Anexo:Órdenes, condecoraciones y medallas de España
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Las primeras condecoraciones
Desde la más remota antigüedad se sintió la necesidad de honrar y premiar a las personas destacadas por su valor o por sus servicios. Ya en Egipto los faraones entregaban collares de oro de los que pendían figuras de leones o de moscas a los más bravos guerreros y también regalaban hachas de guerra con signos o inscripciones alusivas. Roma tuvo gran número de condecoraciones consistentes en adornos sobrepuestos al casco, la coraza a los arreos del caballo, brazaletes de oro o de plata, cadenas, alfileres y coronas.
Las Órdenes Militares
Dando un salto en el tiempo nos encontramos en España con una serie de antiguas Órdenes Militares cuya misión era luchar contra el invasor musulmán. También se ingresaba en ellas como premio a hechos de armas y, finalmente, en su decadencia, como prerrogativas a distinciones meramente honoríficas. Las relacionaremos simplemente, pues, aunque tienen distintivos propios, no consideraremos que entren de lleno en el tema que estamos tratando, por encontrarse extinguidas hoy día, salvo la excepción de aquellas que la Santa Sede le sigue atribuyendo personalidad jurídica como son la Orden de Caballería del Santo Sepulcro de Jerusalén y la Soberana Orden de Malta. Habiéndose incluido por sus características históricas propias, exigen un detallado estudio monográfico:
Banda: cinta ancha, de unos diez centímetros que, atravesando desde el hombro derecho hasta el costado izquierdo, usan los caballeros grandes cruces. Sus caídas forman un lazo del que cuelga la cruz que corresponda.
Bandín: banda corta que se pone debajo del chaleco. Va menos inclinada que ésta, pues pasa debajo del brazo en lugar de encima del hombro. Sus caídas pueden verse o no según la longitud de la prenda que se vista.
Collar: conjunto de piezas metálicas engarzadas que se colocan sobre los hombros y alrededor del cuello; en su parte anterior lleva una venera que cae sobre el pecho.
Corbata: cinta larga y estrecha que se ata junto a la moharra de las banderas, estandartes o guiones. Suele terminar en flecos de oro.
Cruz: insignia que adopta esta forma general; se coloca sobre el pecho y cuelga de una cinta. Normalmente tiene esmaltes.
Encomienda: cruz bordada o sobrepuesta a la casaca, guerrera o capa; también se aplica este término a las condecoraciones cuya cinta pasa alrededor del cuello.
Escudo de Distinción: pieza de tela bordada y sobrepuesta en la manga del uniforme o en el pecho; denota haber participado en alguna acción determinada.
Gallardete: cinta larga de los colores de la cruz o medalla que corresponda y que se iza en el mástil de los buques condecorados colectivamente.
Guion-Enseña: consiste en un paño de los colores de la cruz o medalla que va unido a una lanza. Sirve para condecorar colectivamente a aquellas unidades que por su entidad no tienen bandera orgánica.
Medalla: es aquella condecoración que adopta forma circular u ovalada; al igual que la cruz se lleva sobre la parte izquierda del pecho suspendida de una cinta. Normalmente no es esmaltada.
Pasador: tiene dos acepciones; una se refiere al trozo de cinta estrecha o gafete que se lleva sobre el uniforme de diario y otra a la barra metálica que se dispone sobre la cinta de una cruz o medalla para indicar la repetición de su concesión.
Placa: esta palabra también tiene dos acepciones diferentes: la de uso principal es la que se refiere a la condecoración que se coloca sobre el pecho a la altura del bolsillo superior izquierdo y no lleva cinta, y su forma tiende a ser circular. Define asimismo a la recompensa colectiva que se concede a buques, aeronaves o corporaciones, y en este caso su forma es rectangular y se adosa a una pared noble.
Venera: insignia de una orden; puede aplicarse a las cruces bordadas sobre el pecho, al igual que la encomienda, aunque tiene una acepción más frecuente referida a las cruces que cuelgan del lazo de las bandas o bandines.
