No todas las variedades de español tienen el mismo número de fonemas. En la mayoría de variedades se distinguen al menos 18 fonemas consonánticos, mientras que algunas variedades (como la variedad castellana) pueden llegar a presentar más fonemas al incluir /θ/ y /ʎ/, este último también presente en Bolivia, Paraguay y zonas de Colombia, Ecuador, Perú, Argentina o Chile, en gran parte por influencia de lenguas americanas (como el aimara o las lenguas quechuas). Las distintas variedades del español pueden añadir fonemas consonánticos como vocálicos, debido sobre todo a la influencia de otra lengua o a un sustrato lingüístico más intenso; como los fonemas /ʃ/, /ʦ/ y /t͡ɬ/ del español mexicano-centroamericano. Otras variedades pueden permutar fonemas; /ʝ̞/ y /ʎ/ → /ʒ/ o /ʃ/ en el español rioplatense, /r/ → /ʐ/ en el español andino, siendo fonemas dialectales y no variantes alofónicas. Cada uno de los fonemas del español puede ser articulado de modo ligeramente diferente según los fonemas adyacentes, esas variantes son clasificadas dentro de diversos alófonos o articulaciones del mismo tipo según los rasgos articulatorios. En la discusión siguiente es conveniente recordar la diferencia existente entre fonema (conjunto equivalente de sonidos los cuales son distintivos) y alófono (realización o sonido de un fonema en una determinada posición concreta el cual no es fonémico ni distintivo). Un rasgo común en todas las variantes diatópicas del español es la articulación de un número muy elevado de alófonos.
La siguiente tabla reproduce una lista exhaustiva de los fonemas y alófonos consonánticos que aparecen en las diversas variedades de español. Estos alófonos se clasifican según el modo de articulación, el punto de articulación, y el modo de fonación o sonoridad. En la tabla son indicados los fonemas del español estándar en negrita, los fonemas y alófonos que no aparecen en todas las variedades de español son indicados entre paréntesis (). Asimismo, los fonemas son representados entre barras oblicuas // (transcripción fonológica) y los alófonos entre corchetes [] (transcripción fonética):
Más información Modo dearticulación, Punto de articulación ...
Las consonantes oclusivas /p t k/ en sílaba trabada (obstruyentes oclusivas) pueden realizarse relajadamente [β̞ ð̞ ɣ̞]; optar[o̞p.ˈt̪äɾ]~[o̞β̞.ˈt̪äɾ], ritmo[ˈrit.mo̞]~[ˈrið̞.mo̞], anécdota[ä̃.ˈne̞k.ð̞o̞.t̪ä]~[ä̃.ˈne̞ɣ̞.ð̞o̞.t̪ä]. De manera similar, /b d g/ en sílaba trabada se pronuncian [β̞ ð̞ ɣ̞] pueden realizarse enfáticamente como [b d g]; obturar[o̞β̞.t̪u.ˈɾa̠ɾ]~[o̞b.t̪uˈɾäɾ], admirar[äð̞.mi.ˈɾäɾ]~[äd.mi.ˈɾäɾ], asignar[ä.siɣ̞.ˈnäɾ]~[ä.sig.ˈnäɾ].
Es común la elisión o relajación total de estos grupos consonánticos cultos en muchos dialectos a pesar de que no sea propio de hablas formales y estandarizadas del español. Este rasgo puede incluso darse en el dialecto castellano septentrional, aunque está más extendido en los dialectos meridionales o de transición de España; andaluz, murciano, extremeño, manchego y canario. E igualmente en el español caribeño; anécdota[ä̃.ˈne̞.ð̞o̞.t̪ä].
El fonema /b/ sólo presenta esta realización oclusiva [b] en principio absoluto de oración o tras el archifonema nasal /N/. En las demás posiciones, incluso cuando la inicial queda en posición intervocálica por fonética sintáctica, su realización es aproximante[β̞]; bebé[be̞.ˈβ̞e̞]. A pesar de ello, este alófono aproximante se suele tener todavía como fricativo [β] en muchos ámbitos, sobre todo de la filología hispánica, a pesar de que sus rasgos distintivos son clara e inequívocamente los de una aproximante. Por ese motivo se le añade el diacrítico de descenso lingual[ ̞ ], resultando la aproximante [β̞]. Una transcripción más simplificada también permite el uso de [β].
En el español de Cuba, así como en otras zonas del Caribe hispanohablante, [β̞] se pronuncia labializado [β̞ʷ], pudiendo sonar casi elidido; Cuba[ˈku.β̞ʷä].
En el dialecto andaluz, murciano, manchego y canario y también en las Antillas hispanohablantes la aproximante [β̞] se puede tornar fricativa sorda [ɸ] cuando va precedida de /s/ aspirada, [ʰ]; desbordar[dɛʰ.ɸo̞ɾ.ˈð̞äɾ]~[dɛʰ.ɸo̞ð̞.ˈð̞ä(ɾ)].
Las oclusivas dentales son en español, como en el resto de las lenguas romances, de realización dental plena (denti-alveolares), [t̪] y [d̪]. En una transcripción simplificada, ni contrastiva con otras lenguas donde /t/ y /d/ sean de una realización distinta, se permite [t] y [d]; tuétano[ˈtwe̞.tä̃.no̞], duende[ˈdwẽ̞n̪.de̞].
