Anexo:Centros de detención política y tortura en Chile (1973-1990)
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Durante la dictadura militar que sufrió Chile de 1973 hasta 1990, en manos de Pinochet y las Fuerzas Armadas se instauraron alrededor de 1168 centros de detención y tortura[1] a lo largo y ancho del territorio chileno, utilizados no solo como centros de detención, tortura, exterminio, sino también como una herramienta de atemorización para la población civil chilena
En los registros oficiales de la dictadura, el término campo de concentración fue utilizado para llamar a estos espacios, tanto públicos, como privados y secretos usando la traducción del alemán Konzentrationslager al español (campo de concentración), sin embargo, son llamados centros de detención y tortura.[2]
Los centros de detención y tortura chilenos a pesar de sostener la experiencias e ideas alemanas, tenían como principal uso el albergar primordialmente a miembros y simpatizantes de la UP, dirigentes sociales y sindicales de las izquierdas chilenas, pero con el paso del tiempo se llegó a aprisionar a estudiantes, amas de casa, delincuentes, extranjeros, obreros, maestros y cualquier persona que estuviera en contra de la dictadura, tuviera pensamientos marxistas o simplemente quien estuviera fuera luego del toque de queda o de la cual se tuviera la sospecha. La dictadura chilena quería darle un cierre al marxismo que se presentaba en Chile.
Todos estos campos de prisioneros fueron instaurados por un régimen basado en la represión conjugado con una política de terror y dolor para los prisioneros y sus familias, y en general para toda la población chilena. Con estos espacios de detención se buscaba primordialmente la represión y privación de miembros y simpatizantes de la UP, dirigentes sociales y sindicales de las izquierdas chilenas, querían dar un cierre al marxismo que “atormentaba” a Chile.[3]
Estos espacios de detención se caracterizaron por ser lugares públicos conocidos por la población, como recintos deportivos, gimnasios, estadios, arenas, hospitales, prisiones, escuelas de las fuerzas armadas estaciones de bomberos, estaciones de trenes y edificios de la administración pública, pero también inicialmente fueron casa particulares y privadas, así como lugares secretos destinados a la detención, procesamiento, tortura y asesinato a los opositores a la dictadura militar, pero con estructuras donde había torres de vigilancia, alambre de púas, armas y de ser necesario armamento pesado dentro del centro de detención.[4]
De igual manera, los centros de detención y tortura tenían estructuras administrativas oficiales y otras secretas como la DINA y la CNI, las cuales eran encargadas únicamente de gestionar el funcionamiento de estos lugares y lo que se llevaba a cabo dentro de estos, como por ejemplo las torturas, los interrogatorios y la desaparición de cuerpos.[3]
Estos espacios contaban con pocas divisiones, una de la más característica fue la división que hubo entre los lugares que eran utilizados para la tortura y los interrogatorios, otra división que presentaban era la segmentación entre hombres y mujeres, después de haber sido capturados. [4]
Los centros de detención y tortura, como, Villa Grimaldi, Londres 38, José Domingo Cañas, El Palacio de las sonrisas de Punta Arenas, entre otros espacios; estaban considerados para llevar a cabo la tortura e interrogación de los presos, ya que estos centros estaban especialmente destinados y habilitados para ello, por eso se les llama específicamente espacios de tortura. En estos espacios no se concentraba a los prisioneros, solo se les interrogaba y torturaba, sin embargo, podían permanecer en estos centros la mitad de un día, un día o un par, unas semanas como máximo.[5]
Estas fueron las únicas divisiones que hubo dentro de estos sitios y son casos muy específicos, ya que varios lugares funcionaron para ambas acciones. No obstante, los centros de tortura no estaban destinados a la eliminación de personas, sin embargo, los de detención sí, su función principal era exterminar a los prisioneros. [6]
Los prisioneros chilenos fueron tratados bajo la irracionalidad militar, aunque por la corrupción dentro de estos centros, algunas personas tenían mucho mejores tratos por la posición que se fueron ganando.
La siguiente es una lista de centros de detención y tortura utilizados por el Estado de Chile, en la represión de los opositores políticos, durante la dictadura militar de Augusto Pinochet, entre los años 1973 y 1990. El Estado hizo uso 1168 centros de detención de prisioneros políticos a lo largo de todo el país, en los que se cuentan centros clandestinos, recintos deportivos, oficinas salitreras, instalaciones militares (del Ejército, la Armada y la Fuerza Aérea), así de unidades penales y unidades de carabineros.