Insigne Orden del Toisón de Oro, orden de caballería fundada en 1430 por Felipe III apodado el Bueno, duque de Borgoña y conde de Flandes.[2] Fue instaurada en España por Felipe II, aunque ya Carlos I intentó llevarlo a cabo. Esto fue posible porque María, heredera del Ducado de Borgoña, contrajo matrimonio con el archiduque Maximiliano I de Austria, abuelo de Carlos. De esta forma la orden quedó vinculada a la Casa de Austria y, como se ha expuesto, pasó a los Austrias españoles. A comienzos del sigloXVIII, con la llegada de la Casa de Borbón al trono español, la Orden del Toisón de Oro se dividió en dos ramas, la española y la austriaca, que permaneció en manos de los Habsburgo. Aunque frecuentemente es considerada una distinción civil, en realidad se trata de una orden dinástica porque su gran maestrazgo está asociado únicamente con los sucesores de su fundador y no con un país o territorio determinado. Esta circunstancia explica que la orden, inicialmente borgoñona, pasara a estar vinculada con la monarquía española y la dinastía austriaca.[3]
Inmediatamente por debajo de las Grandezas y Títulos del Reino, las reales órdenes y condecoraciones concedidas por las diferentes Administraciones Públicas constituyen el otro gran subgrupo normativo que integra el Derecho Premial español. Hay en la actualidad cuarenta y seis órdenes y condecoraciones civiles dependientes de la Administración General del Estado, a las que hay que añadir las creadas por otras administraciones territoriales, autonómicas y locales, una cantidad que no se justifica en modo alguno y que no resiste la comparación con el total de órdenes, condecoraciones y medallas existentes en algunas de las principales naciones de nuestro entorno.
El profesor García-Mercadal ha denunciado “la falta de una visión panorámica en las concesiones de las reales órdenes y condecoraciones civiles, debido a la ausencia de un único organismo que armonice las diferentes propuestas ministeriales y que se constituya en referente de toda la actividad premial del Estado, como es el caso de la Gran Cancillería de la Legión de Honor en Francia o de la Cancillería Central de las Órdenes de Caballería en el Reino Unido. Al no existir memoria administrativa alguna que recuerde, tramite y haga un seguimiento de las diferentes candidatos, méritos y concesiones, resulta bastante habitual que se otorguen distinciones muy dispares para iguales circunstancias y merecimientos y que los diferentes grados o categorías de las reales órdenes y condecoraciones civiles se asignen según criterios mostrencos que no aprueban el más elemental test de razonabilidad. En algún caso, la falta de transparencia en la acreditación de los méritos de los premiados ha merecido el reproche de los tribunales”[8].
General
Real y Distinguida Orden Española de Carlos III, establecida por Carlos III en 1771 con la finalidad de condecorar a aquellas personas que se hubiesen destacado especialmente por sus buenas acciones en beneficio de España y la Corona. Es la más distinguida recompensa civil que se puede otorgar en España.
Real Orden de Isabel la Católica, instituida por Fernando VII en 1815, tiene como fin «premiar la lealtad acrisolada a España y los méritos de ciudadanos españoles y extranjeros en bien de la Nación y muy especialmente en aquellos servicios excepcionales prestados en favor de la prosperidad de los territorios americanos y ultramarinos», y en la actualidad depende del Ministerio de Asuntos Exteriores.
Orden del Mérito Civil, creada por Alfonso XIII en 1926 con el fin de premiar «las virtudes cívicas de los funcionarios al servicio del Estado, así como los servicios extraordinarios de los ciudadanos españoles y extranjeros en el bien de la Nación». Depende también del Ministerio de Asuntos Exteriores.
