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político cubano De Wikipedia, la enciclopedia libre
Gerardo Machado y Morales (Camajuaní, Las Villas, 28 de septiembre de 1869-Miami Beach, Florida, 29 de marzo de 1939) fue un militar y político cubano, que fungió como general a favor de su país en la guerra de independencia contra España y fue el quinto presidente de la República de Cuba (1925-1933).
Gerardo Machado y Morales | ||
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5° Presidente de la República de Cuba | ||
20 de mayo de 1925-24 de agosto de 1933 | ||
Vicepresidente | Carlos de la Rosa | |
Predecesor | Alfredo Zayas | |
Sucesor |
Alberto Herrera y Franchi (interino) | |
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Alcalde de Santa Clara | ||
1899-1902 | ||
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Información personal | ||
Apodo | El Mocho, Asno con garras | |
Nacimiento |
28 de septiembre de 1869 Camajuaní, Cuba Española | |
Fallecimiento |
29 de marzo de 1939 (69 años) Miami Beach, Florida, Estados Unidos | |
Sepultura | Caballero Rivero Woodlawn Park North Cemetery and Mausoleum | |
Nacionalidad | Cubana | |
Religión | Católica | |
Familia | ||
Cónyuge | Elvira Machado Nodal | |
Hijos | Laudelina, Ángela Elvira y Berta Machado y Machado | |
Información profesional | ||
Ocupación | Político, militar y empresario | |
Rango militar | General | |
Partido político | Partido Liberal | |
Distinciones | ||
Machado ingresó a la presidencia con una amplia popularidad y apoyo de los principales partidos políticos. Cabe destacar que durante su administración se realizaron obras que perduran hasta el día de hoy, como son el Capitolio de La Habana y la Carretera Central. Aquellas obras públicas y otras «menores» caracterizaron su gestión dado que puso énfasis en la impulsión de ellas para absorber el desempleo que entonces azotaba a la isla, tras el hundimiento de los precios del azúcar en 1921. Sin embargo, su apoyo disminuyó con el tiempo, puesto que reformó la Constitución de 1901 para perpetuarse en el poder. A medida que las protestas y rebeliones se volvían más estridentes debido al impacto del crac del 29 en Cuba, su administración redujo la libertad de expresión y recrudeció la represión, cosa que significó por parte de su mandato la lenta transición a una dictadura. Finalmente, en 1933, fue obligado a dimitir a favor de un Gobierno provisional encabezado por Carlos Manuel de Céspedes y Quesada (hijo de su homónimo padre, a quien se considera padre de la patria)[1] y mediado por el embajador estadounidense Sumner Welles.[1]
Fue admirador confeso de Benito Mussolini, dictador de la Italia fascista,[2] lo cual, junto con la utilización de cuerpos paramilitares amparados por el Estado mientras gobernaba, hizo que fuese catalogado como un «fascista tropical» o un «Mussolini tropical».[3][4]
Nació el 28 de septiembre de 1869 en Camajuaní, una localidad ubicada en la Provincia de Las Villas (hoy Villa Clara). Su familia era de origen canario y se ubicaba en un estrato social medio. Pasó su infancia en la pequeña granja de ganado de su familia y no completó estudios secundarios porque comenzó a trabajar a temprana edad.[5] Gerardo se desempeñó un tiempo como carnicero, y perdió un dedo de su mano izquierda (algunos le apodaron El Mocho). Llegada su edad adulta, se casó con su prima Elvira Machado. Fue autodidacta y maestro masón (grado 33), pero fue expulsado de la Masonería siendo presidente cubano por conducta impropia.
Durante la guerra de los Diez Años contra España (1868-1878), el padre de Machado se unió al bando de los rebeldes cubanos liderados por Carlos Manuel de Céspedes del Castillo, donde alcanzó el rango de mayor. En 1895, a la edad de veinticuatro años, al igual que su padre, esta vez Machado se une a la causa cubana contra el debilitado Imperio español, que en 1898 fue definitivamente derrotado por Estados Unidos en la Guerra hispano-estadounidense. Machado obtuvo el grado de general de brigada del ejército libertador cubano, siendo uno de los generales cubanos más jóvenes.
