I Crónicas (hebreo, דִּבְרֵי הַיָּמִים א, "Divrei Hayamim Álefe", también llamado 1 Crónicas, Primer Libro de las Crónicas y Primer Libro de los Paralipómenos (Παραλειπομένων, Paralipomenōn, «Sobre lo omitido») es un libro bíblico del Antiguo Testamento. En la Biblia cristiana se halla ubicado entre II Reyes y II Crónicas, mientras que en el Tanaj hebreo se encuentra en el penúltimo lugar.

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Primer Libro de Crónicas
Idioma Hebreo Ver y modificar los datos en Wikidata
Texto en español Libro Primero de las Crónicas en Wikisource
Libros Históricos
Primer Libro de Crónicas
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El propósito de I Crónicas es dar una lectura del pasado a la vista del presente y así unificar el pueblo de Dios, rastrear las raíces del rey David y de las doce tribus, y enseñar que la verdadera adoración debe ser el centro de la vida nacional e individual.

Nombre

La Septuaginta y la Vulgata latina dan a ambos libros de las Crónicas el nombre de Paralipomenon, que significa «Cosas omitidas»,[1] indicando que lo consideraron un suplemento de otra obra, probablemente Génesis-Reyes, pero la idea parece inapropiada. ya que gran parte de Génesis-Reyes se ha copiado casi sin cambios.

Algunos eruditos modernos propusieron que Crónicas es una especie de Midrash, o comentario judío tradicional, sobre Génesis-Reyes, pero esto no es del todo exacto ya que el autor o los autores no hacen comentarios/reflexiones de los libros más antiguos, sino que los usan para crear una nueva obra. Sugerencias recientes han indicado que pretendía ser una clarificación de la historia en Génesis-Reyes, o un reemplazo o alternativa.[2]

División del libro original

Al igual que en el caso de Samuel, Reyes y Esdras-Nehemías, lo que en su origen fue un solo libro ha sido dividido más tarde y artificialmente en dos obras. La razón de estas divisiones era, seguramente, convertir el enorme texto del libro original en dos rollos de menores dimensiones y por lo tanto más fáciles de manejar. Por eso, este libro y II Crónicas deben considerarse partes de uno solo.

Asimismo, debe señalarse que I y II Crónicas forman una clara unidad temática y estilística con Esdras y Nehemías.

Autor y época

El autor de I Crónicas es completamente desconocido, aunque la tradición judía lo atribuye al escriba Esdras, posiblemente en razón de las similitudes de vocabulario y estilo con el libro de su nombre.

Su pensamiento demuestra que ha estudiado la doctrina y reflexionado largamente sobre ella de la mano de excelentes maestros judíos.

Escribió su libro a finales del siglo IV o en la primera mitad del III a. C..

Contenido

  • A. Las genealogías (1:1 - 9:44).[3]
  • B. La muerte del rey Saúl (10:1-14).[4]
  • C. El reino de David (11:1 - 22:1).[5]
  • D. El templo y los levitas (22:2 - 27:34).[6]
  • E. Los últimos años de la vida del rey David (28:1 - 29:30).[7]

Los Libros de las Crónicas hacen una relación histórica de los eventos más importantes del pueblo judío desde los orígenes hasta el decreto de Ciro el Grande que pone en libertad a los hebreos luego del Cautiverio en Babilonia.

I Crónicas en particular narra el período comprendido desde los orígenes hasta la muerte de David. Cuenta la historia desde Adán hasta Saúl en su primera mitad (cap. 1-9)[8]) y luego la de David (cap. 10-29).[9]

Diferencias con los Libros de los Reyes

Las Crónicas se diferencian de los Reyes en el sentido de que el Cronista ha preferido contar la historia de su pueblo pero poniendo en primer plano los asuntos de la religión. No logra esto mediante la confrontación documental sino más bien comparando cada episodio con los otros libros.

La verdadera intención del autor de I Crónicas parece ser justificar teológicamente las soluciones que los maestros postexílicos dieran a graves problemas religiosos y políticos; la manera de hacer esto es presentar al rey David como modelo perfecto de personalidad judía, refiriendo todo lo que David fue, hizo y dijo a los orígenes mosaicos de la Ley.

Las Crónicas están, por lo tanto, relacionadas con la enseñanza o midrásh, cuya técnica educativa fue siempre analizar el remoto pasado para explicar las realidades del presente.

Utilización de las fuentes

I Crónicas es un libro sumamente dependiente de sus fuentes, especialmente los Reyes. A veces las cita textualmente, pero otras se toma grandes libertades a fin de relatar los hechos de frente a sus objetivos pedagógicos.

Independientemente de ello, la prosa del Cronista es muy rico: abrevia largos párrafos antiguos, moderniza la gramática y el estilo, omite repeticiones, desplaza y ubica correctamente ciertos acontecimientos y agrega su propia verba florida en numerosos puntos del texto.

Sin embargo, supedita todo su trabajo al abrazo de la doctrina, la cual, evidentemente, conoce a la perfección.

Sin embargo, llevado por su fe entusiasta, le gusta ampliar las cifras, y deforma a veces la realidad para dar mayor fuerza a sus tesis.

Sentido religioso

Si se tiene en cuenta el hecho de que en el momento en que se escriben las Crónicas la mayoría de los judíos viven en la Diáspora, entonces queda muy claro que la intención del Cronista es exaltar la unidad del judaísmo.

I Crónicas nos conduce por las genealogías, intentando demostrar que el davidismo se extiende hasta los tiempos contemporáneos (cap. 3).[10] La genealogía de Saúl se corta en el Exilio y la de los sacerdotes principales se interrumpe también y no continuará sino en Nehemías 12:10.[11]

Véase también

Referencias

Enlaces externos

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