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película de 1987 dirigida por Steven Spielberg De Wikipedia, la enciclopedia libre
El imperio del sol (en inglés: Empire of the Sun) es una película bélica estadounidense de 1987 producida y dirigida por Steven Spielberg y basada en la novela homónima de J. G. Ballard, de 1984. Está protagonizada por Christian Bale, John Malkovich, Miranda Richardson y Nigel Havers. La película narra la historia de Jamie “Jim” Graham, un niño británico que durante la Segunda Guerra Mundial pasa de vivir en una familia acomodada en Shanghái (China) a convertirse en prisionero de guerra en un campo de prisioneros japonés.
Empire of the Sun | ||
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Título | El imperio del sol | |
Ficha técnica | ||
Dirección | ||
Producción |
Steven Spielberg Kathleen Kennedy Frank Marshall | |
Guion | Tom Stoppard | |
Basada en | El imperio del sol, de J. G. Ballard | |
Música | John Williams | |
Fotografía | Allen Daviau | |
Montaje | Michael Kahn | |
Vestuario | Bob Ringwood | |
Protagonistas |
Christian Bale John Malkovich Joe Pantoliano Miranda Richardson Nigel Havers Leslie Phillips Masatō Ibu Emily Richard Rupert Frazer Ben Stiller | |
Ver todos los créditos (IMDb) | ||
Datos y cifras | ||
País | Estados Unidos | |
Año | 1987 | |
Género |
Bélico Drama Acción | |
Duración | 154 minutos | |
Clasificación |
PG ATP T +15 PT B +12 PG | |
Idioma(s) |
Inglés Japonés Chino mandarín | |
Compañías | ||
Productora | Warner Bros. | |
Distribución | Warner Bros. | |
Presupuesto | $35 millones | |
Recaudación | $66.24 millones | |
Filmografía de Steven Spielberg | ||
Empire of the Sun | ||
Ficha en IMDb Ficha en FilmAffinity | ||
Harold Becker y David Lean iban a dirigir originariamente la película antes de que Spielberg se enrolara en el proyecto, inicialmente como productor de Lean.[1] A Spielberg le atraía dirigir la película por su conexión personal con las películas de Lean y los temas referentes a la Segunda Guerra Mundial. Además, el director considera esta película como su trabajo más profundo sobre la “pérdida de la inocencia”.[2] La película recibió la aclamación de la crítica pero al principio no tuvo éxito en la taquilla, recaudando sólo $22,238,696 dólares en Estados Unidos, pero se recuperó con la recaudación en otros países.[3]
En 1937 Japón le declaró la guerra a China (Segunda guerra sino-japonesa), antes de hacerlo también a Estados Unidos y el Reino Unido. En medio de esta situación bélica vive Jamie Graham, un niño británico de clase acomodada fascinado por los aviones y los pilotos japoneses. Jamie vive con sus padres una vida privilegiada ajeno a los desastres que suceden a pocos metros de su mansión situada en el asentamiento internacional de Shanghái. Se presenta como un niño rico y consentido.
Un día acude con sus padres a una fiesta de disfraces para occidentales ricos. En el camino, el chófer chino de la familia se ve obligado a internarse en un suburbio de Shanghái, en donde Jamie, que vive en una especie de mundo británico aparte, observa la cruda realidad por primera vez en la película: marineros estadounidenses escogiendo prostitutas chinas, una agradable monja que le saluda y vendedores ambulantes. Además ve a un muchacho chino que le asusta gritándole "¡no papá, no mamá, no whisky soda!", justo antes de ser apaleado por un policía británico. Más adelante los coches entran en masa con civiles chinos desesperados, que gritan y suplican entrar a la Concesión Internacional para salvarse de los soldados japoneses, ante el horror de los occidentales. Al fin llegan a la fiesta y, vagabundeando con su avión de juguete, Jamie encuentra un avión japonés derribado y cerca de él, un campo lleno de soldados japoneses atrincherados. Jamie queda totalmente sorprendido, igual que los soldados japoneses al verle, no siendo consciente del peligro inminente. Su padre y otro hombre británico le encuentran y le insisten en que salga de esa zona, aunque sin correr.