Esa derrota para España fue dura, ya que perdería sus provincias de ultramar: Cuba, Filipinas, y Puerto Rico; además la isla de Guam. Resultado del interés de EE. UU. sobre el Caribe fue la Enmienda Platt, la cual Machado como presidente se había comprometido a intentar retirarla de la Constitución de Cuba de 1901.[6] Dicha enmienda fue incrustada en la carta magna cubana una vez constituida la república el 20 de mayo de 1902, y hacía legal la intervención de tropas del Gobierno estadounidense si la situación lo ameritaba según su arbitrio, de acuerdo a lo estipulado en el artículo III de aquel tratado, bajo el pretexto de salvaguardar la independencia cubana y los intereses y propiedades estadounidenses en Cuba.[7]
Durante la ocupación estadounidense de Cuba, mientras se hacían preparativos para que la isla fuese una república, Machado fungió como alcalde de Santa Clara en 1899.[5]
Una vez terminada la guerra, Machado vuelca sus acciones a la política y los negocios. Durante la administración del presidente, general José Miguel Gómez (1909-1913), fue nombrado como inspector de las Fuerzas Armadas (que estaban en formación) con el grado de general de brigada, y participó en varios puestos de gobierno.[5] Poco después, se dedicó a la agricultura y cargos gerenciales. Estuvo involucrado en una serie de empresas como la del ingenio azucarero Central Carmita o la Compañía Cubana de Electricidad.[5]
En 1917 Machado —que militaba en el Partido Liberal— estuvo involucrado en la Guerra Chambelona. El nombre de este conflicto fue conocido con el nombre de «Chambelona» debido a una tonada con ese título que identificaba a los liberales cubanos de la década de 1910. Este conflicto fue producto de que el entonces presidente conservador, el general Mario García Menocal, se presentaba como candidato presidencial en las elecciones presidenciales de 1916 para postular su reelección y, al conocerse de forma preliminar la victoria del candidato liberal Alfredo Zayas, el Gobierno decidiera violentar las elecciones mediante el fraude y proclamar la reelección del presidente Menocal.
Como consecuencia de lo hecho por el Gobierno de Menocal, el 12 de febrero de 1917 ocurrió el estallido de la guerra que se conocería como La Chambelona.[8] En Oriente y en Camagüey esta fue encabezada por elementos del ejército regular. Los liberales alzados en armas lograron dominar el territorio de la provincia de Camagüey, así como la ciudad de Santiago de Cuba. El expresidente y general José Miguel Gómez se puso al frente de los alzados y marchó contra las fuerzas gubernamentales hacia La Habana. En apoyo del Gobierno salió el embajador estadounidense William Elliott Gonzales, quien lanzó una proclama en que se anunciaba a los alzados que el Gobierno de los Estados Unidos los consideraría sus enemigos y no reconocería su victoria, aferrándose así al pie de la letra según lo establecido en la Enmienda Platt. Esta proclama debilitó el alzamiento liberal del que Machado formaba parte. No debe pasar desapercibido que en esta guerra se decía que los liberales eran proalemanes (cuando estos no tenían nada que ver con los germanos en guerra con estadounidenses),[8] lo cual fue ocupado como pretexto por las fuerzas de Menocal. Siguiendo las pautas de las autoridades estadounidenses, el Gobierno conservador declaró la guerra al Imperio alemán el 7 de abril de ese mismo año,[9] una declaración meramente testimonial dado que no existió enfrentamiento entre ambas naciones.
El propio presidente Menocal asumió la dirección de la campaña militar, trasladando los altos mandos del ahora constituido Ejército y la Marina de Guerra al Palacio Presidencial. En menos de tres meses fueron vencidos los liberales. Prisioneros de guerra quedaron el general Gómez, Machado, Zayas y sus hombres. Sin embargo, sin estar aun sofocado el levantamiento se realizaron las elecciones complementarias. Las tropas regulares ocuparon los colegios electorales y aseguraron el triunfo de Menocal.
Su camino a la presidencia está ligado con la alianza entablada con Zayas, su congénere liberal y compañero de armas en la Chambelona, quien finalmente fue presidente para el período 1921-1925. En las elecciones de 1924 logró derrotar a Menocal, que volvía a postularse a la presidencia. El lema de campaña de Machado fue «Agua, Caminos y Escuelas».[10] En Las venas abiertas de América Latina, Eduardo Galeano señala:[11]
[…] el desastre de 1921 había sido provocado por la caída del precio del azúcar en el mercado de los EEUU, y de los EEUU no demoró en llegar un crédito de cincuenta millones de dólares: en ancas del crédito, llegó también el general Enoch Crowder; su pretexto de controlar la utilización de los fondos, Crowder gobernaría, de hecho, el país. Gracias a sus buenos oficios la dictadura de Machado llega al poder en 1924, pero la gran depresión de los años treinta se lleva por delante, paralizada Cuba por la huelga general, a este régimen de sangre y fuego.
