La sharía[3] o ley islámica[2] (en árabe: شريعة إسلامية, šarīʕah al-Islāmīya, ‘vía o senda del Islam’) es el cuerpo de derecho islámico. Constituye un código detallado de su conducta, en el que se incluyen también sus normas relativas a los modos del culto, los criterios de su «moral» y de su vida, aquello que tienen permitido o prohibido y las reglas separadoras entre lo que consideran el bien o el mal. Sin embargo, su identificación con su religión es matizable: aunque está en el islam, no es un dogma ni algo indiscutible, sino objeto de sus interpretaciones.
Denota un modo de vida islámico que es más que un sistema de justicia civil o derecho criminal. Como una cuestión de su conciencia personal y guía moral de conducta, la sharía es adoptada por la mayoría de los creyentes y practicantes musulmanes, en distintos grados; pero, a diferencia de las orientaciones morales de la Biblia para los cristianos, no solo constituye un código religioso de su orientación vital, sino que codifica específicamente su conducta y rige todos los aspectos de su vida.
Ha sido formalmente instituida como ley por ciertos Estados, que se definen como «Estado islámico». En esos casos, los tribunales de justicia se instituyen como tribunal islámico y velan por su cumplimiento. Muchos países del mundo islámico, aunque no se hayan definido de forma completa como Estado islámico, han adoptado parcialmente en su legislación elementos de la sharía (en áreas como las herencias y los testamentos, la regulación de las actividades bancarias y de los contratos, etc.).
El Tribunal Europeo de Derechos Humanos (TEDH) dictaminó que algunas de las prácticas clásicas de la sharía como la lapidación, decapitación, ahorcamiento, amputación de miembros, flagelación, homicidio de apóstatas, implican graves violaciones de los derechos humanos.[4][5][6] Algunos pueden considerarse crímenes de guerra o crímenes de lesa humanidad, por ejemplo: las guerras religiosas y el uso de civiles considerados botines de guerra en actos sexuales como esclavos y concubinas.[7][8][9]
En el siglo XXI, el papel de la sharia se ha convertido en un tema cada vez más controvertido en todo el mundo.[10] Hay progresistas que intentan argumentar que la sharia es compatible[cita requerida] con la democracia, los derechos humanos, la libertad de pensamiento, los derechos de la mujer, los derechos LGBT y la banca.[11][12][13] El Tribunal Europeo de Derechos Humanos de Estrasburgo (TEDH) dictaminó en varios casos que la sharia es "incompatible con los principios fundamentales de la democracia".[14][15] En la era moderna, las leyes tradicionales del mundo musulmán han sido ampliamente sustituidas por estatutos inspirados en modelos europeos.[10][16] Los procedimientos judiciales y la educación jurídica también se han adaptado a la práctica europea. Aunque las constituciones de la mayoría de los Estados de mayoría musulmana contienen referencias a la sharia, sus normas se mantienen en gran medida sólo en el derecho de familia.[10] El renacimiento islámico de finales del siglo XX trajo consigo llamamientos de los movimientos islámicos a la plena aplicación de la sharia, incluidos los hudud, los castigos corporales, como la lapidación.[10][17]
Etimología
La palabra sharía significa literalmente «el camino a la paz».[18] Sirve de guía para todas las actividades de los musulmanes, incluidas las rutinas diarias, las obligaciones familiares y religiosas, y los negocios financieros. Tiene su origen en el Corán y la Sunna: los dichos, prácticas y enseñanzas de Mahoma. Los precedentes y la analogía aplicada por los eruditos musulmanes se utilizan para abordar nuevos problemas. El consenso de la comunidad musulmana también desempeña un papel destacado en la definición de este manual teológico.[19]
Historia
Raíces históricas;Qisas (o qesās) (en árabe: قصاص) es un término en árabe que significa "igual respuesta," y responde al principio de ojo por ojo, o ley del talión, cuya más temprana enunciación aparece en el Código de Hammurabi.
