Flauta
instrumento musical de viento De Wikipedia, la enciclopedia libre
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Se denomina flauta a un tipo de instrumento musical de viento.[1] Por la sencillez de su construcción, puede que sea uno de los instrumentos más antiguos, pues con diversas formas se encuentra en todas las culturas.
Consta de un tubo, generalmente de madera o metal (pero también de hueso, marfil, cristal, porcelana, plásticos o resinas, etc.), con una serie de orificios y una boquilla, en el borde (bisel) del cual se produce el sonido: El aire puede llegar directamente de los labios del ejecutante (como en la flauta traversa, el bansuri de la India o el shakuhachi japonés), o introduciéndose antes en un canal enfocado al bisel (como en la flauta dulce). En algunas culturas también existen flautas que se tocan a través de la nariz.
Abriendo o cerrando los orificios del cuerpo (tubo) del instrumento, se cambia la longitud del aire vibrante dentro del tubo, definiendo así la altura del sonido. Los orificios se tapan en algunos casos directamente con la yema de los dedos, en otros con llaves.[1] En su sentido más elemental, para producir una escala ascendente se descubren secuencialmente los agujeros del instrumento, desde el más alejado de la boquilla (o elemento productor del sonido) hasta el más cercano; para obtener sonidos de octavas superiores, pueden utilizarse armónicos, en algunos casos con la ayuda de digitaciones cruzadas (en estas la organización de los dedos de tapar/destapar agujeros puede parecer estar dispuesta de manera arbitraria). A quien toca la flauta se le conoce como «flautista».
Hay varias hipótesis de donde proviene el nombre de la flauta. Una de ellas lo hace derivar del latín flatulare, de flatus, que significa soplar, inflar. De esta habría podido derivar aflautar y su metátesis flaütar. De este modo, el sustantivo flauta sería un derivado del verbo aflautar y habría sido difundido por la poesía de los trovadores, desde la lengua de oc al resto de lenguas románicas. Pero también hay las formas occitanas flauja, flajol y flaujar que tienen unos parecidos con el francés flageolet, con el catalán flabiol, ... que no pueden ser consideradas como casuales y que quizás nos hablan de un cruzamiento entre el latín tardío flatare y el occitano flaujar. El mismo Joan Coromines documenta la forma flaüta en 1328 y la forma flahuta en 1378.[2][3]
De acuerdo con la clasificación de Hornbostel-Sachs, las flautas se sitúan dentro del apartado de los instrumentos de viento propiamente dichos que corresponden a la clasificación numérica 421. Dentro de esta se subdividen según los criterios siguientes:[4]
La mayoría de estas características se cruzan entre ellas de maneras muy diversas en instrumentos propios de culturas también varias provenientes de los cinco continentes.
Los tipos más difundidos de flautas en nuestra cultura son la denominada flauta travesera y la flauta de pico o flauta dulce.
A pesar de que los silbatos también producen el sonido por medio de un bisel y que tipológicamente pueden ser considerados como flautas, el cierto es que, normalmente, cuando se refiere a la flauta es para aplicarlo a instrumentos que tienen unas posibilidades más grandes para articular sonidos más variados que aquéllos.
La producción de los sonidos, como en cualquier instrumento de viento con un tubo resonador, viene determinada por las llamadas leyes de [Johann] Bernouilli según las cuales la frecuencia (y, consiguientemente, la altura) del sonido producido es inversamente proporcional a la longitud del tubo que vibra, y directamente proporcional a la velocidad que tiene el fluido (el aire en este caso) que hay dentro del tubo. Por otro lado, los tubos abiertos pueden producir el tono fundamental y todos sus armónicos, mientras que los cerrados sólo producen el fundamental y los armónicos impares. Finalmente, y cómo se ha dicho, dos tubos de la misma longitud, en los cuales el aire vibra con la misma velocidad, pero de forma que la uno sea abierto y el otro cerrado, el sonido fundamental que produce el tubo cerrado tiene una frecuencia que es la mitad que el otro, es decir, que suena una octava inferior.
Finalmente, hay que añadir que los tubos que tienen un diámetro especialmente pequeño en relación con su longitud facilitan mucho la producción de armónicos (y resulta difícil producir el sonido fundamental).
De acuerdo con esto, la producción de sonidos de alturas diferentes en una flauta se puede hacer de maneras muy diversas:
La flauta es el instrumento más antiguo que se conoce y, posiblemente, el más antiguo descubierto hasta ahora es la flauta de Divje Babe, una flauta de hueso encontrada en el parque arqueológico Divje Babe, ubicado cerca de Cerkno en el noroeste de Eslovenia.[5] En el antiguo imperio chino existían algunos tipos de flautas: las flautas de Pau (si-siao), las flautas de bambú con orificios (siau) y unas flautas traveseras (chou).
