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festival de rock mexicano De Wikipedia, la enciclopedia libre
El Festival de Avándaro (oficialmente conocido como Festival de Rock y ruedas en Avándaro, o simplemente Avándaro) fue un festival de rock mexicano llevado a cabo el 11 y 12 de septiembre de 1971, cerca del Club de Golf Avándaro y su lago, en el asentamiento de Tenantongo, a 5 km del pueblo de Valle de Bravo, en el Estado de México. Valorado como la versión mexicana del festival de Woodstock, es considerado como el concierto de rock más importante en la historia de México.[1][2][3]
Festival de Avándaro | ||
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Cartel oficial del festival. | ||
Localización | ||
País | México | |
Datos generales | ||
Tipo | Festival de música | |
Sede | Avándaro, Valle de Bravo, Estado de México, México | |
Primera vez | 1971 | |
Comienzo | 1971 | |
Finalización | 1971 | |
Duración | Aproximadamente, más de 6 horas. | |
Fecha | 11 y 12 de septiembre de 1971 | |
Nº de ediciones | 1 | |
Organizador |
Eduardo López Negrete (presidente) Alfonso López Negrete Justino Compeán Luis de Llano Macedo Armando Molina Solís (coordinador musical) | |
Participantes | 18 grupos musicales | |
géneros musicales |
Rock, rock psicodélico jazz rock folk rock rock experimental rock en español jazz fusión | |
Inicialmente serían 12 actos musicales los presentados y contratados por la agencia ArTe, pero debido a la enorme cantidad de asistentes, se contrataron un total de 18 actos que cantaron en un escenario al aire libre durante un lluvioso fin de semana.[4] El evento contó con una audiencia de entre 100,000 a 500,000 asistentes.[5][6][7][8]
El contexto histórico de su realización significó un avance y un retraso en la cultura mexicana, ya que para su tiempo la sociedad presentaba una nula apertura mental a las nuevas corrientes musicales y movimientos sociales, considerándolo como un festival «inmoral» de «degenere y encueramiento», y definiéndolo como un «infierno».[9][10] El gobierno de México se encargó de desinformar a la población sobre algunos hechos ocurridos durante el festival, y al poco tiempo, Luis Echeverría, el presidente de la nación en turno, se tomó la libertad de prohibir la música de rock en las estaciones de radio, así también como cualquier concierto relacionado al género, lo que provocó la desaparición de varias bandas de rock mexicano y nuevas propuestas musicales en el país. No fue sino hasta la década de los ochenta que el rock pudo volver a reaparecer en la escena musical de México.[11][12]
En 1969, el gobierno había prohibido el musical “Hair” después de una brillante interpretación en Acapulco, censurando al grupo participante Los Shakes (donde figuraban artistas como Nono Zaldívar, Mayita Campos y Pixie), deportando a los actores y productores extranjeros (como James Rado (en inglés) y Gerome Ragni (en inglés)) además de bloquear al promotor y empresario del evento Alfredo Elías Calles (nieto del expresidente Plutarco Elías Calles), acto que fue publicado inclusive en el New York Times[13] y que él mismo Carlos Monsiváis presenció y describió en su trabajo Días de guardar.[14]
Igualmente en 1969, el grupo Pop Music Team sufrió la censura debido a su éxito "Tlatelolco" (que obtuvo solamente dos semanas de radio)[15] y en febrero de 1971 en Monterrey, un colectivo del Conjunto Sierra Madre y el espectáculo Monterrey Light and Show, comandados por Teja Cunningham, trataron de ofrecer un espectáculo de 3 noches llamado Concierto Blanco dentro del Palacio de Gobierno Estatal, evento que a las pocas horas estalló en violencia y para el entonces gobernador de Nuevo León, Eduardo Elizondo, tuvo un costo político considerable.[16]
Para 1971 México había organizado dos de los más importantes eventos deportivos del mundo: las Olimpiadas de verano 1968 y el Mundial México 70, generando una imagen positiva y de un país moderno al exterior. Por otra parte, el gobierno había violentamente reprimido los movimientos estudiantiles conocidos como ‘'Tlatelolco’’ y el Halconazo, que dieron paso a la llamada Guerra Sucia.
