Valí (santo)
título religioso que ha sido traducida de diversas maneras como "maestro", "autoridad", "custodio", "protector" y "amigo", comúnmente utilizada por los musulmanes para indicar un santo islámico, de otra manera referida por el "amigo de Dios" / De Wikipedia, la enciclopedia encyclopedia
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La palabra árabe valí o walí (en árabe: وَلِيّ, walīy ; plural أَوْلِيَاء , ʾawliyāʾ), que se ha traducido de diversas formas como "maestro", "autoridad", "custodio", "protector" y "amigo",[1][2] es usada más comúnmente por los musulmanes para referirse a un santo en el islam, por lo demás llamado de manera más literal "amigo de Dios".[3][4] En la perspectiva islámica tradicional acerca de los santos, el santo es descrito como alguien "marcado por el favor divino [especial] ... [y] por la santidad", y que es específicamente "elegido por Dios y dotado de dones excepcionales, como la capacidad de obrar milagros".[5] La doctrina de los santos fue articulada desde muy temprano por académicos musulmanes en la historia islámica,[6][7][8] y pensadores musulmanes tempranos interpretaron versos particulares del Corán y ciertos hadices como "evidencia documental" de la existencia de los santos. Las tumbas de santos alrededor de todo el mundo musulmán se convirtieron en centros de peregrinación, especialmente después del año 1200 d. C., para multitudes de musulmanes que buscaban su barakah (bendición).[9]
Desde que se escribieron las primeras hagiografías musulmanas durante el período en que la corriente mística islámica del sufismo empezó su rápida expansión, muchas de las figuras que habrían de ser consideradas posteriormente como los santos más grandes del islam sunita ortodoxo fueron los primeros místicos sufíes, como Hasan de Basora. (muerto en 728), Farqad Sabakhi (muerto en 729), Dawud Tai (muerto en 777-781), Rabia de Basora (muerto en 801), Maruf Karkhi (muerto en 815) y Junayd de Bagdad (muerto en 910).[1] Entre los siglos XII y XIV, "la veneración general de los santos, tanto entre pueblos como entre sus soberanos, llegó a su forma definitiva con la organización del sufismo ... en órdenes o hermandades".[10] En las expresiones de piedad islámica comunes de este período, el santo era visto como "un contemplativo cuyo estado de perfección espiritual ... [encontraba] expresión permanente en la enseñanza que se legaba a sus discípulos". En muchos credos sunitas prominentes de esta época, tales como el famoso Credo de Tahawi (c. 900) o el Credo de Nasafi (c. 1000), la creencia en la existencia y milagros de los santos era señalada como "un requisito" para ser un creyente musulmán ortodoxo.[11][12]
Además de los sufíes, los santos más destacados en la piedad islámica tradicional son los Compañeros del Profeta, sus Sucesores y los Sucesores de los Sucesores.[13] Asimismo, se cree que los profetas y mensajeros en el Islam son santos por definición, si bien solo se les llama así de manera infrecuente, para evitar que sean confundidos con los santos ordinarios; en tanto los musulmanes exaltan a los profetas como las personas más grandes de toda la humanidad, es un postulado general de la creencia sunita que un solo profeta es más grande que todos los santos regulares en conjunto.[14] En resumen, se cree que "todo profeta es santo, pero no todo santo es profeta".[15]
En el mundo moderno, las ideas tradicionales sunitas y chiitas sobre los santos han sido puestas en cuestión por parte de movimientos islámicos puritanos y revivalistas como el salafismo, el wahabismo y el modernismo islámico, todos los cuales, en mayor o menor medida, "hicieron un frente común contra la veneración y la teoría de los santos".[1] Como han señalado varios académicos, el desarrollo de estos movimientos ha conllevado indirectamente a una tendencia entre algunos musulmanes de las corrientes principales a resistirse a "reconocer del todo la existencia de santos musulmanes o ... [a ver] su presencia y veneración como desviaciones inaceptables".[16] Con todo, a pesar de la existencia de estas corrientes de pensamiento opuestas, la doctrina clásica de la veneración de los santos santos continúa creciendo en muchas partes del mundo islámico actual, jugando un papel vital en expresiones diarias de piedad entre vastos segmentos de la población musulmana en países musulmanes tales como Pakistán, Bangladés, Egipto, Turquía, Senegal, Irak, Irán, Argelia, Túnez, Indonesia, Malasia o Marruecos,así como en países con poblaciones islámicas de importancia como India, China, Rusia o los Balcanes.