El fonema /d/ solo presenta esta realización oclusiva [d] en principio absoluto de oración o tras el archifonema nasal /n/ y el lateral /l/. En las demás posiciones, incluso cuando la inicial queda en posición intervocálica por fonética sintáctica, su realización es aproximante[ð̞]; dedo[ˈde̞.ð̞o̞]. A pesar de ello, este alófono aproximante se suele tener todavía como fricativo [ð] en muchos ámbitos, sobre todo de la filología hispánica, a pesar de que sus rasgos distintivos son clara e inequívocamente los de una aproximante. Por ese motivo se le añade el diacrítico de «descenso lingual» [ ̞ ], resultando la aproximante [ð̞]. Una transcripción más simplificada también permite el uso de [ð].
La debilidad de [ð̞] es mayor que la de [β̞] y [ɣ̞].
Es común en muchas de las variedades del español su elisión entre vocales; mercado → mercao[me̞ɾ.ˈkä.o̯]~[me̞ɾ.ˈkä.ʊ̯]~[me̞ɾ.ˈkäu̯].
En hablas meridionales de España, Chile y en el Caribe hispanohablante, los participios femeninos y palabras acabadas en -ada(s) se reducen a [a] tónica; maquillada → maquillá[mä.ci.ˈʝ̞a̠].
En sílaba trabada como en final absoluto de palabra puede variar su pronunciación dialectalmente; se pronuncia [ð̞] (en la variedad mexicana, castellana), se elide (común en todo el dominio hispano siendo aún más común en las variedades meridionales de España así como en la variedad caribeña, chilena), se pronuncia [θ]~[ð] (en la variedad castellana) o se pronuncia [t]~[d] (en la variedad del variedad del castellano en territorios catalanohablantes y andina); amistad[a̠misˈta̠ð̞]~[ä̃.mis̪.ˈt̪ä]~[ä̃.mis̪.ˈt̪a̠θ]~[ä̃.mis.ˈt̪a̠t̪].
El fonema /g/ solo presenta esta realización oclusiva [g] en principio absoluto de oración o tras el archifonema nasal /n/. En las demás posiciones, incluso cuando la inicial queda en posición intervocálica por fonética sintáctica, su realización es aproximante[ɣ̞]/[ɰ]; guagua[ˈgwä.ɣ̞wä]. A pesar de ello, este alófono aproximante se suele tener todavía como fricativo [ɣ] en muchos ámbitos, sobre todo de la filología hispánica, a pesar de que sus rasgos distintivos son clara e inequívocamente los de una aproximante. Por ese motivo se le añade el diacrítico de descenso lingual[ ̞ ], resultando la aproximante [ɣ̞]. Una transcripción más simplificada también permite el uso de [ɣ]. Según el Alfabeto Fonético Internacional[ɣ̞] está representado ya por [ɰ], siendo ambos el mismo sonido. No obstante, en la transcripción en español se empleará la forma tradicional, [ɣ̞] o [ɣ].
En el habla urbana de Madrid se debilita tanto que puede llegar a caer entre vocales, especialmente junto a /u/ e /i/, como sus alófonos [w] y [j]; jugar → juar[χwäɾ].
En el dialecto castellano, es común que /g/ en sílaba trabada no se relaje y se pronuncie como fricativa velar /x/ o fricativa uvular [χ] cuando le precede /u/ o /i/; asignar[ä.siχ.ˈnäɾ].
Los sonidos /t͡s/ y /t͡ɬ/ son propios del español mexicano, presentes en nombres y palabras oriundas como Coatzacoalcos[ˌko̯ä.t͡sa̠.ˈko̯äl.ko̞s], tlapalería[t͡ɬä.pä.le̞.ˈɾi.ä] (nahuatlismos).
En préstamos vascos se da tz[t͡s]; Ertzaintza[e̞ɾ.ˈt͡sã̠n.t͡sä], ertzaina[e̞ɾ.ˈt͡sä̃ĩ̯.nä]. Si bien su realización más específica en euskera sea [t͡s] ya que contrasta en su inventario fonológico entre sibilantes y africadas de realización apical y laminar.
En otros préstamos se da ts[t͡s]; tsunami[t͡suˈna̠mi], mosca tse-tse[ˈmo̞s.kä.ˌt͡se̞.ˈt͡se̞].
No obstante, en el dialecto castellano como en otros dialectos esta pronunciación puede hacerse /s/; tsunami[sũ.ˈnä̃.mi].
En préstamos italianos se da zz[t͡s], si bien es más común que se pronuncie /t.θ/ ([t.θ]~[d.θ]~[ð̞.θ]) o /t.s/ ([t.s]~[d.s]~[ð̞.s]); mezzosoprano[ˌme̞t.θo̞.so̞.ˈpɾä̃.no̞]~[ˌme̞d.θo̞.so̞.ˈpɾä̃.no̞]~[ˌme̞ð̞.θo̞.so̞.ˈpɾä̃.no̞]~[ˌme̞t.so̞.so̞.ˈpɾä̃.no̞]~[ˌme̞d.so̞.so̞.ˈpɾä̃.no̞]~[ˌme̞ð̞.so̞.so̞.ˈpɾä̃.no̞].
No obstante, en el dialecto castellano como en otros dialectos esta pronunciación puede hacerse como /θ/ o /s/; mezzosoprano[ˌme̞.θo̞.so̞.ˈpɾä̃.no̞]~[ˌme̞.so̞.so̞.ˈpɾä̃.no̞].
En otras variantes del español, los dígrafos mexicanos tz y tl, podrían ser pronunciados respectivamente como /t.θ/ ([t.θ]~[d.θ]~[ð̞.θ]) o /t.s/ ([t.s]~[d.s]~[ð̞.s]) y /t.l/ ([t.l]~[d.l]~[ð̞.l]).
