La exanguinotransfusión es el recambio de un volumen sanguíneo determinado, por plaquetas globulares o sangre total en pequeñas fracciones, bajo estricta técnica estéril y monitorización de los signos vitales.[1] Es una técnica que se utiliza principalmente para mantener la bilirrubina sérica por debajo de los niveles de neurotoxicidad.[2]
Alteraciones en la química de la sangre (potasio alto o bajo, calcio bajo, glucosa baja, cambios en el equilibrio ácido-básico en la sangre)
Problemas cardíacos y pulmonares
Infección (este riesgo ha sido disminuido considerablemente debido al análisis cuidadoso de la sangre)
Shock debido al reemplazo inadecuado de la sangre[3]
Bata, guantes, mascarilla y gorro estériles, sistemas de sujeción para el niño, cinta métrica, gráfica y foco de luz. Equipo de monitorización cardiaca, respiratoria y de presión arterial. Suero fisiológico de 500 cc con 5 cc de heparina 1%. Copas milimetradas.
Mesa de preparación quirúrgica con equipo de cateterización umbilical para vena y arteria; jeringuillas y suero fisiológico; gasas y compresas secas y con antiséptico; paños estériles y caja de curas.
Bomba de exanguinotransfusión: consta de una bomba rotora en la que se entrecruzan dos sistemas de vías especiales. El giro de la bomba permite el movimiento en sentido contrario del contenido de las luces. El rotor tiene varias velocidades que podemos ajustar.
Microgotero, llaves de 3 vías y alargaderas.
Calentador a 37°C y serpentín.
Sangre total cruzada con la sangre del paciente y tubos para extracción de analíticas y muestras[4]