Tras el ataque japonés a Pearl Harbor en 1941, los japoneses inician la ocupación del asentamiento internacional de Shanghái y en el consiguiente caos para escapar de la ciudad y tomar el ferry de salida, Jamie pierde a sus padres entre las multitudes de gente asustada, durante el cual se desata un tiroteo entre los miembros de la Resistencia China y el Ejército Imperial Japonés. Jamie vuelve a casa y está una temporada esperando a sus padres hasta que se terminan sus reservas de comida.
Hambriento, Jamie vaga por las calles intentando desesperadamente rendirse a los soldados japoneses, que le hacen caso omiso y se burlan de él. Tras muchas penurias conoce a Frank, que lo lleva con Basie (John Malkovich), un estafador estadounidense de oscuro pasado y dudosas intenciones que vive junto con Frank en un barco abandonado en un río. Los nuevos “amigos” de Jamie lo apodan Jim e intentan venderlo, pero al no conseguirlo quieren abandonarlo, pero los convence de encontrar casas ricas vacías en el barrio donde vivía y les guía allí, donde se encuentran con un grupo de soldados japoneses que los atrapan.
Todos son conducidos al Lunghua Civilian Assembly Center, en Shanghái. Allí, la vida pende de un hilo y Basie enseña a Jim cómo sobrevivir por todos los medios posibles mientras éste le cuida. Un tiempo más tarde llega una furgoneta para llevarse internos al campo de prisioneros de Suzhou Creek, que está junto a un aeródromo militar japonés. Basie es elegido para ir al campo, pero Jim no, aunque al final consigue ir porque conoce el camino y puede guiar al conductor. Al llegar al campo, Jim es atraído por el rumor de hombres trabajando y se encuentra vagando entre los soldados del escuadrón de cazas Mitsubishi A6M Zero. Encuentra un reluciente avión e hipnotizado lo toca como en trance, cuando aparecen tres pilotos de combate, a los que Jim saluda y éstos le devuelven el saludo.
En Lunghua, los Victor, un joven matrimonio de ricos británicos acoge a Jim en su barracón. La mujer, al contrario que su marido, no ha asumido la nueva realidad y, tanto ella como otros ricos, protestan porque los nipones les obligan a trabajar, siendo golpeados, en tanto que Basie y Jim, supervivientes inteligentes, se ponen a trabajar sin rechistar.
Pasan los años. Es el inicio de 1945 y sólo faltan unos meses para que la guerra en el Pacífico termine. Jim se ha establecido en el campo realizando un trabajo extensivo de intercambio de cosas que incluso alcanza al oficial al mando, el sargento Nagata. El Dr. Rawlings, médico del campo, se convierte en una figura paternal y un profesor para él. La vida en el campo es una mezcla de terror, enfermedades y duras condiciones de vida. Una noche, un Boeing B-29 Superfortress es derribado y se estrella junto al campo, y Nagata, en represalia, ordena la destrucción de las ventanas de los barracones de los presos. Cuando unos japoneses, acompañados de Nagata, van a romper los cristales de la enfermería, el Dr. Rawlings intenta impedirlo, pero Nagata comienza a apalearle. Jim hace aparición, rompe él mismo una ventana de la enfermería y pide clemencia en fluido japonés terminan, al menos en parte, con la represalia. Otro día a través de la alambrada Jim observa a un joven japonés, que juega con un avión de juguete y desea ser un famoso piloto. También empieza a descubrir el sexo, sintiendo atracción por la señora Victor, aunque la joven en realidad está enferma y es despótica con el niño.
Basie está cómodamente instalado en los barracones de prisioneros estadounidenses y Jim le visita frecuentemente ya que idealiza a los americanos. Un día, Basie le encarga poner trampas para cazar pájaros fuera de la alambrada, prometiéndole un sitio en el pabellón estadounidense si lo consigue; en realidad, Basie planea fugarse y quiere usarlo para saber si hay minas en la zona, Jim consigue poner las trampas con ayuda de su amigo japonés y es bienvenido en el pabellón estadounidense mientras.
Durante una inspección sorpresa en el barracón estadounidense, Nagata descubre un jabón que Jim le había robado para Basie, quien recibe una severa paliza y, mientras está en la enfermería, los demás hombres del barracón le roban todas sus posesiones. Jim vuelve al barracón de los británicos.
