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capa más externa de tallos y de raíces de plantas leñosas De Wikipedia, la enciclopedia libre
La corteza o ritidoma es la capa más externa de tallos y de raíces de plantas leñosas, como los árboles. Cubre y protege la madera y consiste de tres capas, el felógeno, el floema, y el cambium vascular. Puede alcanzar cerca del 10-15 % del peso total del árbol.
Los productos derivados de la corteza incluyen revestimientos de tablillas y paredes, especias y otros aromatizantes, tanbark para tanino, resina, látex, medicinas, venenos, varios químicos alucinógenos y corcho. La corteza se ha utilizado para fabricar telas, canoas y cuerdas, y como superficie para pinturas y para hacer mapas.[1] Varias plantas también se cultivan por sus atractivas o interesantes coloraciones de corteza y texturas superficiales o su corteza se utiliza como mantillo paisajístico.[2][3]
En tallos jóvenes de plantas leñosas como los árboles y arbustos, y vides perennes, la corteza se compone de los siguientes tejidos arreglados de afuera hacia adentro:
En viejos tallos, la capa epidérmica, la corteza, y el floema primario se forman separadamente de los tejidos internos por formaciones agruesadas de corcho. Debido al espesamiento de la capa corchosa, esas células mueren debido a no recibir agua ni nutrientes. Esa capa muerta es la corteza corchosa rugosa que se forma alrededor del tronco del árbol y de otros tallos. En más pequeños tallos y en típicamente plantas no leñosas, a veces aparece una capa secundaria llamada peridermo, que se hace con el cámbium de corcho, corcho y felodermo. Reemplaza la capa dermal y actúa como cobertura muy parecida a la corteza corchosa, también es hecha de mayormente tejido muerto. La piel en el tomate es un peridermo.
Las definiciones del término pueden variar. En otros usos, la corteza consiste de tejido muerto y protector en el exterior de tallos leñosos, y no incluye el tejido vascular.
El cambium vascular es la única parte de un tallo leñoso donde hay división celular. Contiene células indiferenciadas que se dividen rápidamente para producir xilema secundario hacia adentro, y floema secundario hacia afuera.
A lo largo del xilema, el floema es uno de los dos tejidos dentro de la planta que se involucran en el transporte de fluidos. El floema transporta moléculas orgánicas (particularmente azúcares) hacia donde sea necesario.
Los tejidos de la corteza constitur<yen entre el 10 y el 20% en peso de las plantas casculares leñosas y consiste de varios biopolímeros, taninos, lignina, suberina, suberan y polisacáridos.[4] Hasta el 40% del tejido de la corteza está formado por lignina, que constituye una parte importante de la planta, ya que proporciona un soporte estructural mediante la reticulación entre diferentes polisacáridos, como la celulosa.[4]
Se cree que el tanino condensado, que se encuentra en una concentración bastante alta en el tejido de la corteza, inhibe la descomposición.[4] Podría ser debido a este factor que la degradación de la lignina es mucho menos pronunciada en el tejido de la corteza que en la madera. Se ha propuesto que, en la capa de corcho (el felógeno), la suberina actúa como barrera contra la degradación microbiana y protege así la estructura interna de la planta.[4][5]
El análisis de la lignina en la pared de la corteza durante el decaimiento por el hongo Lentinula edodes (hongo Shiitake) utilizando 13C NMR indicó que los polímeros de lignina contienen más unidades de Guaiacil lignina que unidades de Siringil comparado con el interior de la planta.[6] Las unidades de Guaiacil son menos susceptibles a la degradación ya que, en comparación con el syringyl, contienen menos enlaces aril-aril, pueden formar una estructura de lignina condensada y tienen un menor potencial redox.[7] Esto podría significar que la concentración y el tipo de unidades de lignina podrían proporcionar una resistencia adicional al deterioro por hongos a las plantas protegidas por la corteza.[4]
La corteza puede sufrir daños por factores ambientales, como grietas por heladas y escaldadura solar, así como por factores biológicos, como pájaro carpintero y ataque de escarabajos barrenadores. Los ciervos machos y otros miembros machos de los cérvidos causan grandes daños en la corteza durante la época de celo al frotar sus astas contra el árbol para quitarles el terciopelo.
La corteza se daña a menudo al atarla a estacas o envolverla con alambres. En el pasado, este daño se llamaba en inglés bark-galling ("tortura de la corteza"), y se trataba aplicando arcilla sobre el lugar dañado y atándolo con heno.[8] En el uso moderno, "galling" se refiere más típicamente a un tipo de crecimiento anormal en una planta causada por insectos o patógenos.
Los daños en la corteza pueden tener una serie de efectos perjudiciales para la planta. La corteza sirve de barrera física a la presión de las enfermedades, especialmente de los hongos, por lo que su eliminación hace que la planta sea más susceptible a las enfermedades. Los daños o la destrucción del floema impiden el transporte de los productos fotosintéticos por toda la planta; en casos extremos, cuando se elimina una banda de floema alrededor de todo el tallo, la planta suele morir rápidamente. Los daños en la corteza en aplicaciones hortícolas, como en jardinería y paisajismo público, provocan a menudo daños estéticos no deseados.
El grado en que las plantas leñosas son capaces de reparar daños físicos graves en su corteza varía bastante según la especie y el tipo de daño. Algunas son capaces de producir un callo que cicatriza rápidamente, pero deja una clara cicatriz, mientras que otras, como los robles, no producen una reparación extensa del callo. A veces se produce savia para sellar la zona dañada contra las enfermedades y la intrusión de insectos.
Una serie de organismos vivos viven en o sobre la corteza, incluidos los insectos,[9] hongos y otras plantas como musgos, algas y otras plantas vasculares. Muchos de estos organismos son patógenos o parásitos, pero algunos también mantienen relaciones simbióticas.
Los diversos usos de la corteza de árbol, indican que la misma juega un papel crucial en varios aspectos de la vida humana y los sistemas ecológicos. Cada especie tiene propiedades únicas que hacen que su corteza sea adecuada para aplicaciones específicas. En las secciones siguientes se presentan algunos ejemplos.