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sinfonía de Anton Bruckner De Wikipedia, la enciclopedia libre
La Sinfonía nº 5 en si bemol mayor, WAB 105 fue compuesta por Anton Bruckner entre 1875 y 1876. Fue sometida a un extenso proceso de revisión que terminó en 1896, lo cual fue una práctica común en la producción sinfónica del maestro austríaco. La partitura está dedicada a Karl von Stremayr, político del imperio austrohúngaro.[1][2][3][4]
La composición de esta pieza se desarrolló entre 1875 y 1896, periodo en el cual la obra experimentó un largo proceso de revisión. Esta obra emerge como un bloque monumental en la vecindad de las sinfonías anteriores y de la Sinfonía n.º 6, Bruckner creó una obra muy personal, de una persona solitaria, de una persona profundamente arraigada en la fe. Su dependencia de las composiciones masivas se eliminó cuando compuso la n.º 5 y se eliminó por completo una cierta dependencia de Wagner, como había sido el caso con la Sinfonía n.º 3.
La posteridad ocasionalmente le asignó a la obra nombres como Sinfonía "de la Fe" o "Católica". El mismo compositor la describió como la “Fantástica” o su “obra maestra contrapuntística”. Sin embargo, la más simple tipificación como sinfonía es suficiente. Las ahora enormes dimensiones cronológicas de la composición encuentran su correspondencia más tarde sólo una vez en la Sinfonía n.º 8, de la que difiere fundamentalmente.
La versión original fue compuesta entre febrero de 1875 y mayo de 1876. Entre 1877 y principios de 1878 Bruckner llevó a cabo una revisión en varias fases, realizando los retoques sobre la primera versión. Una partitura autógrafa se conserva en la Biblioteca Nacional de Austria bajo la denominación Mus.Hs.19477 y se puede consultar en línea.[5] Por esta razón resulta casi imposible desentrañar la versión más antigua de la pieza. Haas abordó un tratamiento parcial de esta versión en su Vorlagenbericht o informe de presentación. Aaron Snyder y William Carragan hicieron una reconstrucción del inicio de la coda del Finale, que conduce al coral de cierre, basándose en los detalles dados por Haas en el Vorlagenbericht.[6] En 2008 Takanobu Kawasaki pudo ensamblar las concepciones originales de la sinfonía (1875-1877) partiendo de los manuscritos Mus.Hs.19477 y Mus.Hs.3162 custodiados en la Biblioteca Nacional de Austria.[7] Esta reconstrucción fue grabada por Akira Naito con la Orquesta de la Nueva Ciudad de Tokio. En opinión de John F. Berky, esta grabación "es el mejor CD disponible para presentar algunas de las primeras ideas de Bruckner para esta enorme sinfonía".[8][9]
En noviembre de 1878 el maestro autríaco concluyó una profunda revisión de la obra. Según Carragan, las diferencias entre las partituras de 1876 y 1878 son similares en escala a las diferencias entre las versiones de 1866 y 1877 de la Sinfonía n.º 1. Se puede reconstruir a partir de la partitura autógrafa y de la copia que Bruckner le regaló a Stremayr, dedicatario de la obra. La copia que contiene la dedicatoria junto con una firma autógrafa del compositor se encuentra en la Biblioteca Nacional de Austria bajo la denominación Mus.Hs.6064.[10] Recientemente se ha encontrado otra copia de la partitura también en Biblioteca Nacional de Austria bajo la denominación Mus.Hs.36693.[11] Este documento contiene algunas revisiones hechas por Bruckner, probablemente a finales de la década de 1880 o principios de la de 1890. Aunque este manuscrito es inédito, algunas de las modificaciones del compositor pueden encontrarse en la primera edición de 1896. Esta es la versión que más se interpreta actualmente.[8][9]
Ediciones:
