Esta página contiene citas de una persona fallecida hace 56 años.
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John Steinbeck (Salinas, California; 27 de febrero de 1902 – Nueva York, 20 de diciembre de 1968) fue un escritorestadounidense], Nobel de Literatura.
«Aparte del hecho de que mejoren o no la economía, creo que los turistas son muy útiles en el mundo moderno: es muy difícil odiar a las personas que se conoce».[1]
«Bajo su caparazón de cobardía, el hombre aspira a la bondad y quiere ser amado. Si toma el camino del vicio, es que ha creído tomar un atajo que le conduciría al amor».[2]
«De todos los animales de la creación, el hombre es el único que bebe sin tener sed, come sin tener hambre y habla sin tener nada que decir».[3]
«El hombre era antes dueño de su saber. Hoy, su saber es su dominio».[5]
«El ser humano es el único zorro que instala una trampa, le pone un carnada y luego mete la pata».[6]
«El truco de moda es la alergia... La alergia es caer enfermo ante cualquier cosa que no se desea hacer. He conocido mujeres alérgicas al agua de lavar los platos».[7]
«Es casi imposible leer algo bello sin dentir deseos de hacer algo bello».[8]
«Es curioso lo lejana que resulta una desgracia cuando no nos atañe personalmente».[9]
«La enfermedad del mánager es una epidemia suscitada por las agujas del reloj y transmitida por las agendas».[10]
«La época que vivimos es peligrosa; si no, ¡qué aburrida sería!».[11]
«Las ideas son como conejos. Compras una pareja, aprendes cómo manejarlos, y pronto tienes una docena».[12]
«Me pelearía contra toda idea, religión o gobierno que limitara o destruyera la noción de individualidad».[13]
«Por el grosor del polvo en los libros de una biblioteca pública puede medirse la cultura de un pueblo».[14][15]
«Una ciudad se parece a un animal. Posee un sistema nervioso, una cabeza, unos hombros y unos pies. Cada ciudad difiere de todas las demás,: no hay dos parecidas. Y una ciudad tiene emociones colectivas».[16]
«Un poco de amor es como un poco de buen vino... Demasiado de uno u otro enferman al hombre».[17]
↑ Un americano en Nueva York y en París, 1956 Albaigès (1997), p. 573.