Hojarasca
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La hojarasca, también llamada broza,[1][2][3] corresponde al conjunto de materiales vegetales muertos, procedentes de árboles y plantas, que han caído al nivel del suelo y forman sobre él una cubierta orgánica,[4] conocida como mantillo.[5][6][7] La hojarasca se constituye de partes fenecidas y separadas de organismos vegetales, principalmente de hojas, flores, frutos y semillas, así como porciones de corteza, ramas y tallos, en cese de su continuidad orgánica y de su funcionalidad fundacional.[8] El detrito resultante, y sus nutrientes constituyentes, se agregan a la capa superior del suelo, comúnmente conocida como horizonte O, desde el cual su descomposición será fundamental en el ciclo de nutrientes del ecosistema, y en la transferencia de materia orgánica y nutrientes entre la zona aérea del bosque, y el sistema suelo.[9][10] Los principales nutrientes que son transferidos en este ciclo son el nitrógeno, el fósforo, el potasio, el calcio y el magnesio, entre otros.[11][12][13][14][15] Su importancia radica en ser un indicativo de productividad ecológica, útil para predecir el ciclo de nutrientes, y entender los mecanismos de fertilización del suelo.[16] También, y debido a que la hojarasca es uno de los principales componentes de tránsito e interacción en los procesos de retroalimentación planta-suelo, su análisis resulta útil en la comprensión de las estrategias de competitividad y adaptabibilidad biogeoquímica en comunidades en torno a especies vegetales.[17][18][19]