Ya desde mediados del sigloXX comenzó la pérdida de /ʎ/ (ll) en la mayor parte de dialectos del español en favor de /ʝ/ (y). A día de hoy, el fonema lateral /ʎ/ se puede considerar como prácticamente perdido en los mayores dialectos del español. Este proceso se conoce como la deslateralización de /ʎ/, y más ampliamente como yeísmo; pollo[ˈpo̞ʝo̞] y poyo[ˈpo̞ʝo̞]. La distinción de estos fonemas subsiste solamente en el español paraguayo, el andino, algunas zonas rurales de Castilla y León, Castilla-La Mancha, Aragón, Región de Murcia, Ñuble, así como en los hablantes bilingües de español y catalán, gallego, quechua, aimara y otras lenguas; poyo[ˈpo̞ʝo̞] y pollo[ˈpo̞ʎo̞]. El fenómeno opuesto al yeísmo, lleísmo (neutralizar /ʝ/ y /ʎ/ en /ʎ/), también puede darse escasamente donde se distingue /ʝ/ y /ʎ/; pollo[ˈpo̞ʎo̞] y poyo[ˈpo̞ʎo̞].
/ʝ/ se vuelve la africada [ɟ͡ʝ] o su variante dialectal y enfática [d͡ʒ] en principio absoluto de oración y tras el archifonema /N/; enyesar[ẽ̞ɲɟ͡ʝe̞ˈsa̠ɾ]~[ẽ̞nʲd͡ʒe̞ˈsa̠ɾ], ¡yo! [d͡ʒo̞].
En el español rioplatense, del entorno de Buenos Aires y otras zonas de Argentina y Uruguay, no se da la presencia de /ʝ/ ni /ʎ/, mas sí se da un yeísmo con rehilamiento ([ʒ] o [ʃ]), zheísmo y sheísmo; pollo[ˈpo̞ʒo̞]~[ˈpo̞ʃo̞] y poyo[ˈpo̞ʒo̞]~[ˈpo̞ʃo̞].
El fonema /f/ contrasta en posición inicial como entre vocales; fofo[ˈfo̞.fo̞]. Se da escasamente en sílaba trabada y en final absoluto de palabra, aunque se puede dar en tecnicismos como en palabras y nombres prestados de otras lenguas; nafta[ˈna̠f.ta̠], oftalmólogo[ˌo̞f.ta̠l.ˈmo̞.lo̞.ɣ̞o̞], difteria[dif.ˈte̞.ɾja̠]golf[go̞lf], Garraf[ga̠.ˈra̠f]. El fonema /f/ presenta varias realizaciones alofónicas y dialectales:
/f/ se sonoriza [v] ante consonante sonora, siendo muy raro los contextos en los que aparece; afgano[a̠v.ˈɣ̞a̠.no̞], Dafne[ˈda̠v.ne̞]. La presencia de tal fenómeno es muy reducida en español debido a la escasa existencia de f en sílaba trabada, y que adicionalmente ésta sea trabada ante consonante sonora.
Es destacable mencionar que hay algunos hispanohablantes que diferencian entre b/b/ y v/v/ aunque no sea normativo para la Real Academia Española y el castellano estándar. Esto es debido al conocimiento de la existencia del sonido /v/ (quizás por conocer otra lengua donde exista tal sonido), sumado a la vacilación del uso correcto de b y v en la ortografía del español. En España solo se distinguen estos sonidos en la variedad del castellano en territorios catalanohablantes, y en el castellano churro, hablado en zonas del interior de la provincia de Valencia; vaca[ˈva̠.ka̠] y baca[ˈba̠.ka̠]. Tal distinción no es reconocida por la Real Academia Española, ni es realizada por la mayoría de hablantes del español (salvo aquellos que puedan ser instruidos con esta diferenciación); vaca[ˈba̠.ka̠] y baca[ˈba̠.ka̠].
/f/ se pronuncia bilabial [ɸ], como la f de la romanización del japonés (Rōmaji). Es oído en algunas zonas aisladas de España y sobre todo en la América andina; fuera[ˈɸwe̞.ɾa̠].
Este fonema es típico del dialecto castellano. Se da en la mayor parte de la España peninsular, en ambas Castillas, Madrid, Murcia, la Andalucía no seseante, el occidente de la Comunidad Valenciana, todo el norte y Aragón, así como en Cataluña y Baleares aunque no forme parte del inventario fonético del catalán. Este fonema se considera como norma de facto en España, y hace referencia al español europeo estándar; caza[ˈka̠.θa̠] y casa[ˈka̠.sa̠].
/θ/ se sonoriza [ð] ante consonante sonora; juzgar[χuð.ˈɣ̞a̠ɾ].
En la mayor parte del mundo hispano este fonema se pronuncia como /s/; caza[ˈka̠sa̠] y casa[ˈka̠sa̠]. Y como [z] su alófono sonoro; juzgar[xuzˈɣ̞a̠ɾ]~[çuzˈɣ̞a̠ɾ].
Las secuencias castellanas /sθ/ como /ksθ/ ([ɣ̞sθ]~[sθ]) se realizan [s] y [ks], ascensor[a̠sẽ̞nˈso̞ɾ], excelencia[e̞kse̞ˈlẽ̞nsja̠].
El fonema /s/ puede ser apical[s̺] (norte y centro de España, español andino) o laminar[s̻] (la mayor parte de América, sur de España, Canarias y oeste de Galicia); poste[ˈpo̞s̺te̞]~[ˈpo̞s̻te̞]. Según una transcripción más o menos específica se utiliza [s], [s̺] o [s̻].