En las civilizaciones occidentales antiguas (por ejemplo, Egipto, Israel, Grecia, Roma) ya existían unas flautas más evolucionadas: en Egipto, una flauta vertical, sin boquilla y con agujeros, que persiste actualmente, con el nombre de nay o uffata. En Israel se usaban algunos instrumentos de la familia de las flautas, como el ougob (citado en la Biblia), una flauta simple (ugabo tedil) y el cuerno de carnero (schofar). En Grecia estaba el aulos, una flauta de doble caña con agujeros, cercano a un oboe. En el Imperio romano se seguía utilizando el aulos, pero también se tiene constancia del uso de otras flautas, bastante simples, como algunas que podrían servir de silbatos. Durante la Edad Media, la familia de las flautas se expandió, llegando a haber más de 200 tipos diferentes.
Las flautas más comunes eran la flauta traversa (una precursora bastante simple del traverso barroco y de la flauta Boehm actual), el whistle [una flauta parecida a la dulce, muy usada en la música celta y la anglosajona, con un sonido sibilante (de hecho, whistle significa silbato, silbar)], las flautas de cuerno (básicamente cuernos, pero con agujeros y bisel) y las flautas dulces, las más importantes, con gran protagonismo hasta la llegada, más adelante, de la orquesta, ya que en esta se buscan instrumentos más sonoros. En la península ibérica también existía la ajabeba, una flauta árabe, parecida al nay egipcio.
De las flautas traversas no se conserva ningún ejemplar, pero se supone que eran de madera, con una abertura a modo de embocadura, siete agujeros para los dedos y uno para el pulgar. Los whistle eran unos instrumentos muy similares a las flautas dulces, con seis orificios normalmente (con uno para el pulgar) y hechos de metal, normalmente estaño (no en vano se encuentran también como tin whistle).
Las flautas dulces eran las más comunes y numerosas (unas 140 según Crane). Había varios tipos: sopranino, soprano, contralto, tenor, bajo y contrabajo, en orden de tesitura descendente. Estaban hechas de diversos materiales, como hueso, madera, caña, cerámica... La estructura más habitual es un tubo de una sola pieza, cilíndrico o ligeramente cónico, con embocadura, ventana (la ranura en la cabeza) siete orificios para los dedos (el último doble) y otro para el pulgar. Estas son una evolución de unos modelos también medievales, pero más primitivos, con seis orificios y sin el del pulgar. Se supone que estos cambios fueron realizados para mejorar el tono y el rango, pero se cree que esto no se consiguió. Lo que sí se logró fue mejorar el sonido de la octava aguda, suavizándolo).
Actualmente se conservan muy pocos especímenes de flautas dulces medievales enteras, la mayoría de las pocas que hay están fragmentadas. Un dato curioso es que muchas flautas dulces estaban hechas de madera de árboles frutales (boj, ciruelo...). Los instrumentos considerados flautas dulces están representados en muchas ilustraciones y grabados desde el siglo XI (por ejemplo en las Cantigas de Santa María, de Alfonso X, aunque estos no son muy fiables, ya que podrían representar otro tipo de flautas similares, pero se cree que son dulces, ya que seguramente estas pudieron ser reintroducidas en Europa occidental (principalmente Alemania) desde el Imperio Bizantino.
Actualmente hay dos flautas descubiertas con un valor organográfico incalculable: la flauta de Dordrecht, encontrada en la localidad homónima (Holanda), flauta dulce soprano con un diapasón muy alto, propio del renacimiento (la3 460Hz, el actual es 440 Hz), y la flauta de Würzburg, Alemania, aunque sólo se ha encontrado el tercio inferior. Posiblemente tuviera el extremo parcialmente cerrado, un rasgo de instrumentos marroquíes y de Oriente Próximo, que la dotaría de una sonoridad diferente a la de las flautas totalmente cilíndricas. Es sorprendente los parecidos que existen entre estos dos especímenes, observados en las reconstrucciones que se han llevado a cabo.
El galoubet es una flauta de pico cilíndrica usada en varios países europeos. solo tenía tres orificios (uno inferior) para su ejecución con la mano izquierda, mientras se toca el tamborín con la mano derecha.
A finales de la Edad Media ya surge un antecesor cercano al traverso barroco, ganando popularidad gracias a su tubo ancho, que permitía que la octava grave fuera más fácil de tocar y que el registro agudo estuviese menos limitado.
Estos instrumentos (especialmente la flauta de pico) fueron usados durante el medioevo en la música profana: el whistle en la música celta, la flauta traversa en una música profana más culta y formal (como demuestra la ilustración de las Cantigas de Santa María), y la flauta de pico principalmente por los juglares y trovadores. De esto es de lo que se tienen más datos e ilustraciones. Por ejemplo, Folgore da San Gimignano, un poeta, en un texto escribe:
Gente costumata un e francesca la;
cantar, danzar al estilo de provenzalesca
con istrumenti novi d'Alemagna.Gente vestida al estilo francés
cantando, bailando al estilo provenzal
con nuevos instrumentos de Alemania.