Tras ser finalmente electo presidente de la República, asumió el cargo el 20 de mayo de 1925, con una gran popularidad. Se destaca por decir que al final de su mandato pediría la abrogación de la Enmienda Platt.[6] Llegó al poder en un momento que los precios mundiales del azúcar caían, pero su primer mandato coincidió con un período de prosperidad, en que la inversión de Estados Unidos en la industria azucarera aun así se expandió. Dada la bonanza, el Gobierno de Machado se embarcó en un ambicioso programa de obras públicas. Quería hacer de su país la «Suiza de las Américas». Esto permitió que Machado tuviese una opinión favorable de parte de los cubanos. En la prensa de la época se le calificó de El Egregio, El Supremo, y otros elogios.[12] En 1926 recibió el título de doctor honoris causa de la Universidad de La Habana, con aceptación general. Ese año ocurrió un fuerte huracán que afectó principalmente La Habana e Isla de Pinos dejando 650 muertos. En 1927 promulgó una Ley de Amnistía.
Entre las obras públicas realizadas durante la administración de Machado, se encontraba la Carretera Central de Cuba, que hoy recorre prácticamente toda la isla, desde Pinar del Río al oeste hasta Baracoa al este con 1435 km; una distancia de 1139 kilómetros fue construida hasta 1931 por el gobierno de Machado, llegando a Santiago de Cuba. Machado también fue responsable de la construcción de El Capitolio, el elegante hogar del Congreso cubano de 1929 a 1959. El nuevo edificio, diseñado por Raúl Otero y Eugenio Rayneri Piedra y construido entre 1926 y 1929, tenía un diseño neoclásico que poseía elementos similares del edificio del Capitolio de los Estados Unidos y del Panteón de París. Su propósito era retratar el optimismo, la confianza y la elegancia de la nueva democracia.
Además, en este periodo se realizó la ampliación de la Universidad de La Habana y la expansión de sus instalaciones de salud. Otros edificios clave construidos bajo su administración fueron el Hotel Nacional de Cuba, el Centro Asturiano (hoy Museo Nacional de Bellas Artes de La Habana), el Edificio Bacardí y el Hotel Presidente. También patrocinó un proyecto de ley de reforma arancelaria en 1927 que brindaba protección a ciertas industrias cubanas. A pesar de estas obras y logros económicos corolarios, la dependencia de Cuba sobre el azúcar continuó y la influencia e inversiones de los Estados Unidos aumentaron.
Cosme de la Torriente y Peraza, presidente cubano de la Liga de las Naciones en la década de 1920, declaró:
En 1925, el general Machado sucedió al Dr. Zayas como presidente. A pesar de su promesa de no presentarse a la reelección, Machado logró que el Congreso cubano aprobara en 1928 una enmienda a la Constitución de 1901 para poder presentarse a las elección presidencial de 1928 y mantenerse en el poder, lo cual produjo un estado generalizado de desorden público que se volvió casi permanente.[13]
Sus detractores afirmaron que se volvió despótico y forzó su camino hacia un segundo mandato. A lo largo de su campaña durante las elecciones generales de 1924, Machado declaró en numerosas ocasiones que no aspiraba a ser reelegido, pero solo dos años después de su presidencia (1927) cambió de opinión. En 1928 impulsó una serie de enmiendas constitucionales que el Congreso cubano aprobó para permitirle buscar la reelección y un segundo mandato de 6 años (4 años era la norma) que debía terminar el 20 de mayo de 1935. Ganó las elecciones presidenciales de 1928, sin oposición, para el mandato 1929-1935. Este acto de continuismo, coincidió con la creciente depresión económica causada por un descenso de los precios del azúcar a partir de 1925, el Crac de 1929 y la Gran Depresión en EUA que afectó la economía mundial, generando un gran descontento popular y protestas populares, que Machado reprimió severamente. Este panorama condujo a una inestabilidad política, social y económica significativa.
