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sustancia líquida que se extrae de las frutas De Wikipedia, la enciclopedia libre
El zumo o jugo de frutas es una bebida hecha a base de frutas, generalmente al exprimirlas por presión. Sin embargo, puede incluir un conjunto de procesos intermedios como la cocción, molienda o centrifugación del producto original. Actualmente , es habitual su venta y consumo en formato envasado y, durante la elaboración, pasa por un proceso que hace que pierda parte de sus propiedades nutricionales.[2]
Jugo de frutas | ||
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Valor nutricional por cada 100 g | ||
Energía 13 kcal 54 kJ | ||
% de la cantidad diaria recomendada para adultos. | ||
Fuente: [1] | ||
El término zumo solo se aplica al líquido que se obtiene de las hierbas, flores, frutas u otros vegetales.[3]
Generalmente, el nombre jugo se aplica a los líquidos que son obtenidos por presión, en tanto que los obtenidos por cocción son llamados infusiones. Por su parte, el producto obtenido de la cocción de piezas cárnicas se suele llamar caldo o consomé. También se llama jugo, al líquido que contiene o impregna un producto fresco o cocinado —carnes, pescados, verduras—, y que normalmente rezuma cuando este es cortado o manipulado.
Algunos líquidos encontrados en organismos animales son también llamados jugo, como por ejemplo el jugo gástrico.[4]
Los jugos recién exprimidos son una bebida muy nutritiva, principalmente por las vitaminas que contienen.[5] Los jugos conservados en tetra brik, suelen ser "jugo hecho a partir de jugo concentrado". Esto significa que, después de ser exprimidos, han sido concentrados evaporando el agua mediante calor, y posteriormente se les ha añadido agua para envasarlos. Esto permite transportar menos agua y ahorrar costos, pero este proceso destruye gran parte de las vitaminas, lo que elimina la principal cualidad nutritiva de los jugos.[6]
Otra de las cualidades nutritivas que se pierden de las frutas al realizar zumos es la eliminación de la fibra propia del fruto, como por ejemplo, la naranja, ya que al exprimir la fruta se elimina la "pulpa", que es lo que aporta la fibra.
Para prepararlos en casa, es necesario poseer un aparato llamado exprimidor o escariador para obtener jugo de naranja, limón o pomelo. También se utiliza un extractor para obtener jugo de otras frutas u hortalizas como las manzanas o zanahorias.
Dentro de la categoría de zumos se encuentran diferentes productos que han pasado por procesos distintos o contienen un porcentaje determinado de la fruta. Estas son las clases con mayor producción mundial:[7]
Otros tipos de bebidas también contienen una cantidad menor de zumo:[6]
Tanto la producción de zumos como su preservación tienen una gran importancia comercial ya que permite procesar un producto perecedero como son los frutos, para convertirlo en un bien muy apreciado por los consumidores.
A partir del año 1930, cuando las industrias comenzaron a producir zumos de frutas, los rendimientos eran muy bajos y se presentaban dificultades en la filtración del mismo que impedía la obtención de una claridad aceptable. Sin embargo, la investigación y desarrollo industrial de pectinasas, celulasas y hemicelulasas obtenidas a partir Aspergillus niger y Trichoderma sp., sumado al incremento del conocimiento de los componentes de las frutas, facilitaron solucionar esas dificultades.
Durante el proceso de producción de un zumo de frutas podemos diferenciar dos etapas generales: la primera es la de manipulación y extracción del zumo de la fruta y segunda la de tratamiento del zumo obtenido.[8] Dentro de la manipulación y extracción de zumo hay diferentes pasos:[9]
En cuanto al tratamiento del zumo extraído, se realiza la clarificación, corrección y mezcla, desaireación y pasteurización.