Política y Justicia
Orden de la Cruz de San Raimundo de Peñafort, establecida en 1944 para «premiar los relevantes méritos contraídos por cuantos intervienen en la Administración de Justicia y en su cultivo y aplicación del estudio del Derecho en todas sus ramas, así como los servicios prestados sin nota desfavorable en las actividades jurídicas dependientes del Ministerio de Justicia».[9] Depende de la Subsecretaría de Justicia, a través de la División de Tramitación de Derechos de Gracia y Otros Derechos, y dentro de la orden existen diversas cruces y medallas.[10]
Orden del Mérito Constitucional, creada por el gobierno de Felipe González en 1988 con el fin de «premiar a aquellas personas que se distingan por la realización de actividades relevantes al servicio de la Constitución y de los valores y principios en ella establecidos», y puede ser concedida tanto a personas físicas como jurídicas, públicas o privadas, españolas o extranjeras.[11]
Orden de Cisneros fue fundada en 1944 para premiar los méritos políticos. Es una de las distinciones más desconocidas y sigue vigente en la actualidad.[12]
Real Orden de Reconocimiento Civil a las Víctimas del Terrorismo, constituida en 1999, tiene como finalidad honrar a los fallecidos, heridos y secuestrados en actos terroristas. Consta de una Gran Cruz, que se concede a título póstumo a los fallecidos, y una Encomienda, para heridos y secuestrados.[13]
Orden Civil de la Solidaridad Social fue implantada en 1988 sustituyendo a la antigua 'Orden Civil de la Beneficencia', y está destinada a «reconocer a las personas físicas o jurídicas, nacionales o extranjeras, que se hayan distinguido en la promoción o desarrollo de actividades y servicios relacionados con la acción y bienestar social».[14]
Orden Civil de Sanidad, creada sobre la antigua Cruz de Epidemias de 1838, tiene como finalidad «premiar los servicios y méritos relevantes de carácter sanitario o prestados con motivo de la asistencia a luchas sanitarias o epidemias».[15]
Orden al Mérito del Plan Nacional sobre Drogas, establecida en 1995 con tres distinciones: medalla de oro, destinada a quienes «hayan destacado o destaquen por sus actividades de forma relevante o por la realización de actuaciones de especial significación y trascendencia, o que hayan implicado riesgo para su vida, tanto en el ámbito preventivo, asistencial y de reinserción como en el del control de la oferta o tráfico ilícito de drogas y estupefacientes y de sus consecuencias o beneficios ilícitamente obtenidos»; medalla de plata para quienes «hayan realizado o realicen destacadas actividades con una entrega continuada y de dedicación constante y solidaria en los ámbitos antes mencionados, teniendo en cuenta la eficacia real obtenida de las mismas»; y cruz blanca para que «las actuaciones en los ámbitos antes citados impliquen o hayan implicado ejemplaridad y significativa dedicación».[16]
Orden Civil del Mérito Medioambiental, establecida en 2009, y en línea con el sistema de reconocimiento honorífico del Real Decreto 421/1987, de 27 de febrero, por el que se crea la Orden del Mérito Agrario, Pesquero y Alimentario, tiene como fin «premiar a las personas que hayan prestado servicios eminentes o hayan tenido destacada actuación, en cualquiera de sus manifestaciones, para la conservación de la naturaleza y protección del patrimonio natural y de la biodiversidad, la lucha contra el cambio climático, la calidad ambiental, la defensa y promoción de la sostenibilidad de los recursos hídricos marinos y continentales, y en general en defensa del medio ambiente».[17] En la actualidad depende del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico.
Medalla al Mérito Social Penitenciario, instaurada en 1996, tiene como finalidad premiar a aquellas personas o instituciones que hayan contribuido en el campo penitenciario.[18]
Barrios Pintado, F.; Alvarado, J.; y García-Mercadal, F., Introducción al Derecho Premial: la concesión de honores y distinciones, editorial Dykinson, Madrid, 2023, ISBN 978-84-1170-475-5
Calvó Pascual JL. Cruces, Medallas y Escudos. Edición Personal. 2003.
Ceballos-Escalera A, García-Mercadal F. Las órdenes y condecoraciones civiles del Reino de España. Centro de Estudios Constitucionales y Boletín Oficial del Estado, Madrid, 2.ª edic., 2003. ISBN 84-340-1418-1.
Dukers, Meters. British Campaign Medals 1914-2005. Ed. Shire. 2006. ISBN 0-7478-0649-7.ISBN: 978-84-1324-295-8
García-Mercadal, Fernando, Los símbolos políticos, el ceremonial y las distinciones oficiales del Reino de España, Dykinson, Madrid, 2019. ISBN: 978-84-1324-295-8.
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Varios Autores. Galería Militar Contemporánea Tomo I, La Real y Militar Orden de San Fernando. Ministerio de Defensa. 1984. ISBN 84-505-0244-6.