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antiguo reino de la península ibérica De Wikipedia, la enciclopedia libre
El reino de Nájera fue un reino situado al norte de la península ibérica entre los años 923 y 1076 abarcó los territorios del valle del río Ebro, desde las actuales Miranda de Ebro hasta Tudela. Fue el precursor del reino de Navarra y cuna de los reinos de Castilla y Aragón. A partir del año 925 el monarca del reino de Nájera es el mismo que el de Pamplona y pasa a denominarse «reino de Nájera-Pamplona», que sería el antecesor del reino de Navarra. La capital del reino de Nájera fue la ciudad de Nájera, situada actualmente en la comunidad autónoma de La Rioja, España.
En el monasterio de Santa María la Real está el panteón real donde se hallan los sepulcros de los reyes del reino de Nájera-Pamplona, precursor del reino de Navarra. Aquí están enterrados los reyes de las dinastías Jimena, o de los Abarca, que se mantuvo en el trono desde 918 hasta 1076, y la que prosiguió a García Ramírez que reinó desde 1135 hasta 1234. Esta dinastía proviene de la de los Abarcas.
Los inicios del reino de Nájera se remontan al año 918 cuando el rey pamplonés Sancho Garcés I, en colaboración con Ordoño II de León, recupera Nájera y La Rioja Media y Alta (desde la actual Miranda de Ebro hasta Tudela) del dominio musulmán. Estos nuevos territorios los deja bajo dominio de su hijo García Sánchez con la denominación de «reino de Nájera».[2][3]
Cinco años después, en el año 923, de la recuperación del castillo, o alcázar, de Nájera Sancho Garcés entrega esas tierra a su hijo García Sánchez I que es todavía un niño, e instaura la corte del reino de Nájera. Jimeno Garcés de Pamplona, tío de García Sánchez I, nombrado consejero y tutor del mismo.[4]
Tras la destrucción de Pamplona por Abderramán III en el 924 y la muerte de su padre al año siguiente, García Sánchez I se convierte también en rey de Pamplona, trasladando su residencia a Nájera, estableciendo en esta ciudad su corte, en detrimento de Pamplona.[4] Desde ese momento los reinos de Pamplona y Nájera aparecen ligados al mismo monarca, aunque siguen manteniendo entidades separadas; por ello, el reino pasa a denominarse «reino de Nájera-Pamplona».[5]
Enfermó Sancho Garcés y yendo de monasterio en monasterio, buscando su curación, murió el año 925. Le sucedió su hijo García Sánchez que reinaba ya en Nájera y amplió sus estados con las tierras de Pamplona. Así la dinastía pamplonesa se instaura en el Reino de Nájera y los notarios dicen en privilegios y en escrituras reales que los monarcas otorgantes reinan en Nájera y Pamplona.[2]
García Sánchez desarrolló una activa política de repoblación de los nuevos territorios y favoreció con cuantiosas donaciones a los monasterios de la zona, especialmente a San Millán de la Cogolla.
La misma política mantendrá durante los primeros años Sancho Garcés II (970-994), pero las campañas de Almanzor le obligarán, al igual que a su hijo García Sánchez II «el Temblón» (994-1004), a firmar capitulaciones y pagar tributos a Córdoba.
Con Sancho III el Mayor (1004-1035) el reino alcanza su mayor extensión,[6] abarcando buena parte del tercio norte peninsular, desde Cataluña a Cantabria. Sancho III fue el gran impulsor de la ciudad de Nájera, donde celebró Cortes y otorgó el famoso fuero de Nájera, origen de la legislación navarra y base del derecho nacional;[7] además acuñó moneda en Nájera, creando así una de las primeras cecas cristianas en la península.[2][4] Este monarca fue llamado justamente Rex Ibericus, Rex totius Hispaniae y Rex Imperator.[6][4] Favoreció las peregrinaciones a Santiago de Compostela, estableciendo albergues y hospitales, y convirtiendo a la ciudad en punto clave de la ruta jacobea del Camino de Santiago.[7][2]
Tras la muerte de Sancho III se reparte su Imperio entre sus hijos García Sánchez III, rey de Nájera-Pamplona, Fernando I conde de Castilla y futuro rey de León, Ramiro I rey de Aragón y Gonzalo Sánchez rey de la Ribagorza,[8] de esta forma se convierte Nájera en cuna de los reinos de Navarra, Castilla y Aragón, correspondiendo al primogénito, García Sánchez III (1035-1054), llamado «el de Nájera», por haber nacido y estar enterrado en la ciudad, los territorios patrimoniales de los reinos de Nájera y Pamplona, así como la hegemonía política sobre los demás reinos cristianos de la península.