/s/ se sonoriza [z] ante consonante sonora, pudiendo ser apical[z̺] (mayor parte de España así como en los Andes centrales) o laminar[z̻] (mayor parte de Hispanoamérica); musgo[ˈmuz̺ɣ̞o̞]~[ˈmuz̻ɣ̞o̞]. Según una transcripción más o menos específica se utiliza [z], [z̺] o [z̻].
En algunos dialectos esta sonorización va más allá, sobre todo en el español de los Andes centrales, así como el español hablado por los hablantes bilingües de la Comunidad Valenciana, Cataluña e Islas Baleares. La sonorización de [z] ocurre incluso al final de palabra cuando le sucede una vocal; los amigos[loz a̠ˈmiɣ̞o̞s].
En otros dialectos no ocurre esta sonorización por lo que [s] permanece sorda incluso ante consonante sonora; musgo[ˈmus̺ɣ̞o̞]~[ˈmus̻ɣ̞o̞]. Esto es común en algunos hablantes del dialecto castellano, castellano de Madrid, el norte peninsular como algunos hablantes del español de América. De la misma forma y con obviedad no ocurre sonorización donde /s/ se aspira, se velariza, se gemina la consonante que le sucede o simplemente se elide.
En muchos dialectos /s/ en sílaba trabada se pronuncia con una ligera aspiración [ʰ] (realización más común), una velarización [x], una geminación (o alargamiento [:]) de la consonante que le sucede o bien una completa elisión, poste[ˈpɔʰte̞]~[ˈpɔxte̞]~[ˈpɔtte̞]~[ˈpɔte̞]. Esto ocurre en los dialectos meridionales de España; andaluz, murciano, canario, extremeño, y también en el castellano de Madrid y Castilla-La Mancha. Así como el español caribeño, centroamericano, rioplatense y chileno.
En subdialectos de Andalucía, Canarias, como en el español caribeño este proceso llega a otros contextos, donde la aspiración de /s/ se da también entre vocales; nosotros[no̞ˈho̞tɾɔʰ].
En el dialecto andaluz, madrileño y manchego/s/ puede pronunciarse [ɹ] en las secuencias /sθ/ y /sr/; ascensor[a̠ɹθẽ̞nˈso̞(ɾ)], israelí[iɹra̠e̞ˈli].
El sonido /ʃ/ existió antiguamente en el castellano (castellano antiguo), era representado con el grafema x; como en la actualidad el portugués, el catalán y el euskera. Sin embargo este sonido mudó en español (reajuste de las sibilantes), y se transformó en la actual realización velar /x/ del grafema j del español. No existe su uso como /ʃ/ en el castellano contemporáneo, pero sí el uso del grafema x pronunciado como la realización actual velar /x/ en palabras que conservan la ortografía arcaica del castellano antiguo; Axarquía[a̠xa̠ɾˈkia̠], Texas[ˈte̞xa̠s], México[ˈme̞xiko̞], Oaxaca[o̯a̠ˈxa̠ka̠]~[w̝a̠ˈxa̠ka̠],
Existe el sonido prestado /ʃ/, del inglés y japonés con el dígrafo sh y del náhuatl, maya, catalán, euskera, gallego y portugués, así como en referencia al castellano antiguo con el grafema x; show[ʃo̞u̯], sushi[ˈsuʃi], xoloitzcuintle[ʃo̞lo̞i̯t͡sˈkwĩnt͡ɬe̞], Renaixença[re̞na̠i̯ˈʃẽ̞nsa̠], Rexurdimento[re̞ʃuɾð̞iˈmẽ̞n̪to̞].
No obstante, también puede pronunciarse como /t͡ʃ/ o /s/ en distintas variedades; show[t͡ʃo̞u̯] o [so̞u̯].
El español contrasta /r/ y /ɾ/ entre vocales; carro[ˈka̠ro̞] y caro[ˈka̠ɾo̞].
Se pronuncia /r/.
A principio de palabra; roca[ro̞ka̠].
Entre vocales con r doble; carro[ˈka̠ro̞].
Tras los fonemas /n/, /l/ y /s/ y las prefijaciones latinas sub y ab; enredador[ẽ̞nre̞ð̞a̠ˈð̞o̞ɾ], alrededor[a̠lre̞ð̞e̞ˈð̞o̞ɾ], israelí[izra̠e̞ˈli]subrogar[suβ̞ro̞ˈɣ̞a̠ɾ], abrogar[a̠β̞ro̞ˈɣ̞a̠ɾ].
En sílaba trabada se neutraliza, pudiendo realizarse [ɾ] o [r]. [r] siendo más típica de una pronunciación enfática; retorno[re̞ˈto̞ɾno̞]~[re̞ˈto̞rno̞].
Se pronuncia /ɾ/.
Entre vocales con r simple; caro[ˈka̠ɾo̞].
Tras los fonemas /b/, /p/, /d/, /t/, /k/, /g/ y /f/ como sus alófonos y variantes (excepción tras /n/, /l/ y /s/ y los prefijos latinos sub y ab); brusco[ˈbɾusko̞], fresco[ˈfɾe̞sko̞].
En sílaba trabada se neutraliza, pudiendo realizarse [ɾ] o [r]. [r] siendo más típica de una pronunciación enfática; retorno[re̞ˈto̞ɾno̞]~[re̞ˈto̞rno̞].
/r/ se pronuncia retrofleja [ʐ] o [ɻ] (r asibilada), como la ż y rzpolaca. Esto ocurre en buena parte de América asociado a sustrato indígena, desde México a los Andes, y puede llegar incluso a ser la norma culta de Ecuador y Bolivia (español andino); perro[ˈpe̞ʐo̞]~[ˈpe̞ɻo̞].