Qisás (por delitos de matar y herir): es una práctica entendida como represalia en el "orden social tribal" y realizada sobre la base de la "equivalencia social". Dependiendo de si la persona asesinada era hombre o mujer, esclavo o libre, noble o común, se mataba a alguien de la tribu del asesino que es socialmente equivalente a la persona asesinada. Por ejemplo, solo un esclavo puede ser asesinado por esclavo y una mujer por mujer.[20] La condición de "igualdad social" en qisás significa que "si una persona socialmente inferior mata a alguien de la clase alta, se aplicará qisás", mientras que "si alguien de la clase alta mata a alguien de la clase baja, no se puede aplicar".
En este caso, se puede pagar una indemnización (diyya en el islam) a la familia de la persona asesinada. La condición de equivalencia social también se incluye en el Corán:
- "¡Oh, creyentes! Se os ha establecido la ley del talión en caso de homicidio: el libre por el libre, el esclavo por el esclavo, sean hombres o mujeres. A quien le sea indultada la pena de muerte por decisión de los familiares directos de la víctima, que agradezca de manera adecuada y que pague la indemnización correspondiente en el plazo establecido. Esto es un alivio de vuestro Señor y una misericordia. Pero quien después de aceptar la indemnización transgrediere [tratando de vengarse del homicida] tendrá un castigo doloroso".[21][22]
La ley islámica se desarrolla siglos después de la muerte del profeta Mahoma en 632 d. C.. Como cada localidad trató de conciliar las costumbres locales con el islam, la literatura de hadices creció y se convirtió en distintas escuelas islámicas. pensamiento: las escuelas sunitas, Hanbali, Maliki, Shafi'i, Hanafi; y la escuela chiita, Ja'fari. Lleva el nombre de los eruditos que los inspiraron, difieren en el peso que cada uno aplica a las fuentes de las cuales la sharía se deriva, el Corán, el hadiz, los eruditos islámicos, y el consenso de la comunidad.[19]
Fuentes de la ley islámica
Las fuentes de la ley islámica son el Corán («recitación»), el hadiz («narración»), el ijma («consenso») y el ijtihad («esfuerzo»). Si el Corán es una revelación divina, los hadices son una recopilación de hechos y dichos de Mahoma recogidos por algunos de sus compañeros y ciudadanos de La Meca y a los que se atribuye distinto grado de fiabilidad en función de su procedencia. Los textos recopilados por Malik, Bujarí, Muslim, Tirmidzi, Abú Daúd, Nasai e Ibn Majah son considerados como los más fiables.
Los teoría de la jurisprudencia islámica tradicionales reconocen cuatro fuentes de la Sharia: el Corán, la sunnah (hadices auténticos), la Qiyas (razonamiento analógico),[n 1] y ijma (consenso jurídico).[25] Diferentes escuelas jurídicas-de las cuales las más destacadas son Hanafi, Maliki, Shāfi‘ī , Hanbali, y Jaʽfari desarrollaron metodologías para deducir las normas de la sharia de las fuentes escritas mediante un proceso conocido como ijtihad.[26][10] La jurisprudencia tradicional (fiqh) distingue dos ramas principales del derecho, ʿibādāt (rituales) y muʿāmalāt (relaciones sociales), que en conjunto comprenden una amplia gama de temas.[26][27] Sus dictámenes se refieren tanto a las normas éticas como a las jurídicas,[28][29] asignando las acciones a una de cinco categorías: obligatorio, recomendado, neutral, abominado y prohibido.[26][10][27] El Fiqh se elaboró a lo largo de los siglos mediante opiniones legales (fatwas) emitidas por juristas cualificados (muftis) e históricamente aplicadas en los tribunales de la Sharia por jueces nombrados por los gobernantes,[26][27] complementadas por diversas leyes económicas, penales y administrativas emitidas por los gobernantes musulmanes[30].