Un amanecer, Jim es testigo de un ritual kamikaze realizado por tres pilotos japoneses en la base aérea de al lado. Impulsado por la emoción de la ceremonia, empieza a cantar la canción galesa "Suo Gân". Cuando los japoneses comienzan a despegar, sobreviene un ataque a la base por un grupo de cazabombarderos North American P-51 Mustang. Abrumado por todo lo que está pasando, Jim sube a las ruinas de una pagoda cercana para ver mejor el ataque aéreo. El doctor va a buscarlo e intenta que baje para que no resulte herido, pero Jim no quiere bajar. Al final, muy nervioso, estalla en llanto y confiesa al doctor que no recuerda ya cómo era su madre. Como resultado del ataque, los japoneses deciden evacuar el campo y durante la confusión subsiguiente, Basie escapa, abandonando a Jim pese a que le prometió llevárselo.
La marcha de los prisioneros campo a través provoca muchas muertes por fatiga, hambre y enfermedades. La Sra. Victor muere y Jim cree que la luz que ve en el cielo es su alma ascendiendo, pero después sabrá que fue la luz provocada por la detonación de la bomba atómica de Hiroshima a muchos kilómetros de allí y que la guerra está a punto de terminar.
Al final, llegan a un estadio de fútbol cerca de Nantao, pero Jim se escapa y vuelve a Soochow Creek. Allí, casi muerto de inanición, se reencuentra con su amigo japonés, que no puede desempeñar sus obligaciones como kamikaze porque su avión no funciona. El joven ofrece un mango a Jim y cuando va a cortarlo con su katana, reaparece Basie con un grupo de estadounidenses, saqueando los contenedores de víveres que envía la Cruz Roja. Uno de los estadounidenses dispara y mata al joven japonés. Jim, furioso, golpea al asesino. Basie le aparta y le promete llevarle de vuelta a Shanghái, pero Jim le rechaza señalando: “Me enseñaste a que la gente es capaz de todo por una patata”, mostrando que ha dejado de lado la idealización infantil. Al final, Jim es encontrado por las tropas estadounidenses, ante las que se rinde y lo llevan a un orfanato en Shanghái.
Tiempo después, los padres de Jim visitan el orfanato pero no le reconocen inicialmente, pues ha cambiado y se ha endurecido por lo vivido. Después, su madre le reconoce y se abrazan mientras el niño observa con extrañeza su elegante apariencia, ajena a sus actuales prioridades y penurias vividas. Jim cierra los ojos mientras se muestra que su maleta, que lo acompañó en todas sus experiencias en la guerra, se aleja flotando en el río como símbolo de la niñez y la inocencia que no volverán.
Actor | Personaje | Notas |
---|---|---|
Christian Bale | Jim 'James/Jamie' Graham | un joven británico que pasa de vivir en una familia rica en Shanghái a convertirse en prisionero de guerra en la Segunda Guerra Mundial. J. G. Ballard afirmó que Bale se parecía a él a su misma edad.[4] El actor tenía 12 años cuando hizo el casting. Amy Irving, que actuó junto a Bale en el telefilm Anastasia: The Mystery of Anna, recomendó a Bale a su esposo, Steven Spielberg, para el papel. Más de 4.000 niños fueron al casting para el rol.[5] |
John Malkovich | Basie | un estadounidense camarero en un barco abandonado en Shanghái durante la ocupación japonesa. Inicia una amistad con Jamie, al que apoda “Jim”. Interpretado con un lacónico cinismo, Basie no es exactamente un padre para Jim, y le deja su espacio. |
Miranda Richardson | Sra. Victor | Señora inglesa que es vecina de Jim en Suzhou. Muere en el estadio al que son llevados tras el bombardeo del campo de prisioneros. |
Nigel Havers | Dr. Rawlins | Ocupa la posición de figura paterna de Jim en Suzhou. Encuentra dificultades en enseñarle humildad. |
Joe Pantoliano | Frank Demarest | compañero de Basie, el cual casi atropella a Jim con su camioneta. Se une a Basie y Jim en el campo de prisioneros. |
Leslie Phillips | Maxton | |
Masatō Ibu | Sargento Nagata | contradictorio primer mando del campo de concentración, violento y a veces tibio. |
Emily Richard | Mary Graham, madre de James | |
Rupert Frazer | John Graham, padre de James | |
Peter Gale | Sr. Victor | |
Takatoro Kataoka | Piloto | |
Ben Stiller | Dainty | |
David Neidorf | Tiptree | |
Ralph Seymour | Cohen | |
Robert Stephens | Sr. Lockwood |
Notables actores que desempeñaron pequeños papeles en el film son: Leslie Phillips, Burt Kwouk, Robert Stephens, Emily Richard, Paul McGann, y Ben Stiller, con Masatō Ibu y Guts Ishimatsu como soldados japoneses. El autor de la novela, J. G. Ballard, hizo un cameo en la escena de la fiesta de disfraces.[4] Stiller concibió la idea de Tropic Thunder actuando para El imperio del sol.[6]