En las hablas andinas la r asibilada puede extenderse a contextos más amplios del archifonema /R/. Ocurriendo también con el fonema /ɾ/, pronunciándose [ɻ] o [ɽ]; pero[ˈpe̞ɻo̞]~[ˈpe̞ɽo̞]. E igualmente con [ɾ]/[r] en sílaba trabada, [ɻ]/[ɽ]; corto[ˈko̞ɻto̞]~[ˈko̞ɽto̞].
En las Antillas y en el entorno del Caribe hispanohablante, así como en Andalucía, Murcia y Canarias, [ɾ]/[r] en sílaba trabada puede elidirse, u ocasionar un alargamiento de la consonante que le suceda; comer[ko̞ˈme], carne[ˈkã̠nne̞].
En las Antillas y en el entorno del Caribe hispanohablante, así como en Andalucía y Canarias, [ɾ]/[r] en sílaba trabada puede permutarse con el archifonema /L/, ([ɾ]/[r]<>/L/); él[e̞ɾ] o [e̞r], sartén[sa̠l̪ˈtẽ̞n].
El fonema /x/ contrasta en posición inicial como entre vocales; jején[xe̞ˈxẽ̞n]. Se da escasamente en sílaba trabada y en final absoluto de palabra siendo común que se elida en algunos dialectos; reloj[re̞ˈlo̞x]~[re̞ˈlo̞], boj[bo̞x]~[bo̞], carcaj[ka̠ɾˈka̠x]~[ka̠ɾˈka̠]. El fonema /x/ presenta varias realizaciones alofónicas y dialectales:
En el dialecto castellano, variante estándar de España, se pronuncia uvular [χ] ante /i/ y /u/, como sus alófonos [j] y [w]; júbilo[ˈχuβ̞ilo̞].
En el Caribe, Andalucía occidental, las islas Canarias y en buena parte de Galicia, se pronuncia siempre aspirado [h], como la h inglesa; júbilo[ˈhuβ̞ilo̞].
En zonas de México y zonas aisladas de América Central y Sudamérica se pronuncia siempre palatal [ç]; júbilo[ˈçuβ̞ilo̞].
En dialectos meridionales de España y en el Caribe hispanohablante, como en torno a la costa caribeña sudamericana y centroamericana se conserva en algunas palabras y sus derivados la h aspirada del español medieval, /h/; hartar[ha̠ɾˈta̠ɾ], heder[he̞ˈð̞e̞ɾ], hondo[ˈhõ̞ndo̞]. Este sonido era originalmente una f en latín; FARTARE, FŒTERE, FVNDVS, que se transformó eventualmente en castellano en una aspiración /h/, quizás por influencia del euskera como de algunas hablas pirenaicas, y posteriormente se elidió dicha aspiración (se volvió muda) pero se conservó su grafía en el español moderno, h. Hay palabras que se han incorporado al castellano moderno con el grafema actual j/x/; jondo (hondo), juerga (huelga), procedentes de las variantes dialectales donde se retuvo la h aspirada.
Existe el sonido prestado /h/, del inglés, árabe y alemán como de otras lenguas; hámster[ˈhã̠nste̞ɾ], hachís[ha̠ˈt͡ʃis]Sáhara[ˈsa̠ha̠ɾa̠] (también Sahara[sa̠ˈa̠ɾa̠]).
No obstante, en el dialecto castellano se suele pronunciar como la j española /x/; hámster[ˈxã̠nste̞ɾ], hachís[xa̠ˈʧis]Sáhara[ˈsa̠xa̠ɾa̠] (también Sahara[sa̠ˈa̠ɾa̠]).
Alófono de /i/, i consonántica [j]; ionizar[jo̞niˈθa̠ɾ], paranoia[pa̠ɾa̠ˈno̞ja], meiosis[me̞ˈjo̞sis]. También forma parte de los diptongos crecientes con el grafema i; pies[pje̞s].
En muchos dialectos no hay diferencia en la pronunciación de hia-/ya-, hie-/ye- (también lla- y lle-) pronunciándose /ʝ/ ([ʝ̞]~[ɟ͡ʝ]~[ʤ]~[ʒ]~[ʃ] dependiendo de la variante, del énfasis y de la posición de este fonema en la palabra); hierro[ˈʝe̞ro̞]~[ˈɟ͡ʝe̞ro̞]~[ˈʤe̞ro̞]~[ˈʒe̞ro̞]~[ˈʃe̞ro̞] y yerro[ˈʝe̞ro̞]~[ˈɟ͡ʝe̞ro̞]~[ˈʤe̞ro̞]~[ˈʒe̞ro̞]~[ˈʃe̞ro̞].
No obstante, en el español estándar se diferencian hia-/ya-, hie-/ye- (también lla- y lle- donde persista la pronunciación de la aproximante lateral palatal /ʎ/); hierro[ˈje̞ro] y yerro[ˈʝe̞ro̞]~[ˈɟ͡ʝe̞ro̞]~[ˈʤe̞ro̞]~[ˈʒe̞ro̞]~[ˈʃe̞ro̞].
Alófono de /u/, u consonántica [w]; huevo[ˈwe̞β̞o̞], saharaui[sa̠ha̠ˈɾa̠wi], whisk(e)y[ˈwiski]. También forma parte de los diptongos crecientes con el grafema u; pues[pwe̞s].
En muchos dialectos no hay diferencia en la pronunciación de gua-/hua-, güe-/hue-, güi-/hui-, pronunciándose [gw]~[ɣ̞w]; agua[ˈa̠ɣ̞wa̠] y Chihuahua[ʧiˈɣ̞wa̠ɣ̞wa̠].