Escuelas jurídicas en torno a la ley islámica
Dentro del islam sunita existen cuatro escuelas de pensamiento jurídico, o fiqh, que son interpretaciones de la sharía llevadas a cabo por un alfaquí (del árabe faqih –«jurista»–):
- El fiqh hanafí, recopilado por Abu Hanifa Nu‘mán ibn Thábit, ayudado por Abu Yusuf Muhammad ash-Shaibani, Zufar y otros, conocida por ser el más liberal y el más centrado en la razón y la analogía, es dominante entre los sunitas en Asia Central, Egipto, Pakistán, India, China, Turquía, los Balcanes y el Cáucaso.[19]
- El fiqh malikí, fundado por Malik ibn Anas. Es el dominante en el norte de África.[19]
- El fiqh shafi'í, fundado por Muhammad ibn Idris ash-Shafi`i. Predomina en Indonesia, Malasia, Brunéi Darussalam y Yemen. Los musulmanes chiitas siguen la Escuela Ja'fari, más notablemente en el Irán dominante chií. Las distinciones tienen más impacto en los sistemas legales de cada país que en los individuos, ya que muchos no se adhieren a una escuela en sus vidas personales.[19]
- El fiqh hanbalí, fundado por Ahmad ibn Hanbal. Se considera la más ortodoxa del islam que engendró las ramas Wahhabi y Salafi, es abrazado en Arabia Saudita y por los talibanes.[19]
Todos ellos fueron elaborados, en su forma actual, durante los doscientos años siguientes a la muerte de Mahoma.
De otra parte, el tasawuf juzga las oraciones desde el punto de vista de la concentración, devoción, pureza de las almas y del efecto de las oraciones en la moral y los modales. Así, el tasaúf mide el espíritu de obediencia y sinceridad, mientras que el fiqh vigila las reglas que se deben seguir hasta en sus menores detalles.
El hadd
Dentro de la sharía existe un tipo específico de ofensas conocidas como hadd. Son crímenes castigados con penas severas, tales como la lapidación, los azotes y la amputación de una mano. Tanto el Corán como la Sunna (las fuentes de revelación primaria del islam) reflejan este tipo de penas, pero en todas las ocasiones se aplican con condicionantes. La definición de estos condicionantes es una cuestión a debate dentro del islam hasta el punto que algunos juristas, teólogos e imanes musulmanes (como el mediático profesor Táriq Ramadán) sostienen que nunca debería llegar a aplicarse penas así de severas y otros insisten en que sí.[31]
Algunos países que viven bajo la sharía como Arabia Saudí aplican las penas mencionadas ante las ofensas hadd. En otros, como Pakistán, no ocurre lo mismo. La mayoría de los países del Oriente Próximo, incluyendo a Jordania, Egipto, Líbano y Siria no han adoptado las ofensas hadd como parte de sus legislaciones estatales, de la misma manera que tampoco en el norte de África, ni en Turquía (que es un país laico), ni en los países musulmanes de Asia Menor. Siria (país de mayoría musulmana pero de gobierno laico) considera la sharía como inconstitucional y es conocido por tomar medidas muy duras ante cualquier forma de esta.
Las ofensas hadd implican penas específicas. Las transgresiones incluyen relaciones sexuales fuera del matrimonio (adulterio), relaciones sexuales con personas del mismo género, acusaciones falsas, consumo de bebidas alcohólicas, robo y asalto en rutas. Las ofensas sexuales conllevan una pena de lapidación o azotes, mientras que el robo está penado con la amputación de una mano.
Muchos países islámicos definen el adulterio y el consumo de alcohol como ofensas criminales, pero no como ofensas hadd, por lo que no conllevan penas tan severas. Esos actos ilegales se castigan con penas de prisión o multas.
La ley islámica, en su vertiente más fundamentalista, incluye como graves faltas la homosexualidad, la desobediencia de las mujeres hacia la autoridad del padre o el esposo, las relaciones con infieles (kafir, los pertenecientes al mundo no islámico) y el incumplimiento de las normas de vestimenta de las mujeres (hiyab), a las que, en caso de incumplimiento, se considera inmorales y culpables en caso de violación.
