Maltrato alemán a los prisioneros de guerra soviéticos
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Durante la Segunda Guerra Mundial, la Alemania nazi llevó a cabo una política deliberada de maltrato a los prisioneros de guerra soviéticos, diferente del tratamiento dado a los prisioneros británicos y estadounidenses. Esto produjo entre 3,3 y 3,5 millones de muertes.[1][2][3][4]
Durante la Operación Barbarroja, la invasión a la Unión Soviética por parte de las Fuerzas del Eje, se hicieron millones de prisioneros del Ejército Rojo. Muchos fueron ejecutados arbitrariamente en los campos por las fuerzas alemanas o mandados a las SS para su fusilamento, bajo la Orden de los Comisarios. Muchos, sin embargo, murieron durante las marchas de la muerte desde las líneas del frente o por las condiciones inhumanas de los campos de prisioneros de guerra y los campos de concentración.