Georges Pitoëff (4 de septiembre de 1884, Tiflis, Imperio ruso - 17 de septiembre de 1939, Bellevue, Ginebra, Suiza) fue un actor, director de escena, traductor y escenógrafo francés de origen armenio y ruso. Director, entre otros, del Théâtre des Champs-Elysées y Théâtre des Mathurins de París, creó su propia compañía, la Compañía (o Teatro) Georges Pitoëff, con actores relevantes de la escena francesa. Era miembro del llamado Cartel de los Cuatros (Cartel des Quatres) que fundó en 1927 junto con los directores de escena y directores de teatro Louis Jouvet, Charles Dullin y Gaston Baty, cuyo principal objetivo era la difusión del teatro de vanguardia de los años 1920.
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De padre armenio (Pitoyan, luego Pitoyev) y madre rusa, nació en el seno de una familia de ricos negociantes que habían sido ennoblecidos. La pasión por el teatro estaba muy araígada en la familia. Su tío Isaí había fundado el "Círculo de los Artistas" y había construido en Tiflis un edificio que albergaba una sala de teatro, una sala de conciertos y una sala de baile. Su padre, Iván Pitoëff, había dejado las oficinas del comercio familiar par reinvertir parte de los beneficios en empresas teatrales. Después de constituir su propia compañía y de alquilar y dirigir un teatro de la ciudad de Tiflis en 1888, fue nombrado director del teatro Golovinski Prospect, un nuevo teatro estatal que acababa de ser inaugurado en esta misma ciudad. Según relata Ludmilla Pitoëff, recibía “los más brillantes artistas de la época, compañías francesas, actores italianos, cantantes rusos y vieneses.”[1]
En 1902, la familia Pitoëff se traslada a Moscú, donde Georges cursa una carrera de ingeniero de Caminos, sin abandonar su pasión por el teatro. Asiste asiduamente a los espectáculos montados por Stanislavski en su Teatro de Arte. Debuta en 1908 en San Petersburgo, y sale de gira por toda Rusia con la compañía de Gaïdebourov. En 1913, dirige el teatro Nuestro Teatro, en un barrio popular de San Petersburgo, donde monta obras de Henrik Ibsen, Oscar Wilde, Arthur Schnitzler y George Bernard Shaw. Después de la muerte de su madre, se marcha a París con su padre en 1914, donde se casa con Ludmilla, una actriz rusa. Se trasladan en 1916 a Ginebra, donde dirigen una pequeña sala de las afueras, en Plainpalais.
En octubre de 1918, Georges Pitoëff funda su compañía, el Teatro Pitoëff (que contaba a Antonin Artaud entre sus actores), que es invitado en varias ocasiones en teatros parisinos como el Théâtre des Arts, el Teatro Moncey y el Théâtre du Vieux-Colombier, entre 1919 y 1921. En enero de 1922, los Pitoëff dejan Ginebra por París, donde trabajan con Jacques Hébertot en la Comédie des Champs-Elysées. Adquieren la nacionalidad francesa al poco tiempo de instalarse en París.
Entre octubre de 1924 y julio de 1927, Georges Pitoëff trabaja para el Théâtre des Arts, dirigido por Rodolphe Darzens. Después de una gira por Europa en 1926, estará un año en el Théâtre des Mathurins, dirigido por René Saunier. En octubre de 1928, vuelve al Théâtre des Arts hasta julio de 1931. Se instala luego en el Teatro Albert I, y dirige el Théâtre de l’Avenue de febrero de 1932 a mayo de 1933. En octubre de 1934, es nombrado director del Théâtre des Mathurins, puesto que ocupará hasta 1939.
Hombre dotado de una increíble capacidad de trabajo, Georges Pitoëff desempeñaba varias profesiones a la vez. No solamente llevaba la dirección artística de los teatros por los que pasó, sino que era actor, director de escena, escenógrafo, figurinista y traductor, contando con la inestimable colaboración de su mujer, Ludmilla, con la que tuvo 7 hijos.
Entre 1915 y 1939, Georges Pitoëff montó 210 obras. Su obsesión por la creación le llevaba a menudo a interrumpir un espectáculo con éxito de público para estrenar otro. Esto explica en parte las recurrentes dificultades económicas de los teatros que dirigió.
Entre sus traducciones, destacan la de Tío Vania y de Las tres hermanas, de Chéjov (en 1921 y 1929 respectivamente), y la de Romeo y Julieta, de Shakespeare, que realizó en colaboración con Pierre-Jean Jouve.
El autor y director de escena español Francisco Nieva describe así a Georges Pitoëff:
Georges Pitoëff es el mejor ejemplo de la importancia que tiene en el teatro la unión de la escenografía y la dirección escénica. Pitoëff era un creador total de su teatro, y el único responsable de los resultados obtenidos. Personalidad demasiado fuerte para soportar un escenógrafo a su lado, Pitoëff hacia todo él mimo: decorados, figurines, puesta en escena, etcétera. Seguido y estimulado por una pequeña fracción del público, en general por intelectuales ese hombre admirable hacía olvidar la pobreza de espectáculos por su clima altamente unitario y sugestivo.
Francisco Nieva, Tratado de escenografía, 2ª edición, Editorial Fundamentos, Ensayos y Manuales Resad.
Su ritmo frenético de creación se veía facilitado por unas escenografías despojadas de todo elemento superfluo, cuya iluminación era sobria y precisa. Georges Pitoëff sabía montar espectáculos memorables con una gran economía de medios escénicos. En Seis personajes en busca de autor, de Pirandello (abril de 1923), prescindió de decorado y hacía entrar y salir a los actores por el montacargas del escenario. En Les ratés, de Henri René Lenormand (mayo de 1920), creó espacios delimitados por dos telones que se deslizaban lateralmente. Para Hamlet, imaginó un decorado único en el que unos paneles definían hasta 27 lugares distintos. Los bocetos de sus escenografías, con colores vivos y trazados geométricos sencillos, recuerdan a los cuadros de los pintores rusos Vasili Kandinski y Kazimir Malévich.
A diferencia de Stanislavski, que propugnaba un teatro “real”, Pitoëff se inclinaba por un “teatro que abre las puertas del reino de los sueños”. Procuraba dar mayor relevancia al juego de los actores, partiendo de una profunda reflexión sobre las intenciones verdaderas del autor. Aunque Georges Pitoëff destacó como actor, su acento ruso le impidió entrar en la compañía de la Comédie Française.
A partir de 1927, como miembro del “Cartel de los Cuatro” con Charles Dullin, Louis Jouvet y Gaston Baty, contribuyó al progreso del razonamiento y de la teorización del arte teatral. Aunque la gestión financiera no fuera su punto fuerte, reflexionó sobre el funcionamiento y la financiación de los teatros, reclamando una mayor implicación del Estado.
Es padre del actor y director de escena francés Sacha Pitoëff (Ginebra, 11 de marzo de 1920 - París, 21 de julio de 1990).
El fondo Pitoëff, en la Biblioteca Nacional francesa, recoge numerosos documentos originales como recortes de prensa, correspondencia, programas y carteles, bocetos, maquetas de escenografía y manuscritos. Detalle en la página Répertoire des arts du spectacle