No obstante, en el español estándar se diferencian gua-/hua-, güe-/hue-, güi-/hui-; agua[ˈa̠ɣ̞wa̠] y Chihuahua[ʧiˈwa̠wa̠].
Este proceso va más allá en algunos dialectos con la velarización de /bw/ ([bw]~[β̞w] → [gw]~[ɣ̞w]); buey → güey[gwe̞i̯]; abuelo → agüelo[a̠ˈɣ̞we̞lo̞].
El fonema /l/ contrasta en posición inicial, como entre vocales; lila[ˈlila̠]. E igualmente en final absoluto de palabra; leal[le̞ˈa̠l]. Y puede adquirir distintas realizaciones en sílaba trabada, según la consonante que le suceda (archifonema /L/):
[l̪] ocurre cuando /L/ está en sílaba trabada con una consonante dental /t/ o /d/; altar[a̠l̪ˈta̠ɾ].
[l̟] ocurre cuando /L/ está en sílaba trabada con una consonante interdental /θ/ (típica del dialecto castellano); alzar[a̠l̟ˈθa̠ɾ].
[lʲ] ocurre cuando /L/ está en sílaba trabada con una consonante postalveolar /ʧ/ (así como las variantes de /ʝ̞/; [ʤ], [ʒ] o [ʃ]); colcha[ˈko̞lʲʧa̠].
[ɭ] ocurre cuando /L/ está en sílaba trabada con una consonante retrofleja [ʐ] o [ɻ] (típica de la r asibilada del español andino); alrededor[a̠ɭʐe̞ð̞e̞ˈð̞o̞ɻ]~[a̠ɭɻe̞ð̞e̞ˈð̞o̞ɽ].
[ʎ] ocurre cuando /L/ está en sílaba trabada con una consonante palatal palatal /ʝ̞/ (así como su alófono [ɟ͡ʝ], y la variante dialectal de /x/, [ç]); el yunque[e̞ʎ ˈɟ͡ʝũŋke̞].
[ʟ] ocurre cuando /L/ está en sílaba trabada con una consonante velar /k/, /g/, /x/ (así como el alófono de /u/, [w] o [gw]~[ɣ̞w] y el alófono de /g/, [ɣ̞]); alcohol[a̠ʟˈko̞(o̞)l].
[l] ocurre cuando /L/ está en sílaba trabada con una consonante alveolar /l/, /r/ y /s/, bilabial /p/, /b/ (así como el alófono de /b/, [β̞] y el alófono de /f/, [ɸ]), labiodental /f/, y nasal /n/ y /m/; golpe[ˈgo̞lpe̞].
El fonema /m/ contrasta en posición inicial, como entre vocales; mamífero[ma̠ˈmife̞ɾo̞]. En posición final absoluta se neutraliza en /n/ (archifonema /N/); album[ˈa̠lβ̞ũn].
El fonema /n/ contrasta en posición inicial, como entre vocales; nene[ˈne̞ne̞]. E igual en final absoluto de palabra; jabón[xa̠β̞ˈõ̞n]. Y puede adquirir distintas realizaciones en sílaba trabada, según la consonante que le suceda (archifonema /N/):
[n̪] ocurre cuando /N/ está en sílaba trabada con una consonante dental /t/ o /d/; ente[ˈẽ̞n̪te̞].
[n̟] ocurre cuando /N/ está en sílaba trabada con una consonante interdental /θ/ (típica del dialecto castellano); encía[ẽ̞n̟ˈθia̠].
[nʲ] ocurre cuando /N/ está en sílaba trabada con una consonante postalveolar /ʧ/ (así como las variantes de /ʝ̞/; [ʤ], [ʒ] o [ʃ]); concha[ˈkõ̞nʲt͡ʃa̠].
[ɳ] ocurre cuando /N/ está en sílaba trabada con una consonante retrofleja [ʐ] o [ɻ] (típica de la r asibilada del español andino); honra[ˈõɳʐa̠]~[ˈõɳɻa̠].
[ɲ] ocurre cuando /N/ está en sílaba trabada con una consonante palatal /ʝ̞/ (así como su alófono [ɟ͡ʝ], y la variante dialectal de /x/, [ç]); cónyuge[ˈkõ̞ɲɟ͡ʝuxe̞].
[ŋ] ocurre cuando /N/ está en sílaba trabada con una consonante velar /k/, /g/, /x/ (así como el alófono de /u/, [w] o [gw]); ancla[ˈã̠ŋkla̠].
En hablas meridionales de España, y también en Galicia, como en el Caribe hispanohablante /N/ se puede pronunciar de forma velar [ŋ] o [ɱ] cuando se halla en sílaba trabada ante cualquier consonante o en final absoluto de palabra; corazón[ko̞ɾa̠ˈsõ̞ŋ]. En el español chilote/ŋ/ tiene valor fonológico en inicio de sílaba en préstamos tomados del mapudungun, de la misma forma ocurre en el español de Guinea Ecuatorial con préstamos de lenguas centroafricanas, como la lengua fang.
[ɱ] ocurre cuando /N/ está en sílaba trabada con una consonante labiodental /f/; enfermo[ẽ̞ɱˈfe̞ɾmo̞].
[ɴ] ocurre cuando /N/ está en sílaba trabada con una consonante uvular [χ] o [ʁ] (alófono de /x/ del dialecto castellano o en las variantes uvulares de /r/); enjuto[ẽ̞ɴˈχuto̞].
