Oscilación del Mediterráneo Occidental
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La oscilación del Mediterráneo Occidental, o el índice de la oscilación del Mediterráneo Occidental (en inglés: Western Mediterranean oscillation [index], abreviado WeMO o WeMOi) es un índice que mide la diferencia entre las presiones atmosféricas estandarizadas registradas en Padua (45°25′N 11°52′E), en el norte de Italia, y San Fernando (36°28′N 6°12′O), en el suroeste de España.[1] Mientras que Padua se encuentra en un área con una variabilidad barométrica relativamente alta debido a la influencia del anticiclón centroeuropeo, San Fernando está a menudo bajo la influencia del anticiclón de las Azores.
Este índice ha sido propuesto por investigadores del Grupo de Climatología de la Universidad de Barcelona[2] como un patrón de teleconexión a escala regional alternativo a la más conocida oscilación del Atlántico Norte (NAO) para estudiar la variabilidad pluviométrica en el este de España, en comunidades autónomas tales como Cataluña, Valencia y Murcia.[3]
Algunos climatólogos consideran que el patrón barométrico de la oscilación del Mediterráneo Occidental está causalmente relacionado con, y por tanto es parcialmente predictivo de, la variabilidad pluviométrica en la parte oriental de la Península ibérica.[1] La fase positiva del WeMOi muestra generalmente un anticiclón en el área del golfo de Cádiz y una zona de baja presión por el mar de Liguria, mientras que la fase negativa mostrará una baja en el golfo de Cádiz y un anticiclón en Europa Central. Durante la fase positiva, los vientos dominantes en la Península ibérica suelen provenir del oeste o del noroeste, originándose en el área del Atlántico Norte; para cuando han alcanzado la parte oriental de la Península, han recorrido las áreas continentales peninsulares, por lo que se han vuelto más cálidos y secos (los vientos del oeste) o más fríos e igualmente secos (los vientos del noroeste).[3] En contraste, la fase negativa está asociada a flujos de aire húmedo que han recorrido el mar Mediterráneo y se han cargado de humedad al llegar al este de la Península ibérica, provocando un aumento de las precipitaciones, a veces de forma torrencial, en la zona.[3]