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Daño indirecto al ADN
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El daño indirecto al ADN ocurre cuándo un fotón de radiación UV es absorbido por la piel humana a partir de un cromóforo y este no tiene la capacidad de convertir la energía en calor inofensivo rápidamente.[1] Las moléculas que no tienen esta capacidad tienen una larga vida en estado excitación, esto causa una alta probabilidad de reacciones bimoleculares.[1] La melanina y el ADN tienen un tiempo de vida extremadamente corto en estado de excitación, unos cuantos femtosegundos (10−15s).[2] En cambio estas substancias suelen sobrevivir entre 1,000 y 1,000,000 de veces más tiempo que la melanina, y por lo tanto pueden causar daños a las células vivientes que entren en contacto con ellas.[1][3][4][5][6]
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La molécula que originalmente absorbe el fotón se apellida "cromóforo". Las reacciones bimoleculares pueden ocurrir entre cualquier cromóforo excitado y el ADN o entre el cromóforo excitado y otra especie con lo cual se producen radicales libres y especie reactivo de oxígeno. Estas especies químicas reactivas generan la difusión del ADN y la reacción bimolecular que lesiona el ADN (estrés oxidativa). Es importante indicar que no hay ninguna señal de aviso o dolor en el cuerpo humano causada por este daño.
Las reacciones bimoleculares que causan el daño indirecto al ADN están ilustrados en la siguiente figura:
1O2 es el reactivo nocivo del oxígeno singlete:
[7]