Los hippies mexicanos, llamados jipitecas por el sacerdote católico Enrique Marroquín,[17] crearon inicialmente un movimiento literario llamado en sus inicios despectivamente por Margo Glantz como Literatura de La Onda, el que con el correr del tiempo incluyó otras disciplinas.
En acuerdo con sus valores contraculturales, La Onda no abogaba por el levantamiento armado contra el gobierno pero sí abogaba por un cambio radical.
Noticias desde Colombia (Festival de Ancón), Argentina (Festival Buenos Aires Rock), Chile (Festival de los Dominicos Piedra Roja), Inglaterra (Isle of Wight) y las películas de los festivales Monterey Pop y Woodstock alimentaban el ánimo de los jipitecas para ofrecer su propio festival masivo.[18][19]
Circuito Avándaro era una famosa carrera de autos que se detuvo en el 1969 a causa del fatal accidente del piloto Moisés Solana.
Los hermanos Eduardo y Alfonso López Negrete, propietarios de los terrenos del Circuito y de la empresa Promotora Go, el alto ejecutivo de la empresa McCann Erickson Justino Compeán junto al promotor de Telesistema Mexicano (hoy Televisa) Luis de Llano Macedo, quien producía la sección “La onda de Woodstock’’ del programa "Hoy domingo" conducido por Raúl Velasco, fueron el grupo fundador del proyecto y desde etapas tempranas ya se pensaba que fuera un festival masivo que incluyera carrera de autos y rock.[20][21][22]
Luis de Llano a su vez invitó como coordinador musical a su entonces libretista , el músico y empresario Armando Molina Solís, líder del grupo La Máquina del Sonido y copropietario, junto a Waldo Tena (de Los Rebeldes del Rock) de la empresa ArTe.[23]
A Molina, con un presupuesto asignado de $40,000.00, se le encomendó contratar exclusivamente a La Revolución de Emiliano Zapata y a Javier Batiz pero al éstos declinar y tras una serie de juntas entre Molina y los organizadores, se cambiaron las fechas y se contrataron 12 grupos de también muy alto nivel con una paga de $3,000.00 cada uno. Se acordó que tocarían a partir del sábado 11 a las 7 PM concluyendo el domingo 12 a eso de las 8 AM para dar paso a las carreras. El boleto tuvo un costo de $25.00 pesos a venta en agencias Chrysler-AUTOMEX[23] y obtuvo una fuerte publicidad en radio y TV en parte gracias al apoyo de Jacobo Zabludovsky periodista que, una vez terminado el festival, hizo su defensa ante las acusaciones de distintos sectores de la sociedad.[24] El famoso publicista Joe Vera fue contratado para realizar el póster oficial.[25]
El sábado 11 por la mañana se acordó que la carrera sería suspendida ya que el número de los asistentes que llegaba al lugar sobrepasaba toda expectativa.[26]
El circuito Avandaro sería suspendido por muchas décadas por venir ya que las autoridades veían también en las carreras posibles aglomeraciones de jóvenes.[27]
Entre el coorganizador Eduardo López Negrete y el alcalde de Valle de Bravo, Juan Montes de Oca Loza, se acordó que no se venderían licores. La cerveza sería vendida solamente acompañada con comida y se instalarían retretes movibles.[28]
Como se reportó inclusive en la media norteamericana, como el Chorpus Christi Caller Times, un máximo de 25,000 asistentes, 122 pilotos y 12 grupos mexicanos con una posible inclusión de algunas bandas estadounidenses era lo esperado.
