Museo Arqueológico de Sevilla
museo de la provincia de Sevilla, (España) De Wikipedia, la enciclopedia libre
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El Museo Arqueológico Provincial de Sevilla fue fundado en 1879. Desde 1946 se encuentra en el pabellón de Bellas Artes de la Exposición Iberoamericana de 1929, en la plaza de América del parque de María Luisa.
Museo Arqueológico de Sevilla | ||
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Monumento Histórico Artístico (según 1 de marzo de 1962, RI-51-0001402) | ||
Fachada principal | ||
Ubicación | ||
País | España | |
Comunidad | Andalucía | |
Localidad | Sevilla | |
Dirección |
Plaza de América, s/n Parque de María Luisa | |
Coordenadas | 37°22′15″N 5°59′14″O | |
Tipo y colecciones | ||
Tipo | Público | |
Clase | Museo arqueológico | |
Colecciones | Escultura, mosaicos, restos arquitectónicos, epigrafía, vidrio, cerámica, orfebrería | |
* Época | Prehistoria a la Edad Media | |
Historia y gestión | ||
Creación | 21 de noviembre de 1879. | |
Inauguración |
21 de noviembre de 1879, 145 años 25 de mayo de 1946 (sede actual) | |
Director | María Soledad Gil de los Reyes (2018)[1] | |
Información del edificio | ||
Edificio | Palacio del Renacimiento | |
Estilo | Neo-renacentista | |
Construcción | 1912-1919[2] | |
Arquitecto | Aníbal González | |
Información para visitantes | ||
Visitantes | 71 790 (2019)[3] | |
Mapa de localización | ||
Sitio web oficial | ||
Está cerrado desde enero de 2020 por unas futuras obras de reforma.[4]
En 1911, con vistas a la Exposición Iberoamericana, el arquitecto Aníbal González elaboró un anteproyecto que incluía cinco partes y que no fue acometido por completo. Como obras principales del proyecto original se ejecutaron tres edificios entre 1913 y 1919: el pabellón de la Industria, Manufacturas y Artes Decorativas (actualmente denominado pabellón Mudéjar, que desde 1973 alberga el Museo de Artes y Costumbres Populares); el pabellón de Bellas Artes (que desde 1946 alberga el Museo Arqueológico) y el pabellón Real. Los tres se encuentran dispuestos en torno a la plaza de América, conformada por una amplia área ajardinada en cuyo centro se halla situada una terraza elevada con un estanque y una fuente.[5][6]
El pabellón de Bellas Artes de Aníbal González está inspirado en el palacio de Monterrey de Salamanca, realizado por el arquitecto Rodrigo Gil de Hontañón en el siglo XVI. Su estilo neorrenacentista le valió ser llamado también palacio del Renacimiento.[7]
La planta se desenvuelve de forma longitudinal con respecto a la Plaza de América. El edificio está dividido en cinco cuerpos de estilo neoplateresco. En la fachada hay varias hornacinas con estatuas que son alegorías de la Arquitectura, la Pintura, la Escultura, la Música, la Literatura, la Historia, la Arqueología y las Artes Industriales. En las esquinas del inmueble hay cuatro angelitos que representado el Arte, la Ciencia, el Trabajo y el Genio.[7]
En el siglo XVI el II marqués de Tarifa y I duque de Alcalá, Per Afán de Ribera y Portocarrero, reunió una colección de esculturas en Nápoles, siendo virrey de esta ciudad. Luego envió estas piezas a su palacio de Sevilla, conocido como la Casa de Pilatos. La casa de Medinaceli, propietaria actual de la Casa de Pilatos, donó las siguientes piezas de su colección al Museo Arqueológico Provincial de Sevilla: las esculturas de Nióbide herido y Apolo tocando la cítara, procedentes de Italia; un pedestal con inscripción votiva a Isis decorado con relieves alusivos al culto de esta diosa, procedente de la ciudad romana de Acci (Guadix) y perteneciente a la colección de la casa desde el siglo XVII; y un capitel figurado.[8]
En el siglo XVII, Juan de Córdoba Centurión y Castro, hijo ilegítimo del marqués de Estepa, reunió en el municipio sevillano de Lora de Estepa una colección arqueológica con objetos de excavaciones locales y otros hallados en las ruinas de Itálica, en Santiponce. Esta colección pasó a manos de Francisco de Bruna y Ahumada.[8]
Francisco de Bruna, alcaide del Alcázar de Sevilla entre 1765 y 1807, reunió una "Colección de Inscripciones y Antigüedades de la Bética", de carácter público, en este lugar. En 1781 Bruna emprendió excavaciones en Itálica, encontrando piezas muy señaladas de la actual colección del Museo Arqueológico Provincial de Sevilla: la escultura de Trajano, un torso de Diana Cazadora y un torso de Mercurio.[8]