La edición de 1896 difiere considerablemente de la versión de 1878. A excepción de las revisiones de Bruckner tomadas de Mus.Hs.36693, existen pruebas razonables de que casi todas las demás revisiones de la primera impresión fueron realizadas por Franz Schalk antes del estreno en 1894. Desgraciadamente el Stichvorlage o copia del grabador de la partitura, que podría mostrar más definitivamente el grado de implicación de Bruckner, no se conserva. Schalk abrevió el Scherzo y en el Finale recortó 122 compases. Transformó la instrumentación para hacerla sonar más wagneriana. Los cambios más significativos aparecen en la extensa coda del Finale, donde añadió platillos y triángulo; además dobló los metales para dar mayor brillo y potencia al pasaje. Esta tradición sobrevivió a las posteriores ediciones, y en ocasiones se conocía a este grupo suplementario de instrumentistas como "los once apóstoles". Esta versión no tiene relevancia alguna en la práctica interpretativa, ya que la versión de 1878 ha prevalecido con el tiempo.[8][9]
Ediciones:
La primera interpretación pública fue llevada a cabo en abril de 1887 en la Bösendorfersaal de Viena por parte de Joseph Schalk y Franz Zottmann, en forma de transcripción para dos pianos.[12] El estreno orquestal se celebró el 8 de abril de 1894 en Graz por la Orquesta de la ciudad de Graz bajo la dirección de Franz Schalk. Bruckner no estuvo presente porque se encontraba gravemente enfermo y nunca pudo escuchar su sinfonía interpretada por una orquesta. Schalk interpretó la obra en un arreglo muy diferente de la versión de 1878.[13]
La primera edición de la pieza fue llevada a cabo en 1896 por el editor Ludwig Doblinger en Viena, que publicó el arreglo estrenado por Schalk.
La dedicatoria de esta partitura fue para Karl von Stremayr, Ministro de Cultura y Educación del imperio austrohúngaro.[14] Esta información se conoció en 1904, porque Emil Hardt encontró en la propiedad de su difunto suegro Karl Ritter von Stremayr una partitura manuscrita magníficamente decorada de la Sinfonía n.º 5 de Anton Bruckner con la dedicatoria expresa a Karl Ritter von Stremayr. En ese momento, aún no se conocía esta dedicatoria. Fechada el 4 de noviembre de 1878 (día de la onomástica de Stremayr), probablemente en agradecimiento por haber confirmado su nombramiento como profesor de la Universidad de Viena. En ese momento no se sabía por qué faltaba esta dedicatoria en la partitura, que no se imprimió hasta después de la muerte del compositor. Si la partitura gigante lujosamente encuadernada que encontró Hardt había sido manuscrita por el propio Bruckner, lo que debía haber causado un enorme esfuerzo al compositor con la ejecución limpia de este ejemplar, estaba tan sin resolver en ese momento como la cuestión de si realmente podría ser la primera transcripción de la partitura.[15]
La partitura está escrita para una orquesta formada por:[16]
La tuba fue añadida en la revisión de 1878, según la edición crítica de Nowak, al mismo tiempo que se añadió en la Sinfonía n.º 4.
La sinfonía consta de cuatro movimientos:[16]
La interpretación de esta obra dura aproximadamente entre 70 y 75 minutos. Los movimientos primero, segundo y cuarto comienzan con cuerdas en pizzicato, mientras que el Scherzo lo hace con cuerdas en staccato, pero en todos los casos compartiendo figuras simétricas en la melodía. El material básico del movimiento lento y del Scherzo son muy similares, aunque, por supuesto, en diferentes ritmos y tempi, y con diferentes desarrollos. El Finale se abre de forma análoga al primer movimiento, y en su introducción incorpora citas temáticas de los movimientos anteriores (a la manera de la Sinfonía n.º 9 de Beethoven), a la vez que comienza a introducir nuevo material, que pronto se convierte en el tema principal del Allegro moderato, otra forma sonata que contiene secciones fugadas y corales de elaborado contrapunto.
El primer movimiento, Introduction. Adagio – Allegro, está escrito en la tonalidad de si bemol mayor, en compás alla breve y responde a la forma sonata. Se abre con una introducción lenta y majestuosa, marcada Adagio, que define la base temática de toda la sinfonía. Esta introducción constituye un rasgo único en la producción sinfónica bruckneriana.