Hoy en día, la utilización de enzimas en la producción de zumos de frutas y verduras es indispensable, pues están implicadas en varias etapas del proceso de obtención:[12]
Así mismo, en el proceso de producción es necesario tener en cuenta una serie de parámetros en los que directa o indirectamente está implicada la enzima.[13]
Por una parte, su mecanismo de acción dependerá de la relación entre la concentración de enzima, la temperatura aplicada y el tiempo de reacción. Así, estos se podrán modular en función de las necesidades de operación. Por otra parte es necesario destacar el papel de las pectinas en la degradación del fruto, que a su vez dependerá del sustrato a tratar. Estas enzimas pueden ser seleccionadas previamente para actuar sobre moléculas peptídicas específicas, de manera que la composición del sustrato y su viscosidad irá cambiando en función del porcentaje relativo de pectina soluble e insoluble presente.
Los frutos, como parte de la planta, están constituidos por células vegetales, cuya pared está formadas en un 90% por polisacáridos (celulosa, hemicelulosas y pectinas) y en un 10% por proteínas. En concreto, la lámina media de la pared celular debe su estructura a las pectinas, cuya degradación favorece la descomposición natural de los vegetales. Estas, a su vez, en contacto con líquidos, son capaces de absorber agua, formando un gel.
En la producción industrial de jugos de frutas y vegetales, las pectinas deben ser eliminadas para evitar la retención de líquidos y turbidez del producto. Es aquí donde intervienen las pectinasas, enzimas que hidrolizan la pectina, favoreciendo su eliminación y un consecuente aumento del rendimiento de extracción del jugo y mejorando su calidad. Esta enzima se engloba dentro de la familia de las denominadas enzimas macerativas cuya demanda desde el sector alimentario incrementa mundialmente en la producción de zumos de un amplio rango de frutas y vegetales.
La combinación de pectinasas (pectin lyase, pectin metilesterase, endo y exo-poligalacturonasas, pectin acetylesterase, rhamnogalacturonase, endo y exo-arabinasas), celulasas (engoglucanasas, exoglucanasas y cellobiosas) y hemicelulasas (endo y exo-xilanasas, galactonasas, xiloglucanasas y manonasas)- colectivamente llamadas enzimas macerativas, son las mayormente empleadas en los procesos comentados anteriormente.
Las pectinasas, debido a su acción pectinolítica, liberan el jugo retenido en la pectina de las paredes celulares vegetales, aumentando el rendimiento de extracción del jugo y mejorando su calidad. También facilitan la clarificación como se mencionó anteriormente. Por lo general, dichas enzimas provienen de levaduras y en su mayoría son endo-poligalacturonasas, lo que quiere decir, que degradan la pectina principalmente por hidrólisis de los enlaces alfa-1,4-glicosídicos. Actualmente, la principal fuente de dicha enzima a nivel industrial proviene de Aspergillus niger ya que produce una gran cantidad de las mismas y es un microorganismo GRAS (Generally Recognised As Safe).[14]
Las celulasas son producidas por algunas bacterias (Cellulomonas, Clostridium, Trichoderma, etc.) como así también por protozoos y hongos. Su función principal es realizar la hidrólisis de enlaces 1,4 beta-D- glucosídicos en celulosa. La celulosa, principal componente de la pared celular, impide la liberación de los componentes del sabor, es por esto, que la utilización de celulasas en la producción de zumos es de gran importancia. Existen diferentes tipos de celulasas que se caracterizan por su mecanismo de acción; en primera instancia las beta-1,4- gluconasas actúan aleatoriamente sobre enlaces beta-1,4 de unidades de glucosa que forman la celulosa permitiendo la obtención de oligosacáridos a partir de cadenas largas. Dicha acción disminuye la longitud de las cadenas de celulosa y la creación de nuevos extremos que servirán para reacciones posteriores. A continuación, las beta-1,4- glucanasas cortan cadenas de 1,4-beta-D-glucano del extremo no reductor de moléculas de celulosa y celodestrinas causando de esta manera la eliminación de celobiosa o glucosa. Finalmente, actúan las endoglucanasas y las exoglucanasas sinérgicamente.[15]
Las hemicelulasas, responsables de la degradación de la hemicelulosa (polisacárido estructural presente en la pared celular), deben actuar conjuntamente debido a la heterogeneidad que presentan dichos polisacáridos.
