comparado con otros conflictos recientes, en la invasión rusa de Ucrania habían muerto 10 000 personas en un año y medio de conflicto, mientras que esa cifra se alcanzó en la Franja de Gaza en el primer mes de guerra. Tan solo en los meses de octubre y noviembre se registraron 1614 ataques israelíes con víctimas civiles.Según las imágenes vía satélite, más de la mitad de las viviendas de la Franja habían sido dañadas o completamente destruidas, cifra que ascendía en la zona norte hasta un porcentaje comprendido entre el 72 % y el 84 %. Desde un punto de vista geográfico, el 25 % de los fallecidos por los ataques israelíes murieron en el sur de la Franja de Gaza, entre las gobernaciones de Jan Younis y Rafah, zona a la que las autoridades israelíes instaron a la población civil a refugiarse. En concreto, un 22 % de los fallecidos murieron en la gobernación de Gaza del Norte, un 37 % en la de Gaza, un 17 % en la de Deir al-Balah, un 15 % en la de Jan Yunis y un 9 % en la de Rafah.[30]
Las distintas milicias palestinas están llevando a cabo una guerra de guerrillas desde el comienzo de la invasión israelí. Según informaba CNN a comienzos de agosto de 2024, a pesar de los más de nueve meses de combates, de una de las campañas de bombardeos más destructivas de la historia reciente y del asesinato de varios de sus principales líderes, la mitad de los batallones de Hamás en el norte y centro de la Franja de Gaza habían conseguido reconstruir sus capacidades bélicas en parte o totalmente. El ejército israelí ha declarado que 22 de los 24 batallones de las Brigadas de Ezzeldin al-Qassam han sido destruidos, y que los otros dos estaban siendo combatidos en ese momento. Sin embargo, numerosas unidades de milicianos palestinos han vuelto a combatir en zonas que el ejército israelí había declarado aseguradas previamente. Según el estudio de CNN, a comienzos de julio, solo tres de los veinticuatro batallones podían considerarse fuera de combate, otros ocho eran «efectivos en combate» (es decir, capaces de defender el terreno usando tácticas sofisticadas y sistemas armamentísticos avanzados), y los trece restantes podían ser considerados como «deteriorados» (es decir, que sus numerosas pérdidas le dificultaban llevar a cabo las misiones asignadas y solo mostraban ciertas características de los batallones efectivos en combate). Los batallones del centro de la Franja de Gaza son los que mostraban una mejor capacidad de combate y, de hecho, siete de los dieciséis batallones del centro y norte de la Franja han podido reforzarse tras los combates iniciales. Ese refuerzo se realiza de dos maneras: o reuniendo varias unidades dañadas en una sola reconstituida, o reclutando nuevos miembros entre la población civil afectada por la guerra. Esto ha llevado a que, por ejemplo, a pesar de más de tres meses de devastadores bombardeos en la zona de Jabalia en otoño de 2023, y de que Israel declarase «desmantelados» los tres batallones de Hamás en la ciudad, las tropas israelíes se enfrentaron con una «resistencia feroz» cuando trataron de volver en mayo de 2024. Hasta cuatro veces ha declarado el ejército israelí «asegurado» el barrio gazatí de Zeitún, y siempre que ha vuelto se ha encontrado otra vez con intensos combates.[942]
En opinión de diversos expertos militares estadounidenses, los factores que han colaborado en la reconstitución de las guerrillas palestinas han sido la intensa campaña de bombardeos israelí y la ausencia de un plan por parte de las autoridades israelíes para terminar con la guerra. Entre otros, el general retirado estadounidense David Petraeus, que dirigió a las tropas de su país contra la insurgencia iraquí, recomendó a Israel «distinguir muy claramente entre civiles y milicianos» para evitar que Hamás se reconstituyese. El secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken, también avisó de que la ofensiva de Rafah, que iba a causar una enorme crisis humanitaria por el desplazamiento súbito de un millón y medio de personas, iba a crear contra Israel una «insurgencia duradera» y que, sin un plan para terminar la guerra, en la Franja de Gaza iba a quedar un vacío de poder que sería ocupado «por el caos, por la anarquía y, finalmente, por Hamás otra vez». Según Emily Harding, del Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales de Washington, Israel «ciertamente ha matado a un montón de guerrilleros de Hamás, pero todavía están ahí, y van a ponerse a reclutar como locos despues del tipo de cosas que Israel ha hecho».[942]