Diyya
En la jurisprudencia clásica, la compensación monetaria por daños corporales (diya o dinero sangriento) se evalúa de manera diferente para diferentes clases de víctimas. Por ejemplo, para las mujeres musulmanas la cantidad es la mitad de la tasada para un hombre musulmán.[32][33] La diya por la muerte de un musulmán libre es dos veces mayor que la que se paga si la víctima es judía o cristiana según las escuelas Maliki y Hanbali y tres veces mayor según las reglas Shafi'i.[34] Varias escuelas de derecho evaluaron la diya para los zoroastras (majus) en una quinceava parte del valor de un varón musulmán libre.[35]
Los países modernos que incorporan las reglas clásicas de la diya en su sistema legal, las tratan de diferentes maneras. El Código Penal de Pakistán modernizó la doctrina Hanafi eliminando las distinciones entre musulmanes y no musulmanes.[36] En Irán, la diya para las víctimas no musulmanas que profesan una de las religiones protegidas por la constitución (judíos, cristianos y zoroastrianos) se igualó a la diya para los musulmanes en 2004,[37] aunque, según un informe del Departamento de Estado de EE. UU. de 2006, en el Código Penal se sigue discrimando a las minorías religiosas y a las mujeres. Las mujeres y los bahaíes fueron totalmente excluidos de las disposiciones de equiparación de 2003, en donde se considera que la sangre bahá'í es «Mobah, lo que significa que puede derramarse con impunidad».[38] Según Human Rights Watch y el Departamento de Estado de Estados Unidos, en Arabia Saudita los demandantes varones judíos o cristianos tienen derecho a la mitad de la cantidad que recibiría un varón musulmán, mientras que para todos los demás varones no musulmanes la proporción es una decimosexta parte.[39][40][41]
Derechos de la comunidad LGBTQ
Las relaciones homosexuales son ilegales en la Sharia clásica, con diferentes penas, incluida la pena capital, estipuladas según la situación y la escuela jurídica. En el Islam premoderno, las penas prescritas para los actos homosexuales eran "en gran medida teóricas", según la Enciclopedia del Islam, debido en parte a estrictos requisitos procesales para sus formas más duras (hudud) y en parte debido a la tolerancia social prevalente hacia las relaciones sexuales homosexuales.[42]
Los antecedentes históricos de persecución por actos homosexuales son escasos,[¿según quién?] y los que siguieron las normas de la sharía son aún más raros.[¿según quién?][43] Las actitudes de la sociedad hacia la homosexualidad en el mundo musulmán se volvieron más negativas a partir del siglo xix debido a la propagación gradual de movimientos fundamentalistas islámicos como el salafismo y el wahabismo,[44][45][46] y bajo la influencia de las nociones sexuales predominantes en Europa en aquella época.[47] Muchos países de mayoría musulmana han mantenido las sanciones penales para los actos homosexuales promulgadas bajo el régimen colonial europeo.[48][49]
En las últimas décadas, los prejuicios contra las personas LGBT en el mundo musulmán se han visto exacerbados por actitudes cada vez más conservadoras y el surgimiento de movimientos ortodoxos, lo que ha dado lugar a que sanciones basadas en la Sharia sean promulgadas en varios países.[50] La pena de muerte por actos homosexuales es actualmente un castigo legal en Brunéi, Irán, Mauritania, algunos estados del norte de Nigeria, Pakistán, Catar, Arabia Saudita, partes de Somalia y Yemen, todos los cuales tienen leyes penales basadas en la Sharia. No está claro si las leyes de Afganistán y Emiratos Árabes Unidos prevén la pena de muerte para las relaciones homosexuales.[51][52] Grupos internacionales de derechos humanos han condenado la criminalización de los actos homosexuales consensuales y, especialmente, su sometimiento a la pena capital. Según las encuestas, el nivel de aceptación social de la homosexualidad oscila entre el 52% entre los musulmanes en Estados Unidos y menos del 10% en varias naciones de mayoría musulmana.
Véase también
Notas
Referencias
Enlaces externos
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