Warner Bros. adquirió los derechos del libro con la intención de que la película fuera dirigida por Harold Becker y producida por Robert Shapiro.[7] Tom Stoppard escribió el primer borrador del guion con una breve colaboración del autor del libro original, J. G. Ballard.[8] Becker abandonó el proyecto y David Lean fue traído como director, con Steven Spielberg como productor. Lean explicó: "Trabajé en la película por un año y al final dejé el proyecto porque me parecía demasiado parecido a un diario. Estaba muy bien escrito y era interesante, pero se lo cedí a Steven".[7] Spielberg, por su parte, señala que "desde que leí la novela de J. G. Ballard, secretamente yo quería dirigir su adaptación".[7] Spielberg consideró el proyecto como algo muy personal. De niño su película favorita era El puente sobre el río Kwai, de David Lean, que también se desarrolla en un campo de prisioneros japonés. La fascinación de Spielberg por la Segunda Guerra Mundial y la aviación de esa época fue estimulada por las historias de su padre sobre sus experiencias como radio operador a bordo de los bombarderos B-25 Mitchell en las batallas de China, India y Birmania en la Segunda Guerra Mundial.[7] Spielberg contrató a Menno Meyjes para que hiciera una versión privada del guion antes de encargar a Stoppard la definitiva.[8] También declaró que “ésta es su película más humana”.[9]
La película se rodó en los Elstree Studios de Inglaterra y en locaciones en Shanghái y España. Spielberg escogió la localidad gaditana de Trebujena para reproducir el campo de internamiento japonés del río Wusong. Allí, en la finca 'Alventus', en las Marismas del Guadalquivir, el director estadounidense levantó una estación de tren, un aeropuerto, un estadio olímpico y un campo de concentración japonés con su hospital.[10]
Los productores intentaron buscar en Asia localizaciones que se parecieran al Shanghái de 1941. Entraron en negociaciones con Shanghái Film Studios y China Film Group Corporation en 1985.[11] Tras años de negociación consiguieron permiso para rodar tres semanas en marzo de 1987. Fue así el primer film americano rodado en Shanghái desde los años 40.[8] Las autoridades chinas permitieron al equipo cambiar señales por las de los signos tradicionales chinos y cerrar edificios para poder filmar.[11] Se emplearon más de 5000 extras locales (algunos por su edad aún podían recordar el evento original) para representar la ocupación japonesa de Shanghái producida 40 años antes.
Otras localizaciones incluidas fueron Knutsford en Cheshire y Sunningdale en Berkshire, ambas en Inglaterra. Lean visitó a menudo el set de rodaje mientras estuvo en Inglaterra.[8]
Spielberg trató de hacer un retrato exacto de ese momento histórico, usando los vehículos y aviación de la época. Cuatro aviones North American T-6 Texan fueron ligeramente modificados en Francia para parecer aviones Mitsubishi A6M Zero.[12] En la película son pilotados tres P-51D Mustangs restaurados, dos pertenecientes a 'The Fighter Collection', de Inglaterra, y uno de 'Old Flying Machine Company'.[12] Los P-51D fueron pilotados por Ray Hanna (que voló bajo, pasando sobre el protagonista infantil ondeando la tela del toldo), su hijo Mark y “Hoof” Proudfoot y llevó más de 10 días grabar estas escenas aéreas dada su complejidad, que incluía el lanzamiento por parte de los p-51s de réplicas en yeso de bombas de 500 libras (227 kilos) para simular explosiones. También se usaron maquetas de aviones por control remoto, incluyendo un B-29, pero Spielberg no acababa de estar conforme con los resultados, así que extendió la filmación durante más días en Trebujena.[13]
Industrial Light & Magic diseñó los efectos visuales usando algunas imágenes generadas por ordenador, que también se utilizan para el deslumbramiento ocasionado por la bomba atómica de Nagasaki. Norman Reynolds realizó las funciones de dirección de producción mientras que Vic Armstrong fue el coordinador de extras.[13]
La banda sonora original de la película, también titulada El imperio del sol, fue compuesta por John Williams y grabada entre septiembre y octubre de 1987. El álbum contiene una selección de música de 54 minutos que no sigue el orden cronológico del film.