[m] ocurre cuando /N/ está en sílaba trabada con una consonante bilabial /b/, /p/ (así como la variante dialectal de /f/, [ɸ]) y nasal /m/; convertir[kõ̞mbe̞ɾˈtiɾ], inmoral[ĩmmo̞ˈɾa̠l].
[n] ocurre cuando /N/ está en sílaba trabada con una consonante alveolar /l/, /r/ y /s/ y nasal /n/; enlazar[ẽ̞nla̠ˈθa̠ɾ], alumno[a̠ˈlũnno̞]
En hablas meridionales de España como en el Caribe hispanohablante /N/ se puede elidir cuando se halla en sílaba trabada ante cualquier consonante o en final absoluto de palabra; virgen[ˈbiɾhẽ̞]
Si bien todas estas representaciones de /N/ pueden transcribirse simplificadamente con [n] o [m].
El fonema /ɲ/ contrasta en posición inicial, como entre vocales; ñoño[ˈɲo̞ɲo̞]. No se da su caso en posición final absoluta, pero sí forma parte del archifonema /N/ dándose cuando /n/ está en sílaba trabada con la consonante postalveolar /t͡ʃ/ (así como las variantes de /ʝ̞/; [d͡ʒ], [ʒ] o [ʃ]).
En algunas hablas de América, como en zonas de México y Argentina, [ɲ] se pronuncia [nʲ]; niño[ˈninʲo̞].
Alófonos universales
En la tabla anterior algunos sonidos se dan en todas las variedades de español sin excepción. Algunos de estos alófonos pueden aparecer en cualquier posición (distribución no restringida) mientras que algunos son variantes posicionales que sólo aparecen en ciertas posiciones de las palabras (distribución restringida). La siguiente tabla recoge los fonemas universales del español así como sus variantes posicionales:
Más información Grafía común, Fonema ...
Grafía común
p
b, v
t
d
c, k, qu-
g, gu(e/i)
ch
f
s
j, g
gui-, hi-, y-
hu-, w-, gu(a/o/u), gü(e/i)
l
rr
r
m
n
ñ
Fonema
/p/
/B/
/t/
/D/
/k/
/G/
/ʧ/
/f/
/s/
/x/
/Y/
/w/
/l/
/r/
/ɾ/
/m/
/n/
/ɲ/
Alófonos
p
b
β̞
t
d
ð̞
k
g
ɣ̞
ʧ
f
v~f̬
s
z~s̬
x
ʝ̞
ɟ͡ʝ̞
w
l
l̪
lʲ
r
ɾ
m
n
m
ɱ
n̪
nʲ
ŋ
ɲ
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Los contextos de aparición son:
Los fonemas /B, D, G, Y/ tienen varios alófonos:
El contexto más frecuente de estos fonemas es entre sonidos continuantes donde suenan como aproximantes [β̞, ð̞, ɣ̞, ʝ̞].
Los alófonos [b, d, g] como realización tras nasal o en pausa absoluta
/B, D, G/, en final de palabra o sílaba seguida de sorda (solo en cultismos como subsistir, adscrito, examen y préstamos) en algunos dialectos se eliden o geminan la consonante adyacente (como en [sus:isˈtiɾ], [asːˈkɾito], [eˈsːamen]) en otros suenan como [p, t, k].
Alófonos regionales
La siguiente tabla recoge fonemas y alófonos regionales del español así como sus variantes posicionales:
Más información Grafía común, Fonema ...
Grafía común
sb
c, z
sd
g
ch
s
j
h
y-
l
ll
rr
r
-n
Fonema
/sB/
/θ/
/sD/
/G/
/ʧ/
/s/
/x/
/h/
/Y/
/l/
/ʎ/
/r/
/ɾ/
/n/
Alófonos
ɸ
θ
ð~θ̬
ð
x
ɰ
ʃ
ʤ
ʦ
c
s̪̺
s̻
h
χ
h
ç
h
ʃ
ʒ
l̟
ɫ
ɭ
ʎ
ʐ
ɻ
ʁ~χ
ɻ
ʐ
ɽ
n̟
ɴ
Cerrar
Ejemplos sonoros
Más información IPA, Serie de muestra ...
