Literatura LGBT de Brasil
subgénero de la literatura brasileña centrado en temáticas LGBT / De Wikipedia, la enciclopedia encyclopedia
La literatura LGBT de Brasil, entendida como literatura escrita por autores brasileños que involucre tramas o personajes que formen parte o estén relacionadas con la diversidad sexual, tiene una tradición que se remonta al siglo XVII, específicamente a la obra del poeta Gregório de Matos, quien a lo largo de su vida escribió una serie de poemas satíricos de carácter homosexual sobre sus adversarios políticos.[1] Las primeras obras narrativas en referenciar la homosexualidad llegaron casi dos siglos después, en las décadas de 1870 y 1880, de la mano de escritores como Joaquim Manuel de Macedo, Aluísio Azevedo y Raul Pompéia.[2] Las obras de estos autores, que en su mayoría se enmarcaban en la tendencia del naturalismo, presentaban una mirada de la homosexualidad basada en concepciones de la época, bajo un estereotipo negativo de desviación sexual.[3] En medio de este contexto apareció la novela Bom-Crioulo (1895), escrita por Adolfo Caminha y tradicionalmente señalada como iniciadora de la literatura LGBT brasileña, además de ser considerada la primera novela LGBT de América Latina.[4] Aunque también compartió una visión negativa de la homosexualidad,[5] fue la primera en centrar su trama en una relación de personas del mismo sexo.[6]
El inicio del siglo XX vio la entrada de autores como João do Rio, que abordó la diversidad sexual en algunos de sus cuentos y de quien se sabía que era homosexual, y la publicación de obras como «Pílades e Orestes», relato homoérotico de Joaquim Machado de Assis, y «O menino do Gouveia» (1914), cuento anónimo considerado la primera obra LGBT pornográfica de Brasil. La novela Vertigem (1926), de Laura Villares, es notoria por ser la primera en abordar el lesbianismo escrita por una mujer brasileña, aunque también da una mirada moralista y condenatoria contra la protagonista.[7][8]
Durante la época posterior al Estado Novo, varios textos continuaron presentando temáticas LGBT de forma sutil. La obra paradigmática de esta tendencia fue «Frederico Paciência» (1947), relato de Mário de Andrade sobre una amistad masculina con tintes homoeróticos que, a pesar de no volver la orientación sexual de los personajes explícita, fue uno de los primeros en mostrar esta atracción de forma positiva.[9][10] La década de 1950 se vio caracterizada por la publicación de dos novelas clásicas de la literatura brasileña que incluyeron subtramas LGBT: Gran Sertón: Veredas (1956), de João Guimarães Rosa, y Crônica da casa assassinada (1959), de Lúcio Cardoso.[11] Estas novelas abordaron la diversidad sexual de forma marcadamente distinta a obras anteriores, en tramas que exploraron conceptos como la espiritualidad, el travestismo, la metafísica y el deseo prohibido.[12]
Hasta la segunda mitad del siglo XX, la literatura homosexual masculina brasileña, a diferencia de la tradición anglosajona, tenía entre sus características comunes la reproducción de roles bien delineados en las relaciones que retrataba, con la figura de un hombre fuerte con características masculinas y otro mostrado como débil y sumiso, en un análogo de los roles sociales de la época presentes en las relaciones heterosexuales, como puede observarse desde Bom-Crioulo.[13] Además de ello, era común que tanto las figuras homosexuales masculinas como femeninas fueran retratadas de forma caricaturesca o exótica.[14] También destaca la figura del Carnaval de Brasil, que en la ficción era mostrada por varios autores como un tiempo en que las personas podían ocultar sus identidades mientras disfrutaban de una mayor libertad sexual y realizaban actos usualmente considerados ilícitos.[15]
La etapa de la dictadura militar en Brasil está caracterizada por la fuerte censura ejercida por el régimen, aunque eventos como los Disturbios de Stonewall y el nacimiento del movimiento LGBT internacional ayudaron a la vez a iniciar un auge en la publicación de obras LGBT.[6][16] La escritora más importante de este periodo fue Cassandra Rios, quien, a pesar de ser blanco recurrente de la censura por las temáticas lésbicas de sus obras, se convirtió en la más exitosa escritora brasileña de todos los tiempos, con periodos en que alcanzó la venta de 300 000 libros por año,[6] aunque, a la vez, fue ignorada por la crítica.[17] Con el tiempo, Rios pasó a ser considerada la iniciadora de la tradición literaria lésbica brasileña.[18] Otros autores LGBT destacados de los años de la dictadura fueron Gilberto Freyre y Aguinaldo Silva, particularmente con su novela Primeira carta aos andróginos (1975).[6][19]
De aquella época son también las figuras de Caio Fernando Abreu, Silviano Santiago y João Silverio Trevisan, quienes iniciaron una nueva etapa en la narrativa LGBT brasileña, influenciada por la literatura LGBT global.[6] Abreu abordó la diversidad sexual y la homofobia desde su primera colección de cuentos y continuó explorándola en años posteriores, en relatos como «Terca-feira gorda», de Morangos mofados (1982), que narra el encuentro entre dos hombres homosexuales durante el Carnaval de Brasil;[20] o la novela Pela Noite (1983), tal vez la primera obra brasileña en abordar el VIH.[21] De Silviano Santiago se distingue la novela Stella Manhattan (1985), una de las primeras en contar con una personaje travesti como protagonista;[22] mientras que João Silverio Trevisan es reconocido por la novela Em nome do desejo (1983) y la obra de no ficción Devassos no paraíso (1986).[13][23][14]
De la poesía de finales del siglo XX se pueden mencionar autores como Francisco Bittencourt y Roberto Piva, quienes exploraron la homosexualidad y el cuerpo masculino en su obra;[24] Waldo Motta, reconocido por enlazar temas relacionados con la diversidad sexual con motivos religiosos;[25] y los poetas Glauco Mattoso y Horácio Costa, con obras centradas en el abordaje de prácticas tabúes y críticas a la sociedad heteropatriarcal brasileña.[24]
Las primeras décadas del siglo XXI se vieron caracterizadas por la normalización y el aumento de la presencia de protagonistas LGBT en obras literarias brasileñas, la mayoría de los cuales dejaron de ser presentados con los estereotipos existentes en obras pasadas.[26] Temáticas relacionadas con la diversidad sexual empezaron además a aparecer en obras de géneros como el histórico, detectivesco, utópico[27] y en particular en la literatura juvenil.[28] Entre los autores de obras LGBT galardonadas en décadas recientes se encuentran narradores como Santiago Nazarian,[29][30] Natalia Borges Polesso, Tobias Carvalho y Cristina Judar.[27][31][32] Del lado de la poesía, han destacado figuras como Angelica Freitas,[33] Tatiana Nascimento y Ryane Leão.[16]