2 semanas previas al evento, los 5 hoteles de Valle de Bravo ya estaban reservados.[28]
Fue producido por la compañía Promotora Go S.A. de los hermanos Eduardo y Alfonso López Negrete, el ejecutivo de McCann Erickson y promotor deportivo Justino Compeán Palacios y el productor de Telesistema Mexicano Luis de Llano Macedo, ocurrió en el pináculo del movimiento contracultural conocido como La Onda, celebrando la vida, la paz, el amor, la ecología y las artes en general.[29][30]
El festival tuvo muchas fallas técnicas. Los asistentes invadieron el área exclusiva de los músicos y las torres de iluminación. La lluvia llegó en algunos momentos del sábado y causó un gran lodazal. Como muchos de los asistentes estuvieron presentes desde el viernes 10 de septiembre, Luis de Llano expresó la célebre frase:
"Sobrevivieron por 3 días compartiendo la lluvia y el lodo; eso fue un intento de tener una identidad."[31]
Francisco Martínez Gallardo, jefe del cuerpo médico y del improvisado hospital que se localizaba bajo el escenario, comentó:
"Hubo un caso de apendicitis, 20 intoxicados con pastillas, 50 con marihuana, 5 con congestión alcohólica, 5 con gastroenteritis y algunos descalabrados, con fractura de tobillo y quemados."[32]
Se transmitió en vivo casi en su totalidad por Radio Juventud gracias al apoyo de The Coca-Cola Company, capturado en video y audio por equipos de Polydor Records, Telesistema Mexicano, Cablevisión, Películas Candiani y Cinematográfica Marco Polo S.A. También fue capturado en diversas fotografías profesionales de Pedro Meyer, Graciela Iturbide, los colaboradores de Humberto Rubalcaba Zuleta de Editorial Nosotros, fotógrafos de revistas especializadas además de cientos de fotógrafos amateurs.
Justino Compeán junto al gerente de Radio Juventud, Ramiro Garza, acordaron con el entonces ejecutivo para Latinoamérica de la Coca-Cola, Vicente Fox Quezada, el transmitir en vivo por radio el festival.[33]
La seguridad estaría a cargo del jefe de la policía judicial del Estado, Cuauhtémoc Cárdenas, quien dispondría de 200 agentes estatales, 120 soldados tropa y 50 agentes especiales de Gobernación.[28]
Los reportes del total de agentes de seguridad es variado. La revista estadounidense Variety reportó un total de 700 elementos de seguridad.[34]
Desde el jueves 9, 1.er día de soundcheck, el número de asistentes comenzaba a llegar en cantidades no esperadas.
A las 6 AM del sábado se concretó comenzar el Festival con un Pre-festival.
A las 11 AM Carlos Baca sube al escenario.
Al concluir La Fachada de Piedra su número y luego de unas pocas horas se presentaron:
El domingo entre 9am y 10am, Three Souls in my Mind concluyó su número a causa de fallas técnicas y el festival se dio por terminado.[35]
La banda Peace & Love interpretó los temas "Marihuana" y "We Got the Power (Tenemos el poder)", que eran considerados controversiales por la sociedad mexicana. Ricardo Ochoa, cantante de la banda, lanzó palabras altisonantes en directo y como el festival se transmitía en vivo a toda la República vía Radio Juventud, algunos segmentos de la sociedad vieron esto como una clara falta al civismo (las palabras altisonantes por estar prohibidas en radio y TV, "Marihuana" por abogar en pro del estupefaciente y “Tenemos el poder” por una supuesta relación a movimientos subversivos).[36]
La prensa entrevistó a varios asistentes al festival y la mayoría declararon que se había vivido un ambiente de paz sin accidentes de consideración[37] pero el entonces Secretario de Gobernación, Moya Palencia, acusó a los organizadores de haber 'actuado con dolo' y el gobernador del Estado de México, Carlos Hank González, condenó a los organizadores y se defendió diciendo:
Los oponentes políticos de Hank, según Armando Fuentes Aguirre, aprovecharon este golpe para destruir sus aspiraciones presidenciales.[40][41]
Las opiniones en el mundo de la política, la religión y los intelectuales estaban divididas. Escritores y figuras de La Onda como José Agustín y Parménides García dieron una aprobación plena.[42] Los profesores universitarios en su mayoría y algunos intelectuales como Paco Ignacio Taibo I, Octavio Paz, Elena Poniatowska (quien asistió al festival) y José Emilio Pacheco se inclinaron por una aprobación medida.[43]
