Un principio organizador es un supuesto básico a partir del cual todo lo demás por proximidad puede derivar una clasificación o un valor. Es como un punto de referencia central que permite localizar todos los demás objetos, a menudo utilizados en un marco conceptual. Tener un principio de organización podría ayudar a simplificar y controlar un dominio o fenómeno particularmente complicado. Por otro lado, podría crear un prisma engañoso que colorea el juicio de uno.
En un artículo de Brookings Institution, James Steinberg describe cómo el antiterrorismo se ha convertido en el principio organizador de la seguridad nacional de los EE. UU.[1]
La idea del sistema solar se basa en el principio de organización de que el sol está ubicado en un punto central, y todos los planetas giran a su alrededor.
La mayoría de las ciudades modernas se basan en el principio de organización del plan Grid para administrar mejor el transporte y el direccionamiento.
La mayoría de las religiones pueden ser descritas por los científicos sociales como construidas alrededor de un principio organizador que permite la recursión sostenible o mejorable de una población única.[2]
Las organizaciones se pueden construir en torno a un conjunto de principios organizativos, como conceptos, prioridades u objetivos. Por ejemplo, una organización puede intentar ser innovadora, internacional, de calidad y ágil.
La Teoría del Código de Legitimación es un marco explicativo en la sociología del conocimiento y la educación que busca comprender diferentes campos sociales de las prácticas en términos de sus principios operativos, lo que determina la base del éxito y el fracaso.[3]