Debate Bohr-Einstein
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Los debates Bohr-Einstein fueron una serie de disputas públicas sobre la mecánica cuántica entre Albert Einstein y Niels Bohr. Sus debates se recuerdan por su importancia para la filosofía de la ciencia, ya que los desacuerdos y el resultado de la versión de Bohr de la mecánica cuántica —que se convirtió en el punto de vista predominante— forman la raíz de la comprensión moderna de la física.[1] La mayor parte de la versión de Bohr sobre los congresos celebrados en Solvay en 1927 y en otros lugares fue escrita por Bohr por primera vez décadas después en un artículo titulado «Discusiones con Einstein sobre problemas epistemológicos de la física atómica».[2][3] Según el artículo, la cuestión filosófica del debate era si la llamada interpretación de Copenhague de Bohr de la mecánica cuántica, que se centraba en su creencia de complementariedad, era válida para explicar la naturaleza.[4] A pesar de sus diferencias de opinión y de los sucesivos descubrimientos que ayudaron a consolidar la mecánica cuántica, Bohr y Einstein mantuvieron una admiración mutua que duraría el resto de sus vidas.[5][6]
Los debates representan uno de los puntos más altos de la investigación científica de la primera mitad del siglo XX, porque llamaron la atención sobre un elemento de la teoría cuántica, la no localidad cuántica, que es fundamental para nuestra comprensión moderna del mundo físico. La opinión generalizada de algunos físicos profesionales ha sido que Bohr salió victorioso en su defensa de la teoría cuántica y estableció definitivamente el carácter probabilístico fundamental de la medición cuántica.[cita requerida]