En 2014 se publicó una edición limitada, producida y remasterizada por Mike Matesino, en la cual se sigue el orden cronológico de la película y se ofrecen también cortes extra y versiones alternativas.
Todos los temas fueron escritos por John Williams, excepto "Suo Gân" (canción tradicional galesa recopilada por el folklorista Robert Bryan), "The British Grenadiers" (canción tradicional) y "Chopin Mazurka Opus 17 No. 4" (Frédéric Chopin).
El imperio del sol tuvo un estreno limitado el 11 de diciembre de 1987 y su estreno definitivo fue el 25 de diciembre de 1987. El film recaudó $22.24 millones de dólares en Norteamérica[14] y $44.46 millones en el resto del mundo, acumulando un total de $66.7 millones de dólares. Recaudó más que su presupuesto, pero se le considera un fracaso de taquilla. Al respecto, Spielberg comentó: “…El imperio del sol no fue un gran proyecto comercial… Me he ganado el derecho de fracasar comercialmente”.[15]
La película recibió críticas positivas. La página web especializada Rotten Tomatoes le da una puntuación del 83% basándose en la revisión de 40 críticas.[16]
En la página web Metacritic se le da una puntuación media de 60 sobre 100 basándose en 17 críticas.[17]
J. G. Ballard hizo comentarios positivos y manifestó sentirse especialmente impresionado por la interpretación de Christian Bale.[4]
La reacción de la crítica no fue unánimemente positiva.[7] Así, Richard Corliss de Time señala que Spielberg “ha animado cada secuencia con destreza y con una inteligente densidad de imágenes y emociones”.[18]
Janet Maslin, del The New York Times, califica el film como espléndido visualmente, de aventuras heroicas y con un alcance tan inmenso que lo hace inolvidable.[19]
Julie Salamon del The Wall Street Journal escribe que el guionista (Tom Stoppard) dota al film de un guion inteligente y osado y que Spielberg ha realizado una extraordinaria película sobre la extraordinaria experiencia en la guerra de Ballard.[20]
J. Hoberman de The Village Voice critica que el objetivo serio de la película se ve debilitado por la muy desvergonzada aproximación infantiloide que hace Spielberg.[7]
Roger Ebert da una respuesta intermedia: “Pese al potencial emocional de la historia, no me ha emocionado demasiado. Quizás, como el niño, he decidido que un mundo en el que puedes jugar con aviones no puede ser tan malo”.[21] En su programa de televisión At the Movies, con Gene Siskel, Ebert dijo que la película “es básicamente una buena idea para un film que nunca llega a despegar del suelo”. Siskel añadió: “No he entendido de qué trata la película. Es muy confusa y coge cosas de diferentes sitios. De un lado, quiere contar una historia de la guerra desde la perspectiva de un niño pero si quieres ver esa película, tienes la muy reciente Hope and Glory, de John Boorman, que es mucho mejor y más atrevida en mostrar la caprichosa visión de la guerra que tienen los niños. De otro lado, la película quiere asegurar resultados y se desliza hacia el terreno de las películas de aventuras con John Malkovich ayudando al niño en el juego de la guerra, pero para eso tenemos la franquicia de Indiana Jones. No he entendido qué es lo que Spielberg ha pretendido hacer”.[22]
En España, la revista Fotogramas señala: «En la adaptación que Spielberg ha realizado, las imágenes, de una belleza sobrecogedora, y la historia de una fuerza indiscutible, son permanentemente boicoteadas por una música espantosa que reduce el producto a un film de Walt Disney».[23] Para el periódico ABC «es un espectacular y atractivo melodrama épico, un drama de aventuras trufado de sentimentalismos de curso legal. Spielberg provoca desde sus imágenes las emociones del espectador sin excluir alguna que otra ocasión para las lágrimas. Y lo hace con esa sabiduría formal tan habitual en sus producciones sin excluir tampoco un fondo moral y ético considerable».[24]