Machado también se enfrentó a la reacción de los estudiantes universitarios de la Universidad de La Habana después de la formación del Directorio Estudiantil Universitario (DEU) en 1927. Después de varias protestas y la muerte de los miembros de DEU (siendo la más impactante la del dirigente estudiantil Rafael Trejo en 1930), Machado cerró esa universidad en 1930. También es digno de destacar que durante este mandato fue asesinado el joven dirigente comunista Julio Antonio Mella, quien se tornó en un ferviente activista anti-Machado. El asesinato, no esclarecido, fue llevado a cabo en Ciudad de México en 1929 por desconocidos, mientras el joven cubano se encontraba con su novia italomexicana Tina Modotti. Algunos culpan de su muerte a agentes de Machado.[14]
El Secretario de Estado de los Estados Unidos, Cordell Hull, escribió el 1 de mayo de 1933, en un telegrama al entrante Embajador de los Estados Unidos en Cuba, Sumner Welles, con respecto a las reformas constitucionales de Machado de 1927:
Bajo los términos de la Constitución cubana, promulgada en 1902, las enmiendas a la Constitución propuestas por el Congreso no entraron en vigor hasta que fueran aprobadas por una asamblea constituyente específicamente elegida para tal fin. En consecuencia, luego de que el proyecto de reforma constitucional fuera promulgado por el Congreso cubano, se realizaron elecciones para los delegados a la asamblea constituyente, y se eligió a los delegados como una forma revisada del llamado «Código Electoral Coronado», las revisiones seleccionadas, en su gran mayoría, por miembros de la Cámara y el Senado existentes, y en la mayoría de los casos los Senadores y Representantes mismos sirvieron como delegados a la asamblea constituyente. Es obvio que la revisión del Código Electoral hizo posible en este momento la elección de delegados favorables a la prórroga de los términos del Presidente, de los miembros del Senado y de los miembros de la Cámara de Representantes, y que tales delegados de ninguna manera fueron elegidos por el voto libre del propio pueblo cubano. La asamblea constituyente así seleccionada se reunió en el mes de abril de 1928. Bajo los términos de la Constitución existente, los deberes de la asamblea constituyente estaban «limitados a aprobar o rechazar la enmienda votada por los cuerpos co-legislativos». A pesar de esta clara disposición y la clara intención de la misma, la asamblea constituyente revisó completamente varias de las disposiciones del proyecto presentado por el Congreso cubano. Parecería que había una razonable medida de duda de que la asamblea constituyente actuó ultra vires. La Corte Suprema de Cuba, sin embargo, se ha abstenido constantemente de desviar una decisión sobre esta cuestión.
Machado sobrevivió a varios intentos de asesinato, uno de ellos fue una bomba en el Palacio Presidencial en 1931. El más famoso fue orquestado por un grupo de oposición violento: el ABC (conocidos coloquialmente como «abecedarios»), que primero asesinó al presidente del Senado cubano Clemente Vázquez Bello. Luego de aquel evento, calculando que Machado asistiría al funeral, habían construido un túnel para llegar a la cripta de la familia Vázquez en el cementerio Colón de La Habana y plantaron allí un artefacto explosivo. El plan fracasó cuando la familia decidió enterrar a Vázquez en su natal Santa Clara, donde Machado fuese alcalde.[15]
Hubo numerosos asesinatos y asesinatos cometidos por la policía y el ejército bajo la administración de Machado. El alcance de su participación en estos aún se discute. Escribiendo al Secretario de Estado de los Estados Unidos, el 5 de enero de 1933, el embajador de los Estados Unidos en Cuba, Harry Frank Guggenheim señaló lo siguiente:
Anoche personalmente llamé al Secretario de Estado [cubano] con respecto a Hernández y me aseguraron que no había motivo de aprehensión en este u otros casos. Hernández o Álvarez murieron poco después de la medianoche en un hospital al que lo trajeron con una bala en la cabeza. Ferrara [el Secretario de Estado cubano] esta mañana explicó que había averiguado anoche que ninguna persona llamada Hernández estaba bajo arresto. Estos asesinatos de prisioneros han conmovido profundamente a la opinión pública y han fortalecido la creencia de que ninguna persona bajo arresto está a salvo de la venganza oficial.[16]
Al día siguiente, Harry Frank Guggenheim informó al secretario de Estado de los EE. UU.:
Vi al presidente [Machado] esta mañana. No intentó negar la responsabilidad del gobierno por los recientes asesinatos de estudiantes, que calificó como un error estúpido.[17]
Escribiendo al secretario de Estado de los EE. UU., el 8 de abril de 1933, el cónsul estadounidense en Cuba, Edward Reed, señaló:
Según la información proporcionada a la Embajada por fuentes que se cree confiables, hubo varios homicidios en La Habana el 6 de abril y en sus cercanías. La policía secreta arrestó a un joven llamado Carlos Manuel Fuertes en las afueras del Teatro Payret en La Habana. Se dice que Fuertes fue miembro de la dirección estudiantil. Más tarde en la noche, su cuerpo fue encontrado cerca de la Ermita de los Catalanes en la calle Ayesterán.[18]
Machado promulgó una Amnistía en 1931 y otra en 1933. En 1931 inauguró el Presidio Modelo en la Isla de Pinos, donde encarceló a presos comunes y políticos. En 1932 ocurrió el Huracán de Santa Cruz del Sur (o Camagüey) que dejó más de 3.000 muertos.