García Sánchez III extendió sus dominios por la Rioja Baja conquistando Calahorra a la taifa de Zaragoza. De profunda fe católica, funda el monasterio de Santa María la Real y lo nombra sede episcopal del reino, dotándola de numerosas propiedades. También creó la Orden de caballería de la Jarra o de la Terraza, la primera de entre los reinos cristianos peninsulares; y favoreció los escritorios monásticos de San Millán, Nájera y Albelda. Murió en la batalla de Atapuerca (Burgos) en lucha contra su hermano Fernando I de Castilla, en septiembre de 1054.[8][7]
Tras el asesinato de su padre, a los 14 años le sucede Sancho Garcés IV (1054- 1076),[4][3][2] proclamado en el mismo campo de Atapuerca. Sancho II el Fuerte, rey de León y Castilla invadió los montes de Oca, La Bureba y la misma Navarra conquistando la Plaza de Viana. Sancho Garcés IV buscó la ayuda de su primo Sancho Ramírez de Aragón, quien derrotó en Viana a los castellanos en 1067. Más tarde, en 1076 Alfonso VI rey de León y Castilla (hijo de Fernando I de Castilla) invadió temporalmente La Rioja quien con Al-Muqtadir querían poner un rey sumiso en Nájera-Pamplona. El último rey de Nájera Sancho Garcés IV el noble o el de Peñalén, muere a manos de su hermano Ramón, quien le despeñó por el precipicio de Peñalén, en Funes, mientras cazaba.[2][7][8]
Tras la muerte de Sancho Garcés, comienza un segundo período en el que ya no existen Reyes de Nájera, salvo los años que lo rigió Sancho III de Castilla,[4] porque la soberanía es reclamada por los reyes descendientes de Sancho Garcés III; la ciudad de Nájera es tomada por Alfonso VI, y este deja el mando de la ciudad en manos de Diego López de Haro, señor de Vizcaya. Los conflictos que provoca este acontecimiento desembocan en la división del reino, la parte navarra quedó anexionada al Reino de Aragón y poniendo fin de esta forma al llamado reino de Nájera, pasando a denominarse Señorío de Nájera y Ducado de Nájera.[5][4][8]
Bajo Castilla, formó un condado bajo García Ordóñez hasta la muerte de este en la batalla de Uclés en 1108. La posterior boda entre Urraca de León y Alfonso I de Aragón une temporalmente las coronas de León-Castilla y Aragón-Pamplona brevemente entre 1109 y 1114. La tuvo Diego López I de Haro hasta 1113 en que Alfonso I de Aragón, El Batallador desposee a este de la tenencia de Nájera y pone en su lugar a Fortún Garcés Cajal, que la tendrá entre 1113 y la muerte del rey de Aragón. Tras la muerte del Batallador, Nájera, Calahorra y otros lugares fronterizos fueron anexionados al reino de Castilla por Alfonso VII de León, que alegaba derechos hereditarios y restaura las fronteras su abuelo Alfonso VI.[2]
El primer monarca es García Sánchez I y el último Sancho IV, todos ellos pertenecientes a la misma familia y dinastía; la dinastía Jimena.[2][9][10]
Imagen | Nombre | Periodo de Reinado | Hitos |
---|---|---|---|
García Sánchez I
Hijo de Sancho Garcés I, rey de Pamplona |
923-970 |
| |
Sancho Garcés II
Hijo del anterior |
970-994 |
| |
García Sánchez II
Hijo del anterior |
994-1000 |
| |
Sancho Garcés III
Hijo del anterior |
1004-1035 |
| |
García Sánchez III
Hijo del anterior |
1035-1054 |
| |
Sancho Garcés IV
Hijo del anterior |
1054-1076 |
|
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