A grandes rasgos, la dirección de las principales corrientes marinas coincide con la de los vientos planetarios pero esta coincidencia no se debe a que las corrientes marinas ocasionen la dirección de los vientos planetarios y menos aún en sentido inverso, es decir, que los vientos originen la dirección de las corrientes marinas. Estudiando con cierto detalle la trayectoria de algunas de las principales corrientes marinas y de los vientos planetarios se puede comprobar que la dirección de los vientos no da origen a las corrientes marinas, sino que el movimiento de rotación terrestre ejerce su influencia tanto sobre la dirección de los vientos como de las corrientes marinas pero con efectos distintos, según el tipo de corrientes de que se trate (por ejemplo, corrientes frías o cálidas) o el tipo de vientos planetarios de que se trate según su respuesta ante el relieve, la configuración de las costas, la continentalidad de donde proceden, etc.
Corriente ecuatorial y vientos alisios
Tanto las corrientes ecuatoriales como los vientos alisios siguen la misma dirección general este a oeste, especialmente, en la franja de unos 10º de latitud centrada en el ecuador terrestre, que se ha denominado en meteorología como Zona de convergencia intertropical y que corresponde también, en general, a la amplitud de la corriente ecuatorial (considerando a esta última como una única corriente). En ambos casos, la verdadera razón de esta coincidencia en las direcciones se debe a que su verdadero origen está en la fuerza centrífuga del movimiento de rotación terrestre: es esta fuerza centrífuga la que determina el abombamiento ecuatorial del globo terrestre en sus partes sólida, líquida y gaseosa, abombamiento más acentuado de acuerdo a la menor densidad de cada una de las tres zonas (litosfera, hidrosfera y atmósfera respectivamente). La visión satelital tanto de las corrientes marinas como de los vientos del este en la zona ecuatorial nos demuestran que tanto los alisios del Noreste (en el Hemisferio Norte) como los alisios del Sureste (en el Hemisferio Sur), aunque pueden llegar a ponerse en contacto a nivel del suelo o a muy baja altura, nunca llegan a cruzar directamente el ecuador de manera que lo que podríamos llamar convergencia intertropical de los alisios se convierte con la altura, en una verdadera divergencia, regresando hacia cada hemisferio dichos vientos alisios. Esto queda demostrado con las imágenes satelitales, tanto de las nubes de gran extensión que cubren áreas de ambos hemisferios a ambos lados del ecuador a escasa altura (verificándose una especie de convergencia, aunque se trate de dos nubes de distintos hemisferios pero que pasado un tiempo se separan en altura. Esta es la razón por la que, ni los huracanes ni las nubes de polvo o volcánicas cruzan el ecuador terrestre ya que su altura los obliga a separarse del ecuador cuando llegan a una latitud muy baja.