En su segundo papel protagonista, Bale recibió una mención especial a la Mejor Actuación por un Actor Juvenil del National Board of Review of Motion Pictures, premio especialmente creado para su actuación en El imperio del sol.[25] La película recibió seis nominaciones en la 60.ª edición de los premios Óscar de la Academia de las Artes y las Ciencias Cinematográficas de Hollywood: a «Mejor dirección de arte», «Mejor montaje», «Mejor banda sonora», «Mejor diseño de vestuario», «Mejor sonido» y «Mejor fotografía», aunque no ganó ninguno.[26] Allen Daviau, que fue nominado a la mejor fotografía, declaró que “no entendía a la Academia y no entendía porqué él estaba nominado y no Spielberg. Él tiene una visión de conjunto y si él no hiciera estas películas, ninguno de nosotros estaría aquí”.[27] La película ganó los premios a la mejor fotografía, diseño de sonido y banda sonora en la 41° edición de los premios BAFTA. También estuvo nominada en dicha ceremonia a mejor diseño de producción, diseño de vestuario y guion adaptado.[28] Spielberg fue nominado por su trabajo por el Directors Guild of America;[29] y la American Society of Cinematographers premió a Allen Daviau.[30]
En la 45° edición de los Globos de Oro, fue nominada a Mejor película de drama y Mejor banda sonora original.[31] Además, John Williams recibió una nominación a los Premios Grammy por su trabajo en la banda sonora de la cinta.[32]
La repetida alusión a “volar” simboliza tanto el peligro como la posibilidad de Jim de escapar del campo. Su progresivo alejamiento de su vida anterior y de la sociedad se refleja en su adoración por los que él ve como heroicos pilotos japoneses del aeródromo anexo al campo de prisioneros. En palabras de J. G. Ballard: "Pienso que es cierto que los japoneses fueron brutales con los chinos, por tanto no tengo ninguna visión especialmente sentimental de ellos. No obstante, los niños tienden a encontrar héroes allí donde pueden. Una cosa de la que no hay duda es que los japoneses eran extraordinariamente valientes y que uno puede tener muy complicadas perspectivas respecto el patriotismo y la lealtad hacia la propia patria. Jim está constantemente identificándose con cosas muy diferentes: primero con los japoneses; después, cuando los norteamericanos con sus aviones Mustangs y B-29s, empiezan sus ataques al campo, se identifica con ellos".[7]
El escenario apocalíptico de la guerra y el momento de clímax que acontece cuando Jim ve en la distancia la luz blanca de las bombas atómicas permite a Spielberg emplear poderosas metáforas visuales "para hacer un paralelismo entre la muerte de la inocencia infantil del niño y la muerte de la inocencia de la humanidad entera".[33]
Spielberg explica que "se sintió atraído por la idea de que esto era el final de la inocencia, no una mera atenuación de la infancia, que según mi propia impresión y la que comentan los demás, es lo que ha sido mi vida. Es lo opuesto a Peter Pan. Aquí lo que tenemos es un niño que ha crecido demasiado deprisa.[2] Otros tópicos que Spielberg trató anteriormente y que vuelven a aparecer en esta película son los del niño separado de sus padres (The Sugarland Express, E.T., el extraterrestre, Close Encounters of the Third Kind y Poltergeist). El historiador de cine Kowalski los llama las películas de “padre desplazado” y junto a ellas están sus películas sobre la Segunda Guerra Mundial (1941 y Raiders of the Lost Ark).[15] Spielberg explica que sus padres se divorciaron cuando él tenía 14 o 15 años y que los efectos de la separación fueron muy profundos.[2]
El dramático ataque al campo japonés por parte de los bombarderos P-51 Mustangs y acompañado por los gritos de alegría de Jim: "¡El Cadillac de los cielos!", frase que se usaba de forma parecida en el libro de J. G. Ballard ("Cadillac del combate aéreo")[34] ha pasado a la mitología urbana atribuida a los años de guerra. Steven Bull, en la "Enciclopedia de Tecnología Militar e Innovación" (2004), señala que los eslóganes surgen en 1941.[35] John Williams incluye el tema musical "Cadillac of the Skies" como una entrada separada en la banda sonora. La frase ha sido además objeto de apropiación por otros ingenios aeronáuticos como los General Dynamics F-111 Aadvark, de Australia.[36]
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