Otros como Roberto Blanco Moheno y Rius dieron una crítica no favorable y Carlos Monsiváis inicialmente dio una vista reprobatoria aunque poco después cambió de parecer.[44]
El Cardenal de Guadalajara José Garibi Rivera lo condenó[45] pero el popular sacerdote liberal y asistente del festival Enrique Marroquín le dio una crítica favorable, escribiendo un controversial artículo en la revista Piedra Rodante intitulado "Dios quiere que llueva para unirnos”.[46] Cabe mencionar el incidente que también causó revuelo nacional cuando Monseñor Rafael Vázquez Corona oficiaba misa en el templo La Profesa en honor al insurgente Agustín de Iturbide, un grupo de 250 individuos pertenecientes al Movimiento Cívico Tradicionalista de México abandonó la iglesia en protesta por el apoyo del religioso al festival.[47] El padre Vázquez Corona fue poco tiempo después severamente criticado por el entonces rector de la Universidad Autónoma de Guadalajara, Dr. Luis Garibay Gutiérrez, quien hizo estos comentarios al publicar su libro sobre el festival, "El gran desafío: Volver a pensar".[48]
El líder sindical Fidel Velázquez solo dijo que el festival era “¡Una bacanal! ” y el Presidente del Senado, Enrique Olivares Santana, manifestó terminantemente en la prensa: “Que no haya más Avándaros en la República”. Finalmente y bajo presión, el presidente Luis Echeverría comentó:
"Aunque lamentamos y condenamos el fenómeno de Avándaro, también nos alienta nuestra convicción de que en este tipo de actos y espectáculos sólo es partidaria una reducida parte de nuestra población juvenil".
Acto seguido Echeverría procedió a destruir el movimiento de La Onda. Las reuniones masivas quedaron vetadas, canciones de éxito como "Avándaro" de Rosario, "Seguir al sol" de Pájaro Alberto y "Caminata cerebral" de Love Army (la cual fue forzada a grabarse también en inglés para que no se comprendiese el mensaje al grueso de la población) y otras más fueron prohibidas en la radio[49][50][51] y los locutores de Radio Juventud, Félix Ruano Méndez y Agustín Meza de la Peña, fueron suspendidos de sus labores. Peor suerte tuvieron el empresario Justino Compean, quién abandonó el país por un tiempo[52] y la influyente revista Piedra Rodante fue clausurada en 1972.[53][54][55]
La banda Tinta Blanca junto a otros músicos de rock realizaron sin éxito un famoso plantón afuera de Los Pinos, demandando hablar directamente con el presidente Echeverría. El plantón fue disuelto pacíficamente al poco tiempo.[56]
Todo este ambiente de tensión y prohibición en contra del movimiento de La Onda es lo que se conoce como El Avandarazo.[57][58]
A pesar del espíritu de la época, y que muchas personas estaban desnudas en el lago, entre el público e inclusive en el escenario, en algún momento entre las actuaciones de las bandas Dug Dugs, Epílogo o La División del Norte, una mujer joven realizó sobre uno de los camiones de Mudanzas Galván un estriptis y capturó la atención de las cámaras y fotógrafos.[59] Fue entrevistada brevemente después del festival por Elena Poniatowska[60] y el público bautizó a la mujer como La encuerada.[61]
Al alba del Avandarazo, la revista "Casos de Alarma!" publicó una historia de la vida de la susodicha mujer, anunciándola como real. La naturaleza sensacionalista de dicha revista que apuntaba hacia la muerte de la joven en el Festival y gracias al reporte médico donde no se indicó que hubiese fallecido persona alguna, hizo quedar en evidencia la falsedad de la misma. Así mismo, una entrevista que también fue dada por verídica por muchas décadas y reproducida inclusive por intelectuales de la talla de José Agustín y Carlos Monsiváis, se publicó originalmente en la revista Piedra Rodante a comienzos del 1972.[62]
En el 2001, una polémica sobre la veracidad de la entrevista se llevó a cabo en el periódico La Jornada, entre el antiguo propietario de la revista Manuel Acéves y su antiguo colaborador Oscar Sarquiz.[63]
