Carlismo en la literatura
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El 21 de marzo de 1890, durante unas conferencias sobre el sitio de Bilbao ocurrido durante la Tercera guerra carlista, Miguel de Unamuno impartió una titulada La última guerra carlista como materia poética.[1] Quizá fuera este el primer intento de examinar la causa carlista en la literatura, ya que durante los 57 años anteriores el tema había estado cada vez más presente en géneros literarios como la poesía, el teatro y la novela. Con todo, no deja de ser paradójico también que al mismo tiempo que Unamuno ofrecía su análisis, se estaba a punto de iniciar el período de gran presencia del carlismo en las letras. Este período vino a durar alrededor de un cuarto de siglo, ya que hasta finales de la década de 1910 el carlismo siguió siendo el tema central de numerosas obras monumentales de la literatura española. Más tarde, perdió su atractivo como tema literario, reducido aún más tarde a papel instrumental durante el franquismo. Hoy goza de cierta popularidad, aunque ya no como catalizador de un discurso cultural o político primordial; su función es principalmente proporcionar un entorno exótico, histórico, romántico y, a veces, misterioso.