El cuerpo principal del movimiento, marcado Allegro, adopta la forma sonata. Al igual que otras sinfonías brucknerianas, la exposición contiene tres grandes regiones tonales en lugar de los dos habituales. Comienza con el pizzicato de los contrabajos en tónica. Le sigue un solemne coral de cuerdas, se desvanece en fa mayor, se detiene brevemente y comienza un ascenso al unísono a sol bemol, que conduce a un solemne coro de metales y se cierra en la. Luego, una repetición ascendente al unísono en si bemol, otro coral de metales, esta vez terminando en mi. Entonces se alcanza el clímax impresionante de la introducción en la mayor con un aumento brillante. El frenesí del sonido se interrumpe para introducir el tema principal del Allegro. Tras la repetición habitual por parte del tutti, el flujo del tema se detiene y arranca el segundo tema en fa menor como un episodio coral amortiguado y discreto en acordes de pizzicato en las cuerdas. El tercer grupo temático comienza en las maderas con un tema melodiosamente ascendente en re bemol mayor. Le siguen un epílogo y una coda que cierran la exposición con pasajes de trémolo en la trompa.
El desarrollo contiene un amplio despliegue del tema principal en hábil contrapunto, recuerda a las fanfarrias de metales de la introducción y conduce a la recapitulación en un gran crescendo.
La recapitulación se acorta y tiene un poderoso apéndice de movimiento que comienza con un ostinato de bajo similar al de la introducción. En la conclusión suena el tema principal en fortissimo en tónica reminiscencia de la introducción, mientras que de fondo se escuchan metales atronadores, redoble de timbales y se cierra al unísono.[17]
El segundo movimiento, Adagio. Sehr langsam (Muy lento), está en re menor, en compás alla breve y adopta la forma de lied (A–B–A'–B'–A''). Se abre con una lastimera melodía de oboe en ritmo binario que se eleva sobre un acompañamiento de tresillos de negra en pizzicato, en el que los saltos de séptima tienen un efecto sorprendente a medida que avanza la obra. Esta base de tresillos más adelante será esencial en el Scherzo. Continúa con un gran segundo tema de exquisita belleza, que se intensifica en la segunda parte a través de los acordes de acompañamiento de la melodía delicadamente pincelados.[17]
El tercer movimiento lleva la indicación Scherzo. Molto vivace (schnell) – Trio. Im gleichen tempo, que significa "Scherzo. Muy rápido (rápido) – Trio. En el mismo tempo". Está de nuevo en re menor, en compás de 3/4 y responde a una forma ternaria A-B-A de scherzo con trío. El Scherzo es bastante extenso y se estructura como una forma sonata de tres temas en lugar de la forma binaria habitual. Se inicia con la melodía introductoria del Adagio, que se emplea aquí a un tempo rápido. El tema principal se escucha inmediatamente en el viento madera y muy pronto arranca el segundo tema, un Ländler en fa mayor. Más tarde reaparece el primer tema, aunque el tema de Ländler nunca se olvida. La primera sección A se cierra en re mayor.[17]
El Trio, en si bemol mayor y en compás de 2/4, tiene un carácter alegre, parecido a una marcha. Es breve y conduce rápidamente a la repetición de la sección A del Scherzo.[17]
El cuarto y último movimiento, Finale. Adagio – Allegro moderato, retoma la tonalidad inicial y el compás alla breve. El Finale trae el comienzo de la introducción del movimiento inicial en una forma un tanto abreviada, pero ya con inserciones de octava por parte del clarinete como anticipación del tema principal, que es entonado por el clarinete solo tras una breve pausa. Los comienzos del Allegro inicial y del Adagio suenan bastante similares a los de la Sinfonía n.º 9 de Beethoven, antes de que el tema principal tome finalmente el protagonismo en estilo fugato. El segundo tema, que recuerda al Ländler del Scherzo en sentido ascendente inicial, tiene un carácter encantador, es expansivo y conduce, con una inserción del primer tema, al coro de metales del tercer tema. A partir de la solemne conclusión de este tercer grupo temático se desarrolla la doble fuga con dos temas. La sección está muy hábilmente elaborada, ampliada y en el arreglo de Franz Schalk fue acortada por completo con la supresión de la recapitulación del segundo tema. Con la recuperación de la versión original se han restablecido las proporciones correctas y las conexiones lógicas. La obra finaliza con una espléndida apoteosis del tema del coral de metales, seguida del tema principal del movimiento de apertura.[17]