IPA
Serie de muestra
Archivo de sonido
[p]
pozo; topo; vas a pescar
[b]
bestia; ámbar; vaca; calvo; sin billete; sin vestido
[β̞]
bebé; ¡pobre bebé!; ¡viva!; vamos a ver; cuervo
[t]
tamiz; átomo; para ti
[d]
dado; cuando; con dulzura
[ð̞]
dado; Madrid; dad; comed; partido; arder
[k]
caña; laca; quisimos; de Córcega
[ɡ]
gato; lengua; guerra; dan golosinas
[ɣ̞]
trigo; Argos; jugar; trasgo; va a ganar; las garras
[t͡ʃ]
chubasco; acechar
[d͡ʒ]
inyección; en llamas; sin yoyó
[ɟ͡ʝ]
¡ya!; llamar; comen yogur
[ʝ̞]
yo ya voy; poyo; pollo; vas a llamar
[f]
fase; café; para financiar
[v]
Afganistán; Dafne; rosbif de ternera
[θ]
cereza; zorro; lazo; paz; voy a cerrar
[ð]
portazgo; paz ganada; haz ramos; hazlo; hazme el trabajo
[s]
saco; casa; puertas; de sobra
[z]
Israel; isla; es mía; sabes la última
[x]
jamón; general; la gente, carcaj, boj
[χ]
juntar; rugir; bruja; hijo
[r]
raro; perro
[ɾ]
raro; pero; bravo; tronco; amor; comer
[l]
lino; calor; el sabio
[l̪]
caldo; alto; el duelo; mal trabajo
[lʲ]
colcha; salchicha; el chico; el ñu; el yoyó; el llavero
[ʎ]
Valla; calle; Llivia; llorar; lluvia
[m]
madre; comer; voy a Málaga
[ɱ]
anfibio; enfilar; un ánfora; un fanfarrón
[n]
nido; anillo; enroscar; consejo; cúrate en salud; sin radio; sin agua
[n̟]
pinza; ponzoña; sin zapatos; danzad; con cereales; son cerezas
Debe notarse que la e y la o españolas son medias. A diferencia del resto de las lenguas romances (excepto el rumano), el español tanto de América como de la España castellanoparlante carece de e y o semicerradas y semiabiertas como rasgo distintivo, por lo que los pares opositivos [e] / [ɛ] y [o] / [ɔ] (abierta/cerrada) confluyen en /e̞/ o /ɛ̝/ y en /o̞/ u /ɔ̝/ respectivamente, que son medias (ni cerradas ni abiertas), siendo este uno de los principales rasgos fonéticos del español, compartido con lenguas como el japonés, el rumano o el griego moderno. Por ende se han de utilizar los diacríticos, [ ̞ ] y [ ̝ ], ya que no existe un símbolo intermedio de [ɛ] y [e] como de [ɔ] y [o]. Sin embargo, las vocales medias españolas /e̞/ o /ɛ̝/ y /o̞/ u /ɔ̝/, tienden a abrirse y cerrarse dependiendo de la consonante que las traben, dando como resultado los alófonos [e], [ɛ], [o] y [ɔ]; siendo un rasgo no distintivo para los hispanohablantes, pero común en todas las zonas donde se habla el español.
Todas las vocales se nasalizan ligeramente en español cuando traban sílaba con consonante nasal o cuando se sitúan entre dos consonantes nasales libres, incluso en fonética sintáctica. Sin embargo, no es un rasgo distintivo como lo es en francés y en portugués. Esta nasalización es más marcada en hablas de Andalucía, Ceuta, Melilla, Canarias, Región de Murcia, Galicia, Cuba, Puerto Rico, la República Dominicana, Panamá, Venezuela, costa de Colombia, en zonas del norte de México y en ciertas hablas hispanas del sur de los Estados Unidos; ya que las consonantes nasales, /m/ y /n/, o bien se enmudecen o bien se neutralizan velarizándose, [ŋ]. Las vocales nasalizadas españolas son [ã̠], [ẽ̞], [ĩ], [õ̞], [ũ].
La a española es central (como el de todas las lenguas romances), por lo que debe transcribirse con el diacrítico de centralización [ä] o [a̠].
La a tónica de todo el dominio lingüístico español se velariza ligeramente [aˠ] en contacto con consonante velar y ante la vocal u y o.
La a tónica de todo el dominio lingüístico español también se palataliza ligeramente [aʲ] ante consonante palatal, incluso sin estar trabada.
La e, o, y a átonas pueden reducirse a [j̝], [w̝] y completa elisión, respectivamente. Ejemplos; beatitud [bj̝a̠t̪iˈt̪uð̞], línea [ˈlĩnj̝a̠], Mediterráneo [me̞ð̞it̪e̞ˈrã̠nj̝o̞], héroe [ˈe̞ɾw̝e̞], almohada [a̠lmw̝ˈa̠ð̞a̠], ahorita [o̞ˈɾit̪a̠]. En pronunciaciones más cuidadas se realizan; [e̯], [o̯] y [a̯], y se pronunciarían; [be̯a̠t̪iˈt̪uð̞], [ˈlĩne̯a̠], [me̞ð̞it̪e̞ˈrã̠ne̯o̞], [ˈe̞ɾo̯e̞], [a̠lmo̯ˈa̠ð̞a̠] y [a̯o̞ˈɾit̪a̠], respectivamente.
La i y la u pueden ser las semivocales [i̯] y [u̯] (diptongos decrecientes) o las semiconsonantes [j] y [w] (diptongos crecientes).
En el español popular de la península ibérica, una vez perdida la aproximante de las terminaciones en -ado, el segmento resultante suele pronunciarse [a̠ʊ̯], con la introducción del alófono [ʊ̯], que puede hacerse [o̯] en pronunciaciones más cuidadas y [u̯] en las más descuidadas.
En diversos dialectos del español, como los dialectos meridionales de España o los del Caribe, todas las vocales españolas [a̠], [e̞], [i], [o̞], [u] pueden cambiar a [æ̞], [ɛ], [ɪ̝], [ɔ], [ʊ̝]. Esto ocurre cuando las vocales españolas van ante los fonemas; /x/, /s/ y /θ/ (ante /θ/ en Región de Murcia y partes de Andalucía). Los fonemas consonánticos /x/, /s/ y /θ/ resultan enmudecidos o elididos, produciendo una apertura de la vocal. Esto aumenta el sistema de cinco vocales del español a un sistema de diez fonemas vocálicos, únicamente realizados por estos dialectos.
En algunos lugares de México se pronuncian las vocales átonas de una forma débil, con una vocal neutra, [ə̥], principalmente en contacto con el sonido /s/.[1] Dándose el caso que las palabras pesos, pesas y peces tengan la misma pronunciación [ˈpe̞sə̥s].
Lope Blanch, J. M. (1964). En torno a las vocales caedizas del español mexicano. Nueva Revista de Filología Hispánica (NRFH), 17(1/2), 1–19. https://doi.org/10.24201/nrfh.v17i1/2.1507.