«Aparte de la pena de muerte, el soldado, su simple existencia, es la prueba de barbarie más dolorosa que prevalece entre los hombres».[1]
«Ciudadano verdaderamente libre es aquel que no depende de los gobiernos ni les debe nada».[2]
«El cristianismo es un camaleón eterno, se transforma sin cesar».[3]
«El ejército es una nación dentro de la nación. Un vicio de nuestra época».[4]
«El fuerte hace su destino, el débil sufre el que le impone la suerte».[5][6]
«El sacrificio es lo más hermoso que existe en el mundo».[7]
«La prensa es una boca forzada a estar siempre abierta y a hablar siempre. Por eso no es de extrañar que diga muchas más cosas de las necesarias, y que a veces divague y se desborde».[8]
«La vida es demasiado corta como para perder parte de ella fingiendo».[9]
«No existe ningún hombre que tenga el derecho de despreciar a los hombres».[10][11]
«Nunca he encontrado un hombre de quien no haya aprendido algo».[12]
«Todos los crímenes y los vicios tienen como origen la debilidad; por ello no merecen más que compasión».[13]
«Una desesperación apacible y sin reproches es la mayor sabiduría del dolor».[14]
«Una vida lograda es un sueño de adolescente realizado en la edad madura».[15]
Bartra (datos.bne). Frases y citas célebres. Grijalbo. p.320. ISBN8425315263.
Ortega Blake, Arturo. El gran libro de las frases célebres. Penguin Random House Grupo Editorial. México, 2013. ISBN 6073116314, 9786073116312. (En Google Books.)