El destacado director de orquesta y especialista de Bruckner, Eugen Jochum, escribió en detalle sobre los desafíos interpretativos de la sinfonía y señaló que, en contraste con la Sinfonía n.º 7, "el clímax... no está simplemente en el último movimiento, sino en el coral... Los movimientos primero, segundo y tercero parecen casi una... vasta preparación... El carácter preparatorio se aplica especialmente al primer movimiento [cuya] introducción... es una base a gran escala... destinada a soportar el peso de los cuatro movimientos".[18] Como evidencia, detalló la forma en que los materiales temáticos de la introducción funcionan en los movimientos posteriores, y dijo que el intérprete "debe dirigir todo hacia el Finale... y mantener continuamente algo en reserva para la conclusión".
Jochum también detalló el tempo y sus relaciones y modificaciones como un elemento para lograr la unidad y la dirección general, y consideró la introducción del primer movimiento como el "tempo fundamental". Además, escribió que en la doble fuga del Finale, "no es suficiente resaltar los temas como tales [porque] las partes secundarias serían demasiado ruidosas". Para obtener la claridad contrapuntística deseada, detalló las sutilezas dinámicas requeridas.[18]
La primera grabación parcial de la sinfonía fue realizada por Dol Dauber con su orquesta de salón en 1928 para HMV; incluía solo el Scherzo, en un arreglo de la edición Schalk. La primera grabación de la obra completa fue realizada por Karl Böhm con la Dresden Staatskapelle en 1937 utilizando la edición de Haas. Böhm nunca volvió a esta música. Jochum realizó cuatro grabaciones comerciales: la edición de Haas en 1938 con la Filarmónica de Hamburgo para Telefunken; y la edición de Nowak en 1958 con la Orquesta Sinfónica de la Radio de Baviera para DG, en 1964 con la Orquesta del Concertgebouw para Philips, y en 1980 con la Dresden Staatskapelle para EMI. El director Kenneth Woods en su ensayo sobre Jochum cita a Herbert Glass: "la Quinta le retaba [a Jochum] y consideraba cada una de sus actuaciones como una interpretación nueva. En los ensayos, tales dudas podrían poner a prueba la paciencia de una orquesta: esto a pesar de su trato cortés y respetuoso de los músicos".[19]
También es digno de mención Bernard Haitink, quien ha grabado la sinfonía comercialmente tres veces. En 1971 grabó la edición de Haas con su Orquesta del Concertgebouw para Philips.[20] En 1988 volvió a la edición de Haas, esta vez con la Filarmónica de Viena. En 2010 grabó la edición de Nowak con la Orquesta Sinfónica de la Radio de Baviera para BR Klassik; esta grabación se ha ganado especial estima.[21] Sergiu Celibidache, Herbert von Karajan, Stanisław Skrowaczewski, Herbert Blomstedt y Daniel Barenboim se encuentran entre otros destacados contribuyentes a la discografía de esta pieza. Takashi Asahina, el músico con más grabaciones de Japón, la grabó en numerosas ocasiones.[22] Norman Lebrecht ha destacado la grabación de Georg Tintner en Naxos como uno de los 100 mejores discos del siglo y le atribuye el cambio de actitud de los críticos hacia ese sello discográfico: "En realidad, suena como si Tintner hubiera estado esperando toda su vida para dar esta actuación."[23]
A continuación se cita una selección de grabaciones de las distintas versiones de la sinfonía.[24]
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