La Real Academia Sevillana de Buenas Letras se reunía en el Palacio Gótico del Alcázar de Sevilla a comienzos del siglo XIX y, tras la muerte de Bruna en 1807, se hizo cargo de la colección. Los académicos de esta institución se dispersaron durante la invasión francesa de Sevilla, entre 1810 y 1812, y no volvieron a reunirse hasta 1820.[9]
En julio de 1835 se produjo una desamortización de conventos. El gobernador civil de la provincia, José Muso y Valiente, creó una comisión para preservar sus obras de arte. Ese mismo año, los miembros de esa comisión crearon una Junta del Museo de Sevilla que gestionaría el museo albergaría los objetos artísticos de los conventos exclaustrados. La primera propuesta de la Junta fue instalar el museo el desamortizado convento de San Pablo, pero este fue usado por Hacienda. Por ello, en 1839 el Museo Provincial se instaló en el también desamortizado convento de la Merced.[10][11]
Paralelamente, el 2 de abril de 1836, durante las obras de la carretera a Extremadura, se encontraron en Santiponce dos esculturas, una de las cuales era un busto del emperador Adriano.[12]
En 1839 Ibo de la Cortina y Roperto, oficial tercero del gobierno político de Sevilla, realizó excavaciones oficiales en Itálica.[13] Los objetos encontrados se guardaron provisionalmente en el archivo del Gobierno Civil. Una Real Orden de 16 de diciembre de 1840 dispuso que se guardasen en el Museo Provincial todos los objetos de Itálica encontrados hasta entonces. La Junta del Museo estaba dirigida por entonces por el pintor Antonio María Esquivel. El 29 de mayo de 1841 el Gobierno Civil le encargó a la Junta del Museo que nombrase a una persona para recoger los objetos arqueológicos de Itálica, designando esta el 25 de junio al conde de Montelirios.[11][12] Las obras para adaptar el antiguo convento de la Merced como museo concluyeron en la primavera de 1842.[11] Con los objetos arqueológicos se creó en 1842 la sección de Antigüedades.[8]
El 20 de octubre de 1842 el gobierno central ordenó trasladar objetos seleccionados de la "Colección de Inscripciones y Antigüedades de la Bética" formada por Bruna en el Alcázar de Sevilla al Museo Real de Madrid. La Real Academia Sevillana de Buenas Letras argumentó que era propietaria de la misma el 8 de noviembre. El gobierno suspendió la orden el 22 de noviembre hasta averiguar a quien pertenecía la colección y, finalmente, dejó estas piezas en la ciudad andaluza.[8][9]
La Comisión de Monumentos Históricos y Artísticos de la Provincia de Sevilla, fundada en 1844 y con sede también en el antiguo convento de la Merced, se hizo cargo del Museo Provincial.[10] Esta institución solicitó que la colección de Bruna del Alcázar se trasladase al Museo Provincial, sin éxito. En 1848 el duque de Montpensier y su esposa la infanta María Luisa se instalaron en el Alcázar de Sevilla y en 1849 se mudaron al palacio de San Telmo. El duque intentó llevarse a su palacio de San Telmo las principales esculturas de la colección arqueológica de Bruna. Sin embargo, una Real Orden del 20 de octubre de 1854 lo impidió, estableciendo que toda la colección de antigüedades del Alcázar se integrase en el Museo Provincial,[10] lo que se llevó a cabo en 1855.[8]
En 1866 Demetrio de los Ríos fue nombrado conservador del Museo Provincial por la Comisión de Monumentos.[14] Se dedicó a organizar los objetos arqueológicos en torno al claustro mayor del edificio y creó salas con las galerías norte, sur y oeste.[15][8]
Demetrio de los Ríos dirigió excavaciones en Itálica entre 1860 y 1880, llevando a cabo además una labor de investigación, documentación e interpretación de lo que se encontraba. Los documentos de Demetrio de los Ríos se conservan en el Museo Arqueológico Provincial de Sevilla.[8]
Entre julio y septiembre de 1878 José Gestoso y Pérez colaboró con Demetrio de los Ríos, Leoncio Baglietto y Francisco Mateos Gago en la realización del primer catálogo de objetos arqueológicos del museo.[16]
En 1886 el Ayuntamiento le encargó a José Gestoso y Pérez ser conservador de un museo arqueológico municipal, trabajo que realizó sin remuneración alguna. Gestoso se dirigió a unos almacenes municipales situados cerca del Convento de los Capuchinos donde había escudos y epigrafías antiguas, esculturas de piedra de la fachada de la casa consistorial, lápidas funerarias, etc.[17]