Finalmente, en el 2003, fue confirmado por Federico Rublí K. gracias a sus investigaciones en las Instituciones policiales y más tarde explicado en el documental de TV Azteca "La historia detrás del mito: Avándaro" que la entrevista fue completamente fabricada e inclusive se dio a conocer el verdadero nombre y origen de la citada mujer, de origen tapatío y no regiomontano como se creía.[64]
Cabe mencionar que pocos años más tarde del festival, el grupo Three Souls in my Mind lanzó el tema ‘’La encuerada de Avandaro’’, que se convirtió en un hit.[61]
En diversos artículos y entrevistas se manifestaba la creencia que en la Secretaría de Gobernación, a cargo del secretario Moya Palencia, se dio la orden de cortar la transmisión en vivo del festival y despedir a los locutores cuando la banda Peace and Love utilizaba palabras altisonantes. En realidad, gracias a las entrevistas a algunos de los implicados como Agustín Meza de la Peña y Ramiro Garza, se demostró que la Secretaría sí multó a la radiodifusora pero los locutores no fueron despedidos sino solamente suspendidos, sin pérdida de salario, por espacio de 15 días solamente. Quienes sí resultaron despedidos fueron el gerente de la difusora Félix Ruano Méndez y Ramiro Garza, aunque de momento se alegó recorte de personal por ajustes. En el caso de la transmisión del festival, esta fue interrumpida por Agustín Meza mismo y no por orden gubernamental, siguiendo el código que prohibía el uso de palabras altisonantes en la radio.[65]
Grabadas por Carlos Alazraki como jefe de cámaras de Telesistema Mexicano, esas cintas estaban destinadas a ser parte del documental para TV, pero fueron depositadas en bodega por mandato de Emilio Azcárraga Milmo cuando Luis de Llano regresó de Valle de Bravo. Fragmentos de este pietaje han sido mostrado paulatinamente desde 1971, inclusive en el cine, con el filme La verdadera vocación de Magdalena; sin embargo, Luis de Llano remembró esta situación cuando al confiscarle las cintas, estas posiblemente fueron enviadas a una bodega de Tijuana y que años más tarde la misma se incendiaría. En esa misma entrevista, De Llano aclaró que contrario a la creencia popular, las cintas no fueron confiscadas por la Secretaría de Gobernación.[66]
Una investigación independiente, como es mostrado y reproducido en el documental Las glorias de Avándaro, hecha por una petición del ciudadano Manuel Martínez Peláez a través del IFAI, demostró y comprobó que la Secretaría de Gobernación jamás confiscó las cintas.
Hacia el fin de los 1970's, la película fue adquirida formalmente por la empresa Cablevisión gracias a gestiones realizadas por Luis Gutiérrez.
García Michel escribió en su ensayo Hacia un cuarto cine: "Aparte de logros técnicos, Luis siempre ha simpatizado con este movimiento, apoyando películas como "Avándaro" , "Pasiones" y "La lucha" ; las primeras dos fueron transferidas de Super 8 a videotape y pertenecen a Cablevisión."[69]
En el 2006, la empresa Video Grupo Empresarial la incluyó como extra del DVD Three Souls in my mind: Una larga experiencia, documental del 1983 dirigido por García Michel.
Los cortometrajes Avándaro producido por Luis Gutiérrez y Prieto de Cablevisión y dirigido por Alfredo Gurrola y Tinta Blanca en Avándaro producido por Raúl Candiani de Películas Candiani y dirigido por Humberto Rubalcaba Zuleta, fueron los filmes exclusivamente sobre el festival que fueron exhibidos en festivales internacionales de cine y en selectas salas entre 1971 a 1973, además de ciertos filmes como El año de la rata de Enrique Escalona y "La segunda primera matriz" de Alfredo Gurrola donde incluyen pietaje del festival así como La verdadera vocación de Magdalena, producida por Anuar Badin de Cinematográfica Marco Polo y dirigida por Jaime Humberto Hermosillo donde intercala tomas reales del festival con una recreación de éste.
Libro escrito por Vicente Anaya, Eligio Calderón, Carla Zenzes y José Luis Fernández. Conjunto de ensayos en donde los autores plantean la interrogante si el festival fue una especie de trampa para la juventud. Publicado por Editorial Extemporáneos, México 1971.
Libro escrito por Luis Carrión Beltrán con fotografías de Graciela Iturbide. Carrión describe el evento como una trampa de las autoridades a la juventud mexicana. Publicado por Editorial Diógenes. México, 1971.
