Huelgas ferroviarias de 1950 y 1951 en Argentina
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Las huelgas ferroviarias de 1950 y 1951 en Argentina fueron tres huelgas consecutivas realizadas en Argentina por los trabajadores de la recién creada empresa estatal Ferrocarriles Argentinos entre noviembre de 1950 y enero de 1951 tuvieron origen en un reclamo de aumento salarial y que se desarrolló al margen de las autoridades del sindicato Unión Ferroviaria que nucleaba a la mayoría de los trabajadores de la actividad.[1][2]
Huelgas ferroviarias de 1950 y 1951 en Argentina | ||
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Parte de Primer gobierno de Perón | ||
El presidente Juan Domingo Perón firmando, el 1 de marzo de 1948, la escritura por la que todas las líneas férreas pasaban a manos del Estado nacional. | ||
Fecha | 1950-1951 | |
Lugar | Argentina | |
Casus belli | Reclamo de aumento salarial | |
Métodos | Huelga | |
Resultado | Arrestos y despidos de participantes de la huelga | |
La intranquilidad ocasionada por la declinación de los salarios reales de los ferroviarios y la inacción de sus dirigentes, que unos días antes del paro habían afirmado que “cualquier intento de turbar la vida interna del gremio ferroviario es un ataque a la Patria, al Justicialismo y al General Perón” [3] determinaron a los obreros a elegir en asamblea una Comisión Consultiva de Emergencia para coordinar las acciones y las negociaciones[4][5] e iniciaron una huelga el 15 de noviembre de 1950.[5][2] Al avanzar el conflicto entró en juego la discusión en lo concerniente a la autonomía gremial, la cual se consideraba en peligro al mantenerse desde la dirigencia una postura abiertamente favorable al gobierno, y desatenta a las demandas de las bases.[2][3] El sindicato de maquinistas La Fraternidad, que no participó de las medidas, manifestó su solidaridad con ellas.[6][2]
La primera huelga se inició el 19 de noviembre de 1950 y se extendió durante cinco días, hasta el 24 de noviembre, al arribar la Comisión de Emergencia a un acuerdo con el Ministro de Transportes coronel Juan Francisco Castro en el que los huelguistas obtuvieron un aumento del 22% además del salario familiar por esposa e hijo hasta los 18 años.[6][2] En diciembre, la Unión Ferroviaria intervino ocho de sus filiales, el Ministro de Transportes redujo los aumentos salariales que había acordado y algunos obreros que habían participado de la huelga fueron despedidos y encarcelados.[6][2] La comisión consultiva de emergencia dio un comunicado reiterando el requerimiento de una escala en los sueldos de 550 a 700 pesos en 10 años que era lo que constaba en el acuerdo firmado, el levantamiento de las medidas disciplinarias y de represalias adoptadas como consecuencia del conflicto y la renuncia de la comisión directiva de la Unión Ferroviaria.[2][7]
El 14 de diciembre iniciaron una nueva huelga; la Unión Ferroviaria fue intervenida por la Confederación General del Trabajo y quienes estaban a cargo de la intervención, que eran ajenas al gremio ferroviario,[8][6][9] se negaron a normalizar las filiales como pedían los huelguistas en tanto se continuaron los despidos.[6] y la policía reprimió las manifestaciones obreras, deteniendo a gran cantidad de manifestantes.[2]
El 20 de diciembre las partes llegaron a un nuevo acuerdo, que restituía la escala del convenio anterior y respecto del salario familiar lo disponía para esposa e hijos hasta los 15 años de edad.[2] Simultáneamente, comenzaron a ser liberados algunos de los huelguistas detenidos con motivo del conflicto.[2]
Las negociaciones continuaron pero sin avances[7]. Disconforme con las gestiones que había realizado el Secretario de Transportes, coronel Castro, Perón lo hizo renunciar el 16 de enero de 1951,[10] y el 23 de enero el Congreso Extraordinario de delegados de los distintos ferrocarriles declaró la huelga por tiempo indeterminado a partir de esa fecha exigiendo: 1- Aplicación inmediata de la escala modificada para peones y guardabarreras; 2- Inmediata modificación del escalafón vigente con participación de la Comisión Consultiva de Emergencia; 3- Cese de la intervención cegetista y elecciones en un plazo no mayor a 60 días. Las autoridades gubernamentales rechazaron de plano la medida y declararon la ilegalidad del paro. El Ministerio de Transporte de la Nación publica el mismo día un comunicado donde expresa que aquellos trabajadores que no se presenten a trabajar serán inmediatamente reemplazados.[11][6][2]
El presidente Perón dispuso el 25 de enero de 1951 la movilización militar de los obreros ferroviarios y centenares de trabajadores fueron encarcelados y unos dos mil de ellos fueron despedidos.[7][2] El 20 de junio de 1951 Perón indultó a 611 obreros procesados, quedando 24 en prisión.[2]