Iglesia católica y la Era de los Descubrimientos
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La Iglesia Católica durante la Era de los Descubrimientos inauguró un gran esfuerzo para extender el Cristianismo en el Nuevo Mundo y convertir a los pueblos indígenas de las Américas y otros pueblos indígenas. El esfuerzo evangélico fue una parte importante y una justificación de las conquistas militares de potencias europeas como Portugal, España, e Francia. Las misiones cristianas a los pueblos indígenas iban de la mano de los esfuerzos coloniales de las naciones católicas. En América y otras colonias de Asia y África, la mayoría de las misiones fueron dirigidas por órdenes religiosas como los franciscanos, dominicos, agustinos y jesuitas. En México, la temprana y sistemática evangelización por parte de órdenes mendicantes llegó a conocerse como la "Conquista Espiritual de México".[1]
Antonio de Montesinos, un fraile dominico de la isla de La Española, fue el primer miembro del clero en denunciar públicamente todas las formas de esclavitud y opresión de los pueblos indígenas de las Américas.[2] Teólogos como Francisco de Vitoria y Bartolomé de las Casas elaboraron bases teológicas y filosóficas para la defensa de los derechos humanos de las poblaciones nativas colonizadas, creando así las bases del derecho internacional, regulador de las relaciones entre naciones.[3] La carta eclesiástica Pastorale officium y la encíclica Sublimis Deus fueron importantes documentos eclesiásticos contemporáneos en los que se adoptaba una postura firme contra la esclavización o el despojo de los pueblos indígenas de América.
En los primeros años, la mayor parte del trabajo misionero corrió a cargo de las órdenes religiosas. Con el tiempo se pretendió establecer una estructura eclesiástica normal en las zonas de misión. El proceso comenzó con la formación de jurisdicciones especiales, conocidas como prefecturas apostólicas y vicariatos apostólicos. Con el tiempo, estas iglesias en desarrollo pasaron a tener un estatus diocesano regular con el nombramiento de un obispo local. Tras la descolonización, este proceso se aceleró a medida que las estructuras eclesiásticas se modificaban para reflejar las nuevas realidades político-administrativas.