Varios ensayos, tanto a favor como en contra, de autores diversos (Armando Molina, Carlos Baca, etc.) Compendio hecho por Antonio Elizondo. Publicado por Editorial Paralelo 32, S.A. México, 1971.
Ensayo en tres partes hecho por el entonces rector de la UAdeG, Luis Garibay Gutiérrez. La tercera parte del ensayo llamada "El gran desafío : volver a pensar, describe los sucesos de Avándaro, en donde, según el autor, se apreció el proceso contemporáneo de la manipulación de los jóvenes. Publicado por la Universidad Autónoma de Guadalajara. México, 1972.
Libro publicado por Editorial Nosotros escrito por el abogado y representante de la banda Tinta Blanca, Humbero Rubalcaba Zuleta, con colaboraciones de Karen Lee de Rubalcaba, Alfredo González y Mario Ongay en textos y fotografías de Jorge Bano, José Pedro Camus, Francisco Drohojowski y Joel Turok. Libro que expone el festival bajo una luz enteramente positiva. Contiene un famoso prólogo por Jacobo Zabludovsky. México, 1972.
Escrito por Juan Jiménez Izquierdo, un asistente al festival. Narra las peripecias que él y sus amistades pasaron alrededor del festival. Contiene una completa lista de discos y bandas populares de la época. ERIDU Producciones México, 2011.
Publicado en 2014 pero originalmente escrito en 1971 por el escritor Francisco Javier Estrada y el político Héctor Marín, entonces recién egresados Normalistas. Acorde a sus datos, fueron enviados hacia el festival por la entonces Dirección General de Educación Pública (actual SEP) para escribir un reporte sobre todo el acontecer del mismo y el comportamiento general de los jipitecas.[82][83] Editado por Casa del Poeta Laura Méndez de Cuenca, México 2014.
Escrito por Federico Rublí Kaiser. Con fotografías de Graciela Iturbide y un prólogo de Luis de Llano Macedo. Editorial Trilce. México, 2016.[84]
Libro sin publicar escrito por Armando Molina Solís.[85]
Novela gráfica escrita por Luis Fernando Enríquez Rocha, donde narra sus experiencias en el festival. Editorial Resistencia, Secretaría de Cultura de la CDMX. México, 2018.[86]
Entre varias que aparecieron destacan:
El fotógrafo Pedro Meyer, quien acudió al festival, ha producido la colección Avandaro 1971, disponible en línea.[95]
En el 2016, el Museo Universitario del Chopo hizo la muestra "Avándaro, bajo la mirada de Iturbide", exhibiendo material de la reconocida artista Graciela Iturbide.[96]
Con el efecto del Avandarazo, la mayoría del rock mexicano fue paulatinamente proscrito. Comenzaba la caída del movimiento hippie alrededor del mundo y en México no fue la excepción.[97]
Al comienzo del Avandarazo se crearon los conciertos sobre ruedas, que consistían en presentar a los grupos en grandes remolques movibles. Poco después se popularizan los Hoyos fonky, lugares clandestinos donde se llevaban a cabo conciertos en precarias condiciones y apoyados casi exclusivamente por el proletariado. La banda sonora, con algunas de las canciones en vivo del festival, titulado Avándaro, por fin... 32 años después (producida por Bakita-Ludell Records), fue lanzada en 2003.[98]
Si bien el festival continúa siendo controversial para la sociedad mexicana, paulatinamente su estudio fue introducido en la materia de Historia de México como lo demuestran algunos libros producidos por renombradas instituciones mexicanas como el INEGI y el COLMEX[99][100] hasta llegar a ser formalmente reconocido por el Senado mexicano en noviembre de 2019 a raíz de la muerte de Armando Molina. Con este reconocimiento oficial y tras 48 años de espera, se puso fin al periodo de negación del festival por las autoridades mexicanas. El senador Martí Batres publicó vía Twitter su pésame a la familia Molina Solís y dio el anuncio del Tributo Oficial.[101][102][103]
La alta calidad musical de los grupos participantes es internacionalmente reconocida. El festival per se es observado como un gran momento para el movimiento hippie mundial, como un parteaguas en la sociedad mexicana de la posguerra en general y de la música de rock nacional en particular.[104][105]
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