En cuanto al armamento, aunque tradicionalmente Hamás ha recibido armas de aliados como Irán a través de los túneles que pasan bajo la frontera con Egipto, varios estudios durante la guerra de Gaza de 2023-24 revelaron que gran parte del armamento que Hamás utilizaba en sus ataques contra Israel provenía de la propia Israel. Según The New York Times, diversos expertos en armas y agentes de inteligencia israelíes y occidentales creían que Hamás había logrado construir gran parte de sus misiles y de su armamento antitanque a partir de las bombas que no habían detonado en los bombardeos israelíes previos. Se calcula que alrededor del 10% (o incluso el 15%) de los proyectiles lanzados por Israel en sus diversas campañas de bombardeos sobre la Franja de Gaza no habían detonado. Con una bomba de 340 kilos sin detonar se pueden fabricar cientos de misiles de los que Hamás lanza contra Israel. Entre las armas fabricadas a partir de los explosivos israelíes se encontraban misiles antitanque, ojivas para RPGs, granadas termobáricas y diversos artefactos explosivos improvisados. Michael Cardash, consultor de la policía israelí, declaró a The New York Times que «el material de guerra sin estallar es la fuente principal de explosivos para Hamás. (...) Están abriendo bombas y obuses de artillería provenientes de Israel, y muchos se están usando, por supuesto, y readaptando para sus explosivos y proyectiles».[943][944]
En cuanto a los fusiles de asalto, la gran mayoría de los usados por los milicianos de Hamás son del tipo AK-47, aunque con una gran variedad dentro de este modelo, pues usan variedades europeas, rusas, chinas y norcoreanas.[945] Los RPGs tienen también un origen muy variado, desde Bulgaria hasta China y Corea del Norte, además de los fabricados en la propia Franja de Gaza, denominados Yasin y que pueden penetrar la armazón de los tanques y los TBPs israelíes.[945] Otra fuente de abastecimiento son las armas robadas en bases militares israelíes. Un informe interno israelí detectó que cientos de pistolas y granadas y miles de balas habían sido robadas de bases militares mal protegidas. De hecho, se encontraron este tipo de granadas y armas en los cadáveres de los milicianos palestinos que llevaron a cabo la operación Inundación de Al-Aqsa el 7 de octubre de 2023. [943] Además, los francotiradores de Hamás utilizan miras de precisión fabricadas en Estados Unidos y vendidas por este país a Irán, según una investigación de Haaretz. En concreto, usan estas miras con el rifle de origen iraní AM-50 Sayyad, que dispara balas del mismo calibre que el M2 Browning, de amplio uso en el ejército israelí. Este rifle es capaz de perforar sin problemas tanto el chaleco antibalas como el casco estándar de los soldados israelíes. Además del AM-50 Sayyad, también usan el fusil de francotirador estadounidense M-14 y el de origen soviético SVD Dragunov.[945]El portavoz de Hamás en la Franja de Gaza, Abu Obaida, explicó a Al Jazeera que hasta las balas que usan sus milicianos son de fabricación local.[944]
El 8 de noviembre, el relator especial de las Naciones Unidas para el derecho a una vivienda adecuada, Balakrishnan Rajagopal, recordó que «llevar a cabo hostilidades sabiendo que destruirán o dañarán sistemáticamente viviendas o infraestructuras civiles, haciendo que una ciudad entera —como la ciudad de Gaza— resulte inhabitable para los civiles es un crimen de guerra», a lo cual añadió que «dichos actos equivalen a crímenes de guerra y, cuando están dirigidos contra la población civil, pueden también equivaler a crímenes contra la humanidad». Para aquel entonces, los bombardeos israelíes habían destruido o dañado parcialmente el 45 % de todas las viviendas de la Franja de Gaza.[946]
El ejército israelí ha causado una enorme destrucción en la infraestructura civil y las ciudades gazatíes. Un informe del Wall Street Journal calculaba el 30 de diciembre en un 70 % el número de viviendas destruidas por los bombardeos israelíes, además de cerca de la mitad de los edificios.[807] El 17 de enero, un estudio de profesores de la Universidad Municipal de Nueva York y de la Universidad Estatal de Oregón fijaba la cifra de edificios dañados o totalmente destruidos entre el 50 % y el 62 %.[947] Una investigación de The Guardian desveló que, tan solo en las localidades de Beit Hanun, al-Zahra y Jan Yunis, Israel había destruido más de 250 edificios residenciales, diecisiete escuelas y universidades, dieciséis mezquitas, tres hospitales, tres cementerios y 150 invernaderos.[947] El 6 de octubre de 2024, el servicio de imágenes por satélite de la ONU informó de que Israel había destruido o dañado gravemente el 66% de los edificios de la Franja, sobre todo en la zona norte de esta región. En concreto, el análisis de la ONU cifró en 52.564 los edificios completamente destruidos y en 163.778 los edificios gravemente dañados. Algunos barrios de la capital, como Zeitún, habían sido completamente arrasados.[423]