En 1894 Manuel Sánchez Pizjuán donó 804 monedas y medallas antiguas al Ayuntamiento. En 1900 el Ayuntamiento adquirió la colección de mondas y otros objetos arqueológicos de Francisco Mateos Gago a sus herederos: sus hermanos.[18] En el siglo XIX Juan Peláez y Barrón reunió una gran colección de objetos arqueológicos en sus excavaciones por la comarca de Los Alcores. En 1897 esta colección fue comprada por Salvador D'Angelo. Posteriormente, fue adquirida por el sacerdote Manuel de la Peña y Fernández, que la donó al Ayuntamiento de Sevilla en 1903.[19]
El Museo Arqueológico Municipal fue inaugurado en 1895 por la infanta María Luisa en la casa consistorial.[20] En la década de 1920 se trasladó a la Torre de Don Fadrique.[21] El Museo Arqueológico Municipal fue suprimido a mediados del siglo XX, cuando gran parte de los fondos fueron depositados en el Museo Arqueológico Provincial.[22]
El Real Decreto del 20 de marzo de 1867 autorizaba la formación del Museo Arqueológico Nacional en Madrid y de otros museos en "aquellas provincias en las que se conserven numerosos e importantes objetos arqueológicos".[8]
El Museo Arqueológico Provincial de Sevilla se creó mediante la Real Orden del 21 de noviembre de 1879. Ese mismo año se crearon los museos arqueológicos Valladolid y Granada.[8]
El primer director del museo fue Manuel de Campos Munilla, funcionario del Cuerpo Facultativo de Archiveros, Bibliotecarios y Anticuarios. El 12 de marzo de 1880 la Comisión de Monumentos le hizo entrega de los 335 objetos de la colección arqueológica, que continuó en el antiguo convento de la Merced, compartiendo sede con el Museo de Bellas Artes.[8]
El número de visitantes en 1880 fue de 3 049 y en 1887 hubo 6 105. El número de visitantes registrado en 1882 es anormalmente alto, de más de 11 000 visitantes, pero esto debe ser un fallo en las cuentas ya que en mayo de ese año se registraron de golpe 7 183 visitas y en julio solo 44.[2]
En el 1900 se encontraron en Itálica una estatua de Diana cazadora, otra parte de la escultura de Mercurio (una pierna) y cuatro fustes y capiteles de gran tamaño. Estos objetos fueron incorporados a la colección.[8]
A comienzos del siglo XX las visitas subieron sustancialmente: 1902 con 8 067, 1903 con 12 199, 1904 con 14 170 y 1905 con 14 925. En 1929 y 1930, años de la Exposición Iberoamericana en Sevilla, las visitas fueron de 13 849 y 12 094 respectivamente.[2]
Con el paso de los años los fondos del museo aumentaron con objetos de Itálica y otros yacimientos, generando problemas de espacio.[8]
En 1931 el Ayuntamiento de Sevilla propuso al Ministerio de Instrucción Pública y Bellas Artes el traslado del Museo Arqueológico Provincial al Pabellón Mudéjar de la Exposición Iberoamericana. El inspector de museos Joaquín María de Navascués apostó por trasladarlo al cercano palacio del Renacimiento, que finalmente fue cedido por el Ayuntamiento al Estado con este propósito el 31 de diciembre de 1941. El Ayuntamiento decidió que en este edificio también se expusieran los fondos del Museo Arqueológico Municipal.[8]
De la colección arqueológica municipal se depositaron en este museo 4 172 piezas en lotes entregados en 1945, 1946 y 1950,[22] entre las cuales había:
El Ayuntamiento no cedió monedas ni medallas de su colección.[22] Tampoco cedió lápidas, elementos arquitectónicos considerados de menor interés ni cañones.[22]
Tras cuatro años de obras en el antiguo pabellón,[8] el museo fue inaugurado por Francisco Franco el 25 de mayo de 1946.[24] El museo contaba entonces con ocho salas de exposición, un despacho de dirección y una biblioteca.[8]
En 1958 se realizaron unas obras de la Real Sociedad de Tiro al Pichón en el cerro del Carambolo, en Camas, encontrándose entonces un tesoro de 21 piezas de oro. El arqueólogo Juan de Mata Carriazo y Arroquia identificó el hallazgo como tartésico. El 24 de febrero de 1962 la Real Sociedad de Tiro al Pichón entregó el tesoro al Estado. El tesoro fue depositado en una caja fuerte del Banco de Vizcaya.[25] Del 7 al 27 de marzo el tesoro estuvo expuesto en el Museo Arqueológico Nacional. En diciembre de 1962 el alcalde manifestó que el tesoro debería ser adquirido por el Ayuntamiento de Sevilla y exponerse en la casa consistorial, por reunir mejores condiciones de seguridad que el Museo Arqueológico Provincial. El Ayuntamiento consiguió, el 26 de abril de 1963, que la Dirección General de Bellas Artes acordase cederle la posesión del tesoro que, salvo acuerdo contrario con la Dirección General, debería conservarse en el Museo Arqueológico Provincial. No obstante, el Ayuntamiento se tenía que hacer cargo de pagar una indemnización a los que habían encontrado el tesoro, cosa que se resolvió el 12 de junio de 1964. La cesión de derechos sobre el tesoro en favor del Ayuntamiento sevillano se llevó a cabo el 18 de septiembre de 1964. Entre el 19 de septiembre de 1964 y el 30 de octubre de 1967 el tesoro fue expuesto en la casa consistorial.[26] En el Museo Arqueológico Provincial se realizaron obras para aumentar la seguridad y a partir de noviembre de 1967 pudo ser expuesto en la sala oval del museo.[27] No obstante, en 1978 se consideró que no estaba lo suficientemente seguro en este museo y fue depositado en la caja fuerte de un banco.[28]