Un investigador comenta que Folgore se refería al desarrollo de nuevos instrumentos de viento, que rara vez se habían visto en Italia antes, y que estaban siendo tocados en ese momento por músicos llegados del norte, y por otros que los emulaban. Existe también un texto francés del siglo XIII, relacionado con la leyenda de Tristán (caballero de la mesa redonda): «En sa main a pris un flagueil...» «En su mano cogió una chirimía»...
Guillaume de Machaut, en sus obras La Prise d'Alexandrie y Remède de Fortune, menciona varios tipos de flautas, entre ellas fretiau y flauta traversa.
De esta forma hay muchos textos que mencionan el uso de la flauta durante la Edad Media, en su totalidad música profana, en mayoría en un uso callejero, en mano de juglares, aunque también había músicos en la corte (por ejemplo) que usaban flautas.
Una flauta produce sonido cuando una corriente de aire dirigida a través de un orificio del instrumento crea una vibración de aire en el orificio.[6][7] La corriente de aire crea un Bernoulli o sifón. Esto excita el aire contenido en la cavidad resonante habitualmente cilíndrica dentro de la flauta. El flautista cambia la altura del sonido producido al abrir y cerrar orificios en el cuerpo del instrumento, cambiando así la longitud efectiva del resonador y su correspondiente frecuencia de resonancia. Al variar la presión del aire, un flautista también puede cambiar el tono haciendo que el aire de la flauta resuene a un ritmo armónico en lugar de la frecuencia fundamental sin abrir ni cerrar ninguno de los agujeros.[8]
La geometría de la articulación de la cabeza parece particularmente crítica para el rendimiento acústico y el tono,[9] pero no existe un consenso claro sobre una forma particular entre los fabricantes. La impedancia acústica del orificio de la embocadura parece ser el parámetro más crítico.[10] Las variables críticas que afectan esta impedancia acústica incluyen: longitud de la chimenea (orificio entre la placa labial y el tubo de dirección), el diámetro de la chimenea y los radios o curvatura de los extremos de la chimenea y cualquier restricción diseñada en la «garganta» del instrumento, como en la flauta japonesa Nohkan.
A pesar de que puede estar construida en madera o metal, la flauta se cataloga dentro de la familia de instrumento viento de madera, ya que el esquema de producción de sonido se mantiene inalterado; en los instrumentos de viento de madera, se produce el sonido mediante la vibración de una o varias cañas o secciones del instrumento (en el caso de la flauta, el bisel de la embocadura, o en la «boquilla» de las flautas dulces), mientras que en los instrumentos de viento de metal, son los labios los que vibran para producir sonidos, tipo trompeta.
Un estudio en el que los flautistas profesionales tenían los ojos vendados no pudo encontrar diferencias significativas entre flautas fabricadas con una variedad de metales.[11] En dos conjuntos diferentes de escucha ciega, no se identificó correctamente ninguna flauta en una primera escucha, y en una segunda, solo se identificó la flauta plateada. El estudio concluyó que "no había evidencia de que el material de la pared tiene un efecto apreciable sobre el color del sonido o el rango dinámico".
En su forma más básica, una flauta es un tubo abierto en el que se sopla. Después de un estudio y entrenamiento enfocados, los músicos usan la dirección del aire controlada para crear una corriente de aire en la que el aire se dirige hacia abajo en el agujero de tono de la cabeza de la flauta. Hay varias clases amplias de flautas. Con la mayoría de las flautas, el músico sopla directamente a través del borde de la boquilla, con 1/4 de su labio inferior cubriendo el orificio de la embocadura. Sin embargo, algunas flautas, como el silbato, gemscorno, flageolet, flauta dulce, flauta irlandesa, tonette, fujara, y la ocarina tienen un conducto que dirige el aire hacia el borde (una disposición que se denomina "fipple" en inglés o boquilla). Estos se conocen como flautas de boquilla. La boquilla le da al instrumento un timbre distinto que es diferente de las flautas sin boquilla y hace que el instrumento sea más fácil de tocar, pero le quita un grado de control al músico.
Otra división está entre las flautas sopladas de lado (o travesera), como la flauta de concierto occidental, flautín, pífano, dizi i bansuri; i las flautas de punta, como el ney, xiao, kaval, danso, shakuhachi, la flauta anasazi i la quena. El flautista de una flauta de soplado lateral usa un agujero en el costado del tubo para producir un tono, en lugar de soplar en un extremo del tubo. Las flautas de extremo soplado no deben confundirse con las flautas de boquilla, como las flautas dulces, que también se tocan verticalmente pero tiene un conducto interno para dirigir el flujo de aire a través del borde del agujero de tono.
Los grupos de flautas son los siguientes:[12]
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