Los mayores consumidores de jugos de frutas son Nueva Zelanda (casi una taza diaria) y Colombia (más de tres cuartos de taza cada día). El consumo de jugo de frutas aumentó en promedio con el nivel de ingresos del país.[16] En 2007, un informe indicó que el consumo de zumos de frutas en general en Europa, Australia, Nueva Zelandia y Estados Unidos había aumentado en los últimos años.[17] En 2015, los estadounidenses consumieron aproximadamente 6,6 galones estadounidenses de zumo per cápita, y más de la mitad de los niños en edad preescolar eran bebedores habituales.[18]
En 2007, España ocupaba el cuarto puesto en la clasificación de la Unión Europea en cuanto al consumo de zumos y néctares con 28,56 litros per cápita al año.[19] Por gustos, el consumo europeo se decanta por los zumos de naranja, con una producción del 38,2 %, seguido de los zumos multifrutas, con un 18,2 %, manzana (14,2 %), melocotón (3,9 %) y piña (3,2 %).[20]
Los zumos a menudo se consumen por sus beneficios para la salud. Un ejemplo es el zumo de naranja, con vitamina C natural o agregada, ácido fólico y potasio.[21] El jugo proporciona nutrientes como carotenoides, polifenoles y vitamina C que ofrecen beneficios para la salud.[22]
El alto consumo de jugo de frutas con azúcar agregado puede estar relacionado con el aumento de peso,[23][24] pero no todos los estudios han demostrado este efecto.[25] Si su contenido es del 100 % de fruta, el zumo puede ayudar a cumplir con las recomendaciones de ingesta diaria de algunos nutrientes.[26]
La investigación sugiere que el zumo de fruta 100 % natural no está asociado con un mayor riesgo de diabetes.[27][28][29] Una revisión de 2018 concluyó que el zumo de fruta natural aumenta el riesgo de caries en los niños, pero "no hay evidencia concluyente de que su consumo tenga efectos adversos para la salud".[30]
Aunque la investigación preliminar indicó que el arándano (jugo o cápsulas) puede disminuir el número de infecciones del tracto urinario en mujeres con infecciones frecuentes,[31] una revisión de Cochrane más sustancial concluyó que no hay evidencia suficiente para indicar que el consumo de jugo de arándano tiene algún efecto en la orina.[32] La tolerancia a largo plazo también es un problema,[32] con molestias gastrointestinales que ocurren en más del 30 % de las personas.[33]
Desde 2017, la Academia Estadounidense de Pediatría afirma que no se debe dar jugo de frutas a niños menores de un año debido a la falta de beneficio nutricional.[34] Para los niños de uno a seis años, la ingesta de jugo de frutas debe limitarse a menos de 110 a 170 g por día[34] debido a su alto contenido de azúcar y bajo contenido de fibra en comparación con la fruta. El consumo excesivo de jugos de frutas puede reducir la ingesta de nutrientes en comparación con comer frutas enteras y puede producir diarrea, gases, dolor abdominal, hinchazón o caries.[35][36]
El consumo excesivo de frutas y zumos de frutas puede contribuir a la aparición de caries a través del efecto de los ácidos de las frutas sobre el esmalte dental.[37] Los estudios longitudinales mostraron un riesgo significativamente mayor de diabetes tipo 2 cuando se consumían jugos con azúcares agregados en comparación con frutas enteras.[38] Una revisión de 2014 encontró que una mayor ingesta de jugo de frutas endulzado con azúcar se asoció significativamente con el riesgo de diabetes tipo 2.[27]
El consumo excesivo de zumos de frutas con azúcares añadidos también se ha relacionado con la obesidad infantil. El American Journal of Public Health propuso que la Ley de Niños Saludables Sin Hambre de 2010 de Estados Unidos eliminara los jugos 100 % de frutas y los sustituyera por frutas enteras.[39]
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