La anarquía ya se había desatado en todo el país, y la venganza contra los machadistas así como la represión de su Gobierno fueron totales. Ante esto, una huelga general y la pérdida del apoyo del ejército cubano y del gobierno de EUA, Machado dimitió el 12 de agosto de 1933, y viajó en un hidroavión a Nassau, Las Bahamas; luego ese año fue a Montreal, Canadá, y viajó clandestino a Nueva York, EUA, a finales de 1933, pero estaba en riesgo de ser apresado y deportado a Cuba que había pedido su extradición, y se fue a República Dominicana y Europa. En 1936 regresó a Nueva York y se unió a su familia allí. En 1937 se mudaron a Miami Beach, y murió allí en 1939 después de una operación del cáncer de colon que padecía. Después de la salida de Machado de Cuba el mayor general Alberto Herrera y Franchi, jefe del ejército, asumió el poder durante un día. Luego se creó un gobierno provisional pactado entre el ABC y el intervencionismo estadounidense representado por el embajador Welles, que tuvo a Carlos Manuel de Céspedes y Quesada (hijo del héroe nacional homólogo) como presidente.
Pese a los esfuerzos por estabilizar la situación, el Gobierno de coalición nacional duró menos de un mes. El 4 de septiembre de 1933 un grupo de sargentos liderados por Fulgencio Batista dieron un golpe de Estado y se hicieron con el control del Ejército. El Directorio Estudiantil Universitario vio en esta insubordinación su gran oportunidad y pactó con los sargentos la formación de un nuevo Gobierno. Entre ambos no había afinidad ideológica o de clase (unos eran campesinos y los otros intelectuales y universitarios) pero sí generacional, lo que, unido a su afán de alcanzar el poder y establecer una democracia nacionalista, les convirtió en compañeros de viaje. El catedrático universitario en medicina de la Universidad de La Habana, Ramón Grau San Martín, fue elegido presidente del nuevo Gobierno, mientras que Batista fue ascendido de sargento a coronel, y nombrado nuevo jefe de las Fuerzas Armadas.
El dirigente comunista y destacado intelectual cubano Rubén Martínez Villena lo llamó «Asno con Garras», pues su formación académica fue casi nula, calificativo con el cual se le conoció posteriormente. Por su parte, el estadounidense Langston Hughes lo llamó «a nice fat president» al interpretar según sus planteamientos el intervencionismo de su país así: «la dominación yanqui/ mantiene a un gordo y lindo presidente/ en una pequeña nación muerta de hambre».[19]
El 28 de noviembre de 1932 el hermano visitador Antonio Flecha, llegado de Cuba, hizo una exposición de la situación por la que atravesaba el país en la logia masónica Constancia n.º 16, de Zaragoza, refiriéndose en tono condenatorio al gobierno dictatorial y la deplorable situación económica a la que había sido conducido por su presidente, «de quien dijo que, para vergüenza de todos, era Masón».[20] Por último, Alejo Carpentier se inspiró en él para escribir su Retrato de un dictador en 1933. Sin volver a figurar en política, murió de cáncer de colon en Miami Beach en 1939. Sus restos fueron sepultados en el Caballero Rivero Woodlawn Park North Cemetery and Mausoleum.
Predecesor: Alfredo Zayas |
Presidente de la República de Cuba 1925-1933 |
Sucesor: Alberto Herrera y Franchi (interino) |
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