Aunque la mayor parte de esta destrucción proviene de bombardeos de la aviación israelí, varios estudios han descubierto que el ejército israelí ha estado dinamitando o quemando viviendas deliberadamente desde noviembre de 2023. Un estudio de The New York Times informó el 31 de enero de 2024 de que las demoliciones controladas estaban suponiendo la destrucción de barrios enteros en las ciudades gazatíes. Este diario documentó al menos 33 demoliciones que destruyeron cientos de edificios, incluidas mezquitas, escuelas y secciones completas de barrios residenciales. En la ciudad de Gaza se documentaron las voladuras de dos barrios residenciales, un complejo vacacional, al menos cinco bloques de apartamentos, y más de una docena de edificios en torno a la Plaza Palestina. En la localidad de Al-Qarara, el ejército israelí voló dos conjuntos de viviendas rurales y una mezquita. En la localidad fronteriza de Khuza'a, las demoliciones destruyeron al menos tres grupos de edificios residenciales que sumaban cerca de 200 viviendas. En Beit Lahia, el ejército israelí demolió una escuela, y en Jabalia fue demolida la mezquita al-Noor. En Beit Hanun, los edificios demolidos fueron dos escuelas de la ONU y una serie de viviendas. En Bani Suheila fueron tres conjuntos de edificios residenciales y dos mezquitas los demolidos por el ejército israelí. En Juhor ad-Dik, las tropas israelíes demolieron una escuela de la ONU, mientras que en al-Zahra demolieron la Universidad Israa y el Palacio de Justicia de Gaza. Múltiples edificios fueron volados en al-Musaddar. En al-Mughraqa, el ejército israelí colocó cargas y demolió el campus de la universidad Al-Azhar. Dos días después de la muerte de 21 soldados durante una de estas demoliciones, soldados israelíes se grabaron demoliendo 21 viviendas en Bani Suheila en su honor. Preguntado por el diario, un portavoz del ejército argumentó que Israel pretendía demoler los edificios cercanos a la frontera para establecer una zona de exclusión que dificultase los ataques de Hamás, si bien la mayoría de estas demoliciones tuvieron lugar lejos de la frontera. Algunos expertos declararon al diario que estas demoliciones podrían constituir un crimen de guerra.[948]
El diario israelí Haaretz desveló el 1 de febrero de 2024 que los soldados israelíes, siguiendo órdenes de sus comandantes, estaban quemando hasta los cimientos cientos de viviendas para evitar que los palestinos desplazados pudieran volver a ellas al finalizar el conflicto. El ejército israelí respondió a este diario que estaban quemando los edificios siguiendo medios «aprobados», en una práctica cada vez más habitual conforme avanza la guerra. Según Haaretz, desde enero los soldados han estado prendiendo fuego a casas de civiles no involucrados en el conflicto, algo que según señala está prohibido por el derecho internacional.[949]
Un informe del Servicio de Acción contra las Minas de la ONU (Unmas) calculó que la guerra había dejado para finales de abril más de 37 millones de toneladas de escombros en zonas densamente pobladas, y que su eliminación, dado que entre ellas habían numerosas bombas israelíes sin explotar, podría tardar catorce años.[29][318] Otro informe de la ONU calculó que para sacar todos los escombros de la Franja de Gaza haría falta una flota de cien camiones sacando escombros ininterrumpidamente durante quince años, en una operación que costaría entre 500 y 600 millones de dólares. Para depositarla harían falta enormes vertederos de un tamaño aproximado de entre 250 y 500 hectáreas, dependiendo de cuantos de estos escombros pudieran ser reciclados.[950] El Programa de Desarrollo de las Naciones Unidas calcula que, en el escenario más optimista, la Franja de Gaza no podría llegar a reconstruirse hasta el año 2040, con un coste de unos 40 000 millones de dólares.[950]
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