Desde el 1 de marzo de 1962 una serie de museos españoles, entre los que se encontraba el Museo Arqueológico Provincial de Sevilla, fueron declarados por el gobierno monumentos histórico-artísticos.[29]
En 1969, por iniciativa del director general de Bellas Artes, Florentino Pérez Embid, se llevó a cabo una reforma del ala este del edificio. El arquitecto José Galnares Sagastizábal acondicionó cinco nuevas salas para exponer epigrafía, las antigüedades que provenían otros yacimientos aparte de Itálica (sobre todo de Mulva y Carteia) y las antigüedades paleocristianas, visigodas y andalusíes. Las nuevas salas fueron inauguradas el 5 de diciembre de 1970.[8]
Entre 1972 y 1973 se reordenaron y ampliaron estos espacios. También se consiguió tener nuevas salas cegando las galerías de la fachada posterior. También se acondicionó parte del ala oeste del semisótano para exponer objetos prehistóricos y protohistóricos.[8]
En 1973 se llegó a las 23 500 visitas y la cifra se mantuvo por encima de las 20 000 hasta llegar a las 31 100 de 1980. En 1983 se llegó a más de 57 000 visitantes.[2]
Entre 1980 y 1981 el arquitecto Manuel Lafarga cambió las techumbres del edificio. Aníbal González las había diseñado casi todas de cristal con estructura de hierro, pero esto las hacía difíciles de mantener y provocaban temperaturas extremas. Se construyeron nuevos techos de obra, que además eran más seguros contra la lluvia.[30]
En 1983 se produjo el traspaso de competencias de los museos y la arqueología desde el Ministerio de Cultura del Gobierno de España a la Consejería de Cultura de la Junta de Andalucía.[30]
Entre el 3 de octubre de 2009 y el 28 de febrero de 2010 se expusieron en el museo las piezas originales del Tesoro del Carambolo.[31] En enero de 2012 se expusieron de nuevo las piezas originales de este tesoro en una sala monográfica pero a los pocos meses fueron retiradas por el gasto en seguridad que requería tenerlo expuesto, estimado en 145 000 euros anuales.[32]
El arquitecto sevillano Guillermo Vázquez Consuegra ganó un concurso nacional[33] en diciembre de 2009 para la reforma completa del edificio y la renovación del discurso museográfico. El proyecto contempla abrir el salón ovalado central como recibidor y colocar ascensores acristalados, así como mejoras sustanciales que repercutirán en la iluminación y la climatización del edificio.[34]
Bajo la sala oval del museo se creará una cámara de acorazada para poder exponer en ella de forma permanente los tesoros del Carambolo, de Mairena del Alcor y de Ébora.[35]
Los Presupuestos Generales del Estado han reservado fondos para la rehabilitación desde 2011. Por ejemplo, en 2013 se destinaron 350 000 euros[36] y en 2022 se destinaron 300 000 euros.[37][38]
En enero de 2020 el museo fue cerrado y empezó su vaciamiento para poder acometer las obras. [39] Este vaciamiento de piezas terminó en mayo de 2023.[40]
En junio de 2023 se licitaron las obras de rehabilitación por un coste de 26,6 millones de euros.[41]
En 2008 se proyectó en la pedanía de San José de La Rinconada un centro logístico de la Junta de Andalucía para servir de depósito a este museo.[8] El centro estaba operativo en 2022. En él se guardarán las piezas que no se expongan. También se conservarán en él las piezas del museo mientras se ejecuta la reforma proyectada.[42]
En 2019 la Guardia Civil recuperó un busto expoliado de Adriano en Écija.[43] La pieza será restaurada y conservada en el Museo Arqueológico Provincial de Sevilla, donde ya existe otro busto del mismo emperador procedente de Itálica.[44][45]
La exposición permanente del museo a comienzos del siglo XXI era la siguiente:[30]
El museo cuenta con su propio archivo histórico.[8]
El museo cuenta con un taller de restauración.[30]
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